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La presente publicación ha sido realizada con el apoyo de la Cooperación Sueca y Alemana, a través
del Programa de Desarrollo Agropecuario Sustentable, PROAGRO, ejecutado en Bolivia por la GIZ.
PRESENTACIÓN
El Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, ha
encargado a la Agencia de Cooperación Alemana al Desarrollo a través de su al Programa de
Desarrollo Agropecuario Sustentable GIZ/PROAGRO, la revisión, actualización y re-edición
de documentos técnicos elaborados por el Programa Nacional de Riego.
El documento “Obras de riego para zonas montañosas” fue publicado por primera vez el
año 2004, como guía práctica para orientar a los profesionales del sector en la aplicación
de un enfoque integrador en el diseño de obras, que contemple el punto de vista hidráulico-
constructivo y el contexto económico-productivo y social-organizativo del funcionamiento de
los sistemas de riego.
Para que un sistema de riego funcione adecuadamente cada uno de sus componentes
debe ser funcional, de buena calidad y compatible con su entorno, para asegurar cuyo fin se
proponen criterios generales y específicos de diseño y construcción.
El documento presenta estos criterios para obras de conducción (canales, tuberías, acueductos,
sifones invertidos, caídas y rápidas), de distribución, medición y regulación (repartidores,
aforadores y estanques) y de protección (desarenadores, vertederos de excedencia, pasos
de quebrada y muros de contención), que complementan las publicaciones previas referidas
al diseño y construcción de obras de toma.
ÍNDICE
1. ASPECTOS GENERALES.................................................................................................... 7
1.1 Introducción ......................................................................................................................... 7
1.2 Las distintas obras de riego................................................................................................. 8
1.3 Características de la zona montañosa boliviana ................................................................. 8
5. CANALES ............................................................................................................................. 37
5.1 Descripción y ubicación ....................................................................................................... 37
5.2 Criterios para el diseño de los tramos de canal .................................................................. 43
5.3 Diseño hidráulico ................................................................................................................. 44
5.4 Aspectos constructivos ........................................................................................................ 50
5.5 Situaciones que conviene evitar .......................................................................................... 55
6.TUBERIAS ............................................................................................................................. 57
6.1. Descripción y ubicación. ..................................................................................................... 57
6.2 Componentes de una obra de conducción entubada .......................................................... 59
6.3 Criterios de diseño en el contexto andino ........................................................................... 74
6.4 Diseño hidráulico ................................................................................................................. 74
6.5 Aspectos Constructivos ....................................................................................................... 82
6.6 Golpe de ariete .................................................................................................................... 83
7.ACUEDUCTOS ...................................................................................................................... 85
7.1. Descripción y ubicación ...................................................................................................... 85
7.2. Diseño Hidraúlico ............................................................................................................... 86
7.3 Elementos estructurales ...................................................................................................... 92
7.4 Aspectos constructivos ........................................................................................................ 95
7.5. Situaciones que conviene evitar ......................................................................................... 96
Anexo A
La función buscar objetivo de excel en la solución de problemas hidráulicos ......................... 213
Anexo B
Muros de Sostenimiento ............................................................................................................ 215
Anexo C
Simbología................................................................................................................................. 227
ASPECTOS GENERALES
1.1 Introducción
Para el buen y duradero funcionamiento de un sistema de riego, sus obras hidráulicas deben estar
adaptadas a las condiciones de su entorno y uso. En las zonas montañosas esto implica que las
obras deben acomodarse a la topografía ondulada y quebrada, las condiciones climáticas variantes
(frío-calor, seco-húmedo), la estacionalidad de los caudales, la fuerza destructiva del agua en las
laderas y el arrastre de materiales sólidos. En cuanto a lo productivo, las zonas montañosas se
caracterizan por épocas marcadas de producción, un acentuado minifundio y condiciones desde
relativa hasta extrema pobreza de la población rural. En cuanto a la gestión social, los sistemas
en zona montañosa son autogestionados por el grupo de usuarios sin interferencia ni subsidio de
otra institución.
Son estas condiciones generales de las zonas montañosas que forman el marco en el que tienen
que desempeñarse las obras de riego. Es sabido ya que si no se adaptan a las condiciones locales,
las obras no perduran o son causa continua de conflictos y problemas. Entonces, una de las tareas
principales del diseñador es la de generar compatibilidad entre las obras de riego y su entorno,
adecuándolas al entorno físico e hidrológico y a los requerimientos y capacidades de los usuarios.
Solo si se garantiza que las obras duren y que los usuarios puedan usarlas y mantenerlas, éstas
conformarán un sistema sostenible.
Para compatibilizar las obras con su entorno, los diseñadores deben recoger toda la información
posible sobre los factores que influirán en su futuro funcionamiento. Después, se inicia la
8 elaboración de propuestas para las obras, para luego escoger las alternativas más adecuadas
y proceder con el cálculo de sus detalles. Una de las herramientas que ayuda a concretizar las
Obras de Riego para Zonas Montañosas
La mayoría de los sistemas de riego no cuenta con todas las obras mencionadas. En los sistemas
rústicos solo suele haber canales y repartidores de tierra y alguna vez, un tramo revestido o
entubado. En algunos sistemas se encuentran, además, acueductos rústicos construidos de
tuberías, hojalata o turriles partidos en dos.
