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EJERCICIO DIAGNÓSTICO

A continuación se presentan un texto y varias actividades. Antes de leer el texto en su


totalidad, resolvé las consignas 1, 1.1 y 1.2 que aparecen en la página 4 de este material.
Luego completá la lectura.

Memoria y olvido en la era de Internet


Ernesto Hernández Busto

[1] No creo que la sociedad entienda lo que sucede cuando todo está disponible, listo para ser
conocido y almacenado indefinidamente", dijo Eric Schmidt, consejero delegado de Google, en
una entrevista concedida al periódico norteamericano The Wall Street Journal el pasado 14 de
agosto. Y también predijo que los jóvenes que hoy hacen un intenso uso de las redes sociales
podrían un día no muy lejano exigir el derecho a cambiar sus nombres para escapar de su
pasado en Internet.

[2] Cambiar de nombre parece complicado, pero no tanto cuando lo que está en juego es más
complejo que un simple episodio embarazoso del pasado. Vean el ejemplo de Andrew Feldmar,
un psicoterapeuta canadiense, que hace tres años se dirigía a recoger a un amigo en el
aeropuerto de Seattle y se topó con un guardia de frontera al que se le ocurrió buscar su nombre
en Internet. Se enteró así de que Feldmar había escrito un artículo (en primera persona) sobre
el uso del LSD en la década de los sesenta. El artículo, publicado en una oscura revista
interdisciplinaria, le costó a Feldmar su entrada al país donde trabajaba, en el que vivían sus
dos hijos, etcétera. Cada vez son más frecuentes estos casos en los que una simple búsqueda
en la Red se convierte en requisito no superado. ¿Cómo impedir que Internet recuerde algo que
queremos olvidar? Y sobre todo, ¿cómo hacerlo ahora que Google, Yahoo o Microsoft pueden
almacenar todas nuestras búsquedas, hasta el punto de recordar nuestra vida mejor que
nosotros mismos? La banalización de lo privado que acompaña el auge de las redes sociales
podría ser uno de los efectos colaterales de nuestra falta de control sobre algo que nos ha
pertenecido en exclusiva durante siglos. ¿Qué más da que cualquiera pueda tener acceso a mi
intimidad si no tengo, en realidad, nada que ocultar?, concluyen hoy los adolescentes que han
hecho de Facebook un ritual imprescindible. Dentro de unos años, tal vez cambien de idea. Pero
ese pasado seguirá presente.

[3] Schmidt no es el primero, ni el único, en cuestionar las implicaciones éticas y culturales de


este cambio decisivo en el estatus de la intimidad. Los defensores de la democracia han
celebrado el paso de una Red concebida como herramienta para acceder a la información en
herramienta para compartir información. Pero no se han debatido lo suficiente las implicaciones
de otra transformación: el paso de un mundo donde recordar era la excepción (y olvidar era "lo
natural") a un orbe digitalizado donde la tecnología invierte esos términos; ahora mantener el
máximo de información digital disponible no solo es una meta alcanzable, sino un proceso
mucho más fácil y económico que el que implica borrarla u olvidarla.

1
[4] Por supuesto, ello puede implicar ventajas sociales. Pero cuando hablamos de información
personal, el paso de una cultura más proclive a la memoria que al olvido pone de manifiesto
ciertas aristas polémicas.

[5] En su célebre relato “Funes el memorioso”, Jorge Luis Borges imagina a un personaje al que
una caída del caballo le ha provocado la incapacidad de olvidar. Durante 19 años, Ireneo Funes
"vivió como quien sueña"; después del accidente adquirió una descomunal cultura libresca. Sin
embargo, es incapaz de pensar "en ideas generales, platónicas"; su memoria perfecta le impide
ir más allá de las palabras. No es capaz de generalizar ni de hacer abstracciones, los
demasiados árboles de su memoria perfecta le impiden ver el bosque del pensamiento.

[6] La hipótesis de Borges demostró rebasar la ficción cuando hace tres años Joshua Foer
entrevistó a la mujer que la literatura clínica conoce como AJ, una empleada administrativa de
California que recuerda perfectamente cada día de su vida desde que tenía 11 años. Esta
memoria incontrolable y automática, "como una película que nunca se detiene", ha terminado
provocándole una especie de vasallaje cerebral. Tanto ella como otras personas que padecen
el llamado "síndrome hipertiméstico1" no han demostrado ser mucho más inteligentes ni más
felices que el resto de los mortales. Los neurólogos arguyen que el olvido es parte central de la
experiencia humana y del proceso mismo del pensamiento; la vasta red de sinapsis de un
cerebro normal se vería desbordada si recordáramos exactamente cada hecho del pasado y
cada estímulo que recibimos.

[7] Se trata, por supuesto, del esbozo de un asunto muy complejo: hay diferentes tipos de
memoria, condiciones que facilitan recuerdos, olvidos traumáticos... pero todo parece indicar
que el olvido cumple con ciertos requerimientos evolutivos. Más que una limitación, se trata de
una necesidad humana.

[8] El paso de lo analógico a lo digital ha alterado de manera fundamental qué información puede
ser recordada, cómo puede ser recordada y a qué costo. Hasta hace poco, mucha de esa
información sencillamente "estaba ahí". Ahora, es parte de una cultura del intercambio, donde
no solo escapa al control de quien decide compartirla, sino también al contexto de secuencia
temporal y empatía emocional que se asocia con la memoria humana.

