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Index de Enfermería
versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.20 no.3 Granada jul.-set. 2011

http://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962011000200010

ARTÍCULOS ESPECIALES

TEORIZACIONES

Imagen social de las enfermeras y


estrategias de comunicación pública para
conseguir una imagen positiva

Social image of nursing and public


communication satrategies to obtain a
positive image
Manuel Ángel Calvo Calvo1

Departamento de Enfermería, Universidad de Sevilla. España


1

Dirección para correspondencia

RESUMEN

La identidad o esencia de las enfermeras no coincide con su imagen


social pues continua plagada de estereotipos, y el público sigue
percibiendo una imagen dependiente y poco profesional de las
enfermeras. Esa discordancia entre identidad e imagen, en parte se
debe a que las propias enfermeras no se han preocupado
suficientemente, de modo individual y colectivo, por comunicar
eficazmente su verdadera identidad a la sociedad. Y para transmitir
la identidad de las enfermeras estas deben comunicar a la sociedad
su función y quehacer, para lo cual conviene que las instituciones
enfermeras cuenten con gabinetes de comunicación eficientes y
bien estructurados, y que las enfermeras integren en su práctica
profesional el uso de recursos de la comunicación pública, tales
como aplicar las nuevas tecnologías en su práctica diaria, difundir
científica y masivamente su producción intelectual, divulgarla e
informar a los medios de actividades enfermeras susceptibles de
convertirse en producto informativo.
Palabras clave: Imagen social/ Enfermeras/ Estrategias/
Comunicación pública.

ABSTRACT

The identity or essence of nursing does not match their social


image as this profession continues to be full of stereotypes and the
general public still retains the idea of dependence and lack of
professionalism of nurses. This lack of concordance between image
and identity is partly due to the fact that nurses themselves have
not cared enough, both individually and as a group, to
communicate effectively their true identity to society. In order to
transmit the identity of nursing, these professionals must explain
their tasks and functions to society. In this sense, nursing
institutions should have at their disposal efficient and well
organized communication departments. Also, nurses should include
in their daily practice the use of public communication resources
such as the application of ITCs to their tasks, the mass divulgation
of their intellectual production in scientific publications, the
broadcasting of nursing activities which could become informative
products.

Key words: Social image/ Nursing/ Strategies/ Public


communication.

Identidad profesional e imagen pública de las enfermeras y


enfermeros

Existe ya una aquilatada trayectoria de más de veinte años en la


que las enfermeras españolas reflexionan sobre su imagen social,
es decir, de cómo los públicos perciben a las enfermeras, y buena
muestra de ello es que a comienzos de la última década del siglo
pasado comienzan a publicarse en revistas científicas sólidos
trabajos que abordan aspectos relativos a la imagen pública de la
enfermería y sus repercusiones, lo cual denota ya en esos
momentos un manifiesto interés y también preocupación de las
enfermeras españolas por su identidad e imagen socioprofesional.1,2
En esos trabajos y en los que les siguieron, sus autores ya ponían
de relieve cómo la imagen que los públicos y la sociedad tienen de
las enfermeras no coincide con la identidad profesional de este
colectivo, es decir, con lo que realmente las enfermeras son y
hacen, lo cual repercutía negativamente en el reconocimiento social
de las enfermeras.3,4

A principios de la década actual, cuando iniciábamos esta línea de


trabajo sobre la imagen pública de las enfermeras, sosteníamos
que las enfermeras habíamos avanzado enormemente en estos
últimos años pero seguíamos sin estar satisfechos por el
conocimiento que la sociedad tenía de nuestra profesión, por
nuestra imagen social y por el consecuente reconocimiento social y
profesional que se nos dispensaba. Afirmábamos igualmente, que el
problema partía fundamentalmente de que la sociedad no conocía
aún nuestra verdadera identidad, sobre todo nuestras aportaciones
a la salud de las personas y de la comunidad, y la imagen que se
había creado sobre los enfermeros no era ajustada a la realidad
cuanto menos, porque esa imagen que el público había elaborado
sobre nosotros en sus mentes no coincidía con nuestra verdadera
identidad.5

