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Tema 1 Importancia de la dimensión conceptual e histórica

de los Derechos Humanos

Introducción al tema

La justificación de los derechos humanos es uno de los temas más


controvertidos en la actualidad, pero a su vez de los más importantes ya
que está en juego la razón de ser los mismos. La base principal de la
justificación de los derechos humanos es que nos permitirá exigir una
protección fuerte y hacerles indiscutibles.

El propio carácter plural de los derechos humanos hace que no haya una
sola teoría justificadora de los mismos, sino que pueda haber distintas y
que cada una de ellas puede aportar algo de tal forma que ninguna de
ella puede ni debe ser rechazada.

No es fácil elaborar una clasificación definitiva de las teorías


justificadoras de los derechos humanos ya que algunas son muy similares
diferenciándolas distintos matices. Lo que se tienen en común, la
mayoría de ellas, es la universalidad basada principalmente en el
principio de la dignidad humana.

Dar una definición o concepto de dignidad humana es difícil, en términos


generales podemos decir que se refiere al valor intrínseco de cada ser
humano con respecto al resto de lo creado. No expresa superioridad de
un hombre sobre todo, sino de todo ser humano sobre el resto de los seres
que carecen de razón. Implica una excelencia del ser, que además de
hacerle superior a los otros seres, lo sitúa en otro orden del ser
1.1. Importancia de conocer la dimensión
conceptual e histórica de los Derechos Humanos
1.1.1. Los Derechos Humanos

La noción de los derechos humanos no ha existido siempre. Apareció en


un momento histórico determinado y en un contexto cultural preciso.
Puede encontrarse algunos precedentes anteriores, en la Europa de fines
del siglo XVI. En este tema se hará un leve recorrido por la historia, desde
el pensamiento greco romano, el pensamiento cristiano, la edad media y
la edad moderna.

El proceso del reconocimiento de los derechos humanos puede


compartimentarse en dos grandes fases, periodos o etapas: La etapa del
reconocimiento exclusivamente estatal o nacional y la etapa en que se
produce también el reconocimiento supraestatal e internacional.

1.1.2. Dimensión conceptual

La noción de los derechos humanos no ha existido siempre: Apareció en


un momento histórico determinado y en un contexto cultural preciso. No
es fecha determinar el origen y fecha de su nacimiento, ya que no solo
hay discrepancias sobre el momento de su nacimiento, sino también de
su influencia que han tenido en las doctrinas ético políticas que más
relieve han tenido a lo largo de la historia.

Para algunos la noción de las Derechos Humanos en la Europa de finales


del Siglo XVI, envuelta en interminables guerras de religión, para otros
los derechos humanos han sido una constante histórica cuchas raíces
empalman con el mundo clásico antiguo y para otros empiezan con la
moral cristiana ya que en el mundo clásico antiguo no tan siquiera se llegó
a concebir al individuo como sujeto independiente en el seno de la Ciudad
– Estado.

1.1.3. Importancia

Los defensores de la necesidad de la fundamentación de los derechos


humanos, lo hacen por tres motivos. Uno de esos motivos es la propia
lógica, ya que según estos autores, mal se puede defender algo que
carece de fundamento, y como este no puede darse por supuesto, resulta
necesario afrontar la justificación. El siguiente motivo está relacionado
con la teoría y la práctica de los mismos. La teoría y la práctica de los
derechos humanos han de ir conectadas. Según sus defensores solo una
justificación sólida permite una defensa clara de los mismos, mientras
que la ausencia significará una postura débil e incluso carencia de
protección. Según esta postura para protección de los derechos humanos,
no es suficiente con técnicas jurídicas, económicas, políticas y sociales,
sino también se necesita el respaldo de buenos argumentos y razones para
defenderlos. El tercer motivo está relacionado con su violación, la
constante violación de los mismos, la disparidad de presupuestos
ideológicos en los distintos sistemas políticos y demás circunstancias,
dejan de manifiesto la ausencia de convicciones compartidas para
alcanzar un acuerdo internacional o consenso social, por este motivo la
justificación y la fundamentación son argumentos importantísimos para
conseguir ese consenso y acuerdo social que garantice el respeto de los
derechos humanos (Mejías Quirós, 2006: 164)

La dignidad debe reconocerse con independencia de cualquier


circunstancia o elemento accidental, independiente de su conducta,
raza, religión, sexo, edad, grado de desarrollo o cargo que ocupe. Los
hombres son muy distintos entre sí ya que cada individuo posee unas
características individuales y propias, sin embargo existe una igualdad
esencial y en esta igualdad esencial está la dignidad humana, principio
común de las distintas teorías justificadoras de los derechos humanos.

Cada una de las teorías que expondremos a continuación, buscan la base


desde la que justificar los derechos humanos. Unas hacen mención a
principios básicos, otras a estamentos. Tal y como hemos dicho
anteriormente estas teorías no son excluyentes sino complementarias que
han de ser tenidas en cuenta para entender la problemática de la
justificación de los derechos.

Una de esas teorías son las teorías objetivistas. Estas teorías se basan en
la existencia de un orden de valores, reglas o principios que poseen una
validez objetiva absoluta y universal con independencia de la existencia
de los individuos o de su conciencia valorativa (Pérez Luño, 1984: 133 -
184).

