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Dirección
Jorge Guillén, 8
47400 - Medina del Campo
VALLADOLID
• Telf. 983 81 13 41
DIRECTOR
JESÐS CUADRADO PINO
COMITÉ TÉCNICO
V¸CTOR FERN˘NDEZ BRAULIO
BENITO FLORO SANZ
JUAN MANUEL LILLO D¸EZ
FERNANDO V˘ZQUEZ PENA
JORGE D´ALESSANDRO DI NINNO
MIKEL ETXARRI SASIAIN
JESÐS CUADRADO PINO
FERNANDO NAVARRO VALDIVIELSO
ANTONIO RAYA PUGNAIRE
MANUEL FERN˘NDEZ POMBO
JUAN JOSÉ GARC¸A LAVERA
ANTONIO GALINDO RINCŁN
MANUEL LŁPEZ LŁPEZ
JOSÉ CARRASCOSA OLTRA
Dr. PEDRO GUILLÉN GARC¸A
Dr. RICARDO JIMÉNEZ MANGAS
JESÐS OREJUELA RODR¸GUEZ
ALFONSO M. VARAS GARC¸A
EDITA : JECUPI
MAQUETACIÓN : TRAINING FÚTBOL
PUBLICIDAD : TRAINING FÚTBOL, departamento propio
3
PUBLICACIÓN DE EXCLUSIVO CARÁCTER TÉCNICO
QUE SE EDITA CON PERIODICIDAD MENSUAL
Preparación Física
Preparación Técnica
Preparación Táctica
Preparación Psicológica
Metodología y Organización
Tests de Evaluación del Entrenamiento
Biomecánica
Aprendizaje Motor
Pedagogía Aplicada
Fisiología del Esfuerzo Físico
Medicina Deportiva
Dietética…
Agosto-2013 nº 210 4
SU M A R I O
Número 210
7
Agosto 2013
Editorial
12
Hablamos de fútbol con…
Ángel Cappa.
Reflexiones básicas sobre el juego.
22
Estructura y dinámica del
juego en fútbol.
Jorge Castelo.
36
Atención y concentración
en el fútbol pre-juvenil.
Gustavo Aysland Ávila Ovalle.
Firma invitada.
59
60
Tarea de entrenamiento:
“Comodín para posesión y cambio
de espacio”
Contenido de nuestro
próximo número. 62
Agosto-2013 nº 210 6
Jesús Cuadrado Pino
DIRECTOR
Entrenador Nacional de Fútbol (Nivel III).
Máster Profesional en Fútbol.
Especialista en Táctica y Dirección de Equipos de Fútbol (CESFÚTBOL).
Especialista en Alto Rendimiento Deportivo por la Universidad Autónoma de Madrid.
e d i t o r i a l
Máster en A. R. D. por el C. O. E.
Técnico Deportivo Superior.
Director y Profesor del Máster Profesional en Fútbol para Entrenadores Nacionales (CESFÚTBOL).
El equipo que juega bien es el que interpreta bien cada situación del juego
para resolverla en la forma que convenga a cada instante
Es un hábito constatado en el periodismo, entre los entrenadores y en los textos de los cursos de
entrenadores desvirtuar el concepto sistema, o modelo, al referirse a él únicamente como la
“formación”. Dicen “sistema 4-2-3-1” ó “1-4-2-3-1” (por ejemplo) y se quedan tan panchos. Sin embargo,
el sistema, o modelo, es mucho más porque abarca todas las variantes tácticas empleadas. El modelo de
juego de un equipo se asienta en las variantes tácticas que emplea con más asiduidad y que pueden
resumirse en: alineación, formación (que se confunde con sistema), posición defensiva, tipo de ataque,
conducta defensiva y dinámica de ataque. Pero por encima de esta confusión, existen dos errores que hacen
mucho daño, en la práctica, a la evolución del fútbol. Por una parte, se atribuye a cada entrenador un
modelo de juego a modo de característica personal que le diferencia de los demás; por otra parte, a cada
equipo se le considera con una forma concreta de desarrollar el juego, como si sólo se jugase a una cosa
en vez de jugarse al fútbol.
Un equipo no debe, y ante bastantes circunstancias del juego no puede, aplicar un modelo (o
sistema) rígido; no debe, o no puede, aplicar siempre las mismas variantes tácticas porque en el
juego pueden darse, y de hecho se dan, diferentes circunstancias. Llevo muchos años indicando que el
equipo que juega bien es el que interpreta bien cada situación del juego para resolverla en la forma que
convenga a cada instante. Por otra parte, no debe aplicarse a los entrenadores un modelo de juego, un
entrenador no debe llevar consigo una forma de jugar. La misión de un entrenador profesional de fútbol
es manejar los recursos futbolísticos de los jugadores de su plantilla con el objetivo de lograr el máximo
rendimiento posible. Debe manejar todos los recursos de juego para plantearlos y entrenarlos eficazmente.
Un entrenador no es un modelo, de la misma forma que un médico no es una medicina. Sin embargo, cada
vez que un entrenador llega a un equipo se habla de “su sistema” o “su modelo”. En los inicios de cada
campeonato se vuelve a vueltas con el modelo.
jecupi@trainingfutbol.com
Agosto-2013 nº 210 7
Tema del mes
El modelo de juego
D
Jorge D’Alessandro
entro del modelo de juego, está la formación inicial del equipo sobre el campo. Las formaciones
dibujan la personalidad de cada equipo, pero a partir de ahí tiene que establecerse muy bien lo
que yo denomino “repertorio de movimientos”. La formación es la puesta en escena, la primera
idea, que se puede ir modificando durante el partido por las situaciones que se vayan produciendo.
A partir del minuto uno de cada partido tenemos que empezar a desarrollar la dirección de campo y uno
de los recursos para ello es el cambio de la formación. El “repertorio de movimientos” tiene que ser
conocido y consensuado, debe tener en cuenta cada posición en el campo con sus variantes y sus
recorridos. A partir de aquí, conociendo bien a todos los futbolistas, debemos darles atribuciones
concretas para que cada uno de ellos pueda evolucionar. Pero cada jugador tiene que cumplir siempre
las obligaciones exigidas por su posición. Hay un repertorio de movimientos para todos los jugadores y
para todas las funciones a realizar, con sus correspondientes variantes. No es lo mismo jugar, por
ejemplo, en un 4-4-2 que en un 4-2-3-1. Los movimientos varían según la formación de apliquemos y
también con relación a las características de cada jugador en concreto.
Unai Émery
Para mí es fundamental la movilidad, pero hay que partir de un orden. Debe tenerse establecida una
coordinación a la hora de atacar y a la hora de defender, creo en el desarrollo de este trabajo para que
lo interpreten bien los jugadores. También creo en la inteligencia de las correcciones que se tienen que
dar, porque en el terreno de juego muchas veces no puedes coaccionar a un jugador obligándole a que
no pierda una situación en ataque pensando que eso pueda hacer que luego no defienda bien. A los
jugadores hay que darles libertad para el aprovechamiento de las acciones ofensivas, pero siempre con
la coordinación colectiva necesaria para que el equipo funcione bien mediante basculaciones y permutas.
Agosto-2013 nº 210 8
Creo mucho en el sistema y, a partir de ese sistema, creo también mucho en la movilidad y en el
dinamismo. En un equipo de fútbol hace falta de todo, se necesitan jugadores de diferentes
características. Es cierto que, por ejemplo, un central no va a jugar de media punta, o viceversa; pero los
dos son totalmente complementarios y necesarios, aunque en lo referente a la creación y a la destrucción
de juego cada uno tenga características muy diferentes. En todo caso, hay que tener a todo el grupo
preparado para jugar con una disposición táctica que esté prevista y entrenada. El concepto de sistema
hay que saber entenderlo, interpretarlo y visualizarlo. Un mismo sistema funciona de manera muy distinta
si se sitúa más cerca o más lejos de tu portería, o si al recuperar el balón se incorporan al ataque más o
menos jugadores. Cada sistema tiene muchas variantes.
José Peseiro
Suele considerarse que cada uno tiene un modelo, pero particularmente creo que no hay modelo.
Puede admitirse que hay modelo en el fútbol inglés o en el fútbol brasileño, por ejemplo, porque algunas
nacionalidades tienen bastante definida su forma de juego. Pero fuera de ello, y en el ámbito de cada
país, resulta una presunción decir que tenemos un modelo. Ahora bien, cada entrenador ha de tener una
idea de juego para él mismo, una idea que tiene que ver con la experiencia de cada uno, con el tipo de
fútbol que le guste más. La forma de plantear el juego por cada entrenador está influenciada por sus
vivencias como estudiante, por sus experiencias como técnico y por su actitud ante la vida. Hay
entrenadores con una aptitud defensiva ante la vida, en cambio otros muestran una aptitud más
emprendedora. En cualquier caso, no se trata de un modelo de cada entrenador, se trata de una idea
que recoge las características de juego de cada equipo. Además, a través de las vivencias y de las
experiencias se puede ir cambiando esa idea. Lo fundamental es adaptar la idea que tengamos a los
principios del juego y hacer algunas modificaciones adaptadas a ciertas particularidades para buscar el
máximo rendimiento.
Eusebio Sacristán
La colocación inicial, o de referencia, de los jugadores sobre el campo establece los aspectos
generales del juego de tu equipo, los movimientos y las acciones básicas que quieres transmitir a tus
jugadores. A partir de ahí expones una situación de partida, colocando a cada jugador en la posición ideal
para poder desarrollar con eficacia las acciones del juego que pretendes, tanto en defensa como en
ataque. En primer lugar, lo que da consistencia al equipo es tener una identidad bien definida, unos
buenos argumentos propios. Esto es fundamental, es la base para desarrollar un juego que te lleve a
conseguir los resultados. El equipo debe adquirir unos automatismos en ataque y en defensa para ser
un equipo coordinado, un conjunto en el que todos los jugadores se sientan partícipes. Partiendo de esto,
después habrá que incidir en algunos aspectos que te permitan explotar los defectos del rival y
contrarrestar sus virtudes. Considero que esta es la base de lo que es la táctica del juego. Se trata de
que tu equipo tenga un sólido desarrollo y que ese desarrollo sirva luego para que en cada situación
puedas adoptar matices adecuados para superar al equipo rival.
Si nos ceñimos a la formación inicial, a una colocación previa de cada jugador en el campo como
referencia, debo decir que me parece importante si el reparto espacial está bien construido pensando
en las mezclas de tus jugadores, en sus sinergias, en sus posibilidades, en las probabilidades que
puedan afectar al colectivo, en que se manifiesten determinadas superioridades posicionales y en
Agosto-2013 nº 210 9
varios aspectos más. Aparte de esto, está muy claro que hay jugadores que se relacionan mejor con
unos espacios que con otros. Pero por encima de esto tenemos que considerar que nadie se relaciona
solo con el espacio, siempre está presente la relación con los compañeros, con los rivales y con el
balón, aunque el reparto espacial te ayuda a buscar las sinergias que fomenten las capacidades y
posibilidades de tus jugadores. La complementariedad entre unos y otros es importante. Pensando en
todo esto, uno puede decidir entre varias formaciones distintas. Aparte de que si se tiene adquirido el
sustrato cultural y estructural que define el estilo del equipo, se puede cambiar de formación ante
determinados partidos atendiendo a determinadas cuestiones propias y del rival. Cuestiones que
también tienen que ver con lo anímico. Para decidir una alineación y una formación hay que valorar
muchas situaciones. A veces no juegan los mejores, sino los que tú crees que te van a ayudar mejor
a ganar en determinados momentos. En cualquier caso, se trata de la sinergia, de la multiplicación de
las capacidades, nunca de la suma. Pensando en la sinergia, y no en la suma, debe tenerse en cuenta
la formación como reparto espacial. Pero siempre es un reparto espacial inicial, los aconteceres harán
que tengas que moverte por espacios distintos a los previstos.
Antonio Tapia
Resumiendo el concepto, podemos definir el modelo como la forma que utilizas para jugar tanto en
ataque como en defensa. El modelo, o sistema de juego, engloba todos los recursos que empleamos
a la hora de desarrollar en la práctica el fútbol de nuestro equipo. Hay que analizar muy bien lo que
puedes hacer con las posibilidades de que dispones a todos los niveles: jugadores, proyecto deportivo,
entorno, grupo de trabajo, etc. No debemos olvidar que el entrenador es un gestor de recursos.
Debemos manejar de la mejor manera posible los recursos que tengamos, en base a unos objetivos
de deben estar muy claros. También es importante tener en cuenta la cultura y el bagaje que ya traen
los jugadores, porque muchas veces nos empeñamos en aplicar un modelo de en muy poco tiempo y
con ello podemos crear confusión para el desarrollo colectivo del juego. Por otra parte, debe tenerse
en cuenta el método que más domina el entrenador, porque un entrenador puede ser más eficaz con
unos métodos que con otros. Por ejemplo, si manejas muy bien la defensa combinada, debes utilizarla.
Es importante lo que domina el entrenador e incluso lo que le gusta. Si se ganan partidos satisfaciendo
las necesidades del espectador y las necesidades propias, mucho mejor.
El punto de partida es el marco estático a partir del que voy a desarrollar todos los movimientos
sincronizados. El siguiente punto es el balón y su situación. Partiendo de esto desarrollamos todos los
movimientos sincronizados. Cada partido requiere un plan, una base sobre la que aplicar el sistema,
y requiere un desarrollo táctico. Un partido va más allá de la alineación y de la formación. Se requiere
un plan para contrarrestar las fortalezas del rival y para atacar sus debilidades. Hay que elegir el mejor
punto de partida, que es el sistema. Hay que elegir el mejor desarrollo, que es la táctica. Además, hay
que tener prevista cualquier eventualidad favorable o desfavorable para poder reforzar o cambiar la
dinámica de juego del equipo. El modelo, o sistema, y su desarrollo debe de ser un escudo protector
para la capacidad individual y espontánea de cada jugador. De la misma forma que el talento individual
debe contribuir de al rendimiento colectivo. El jugador parte de los conceptos colectivos y añade su
talento individual espontáneo y protegido. El guión, bueno o malo, es del entrenador. Los actores,
buenos o malos, son los jugadores y el nivel de desarrollo depende de ellos. Un mal guión puede ser
interpretado de manera digna por buenos jugadores y un buen guión puede ser estropeado por la mala
calidad de los jugadores.
Agosto-2013 nº 210 10
Óscar Cano
Antes de hablar de modelo o sistema de juego, me gusta empezar por lo básico, por el núcleo esencial
que, para mí, es el jugador y sus capacidades para interactuar con los demás. Creo que se comete un
error cuando el ansia por el conocimiento del juego nos aleja del principal protagonista: el jugador. Si no
tenemos en cuenta las capacidades de los jugadores, que es lo que va a contextualizar lo que puede ser
nuestro modelo de juego, no conseguiremos nada. El entrenador debe ser un “descubridor” de lo que sus
jugadores pueden llegar a hacer. Partiendo primero de los jugadores, después el modelo, o sistema,
representa todos los medios que empleamos para desenvolvernos tanto en el momento con pelota, como
en el momento sin pelota, como en las transiciones. Creo que la gente se ha quedado con el lado inerte
dentro de lo que puede ser un sistema, porque sólo se habla de números. Debemos tener claro que el
sistema se compone de una estructura que tiene que ver con el funcionamiento en que te desenvuelves
dentro del campo con relación a los elementos formales del juego, que son los espacios, el balón, los
compañeros, los rivales y todo ese tipo de variables que hacen que el fútbol sea un deporte único.
