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PROYECTO MINERO “LA COLOSA”, Cajamarca, Tolima.

a. Identificación de las normas posiblemente transgredidas. Se deberá


indicar cuáles son los mandatos ambientales que se están
transgrediendo.

En la Ley 99 de 1993 se declaran como objetos de protección especial los páramos (ver
Figura 4.1), subpáramos y zonas de recarga de acuíferos. Esta legislación prioriza el
consumo humano sobre cualquier otro uso, y afirma que estos ecosistemas deberán ser
protegidos por ser patrimonio común. En la sentencia C-339 del 2002 de la Corte
Constitucional de Colombia, se establece que entre las zonas donde debe ser prohibida la
minería, además de parques naturales, se encuentran varios ecosistemas que tienen
protección constitucional. Estos ecosistemas incluyen los páramos, los bosques secos, las
selvas amazónicas, entre otros. En la misma sentencia se reitera la prevalencia del
derecho colectivo al ambiente sano, frente a derechos particulares como el de la libre
empresa o el derecho al trabajo.

Los ecosistemas de páramo se consideran únicos, y son exclusivos de la zona andina norte. Se
ubican en alta montaña, entre los bosques de niebla alto-andinos y la línea de nieves perpetuas.
Se caracterizan por la presencia de frailejones (del género Espeletia), que se pueden apreciar en la
foto. Los páramos ofrecen diversos servicios ambientales: tienen flora y fauna única, están
dotados con la capacidad de fijar el carbono atmosférico, y son grandes captadores de agua. Los
nacimientos de los principales ríos de Colombia se originan en zonas de páramo.

Las reservas forestales nacionales comprenden áreas públicas y privadas, y están conformadas
por las establecidas por la Ley 2ª de 1959 y las reservas forestales protectoras y protectoras
productoras declaradas por el Ministerio de la Economía Nacional, el Inderena y el Ministerio de
Ambiente.

Resolución No. 1526-2012 (contiene Anexos 1, 2, 3)

Se encuentran graves y sensibles casos de trabajadores, que ponen de relieve violaciones a los
derechos laborales cometidas indirectamente por la empresa, al amparo de la tercerización
laboral. El clima de inestabilidad laboral y la coerción sobre los trabajadores, hacen difícil
dimensionar las magnitudes reales del problema. En los casos observados, los trabajadores no
tienen garantía ni respaldo para hacer valer sus derechos y reclamos. Al parecer, AGA también
maneja poderes suficientes para desconocer sus responsabilidades legales hacia sus trabajadores.

Es inquietante el número de personas entrevistadas que, por expresar de una u otra manera su
oposición al proyecto minero de La Colosa, han sido intimidadas directamente por la empresa, o
por terceros. Algunas de estas personas han expresado miedo y preocupación acerca de su
seguridad y la de sus familiares. Los ataques anónimos a los opositores, en ciertos casos, fueron la
principal razón para dejar de participar activamente en el debate acerca del futuro de la región.

El consumo de agua y electricidad también sería abrumador: la electricidad superaría el consumo


doméstico, y el agua el consumo mínimo vital, de todos los tolimenses.

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