Esta no dependencia de la voluntad humana se fundamenta en cuatro


doctrinas o aspectos importantes. Por un lado la dignidad objetiva del ser
humano según la cual se admite la existencia de unas exigencias
objetivas, derivadas de la dignidad humana común a todos los hombres
sin excepción, desde que comienza a su ser hasta que deja de serlo por
la muerte.

Otro supuesto en el que se apoyan estas teorías objetivistas es la


existencia de unos supuestos valores previos a la existencia del hombre.
Esto significa el reconocimiento de un orden de valores previos a
cualquier tipo de ordenamiento jurídico y social. Según esta doctrina el
hombre se encuentra inmerso en un orden de valores que le preexiste,
valores inmutables y ordenados jerárquicamente.

El tercer supuesto de las teorías objetivistas es la existencia de una


teoría de las necesidades humanas que precisan satisfacción para llevar
una vida plenamente humana. Esta doctrina se basa en la idea de que los
derechos humanos estarían justificados en la medida de contribuyan a
satisfacer una serie de necesidades humanas, para ello se dividen las
necesidades en: necesidades naturales entendidas como los medios
materiales que se necesitan para sobrevivir; necesidades de componente
moral y cultural que permiten satisfacer las potencialidades de la persona
en la sociedad y necesidades radicales referidas a las preferencias
axiológicas conscientes sobre cuestiones sociales.

Esta teoría cuenta con defensores y detractores de tal forma que unos la
consideran suficiente para justificar los derechos humanos y otros no.
Entre las críticas destacar la subjetividad a la hora de decidir si es una
necesidad relevante para justificar los derechos humanos o si en realidad
no lo es, o si siéndolo se cuenta con los medios necesarios para
satisfacerla.

El cuarto supuesto de las teorías objetivistas es la existencia de unas


exigencias de carácter ético que serían comunes a toda la humanidad.
Esta doctrina considera que los derechos humanos dan respuestas a
exigencias de carácter ético, que a su vez les sirven de justificación. Lo
que vienen a afirmar estas teorías es que existe algo previo al derecho
positivo que hace que este reconozca y garantice unos determinados
derechos decisivos para el hombre, derechos que los seres humanos
tienen por el hecho de ser hombres. Se trataría de aquellas exigencias
éticas que siempre tienen una relación con la dignidad humana a la que
tratan de salvaguardar. El problema, al igual que en el caso de las
necesidades, es determinar que exigencias éticas deben alcanzar el
reconocimiento de derechos humanos y donde deben quedar recogidos.
Ante este problema distintos autores proponen distintas soluciones,
señalamos la de Delgado P. (1989) según la cual:

“Los derechos humanos serán aquellas exigencias morales de tal


importancia que, mediante un proceso deliberativo publico especial, se
ha decidido incluir en la Constitución para salvaguardarlas de la
arbitrariedad tanto del resto de ciudadanos como de los poderes
públicos” (Delgado Pinto, J, en J. MUGUERZA y Otros, 1989: 135 - 144).

Otras teorías que fundamentan los derechos humanos son las teorías
subjetivistas. Estas teorías parten exclusivamente de la contemplación
del sujeto y tratan de fundamentar los derechos individuales por encima
de todo, rechazando el carácter jurídico a las exigencias sociales. Para
estas teorías lo más importante es el orden natural y destaca
principalmente el principio de la libertad (Mejías Quirós, 2006:193).

En esta postura podemos destacar como representante a Karl Popper.


Este filósofo concede una gran importancia al individuo y a su
subjetividad, de tal forma que según él, la conducta del hombre no debe
estar dirigida por ningún dogma ni político, ni jurídico, ni social, sino que
es el propio hombre, y de forma individual, el que debe decidir y
jerarquizar cuales son los principios que han de regir su conducta y luego
contrastarlo con el resto de los ciudadanos. Según este autor al final del
proceso y en la cúspide del mismo debería estar el principio de libertad.

Robert Nozick es otro representante de las teorías subjetivistas. Este


autor defiende determinados derechos humanos como límites absolutos
para las acciones ajenas, ya procedan de otros individuos o del Estado.
Propone como principios fundamentadores de los derechos humanos de
los derechos naturales básicos; garantía de la vida, posesiones y libertad.
Para este autor, los individuos como tal tenemos unos derechos que
impiden a los demás realizar determinadas acciones, ya que si estas se
produjeran con llevarán una violación de nuestros derechos.

La concepción subjetivista de este autor limita al Estado cualquier tipo


de actuación ya que cualquier actuación del mismo necesita previamente
la aceptación por parte del individuo, ya que si no fuera así estaría
atentando contra la dignidad de la persona. Según este enfoque el Estado
ve limitada su acción a la tutela de los derechos individuales, sin
posibilidad de modificarlos, y menos aún, de sacrificarlos en aras de
cualquier interés social o colectivo (Mejías Quirós, 2006:197).

