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�rase una vez, un anciano le�ador que ten�a tres hijos.

El m�s peque�o de los tres


se llamaba �Tont�n�, y sus hermanos lo despreciaban porque era muy lento para el
trabajo.

Un buen d�a, mientras el m�s grande y fuerte de los hijos del le�ador se encontraba
talando en el bosque, apareci� de repente un anciano vestido con harapos que
suplicaba por un sorbo de agua y un poco de comida.

�De mi parte no recibir�s nada, anciano in�til. Ap�rtate� � le grit� el jovenzuelo


y continu� su trabajo talando los �rboles. Entonces, el hombre canoso le lanz� una
maldici�n y desde lo alto cay� una rama pesada que fue a parar a la cabeza del
joven le�ador.

Al llegar a casa, adolorido y triste, el m�s grande de los hijos del le�ador le
cont� lo sucedido al hermano mediano, y este sali� camino hacia el bosque para
continuar con el trabajo. Horas despu�s, apareci� en el mismo lugar el d�bil
anciano, y al pedir por un poco de comida y un sorbo de agua, el muchacho le
respondi�:

�No le dar� nada, viejo decr�pito. Ap�rtese a un lado�. Y nuevamente, el hombre


canoso lanz� una maldici�n sobre el muchacho, quien recibi� un fuerte golpe en la
cabeza por una rama desprendida de los �rboles.

Con tan mala suerte, el hermano mediano regres� a casa y como no quedaba nadie para
trabajar, Tont�n decidi� terminar de talar los �rboles, y parti� a toda velocidad
hacia el bosque. Al llegar al lugar, el anciano apareci� entre los �rboles para
pedir un poco de agua y comida, pero Tont�n no lo pens� dos veces y acept�
compartir su comida con aquel hombre debilucho. Para recompensarlo, el anciano le
regal� nada menos que un ganso de oro.

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