Está en la página 1de 2

Pilares de la educación

En el año de 1995 se produjo un informe de la UNESCO de la Comisión


internacional sobre educación para el siglo XXI[1], cuyo presidente fue el Político
Francés, Jacques Delors, denominado “La Educación encierra un Tesoro”.

En este documento se plasmaron los cuatro pilares de la educación que tienen una
vigencia fundamental en tiempos de incertidumbre y desasosiego dados los niveles
indiscutibles de desigualdad y pobreza de nuestro país y sobre todo de
desesperanza en buenas nuevas a propósito del momento histórico en el que nos
encontramos.

En este documento se señala que la educación a lo lardo de la vida o como diría


nuestro nobel Gabriel García Márquez, de la cuna hasta la tumba se basa en cuatro
pilares, aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a
ser.

El primer de ellos, aprender a conocer, se refiere a la capacidad que se debe


promover en nuestros estudiantes de tener una cultura general suficientemente
amplia, pero y por sobre todo, con la posibilidad de profundizar los conocimientos
en un pequeño número de materias, lo que le permitirá ser distinto en un universo
de conocimientos que en la sociedad de la información se convierte en ilimitado y
complejo. Lo que supone, además: aprender a aprender para poder aprovechar las
posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.

El segundo pilar se refiere a, Aprender a hacer, el cual le permite al individuo el


adquirir no sólo una calificación profesional sino, más generalmente, una
competencia que lo capacite para hacer frente a gran número de situaciones y a
trabajar en equipo.
El individualismo y la instrumentalización de las personas nos han llevado al ocaso
de tener un sistema de salud perverso e inhumano, políticas individualistas y serios
problemas para pensar en lo colectivo, en el bien común, pues cuando se trata de
trabajar aflora el egoísmo y los profesionales tienen un conocimiento que es ajeno
a pensar en lo colectivo.

Se debe igualmente aprender a hacer en el marco de las distintas experiencias


sociales o de trabajo que se ofrecen a los jóvenes y adolescentes, bien
espontáneamente a causa del contexto social o nacional, bien formalmente gracias
al desarrollo de la enseñanza por alternancia.

El tercer pilar es Aprender a vivir juntos, el cual implica desarrollar la comprensión


del otro y la percepción de las formas de interdependencia -realizar proyectos
comunes y prepararse para tratar los conflictos- respetando los valores de
pluralismo, comprensión mutua y paz. En un país que logran niveles de
confrontación hasta considerar colectivamente la necesidad de eliminar al otro y de
justificar a políticos que así lo consideren, o en el que triunfa el No a la paz, o en el
que se siguen generando el mismo número de homicidios pese a haber firmado la
paz con uno de los principales actores armados es fundamental el aprender a vivir
juntos para lograr el progreso colectivo y sobre todo una vida más duradera y
estable.

Finalmente, y no por ello menos importantes está el Aprender a ser para que
florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con
creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal.

Con tal fin, no menospreciar en la educación ninguna de las posibilidades de cada


individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, aptitud
para comunicar y todo lo que sea necesario para que aflore la creatividad y la
inteligencia en un país en donde debe aflorar los sueños de todos.

Tomado de: www.tumesenario.com

También podría gustarte