[9] "Nuestro pasado está cada vez más grabado como un tatuaje en nuestra piel digital... La
Red ha olvidado cómo olvidar", escribía -¡hace más de 12 años!- J. D. Lasica. Según este
especialista en comunicación social, es poco probable que esta superabundancia de "huellas
digitales" (en el sentido tecnológico de la expresión) acabe integrada en una orwelliana2 red de
vigilancia universal. Desde su perspectiva, la facilidad para acceder a información que antes

1
Se denomina así al trastorno psicopatológico de la memoria que consiste en el aumento de la
función de evocación o recuerdo, sin que se observe una función mayor en cuanto a la capacidad
de almacenamiento de información. Las personas afectadas por este síndrome cuentan con
una memoria autobiográfica superior, o sea que pueden recordar hasta el más mínimo detalle.
2
Que asume actitudes de vigilancia masiva, totalitarias y represoras. El término deriva de la sociedad
que George Orwell presenta en su novela 1984, escrita en 1949.

2
resultaba olvidada o de difícil acceso contribuye sin duda alguna a la innovación y al crecimiento
económico de las sociedades informatizadas.

[10] Pero una mirada minuciosa a los supuestos beneficios de una memoria digital omnipresente
revela un paisaje bastante más ambiguo. En realidad, el uso sistemático de nuestra increíble
capacidad actual de recordar lo almacenado por medios digitales representa un reto para
nuestra aptitud de adaptación y aprendizaje. Luego de facilitar varios ejemplos, tanto benéficos
como perjudiciales, de la manera en que esta nueva condición afecta nuestras vidas, el profesor
de regulación y gestión de internet en la Universidad de Oxford Mayer-Schönberger escribe:
"Durante milenios, los seres humanos han vivido en un mundo de olvido. La conducta individual,
los mecanismos y procesos sociales y los valores humanos han incorporado y reflejado este
hecho. Sería ingenuo pensar que dejar atrás esta parte fundamental de la naturaleza humana
con la ayuda de la digitalización y la tecnología será un asunto indoloro. Hay numerosas
maneras en que los seres humanos se ajustan rápidamente a diferentes condiciones
ambientales, pero los trazos fundamentales de la conducta humana tardan varias generaciones
en ser alterados o reemplazados. Incluso si somos capaces de hacer frente a este nuevo mundo
de recuerdo automático y pasar por una fase de ajuste doloroso, ¿lo veríamos como un avance
importante o más bien como una terrible maldición?".

[11] Algunas de estas dudas han provocado las declaraciones de Schmidt. Otros analistas creen
que, si no hay suficiente transparencia social, la memoria digital puede no representar una
ventaja. Pienso que, como parte esencial de la arquitectura de la libertad contemporánea,
Internet no debería priorizar el derecho a recordar sobre el derecho al olvido. Al menos, no
puede hacerlo sin que ello implique –al mismo tiempo– una simplificación, es decir, una mirada
que reduce la complejidad de la memoria humana.

[12] En su relato perfecto y conmovedor de la desventura de Funes, Borges deja caer un juicio
que vale para quienes hoy abogan por la "memoria total", aunque esta venga despojada de
perspectiva y amenace, incluso, nuestra capacidad de decisiones racionales: "Llevaba la
soberbia hasta el punto de simular que era benéfico el golpe que lo había fulminado".

Publicado en el diario El País de Madrid el 30 de septiembre de 2010

Ernesto Hernández Busto es ensayista (premio Casa de América 2004). Desde 2006 edita el blog de asuntos
cubanos PenultimosDias.com

3
ACTIVIDADES

Primera parte:

1. Teniendo en cuenta el título y de los dos primeros párrafos del texto, resolvé las
siguientes consignas:

1.1. ¿Cuál es el tema de este texto?

1.2. Proponé una hipótesis que relacione el título con lo que Hernández Busto afirma
en estos párrafos del texto.

2. En el párrafo 4, Hernández Busto afirma que, a nivel individual, el exceso de memoria


puede no ser totalmente beneficioso. En función de ello, respondé:

2.1. ¿Qué se demuestra en relación con esa idea a través del ejemplo del texto de
Borges?

2.2. ¿Y a través del caso de la empleada administrativa conocida como AJ?

3. El Diccionario de la Real Academia Española define “olvido” del siguiente modo:

olvido. m.Cesación de la memoria que se tenía.

Reconstruí la definición que, a partir de los casos anteriores, Hernández Busto presenta
para el mismo término en el párrafo 7. ¿Qué diferencia/s encuentra entre ambas? ¿A qué
la/s atribuye?

4. ¿Qué función cumplen las citas que aparecen en los párrafos 10 y 11?

5. En el último párrafo, Hernández Busto retoma la referencia al texto de Borges e introduce


en su artículo una cita directa extraída del cuento. Explicá la relación de esta última con el
contenido de “Memoria y olvido en la era de Internet”.

6. Señalá, en el párrafo 11, la hipótesis que enuncia el autor. ¿Coincide con la formulada
en 1.2?

7. Reformulá los argumentos con los que el autor sostiene la validez de la hipótesis. Tené
en cuenta que, en general, no hay una oración o párrafo que explicite el argumento, sino
que este se reconstruye a partir de un desarrollo que el autor suele hacer a lo largo de uno
o de más párrafos.
En cuanto al texto en cuestión, el autor presenta dos argumentos:

1) No reparar sobre la falta de control de lo que circula en Internet produce una banalización
de los aspectos de la vida privada que se publican en las redes. (Párrafos 2 a 4)

Formulá una oración que resuma el segundo argumento:

2) ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

4
Segunda parte:

1. Escribí un texto expositivo-explicativo –de no más de 40 líneas– que responda a la


siguiente consigna.

De acuerdo con Hernández Busto, ¿Internet debe priorizar el derecho a recordar?

Para elaborar tu respuesta, tené en cuenta que su escrito debe ser autónomo del texto
fuente, esto es, la postura del autor debe ser comprendida por alguien que no haya leído el
artículo.

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