Carlos Queiroz
Dentro del modelo de juego considero que la distribución de los jugadores sobre el campo tiene una
influencia importante porque es lo que da racionalidad al funcionamiento del equipo. Los jugadores se
sienten más cómodos cuando se mueven sobre los espacios que más se adaptan a sus características,
donde sus capacidades técnicas se acoplan mejor a la posición del balón y a las posiciones de los
rivales. La distribución de los jugadores sobre el campo supone una racionalidad para organizar las
cosas. Los futbolistas han de saber que para cada una de las líneas del equipo existen unas funciones
básicas. Uno de los errores más comunes del fútbol es que los jugadores se equivocan y se olvidan de
sus funciones básicas. A veces, los entrenadores nos obsesionados con los sistemas pero, sin embargo,
el problema surge cuando los jugadores se olvidan de sus funciones básicas. Ahí radican muchos
errores que nos hacen buscar cambios y modificar la estructura, cuando, según mi opinión, lo que
tenemos que hacer es hablar con los jugadores para aclarar situaciones básicas de sus funciones. Para
que los sistemas sean idóneos, en función de los jugadores que tenemos, hay que considerar tres
factores: calidad individual de cada futbolista, coherencia entre todos y relación de nuestra organización
táctica con los objetivos que buscamos.
Xabier Azkargorta
Tenemos que considerar que el sistema de juego es algo que no sólo se manifiesta de forma numérica,
como una nomenclatura. El sistema se desarrolla y se transforma, es algo vivo. Es un orden que busca,
paradójicamente, el desorden del rival. Si los jugadores están sólo en el sitio, el sistema se convierte en
un desastre solo rescatable por un artista que pase por delante de la jugada. Los jugadores no sólo han
de estar en el sitio, principalmente tienen que estar “en situación de…”. Aparte de esto, es muy importante
tener en cuenta el “espacio en el equipo”. El espacio que hay que ocupar en el terreno de juego es
consecuencia del espacio que cada uno ocupe en el equipo. Está muy bien trabajar sobre el terreno de
juego los espacios útiles, los espacios inútiles, las coberturas, los desdoblamientos y los espacios libres,
pero debe tenerse en cuenta el espacio que se tiene que ocupar en el equipo. El entrenador tiene que
buscar a cada jugador su espacio en el equipo para que luego traslade ese espacio al terreno de juego.
Y dentro del terreno de juego, a cada jugador debemos darle misiones relacionadas con sus
características y actitudes. Los movimientos que los jugadores realizan sobre el campo determinan el tipo
de maniobras que realiza el equipo y marcan el estilo de juego.
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Conversaciones sobre fútbol
Hablamos de
fútbol con…
“
Ángel Cappa: Lo fundamental es
ayudar a los jugadores a entender el Ángel Cappa
”
juego, después llegará la forma de
ordenar al equipo
Ángel Cappa
Entrenador Nacional de Fútbol.
Licenciado en Psicología y Psicopedagogía.
Ex-Entrenador del Tenerife, Atlante de Méjico, Las Palmas,
Racing de Avellaneda, Huracán, Gimnasia y Esgrima, River Plate.
“
Ex-Segundo Entrenador del Real Madrid y del F. C. Barcelona.
Cuadrado: El objetivo de cada Profesor del Máster Profesional en Fútbol para Entrenadores
ataque debe ser dejar a un Nacionales (CESFÚTBOL).
”
compañero con balón y con espacio
muy cerca de la portería contraria Jesús Cuadrado Pino
Entrenador Nacional de Fútbol.
Máster Profesional en Fútbol y Máster en Alto Rendimiento Deportivo.
Especialista en Táctica y Dirección de Equipos de Fútbol.
Director de TRAINING FÚTBOL y de CESFÚTBOL.
Director y Profesor del Máster Profesional en Fútbol.
Es autor de varios libros de fútbol y ponente asiduo en jornadas técnicas nacionales e internacionales.
Pero, fundamentalmente es un entrenador de fútbol con sólidos conocimientos y una dilatada experiencia al más
alto nivel. Ángel Cappa es una referencia esencial para los técnicos de nuestro deporte. Cualquier intervención
suya supone una fuente de enseñanzas. Domina muy bien cada tema en todos los aspectos, explica las cosas con
facilidad y deja muy claros los conceptos. En esta conversación con él comenzamos repasando los malos
momentos que están pasando los entrenadores, los verdaderos entrenadores, por culpa de un mercado irracional.
Después ya nos centramos en aspectos básicos e interesantes análisis del juego. (Jesús Cuadrado Pino, director
de TRAINING FÚTBOL)
Agosto-2013 nº 210 12
Cuadrado.- Antes de entrar en temas concretos sobre análisis del juego, cabría hacer una
reflexión del mal momento por el que pasamos los entrenadores de fútbol actualmente. Las modas,
el mercado y ciertos intereses dejan de lado la verdadera valoración del verdadero entrenador.
Como he manifestado en muchas ocasiones, cuando los dirigentes de un club de fútbol profesional
se plantean la contratación de un entrenador no valoran su capacidad técnica ni su preparación,
valoran otros aspectos ajenos a los requisitos técnicos y profesionales, ponen sobre la mesa otros
intereses y algunos caprichos. En resumen, no se cree en el entrenador. Es evidente que el
argumento más importante del juego son los jugadores, pero es muy importante quien maneja lo
importante. Como consecuencia de esto, considero que uno de los motivos por los que en general
se juega mal, es porque se entrena mal.
Ángel Cappa.- Estamos ante una situación que deberíamos solucionar. Si no solucionamos esto, todo
lo que hablemos sobre táctica y sobre conceptos del juego significa, simplemente, una suposición. Hace
bastantes años ya que los clubes de fútbol se han organizado como empresas. Han abandonado el
proceder que tenían años atrás. Se ha llegado a esta situación por la privatización de los clubes, la
creación de las sociedades anónimas y también porque a los clubes han llegado empresarios que
desplazaron a los antiguos dirigentes que eran mayoritariamente gente de fútbol. La consecuencia es
una distinta organización del fútbol. Con la creación de nuevos departamentos directivos se quitan
responsabilidades al entrenador, no sé si de forma voluntaria o involuntaria. En definitiva, se le quita
autonomía al entrenador y se le reducen sus posibilidades de trabajo.
C.- Sin embargo, al inicio de cada temporada casi todos los presidentes y dirigentes hablan de un
“proyecto deportivo”. Cuestión que sólo se queda en sus demagógicas declaraciones porque nunca
se plasma en la práctica.
A. C.- Hay que aceptar que los entrenadores de fútbol dependemos de los resultados, pero no debería
ser más que en cualquier otra actividad. Pero lo que pasa es que los entrenadores de fútbol aceptamos
que dependemos de los resultados de mañana mismo y esto es muy malo porque causa un mal al fútbol,
al club y, por supuesto, al entrenador. Se ha perdido una faceta esencial en la labor del entrenador, que
es la pedagogía. Resulta que ahora no se enseña, sólo se entrena. Ahora la aspiración del entrenador
es llegar al domingo siguiente. El nivel futbolístico resulta muy dañado.
C.- En una portada del diario AS del pasado mes de julio, extractado de unas declaraciones de
Ancelotti, nuevo entrenador del Real Madrid, se refleja en letras muy grandes: “… YO HAGO LAS
ALINEACIONES”. Sorprende que un entrenador tenga que decir esto, sorprende que se maneje
esta frase en la declaración de intenciones de los entrenadores y en la prensa. Esto debería ser una
evidencia tan grande que decirlo o escribirlo significaría una perogrullada. Aunque en los tiempos
que corren parece que no es tanta perogrullada.
A. C.- Fíjate que yo he escuchado decir a bastantes personas que el entrenador no puede elegir a los
jugadores porque es el eslabón más débil de la cadena, refiriéndose a la contratación de los jugadores
para confeccionar las plantillas de cada temporada. Pero, en realidad, una de las tareas más importantes
del entrenador es elegir los jugadores, y resulta que estamos aceptando que esto lo hagan otros. Con la
gran injusticia añadida que esto conlleva, porque lo hace otra persona y luego es el entrenador quien
corre el riesgo. Aparte de que muchos presidentes pretenden ser entrenadores. Si nosotros seguimos
aceptando esta situación cometemos un error gravísimo, porque cuando el entrenador muestra debilidad
es más fácil que lo echen más rápidamente. Tendríamos que hacer entender a los dirigentes que nosotros
Agosto-2013 nº 210 13
no somos el eslabón más débil de la cadena, sino que somos el eslabón más fuerte. Sé que muchas
veces no se puede, pero hemos de intentarlo. Todo gira alrededor del entrenador, si el equipo funciona
todo lo demás tiene sentido y si el equipo no funciona todos los proyectos carecen de sentido. El fútbol
se puede mirar desde distintos puntos de vista y todos pueden ser válidos, pero los dirigentes tienen
que saber que cuando eligen a un entrenador concreto están eligiendo una forma de jugar al fútbol.
C.- Para jugar bien al fútbol, para ser efectivos en el juego, han de cumplirse unos principios
fundamentales que se derivan de las características del fútbol como deporte y de las reglas de juego
establecidas. Estos principios fundamentales han de respetarse siempre, ante cualquier
circunstancia. Pero luego pueden aplicarse diferentes variantes tácticas que inciden en la dinámica
de juego de cada equipo, pueden adoptarse diferentes movimientos colectivos para desarrollar las
situaciones del juego.
C.- En nuestra terminología hay una gran confusión. Como yo he indicado en muchas
ocasiones, se produce una “Torre de Babel” en la utilización y aplicación de los términos
futbolísticos. Táctica, estrategia, modelo, sistema, formación, fase de juego, situación de juego,
interiores, extremos, atención, concentración, finalización, definición… Conceptos que confunden
no sólo por los periodistas, sino también los propios entrenadores profesionales. Considero que
es muy importante ser correctos con la terminología, no simplemente para entendernos todos
mejor, sino también para aplicar y desarrollar bien todas las cosas en los entrenamientos y en los
planteamientos de cada partido.
Agosto-2013 nº 210 14
veces las definiciones son caprichosas. Particularmente considero que la táctica es ordenar y repartir los
espacios en el equipo. Pero, por encima de todo esto, considero que lo más importante son los conceptos
básicos del juego. Los conceptos básicos del juego están por encima de la táctica. Lo fundamental es
ayudar a los jugadores a entender el juego, después llegará la forma de ordenar al equipo. Porque si un
jugador sabe cómo se juega, después se adaptará a cualquier sistema. La cuestión fundamental es
entender el juego. Entender el juego a partir de los conceptos básicos. El juego no es tan difícil. El juego
es sencillo, pero es inagotable porque se trata de una actividad creativa.
C.- Además, se produce una constante evolución en todo lo referente al desarrollo del fútbol.
No se van modificando solamente los medios de difusión de nuestro deporte, los materiales y los
estadios; también evoluciona el juego en conceptos tácticos y técnicos. La frase de “todo está
inventado en el fútbol” además de obsoleta es totalmente falsa. Basta con ver partidos grabados
de distintas épocas para observar esta clara evolución, y comparar el juego de años atrás con el
juego actual.
A. C.- Los grandes jugadores siguen inventando el juego. Se trata de una actividad creativa y los buenos
siempre inventan cosas. Por ejemplo, mañana voy a un campo de juego y Messi inventa otra cosa. Viendo
jugar a los que verdaderamente saben jugar al fútbol observamos que descubren cosas del juego. Nadie
puede decir: “yo ya sé de fútbol”. Algo sabré, pero no todo, porque es una actividad que siempre está en
evolución. Además, si hablamos de táctica pero no hablamos de nombres propios, de jugadores de fútbol,
estamos teorizando, estamos hablando de teoría pura y podemos decir cualquier cosa. Puedo decir que
prefiero el 4-2-4 y ¿eso qué quiere decir?, ¿quiénes son los dos?, ¿quiénes son los cuatro? Todo
dependerá de los jugadores que tengamos.
C.- Los jugadores han de tener libertad de acción para tomar decisiones y ejecutar acciones
durante el desarrollo del juego, pero se necesita una organización para rendir adecuadamente como
equipo. El fútbol es un deporte colectivo, de colaboración colectiva ante una oposición colectiva. Los
jugadores tienen unas obligaciones para el funcionamiento del grupo.
Agosto-2013 nº 210 15
C.- El planteamiento del partido es el orden de inicial. Un planteamiento que se asienta en las
variantes tácticas que se escojan en función de las circunstancias. Pero no se trata solo de explicar
las cosas verbalmente a los jugadores, el planteamiento se adquiere mediante las tareas de
entrenamiento bien diseñadas. Los jugadores aprenden con lo que hacen, no con lo que se les dice,
como ya he indicado en multitud de ocasiones.
A. C.- Ordenamos al equipo tácticamente y a partir de ahí el jugador necesita arriesgar porque necesita
jugar. Se podría decir que la táctica es la utilización del tiempo y del espacio. Cómo utilizamos el espacio
que tenemos. Se dice que en el fútbol actual no hay espacios, pero lo cierto es que nunca hubo espacios.
Los espacios hay que fabricarlos. Hay que utilizar la distracción. El toque no es una concesión para la
galería, se toca para distraer y fabricar el espacio. Tocar sin tener claros los objetivos no sirve de nada.
El toque es la distracción. Debemos manejar las distintas velocidades de juego. Por ejemplo, en la salida
de la pelota aplicaré los toques con menos velocidad, porque ahí me interesa la precisión más que la
velocidad. En la mitad de la cancha ya estoy buscando la jugada de gol, y el toque no puede ser muy
lento, parsimonioso y anunciado, porque de esta forma no encontraré nunca la jugada de gol. Arriba tengo
que arriesgar buscando el gol, aquí está la aventura, aquí cambio de velocidad, acelero, intento meter
una pelota de gol o buscar una pared.
C.- Si no hubiese rivales se iría lo más recto y lo más rápido posible hacia la portería contraria,
pero los rivales te marcan y te cierran los caminos. Son necesarios el engaño y los movimientos
colectivos para fabricarse espacios de progresión. El objetivo de cada ataque debe ser dejar a un
compañero con balón y con espacio muy cerca de la portería contraria, que es lo que significa para
mí una verdadera ocasión de gol. Llegar a cada ocasión de gol precisa una búsqueda constante
de espacios mediante desmarques de apoyo y de ruptura y a través de una variedad de
conducciones, regates, pases y cambios de orientación. Técnica y táctica íntimamente unidas para
tratar de llegar al gol.
A. C.- Son muchos los que dicen que hay que jugar por las bandas, y es cierto. La circulación de la
pelota tiene que ocupar el ancho de la cancha porque si voy de un lado al otro de la cancha estoy
moviendo al equipo contrario para que aparezca el espacio. Pero previamente no sé dónde aparecerá el
espacio, puede que aparezca en una banda o puede que aparezca en el medio. Tendré que aprovechar
cada jugada en el espacio en que aparezca y en ese instante interviene la técnica, porque si en ese
instante crucial entrego mal la pelota o tiro mal, de nada valdrá todo el trabajo anterior.
C.- El planteamiento táctico también debe adoptar un reparto de esfuerzos entre los jugadores del
equipo, pero un reparto de acuerdo a los puestos y a las características de cada futbolista. No
debemos olvidar nunca que el rendimiento es el resultado de la coordinación de los jugadores del
equipo, no de su simple suma.
