Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En marzo de 2018, la NASA publicó un video en el que muestra cómo toneladas de polvo
viajan desde el desierto del Sahara hasta el Amazonas, un recorrido impulsado por
vientos que pueden alcanzar la velocidad de cinco mil kilómetros por hora a través del
océano Atlántico y que llevan fósforo a la selva suramericana, donde las plantas necesitan
de este nutriente para sobrevivir. Entre tanto, en la selva ocurre la evapotranspiración, un
fenómeno en el cual el agua vuelve a la atmósfera por su evaporación desde el suelo y por
la transpiración de las plantas. En forma de vapor, es llevada por el viento desde el
Amazonas hacia otras regiones que necesitan de esta humedad para evitar la sequía y
mantener vivos sus ecosistemas. En Colombia, viaja hacia la cordillera de Los Andes,
donde retorna al suelo en forma de lluvia y llena los embalses que surten a las grandes
ciudades.
en la región amazónica está cerca de llegar a un punto de inflexión en el que va a haber una
región deforestada, seca, sin vegetación, desde la que ya no va a subir tanta agua como
antes a Los Andes y va a empezar a verse una crisis significativa, debido al nivel de
industrialización y urbanización de la región central del país, que depende de un buen
suministro de este recurso y de energía, cuya producción también está ligada
mayoritariamente al agua.
“La polinización es vital para la producción de alimentos y los medios de vida de los seres
humanos y vincula directamente los ecosistemas silvestres y los sistemas de producción
agrícola”.
El 100 por ciento de los municipios de Colombia tiene algún grado de riesgo por
cambio climático y en 2040 el 25 por ciento estará en riesgo alto y muy alto de sufrir
fuertes impactos.
En relación con estos datos, varias entidades públicas vienen trabajando para tomar
acciones que mitiguen los efectos del cambio climático. El año pasado, el Ministerio de
Ambiente y Desarrollo Sostenible plantean las metas nacionales de desarrollo bajo en
carbono y resiliente al clima, con el objetivo de reducir los riesgos y aprovechar las
oportunidades.
A estos se suman otros como los resultantes de una agenda de investigación del
Departamento de Planeación Nacional, con análisis económicos sobre las implicaciones
del cambio económico en el país. Por ejemplo, en los precios del agua, en los efectos
económicos de futuras sequías y en las implicaciones negativas para el sector forestal,
ganadero y transporte, entre otros.
Sin embargo, pasar a la acción requiere de un esfuerzo por parte de las entidades públicas,
privadas y de la ciudadanía. “La presión social es importante”.
En el campo: cuidar árboles, aún en épocas de sequía, cocinar con estufas de leña
eficientes y recolectar agua.
En la oficina: reducir las impresiones, apagar los equipos electrónicos cuando no estén en
uso, pasarse a los bombillos ahorradores o LED.