En los sistemas mejorados, normalmente hay una mayor variedad de obras, justamente porque el
mejoramiento de los sistemas apunta a introducir obras especiales que resuelven los problemas
técnicos que inhiben un mejor aprovechamiento del agua en la agricultura. Las obras más comunes
son canales y tuberías, acueductos, caídas, rápidas, repartidores, desarenadores, vertederos
y pasos quebrada. En casos específicos también se incluyen sifones invertidos, aforadores y
estanques de regulación.
1.3.1 Fisiografía
Fisiográficamente, Bolivia se divide en dos unidades mayores: el bloque andino y las planicies
bajas. Estas dos unidades se subdividen en siete provincias fisiográficas (Montes de Oca, 1997):
Dentro del bloque andino, la Cordillera Occidental se desarrolla a lo largo de la frontera occidental
del país y está formada principalmente por volcanes cuyas cumbres, en algunos sectores,
sobrepasan los 6.000 m de altura con nieves eternas. Este complejo es uno de los reguladores
climáticos más importantes de país, al impedir el paso de los vientos del océano Pacífico hacia el
Altiplano. Por sus condiciones climáticas es una zona inepta para la producción agrícola.
El Altiplano es una meseta endorreica, ubicada entre la Cordillera Occidental y la Cordillera Central
- Oriental. Tiene una altura promedio de 3.700 msnm y una temperatura media anual de 10ºC.
Cuenta con extensas planicies y pocas montañas de altura mediana. Sus principales fuentes de
agua son vertientes y pequeños riachuelos.
La Cordillera Central - Oriental es una cadena montañosa que también controla el clima general
de la zona al impedir el paso del aire húmedo desde los llanos hacia el oeste, generando de esta
manera, climas secos y áridos. Los ríos pertenecientes a las cuencas del Amazonas y del Plata
al norte y al sur, respectivamente, forman una red de drenaje compleja. La región, en general,
tiene una morfología escarpada y en ella se encuentran los valles andinos donde la temperatura
media anual es de 18ºC. La geomorfología de la zona es inestable y susceptible a una rápida
degradación al ser removida la vegetación. La mayoría de los sistemas de riego de Bolivia, se
encuentran en la cordillera Central - Oriental y por ello esa zona constituye el entorno principal en
el que se ambienta esta Guía.
1.3.2 Topografía
La constante fisiográfica en el bloque andino es su topografía accidentada, que dificulta y encarece
todo tipo de actividad de producción agrícola y desarrollo rural. Construir un sistema de riego
significa dificultosas excavaciones contra taludes, a veces inestables y otras veces rocosos, grandes
longitudes de canales bordeando laderas, obras de conducción adicionales para cruzar quebradas
10 y/o salvar depresiones topográficas, obras de protección contra los torrentes montañosos y contra
la gran cantidad de material sólido que arrastran las fuentes de agua. Además, a consecuencia
Obras de Riego para Zonas Montañosas
de la topografía, las zonas de riego suelen estar dispersas, ubicadas en empinadas laderas y
pequeños valles donde cultivar la tierra muchas veces exige trabajos previos de terracería.
La topografía montañosa determina el tamaño del sistema de riego en general y de sus componentes
estructurales en particular. Los sistemas en zonas montañosas son pequeños con relación a los de
zona plana, lo que también provoca restricciones en su viabilidad económica.
1.3.3 Geología
El terreno sobre el cual se apoyan las estructuras en un sistema de montaña, puede ser suelo
volcánico, roca sedimentaria, suelo glaciar o terreno aluvial, cada uno con sus propias condiciones
de capacidad portante y estabilidad. En el bloque andino, adicionalmente, son comunes las zonas
de geología en formación, con morfología inestable en el tiempo debido a la gran erodabilidad de
los suelos.
Las condiciones geológicas influyen en la selección del emplazamiento y el tipo de obra por
construirse. Así, la selección entre un acueducto o sifón invertido para cruzar una depresión puede
depender de condiciones de fundación suficientes para soportar las pilas. En otros casos, las
condiciones geológicas determinan el tipo de soporte que se precisa construir para garantizar la
durabilidad de la obra.
La distribución e intensidad de las lluvias tiene efecto en la premisa más básica para el diseño de
riego: la disponibilidad de agua. El agua puede ser abundante en zonas de deshielo o en zonas
de elevada precipitación, en contraste a zonas donde escasea todo el año. Ciertas zonas solo
pueden captar el agua que les traen las intempestivas crecientes durante la época de lluvias,
mientras que el resto del año el río está seco o el agua circula bajo su lecho, obligando a construir
captaciones subterráneas y semi-subterráneas como las galerías filtrantes. En general, el caudal
disponible es estacional y por tanto altamente variable; las obras de riego deben adecuarse a
estas fluctuaciones permitiendo la conducción de un caudal base limitado, pero con la posibilidad
de llevar caudales mayores después de lluvia fuertes.