 Bajándonos en el pensamiento de Nozick podemos resumir las


características de las teorías subjetivistas en:
 Los derechos humanos derivan del hecho de ser persona con
autonomía moral, capaz de decidir por sí mismo y elegir.
 Cada sujeto da a su vida el sentido que quiere, siendo ilegítimas las
inherencias ajenas.
 Estos derechos constituyen límites absolutos para el Estado.
Las teorías intersubjetivistas por su parte, fundamentan los derechos
humanos en un consenso lo más generalizado posible circunscrito a los
condicionantes de cada cultura y periodo histórico. Estas teorías no
renuncian a una verdad o justicia objetiva en ella misma sino a que una
persona, con el poder o fuerza suficiente para declararla imponga
arbitrariedades en nombre de la verdad objetiva. El consenso salva este
problema, pero no lo resuelve (Pérez Luño en Mejías Quirós, 2006:202).

Según estas teorías la humanidad comparte unos valores comunes y


podemos creer en la universalidad de los valores en el único sentido en
que tal creencia es históricamente legítima, es decir en el sentido en que
universal significa un dato aceptado no objetivamente sino
subjetivamente. El reconocimiento de esos valores no proviene de un
reconocimiento de algo como valioso en sí mismo, sino de haberle
otorgado por el sujeto un valor.

HABERMANS, es uno de los representantes de estas teorías y para él los


derechos humanos constituyen unas exigencias que deben reconocerse
mutuamente los ciudadanos y que preexisten al propio ordenamiento
jurídico – positivo. Constituyen presupuestos de racionalidad inmanente
a todo estado de derecho que deben ser establecidos mediante acuerdos
entre sus ciudadanos para que verdaderamente se constituya una
sociedad de hombres libres e iguales, es decir son fruto de un acuerdo en
determinadas condiciones (Cortina, A 1985 en Mejías Quirós, 206:203).

1.2. Evolución Histórica de la concepción de los Derechos


Humanos

La expresión del vocablo Derechos Humanos es de origen virgen. Su


fórmula y procedencia es de inspiración francesa “derechos
del Hombre”, se remontan a las postrimerías de la década del siglo XVIII
de nuestra era cristiana. Pero la idea de exteriorizar y presentar una ley
o legislación que defina, puntualice y proteja los derechos del hombre y
sus semejantes es muy antigua.

Formar una evolución histórica completa es algo complejo y no es


nuestro objetivo prioritario, resaltaremos transitoriamente algunos
movimientos que nos parecen significativos para entender y concebir
esa evolución progresiva de los Derechos Humanos.
1.2.1. Fundamentos Filosóficos de los Derechos Humanos.

El pensamiento Greco Romano. El pensamiento griego anterior al


estoicismo no existía la idea de dignidad e igualdad entre los seres
humanos, por lo que no se puede señalar ninguna reflexión que pueda
semejarse con ellos. En esta época no tenían la noción de los derechos
individuales, lo que determinaba el patrimonio jurídico de una persona,
era su pertenencia a un estamento dentro de un grupo social y
consecuentemente su distinto valor como hombre dependiendo el lugar
que ocupase en la escala social.

Filósofos ilustres representantes de este momento podemos destacar a


Platón y Aristóteles y ninguno de ellos reflejaba en sus doctrinas
pensamientos y trabajo nada relacionado con la igualdad entre los
hombres. Para Platón el hombre forma parte de la polis y no son
iguales, sino que están condicionados por la función que ocupan dentro
de ella por lo que no tienen los mismos derechos. Para Aristóteles el
hombre es un ser social por naturaleza y entiendo que la vida de cada
individuo adquiere su plenitud en su participación de la vida pública
cuyo fin último es el bien común. Su pensamiento se centra más en la
idea de libertad, entendida no como autonomía e independencia sino
que está basada en la participación en la vida pública, que en idea de
igualdad.

Quienes primero apuntaron la idea de igualdad entre los seres humanos


fueron los sofistas, ellos defendían la igualdad entre los seres humanos
por entender que todos participaban de la misma naturaleza humana.
Se oponían a la discriminación entre griegos y bárbaros, considerando la
llamada nobleza de sangre como una necedad y consideraban la
esclavitud como una práctica ilícita.

En Roma los derechos del hombre eran sólo reconocidos al ciudadano


romano que eran los únicos que podrían formar parte en el gobierno, en
la administración de la justicia, en la elección de funcionarios público,
etc. A pesar de esto se logró constituir una definición práctica de los
derechos del hombre. El derecho romano, según fue aplicado en el
Common Law (derecho anglosajón), fue considerado como el Derecho
Civil de continente europeo ofrece un patrón subjetivo para juzgar la
conducta desde el punto de vista de los derechos y libertades
individuales.

El pensamiento cristiano. El pensamiento cristiano supone un gran


cambio en relación con lo anterior. En el cristianismo se afirma la
igualdad esencial entre todos los hombres amparado en el fundamento
de que todos son hijos de Dios y que quiso hacer a todos los hombres
iguales. Según este movimiento el fundamento de la igualdad de
derechos entre los seres humanos no es la pertenencia a la comunidad
sagrada, sino a la participación en la naturaleza humana de la cual se
derivan los derechos naturales comunes a todos los humanos (Mejías
Quirós, 2006:61).

Aunque ya hemos hablado de la fundamentación iusnaturalista de los


derechos humanos no podemos dejar de mencionar esta corriente junto
con la contractualista en la evolución histórica de los mismos por la
importancia que ha tenido en este proceso.

El iusnaturalismo, en general ha desempeñado un papel fundamental y


permanente función histórica de poner límites al poder del estado y a la
arbitrariedad de los gobernantes y la teoría contractualista de los
derechos humanos, que supone la afirmación de unos límites
estructurales del poder estatal que deben completarse no solo desde el
punto de vista de los derechos de los gobernantes, sino también desde
el punto de vista de derechos de los gobernados.