Igualmente, en aquellos comienzos de esta década sosteníamos


conceptos tales como que los medios de comunicación "son lugares
donde las enfermeras no existían"6 y consecuentemente estas
debían poner en marcha estrategias o acciones para potenciar la
imagen de las enfermeras en los medios de comunicación y
transmitir a la sociedad una identidad real.7

Estas afirmaciones y conceptos que sobre la imagen pública de las


enfermeras y sus repercusiones socioprofesionales realizábamos
entonces siguen siendo válidos actualmente, y así, recientes
trabajos de otros autores ponen de manifiesto que a pesar de que
las enfermeras han conseguido últimamente logros profesionales y
académicos importantes, estos no han cambiado la percepción que
de ellas tiene la opinión pública.

En efecto, la imagen enfermera continua plagada de estereotipos y


la enfermería como profesión parece seguir funcionando como una
infraestructura transparente, como si estuviese al margen del
sistema nacional de salud, transparencia que se halla magnificada
por la ausencia de signos visibles que identifiquen a los miembros
de esta profesión, tal como si las enfermeras y enfermeros no
necesitaran que se visualice socialmente su imagen.8 Igualmente,
otros autores también han puesto de manifiesto la invisibilidad de
los enfermeros en la valoración global del servicio sanitario por
usuarios del sistema público de salud, lo cual probablemente sea el
reflejo del papel secundario o subsidiario que este colectivo de
profesionales sanitarios ha tenido tradicionalmente para el
imaginario colectivo9 o de una cierta invisibilidad social de los
cuidados y la dificultad para cuantificarlos.10

Ese estado actual de la imagen pública de las enfermeras es


confirmado también en otros trabajos donde se concluye que el
sexismo, las relaciones de poder, la escasa consideración
institucional, el poco prestigio social, el bajo nivel de desarrollo
profesional y las relaciones de sumisión con otros profesionales son
ejemplos de algunos factores actuales que siguen influyendo en la
imagen social que hoy tenemos los enfermeros, y que tienen su
origen en la identidad de las enfermeras del pasado, por lo que el
público sigue percibiendo de nosotros una imagen dependiente y
poco profesional que justifica que debamos hacer un esfuerzo para
cambiar la imagen que trasmitimos.11
Una de las consecuencias de todo lo anterior es que la enfermería
no es suficiente y bien conocida y reconocida por la sociedad, y no
ocupa el espacio social que le corresponde en razón a su específica
contribución a la salud, y todo ello a pesar de la importante
evolución que ha experimentado en los últimos veinticinco años,
por lo que su imagen continúa estando muy alejada de la profesión
más autónoma, competente y con mayor capacidad de decisión en
que se ha convertido.10

Ese deficitario reconocimiento social del que gozan las enfermeras


afecta a fenómenos vitales para el desarrollo del colectivo
enfermero, siendo un ejemplo de ello el fenómeno de la
profesionalización, dado que como ésta viene determinada por el
reconocimiento social o por la importancia que adquiere dicha
actividad para el resto de los seres humanos, así como por el
desarrollo de un dominio propio y de un control monopolístico de su
ejercicio, es fundamental conocer cómo está desarrollándose y
transformándose la actividad enfermera para saber qué identidad
de las enfermeras se está transmitiendo públicamente y qué
imagen están construyendo de estas los públicos.12

En consecuencia, se debe profundizar en las causas y


consecuencias de la no coincidencia entre la verdadera identidad de
las enfermeras y la imagen que la sociedad tiene de ellas,5 dado
que reflexionar en torno a esa disonancia y ser consciente de ello
es también una oportunidad y un recurso, pues el conocimiento y
asunción de aquella realidad por parte del colectivo enfermero es
imprescindible para lograr una imagen positiva de él dado que lo
razonable es descubrir o ser consciente de la actual identidad de las
enfermeras para luego intentar proyectar públicamente lo mejor de
esa identidad y lograr así construir en la mente de los públicos una
imagen positiva que mejore nuestras posiciones actuales.13:15-18