A. C.- Hay que repartir el esfuerzo sobre el terreno del juego, pero esto no significa que todos los
jugadores tengan que correr lo mismo. Se trata de un reparto de esfuerzos de acuerdo a las cualidades
de cada jugador. Un equipo que defiende bien es un equipo que tarda poco en recuperar los espacios
que abandonó para ir a atacar. Supone un error considerar que un equipo está equilibrado porque ataca
sólo con uno o con dos y siempre está armado atrás. Lo verdaderamente importante sería que el equipo
atacase con cinco y tardase muy poco en recuperar los espacios defensivos, este sí es un equipo
verdaderamente ordenado. En la medida en que un equipo tarde poco tiempo en recuperar el espacio
Agosto-2013 nº 210 16
que abandonó para ir a tocar, defenderá bien. Por otra parte, si se ataca con cinco y los otros cinco del
fondo se quedan al lado del portero, se está actuando muy mal, porque cuando los que avanzaron pierden
la pelota tienen que correr muchísimos metros para atrás y podrán volver rápido una o dos veces, pero
no muchas. En cambio, si los del fondo avanzan también con el ataque para mantener al equipo junto,
el repliegue de los de delante será muy corto. Esto es ocupar bien los espacios tácticamente y es mucho
más importante que el 4-2-4, el 5-3-2, el 4-4-2, el 4-3-3…
C.- Sin olvidar que la técnica tiene que ir ligada a la táctica, ambas íntimamente unidas
como indiqué antes. Cada toma de decisión (táctica) tiene que corresponderse con la correcta
ejecución (técnica).
C.- Las tareas de entrenamiento con balón en espacios reducidos son una actividad interesante
para el desarrollo de la técnica. Si están bien diseñadas suponen un importante argumento para
ejercitar el control y el pase en corto ante la oposición del rival.
A. C.- En los ejercicios en espacio reducido con la pelota, los jugadores han de saber que lo más
importante es la precisión. Cuando hacemos esto es para que los jugadores ejerciten la precisión. Como
entrenadores, tenemos la obligación de hacer trabajos para la mejora del manejo de la pelota. Pero ocurre
que, muchas veces, estamos más pendientes de la intensidad de la carrera que del manejo de la pelota.
Agosto-2013 nº 210 17
“Los principios fundamentales del juego deben estar por
encima de cualquier planteamiento táctico”
Cuadrado:
C.- Se dice constantemente que en el fútbol actual hay menos espacios que en el fútbol de antes.
Considero que esto es incorrecto ya que, en realidad, los espacios son los mismos porque se juega
en las mismas dimensiones totales del terreno reglamentario (dentro de las medidas mínima y
máxima para el largo y el ancho de los campos, señaladas por las Reglas de Juego) y siguen
actuando once futbolistas por cada equipo. Lo que ocurre es que se va modificando la forma de jugar
colectivamente al estar los equipos más juntos, principalmente por un mayor adelantamiento de la
línea de defensas. Por otra parte, se marca más encima a los rivales. Pero lo cierto es que cuando
la línea de defensas del rival se adelanta, el espacio que te quitan por delante te le ofrecen por detrás.
Además, los espacios pueden crearse con técnica y con visión de juego.
A. C.- Una modificación fundamental que se produjo en el fútbol vino de la mano de Rinus Michels.
Este técnico creó una revolución táctica desde que se incluyó la Regla del Fuera de Juego. Antes, los
equipos eran largos, pero con los planteamientos de Rinus Michels se redujeron lo espacios útiles al rival
achicando hacia delante. Los equipos se hicieron cortos. Los equipos brasileños tradicionales achicaban
espacios hacia atrás, pero este técnico holandés achicó espacios hacia delante, comenzó a presionar
muy adelante. Esto significó una revolución táctica porque redujo el espacio útil hacia delante y, además,
quitó tiempo. Aunque se diga que en el fútbol actual no hay espacios, lo que en realidad sucede es que
hay menos tiempo que antes. No debemos olvidar que el ancho de la cancha sigue siendo el mismo y
debemos utilizarlo, porque si utilizamos bien el ancho de la cancha podremos encontrar soluciones ante
el achique de espacios. Al tener menos espacios por delante, porque quedamos en fuera de juego, los
entrenadores empezaron a pensar acciones tácticas para poder superar esta dificultad.
C.- En realidad, todos los planteamientos y todas las modificaciones tácticas deben partir del
análisis del juego. Las características del fútbol como deporte, la dinámica del juego y las Reglas de
Juego enmarcan las formas en que puede jugarse y las variantes que podemos adoptar. Todo parte
de un buen análisis del juego. Se trata de entender bien el juego para crear una buena metodología
de entrenamiento específica, plantear los movimientos tácticos y orientar las acciones en cada
partido. Sin olvidar que, como muchas veces y desde hace mucho tiempo llevo indicando, los
principios fundamentales del juego deben estar por encima de cualquier planteamiento táctico.
A. C.- Hay que poner al juego como el núcleo, como la esencia de todo. El fútbol siempre es el mismo,
pero siempre es distinto porque cada vez te descubre cosas nuevas. Lo de que en el fútbol está todo
inventado es muy relativo. Siempre hay alguien que inventa algo. Los grandes jugadores como Pelé,
Maradona, Cruyff o Messi transitan por los caminos tradicionales pero, al mismo tiempo, inventan otra
vez el fútbol. Los grandes jugadores inventan el fútbol otra vez. Este es un juego de creación, siempre
existe la creatividad porque hay que superar al adversario y hay que crear soluciones, es inagotable. El
fútbol es inspiración, conocimiento y talento. Creo que a lo tú denominas como principios fundamentales
del juego, yo los denomino como conceptos básicos del juego, que es lo mismo. Lo más importante de
todo son los conceptos básicos y de ellos hay que partir siempre. Nuestra función fundamental es lograr
que la mayoría de los jugadores de nuestro equipo, o todos, entiendan el juego.
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C.- Hay movimientos colectivos y acciones individuales que deben respetarse siempre por encima
de cualquier variante táctica empleada. Es más, de nada sirve un gran sistema de juego, bien
planificado y bien entrenado, si no se respetan los movimientos y acciones que representan los
principios fundamentales del juego, esos que tú denominas conceptos básicos. Son absolutamente
necesarios para que un equipo juegue bien al fútbol, para que sea eficaz en la competición.
C.- El jugador debe tomar decisiones constantemente durante el partido, debe tener información
sobre cada circunstancia que concurra atendiendo a las referencias del juego, como son, el balón,
los compañeros, los rivales y el espacio. Pero muchas veces los jugadores no miran y por eso
carecen de la información necesaria sobre estas referencias. Además, tienen que mirar antes de
recibir el balón y algunos, o muchos, lo hacen después de recibir y por eso ya carecen de tiempo
para decidir y ejecutar.
A. C.- Lo que pasa es que hay algunos técnicos, a los que yo llamo tacticistas, que siempre dicen al
jugador todo lo que debe hacer en cada circunstancia, hacen que el jugador se desentienda del juego y
se limite a cumplir las órdenes. De esta forma, los jugadores someten sus capacidades a las órdenes del
entrenador y por eso no miran el partido. Para ver hay que mirar. Por ejemplo, si un lateral está cerrando
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por su banda, tiene que mirar por su zona y también mirar más lejos para ver las soluciones que tiene.
Para muchos futbolistas todo resulta una sorpresa porque sólo miran a un lado y no actúan bien cuando
la jugada les viene por el otro lado. Actualmente muchos jugadores sólo miran la pelota y por eso no ven
el partido y no lo entienden. No saben si están jugando bien o mal porque se acostumbran a resolver
situaciones inmediatas. No tienen una visión global de la cancha y del partido. Como no miran, no ven
nada ni saben nada.
C.- La zona activa del juego, ese espacio en el que está el balón y los jugadores de uno y otro
equipo que en ese instante pueden intervenir directamente sobre el balón, delimita lo que debe
hacerse en ese momento para defender y para atacar. Los jugadores deben actuar de una u
otra forma según dónde esté el balón, tanto los que están cerca del balón como los que están
más alejados.
A. C.- Así es. Por ejemplo, a la hora de defender hemos de distinguir entre defender la portería y
recuperar la pelota. ¿Dónde se defiende? ¿Dónde se recupera la pelota? Se defiende en la zona de la
portería propia, o sea, en la zona de definición del contrario. Ahí se defiende, defiendo mi portería, ahí
lo único que me interesa es que el rival no me haga gol; y ahí las marcas son al hombre, no hay zona
que valga, hay que seguir al rival hasta que termine la jugada. Con la portería al lado no puedo marcar
en zona y decir a un compañero: “este es tuyo”. Por otra parte, ¿Dónde se recupera la pelota? Se
recupera la pelota más adelante, en la mitad de la cancha. En función de las necesidades (por ejemplo,
si voy perdiendo, si falta poco de partido o lo que sea) puedo ir a buscarla más adelante, pero la pelota
se recupera en la mitad de la cancha. El significado de recuperar la pelota lo indicaba perfectamente
Menotti cuando decía que “recuperar la pelota es quitársela al adversario para dársela a un compañero”.
Si la tiro fuera o hago falta, la siguen teniendo los rivales y esto sólo sería interrumpir el juego, no
recuperar la pelota.
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Ángel Cappa: “Es cierto que hay que dar los menos toques posibles para
todos los necesarios”
llegar, pero también es absolutamente cierto que hay que dar
C.- Cuando el rival inicia la salida del balón desde atrás, desde su portería, es esencial el trabajo
de los delanteros para robar el balón o para producir precipitación y malos pases del rival con el
objetivo de que los de atrás pueden recuperar el balón. La primera línea de presión tiene que trabajar
en beneficio de los compañeros.
A. C.- Al iniciar la presión, la primera línea de combate tiene que ser consciente de que es muy difícil
que ellos la recuperen. Su principal objetivo es quitar tiempo a los rivales para que la pelota salga “sucia”.
Deben provocar que la jugada de los rivales salga mal y que hagan pases precipitados o defectuosos
para que un compañero de una línea más atrasada pueda recuperar la pelota.
C.- El espacio del que partimos con el balón es un indicativo esencial para preparar el ataque. Si
hacemos un ataque indirecto, ¿tocamos lento para luego acelerar? Si hacemos un ataque directo,
¿en qué momento hacemos el golpeo en largo? La situación del balón (más cerca o más lejos de
nuestra portería) y también la densidad de rivales cerca del balón, nos indicarán la forma más
adecuada de iniciar cada acción ofensiva colectiva.
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Estructura y dinámica
T Á C T I C A
del juego
en fútbol
Por Jorge Castelo
Entrenador Nacional de Fútbol.
Doctor en Ciencias del Deporte.
Profesor de Metodología del Entrenamiento en la Universidad de Lisboa.
Ex-Entrenador Adjunto del Benfica y del Sporting de Lisboa.
Profesor de CESFÚTBOL.
Este artículo representa un amplio compendio sobre importantes aspectos del juego del fútbol. Es,
en definitiva, un buen análisis de situaciones y desarrollos tácticos. El autor nos desgrana conceptos
muy interesantes dentro de cuatro apartados: juego y táctica, principios del juego, los jugadores,
análisis de situaciones concretas. En un apartado final, metodología específica, nos indica
planteamientos prácticos para el diseño de tareas de entrenamiento de la táctica. Trabajo muy
interesante este que nos ofrece Jorge Castelo, técnico portugués con vitola de generador de
enseñanzas futbolísticas a nivel internacional y, por ventura para nosotros, habitual colaborador de
nuestra publicación. (Jesús Cuadrado Pino, director de TRAINING FÚTBOL)
Juego y táctica
onsidero que el juego del fútbol se traduce en bloques antagonistas condicionados por una
C unidad de tiempo, de espacio, y de acción. Cada jugador apoya a todos sus compañeros de
equipo y es un rival para todos sus adversarios. La acción es claramente consecuencia de la
existencia de una concepción de la unidad para el desarrollo del juego: la planificación táctica. La
planificación táctica no significa sólo una organización en función del espacio, del tiempo del juego y
de las misiones específicas de los jugadores, sino que presume, en último análisis, de la existencia de
esa concepción de la unidad en la que la velocidad, la coordinación y la coherencia de los
desplazamientos de los jugadores, su orientación y el ritmo, la relación y el contacto con los
adversarios, tanto en las fases ofensivas como en las defensivas, determinan la orden de ejecución de
las acciones individuales y colectivas en las que el espacio necesario y su distribución en el tiempo
son variables, secuenciales, coherentes y organizadas con el objetivo de alcanzar la victoria.
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“La dinámica del juego del fútbol permite acciones preestablecidas
”
estudiadas, y la verdad es que éstas no se reproducen de forma
exacta durante el partido
Cada situación de juego expresa una dimensión estratégica y una dimensión táctica extraordinaria.
Se pueden observar dos situaciones de juego semejantes, pero no existen dos iguales. La dinámica
del juego del fútbol permite acciones preestablecidas estudiadas, y la verdad es que éstas no se
reproducen de forma exacta durante el partido. Toda acción de ataque o de defensa, con o sin el
balón, es discrecional y se resuelve según la contextualidad de la situación, cuyo logro requiere un
programa de acción adecuado a la situación y a los objetivos estratégico-tácticos que se deben
alcanzar. Podemos establecer las acciones predeterminadas pero no podemos controlar las
condiciones estructurales en que éstas se llevan a cabo, ni prever sus efectos en la resolución de la
situación de juego.
Los criterios a tener en cuenta para garantizar un juego colectivo eficaz se basan en un conjunto
de supuestos que se deben analizar e integrar en una red más amplia de relaciones e interrelaciones
cuyo dispositivo global es más importante que las diferentes partes que lo componen. Ningún
ambiente táctico se desarrolla de forma aislada, sino en un grupo cuya naturaleza es distinta de las
partes que lo componen. Desde punto de vista ofensivo establecemos seis aspectos esenciales del
problema: el equilibrio ofensivo, la velocidad de la transición (defensa-ataque), el relanzamiento del
proceso ofensivo, la segunda ola de ataque, los desplazamientos en longitud y profundidad, y el
establecimiento de un ritmo de juego. Desde un punto de vista defensivo establecemos cinco
aspectos esenciales del problema: el equilibrio defensivo, la recuperación defensiva, la concentración
defensiva, la organización de la última línea defensiva y el establecimiento de un ritmo defensivo.
En lo referente a la ejecución de las habilidades motrices, hay que decir que éstas deben estar en
consonancia con la capacidad de resolución de las situaciones de juego que se realizan, a través de
normas decisivas. Todavía se piensa que el jugador debe expresar una técnica gestual "perfecta", es
decir, una configuración ideal del movimiento. La idea fundamental de eficacia se determina a través de
los gestos realizados, se basa en la imitación y
asimilación de movimientos específicos del
juego. Sin embargo, si observamos el juego del
fútbol actual, la eficacia ya no debe ser atribuida
al gesto en sí mismo, debe ser atribuida a la
precisión de las operaciones cognitivas
subyacentes (percepción, análisis, resolución
mental y decisión) que rigen la construcción de
acciones de respuesta. Por esta razón, cuando
se adquiere una capacidad técnica no se
aprende el movimiento (el gesto), pero sí las
estrategias y las normas que permiten generar
acciones eficaces que deben adaptarse a las
situaciones del juego. En el fútbol trabajamos
con acciones, no con gestos.
