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Soteriología

Sermón
Romanos 6:22-23
Josue Jiménez Galarza
Nuestro servicio a Dios frente a al servicio del pecado

Romanos 6:22-23

V20. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. V21 ¿Pero
qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de
ellas es muerte. V22. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos
de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. V23. Porque
la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro.

Introducción

Nuestro texto a estudiar forma parte de la respuesta del apóstol Pablo a la segunda
pregunta retórica, que plantea en el capítulo seis desde el V15 al v23; esta es una unidad
de pensamiento en el que el apóstol Pablo inicia con la pregunta ¿pecaremos porque no
estamos bajo la ley sino bajo la gracia? Esta pregunta por su naturaleza tiene la respuesta
obvia, que está de manera implícita que es un “NO”, no vamos a pecar sabiendo que
estamos bajo la gracia; sin embargo el apóstol Pablo se da la molestia de darnos dos
respuestas, una corta que se encuentra en el mismo v15 que es la frase “en ninguna
manera”, y una respuesta larga que se encuentra del v16-23, esta segunda respuesta que
Pablo da, consta de tres partes, bajo el tema de nuestra libertad de la esclavitud al pecado,
que es nuestra realidad presente, que resulta en servio a la justica; la parte primera es del
v16-18 y es la parte argumentativa que demuestra la realidad presente del cristiano, y la
segunda parte es el v19 en la que hace una demanda al cristiano, de acuerdo a su realidad
presente, y la tercera parte es del v20-23 donde presenta la diferencia de nuestra realidad
presente con nuestro pasado. Ahora bien, todo esto son razones para decir que no
pecaremos estando bajo la gracia.

En esta ocasión tomaremos como objeto de estudio los versículos 20 al 23 donde Pablo
nos menciona una última razón para no pecar estando bajo la gracia, y para esto nos
presenta la diferencia que hay en nuestra realidad presente que es nuestra libertad de la
esclavitud del pecado que resulta en servicio a la justica con respecto a nuestro pasado.
Ahora veamos, ¿Cuál la diferencia?

I. Nuestra servidumbre al pecado quedo en el pasado. V20-21


II. Nuestro servicio a Dios es nuestra realidad presente. V22-23
Veamos entonces que:

I. Nuestra servidumbre al pecado quedo en el pasado. V20-21

V20. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. V21 ¿Pero
qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de
ellas es muerte.

Básicamente el texto nos presenta nuestra condición pasada, condición que tiene una
doble característica que son la esclavitud al pecado y libertad en lo que respecta a la
justica, donde la primera es el resultado de la segunda; es decir que, en tanto que el
hombre sea libre de la justica este siempre será esclavo del pecado. El apóstol Pablo en
el v16 nos dice que en tanto que el hombre se someta a alguien para obedecerle este será
esclavo de aquel a quien obedece, sea al pecado o a la justicia; por tanto podemos decir
que todo hombre está siempre bajo el dominio de alguien, bajo la esclavitud de alguien,
o se esta al servicio al pecado o se está al servicio de la justicia, no hay nadie que no esté
sirviendo, todo el mundo está en servicio, es más podemos resumir la vida del hombre en
una palabra: “SERVICIO”, la pregunta es ¿hacia quien es tu servicio? ¿es tu servicio al
pecado? O ¿o es tu servicio a la justica? Ahora, valga la aclaración de que, cundo Pablo
está hablando del servicio a la justica, no esta hablando de otra cosa que del servicio a
Dios como esclavos suyos. Porque, en primer lugar, es que desde el versículo 15 al
versículo 23 la frase servicio a la justicia, o siervos de la justica se usa como sinónimo de
ser siervos de Dios, como aparece en el v22 y, en segundo lugar, es que la frase, siervos
de la justicia, que usa Pablo viene de Jeremías 23: 6 y 33:16, donde se declara que, Jehová
es justica nuestra.

Por otro lado, cuando Pablo está hablando de nuestra condición, condición en que
estuvimos libres en cuanto a la justicia dice, erais esclavos del pecado, ahora el tiempo en
el que está, la palabra “erais” dice E. Carballosa que es “un tiempo imperfecto que indica
una acción continua” (Carballosa 1994) lo que quiere decir es que nuestro servicio al
pecado era de manera continua, un tiempo en el cual no hay cese de servició; pero esto
no es otra cosa que la realidad descrita por Pablo en los primeros capítulos, y de la
descripción de Génesis 6:5 donde se nos dice que, “todo designio de los pensamientos del
corazón del hombre, era de continuo solamente el mal” por esto no se deseaba la sujeción
a la justicia. Ahora, pesto que el servicio que damos ya sea al pecado o a la justicia no es
un servicio parcial, porque, así como nuestro servicio al pecado era continuó, el servicio
a la justicia es de manera continua, por lo tanto, nuestro vivir estando bajo la gracia no
debe de caracterizarse por un servicio parcial a Dios, sino de manera continua, ¿Por qué?
Porque dicho esta por nuestro señor Jesucristo que “ningún siervo puede servir a dos
señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al
otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.