La discordancia entre la verdadera identidad profesional de


las enfermeras y su actual imagen pública

Toda persona, colectivo o institución proyecta una identidad que


induce entre sus públicos la construcción de una determinada
imagen, y concretamente, la identidad de la profesión enfermera,
como de cualquier otra profesión, es el "ser" de ese colectivo, su
esencia o su modo de existir, lo que le diferencia de otros
colectivos. La identidad enfermera surge de la intersección de los
tres rasgos estructurales que mejor definen a la profesión y que
son la historia de esa profesión, su misión actual en la sociedad y la
cultura corporativa.13:15-18

El primer rasgo enumerado se refiere a la historia de la profesión


desde sus orígenes hasta el presente, por lo que en nuestro caso se
refiere o abarca a la historia de la enfermería. La misión o situación
actual de la profesión enfermera es otro rasgo de la identidad
corporativa y en nuestro caso se refiere al rol profesional específico
e insustituible que las enfermeras desarrollan hoy en día, pero
también a los proyectos y expectativas que el colectivo se ha
planteado para satisfacer sus metas.

Y, finalmente, la cultura corporativa como rasgo que también


conforma la identidad de las enfermeras está formada por los
comportamientos expresos del colectivo enfermero, y que
comprende todo aquello que es observable y constatable en el
quehacer diario de las enfermeras, suponiendo una manera
particular de hacer las cosas, por lo que la cultura corporativa de
las enfermeras estaría formada por todo lo que en el
comportamiento diario de las enfermeras es observable por el
público.5

A partir de estos tres rasgos estructurales se puede establecer una


aproximación a los atributos que constituyen la identidad enfermera
y que muy resumidamente pueden ser establecidos del siguiente
modo: la enfermería es una disciplina que tiene sus orígenes en los
cuidados de supervivencia de las primeras civilizaciones, y gracias
al devenir histórico de las enfermeras dispensando cuidados de
salud a lo largo de los tiempos ha sido posible conformar en el siglo
XXI una profesión que tiene como misión prestar atención de salud
tendente a promover, mantener o recuperar la salud, siendo su
ámbito de responsabilidad el de brindar cuidados integrales de
salud a la persona, familia y a la comunidad, y para cuya práctica
profesional la enfermera está legalmente habilitada por estudios
universitarios de grado, aspirando a seguir desarrollándose y
creciendo como profesión.5

Por el contrario, la imagen del colectivo enfermero es la percepción


que los demás tienen de nosotros mismos, es el juicio o la opinión
positiva o negativa que el público forma sobre las enfermeras en
función de determinados comportamientos de éstas, por lo que la
imagen en definitiva es la suma de experiencias que alguien tiene
del colectivo enfermero.

Por tanto, a diferencia de la identidad de las enfermeras que es


transmitida por éstas a la sociedad, la imagen de un colectivo se
construye en la mente de los públicos mediante la integración en
esa "gran mente pública" o imaginario social de todos aquellos
"inputs" o mensajes y manifestaciones corporativas con capacidad
comunicativa que el colectivo enfermero en su quehacer diario
emite voluntaria e involuntariamente, a lo que hay que añadir
también los mensajes que otros agentes ajenos a las propias
enfermeras, sobre todo medios de comunicación social, emiten
sobre dicho colectivo, y que también intervienen en los públicos
para que éstos construyan la imagen de la enfermera o del
colectivo que las integra.13:30-34

En efecto, la imagen de las enfermeras la construye el público en


sus mentes a partir de todo lo que éstas voluntariamente o no y
con intencionalidad comunicativa o no, transmiten a esos públicos,
pero esa imagen social de la profesión enfermera está muy
condicionada por la forma en que los rasgos de su identidad son
reproducidos y transmitidos a los públicos por los diferentes medios
de comunicación social, como la televisión, radio, prensa, Internet,
publicidad y cine.

En el caso que nos ocupa, se puede partir de la premisa previa de


que la sociedad no tiene un concepto claro sobre la enfermera, y
sin realizar ningún estudio de mercado se puede sostener que la
imagen que la sociedad tiene de la profesión enfermera no coincide
con su verdadera identidad o esencia, con esa identidad enfermera
que también a grandes rasgos se exponía anteriormente.

