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LA POESÌA
Roberto Rosario Vidal hace estudios y aborda el tema de la siguiente manera: La poesía es una de
las manifestaciones de la literatura infantil que va perdiendo espacio en la formación del niño. Esta
realidad responde, entre otros factores, a la carencia de una formación de una sensibilidad estética y
humana en los docentes. Sin embargo debemos ser conscientes que la poesía infantil contiene una
gama de posibilidades formativas. Roberto Rosario Vidal destacado promotor de la literatura infantil
en el Perú, aborda la poesía infantil de la siguiente manera:
1. POESÍA INFANTIL
La poesía infantil no se diferencia de la poesía para adultos, más que en matices referidos al
contenido o intereses de acuerdo a la edad. Más aún el niño es privilegiado en relación con los
adultos en su comprensión. El piensa y habla en imágenes, su vida es una constante sorpresa.
Morita Carrillo, distinguida educadora y poeta venezolana, dice que la poesía “tiene un
parentesco más cercano con las almas infantiles: lleva al niño a encontrarse dentro de sí mismo
y hace uso de sus recursos totales de imaginación, de sensibilidad, de afectividad; es capaz en
fin, de guiarlo hasta el libre desarrollo de sus facultades creadoras; por su gran poder de
emulación”.
Hugo Molina Viaña, uno de los más importantes poetas bolivianos que escriben para niños, dice
que “la creación poética acariciará el efluvio de la sonrisa de la niñez con la plenitud de su
expresión, sin sublaternizar sus altos fines estéticos, como si ella fuera tan sólo un recurso
didáctico para el aprendizaje.
Para Morita Carrillo la poesía infantil tiene en síntesis los siguientes fines:
Pero aún cuando parece estar todo dicho en cuanto al fin de la poesía, caben algunas
acotaciones de autores que en América y en el Perú desarrollan experiencias vitales en este
quehacer.
Juan Ramón Jiménez, el padre literario de Platero y yo, decía que “en casos especiales nada
importa que el niño no lo entienda, no lo comprenda todo. Basta que se tome el sentimiento
profundo, que se contagie del acento, como se llena de la frescura el agua corriente…”.
La poesía vigoriza la imaginación del niño, expande su espíritu, sensibiliza creando reservas
subconscientes de efluvios divinos que lo acercan al creador en tanto sean capaces de
sorprenderse, admirar y gozar de las pequeñas grandes cosas bellas que hay en la vida.
Para clasificar la poesía infantil recurrimos al trabajo realizado por el poeta Heriberto Tejo Gómez,
quien nos dice: Proponemos esta clasificación, conscientes de la imposibilidad de ensayar la poesía
para niños bajo rubros cerrados y excluyentes. Lo hacemos con el fin de ayudar a los padres y
docentes a distinguir y agrupar diversos tipos de poemas según su intencionalidad. Estamos
convencidos que cuanto más se familiaricen los niños con variados poemas y los interioricen, más
llegarán a anear la poesía y a disfrutar de ella.
Aquellos poemas que de una u otra manera permiten al niño la posibilidad del juego, mediante
el libre manipuleo del lenguaje. Poemas de puro juego con las palabras, de ritmos y sonidos
armonizables para el oído musical del niño, carentes generalmente de mensaje o reducido al
mínimo. En este amplio grupo, entre otros poemas estarían: las rondas, los textos poéticos de
los juegos, las retahílas, las jerigonzas, las jitanjáforas, las canciones de cuna, etc.
Ejemplos:
CAROLINA CARACOL
Carolina Caracol
frota y lustra su perol;
Carita blanca,
primor redondo,
lunita luna,
¿A dónde vas
que no me llevas?
Tuyo es el cielo
nidal de estrellas.
Mío es el parque
nidal de flores.
Flores y estrellas
amigas son.
También nosotras,
lunita luna.
No vayas lejos
que ya es muy tarde.
Toma mi cuna
para que duermas,
lunita luna.
Tanto los poemas humorísticos que trabajan con aquellas situaciones graciosas que les
ocurren o podrían ocurrirles a seres o animales, no importando lo improbable que puedan ser,
como los poemas absurdos, disparatados, “sin sentido”, que trabajan con situaciones imposibles,
incongruentes, irracionales (cerdos que vuelan, vacas que estudian, etc.) extraídos o no de la
realidad, estarían agrupados aquí.
Ejemplo: FÁBULA Y METÁFORA DEL GALLO
Reloj despertador,
hijo apócrito del
papagallo.
No anuncia la
madrugada
el tornasol clarinero.
Arturo Corcuera
(Noé delirane)
Agrupamos bajo este rubro, todas aquellas composiciones -muchas de ellas incluso fallidamente
poéticas- que pretenden instruir a los niños, presentando determinados temas a la manera de
“lecciones en verso”. Muchos de ellos han sido y son constantemente cuestionados, pues, en
buena parte, son responsables, por su marcado didactismo, de que muchos niños tengan poco
interés por la poesía y la consideren tediosa y aburrida. Un ejemplo equilibrado es:
EL LIBRO
El libro es mi amigo,
Mi amigo leal.
Siempre va conmigo.
¡Sabe conversar!
Me invita al descanso.
Me invita a estudiar.
Me lleva de la mano
Como mi papá…
Mario Florián
(Poesía para niños)
Aunque en toda creación artística y, en nuestro caso poética, lo ético se halla presente, en
ocasiones algunas obras la acentúan. Pertenecen a ese grupo, por tanto, aquellos poemas creados
con el propósito de dejar en los niños una enseñanza moral u obvia moraleja (fábulas).
En este tipo de poemas sucede lo mismo que en el grupo anterior. El peligro de que el niño
rechace la poesía por un marcado afán moralista.
NIÑITO JESUS
Niñito Jesús,
te doy un aviso,
y sea en secreto
y muy despacito:
mi mamá te está
cosiendo un vestido,
con orla dorada
de lino blanquísimo,
como para ti
niño lindo, ….
Luis Valle Goicochea
(Las canciones de Rinono y Papagil)
Son aquellos poemas creados con la intención de consolidar en los niños una temprana
conciencia social que les permita identificarse con su realidad nacional.
Incluimos también en este grupo a aquellos poemas compuestos con el propósito de informar a
los niños acerca de determinados comportamientos cívico-patrióticos, así como de ciertos
personajes o hechos trascendentales de nuestro pasado histórico, a fin de recordarlos y
exaltarlos.
Ejemplo:
Zapatero niño,
zapatero pobre.
Quieren media suela
mis zapatos pobres.
No me cobres tanto.
Los tres somos pobres.
Jorge Ortíz Dueñas
(La canción menuda)
en cuanto concierne al tema que nos ocupa, nos parece pertinente consignar textualmente sus
sensibilidad del niño hay que fijarse en los testimonios que ellos nos dan de sí mismo. Estos
que la fantasía actúa de un modo distinto en uno y otro. En el niño la fantasía viene a ser un
diálogo con las cosas. El niño vive en las cosas sin darse cuenta de que es él el que las anima,
mientras que el adolescente lo saca todo de dentro de sí mismo, y se vierte sobre las cosas.
El niño vive inmerso a la Naturaleza, pero todavía no "vive" la Naturaleza. Sus alegrías y sus
horrores quedan encerrados en el marco de lo todavía negativo. En el niño las relaciones con
través del juego, que es una actividad sumamente importante para el niño, aunque
naturalmente el niño tiene también cierta vida estética, y especialmente las niñas adquieren