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La organización de un equipo pasa por el objetivo de marcar goles al adversario y evitar que el
adversario meta goles al propio equipo. Sólo así será capaz de alcanzar la victoria. Esta premisa
condiciona todo el trabajo colectivo. Aunque el propósito del juego sea alcanzar el gol el mayor número
de veces, existen muchas ocasiones antes de la confrontación y muchos momentos durante el partido
en los que el objetivo de los equipos no coincide con la finalidad del propio juego. Esto significa que en
función de las estrategias para la confrontación directa o en función de la táctica que se desarrolla
durante el partido, el equipo establece otra finalidad, otros objetivos estratégico-tácticos, para los cuales
son precisos unos comportamientos y unas acciones determinadas. La finalidad del juego abarca los
dominios técnico, táctico, físico, psicológico y social, que se interpretan y condicionan mutuamente.
Todo se complica con la mezcla de aplicaciones de concepciones estratégicas preestablecidas y a
través de la aplicación operativa de medidas tácticas especiales, fruto de las modificaciones previstas
que se realizan durante el partido.
Durante el juego nada es definitivo, nada se establece para siempre. Con el tiempo se producen
modificaciones, instantes más favorables a un equipo que a otro. Por ello, ambos no pueden tener
simultáneamente el mismo objetivo táctico ni tampoco las mismas actitudes y conductas tácticas. Sin
embargo, la ventaja de un equipo puede basarse en la aplicación de una estrategia específica sobre el
otro. Hay diferentes elementos de carácter estratégico y táctico que si se aplican correctamente pueden
disimular ambientes y condiciones de juego que a un observador imparcial e inexperto pueden hacer
pensar que al final la ventaja del juego la tendrá uno de los dos equipos. Sin embargo, después de un
análisis más profundo podemos llegar a la conclusión de que esa ventaja pasa sólo por la aplicación de
una estrategia adaptada a esas circunstancias que recrea condiciones favorables para el desarrollo del
plan de juego establecido. Mantener la posesión del balón más tiempo durante el partido, por ejemplo,
no es un hecho por sí mismo que ya determine la victoria. Debemos tener en cuenta que este hecho
puede haber sido propiciado por la propia estrategia del equipo de dar toda la iniciativa al adversario.
Existen grandes hipótesis sobre la creación de contraataques o ataques rápidos en condiciones
ventajosas en el espacio.
La posesión del balón es uno de los objetivos del ataque ante la imposibilidad temporal de atacar al
adversario cuando las condiciones no permitan un mínimo éxito. En este sentido, si no se tienen en
cuenta las condiciones mínimas los jugadores deben mantener la posesión del balón para temporizar el
ensayo ofensivo hasta que se logren las condiciones idóneas. Para ello es necesario resolver los
diferentes contextos situacionales evaluándolos en función del riesgo-seguridad. Cuando cada jugador
intervenga cerca del balón deberá evaluar las ventajas y desventajas en base a los objetivos tácticos de
su equipo y ejecutar, o no, la acción en mente. Es preferible una acción táctico-técnica antes que una
acción que entregue el balón al adversario, porque una acción táctico-técnica determinada no puede ser
la solución más adecuada para una situación momentánea del juego pero permite al equipo mantener
la posesión del balón, que siempre es un aspecto positivo. Por otra parte, mantener la posesión del balón
puede romper el ritmo de juego del adversario. En ciertas situaciones del juego, los jugadores deben
tener el sentido táctico de romper el ritmo de juego del adversario y para que eso suceda asumen
conductas que imprimen un ritmo más conveniente para su propio equipo o crean una noción falsa del
ritmo que proporciona una acentuación de la iniciativa del ataque. Otros objetivos de la posesión del
balón son: mantener la iniciativa del juego, cansar físicamente al equipo adversario, obligar a los rivales
a jugar con una presión psicológica grande, crear las condiciones necesarias para que exista crisis de
raciocinio táctico, mantener el resultado del juego que nos interese.
El juego del fútbol es una modalidad deportiva colectiva que recurre continua y persistentemente
al perfeccionamiento de su organización, intentando alcanzar sus objetivos y superar sus propias
limitaciones momentáneas. En esta dimensión, basada en la organización de un equipo de fútbol, es
la cooperación, es decir, la congregación de esfuerzos (en el sentido del cumplimiento de los objetivos)
lo importante para que la organización se mantenga. A través de la cooperación se refuerza la acción
individual, gestionando la organización para cumplir con eficacia el objetivo marcado, que está
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“La sinergia produce un efecto más grande que la suma de los
efectos que producirían los jugadores actuando individualmente”
completamente fuera del alcance de cada jugador que actúa de forma aislada (efecto de sinergia). La
sinergia produce un efecto más grande que la suma de los efectos que producirían los jugadores
actuando individualmente.
El fútbol, como un sistema social abierto puede partir de diferentes condiciones iniciales para llegar
a un mismo objetivo, es decir, utiliza otros caminos para llegar al mismo propósito. Además, en la
mayoría de las situaciones, ninguno de estos caminos parece mejor ni más eficiente que otro. Hay que
tener en cuenta que cuanto más se desarrolla el orden y la organización, más necesidad hay de
desorden, sin el cual no habría una evolución táctica. Pero hay que recordar que paralelamente se
crean mecanismos de regulación o control, siempre que las acciones de los jugadores respeten el
objetivo inicial, ya que de no ser así se realizarían modificaciones. Estas correcciones presuponen que
existen mecanismos de retroacción que tienen como objetivo modificar el comportamiento del equipo
si fuese necesario, siempre respetando ciertos límites definidos por los objetivos competición.
Lo que define a un equipo es su expresión táctica, que va tomando forma en base a la planificación
táctica ofensiva o defensiva, deliberada o prudente, tímida o espectacular: de los valores y
convicciones (subsistema cultural) de los equipos en confrontación directa, del sistema de juego y de
las misiones tácticas distribuidas a los jugadores (subsistema estructural), de los métodos de juego
ofensivo y defensivo utilizados (subsistema metodológico), de los principios del juego que expresan
las líneas orientativas según las cuales los jugadores resuelven mentalmente las situaciones del juego
(subsistema relacional), y de las conductas táctico-técnicas colectivas e individuales de la resolución
motriz de las situaciones de juego (subsistema táctico-técnico). Por ello, el carácter operativo de la
planificación táctica durante el juego va cambiando en función de una serie de factores, tales como,
las modificaciones de las condiciones climáticas (la lluvia, el viento), las condiciones del terreno de
juego (regular o irregular), el resultado numérico momentáneo del juego (favorable o no a los objetivos
del equipo), el tiempo de juego (cerca o no del final), y las modificaciones puntuales de la táctica del
equipo adversario (substituciones, cambios en las funciones tácticas del los jugadores). El carácter
operativo de las funciones tácticas tiene los objetivos siguientes: mejorar la organización del equipo
en el terreno del juego, utilizar acciones tácticas con fines precisos, mejorar la capacidad de
colaboración entre los sectores del equipo o entre dos o tres jugadores, y tener la capacidad de pasar
rápidamente de un sistema o enfoque de juego a otro durante la competición. Dentro de esta
perspectiva, consideramos que la táctica de un equipo se expresa a través de la fluidez (refleja la
capacidad de creación rápida, fluida y fácil del mayor número posible de soluciones en un tiempo
limitado para la competición), la adaptabilidad (representa la capacidad de encontrar soluciones
heterogéneas para una determinada situación problemática, la creatividad (representa la capacidad
de lograr soluciones ingeniosas, la reestructuración (representa la capacidad de modificar o
reestructurar la acción del equipo, en función de las particularidades de la nueva situación
competitiva), y la anticipación (representa la capacidad de discernir y prever las necesidades y las
consecuencias de la situación competitiva).
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medida de lo que suceda durante la recuperación de la posesión del balón. El cuadro de referencia
que condiciona este acto se basa fundamentalmente en la zona (espacio de juego), en el estado de
la evolución de la organización tanto de defensa como de ataque, o en la acción táctico-técnica
individual defensiva (por ejemplo: desarme, interceptación,...) de la recuperación de la posesión del
balón. Partiendo del análisis de este hecho es fundamental que se construyan situaciones de
entrenamiento que potencien una recuperación “modelo” de la posesión del balón para que sus
efectos de carácter positivo puedan repercutir durante la fase ofensiva que resulta de todo este
proceso. En este sentido, la defensa no debe limitarse a responder al adversario, sino al contrario,
deberá responder siempre haciendo que el atacante se preocupe, y mucho, de su propio campo.
Cada uno de los jugadores influye directa o indirectamente en el desarrollo de las situaciones de
juego. La atribución de misiones tácticas obliga a los jugadores a mantenerse constantemente atentos
y activos, influyendo y siendo influidos en el desarrollo del juego. En este sentido intentan contribuir al
desarrollo eficiente de la situación defensiva u ofensiva en que se encuentren, o a la preparación de uno
estos fundamentos del juego con independencia de que su equipo tenga o no la posesión del balón.
El enfoque y la distancia no son una fragmentación del juego, pero sí una lógica de la continuidad.
Atendiendo a las consideraciones mencionadas, se verifica que los jugadores se acercarán apoyando
a los compañeros o se marcharán de la posición del balón, rompiendo o equilibrando el sistema táctico
del equipo adversario y del propio equipo respectivamente, cumpliendo los supuestos fundamentales
de carácter táctico y estratégico de la base para el desarrollo del juego. El juego mismo no se
fragmenta, en el sentido de partirse o separarse, pero sí se desarrolla en una continuidad lógica de la
acción, implicando en el mismo momento la resolución de las situaciones de juego y la creación de
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condiciones adecuadas en espacios más lejanos, lo que puede tener como resultado la ruptura de la
organización del adversario y del equilibrio del sistema táctico propio. Con esta situación, apoyada por
dos decisiones y conductas que al principio parecen divergentes, se podrá contribuir a la
concretización de los objetivos del ataque o de la defensa.
En el desarrollo de cada fase del juego, ni todos los jugadores están directamente envueltos en el
ataque ni tampoco en la recuperación del balón. Un ejemplo típico de estas consideraciones sería que
los jugadores no se viesen implicados directamente en la recuperación del balón y se situasen en ciertos
espacios estratégicos del juego en los que preparasen el ataque de su equipo. Simultáneamente obligan
al equipo adversario a atacar en condiciones de inferioridad numérica. Por tanto, estos jugadores deben
ser marcados por los adversarios, cuyo equipo se encuentra en ese momento en un proceso ofensivo.
Según este razonamiento los jugadores que no estén implicados directamente en el ensayo ofensivo de
su equipo se situarán en ciertos espacios estratégicos del juego, equilibrando el sistema táctico y
preparando la posibilidad de una pérdida del balón. Consecuentemente, marcarán y vigilarán los espacios
y a los rivales que pueden ser corrientes de transmisión del desarrollo rápido del proceso ofensivo del
adversario. Su posición también debe permitir una reorganización rápida del ataque de su equipo en caso
de que la táctica anterior no funcionase.
Si analizamos parte de las modalidades deportivas de carácter colectivo como, por ejemplo,
balonmano, baloncesto, voleibol, jockey sobre patines, etc., de inmediato veremos que se desarrollan en
un espacio limitado de juego y con un número más pequeño de jugadores por equipo. Este hecho tiene
como consecuencia práctica dos aspectos esenciales: el primero es que en todas las situaciones, todos
los jugadores del mismo equipo, en el mismo momento, participan en una de las fases fundamentales del
juego (ataque o defensa); el segundo aspecto esencial es que debido a la posición operativa de
proximidad, los jugadores (atacando y defendiendo) adoptan situaciones diferentes con diferentes
contextos de juego, lo que hace que sus conductas táctico-técnicas tengan en cuenta sus decisiones de
carácter estratégico-táctico y las acciones realizadas por otros jugadores (compañeros y adversarios). En
la mayoría de las situaciones, todos éstos quedan en su campo visual. Debido a un esfuerzo de atención,
las relaciones de comunicación serán analizadas e integradas conscientemente como información para
la toma de decisiones.
En el juego del fútbol este aspecto de ejercer influencia y de verse influido por un número significativo
de jugadores que asumen diferentes comportamientos táctico-técnicos es completamente imposible. La
realidad de este hecho incide en la toma de decisiones y en la ejecución de la acción de respuesta al contexto
situacional. En cada momento del juego podemos establecer teóricamente la existencia de una unidad
lógica funcional y operacional, que rápidamente se constituye (de acuerdo con el nivel de organización
dinámica del propio equipo, cada vez que uno de los jugadores recibe el balón, pudiendo ser capaz de
alterarla positiva o negativamente). Por ello, en cada momento de juego se observan transformaciones
fundamentales en los desplazamientos de algunos compañeros (apoyándolos en su acción) y de los
adversarios (intentando quitarles la posesión del balón o tratando de neutralizar sus acciones).
Cada unidad lógica funcional que se forma en todos y cada uno de los momentos del juego, en función
de los objetivos tácticos momentáneos de quien ataca o de quien defiende, se establece dentro de un
marco situacional de justificación caracterizado por una incertidumbre, pero también por una integridad
estructural cuyos componentes establecen un espacio concreto de juego donde esta unidad operacional
se verifica, un tiempo real de juego ya que a medida que el tiempo se agota estas unidades estructurales
operacionales tienden a deteriorarse, un resultado numérico del juego en función del resultado positivo
o negativo, un jugador que interviene cerca del balón recibiendo la atención de los compañeros y
adversarios, un contexto de cooperación constituido por compañeros que asumen la ejecución de
opciones tácticas, un contexto de oposición constituido por adversarios que se sitúan a una distancia
determinada del jugador que posee el balón y que decide las opciones tácticas de resolución de la
situación, un propósito determinado por la necesidad de cumplir los objetivos estratégicos
establecidos y los objetivos tácticos momentáneos en función de las circunstancias.
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La organización dinámica que envuelve a las unidades estructurales funcionales nos lleva a admitir,
tanto teóricamente como en la práctica, la posibilidad de que se establezcan dos niveles de principios
orientativos de la conducta táctica de los jugadores, de la que derivan las unidades estructurales
funcionales que se encuentran en cambio constante, constituidas por el jugador que posee el balón y
por elementos pertenecientes a los dos equipos (compañeros y adversarios). Ellos se posicionan a una
cierta distancia, ayudando o no a su razonamiento táctico y, consecuentemente, a su ejecución motriz.
Las unidades lógicas, funcionales, se forman continuamente, estructurándose en una organización
dinámica más extensa que tiene en cuenta el espacio del juego y el número de jugadores. Asumen las
actitudes y las conductas táctico-técnicas teniendo en cuenta el desarrollo de las unidades
estructurales funcionales, limitadas por las circunstancias del momento y por los objetivos estratégicos
preestablecidos.
Desde un punto de vista defensivo, los defensas asumen su posición teniendo en cuenta la
continuidad de las acciones de sus colegas en el seno de las unidades estructurales funcionales, la
distribución de los espacios estratégicos y esenciales del juego en consonancia con las circunstancias
del momento y con el sistema táctico de la base del equipo, los desmarques de ruptura de los
atacantes relativos a la posición del balón y al de los límites, un ensayo ofensivo eficiente, y la
preparación del proceso ofensivo para la recuperación de la posesión del balón.
Desde un punto de vista ofensivo, los atacantes intentan ajustarse a la resolución de las situaciones
contextuales del juego proporcionando simultáneamente unas condiciones óptimas para su
continuidad, crear las condiciones favorables para el logro de acciones de ruptura de la organización
defensiva del adversario o de progresión del balón en dirección a las zonas predominantes de
finalización, completar en condiciones ventajosas la acción, y racionalizar constantemente el espacio
de juego.
