Este ensayo abarca fundamentalmente el Comercio en Colombia, para dar inicio es
necesario comprender y conocer la historia de manera sucinta, en primera instante se conoce que En mayo de 1945, un grupo de comerciantes encabezados por Lorenzo Botero Jaramillo resolvió fundar una federación que los agrupara y permitiera defender los intereses del gremio. Posteriormente encontramos que La reconstrucción del comercio bogotano, enseguida del 9 de abril, fue la primera prueba de fuego de la nueva agremiación, pues los estragos del caos de aquella jornada bárbara y sangrienta fueron cuantiosos, casi irreparables. Un joven economista de 25 años, Hernando Agudelo Villa, director de Fenalco en Bogotá, probó con sus ejecutorias que no había solución imposible para la voluntad cuando sus propósitos son altruistas y patrióticos. Más adelante en 1957, en asocio de los banqueros, los industriales y los estudiantes, el comercio engrosó el movimiento restaurador contra la dictadura y Agudelo Villa fue promovido a la Presidencia Ejecutiva del gremio, en reemplazo de Jaime Tobón Villegas. Año y tres meses después, Alberto Lleras lo designó ministro de Hacienda y salió del Ministerio, por su excelente desempeño, para una de las gobernaciones del BID. Cabe resaltar la gestión realizada por José Raimundo Sojo Zambrano, ya que agitó, con sus pares en la Andi, la controversia económica durante el auge de la política de sustitución de importaciones, adelantada dentro de un marco adecuado para el aumento de la productividad, las exportaciones, los ingresos, las reservas internacionales, el equilibrio en las balanzas comercial y de pagos. También quedó un libro: “El comercio en la historia de Colombia”.
el desarrollo económico de una región depende, de decisiones económicas tomadas a
nivel regional y de políticas económicas seguidas desde los organismos decisorios del gobierno central; para general un impacto identificable, es por eso, que El Departamento Nacional de Estadísticas (DANE) informo que la producción industrial subió un 2,8 por ciento en febrero del año en curso, debido a dicho crecimiento las ventas del comercio al por menor en nuestro país aumento un 5,7 lo cual es muy gratificante ya que estos impactos generan más actividad y desarrollo laboral. El comercio tradicional se basa en proporcionar al consumidor libertad para moverse por el espacio de la tienda y para confeccionar su propia “cesta de compra” eligiendo entre una amplia gama o surtido de productos perfectamente empaquetados, etiquetados e identificados. Aunado a lo anterior, el fin del comerciante, es el lucro. De ahí que la actividad concurrencial sea connatural para el comerciante, debido a esto, se decide quién se beneficia en mayor proporción de su propia actividad comercial, en otras palabras, quien se lucra en mayor medida. Por tanto, siendo la mencionada actividad concurrencial el medio por el cual se llega al lucro, las herramientas con las que cuente el comerciante para afrontar dicha actividad son críticas para el éxito en su enfrentamiento con sus competidores. Es en esa faceta que la información empieza a mostrar su importancia para el comerciante. Es claro que la información es una de las herramientas más útiles en la lucha por el éxito comercial. En tanto un comerciante posea información acerca de sus potenciales clientes, el mercado en el que trabaja y especialmente de sus competidores, tendrá más posibilidades de triunfo. Por lo mismo, la protección de la información es crítica para los comerciantes, en la medida que: - Garantiza el mantenimiento de las ventajas que se poseen. - Niega a los competidores la obtención de ventajas para sí mismos. Adicionalmente, la información es de particular relevancia para el comerciante en el marco de sus relaciones con las autoridades estatales o las jurisdicciones en las que ejerce su actividad mercantil. En efecto, si hay una constante histórica en el ejercicio del comercio es la permanente tensión Estado-comerciante: mientras que el comerciante siempre busca más libertad y más protección a la información que le es vital, el estado siempre tiende a aumentar su poder regulador e inquisidor.