Desde este punto de vista, el análisis numérico proporcionará todo el andamiaje necesario para
llevar a cabo todos aquellos procedimientos matemáticos susceptibles de expresarse
algorítmicamente, basándose en algoritmos que permitan su simulación o cálculo en procesos más
sencillos empleando números.
Definido el error, junto con el error admisible, pasamos al concepto de estabilidad de los
algoritmos. Muchas de las operaciones matemáticas pueden llevarse adelante a través de la
generación de una serie de números que a su vez alimentan de nuevo el algoritmo ( feedback).
Esto proporciona un poder de cálculo y refinamiento importantísimo a la máquina que a medida
que va completando un ciclo va llegando a la solución. El problema ocurre en determinar hasta
cuándo deberá continuar con el ciclo, o si nos estamos alejando de la solución del problema.
Asimismo, existe una subclasificación de estos dos grandes apartados en tres categorías de
problemas, atendiendo a su naturaleza o motivación para el empleo del cálculo numérico:
Problemas en los cuales existe una solución analítica, pero ésta, por complejidad u otros motivos,
no puede explotarse de forma sencilla en la práctica.
Problemas para los cuales existen métodos sencillos pero que, para elementos que se emplean en
la práctica, requieren una cantidad de cálculos excesiva; mayor que la necesaria para un método
numérico.