En el juego existen relaciones que privilegian las respuestas tácticas. En la mayoría de las
situaciones de juego los jugadores que se encuentran en la organización de las unidades estructurales
funcionales no forman parte del círculo de relaciones de la respuesta táctica del que lleva el balón. Esto
no quiere decir que si un jugador (atacando o defendiendo) se sitúa fuera de la unidad estructural
funcional no se va a ver influido por la decisión del que conduce el balón. El atacante suele contestar
tácticamente relacionándose con los colegas que están más cerca, intentando resolver los diferentes
contextos situacionales que el juego proporciona.
El jugador que posee el balón en un espacio determinado del juego no consigue abarcar en su
campo visual todas las acciones de los jugadores (compañeros y adversarios). Cuándo éste decide,
no atiende a los sucesos que puedan tener lugar en el terreno de juego, ya que no tiene conciencia ni
de su existencia ni de su importancia. Por ello el jugador se concentra profundamente en quien está
frente a él o dentro de suficientes referencias limitadas. Hay que subrayar que las acciones ofensivas
con niveles elevados de éxito se concretizan en situaciones inminentes de finalización o de gol efectivo,
y tienen como denominador común el uso de esas acciones de carácter táctico-técnico que tienen
como objetivo la ruptura puntual de la organización defensiva del adversario en espacios de juego más
distantes.
Resulta adecuado establecer dos niveles: los principios generales del juego y los principios
específicos del juego. Los principios generales del juego tienen como objetivo asegurar las líneas
orientativas básicas que coordinan las actitudes y los comportamientos táctico-técnicos de los
jugadores que no se encuentran dentro de la unidad estructural funcional del juego, en este punto se
deben distinguir los principios generales de tipo ofensivo y de tipo defensivo. Los principios específicos
del juego tienen como objetivo garantizar las líneas de orientación básicas que coordinan las actitudes
y comportamientos táctico-técnicos de los jugadores que se colocan dentro de la unidad estructural
funcional del juego, distinguiéndose en este nivel los principios específicos ofensivos y los principios
específicos defensivos.
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Los jugadores
Durante el partido, los jugadores están tomando decisiones continuamente. El fútbol es
fundamentalmente un juego de decisiones. En la competición no gana quién desarrolla los
desplazamientos más rápidos ni quien salta más alto ni quien corre más. No ganan tampoco los
equipos cuyos jugadores realizan las acciones estrictamente técnicas a un nivel elevado pero sin un
análisis suficiente de los problemas impuestos por una actividad colectiva de dimensión táctica y
estratégica. En el fútbol gana quién tiene la capacidad de reconocer en cada momento las estructuras
invariables del juego. Este reconocimiento, supeditado a la capacidad de los jugadores, anticipará el
desarrollo de los acontecimientos y se traducirá en la utilización específica de procedimientos técnicos
y tácticos adaptados a las situaciones momentáneas del juego.
La actividad cognitiva de los jugadores en el juego puede y debe ser modificada por la educación
que interviene en la conceptualización de ejercicios y en la manipulación de sus componentes
condicionales (el tiempo, el espacio, el número, etc.) y no por los movimientos que se manifiestan de
forma mecánica y analítica. Las acciones específicas del fútbol tienen sólo un sentido, un propósito y
un significado, y se ejecutan en ambientes contextualizados del juego. Fuera de este planteamiento,
como puede suceder en la sesión de entrenamiento, la relación obtenida entre el coste (tiempo en la
actividad) y el beneficio (efectos producidos por
la ejercitación de la actividad) es menor que si
se compara con otras formas de trabajo más
cercanas a la realidad competitiva. El aprendizaje
y perfeccionamiento de los jugadores, y del
equipo, sólo es rentable cuando se producen
contextualidades situacionales que evocan
realidades competitivas más o menos complejas.
Solo a partir de estos ambientes es posible
obtener los diferentes mecanismos para la toma
de decisiones y para las acciones motrices de
respuesta a la situación-problema. Resulta
esencial precisar y centrar el diseño de la
construcción de los ejercicios de entrenamiento en
base a la decisión de los jugadores.
Es importante analizar las características de los jugadores para formar cada línea de juego del
equipo, de la misma forma que es importante escoger bien a los jugadores que actuarán por dentro y
a los que se moverán principalmente en las bandas. El pasillo central se ve marcado en el plano
ofensivo por jugadores de acción organizativa sobresaliente que, por lo tanto, gozan de excelentes
condiciones para ayudar a compañeros que se encuentren en los laterales moviendo el ángulo del
ataque a través de pases para aislar a uno de sus compañeros. En el plano defensivo, los equipos
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intentan privilegiar la situación del pasillo central con el objetivo de disminuir las distancias entre los
defensas y construir así una organización defensiva eficiente que proporcione la recuperación de la
posesión del balón y una protección fiable del terreno propio. El pasillo central suele coincidir con tres
perfiles de jugadores: unos de gran capacidad técnica y razonamiento táctico que resuelven de forma
eficiente las situaciones momentáneas del juego (coordinadores de juego o medios centro); otros con
gran capacidad de sacrificio cuyas funciones tácticas se ajustan al sistema táctico del equipo
marcando aquellos espacios por los que el adversario pueda progresar y cambiando sus funciones con
compañeros que en cierto momento desarrollan otras misiones dentro de la organización del equipo;
y un tercer grupo formado por especialistas cuya función es culminar el proceso ofensivo buscando el
gol (delanteros) o defender su propio terreno (defensas centrales).
En el plano ofensivo, los pasillos laterales proporcionan excelentes espacios para hacer que el
balón avance por zonas cercanas al campo del adversario, gracias a la reducida concentración de
defensas. En este sentido, los atacantes intentan, por un lado, ayudar al ataque creando situaciones
de superioridad numérica o explorando los espacios en los lados de los defensas, y por otro, cuando
se encuentran cerca del campo del adversario asumen actitudes y comportamientos de creación y de
finalización. En el plano defensivo, los jugadores que se encuentran en esta fase de juego intentan
conducir a los atacantes a los pasillos laterales para reducir el espacio de juego (lo que se traduce en
una disminución de los ángulos y de las opciones de pase) y aprovechan las líneas laterales como
elemento de presión táctica de los atacantes. De hecho, los pasillos laterales desarrollan de forma
eficaz las acciones de las fases defensiva y ofensiva. Encierran al contrincante colocándose frente a la
línea del balón para desequilibrar la organización ofensiva adversaria, creando situaciones de
superioridad numérica donde se exploran los espacios libres de juego que se traducen en la ejecución
de cruces en la dirección de sus compañeros delanteros situados en una zona grande adversaria. Estos
jugadores llevan un ritmo de juego muy alto, por lo que tanto la frecuencia como el número de acciones
técnicas y tácticas ejecutadas durante el partido son posibles gracias a la combinación específica de
dos cualidades físicas: velocidad y resistencia.
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“Una misma situación de juego puede no ser vivida necesariamente de
la misma forma por diferentes jugadores”
éstos hablan bastante entre ellos, más que los jugadores de alto nivel. Cuando el juego comienza a
organizarse y se acelera, esta forma de comunicación llega a no ser la adecuada para la naturaleza y
el ritmo de la evolución de la complejidad de la situación y para su resolución. Lo cierto es que nos
comunicamos con el mismo éxito a través de frases que a través de la posición del cuerpo y el ritmo
de nuestros movimientos en el espacio. Limitada a un gesto, la dimensión corporal no se vuelve menos
presente en la comunicación, pero sí llega a ser un idioma silencioso.
La originalidad de la comunicación motriz en el
juego reside en que forma parte de la acción del
juego. La interacción entre los jugadores sucede
aunque ellos no quieran. Un jugador comunica, y
su comportamiento funciona como una señal.
Sin embargo, el mismo signo puede ser asociado
virtualmente a muchos mensajes diferentes. Esto
significa que una misma situación de juego puede
no ser vivida necesariamente de la misma forma
por diferentes jugadores. Consecuentemente, no se
anticipan a sus acciones a partir de un escenario
idéntico. En este sentido, esta multiplicidad es la
fuente de la ambigüedad del acto estratégico. Para
un mismo significado, el jugador dispone de todo un inventario de significados que se oponen.
Teóricamente, la eficacia de la comunicación postula que a cada significado le corresponde un
significante, e inversamente, cada significado se expresa por un único significante. En la práctica son
innumerables las situaciones donde un significante puede referirse a varios significados, y donde cada
significado se puede expresar por medio de varios significantes.
En cada momento del juego, sólo un jugador podrá conservar la posesión del balón. Sin embargo, la
coordinación y el rendimiento del equipo dependen extensamente de las conductas táctico-técnicas de
los restantes diez compañeros. De esta constatación deducimos el grado elevado de complejidad que
las conductas de los jugadores expresan. Ejecutar una acción correcta, en el momento exacto,
empleando la fuerza necesaria, siguiendo la velocidad ideal, anticipándose a las acciones de los
adversarios, llega a ser relativamente comprensible para los compañeros, e incomprensible para los
adversarios. Estos son algunos de los elementos que cualquier jugador debe tener en cuenta cuando
toma una decisión. En este sentido, la resolución de cualquier contexto del juego pasa por las conductas
de los jugadores, que expresan tres vertientes inseparables y fundamentales: la vertiente estratégica, la
vertiente táctica y la vertiente técnica.
La solución de los contextos situacionales del juego implica, en general, recurrir a ciertos principios
que se desarrollan a través de las directrices del entrenador y de los conocimientos preexistentes
(experiencias) de los jugadores para resolver las situaciones-problema. Estas reglas de decisión,
aprendidas y perfeccionadas por la aplicación práctica, permiten soluciones relativamente satisfactorias
entre los beneficios cualitativos que brinda el haber optado por la decisión correcta y el coste de usar
otras más complejas. Por lo tanto, aunque sean mejores como reglas necesitan más tiempo para poder
abarcar toda la situación (tiempo es lo que no existe en el fútbol) y más esfuerzo. El uso de reglas de
decisión comprende dos operaciones mentales distintas: la primera consiste en determinar a qué regla
es necesario recurrir para resolver el problema y la segunda comprende la aplicación de una regla
determinada en relación con las condiciones particulares del problema a resolver.
Agosto-2013 nº 210 31
El paso de un método de juego a otro, dentro de una larga serie de posibilidades, se basa en los
aspectos siguientes: la inestabilidad continua en la organización del enfoque del juego del adversario, la
aplicación de un ritmo más o menos elevado incompatible con las acciones coordinadas de los
adversarios con vistas a su desorganización, el uso de los desplazamientos constantes en longitud y
profundidad con el objetivo de aumentar las opciones tácticas, la dirección de las acciones táctico-
técnicas colectivas e individuales hacia el adversario o hacia espacios esenciales del terreno de juego, la
realización de circulaciones tácticas intentando lograr altas tasas de éxito especialmente en las fases de
creación de situaciones de finalización y de remate en el campo del rival, la simplificación del proceso
ofensivo a través de un número limitado de jugadores que intervengan directamente cerca del balón
utilizando siempre que sea posible un juego directo y objetivo que determine un aumento de la iniciativa,
la creatividad de los jugadores, el fomento de las transiciones defensa-ataque y ataque-defensa a través
de procedimientos que potencien un nivel elevado de prontitud colectiva e individual para aprovechar los
posibles desequilibrios organizativos del equipo adversario, y corregir la lectura de la situación de juego
que muestra que irán apareciendo distintas formas de organización ofensiva.
La variación del ritmo del juego es uno de los aspectos más importantes en la modificación estructural
del fútbol. Esta variación se relaciona con el grado de riesgo o seguridad con que los equipos realizan sus
acciones táctico-técnicas con el objetivo de llegar al gol, y con el equipo en el ensayo defensivo, donde
deberá asumir una actitud más o menos determinante y agresiva en el intento de conquistar la posesión
del balón. Por ello, el equipo impondrá un ritmo más rápido al adversario a través de acciones colectivas
e individuales para que sea variable el orden con que son realizados especialmente cuando se utilizan las
zonas finales. Un ritmo elevado es la consecuencia de la variación de la velocidad de ejecución de las
conductas táctico-técnicas colectivas e individuales. Un ritmo más grande o más pequeño del juego, al
igual que el factor sorpresa, provocará desequilibrios temporales y puntuales en las unidades estructurales
funcionales del equipo adversario o, incluso, en toda su organización defensiva. El aumento de la velocidad
va íntimamente unido al aumento de la probabilidad de la ejecución ineficaz de las acciones táctico-
técnicas con las que el equipo aumentará las pérdidas de posesión de balón, en este contexto hay que
destacar la necesidad de que sea establecido un ritmo concreto, el más conveniente posible, y que se
mantengan los niveles de rendimiento del equipo. El ritmo de juego aplicado debe decidir la imposibilidad
del adversario, adaptándose eficientemente a los cambios de la constante y de las secuencias del ritmo
de la velocidad de la ejecución motriz (aumentando o disminuyendo) en momentos oportunos (la creación
de condiciones desfavorables a los adversarios), esta desadaptación es resultante de la ejecución de
acciones ineficaces ante la contextualidad del juego o de su aplicación desfasada en el tiempo.
Si analizamos los desplazamientos ofensivos podemos establecer dos parámetros: la forma y el tipo.
En lo que respecta a la forma, ésta resulta de la relación que se establece entre la línea final y la
trayectoria descrita por el desplazamiento del atacante en el terreno de juego. Cuando el atacante que
ejecuta el desplazamiento está cerca del límite adversario las perpendiculares son muy eficaces pero
tienen como desventaja la posibilidad que brindan a los atacantes, ya que en muchas situaciones se
hablaría de “fuera de juego”. Cuando el atacante efectúa este desplazamiento tiene muchas dificultades
para observar la última línea defensiva adversaria, las diagonales representan un gran nivel de eficacia
porque el atacante se aprovecha del lado “ciego” del defensa, que se concentra en el balón y pierde la
noción del adversario que se mueve a sus “lados”, y porque aumenta el campo de visibilidad del
atacante sobre las condiciones de la última línea defensiva. Las paralelas son menos ofensivas pero más
eficaces cuando son realizadas contra los defensas “en línea”. Las circulares-complejas son menos
eficaces que los desplazamientos perpendiculares y diagonales, pero tienen la ventaja de que son más
difíciles de marcar por los defensas adversarios.
Los planes tácticos tienen como objetivo asegurar las condiciones más favorables para la consecución
inmediata del gol. En la actualidad el cuarenta por ciento de las situaciones de finalización y de creación
de situaciones de finalización se basan en soluciones tácticas a balón parado. Otro hecho, el de los partidos
importantes, será cada vez más determinante a través de los goles que se producen en estas situaciones.
Si analizamos específicamente estas situaciones verificamos, a lo largo del tiempo, la especialización de
Agosto-2013 nº 210 32
cada jugador que realiza la situación, crea escenarios creíbles para alterar la concentración de los
adversarios, y simula acciones de falta para hacer que al árbitro se equivoque. En lo que se refiere a este
último aspecto, como entrenador no considero que se deba entrenar específica y objetivamente esta clase
de situaciones porque es negativo para la credibilidad de todos los que intervienen en el fenómeno
futbolístico. Entrenar para simular que el adversario ha cometido falta no es sinónimo de juego limpio ni de
los principios de formación deportiva como son la moralidad y el profesionalismo.
Es preferible tener pocas variantes tácticas y muy eficaces, antes que muchas pero poco eficaces.
Veamos el ejemplo de las situaciones a balón parado. Es importante aplicar el mismo esquema táctico
pocas veces durante el mismo juego, para que los adversarios no se acostumbren a las intenciones y a
la maniobras tácticas de los jugadores en estas situaciones. Por ello, se deben introducir dos o tres
variantes en la construcción de los esquemas tácticos. Además, algunos entrenadores insisten mucho
en la forma de ejecutar las situaciones a balón parado. En la mayor parte de las situaciones la variedad
sobre un tema base que demostró ser muy eficiente fue utilizar las variantes para mantener
constantemente al equipo adversario a la expectativa.
