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El liderazgo político del PP: un problema de psicología

(Roberto Crobu)

Lunes, 06 de mayo de 2019

Este no pretende ser un enésimo artículo de prensa amarilla,


de la que plaga un alto porcentaje (la mayoría) del periodismo
español. Tampoco un artículo de opinión de un miembro de la
enésima red clientelar de ciertos partidos políticos que trata
de poner en buen lugar a unos o criticar a otros. Tampoco la
opinión de un influencer que quiere orientar el voto.
Es más bien el análisis técnico de una situación de actualidad vista
desde la perspectiva de la profesión que desempeña el autor.
Desde hace bastante tiempo me propuse promover y divulgar en
la sociedad civil la importancia de la psicología como
herramienta de análisis e intervención en escenarios y
contextos variados, a los que puede aportar un importante valor
añadido y diferencial, tales como la empresa, los negocios, la toma
de decisiones a altos niveles organizacionales, la economía, el
consumo, el rendimiento deportivo, el clima laboral, el marketing,
las políticas de empleo, la transformación digital, las necesarias
reformas educativas y, como no, la política en general.
Mi único objetivo con ello es aprovechar un hecho de actualidad
para poner en valor lo que los psicólogos de las organizaciones y
las ramas económicas y productivas de la psicología, podemos
aportar al abordaje y solución de problemas de gran alcance
social. Mi intención es que este artículo se convierta en el
manifiesto de los Psicólogos del Trabajo y de las Organizaciones a
través del cual podamos informar definitivamente a la sociedad de
lo que podemos hacer para ella y de lo que podemos aportar a un
ámbito tan relevante como la política, el marketing y el diseño de
productos. Contar con nosotros a alto nivel organizacional puede
ayudar a tomar mejores decisiones que beneficien a las personas y
las instituciones.

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La disrupción tecnológica ya no es solo tecnológica, sino que está
cambiando nuestra sociedad en lo profundo, desde abajo. Es una
disrupción social. El acceso a la información permite la creación de
intereses variopintos que existen a la vez, volátiles, inciertos en su
orientación, complejos y ambiguos. Desde el punto de vista
psicológico, unificar todos estos intereses en una única propuesta
alternativa de gobierno ya no es posible. Tal como ya no es posible
que una marca con un solo producto llegue a la mayoría más uno
de los consumidores. Con una sola marca es ya prácticamente
imposible satisfacer a la mitad del mercado y de los compradores.
Por esta razón las empresas crean subproductos y submarcas. O
se fusionan y se alían entre ellas.

Si tomamos por ejemplo el grupo Volkswagen, podemos ver que


tiene una marca que atiende a un perfil prototípico de comprador:
el padre de familia joven comprará Skoda, el conservador clásico
comprará siempre Volkswagen, pero el más pudiente comprará
Audi. El jefe del más pudiente Porsche, el joven deportivo con
poco menos dinero Seat, pero como ahora inician a verse muchos
jóvenes deportivos algo más pudientes, Seat separa la
división Cupra de sí misma, y la constituye como brand aparte,
para atender a un nuevo nicho de necesidades recientemente
captadas. Estas marcas no compiten entre sí, sino que forman un
único grande bloque alrededor de una corporación, basado en la
constante lectura y atención a las necesidades y emociones de sus
compradores: se trata de una pura cuestión de psicología.

Todo cambio representa una doble dificultad: abandonar la


comodidad de lo que se conoce por un lado y, por el otro, construir
un nuevo camino incierto hacia un lugar al que se desconoce
todavía si se será capaces de llegar. Incomodidad por abandonar
lo conocido, y miedo por ir hacia lo desconocidos. Explorar nuevos
caminos, nuevas formas y nuevos modelos.
Ya no se trata de venderle más de lo mismo a un nicho
ampliamente satisfecho. Tienes que segmentar más el mercado,
identificar nuevas tendencias y necesidades insatisfechas y tratar
de atenderlas con nuevas propuestas basadas principalmente en el
dialogo y la escucha atenta de la ciudadanía y la sociedad civil. Y
para eso hace falta mucha psicología. Más psicología que branding.

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Y el factor psicológico clave en ello es la resiliencia: es decir la
capacidad de reponerse emocional y cognitivamente después de
un episodio desfavorable. Para ello es importante digerir lo
ocurrido. Y para digerirlo es importante adaptar las estructuras de
pensamiento antiguas a las evidencias de una nueva realidad. En
la medida y en la velocidad en la que esto se logre, se puede
hablar de alta, o baja resiliencia. Y si no se logra, eso será
indicador de no resiliencia.

Cuando empiezas a definir tu identidad en base a quienes son los


otros, entonces es que has perdido la conexión con tu yo, con
quien eres y con qué te hace grande. Y volver al liderazgo pasa
por mirarse hacia dentro buscando tus argumentos, no luchando
contra los de otros.

FUENTE:
https://murciaeconomia.com/art/62994/el-liderazgo-politico-del-pp-un-problema-de-
psicologia
8 de mayo, 2019.
Recuperado: 8 de mayo, 2019.

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