La razón de esta no coincidencia entre identidad e imagen de la


enfermera es que a menudo en el imaginario social encontramos
muestras de que junto a la concepción de que somos una profesión
con la misión de prestar atención de salud específica e insustituible
y que encarna los valores personales y morales más elevados -
solidaridad, consuelo, generosidad, alivio, etc.-, conviven aún con
la imagen de profesión escasamente cualificada, de ser una
actividad que por sus características está estrechamente ligada al
género femenino, o con la imagen que de la enfermera ha
condicionado determinado cine, sobre todo el cine X y la publicidad,
y que ha presentado a la enfermera cuanto menos como una mujer
frívola, sexualmente atractiva y provocadora, en la que prevalece el
escaso nivel intelectual, la nula capacidad de decisión y la
subordinación y dependencia de otros profesionales.5

Algunas causas de la no coincidencia entre identidad e


imagen social de las enfermeras

Realmente, que la imagen pública de las enfermeras no coincida


con su verdadera identidad profesional puede ocasionar
consecuencias indeseables para el colectivo, y así por ejemplo, en
clara relación con la imagen actual que la sociedad percibe de las
enfermeras, el público puede cuestionarse si considera
competentes a las enfermeras para abordar científica y
técnicamente determinados problemas o temas de salud.

Según esto, la enfermera tendrá más dificultad para desarrollarse


profesionalmente mientras menos reconocimiento social tenga y
más arraigada esté en la sociedad la trasnochada imagen de
profesión escasamente cualificada, con poca capacidad de decisión
y subordinada y dependiente de otros profesionales; y por el
contrario, a mayor calado en la sociedad de la idea de que la
insustituible contribución de la enfermera tiene gran
responsabilidad en la promoción, mantenimiento y recuperación de
la salud en el individuo y en la comunidad, menos dificultad tendrá
para culminar la profesionalización a la que aspira.

Desde el punto de vista comunicacional, una de las causas de que


el público haya construido en sus mentes una imagen de las
enfermeras que no se corresponde con su verdadera identidad
profesional hay que buscarla en los mensajes explícitos e implícitos
que sobre nosotros transmiten los medios de comunicación social,
pero sobre todo lo explica el que las enfermeras no nos hemos
preocupado suficientemente, de modo individual y colectivo, por
comunicar eficazmente nuestra verdadera identidad a la sociedad o
cuando lo hemos hecho no la hemos transmitido o comunicado
adecuadamente a la sociedad por lo que se puede afirmar que los
propios enfermeros no nos hemos ocupado ni preocupado de
gestionar nuestra imagen.

Y ocurre que cuando alguien, en este caso las enfermeras, no


comunica sus asuntos al público siempre hay otros agentes
externos a ellas que comunican en su lugar, y casi siempre
contrariamente a los intereses de quien no comunica.

En nuestro caso, personajes ajenos a la profesión enfermera y los


medios de comunicación social incluidos el cine y la publicidad, son
los que con mucha frecuencia han comunicado al público y a la
sociedad la identidad profesional de las enfermeras, bien
ignorándonos o bien transmitiendo una identidad que no se
corresponde con la nuestra, condicionando así estos agentes ajenos
a la enfermería, la imagen que el público ha construido sobre
nosotros.

Ciertamente, los enfermeros no nos hemos preocupado lo suficiente


de comunicar eficazmente nuestra identidad porque desconocemos
el verdadero valor que para nuestro reconocimiento social y
profesional tiene una adecuada gestión de la comunicación pública
de nuestra verdadera identidad, y por tanto la conformación de una
imagen positiva y real de nuestro colectivo.

Hay necesidad por tanto de que las enfermeras comuniquemos


nuestra verdadera identidad, lo que somos y queremos ser,
controlando nosotros mismos el proceso comunicativo y construir
así una imagen positiva sobre nuestra profesión, porque si no lo
hacemos otros personajes ajenos a nosotros y los medios de
comunicación social lo harán en nuestro lugar, y si esto ocurre
puede que esos actores comuniquen las cuestiones enfermeras
contrariamente a nuestros intereses, con la probable consecuencia
de que nuestra imagen enfermera ante la sociedad siga sin coincidir
con nuestra verdadera identidad.