Metodología específica
Respecto a los ejercicios en espacio reducido, hay que indicar que su abuso perjudica el rendimiento
individual y colectivo, por eso es muy importante desarrollar el condicionante estructural, el espacio,
apelando a cuatro condiciones fundamentales: 1.- dimensión: se establecen tres dimensiones del espacio
de juego: (a) espacio reducido (las diferentes dimensiones de estos espacios de juego, considerados
reducidos, nunca deben superar el límite de 50
metros, aproximadamente la mitad del campo de
juego), (b) cercanía a la competición: aquellos
espacios de juego de hasta 70 metros, y (c) idéntico
a la competición: aquellos espacios de juego
reglamentados para la competición; 2.- geometría:
paralelamente a las dimensiones del espacio de
juego se utilizan diferentes geometrías que van
desde el rectángulo (forma más usual) al cuadrado,
círculo, triángulo, etc. Estas geometrías tienen
como objetivo contextualizar diferentes decisiones
y comportamientos táctico-técnicos relacionados
con las formas establecidas para el espacio de
juego; 3.- utilización: se pueden establecer cuatro
formas de utilización de los espacios de juego: (a) independiente (cada jugador atacante o defensa ejerce
sus acciones en su espacio respectivo sin interferir en el espacio del adversario), (b) comunes (todos los
jugadores podrán interferir en los diferentes espacios de juego en función de las situaciones que se
desarrollen durante el ejercicio), (c) mixtos (sólo ciertos jugadores gozan de la facultad de poder interferir
en diferentes espacios de juego cuando otros se mantienen predominantemente en sus respectivos
espacios, y (d) prohibidos (dentro de cada uno de estos espacios se pueden establecer simultáneamente
zonas prohibidas para todos o para algunos jugadores, para ir variando de esta forma los niveles de
dificultad del entrenamiento; y 4.- división: se pueden establecer dos divisiones del espacio de juego: (a)
utilización del pasillo central (cerca de la defensa). El pasillo central crea las mejores condiciones de
inversión del ángulo de ataque en una concretización positiva del proceso ofensivo. Este pasillo podrá
dividirse en dos o tres sectores haciendo que correspondan a la organización estructural del equipo
(defensivo, medio-campo y ofensivo); y (b) utilización del pasillo central y de los dos pasillos laterales
(izquierdo y derecho), los cuales condicionan fuertemente los ángulos ofensivos (inversión del ataque y
remate), y defensivos, relativamente cerca de la defensa adversaria.
Agosto-2013 nº 210 33
La aplicación de los ejercicios de entrenamiento para mantener la posesión del balón tiene como
objetivo crear condiciones favorables para que todos los jugadores, individual y colectivamente,
entiendan que al mantener la posesión del balón es posible controlar la dirección y el ritmo del juego,
hacer que el balón circule entre los jugadores del equipo de forma que se creen situaciones de juego
que contribuyan a un mayor control del esférico (aumenten las opciones de resolución táctica en las
diferentes situaciones de juego, desequilibren puntual y temporalmente la organización defensiva del
equipo adversario) y desconcierten a los adversarios durante ciertos periodos de tiempo (más o menos
largos) para que éstos entren en una crisis de raciocinio táctico exteriorizando comportamientos
inadecuados para la situación de juego. Estos ejercicios se basan en los siguientes aspectos: crear una
conciencia individual y colectiva que evite el riesgo irracional presente en algunos jugadores,
establecer contextualidades situacionales utilizando pivotes y señalizadores para que los jugadores
puedan dirigir sus comportamientos táctico-técnicos, favorecer la circulación del balón y de los
jugadores de forma eficaz, y entrenar con objetivos múltiples y sucesivos. Esto significa que el
mantenimiento debe entenderse como un medio, y no como un fin, a través del cual se intentan crear
condiciones favorables para lograr el objetivo fundamental del juego (el gol), teniendo los jugadores la
posibilidad de rematar después de la realización de un objetivo intermedio.
Limitaciones a tener en cuenta durante su uso: Las limitaciones o restricciones en estos ejercicios
se apoyan en dos factores esenciales. 1.- en el plano individual: la gran mayoría de los ejercicios de
entrenamiento para mantener la posesión del balón no obligan a que los jugadores dirijan
constantemente sus comportamientos táctico-técnicos en función de una referencia fundamental
como es la defensa adversaria. Esto significa que las acciones motoras específicas -recepción, pase,
conducción, dribling- se ejecutan solamente en función de las restricciones momentáneas de la
situación contextual, independientemente de la dirección objetiva del juego; y 2.-en el plano colectivo:
la utilización de estos ejercicios de entrenamiento puede provocar en los jugadores la noción de que
la posesión del esférico es un fin en sí mismo y no un medio indispensable para que el equipo pueda
concretar los objetivos establecidos para el proceso defensivo.
Los rondos son fundamentalmente ejercicios de carácter lúdico-recreativo y se pueden convertir
en ejercicios más cercanos a la realidad del juego a través de la utilización de supuestos que obliguen
a los jugadores a tener que pensar y ejecutar sus acciones de forma más seria y eficaz. A pesar del
elevado interés que los jugadores manifiestan al realizarlos, es importante destacar que éstos no dejan
de ser ejercicios específicos de preparación general en los que los jugadores sólo se concentran en el
balón, en el adversario (en inferioridad numérica), en los colegas (en superioridad numérica), y se
realizan en espacios limitados de juego. Desde esta perspectiva, no son ejercicios fundamentales de
fútbol, y no alteran significativamente la capacidad de rendimiento individual y colectivo.
Definimos el ejercicio como una unidad lógica de programación y estructura del entrenamiento,
siendo un medio metodológico potencialmente capaz de mejorar la capacidad de prestación deportiva
del jugador en la respuesta al cuadro específico de las situaciones competitivas, organizando la
actividad de éste en dirección a un objetivo determinado orientado por principios debidamente
fundamentados científicamente. En cada ejercicio de entrenamiento hay unas prescripciones y
obligaciones que explican cómo se debe realizar y que se deben respetar, porque sino, tanto el jugador
como el equipo quedan “fuera del ejercicio”, y estarían realizando un ejercicio diferente (que podía ser
o no similar), pero objetivamente no es el ejercicio en cuestión. No se estarían concretizando los
objetivos que se tienen en mente antes del comienzo preciso de la práctica. Por ello, el jugador estaría
practicando otro ejercicio diferente, del que derivan objetivos, contenidos y niveles de éxito diferentes.
La acción o acciones motrices observadas se elegirán dentro de un grupo más o menos amplio de
opciones posibles para cada caso, apoyándose en diferentes componentes de la física dominante (la
velocidad, la fuerza y la resistencia), manteniendo una correlación íntima y no de primacía de éstos con
respecto a los mecanismos de la respuesta motriz específica e inherente a las situaciones de juego,
que tiene fundamentalmente un carácter estratégico y táctico. El análisis y la observación de la práctica
Agosto-2013 nº 210 34
del entrenamiento nos hace muchas veces creer lo contrario. Por ello se parte de la idea errónea de
que el juego no se enseña, que es casi como un valor genético intrínseco de ciertas personas, de
ciertas regiones o de ciertos individuos. Durante el entrenamiento se refuerzan las cualidades físicas
en condiciones artificiales, es decir, fuera de la contextualidad del juego o, más o menos, cerca de la
realidad competitiva. Por ello se antoja fundamental precisar el diseño de la construcción de los
ejercicios del entrenamiento en la actividad decisiva de los jugadores.
Solo de esta manera será posible que los procesos cognitivos que están en la base se mezclen con
la ejecución de acciones motrices muy eficientes y más adaptadas a la situación. Estos procesos son
el resultado de la respuesta motriz del jugador (feedback) en función de su eficacia, y llegan a ser una
experiencia significativa. Por ello facilitan la resolución de otras situaciones idénticas (debido a la
participación de la conciencia) y llegan a servir de base para la resolución de una situación
momentánea nueva del juego (debido a la utilización de un pensamiento productor). Para concluir, en
el juego del fútbol todos los jugadores, en el mismo momento, tienen una actividad mental constante
de decisión y ejecución motriz que sólo se activa cuando éstos juegan con el balón. Es necesario
comprender que la actividad de los jugadores con el balón representa, como promedio, entre el siete
y el 10 por ciento de su actividad bruta en la competición.
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Atención y
P S I C O P E D A G O G Í A
concentración
en el fútbol
pre-juvenil
Por Gustavo Aysland Ávila Ovalle
Especialista en Táctica y Dirección de Equipos de Fútbol (CESFÚTBOL).
Diplomado en Cultura Física, Deporte y Recreación.
Entrenador de Fútbol en Iniciación Deportiva, Colombia.
Introducción
ste trabajo investigativo tiene como propósito cimentar y fortalecer la atención y la
E concentración, que son primordiales para un buen desempeño individual y colectivo dentro del
fútbol, y contribuyen a la mejora del rendimiento deportivo y de la calidad de vida. Para este fin
se seleccionó la categoría pre-juvenil de la academia de fútbol Estudiantes Winners de Bucaramanga,
Santander-Colombia; dentro de la cual se identificaron las características individuales y colectivas del
grupo, sus vivencias pasadas y su presente, para poder conocer su problemática, adentrarnos en lo
visible e invisible de su jugadores, del grupo y de su entorno para, a partir de ahí, poder incursionar
sobre la atención y la concentración en la población objeto de estudio.
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Se seleccionó el test de Toulouse-Pierón para la evaluación y control de la atención y concentración
en los jugadores. A cada futbolista se le entregó una hoja con 1600 cuadritos dispuestas en 40 filas de
40 elementos cada una de ellas en una página. Cada uno debía reconocer las figuras leyéndolas de arriba
abajo en un tiempo de 10 minutos. Los resultados de este test fueron el punto de partida del proyecto y
permitieron emprender un camino hacia el mejoramiento de la atención y la concentración.
Posteriormente se planificó un Mesociclo de entrenamiento enfatizando sistemáticamente en
ejercicios para el fortalecimiento de la atención y la concentración, tanto de forma individual, como por
líneas, por grupos, entre líneas y de todo el colectivo. Ejercicios en situaciones reales de juego, en
situaciones previstas e imprevistas, de lo simple a lo complejo, con conceptos de juego y conocimientos
impartidos en el módulo 4 (Dirección Colectiva del Equipo en Entrenamiento y Competición) del Curso
de Especialista en Táctica y Dirección de Equipos de Fútbol, de CESFÚTBOL y la Universidad de Murcia
(España) teniendo también en cuenta los módulos de este curso para enriquecer la gama del estudio.
Se trata de orientar al futbolista para que interiorice, con conocimiento de causa, todo lo referente al
juego, a lo cambiante del mismo, y para que esté preparado para adaptarse a las circunstancias que se
presenten y actuar de forma adecuada. Además, se realizaron charlas y se proyectaron vídeos como
ayuda a la sensibilización, pues lo que se vive y se aprende del fútbol lo podemos aplicar a la vida misma,
de forma que podemos mejorar la calidad de vida de los futbolistas y de los que los rodean.
Al finalizar el Mesociclo de entrenamiento se realizó la segunda aplicación del test de Toulouse-Pierón
(pos-test) para conocer los efectos del entrenamiento en la atención y concentración de los jugadores y
del equipo de Estudiantes Winners, los cuales fueron graficados en barras, analizados y comparados
con los resultados de la primera aplicación, de forma individual, por posiciones de juego y del colectivo.
Los resultados obtenidos permitieron sacar conclusiones, evidenciando una mejoría en la atención y la
concentración en el desarrollo de la táctica colectiva, puesto que el fútbol es un deporte colectivo en
donde la suma de esfuerzos, de talentos, conllevan a un buen rendimiento colectivo y además ayudan
al mejoramiento de la calidad humana de los jugadores, contribuyendo así, desde el deporte, al
mejoramiento de la sociedad.
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Para la realización de este trabajo investigativo hemos seleccionado la categoría pre-juvenil del
club Estudiantes Winners de Bucaramanga (Colombia) que cuenta con 20 jugadores y participa en la
categoría sub-15, en el Torneo de la Liga Santandereana de Fútbol. Es un equipo que viene precedido
de un tercer lugar en el año anterior en la categoría sub-14, pero cuenta con algunas bajas por cambios
de ciudad de residencia de varios jugadores para el presente año. La mayoría de estos jugadores son
jóvenes disciplinados, con objetivos claros, talentosos, con un ambiente muy variado en el que viven
en sus casas y en su entorno, por lo que el grupo se ve afectado positivamente o negativamente
por sus desempeños individuales. En varios partidos del torneo se han dejado escapar puntos
por desconcentraciones, pues no es coherente la relación entre los goles que marcan y las opciones
que generan, y a nivel defensivo tampoco es coherente la relación entre las pocas veces que les llegan
y los goles decisivos encajados. A esto debemos sumar los posibles problemas en el hogar y en el
colegio, la falta de motivación por los padres, los inicios de los placeres juveniles, etc. Si nos
adentramos en el seno del jugador y del contexto futbolístico encontraremos la importancia que la
atención y la concentración tienen para este deporte y para la vida misma, pues muchas veces por
falta de atención se dejan pasar oportunidades.
Dentro del fútbol, y más en el fútbol pre-juvenil, la atención y la concentración en los jugadores es
fundamental, pues en esta etapa se está formando y moldeando su personalidad, y estos dos
elementos forman parte de ella. Pero para su formación vienen eslabones que hay que sobrepasar,
puesto que en esta edad el joven es inestable, sus emociones son muy cambiantes, empieza a
conocer más vida social y el entorno que lo rodea empieza a influir en su comportamiento, y
dependiendo del apoyo y las bases de
casa, es como se desenvolverá en este
ambiente y logrará sobrepasarlo o no,
y podrá perfilarse por aquello que
quiere, pues lo primero que debemos
tener bien para triunfar es la cabeza,
ya que si la cabeza está bien los pies
y el cuerpo responderán de forma
adecuada y satisfactoria. Por ello la
importancia de saber que el fútbol va
de la cabeza a los pies, y hacérselo
saber a los jugadores.
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“La atención y concentración juegan un papel fundamental
dentro del entrenamiento del fútbol ”
personales, enseña el trabajo en equipo y obliga a estar siempre alerta en defensa y en ataque, cuando
se tiene y cuando no se tiene el balón, cuando se está cerca o lejos de. Por ello han de tenerse los
cinco sentidos en plena disposición. Las equivocaciones, por desatención, pueden ser las causas de
grandes errores. Si a esto le sumamos la ansiedad por un resultado, de que salga bien rápido, el
desespero, el quedarse lamentándose por goles no marcados o por errores técnicos, el enojo por no
hacer las cosas bien, el estar condicionado por una tarjeta amarilla y pensar en la segunda, el pensar
en la segunda jugada antes que en la primera, etc., comprobaremos que son muchas las causas que
llevan al futbolista a tener desatenciones que influyen en el rendimiento colectivo. El fútbol engloba
un sinnúmero de claves para la consecución del buen funcionamiento y del éxito, por ello la atención
y concentración juegan un papel fundamental dentro del entrenamiento del fútbol, individual y
colectivamente, lo que se verá reflejado en la competencia pues, al conseguir niveles altos de
atención y concentración, el futbolista será un fortín al que nada perturbará. La atención y la
concentración son algo que no podemos tocar, pesar o palpar, pero nos permiten triunfar.