Los efectos de estas teorías en el reconocimiento de los derechos


humanos fueron los siguientes:

 “El iusnaturalismo fundamenta el reconocimiento de unos


derechos que ostenta todo ser humano y que son previos a la
existencia del Estado, lo que significa que los derechos humanos
son subjetivos, innatos e imprescriptivas. No son una concesión
del estado al individuo. Se trata de derechos que ya poséis en un
estado de naturaleza anterior a la constitución de la comunidad
política”. Mejías Q. (2006)
 “Plantear la existencia de un contrato social entre el estado de
naturaleza y posterior estado de sociedad, tiene como objetivo
convertir los derechos previos al Estado en derechos dentro del
Estado. Es decir convertir los derechos naturales en derechos de
ciudadano, que todo estado debe reconocer, respetar y
garantizar, se trata de transformar los derechos humanos en
exigencias éticas relativas a la libertad, igualdad y seguridad,
cuyo respeto y garantía es el único presupuesto valido para poder
hablar de una convivencia social justa” Mejías Q. (2006)

Independientemente de reconocer la importancia de todo el proceso


histórico en el que se van gestando los derechos humanos es importante
reconocer que la historia propiamente dicha de los derechos humanos
aparece cuando la idea de estos derechos está presente en el horizonte
de las discusiones y luchas jurídico - políticas para lo que se necesita
que la fundamentación o justificación de los mismos apele directamente
a la estructura racional de la naturaleza humana, que se atribuya la
titularidad de dichas derechos a todos los hombres por el solo motivo de
serlo; y que el reconocimiento o proclamación se lleve a afecto
mediante actos y documentos de naturaleza pública que tengan una
proyección generalizada en cuanto a los sujetos e ilimitada en el
tiempo, es decir su positivización (De Castro Cid, 2004:46)

El primer antecedente de la positivacion de los derechos humanos,


fueron las teorías iusnaturalistas en concreto el iusnaturalismo
racionalista produciendo un camino entre el paso de la moralidad a la
normatividad dentro del estado. La consagración normativa de los
derechos naturales se justifica por una mayor eficacia, seguridad y
garantía que supone su plasmación en textos legales. Este camino ha
sufrido un proceso gradual.

En este proceso gradual nos remontamos a la Edad Media donde los


monarcas a través de unas cartas manifiestan el compromiso de
respetar prerrogativas de los estamentos nobleza, religión y estado.
Estas cartas suponen un compromiso del control real, ejemplo de esto
tenemos la Carta Magna de 1215, la carta de las libertades de Enrique I
en 1100. estas cartas suponen un paso importante ya que a través de
ellas, se consigue un documento escrito con valor jurídico, donde se
exponen una serie de normas reconocidas así como el mecanismo para
asegurar su práctica. Aunque estas cartas no están reconocidas en
sentido estricta como documentos que perseveran los derechos
humanos, ya que se veían más como la forma de conservar unos
privilegios de unas clases sobre otras, lo que si se aprecia y esto forma
parte de esa evolución es que suponen una autolimitación del soberano
en el ejercicio de su poder.

En la Edad Moderna, por su parte se producen distintos acontecimientos


que van a llevar a que se promulguen una serie de documentos dirigidos
en general a proteger la dignidad de todo ser humano. El primer
documento se produce con la conquista de América donde se promulgan
las Leyes de Indias, en las que se intenta proteger a los indígenas de la
explotación a la que estaban sometidos. Otro acontecimiento
importante es el que se produce en las guerras de religión que acaban
con la firma del Edicto de Nantes (1698) donde se concede tolerancia
religiosa y se concede permanecer como súbditos de un país a aquellos
ciudadanos que no profesan la religión del monarca. Esto nada tiene que
ver con la idea que en la actualidad se tiene de derechos humanos, pero
si supone al igual que en el caso de Las Cartas, un avance importante en
el respeto y el reconocimiento de la dignidad humana.

En el siglo XVII en Inglaterra se libraron batallas en defensa de los


derechos ingleses para limitar el poder del rey. De esta lucha se
promulgan en Inglaterra tres documentos que además de reiterar los
principios de la Carta Magna suponen un avance en el reconocimiento de
los derechos humanos. Esos documentos son en 1628 el PETITION OF
RIGTH, en el que se prohibía el establecimiento de tributos sin una
aprobación parlamentaria. El segundo documento está relacionado con
la libertad personal y de las garantías procesales del detenido, nos
referimos al ACTA DE HABEAS CORPUS de 1679, en el que se prohíbe
toda detención que no haya sido dictada por un mandamiento judicial,
además de la necesidad de verificar la legalidad de la acusación. El
tercer documento fechado en 1689 es el conocido como HILL OF RIGHTS
en el que se recogen una serie de agravios producidos en distintas
situaciones y un compromiso por limitar el poder real (Mejías Quirós,
2006:70). Las ideas de estos documentos se reflejan luego en las
revoluciones norteamericanas y francesas del siglo XVIII. No obstante el
progreso teórico logrado por Hobbes, la Declaración de los Derechos del
Hombre y el Ciudadano (1789), o la Declaración de Derechos de Virginia
(1776), cuando se refieren a los derechos naturales, distinguen.
1.2.2. Evolución Histórica De Los Derechos Humanos