Estrategias para la gestión de la imagen profesional de las


enfermeras y enfermeros

A la luz de lo anterior, se hace necesario afianzar nuestra identidad


y reformar nuestra imagen pública como enfermeras, procurando
que los públicos perciban y construyan una imagen positiva de las
enfermeras que les asegure a éstas un plus de aceptación social.

Y, como se dijo anteriormente, para lograr esa imagen positiva, el


público debe construir en sus mentes una imagen de las
enfermeras que debe ser una síntesis de la identidad real del
colectivo y además debe destacar sus puntos fuertes, teniendo en
cuenta que la síntesis de la identidad corporativa del colectivo
enfermero debe basarse en la realidad de ese colectivo,
traduciendo a imagen lo mejor de ese colectivo y de una forma
atractiva.13:30-34

E igualmente, para reformar nuestra imagen social como


enfermeras y enfermeros, nosotros mismos tenemos que liderar la
gestión de nuestra imagen social, sin desentendernos de esa tarea
y sin dejar esa gestión exclusivamente en manos de agentes ajenos
a la profesión y de los medios de comunicación social.

En consecuencia, las enfermeras de modo individual y como


colectivo profesional debemos gestionar estratégicamente nuestra
imagen pública para transmitir nuestra verdadera identidad y según
nuestros intereses, para lo cual debemos comunicar a la sociedad
nuestro actual rol contando con el apoyo de profesionales y medios
de comunicación social; pues si éstos transmiten a la sociedad la
verdadera identidad enfermera siguiendo las directrices y pautas
dadas por las propias enfermeras, mayores posibilidades habrá de
que la sociedad las perciba como profesional de la salud con gran
responsabilidad en la promoción, mantenimiento y recuperación de
la salud, y menor será el arraigo en el imaginario popular de la idea
de profesión escasamente cualificada, alejada de la ciencia, con
poca capacidad de decisión y dependiente de otros profesionales.5

Y para transmitir nuestra verdadera identidad, es decir, los


mensajes con que los públicos construirán en sus mentes nuestra
imagen social, las enfermeras de modo individual y las instituciones
enfermeras -sociedades científicas, fundaciones, colegios
profesionales, sindicatos, escuelas, facultades y departamentos
universitarios de enfermería, etc.- debemos comunicar y explicar a
la sociedad nuestra función y nuestro quehacer.

En ese sentido, para comunicar eficazmente con la sociedad y


transmitirle nuestro quehacer y razón de ser, es condición
indispensable que nuestras sociedades científicas y profesionales
cuenten con sus propios responsables de comunicación, y mucho
mejor si son direcciones o gabinetes de comunicación bien
estructurados y donde estén integrados periodistas o especialistas
en comunicación corporativa.5

En el caso de las escuelas, facultades y departamentos


universitarios de enfermería, éstas pueden utilizar los recursos de
los gabinetes de comunicación con que suelen contar las
universidades o instituciones a las que pertenecen para comunicar
a la sociedad su actividades, pero siempre controlando ellas
mismas el proceso de comunicación para que se ajuste las
directrices y pautas dadas por las propias enfermeras al gabinete
de comunicación, en definitiva para que esos gabinetes ajenos a las
enfermeras comuniquen siempre según los intereses de éstas y no
de la institución a la que pertenece el gabinete.

No obstante, sería conveniente que estas entidades que usan los


recursos de los gabinetes de comunicación de las instituciones a las
que pertenecen, cuenten además con una persona o comité que se
responsabilice de la gestión de la comunicación corporativa de
dicha entidad, y por tanto, de relacionarse también con el gabinete
de comunicación de la institución a la que pertenece.