De los resultados de esta muestra se puede deducir que el grado de concentración estructural de
los jugadores es proporcional al grado de responsabilidad defensiva, ya que los arqueros tienen un
promedio de 0’90, los defensores de 0’86, los volantes de 0’83 y los delanteros de 0’80.
Otro estudio realizado sobre la atención y la concentración en el fútbol fue efectuado por el equipo
técnico de psicólogos del Sevilla F. C. en la Universidad de Sevilla (España). En este estudio quedó
claramente demostrado que la concentración es uno de los aspectos esenciales para alcanzar el
máximo nivel para el que cada futbolista está capacitado. El componente principal de la concentración
es la capacidad de focalizar la atención sobre la tarea que se está desarrollando y no distraerse por
estímulos internos o externos irrelevantes. Los estímulos externos pueden incluir el abucheo de los
espectadores, un error reciente, las conductas antideportivas por parte de los contrarios, etc. Casi
todos los acontecimientos externos desencadenarán un cambio cognitivo y emocional en el
deportista. Ya que esta interacción se está dando durante todo el tiempo, los entrenadores y
psicólogos del deporte deben entrenar a los deportistas para hacer frente a estos eventos bajo
situaciones de presión, tal y como sucede en la competición.
Agosto-2013 nº 210 39
Un ejemplo más de estos trabajos es el estudio-artículo sobre la concentración en el fútbol que
realizó el español Ricardo de la Vega Marcos, Licenciado en Psicología del Deporte. Aquí se remarca
la importancia que tiene el entrenamiento específico e integrado de la concentración en el fútbol
profesional y semiprofesional revisando las principales variables y repercusiones. El punto claro de
referencia se enmarca en la comprensión integral del fútbol, donde la táctica es su esencia principal,
para tratar de vertebrar, a partir de ella, una lógica en el entrenamiento psicológico de esta variable
tan representativa del trabajo que realiza el psicólogo del deporte en la actualidad.
Actualmente se está llevando a cabo una buena aplicación metodológica para el entrenamiento en
habilidades psicológicas en las categorías inferiores del Rayo Vallecano de Madrid S. A. D. En las
categorías de base de este club, están integrando la concentración al quehacer cotidiano de los
entrenamientos. Este rol, mucho más cercano a la realidad deportiva y a los beneficios futbolísticos
que se pueden obtener del trabajo psicológico, abre nuevas vías de investigación y entrenamiento que
deberán ofrecer frutos numerosos sin demasiada demora.
Hipótesis al respecto
¿La función defensiva necesita más atención y concentración que la ofensiva?
¿La desconcentración individual podría alterar este funcionamiento?
¿Pueden afectar positivamente o negativamente
los problemas de un jugador en la concentración
colectiva?
¿La confianza destierra las desconcentraciones?
¿Los aspectos extra futbolísticos como el público,
la prensa y las preocupaciones, pueden jugar a favor
o en contra del futbolista?
¿La confianza y la voluntad canalizan al jugador
hacia los objetivos individuales y colectivos?
¿Es posible que por la mente del jugador pasen
acciones anteriores e influyan en su ejecución?
¿Es indispensable la concentración para que se dé la solidaridad en el campo en todos los
jugadores?
¿Acaso el correr detrás del balón cansa más mental que físicamente?
¿La edad cronológica del futbolista influye en el grado de concentración en el juego?
Objetivos
1.- Priorizar, dentro del proceso deportivo en el fútbol pre-juvenil, la atención y la concentración que
permitan conseguir un buen rendimiento de la táctica colectiva.
2.- Seleccionar la población y muestra objeto de estudio. “Categoría pre-juvenil del club Estudiantes
Winners de Bucaramanga, Colombia”.
3.- Identificar el grupo de jugadores y el contexto objeto de estudio que rodea al equipo de
Estudiantes Winners categoría pre-juvenil.
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4.- Seleccionar el test a utilizar para el estudio investigativo de la atención y concentración.
5.- Aplicar el test de Toulouse-Pierón “atención y concentración” al grupo de jugadores de la
categoría pre-juvenil de Estudiantes Winners (pre-test).
7.- Interpretar los resultados obtenidos individualmente, por líneas y de forma colectiva, para su
correspondiente análisis.
La atención en el fútbol
La atención es un estado psíquico que permita al futbolista orientar su actividad cognoscitiva y
concentrarla hacia una determinada situación, objeto o acción. Es un proceso mental por el que se
seleccionan determinados estímulos percibidos por los sentidos. Ésta suele ser selectiva, limitada y
fluctuante. Las características atencionales de la actividad deportiva se definen por las dimensiones de
dirección y amplitud atencional, la fluidez de los cambios atencionales y su relación con el rendimiento.
Las diferencias individuales definen las diferencias en atención de los deportistas, lo que nos
muestra que todos son un mundo diferente dentro del universo del equipo. Para ello, el papel de los
entrenadores es fundamental porque pueden mejorar las capacidades atencionales de sus deportistas
interesándoles en mejorar en entrenamientos y competiciones. Pero, generalmente, cuando un
deportista se distrae por algo que pasa a su alrededor es posible que se deba a la acción de problemas
internos propios. Por ejemplo, la falta de confianza o las preocupaciones internas. Por esto es que el
deportista sabe que a veces está concentrado y otras no y también sabe que a veces le gustaría
concentrarse pero no sabe cómo hacerlo. Incluso muchas veces, su entrenador o su padre le dicen que
se concentre, pero él no sabe que lo debe hacer para conseguirlo.
Dentro del fútbol debemos tener en cuenta las características de la atención y su relación con el
deporte, por ello citamos el siguiente cuadro de A. Rodionov.
Agosto-2013 nº 210 41
Además de lo citado anteriormente, la teoría sobre la atención más utilizada en psicología del
deporte, que suma a nuestro objeto de estudio, es la propuesta por Nideffer en 1976, dentro de la cual
define dos dimensiones:
1ª.- La amplitud del foco atencional. La amplitud se refiere a la cantidad de información a la que
debe prestar atención el deportista en un momento determinado.
2ª.- La dirección se refiere a la capacidad para dirigir la atención hacia objetos externos al propio
deportista (atención externa) o para dirigirla hacia sí mismo (atención interna). Los estímulos externos
desde edades tempranas empiezan a salir a flote desde el momento del contacto con un contexto
deportivo o escenario desconocido para el niño. El grito de los padres y la presencia de los
espectadores son factores que pueden determinar el carácter del joven futbolista. Estos hechos
relevantes conllevan a un cambio emocional del deportista y afectan a su desempeño deportivo.
Lo más importante es que a través del entrenamiento continuo del fútbol y de actividades
específicas de esta disciplina encaminados a la atención, se fortalezca y mejore esta capacidad.
Según Csikzsentmihalyi (1975) los mejores niveles de ejecución se consiguen cuando los deportistas
se sitúan en una zona de energía óptima, caracterizada porque la atención está totalmente dirigida al
proceso de ejecución y a nada más, es decir, focalizada en los factores relevantes y alejada de los
pensamientos negativos y de otras formas de distracción que deterioran la ejecución, como comentan
Guallar y Pons (1994). La atención es un pilar fundamental en la correcta ejecución de todos y cada
uno de los gestos técnicos, tácticos y demás actividades que se realicen en la práctica del fútbol. Por
tal motivo existen cuatro modos diferentes de focalizar la atención en un deportista:
EXTERNA INTERNA
AMPLIA
Un factor importante de la atención en el El recorrido de la casa a la cancha es un
fútbol es la capacidad de percibir una buena momento de suma atención para analizar las
amplitud del campo de juego, así tendrá un emociones y sensaciones antes de jugar el
campo visual amplio de todo el terreno de partido, y de visualizar lo que quiere realizar
juego, de los posibles pases, las posibles durante el juego.
jugadas, etc.
ESTRECHA
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“La concentración es la capacidad para mantener la
tiempo determinado ”
atención en un estímulo seleccionado durante un período de
La concentración en el fútbol
La concentración es la capacidad para mantener la atención en un estímulo seleccionado durante un
período de tiempo determinado. Es "la focalización de toda la atención en los aspectos relevantes de una
tarea, ignorando o eliminando los demás. Lo específico de la concentración es que se trata de dirigir la
totalidad de la atención y no sólo una parte de ella a la tarea que estemos ejecutando" (González, 1996).
La concentración no es únicamente una cuestión de cantidad de trabajo y esfuerzo, sino de cantidad
y calidad. Para concentrarse no basta con empeñarse en ello, hay que planificarlo conscientemente y
situar la atención ante la tarea en la que se quiere estar concentrado. Tiene que tener un sentido para
nosotros en ese momento. Previamente, todos los pensamientos y situaciones que no son el objetivo
de concentración se tienen que estacionar en un estadio de la mente, para ser utilizados posteriormente.
En la habilidad para concentrarse intervienen las diferencias individuales. Las demandas de
concentración varían ostensiblemente de unos deportistas a otros. En los deportes de equipo el período
de concentración va unido a situaciones críticas, dura muy poco tiempo y no siempre son todos los
jugadores los que se tienen que concentrar. Por ejemplo, en un penalti, excepto los dos jugadores
involucrados, el resto de los jugadores basta con que estén atentos.
La capacidad para mantener la atención sobre lo que el deportista quiere necesita de práctica y
entrenamiento en tareas que, a su vez, requieren concentración. No es cuestión de cerrar los ojos, pensar
en lo que queremos concentrarnos, forzar nuestra mente y conseguirlo. La concentración hay que basarla
en elementos del presente, elementos concretos seleccionados después de haber ignorado otros.
Mantener la concentración durante demasiado tiempo sin haberlo entrenado antes, junto con el
gesto deportivo, puede desembocar en una fatiga, no sólo física sino también mental, que reduce el
rendimiento deportivo. La fatiga mental colapsa los mecanismos atencionales de tal forma que ya no se
seleccionan los estímulos adecuados, se reduce la atención, se internaliza hacia el propio sentimiento
de cansancio, con lo que aparecen todos los efectos que causan el bloqueo fisiológico y mental. La
concentración es imposible de llevar a cabo con la interferencia de distractores como el dolor, los
pensamientos y el cansancio.
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Actividades
Este proyecto investigativo contiene actividades teórico-prácticas con el fin de que el futbolista
comprenda lo que son la atención y la concentración dentro del fútbol, así como los ejercicios se van
a hacer para cimentarlas y fortalecerlas. Todo con miras al mejoramiento del rendimiento individual y
que este se vea reflejado en el colectivo.
Actividad 1
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Actividad 2
Actividad 3
El callejón
Se delimita en un espacio del campo un callejón y en sus costados se ubican jugadores con un
balón. Hay una zona inicio y una zona de meta. Se ubica un jugador en la zona de partida con un balón
y cuando él lo desee debe iniciar y traspasar el callejón.
El ejercicio consiste en pasar el callejón hasta llegar a la meta, pero debe hacerlo conduciendo el balón
a diferentes velocidades (sin parar por un tiempo determinado), esquivando los balones a ras de piso que
vienen de afuera, evitando que le peguen al balón que lleva y se lo saquen del callejón. Debe tener atención
y concentración en los balones de ambos costados, en el camino que debe recorrer y en su balón.
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Actividad 4
Tengo y quito
Se delimita una zona del campo (espacio reducido), todos los jugadores se encuentran dentro de
esta zona cada uno con un balón. Cada jugador debe tener su balón en los pies, conduciéndolo por
el espacio sin chocarse con los demás. Al silbato, todos deben cuidar su balón y buscar quitar el balón
de los demás y tirarlo fuera de la zona de juego. A quien se le salga el balón saldrá del juego hasta
que quede el ganador.
Deben tener atención y concentración en su balón, en los adversarios que están en la zona de
juego y en buscar tirar el balón de alguno de ellos.
Actividad 5
Bombardeos
Se delimita el campo en dos mitades, en cada zona se ubica un equipo con sus jugadores, pero
éstos no pueden traspasar la mitad del campo.
Durante un minuto, iniciando y terminando con el silbato, el ejercicio consiste en enviar los balones al
campo rival buscando que el campo del adversario se llene de balones, quien tenga el balón solo se puede
demorar con él diez segundos. Quien a la señal final se quede en su campo con más balones pierde.
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Actividad 6
Tumba conos
Se distribuye el grupo en dos equipos, además se ubican en el campo de juego conos distribuidos
por todo el campo separados uno del otro. El ejercicio consiste en un símil de partido de fútbol, pero
sin arcos, en un espacio de juego donde se deben tumbar los conos por parte de quien tenga la pelota
y quien no la tiene debe recuperarla para tumbar los conos, pero el que recupera la pelota cerca de
un cono no puede tumbar ese cono. Además, el equipo que haga diez pases seguidos anotará un gol
y quien tumbe un cono también anotará un gol.
Los jugadores deben estar atentos y concentrados en el balón, en los movimientos del rival, en los
y en los pases del rival o del mismo equipo.
Actividad 7
En un campo de 40 x 20 metros se distribuyen los jugadores en dos equipos. Cada jugador tendrá
su marca personal. Además, cada equipo tendrá un centrador en cada esquina hacia el arco que
ataca, los cuales tendrán un número para diferenciarlos.
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El entrenador inicia el juego con su
indicación (equipo A o B, balón 1 ó 2). Si
la pelota que es centrada no sale de la
cancha sigue el juego. Las marcas son
permanentes, por ello la pelota solo
puede ser quitada por su marca personal,
en este caso la jugada termina cuando la
pelota salga de la cancha o haya gol, e
inmediatamente el entrenador dará la
indicación de centro de equipo A o B, al
igual de que lado derecho o izquierdo.
Una variante a este ejercicio, es jugar sin
marca personal, sin centros pero con
apoyos y pasando obligatoriamente la
mitad del campo para valer gol o no.
Actividad 8
Se distribuyen los jugadores en dos equipos, cada grupo tiene su arquero, la cancha tendrá 4
arcos, cada equipo atacará dos arcos (el normal y el izquierdo) y defenderá dos arcos (el normal y el
derecho). En momentos sorpresivos se jugará con un balón de más. El arquero podrá atajar en las dos
porterías. Los jugadores deberán estar atentos a los dos arcos que defienden, buscar los espacios
más libres para atacar el arco más desprotegido y estar preparados a los momentos inesperados en
que se jugará con dos balones o con otro balón.
El ejercicio pretende mantener la atención de los jugadores de acuerdo a las diferentes situaciones
que se presenten dentro del juego, decidiendo de forma oportuna y eficaz el ataque, al igual que la
defensa.
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Actividad 9
Actividad 10
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Actividad 11
Actividad 12
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Actividad 13
Se distribuyen los jugadores en dos equipos, cada equipo ubicará un jugador en el pasillo lateral.
Además de ello, todos los jugadores tendrán marca personal. Se realiza fútbol normal pero con
apoyo en los laterales, a los cuales nadie les puede quitar el balón, pero ellos tendrán límite de
tiempo para pasar el balón. Cuando estos jugadores de los laterales tengan el balón se activan las
marcas personales.
Actividad 14
Ejercicio individual, cada jugador inicia desde el primer cono, a la señal empieza el recorrido en
velocidad, pasa por detrás del segundo cono y se encamina velozmente hacia la portería, allí le
enviaran un balón a ras de piso, apenas patee ese balón, le enviaran el otro aéreo. Apenas termine
esa jugada, debe seguir el recorrido y pasar tras de los conos y rematar el balón a ras de piso y el
aéreo y uno de sorpresa aéreo para que resuelva de primera intención y rápidamente.