La expresión de “derechos humanos”, es de origen reciente. Su fórmula


de inspiración francesa, “derechos del hombre”, se remonta a las últimas
décadas del siglo XVIII. Pero la idea de una ley o legislador que define y
protege los derechos de los hombres es muy antigua. A saber:

1. El código de Hammurabi, se protegían con penas


desproporcionadamente crueles.
2. En Roma se los garantizaban solamente al ciudadano romano que
eran los únicos que podían formar parte en el gobierno, la
administración de la justicia, la elección de funcionarios públicos,
etc. A pesar de esto se logró constituir una definición práctica de
los derechos del hombre. El derecho romano según fue aplicado en
el common law, como el Derecho Civil del continente europeo,
ofrece un patrón objetivo para juzgar la conducta desde el punto
de vista de los derechos y libertades individuales. Ambos
admitieron la concepción moderna de un orden público protector
de la dignidad humana.
3. En Inglaterra se libraron batallas en defensa de los derechos
ingleses, para limitar el poder del Rey. De esta lucha emergen
documentos: la Petition of Right de 1628, y el Bill of Rights de 1689.
Las ideas de estos documentos se reflejan luego en las Revoluciones
Norteamericanas y francesas del siglo XVIII.
4. Con la Declaración de Independencia Norteamericana, Declaración
de Derechos de Virginia de 1776, Declaración Francesa de los
Derechos del hombre y del ciudadano y la Declaración de los
Derechos Norteamericana.
5. El año 1789, específicamente al 26 de agosto de ese año donde la
Asamblea Constituyente Francesa votó por unanimidad un conjunto
de principios considerados esenciales en las sociedades humanas y
en las que habían de basarse la Constitución Francesa (1791), y
después otras muchas constituciones modernas. Tales principios,
enunciados en 17 artículos, integran la llamada “Declaración de los
Derechos del hombre y del ciudadano”.
6. En cuanto a su contenido político y social no representaban una
aportación original, pues su espíritu había sido ya aceptado en
Inglaterra en 1689 por Guillermo III, y casi en iguales términos los
había sancionado con anterioridad en Estados Unidos el Congreso
de Philadelfia. No obstante, la gran repercusión de la Revolución
Francesa los universalizó y entraron a formar parte de la conciencia
europea como expresión de las aspiraciones democráticas. Dicha
declaración, en sus artículos, establece: la misma política y social
de los ciudadanos, el derecho a la libertad, a la propiedad, a la
seguridad, a resistir la opresión, el libre ejercicio de los Derechos
Naturales, la libertad de palabra y de imprenta... y demás derechos
inherentes al hombre.

1.2.3. Historia de los Derechos Humanos en el Perú.

Brevemente los estudiamos de acuerdo a las siguientes épocas o


etapas de su historia.

1.2.3.1. En el Perú Antiguo o Prehispánico.

Se atendió las necesidades primordiales y acato los derechos y


obligaciones a través de los ayllus. El planteamiento del derecho incaico,
tenía una cimiento la moral a través de “Ama sua, ama llulIa y ama kella”
(no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas perezoso). Las transgresiones
eran rigurosamente castigados bajo la vigilancia de los jefes de ayllus o
las autoridades soberanas del imperio. Lo dicho se cumplía y se
consumaba en una sociedad clasista.

La población en el Imperio del Tahuantinsuyo estaba fraccionada en


clases, tanto por el grupo social en el que nacían las personas, como el
compromiso por el trabajo que desempeñaban o por los méritos y
cualidades que habían alcanzado y destacado, en la guerra.

Esto influía en la administración de justicia, porque a pesar de lo


estrictas que eran los criterios de conducta para la población, los
miembros de la nobleza o los guerreros, que también eran parte de la
nobleza, no de nacimiento, sino conseguida, tenían un tratamiento
especial y exclusivo.

sí, mientras la monogamia era un precepto para el pueblo, no lo era para


las clases superiores que inclusive recibían a las "acllas" (mujeres
seleccionadas) como un regalo por sus vidas, principalmente guerreras.
También en las penas asignadas a los transgresores en los procesos
judiciales había diferencias, pues mientras la pena de muerte para el
pueblo era la hoguera o el despeñamiento, para los nobles o guerreros
era la decapitación. Y mientras los ajusticiamientos de la nobleza se
ejecutaban en privado, los del pueblo se hacían en público, como un
escarmiento o castigo para los demás.

De la cultura Mochica, existen algunos raros cerámicos, que se poner en


exposición en el museo "Larco Herrera", en los que las mujeres aparecen
como sacerdotisas. Pero, considerando la gran cantidad de ceramios de
las culturas preincaicas e incaicas que se encuentran en las diversas
exhibiciones del Perú y de otros territorios del mundo que revelan a la
mujer, sólo en actitudes domésticas, es difícil figurarse cuantas de ellas
y en qué circunstancias, se descargaban como sacerdotisas.