Conforme avanzamos vemos también que el servicio bajo la esclavitud del pecado no
solo era de manera continua, sino que:

A. El fruto que se obtenía avergüenza.


V21a ¿Pero qué fruto tenías de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis?
Una vez más es una pregunta retórica que como sabemos tiene una respuesta
obvia, la pregunta está diseñada de una manera que reflexionemos con respecto a
nuestro pasado, y debemos de considerar aquel servicio continuo que teníamos al
pecado porque no resulto en nada de lo cual ahora nos podamos gloriar, Samuel
Pérez Millos dice que “a la vista del creyente el pecado es, algo despreciable y
contaminante, de lo que no cabe sino sentir vergüenza.” (Millos 2011)
B. El fin que se tenía era la muerte.
V21b Porque el fin de ellas es muerte; cualquiera que sea el pecado que se haya
cometido, aun el hecho de a ver nacido con una naturaleza pecaminosa, no tiene
otro fin sino la muerte, el final de nuestra naturaleza y nuestros actos que con gran
vileza ofendían y aun ofenden cuando pecamos contra Dios, no era otro que la
muerte eterna. Por tanto, todos quienes por la pura gracia y misericordia de Dios
hemos recibido de su espíritu para ser vivificados, debemos de avergonzarnos de
nuestros pecados y de su fruto y, de cómo es que sin la gracia de Dios de manera
obstinada es que nos dirigíamos hacia aquello mas debías de temer, la muerte, la
eterna separación con Dios. Cómo no avergonzarse de tal servicio al pecado, que
nos conducía hacia la muerte que es su fin último.

Ahora bien, aun cuando Pablo, nos ha dicho que nuestro servicio fue al pecado de manera
continua; no obstante, eso quedo en el pasado, por eso dice Pablo en el v15 ¿pecaremos,
porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? En ningún amanera; porque nuestra
servidumbre al pecado ha quedado en el pasado, y no es más que del cual nos
avergonzamos, esa es la diferencia.
Pero en segundo lugar aquello que marca la diferencia entre nuestra realidad presente,
que es nuestra libertad de la esclavitud al pecado, que resulta en servicio a la justicia, no
solo es que nuestra servidumbre al pecado haya quedado en el pasado, sino que:

II. Nuestro servicio a Dios es nuestra realidad presente. V22-23

V22. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis
por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. V23. Porque la paga del
pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Oh que Gozo leer este pasaje que dice, de quienes hemos sido libertados de la
esclavitud del pecado que es nuestra realidad presenta, aquello que vivimos el ahora
y que viviremos hasta el último momento demuestra vida y por la eternidad, está
marcado por aquello que en un punto de nuestra vida el señor con mano fuerte y
poderosa al igual que al pueblo de Israel nos saco de la servidumbre continua y
destructora hacia su servicio continuo y noble. El texto dice; “Mas ahora”, estas
palabras nos preparan para una realidad grandiosa, realidad que ahora vivimos como
creyentes, y que nunca por nosotros mismos lo lograríamos que es, el ser libertados
del pecado, por nuestras propias fuerzas nuca nos acercaríamos hacia el servicio de la
justicia; el texto sigue diciendo que hemos sido libertados, sin embargo, eso no es
todo sino que, ahora somos siervos de aquel que nos liberto a precio de sangre
muriendo en la cruz y, nos hizo sus ciervos. Y nuestra obediencia y lealtad le debemos
a él. Y en este servicio contino a Dios:

A. El fruto que se obtiene es la santificación.


V22b “tenéis por vuestro fruto la santificación…” esto es el gran contraste que se
obtiene cuando hemos sido libertados del pecado, esto es el fruto que se tiene
cundo se vive bajo la gracia de Dios. Este el fruto de nuestra libertad de la
esclavitud del pecado, este es fruto que no avergüenza; porque la santificación es,
una obra de la libre gracia de Dios que tiene el propósito de que seamos santos
por medio de la aplicación del Espíritu Santo, de la obra salvífica de Cristo en la
cruz a favor nuestro “para renovarnos conforme a la imagen de Dios… de tal
manera que muramos cada día más y más al pecado y vivíamos en novedad de
vida.” (Catesismo Mayor de Westminster s.f.) Ahora con la santificación, se hace
evidente nuestra muerte al pecado fruto del cual ahora nos avergonzamos; la
santificación podríamos decir que es el fruto inmediato con la cual nos hacemos
cada vez más semejantes a Cristo nuestro libertador, pero esto conforme a la
medida en que se tome y se aplique de manera responsable todos los medios de
gracia.
B. El fin que se tiene es la vida eterna.
V22c “y como fin, la vida eterna.” Este es el fin que se tiene cundo estamos en
servicio a Dios, pero no como resultado de algún esfuerzo propio que demande
recompensa de Dios sino, por pura misericordia. Por otro lado, no debemos de
entender que la vida eterna sea como, que se está por alcanzar todavía, porque no
es así sino que, vida eterna, es lo que tenemos desde el momento en que Dios por
medio de la obra del Espíritu Santo a aplicado la obra redentora de Cristo a favor
nuestro, trasladándonos al reino de su luz para su servicio; lo que el texto está
diciendo es que el fin de la santificación es, obtener la vida eterna de manera plena
sin pecado, y el espíritu Santo es las arras, la garantía de que esta vida eterna no
la perderemos aun después de la muerte física sino, que la tendremos tan cierto
como el Espíritu Santo es eterno y que mora en nosotros.

El apóstol Pablo sierra esta sección con el V23 que dice, “Porque la paga del pecado es
muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Bueno el
nos muestra un contraste entre lo que el pecado da y lo que Dios da, Hendriksen dice de
este pasaje “es un contraste entre nuestro pasado y el presente” (Hendriksen 2006) en la
primera es una retribución un salario por el servicio prestado, el pago que recibimos de la
cual todos hemos experimentado es la muerte espiritual, todos recibimos esa paga, de
manera indistinta la muerte física también lo es, y por ultimo para todo aquel que no esta
bajo la gracia, y no ha sido libertado del pecado para el servicio de Dios, experimentara
la paga final que es la muerte eterna, y no hay paga mas miserable que pudiera existir.

Pero lo que Dios da es un don, un regalo gratuito, y no es que la tendremos sino, que ya
la tenemos a un antes de llegar al final de su servicio en esta vida presente, ya la tenemos
desde el momento de nuestra conversión; A.T. Robertson dice que la palabra usada para
don “indica eternidad por cuanto eterna es quien la da.” (Robertson 2003) Pero si
continuamos leyendo el texto, nos damos cuenta que tanto el servicio como el fruto y el
fin que es la vida Eterna, son en Cristo Jesús y solo en Cristo Jesús. Así que, si alguno
dice, pecaremos por que estamos bajo la gracia y no bajo la ley, muy probablemente no
se haya experimentado la libertad de la esclavitud del pecado, y como tal no ha dejado de
estar bajo la servidumbre del pecado, y no está bajo el servicio de Dios, y por tanto no
hay santificación, ni una vida eterna que alcanzar sino, solo la muerte.

Para concluir, lo que hemos visto es que, no podemos pecar estando bajo la gracia
básicamente porque hay una gran diferencia entre nuestra realidad presente y nuestro
pasado, y la diferencia es que, nuestra servidumbre continua al pecado quedo en el pasado
y que ahora nuestro servicio es para con Dios eternamente.

Esto debe de llevarnos a examinarnos si realmente estamos bajo la gracia, ¿realmente


nuestros pecados pasados y sus consecuencias y aun nuestras luchas con pecados
particulares nos avergüenzan? ¿Ahora como creyentes vemos la gran diferencia entre los
resultados de nuestro servicio a Dios y los resultados de nuestra vida pasada? ¿es la
mortificación diaria del pecado lo que caracteriza nuestra vida y no el tomarse como
licencia para pecar el hecho de que estemos bajo gracia.?

Por otro lado, como libertos del pecado y siervos de Dios con más fervor es que debemos
servir en todo y con todo lo que somos alma y cuerpo, porque posesión suya somos, no
nos pertenecemos. Somos propiedad de Dios; y a todos a aquellos que somos de su
propiedad, en santificación no lleva y nos conducirá hasta sus atrios para una vida
perfecta, plena y así cumplir el propósito con el cual fuimos creados.
Bibliografía
Carballosa, Evis L. Romanos Orientación Expositiva y Practica. Grand Rapids Michigan :
Portavoz, 1994.

Catesismo Mayor de Westminster . s.f.

Hendriksen, Wiliam. Comentario al Nuevo Testamento Exposición de Romanos. Grand Rapids


Michigan: Libros Desafío, 2006.

Millos, Samuel Pérez. Comentario Exegético al Texto Griego del Nuevo Testamento. Barcelona
España: Clie, 2011.

Robertson, A.T. Comentario al Texto Griego del Nuevo Testamento . Barcelona España: Clie,
2003.

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