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Actividad 15
Finalizar y evitar
Ejercicio individual. En cada esquina se ubica un balón. Con un balón se finaliza y con el siguiente
se evita el gol en la portería. Al sonar del silbato, el jugador inicia el recorrido: balón 1 finalizar, balón
2 evitar gol, balón 3 finalizar, balón 4 evitar gol. El jugador debe adaptarse rápidamente a lo cambiante
del ejercicio.
Control y evaluación
Para el control y la evaluación de la atención y concentración en la población objeto de estudio,
se empleó el test de Toulouse-Pierón. A cada futbolista se le entrega una hoja con 1600 cuadritos
dispuestas en 40 filas de 40 elementos cada una de ellas, en una página. Deben reconocer las figuras
y marcar con una línea vertical cada vez que aparezca una figura igual al modelo, leyéndolas de arriba
hacia abajo y de izquierda a derecha, en un lapso de tiempo de diez minutos, con un corte e inmediata
repetición al cabo de cada minuto, señalando con una nítida barra vertical en el lugar donde se halle
en la lectura. El puntaje máximo a obtener es 1 (acertando todas las figuras, sin omisiones, ni errores).
El puntaje que se espera para deportistas oscila entre 0’90 y 1. Los puntajes obtenidos por debajo de
0’80 indican deportistas que difícilmente mantienen en el tiempo un buen desempeño deportivo.
Los resultados obtenidos del pre-test y post-test fueron comparados y analizados en forma grafica
de barras. Para la fiabilidad y validez del estudio se tuvieron en cuenta varios aspectos, como los
requisitos idóneos para la realización del test de Toulouse.
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RESULTADOS POR POSICIONES DE JUEGO
Gráfico 1
Este gráfico muestra los resultados obtenidos en el pre-test y pos-test por posiciones de juego.
En la primera evaluación se puede observar que ningún grupo de jugadores alcanzó el puntaje ideal
de 0’90 - 1, lo que nos habla de la falta de atención y concentración de los jugadores por líneas de
juego. Este primer dato nos da a conocer la importancia del estudio y las primeras causas del porqué
el equipo tiene un desequilibrio en su efectividad defensiva y ofensiva. Siendo el orden en el nivel de
atención y concentración en esta primera evaluación de la siguiente manera: 1º.- Mediocampistas
(0’87), 2º.- Delanteros (0’83), 3º.- Defensas (0’80) y 4º.- Arqueros (0’72). Lo que nos confirma los
antecedentes que el equipo arrastraba: tenía elaboración de juego, creaba opciones de gol que no
concretaba, y en defensa no eran lo suficientemente sólidos para evitar los goles.
En la segunda evaluación, después del mesociclo de entrenamiento, los puntajes en todas las
posiciones aumentaron, lo que nos muestra un positivo comportamiento y mejoramiento de la
atención y concentración. A pesar de ello, sólo el grupo de mediocampistas alcanzó el puntaje
esperado de 0’90, los restantes estuvieron entre los 0’88 y 0’86. Aunque se nota una tendencia
positiva de cada uno de los grupos. Falta mayor nivel de atención y concentración. Los valores
quedaron en este orden: 1º.- Mediocampistas (0’90), 2º.- Arqueros (0’88), 3º.- Defensas (0’86) y
4º.- Delanteros (0’86).
Si Tenemos en cuenta el estudio realizado por Darío Mendelsohn en el club Porvenir de Argentina
en los años 97-98, en donde concluyen que “se puede inferir que el grado de concentración estructural
de los jugadores es proporcional al grado de responsabilidad defensiva”, y lo comparamos con nuestro
estudio, podemos decir que en este caso en particular los mediocampistas son los más atentos en
sus aspectos defensivos y ofensivos, seguidos de los arqueros, defensas y delanteros, arrojando un
resultado positivo en todas las líneas, que se inclinan hacia lo afirmado por el psicólogo Darío
Mendelsohn.
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RESULTADOS POR JUGADOR (individual)
Gráfico 2.- Cada jugador está representado con el número que le corresponde en el listado
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En este gráfico se observan los resultados de la evaluación inicial y final del test de Toulouse-Pierón
por jugador. Se pueden destacar por sus puntajes los siguientes jugadores: Borix Chaparro 0’93 (que
es el goleador del equipo), Keyner Núñez 0’93 (que viene haciendo su proceso en el club desde el año
2009), Juan José Castellanos 0’91 (que viene haciendo su proceso en el club desde el año 2008 y ha
estado en preselecciones del departamento) y José Peña 0’93 (que ha estado en preselecciones del
departamento). En esta primera evaluación resalta el valor más bajo el arquero Juan José Duarte, con
0’68, quien se encuentra terminando su periodo de rehabilitación física, pues el joven se lesionó hace
un mes y hasta la fecha de la evaluación no ha podido entrenar con normalidad, lo que le ha afectado
su atención y concentración.
En la segunda aplicación los jugadores que alcanzaron el umbral de 0’90 se mantuvieron dentro
de él y aumentaron su nivel de atención y concentración, mientras que otros cuatro jugadores
alcanzaron el puntaje óptimo: dos defensas (Mateo Merchán 0’90 y José Luis Andrade 0’94), un
mediocampista (Andrés Pinto 0’90) y un delantero (Brayan Correa 0’90). Todo indica que el énfasis
dentro del entrenamiento de la atención y concentración afecto positivamente a todos los jugadores,
a unos en mayor medida que a otros, pero mejoró su estado inicial y además reflejaron los resultados
por líneas de juego.
El jugador de menor puntaje fue Juan Carlos Pemberthy (defensor), que obtuvo un puntaje de 0’79,
este jugador durante el proceso de entrenamiento fue inconstante, no fue a algunos entrenamientos,
aquejando problemas en el hogar, lo que afectó negativamente su desempeño y su estado emocional,
conllevando con ello un desequilibrio psicológico y por ende unos malos resultados.
Gráfico 3
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“El conocimiento de los conceptos de juego permite al jugador
mayor grado de concentración”
En este gráfico se muestran los resultados del pre-test y del pos-test de Toulouse-Pierón en
conjunto, es decir, que se sumaron todos los resultados individuales y se promediaron en función del
colectivo, obteniendo en la primera evaluación un resultado de 0’78, lo que nos mostró el punto de
partida del nivel inicial de atención y concentración del equipo pre-juvenil de Estudiantes Winners,
aspecto importante influyente en los bajos rendimientos e igualmente en los resultados negativos a
nivel colectivo, pues a pesar de que había jugadores con un buen nivel de atención y concentración,
la suma de esfuerzos para el buen funcionamiento táctico colectivo era afectado por los jugadores
más desatentos y desconcentrados. Es decir, que los conceptos tácticos tanto en defensa, como en
ataque y en las transiciones no se realizaban bien por detalles atencionales.
Conclusiones relevantes
La atención y la concentración de un jugador y de las líneas de juego afectan positiva o
negativamente al funcionamiento colectivo, puesto que el fútbol es un deporte de conjunto hacia la
consecución de objetivos en comunes.
La confianza destierra las dudas, y el conocimiento de los conceptos de juego permite al jugador
mayor grado de concentración.
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La fortaleza mental, la motivación, el controlar las emociones, el entorno y el ambiente que rodea
al futbolista, y al mismo deporte, influyen en un mayor nivel de concentración.
Jugar sin balón por tiempos prolongados desgasta mentalmente y ocasiona desconcentraciones,
lo que se ve reflejado en la táctica colectiva.
A menor edad cronológica, menor grado de atención y concentración en el futbolista, puesto que
en pre-juveniles se encuentran en una etapa de cambios, de maduración, de exploración, de
crecimiento, etc. Pero con un entrenamiento adecuado y sistemático de la atención y concentración
enlazado en la táctica, se cimentan buenas bases hacia la consecución de un buen rendimiento a
corto, mediano y largo plazo.
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Deben desarrollarse valores invisibles como la disciplina, la constancia, la perseverancia, la
confianza, la fe, la voluntad, la atención, la concentración, la humildad, y todos aquellos que no se
pueden pesar ni palpar pero que nos muestran el camino hacia el éxito. Para conseguir triunfos hay
que creer para poder ver.
BIBLIOGRAFÍA
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años 1996-1998. Mendelsohn Darío.
Revista digital (Buenos Aires, Argentina, año 5, nº 18, febrero de 2000).
http://www.efdeportes.com/efd18a/toulouse.htm
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Equipo Técnico de Psicólogos del Sevilla F. C., S. A. D. Universidad de Sevilla (España). Miguel
Morilla Cabezas (coordinador), Eugenio Pérez, Juan Córdoba, Manuel Gamito Manzano, Miguel
Ángel Gómez, José Benítez, Enrique Sánchez Loquiño y Mercedes Valiente Marín.
Revista Digital (Buenos Aires, Argentina, año 8, nº 51, agosto de 2002).
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Taborda Chaurra, Javier. Et al. Escuelas de formación con enfoque integral y entrenamiento
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http://html.rincondelvago.com/psicologia-en-el-deporte.html
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Dirección de Equipos de Fútbol (CESFÚTBOL, Centro de Estudios Superiores de Fútbol. España).
http://ucha.blogia.com/2007/021902-la-atencion.php
Revista Digital (Buenos Aires, Argentina, año 8, nº 46, marzo de 2002).
http://www.efdeportes.com/
DIRECCIÓN DEPORTIVA DEL EQUIPO EN ENTRENAMIENTO Y COMPETICIÓN (Mikel Etxarri
Sasiain). Módulo 4 del curso de Especialista en Táctica y Dirección de Equipos de Fútbol
(CESFÚTBOL, Centro de Estudios Superiores de Fútbol. España).
MODELO DE JUEGO: EJERCICIOS ESPECÍFICOS DE ENTRENAMIENTO (Jorge F. F. Castelo).
Módulo 3 del curso de Especialista en Táctica y Dirección de Equipos de Fútbol (CESFÚTBOL, Centro
de Estudios Superiores de Fútbol. España).
Guías clase del curso de Entrenador de Fútbol. Primer y Segundo año. Asociación de técnicos
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Sánchez Acosta, María Elisa. La preparación psicológica del deportista. 1ª edición. Armenia,
Quindío. 2002.
Artículo: Principales consideraciones acerca del entrenamiento de la concentración en el
fútbol. Revista Digital (Buenos Aires, Argentina, año 9, nº 60, mayo de 2003.
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http://www.psicodeportes.com/articulos/psicologia_deporte/Evaluaciones_psico-
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http://www.monografias.com/trabajos34/concentracion-futbol/concentracion-futbol.shtml
http://ddd.uab.cat/pub/revpsidep/19885636v10n1p49.pdf
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Firma invitada
D
Se ejecuta para…
urante mucho tiempo, la técnica ha sido considerada como el elemento básico y fundamental
en la configuración de la acción de juego. Pero con la evolución del deporte en todos sus
ámbitos de estudio, podemos identificar dos perspectivas diferentes del concepto de la técnica
en el fútbol. Si consideramos que la acción de juego resulta de la suma de las acciones de los jugadores
con o sin balón (técnica) y de la coordinación de los movimientos entre los componente del equipo
(táctica), entonces la técnica resulta ser un conjunto de gestos que definen la manera de servirse del
balón en las condiciones de juego. Si consideramos que la técnica es entendida como un medio de la
táctica, advertimos la implicación de una ejecución ordenada de todos los sistemas de percepción y
respuesta del jugador en relación con las características del juego, entonces, la técnica se reentiende
como el instrumento que permite al jugador utilizar sus capacidades en relación a las situaciones
externas, siendo los procesos técnicos actos motores con sentido y ajustados a los principios
específicos del juego. La primera perspectiva presentada hace referencia a que la técnica se
corresponde con un modelo ideal de movimiento que puede ser descrito como una forma
biomecánica, y se fundamenta su adquisición bajo la repetición exhaustiva de movimientos con balón.
No debemos olvidar que el fútbol está englobado en el grupo de deportes que se denominan
deportes situacionales, es decir, deportes en los que los cambios en la situación de realización del
movimiento es lo más característico, situaciones que reclaman un repertorio amplio de acciones
técnico-motrices en el jugador y un control de sus movimientos. En el fútbol no podemos restringir
la técnica estrictamente con la eficacia, ya que no tiene sentido por sí misma o como realidad
independiente. La segunda perspectiva hace referencia a que la técnica debe ser conceptualizada
como parte integrada de la táctica individual, ya que el jugador no sólo ejecuta, sino que “ejecuta
para…”. Por ejemplo, un jugador no pasa el balón donde se encuentra su compañero, sino al punto
al que llegará en unos instantes; tomando decisiones en función de las probabilidades de evolución
del juego, con una visión global de la acción de juego. No se puede entender una técnica de forma
aislada, sin su contexto, ni tampoco tiene sentido una suma de una serie de acciones técnicas sin
ninguna relación con el juego. Tenemos que integrar la técnica con la capacidad intencional de la
acción, con su objetivo, con su sentido en la acción de juego, o sea, con la táctica. De esta forma,
debemos superar el concepto tradicional de técnica y comenzar a entenderlo como acción técnico-
táctica, “un gesto para…”
El jugador de fútbol que ejecuta un gesto técnico en un partido, lo realiza en función del desarrollo
de la acción de juego, lo que significa que antes de ejecutar debe concebir soluciones y seleccionar
las respuestas que le parezcan más adecuadas de acuerdo con las condiciones de la acción de juego.
Así, la competencia del jugador debe juzgarse en base a su capacidad para seleccionar las acciones
técnicas más ajustadas a cada situación, de forma que responda con sentido a cada acción de juego.
Esa competencia no se restringirá entonces a saber ejecutar determinadas técnicas, tiene que
adaptarlas al contexto (tiempo y espacio), seleccionando antes el qué, el cuándo y el cómo hacerlo.
De este modo, en la enseñanza y en el entrenamiento no tiene sentido separar el modo de hacer de las
razones de ese hacer. Técnica y táctica no se pueden separar.
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Nuestro ejercicio del mes Revista TRAINING FÚTBOL nº 210
TAREA DE ENTRENAMIENTO
OBJETIVOS:
- Pases en la zona activa de juego.
- Pase y desmarque.
- Apoyos al poseedor del balón.
- Marcaje.
Consideraciones:
Puede introducirse la variante del cambio de comodín durante las acciones de tal
manera que el comodín, nada más pasar el balón a una zona, se desplaza a esa
zona y el jugador que le envió el balón ocupa su puesto.
EXPLICACIÓN Y DESARROLLO
Se enfrentan dos equipos de tres jugadores cada uno (equipo rojo frente a equipo
azul). Un equipo trata de poseer el balón el mayor tiempo posible y con el mayor
número de pases que pueda, ante la oposición del otro equipo. Cambio de funciones al
robar el balón.
Un jugador de cada equipo hace de comodín para apoyar a los otros dos compañeros
que están por dentro. Los comodines están situados en los pasillos externos, uno en
cada uno de los pasillos, y no pueden salir de ellos. Los jugadores de dentro no
pueden entrar en ninguno de los pasillos externos.
El comodín sólo puede jugar a un toque, o sea, pasar el balón nada más recibirlo, sin
control previo; y tiene que pasarlo a la zona contraria de la que se le envió el balón.
Los jugadores de dentro evolucionan en una zona, sin pasar a la otra hasta que se
produce el cambio de zona por el pase del comodín. Cambian constantemente de zona
por los pases del comodín.
Gana el equipo que, durante el tiempo total asignado a la tarea, consigue pasarse el
balón durante más tiempo o logra mayor número de pases en el total de sus
posesiones.
Agosto-2013 nº 210 60
GRÁFICO
SELLO
Firma invitada
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