En las culturas preincaicas e incaicas, no hay, como en otras culturas,


deidades femeninas que hayan sido retratadas o plasmadas en huacos,
ornamentos arquitectónicos o similares. Las mujeres, más que otros
súbditos del imperio, eran, de acuerdo a las cánones existentes,
propiedad del inca, quien elegía entre las más bellas para destinarlas a
ser "coyas", esposas del inca y los miembros de la nobleza o "ñustas",
mujeres destinadas al culto del dios Sol, ya fuera en el cuidado de los
sacerdotes o de los santuarios, para ser ofrecidas a los dioses en
ceremonias y ritos como los sacrificios e inmolaciones humanas.

Dicen los cronistas que en la sociedad incaica, las mujeres eran


calificadas como una clase imperfecta, al menos como un género
sometido, de lo que quedan demostraciones en los ceramios, que era
donde desde las civilizaciones preliminares mostraban escenas de la vida
cotidiana. En ellos las mujeres aparecen mayormente como
personificación y encarnación de la fecundidad o como compañeras
sexuales.

La familia era un grupo social muy respetado en el incanato. Por ello, el


matrimonio era una institución consistente que debía seguir normas
concretas y rigurosas, tanto en lo referido a la edad y circunstancia social
de los contrayentes, como en la conducta que debían tener los cónyuges
a lo largo de su existencia.

Estas reglas no tenían la misma validez para el pueblo que para la


nobleza, pues mientras al pueblo se le exigía la monogamia, el inca y los
miembros de la nobleza podían tener varias concubinas como
demostración de poder a través de la práctica de la poligamia.

La endogamia o sea la elección del cónyuge dentro del mismo grupo social
y geográfico, era una circunstancia para los desposados, como lo era la
edad en que se debía contraer matrimonio. El adulterio y la promiscuidad
eran castigados y penado con la muerte. Si el cónyuge traicionado
absolvía, el que estaba en falta no era ajusticiado, pero de todas maneras
recibía un castigo como azotamiento o cambio de trabajo de un quehacer
de mayor rango a una considerada menor en el nivel social. Lo mismo
ocurría con los violadores, quienes, si contraían matrimonio con la
víctima, con el consentimiento de ésta, no eran ajusticiados pero también
sufrían castigos de diversa índole como un ejemplo para los demás

El cuidado de la niñez tenía una especial importancia en el imperio


incaico, por eso el infanticidio y el aborto provocado eran igualmente
penados con la muerte y en estos casos la complicidad era también
penada como la autoría del delito

Además de la ilustración para la vida laboral, los niños y las niñas recibían
también adiestramiento musical y sobre numerosas actividades artísticas.
Desde temprana edad se experimentaba la vocación y aptitud,
especialmente de los niños varones para que cuando ellos fueran adultos
se consagraran al oficio que mejor pudieran desempeñar, puesto que el
trabajo especializado era una particularidad en la sociedad incaica.

1.2.3.2. Bajo el Dominio Español.

Los españoles significaron para los americanos, la destrucción de sus


regímenes de vida y el atentado más grande de los derechos humanos;
contra esta actitud destacan:

 Los religiosos Francisco de Vitoria y Bartolomé de Las Casas como


defensores de la humanidad, dignidad y respeto de los Indígenas.
 Teóricamente, la legislación de Indias, aunque no se cumplían.
 La acción de todos los precursores de la independencia como:
Manco Inca, Juan santos Atahualpa, Túpac Amaru II, Juan Pablo
Vizcardo y Guzmán y otros.
1.2.3.3. Historia de la Inquisición en el Perú.

Una institución con categoría en el campo del Derecho, en la época de la


Colonia en el Perú, fue el Tribunal de la Santa Inquisición de Lima, cuya
potestad alcanzaba los territorios vigentes del Perú, Argentina, Bolivia,
Chile, Paraguay y Uruguay, el que sin embargo no fue concluyente en el
desarrollo del Derecho Indiano puesto que los indígenas estaban fuera de
su campo de acción.

El Tribunal inquisidor, llamado también el Santo Oficio, tuvo, como


prioridad tarea, exhortar la sumisión a Dios, a la Virgen María, al
sacramento del matrimonio, al estado sacerdotal y al consiguiente voto
de castidad de los sacerdotes.

Creado en España en 1483, se instituyó en Lima en 1570 y se divulgaba


que las razones de su existencia eran rigurosamente religiosas. Sin
embargo, tuvo también mucha trascendencia en ámbito de la política
pues, razones de Estado de la soberanía de España, hacían un
imprescindible control de los posibles espías o delatores de las potencias
enemigas, tanto en el mismo territorio de la Corona como en las nuevas
tierras conquistadas.

En América, sus principales víctimas eran los judíos que, expulsados de


España por razones religiosas y económicas, llegaban a las ricas tierras
del Virreinato del Perú, burlando todas las prohibiciones y controles
decretados. Al ser sorprendidos en la práctica de sus ritos religiosos, que
eran llamadas "prácticas judaizantes", quienes profesaban esa fe eran
juzgados por el Tribunal de la Santa Inquisición y con frecuencia
condenados a la hoguera.

Los españoles buscaban evitar así que se repitiera el fenómeno del "riesgo
o amenaza judía" acontecido, entre los siglos XIV y XV, en el territorio de
España, donde los judíos se habían transformado en patrones de las
finanzas hispanas, puesto que ciertas prácticas como el agio o la usura
que eran penadas por la religión católica, no lo eran por la judía.