Recursos de comunicación pública para que las enfermeras


individualmente comuniquen con la sociedad

Para transmitir nuestra verdadera identidad y reformar nuestra


imagen social también es condición indispensable que las
enfermeras de modo individual comuniquen eficazmente con la
sociedad y le transmitan su quehacer, para lo cual es conveniente
que las enfermeras integren en su práctica profesional el uso de
determinados recursos de la comunicación pública.

Dichos recursos apenas son explotados por las enfermeras y nos


ofrecen la posibilidad de comunicar nuestra identidad masivamente
y llegar a toda la sociedad a través de los viejos y nuevos medios
de comunicación social como la radio, televisión, periódicos,
Internet y otras tecnologías de la información y de la comunicación
(TIC). Y esos recursos comunicativos que las enfermeras debe-rían
integrar y tener en cuenta en su práctica profesional son
fundamentalmente, los que señalamos a continuación.

Aplicar las TIC en la práctica enfermera. Consiste en incluir el uso


de las TIC en la práctica profesional enfermera todo cuanto se
pueda, concibiendo y empleando nuevos soportes de recogida y
almacenamiento de datos, usando recursos multimedia y redes
como Internet e intranets corporativas, y siempre con el objeto de
comunicar masivamente con nuestros pacientes y con el resto de la
sociedad.

Difundir científica y masivamente la producción intelectual


enfermera. Dado que una investigación o un trabajo científico no
finaliza hasta que se elabora y se publica en forma de artículo
científico, y el lector lo lee y lo entiende, las enfermeras deben
comunicar su ciencia al resto de colegas enfermeros publicando sus
artículos en revistas científicas enfermeras o presentando sus
contribuciones en congresos o jornadas de su disciplina.

Pero también la enfermera debe procurar dar a conocer sus


aportaciones en materia de salud fuera del ámbito enfermero, y así
debe comunicarla al resto de la comunidad científica y a la sociedad
en general. Para ello debe plantearse publicar también en revistas
científicas de otras disciplinas y profesiones, exponer sus
contribuciones en foros científicos multidisciplinares, y además
procurar que se informe a los medios de comunicación social de la
producción científica de las enfermeras para que a su vez esos
medios informen en sus espacios sobre los trabajos científicos y las
aportaciones de las enfermeras a la salud de las personas y de la
comunidad sean así conocidas por el resto de la sociedad.

Divulgar la producción intelectual enfermera en la sociedad. Una


vez difundida científicamente su producción intelectual, la
enfermera debe intentar un siguiente paso que es el de divulgar
esa producción intelectual, es decir, que el saber producido por
ellas pueda llegar a través de los medios de comunicación social
también a un público amplio y no entendido en salud, en definitiva,
a los ciudadanos y sociedad en general, de modo que ese público
inexperto pueda entender la contribución de las enfermeras a la
salud de las personas.

Para ello, una vez que la enfermera haya comunicado


científicamente un trabajo o investigación en alguna revista
científica o congreso, esta debe plantearse que algún medio de
comunicación social lo divulgue, bastando para ello con que elabore
un sencillo artículo de divulgación a partir de su artículo científico,
con un lenguaje llano para que lo entienda todo el público y lo haga
llegar a la sociedad a través de los media, con lo cual esos media
hacen llegar las aportaciones y conocimientos enfermeros a toda la
sociedad, y ésta las conoce, las entiende y valora.

Informar a los medios de comunicación de hechos y actividades


enfermeras susceptibles de convertirse en producto informativo o
divulgativo. Con mucha probabilidad, a lo largo de su vida
profesional, las enfermeras tendrán la oportunidad de organizar
algún acto o evento dirigido a otros enfermeros o al público en
general, como congresos, foros, cursos, entrega de premios,
presentación de libros, de informes científico-técnicos,
inauguraciones, celebraciones, aniversarios, exposiciones, etc.

En la organización de estos eventos, la enfermera no debe olvidar


que una fase clave en toda organización es informar
detalladamente a los medios y a los periodistas, sobre el contenido
y significado de la actividad que organiza e incluso invitarlos a
visitar y participar en esos actos, si cabe la posibilidad.

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Dirección para correspondencia:


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2oC. 41008, Sevilla, España
macalvo@us.es

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