Asimismo, los judíos, a fin de no ser perseguidos, se cristianizaban,


falsamente, al catolicismo, acogiendo el bautismo y participando
externamente de los cultos, mientras que en privado y muchas veces casi
públicamente, continuaban con sus anteriores prácticas creyentes.

Se les consideraba por eso, "un Estado dentro del Estado", espacio que
antes que ser buenos súbditos de la Corona, poseían sus propias
costumbres y tradiciones, sus propios códigos internos y su propia fe. Por
eso, en las nuevas tierras de América y en el territorio del reino se les
perseguía, se les desalojaba y se les sometía al juicio religioso de la Santa
Inquisición, para terminar con su poder.

Del mismo modo los españoles fueron víctimas de la Inquisición, pues sus
supersticiones, hechicerías y prácticas mágicas, se multiplicaron en
acercamiento con el mundo americano, por lo que el reino de España
decidió combatir todos los actos contradictorios al dogma católico.

A pesar de que en una época fue la institución más temida del reino
español y sus colonias, a partir del siglo XVIII se enfatizó claramente en
la declinación del Santo Oficio, tanto en la metrópoli como en las tierras
de América y fue extinguido por decreto de las Cortes de Cádiz el 22 de
febrero de 1813. El Virrey Abascal estableció la publicación en Lima, el
30 de julio de ese año, del decreto de abolición.

En 1814, cuando el rey Fernando VII, fue restablecido en el trono, se


dispuso que retornase a funcionar el Santo Oficio, pero su presencia fue
ya más nominal que real.

En el Perú fue extinguido definitivamente a raíz del proceso emancipador


con el cual se exterminó todo tipo de subordinación política de España.
Tortura de la Garrucha: Gravitaba en
atar al preso con los brazos hacia atrás, colgarlo y subirlo lentamente.
Cuando se hallaba a determinada altura era desenganchado bruscamente,
sujetándosele enérgicamente antes de que tocase el piso. El sufrimiento
provocado en ese momento era mucho mayor que el ocasionado por la
cuesta. Si el preso no declaraba en la segunda estrapada, le instalaban
un sobrepeso en los pies a fin de aumentar el sufrimiento.

Tortura de los Azotes: El preso era suspendido en el cepo de las manos


y del cuello, dejando desnuda su espalda, en donde le administraban la
cantidad de azotes que estableciese el inquisidor. Su número variaba
entre 50 y 200, dependiendo de la gravedad de las faltas cometidas y la
consistencia física del enjuiciado. La punición del azote, a diferencia de
los otros, no se empleaba para conseguir la manifestación sino como parte
del dictamen, en los casos en que se había establecido la infracción de
los reos en injurias graves. Era el único tipo de escarmiento físico que
incluían los veredictos.
Pena del Garrote: Las mancuernas
también podían usarse para la ejecución de la pena del garrote, la cual
era aplicada a los culpables cuya dictamen a la hoguera ya había sido
leída pero que, después de dicha recitación, se lamentaron. Con esto se
les salvaba sufrir los inhumanos dolores que implicaba el ser calcinado
vivos, además de lo cual conseguían la indulgencia de sus injurias; lo que,
si bien no les serviría para salvaguardar sus existencias, sí les sería útil
para la salvación de sus almas.

Tortura del Potro: Consistía en instalar al preso sobre una tablero,


amarrado de las extremidades por una soga inmovilizada a un carrete, el
cual, al ser girado poco, a poco las iba desplegando en sentido contrario,
causándole así un terrorífico sufrimiento. Éste era, en la época, el
instrumento de tortura más empleado en el mundo.

Tortura de Agua: Estando el procesado totalmente inmovilizado sobre


una mesa de madera, le colocaban un turbante o un paño en la boca,
deslizándolo hasta la garganta; luego, el verdugo procedía a echar agua
paulatinamente, produciéndole al preso la sensación de ahogamiento y
asfixia.

Las Reducciones Indígenas: Según Málaga (1974) sostiene que “la


población indígena de todo el virreinato del Perú fue reducida entre los
años 1570 a 1575. Esta reducción se hizo con mucha dureza, se quemaban
y destruían las chozas y viviendas y los indios eran arrancados por la
fuerza de sus aldeas y poblados y trasladados a lugares diferentes a los
que no estaban acostumbradas ni ambientados”. (p. 62).

Como se puede apreciar la población indígena carente de instituciones


que los protegieran se vulneraban permanentemente sus derechos, como
la libertad de residencia y de desplazarse libremente. Las reducciones
indígenas implementadas por el Virrey Toledo fue la manifestación más
notable de la vulneración de los derechos humanos.

Rosas, C ( s.f ) en el resumen de su ponencia: Las reducciones en el


proceso de extirpación de idolatrías del siglo XVII, presentado en el
Simposio Las reducciones indígenas, una visión comparativa: Las
tensiones que a nivel local produjeron las campañas de extirpación de
idolatrías, es necesario incluir el rol que cumplieron las mismas
reducciones, que fueron una piedra angular en la política del Estado
español frente a los indios. Su establecimiento fue parte de la
instauración del sistema colonial y tuvieron como principales objetivos el
control de la población indígena para el cobro del tributo, la organización
de la mita y la evangelización. Su implementación durante el siglo XVII
llevó a un importante debate, que se desarrolló entre los años 1620 y
1685. Este debate estuvo estrechamente vinculado con las campañas de
extirpación que tuvieron como uno de sus objetivos explícitamente
señalados, el asegurar la permanencia de las reducciones y el abandono,
e incluso la destrucción, del pueblo viejo. (…).

El lugar donde se instituía el nuevo pueblo de indios o la reducción era


significativo no solo porque debía consentir la concentración de los indios
en torno a este nuevo punto de referencia, sino también porque debía
desarraigarlos de su pueblo originario y para lograrlo, se instituían los
pueblos nuevos en zonas apartadas de los citados pueblos viejos. Esta
inquietud se debía a que el lugar donde estaba emplazado el pueblo les
daba a los indios acceso a diferentes tipos de recursos: sociales, que
simbolizaban relaciones de vínculo y parentesco, recursos económicos
que tenían que ver con el acceso a cultivos, ganado, tierras, agua, etc.,
y religiosos, que eran los antepasados o malquis que se hallaban en los
cerros o cuevas de las inmediaciones y las divinidades, cuyos territorios
de culto también se hallaban cerca del pueblo o desde aquel era más
factible su acceso. Todos estos elementos daban forma a una identidad
colectiva, que se pretendió violentar con el abandono del pueblo
originario y su transferencia a un nuevo territorio, hecho que produjo un
conflicto permanente entre la reducción y el pueblo viejo.

1.2.3.4. En el Perú Independiente.

Tenemos las intenciones de los próceres San Martín, Bolívar y los


gobernantes como la abolición de la esclavitud, del tributo indígena, el
reconocimiento de los derechos ciudadanos y otros que no se
cumplieron.

 Los principios defendidos por los liberales y los decretos


aprobados en el Segundo Gobierno de don Ramón Castilla sobre
los negros y los indígenas.
 La lucha del pueblo organizado en sindicatos, federaciones y
partidos políticos después de 1920.La obra de luchadores sociales
y políticos como Manuel González Prada, José Carlos Mariitegui,
Víctor Raúl Haya de la Torre, etc.
 La legislación laboral que reconoce beneficios sociales a los
trabajadores.
 La influencia internacional como consecuencias de guerras y
revoluciones.
 La influencia de los medios de comunicación que propician el
integracionismo de pueblos o grupos sociales marginados o
explotados.
Pregunta de Análisis
Lee y comprende

1. ¿Existían los derechos humanos fundamentales en el Incario? Dé cinco fundamentos de su


repuesta.

2. Identifica la evolución histórica de los derechos humanos en el Perú elaborando una lía de
tiempo

Las reducciones indígenas

Según Málaga (1974) sostiene que "la población indígena de todo el virreinato del Perú fue reducida
entre los años 1570 a 1575. Esta reducción se hizo con mucha dureza, se quemaban y destruían las
chozas y viviendas y los indios eran arrancados por la fuerza de sus aldeas y poblados y trasladados
a lugares diferentes a los que no estaban acostumbradas ni ambientados". (p. 62).
Como se puede apreciar la población indígena carente de instituciones que los protegieran se
vulneraban permanentemente sus derechos, como la libertad de residencia y de desplazarse
libremente. Las reducciones indígenas implementadas por el Virrey Toledo fue la manifestación más
notable de la vulneración de los derechos humanos.
Rosas, C (s.f ) en el resumen de su ponencia: Las reducciones en el proceso de extirpación de
idolatrías del siglo XVII, presentado en el Simposio Las reducciones indígenas, una visión
comparativa: Las tensiones que a nivel local produjeron las campañas de extirpación de idolatrías,
es necesario incluir el rol que cumplieron las mismas reducciones, que fueron una piedra angular en
la política del Estado español frente a los indios. Su establecimiento fue parte de la instauración del
sistema colonial y tuvieron como principales objetivos el control de la población indígena para el
cobro del tributo, la organización de la mita y la evangelización. Su implementación durante el siglo
XVII llevó a un importante debate, que se desarrolló entre los años 1620 y 1685. Este debate estuvo
estrechamente vinculado con las campañas de extirpación que tuvieron como uno de sus objetivos
explícitamente señalados, el asegurar la permanencia de las reducciones y el abandono, e incluso
la destrucción, del pueblo viejo. (...).

El lugar donde se fundaba el nuevo pueblo de indios o la reducción era importante no solo porque
debía permitir la concentración de los indios en torno a este nuevo punto de referencia, sino
también porque debía desarraigarlos de su pueblo originario y para lograrlo, se fundaban los
pueblos nuevos en zonas distantes de los llamados pueblos viejos. Esta preocupación se debía a
que el espacio donde estaba emplazado el pueblo les daba a los indios acceso a diferentes tipos
de recursos: sociales, que significaban relaciones de parentesco, recursos económicos que tenían
que ver con el acceso a cultivos, ganado, tierras, agua, etc., y religiosos, que eran los antepasados
o malquis que se hallaban en los cerros o cuevas de las inmediaciones y las divinidades, cuyos
lugares de culto también se encontraban cerca del pueblo o desde aquel era más fácil su acceso.
Todos estos elementos daban forma a una identidad colectiva, que se pretendió violentar con el
abandono del pueblo originario y su traslado a un nuevo lugar, hecho que produjo un conflicto
permanente entre la reducción y el pueblo viejo.

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