Uno de los problemas con los que tropieza el proyectista al encarar el diseño de un sistema
de riego en zona montañosa es la falta de información hidrológica histórica. La existencia de
microclimas en estas zonas conspira contra la interpolación o la extrapolación de datos conocidos
en otras regiones. La experiencia juega aquí un papel importante, porque permite asumir datos
sobre la base de conocimiento de situaciones en sitios similares. Los habitantes son además una
fuente valiosa de datos hidrológicos. Ante la incertidumbre planteada, es recomendable encarar
el diseño con un grado de seguridad dando particular importancia a las estructuras vitales para la
continuidad del funcionamiento del sistema. Hay que aceptar que tal perspectiva puede llevar a un
cierto sobredimensionamiento de algunas obras, pero es mejor que lamentar destrozos a causa 11
de una menor precaución.
Al considerar los riesgos inherentes a la construcción o el uso de las obras y los riesgos que éstas
sufren de su entorno, la ingeniería de riesgo en zonas montañosas obliga a pensar más allá de las
meras obras necesarias para la conducción y distribución del agua. Debe incluirse el análisis de
los riesgos de eventuales efectos negativos a causa de las estructuras construidas y la proyección
de obras de protección necesarias para que sean duraderas. Estas facetas adicionales influyen en
el análisis económico de la rentabilidad de los proyectos.
Según la disponibilidad de agua en la fuente, el periodo del año y la demanda de agua de los
cultivos, los agricultores persiguen distintos objetivos con el riego. Estos objetivos influyen en las
12 características de las obras de riego. En la Tabla 1.1 se dan algunos ejemplos de esta interrelación
(Gerbrandy y Hoogendam, 1998).
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Tabla 1.1: Ejemplos de relación entre el tipo de riego y características de las obras de riego
Es común que en un sistema de riego, a lo largo del año, se combinen dos o más objetivos de
riego, por lo que también deben combinarse las características de su infraestructura. Lo último no
siempre es fácil de realizar. Sin embargo, no puede cometerse el error de excluir en el diseño uno
de los tipos de riego, porque obliga a que los usuarios introduzcan adecuaciones posteriores que
a menudo significan la rotura de las obras recién construidas.
Derechos de agua
La base para la autogestión de los sistemas de riego está en la definición y distribución de los
derechos de agua, que establecen: 1) quiénes cuentan con el derecho de uso del agua y uso de
la infraestructura hidráulica, 2) cuáles son las condiciones y criterios para obtener estos derechos,
3) cómo y cuando cada uno de los usuarios está permitido de usar el agua y la infraestructura, 4)
cuáles son las obligaciones que deben cumplirse para mantener su derecho, y 5) en qué medida
participa cada usuario en la toma de decisiones colectivas sobre la gestión de su sistema (Beccar 13
et al, 2002).
Por ser la base del funcionamiento de los sistemas, los derechos de agua también determinan ‘las
líneas gruesas’ del diseño de la infraestructura. Principalmente determinan las zonas por regarse
(que es la suma de las parcelas de los que tienen derechos de agua) y así la ubicación de los
canales principales y secundarios. Indirectamente también influyen en las dimensiones de los
canales y otras obras de riego (cuánta agua debe pasar a cada sector), aunque estas dependen
también de las modalidades de distribución de agua.
Modalidades de distribución
Para convertir los derechos de agua en un reparto de caudales, el grupo de beneficiarios define su
modalidad de distribución de agua, entendida como la forma concreta del reparto del agua hacia
cada uno de los regantes. A grandes rasgos, se conocen tres modalidades principales: i) el riego
libre, sin reglas definidas, ii) el reparto continuo, en el cual cada usuario o sector recibe una porción
del caudal durante todo el tiempo de riego y iii) el reparto por turnos, en el cual cada usuario o
sector recibe su agua de forma discontinua, en turnos. La modalidad de distribución depende en
principio de la relativa disponibilidad de agua para los usuarios; a mayor escasez, existe mayor
necesidad de aplicar reglas fijas para el reparto. Después influyen factores como tipo de cultivo,
facilidad de su aplicación, necesidad de control, tiempo por invertirse y otros.
En muchos sistemas de riego de la zona andina, las modalidades de distribución de agua varían
según el periodo del año con el fin de dar respuesta a las cambiantes condiciones de escasez de
agua en el tiempo. Sobre todo en los sistemas de toma directa con fluctuaciones en su caudal de
entrada, se aplican distintas modalidades de distribución a lo largo del año. Directamente después
de la época de lluvia se aplica el riego libre, en el que cada uno puede tomar el agua que precisa.
Cuando escasea el agua en la fuente y aumenta el número de conflictos sobre su uso, se cambia
a un sistema de turnos. El diseño de los canales, obras de arte y repartidores, debe posibilitar la
aplicación de estas dos modalidades. A cambio, en los sistemas con agua regulada o de caudal
más o menos constante, casi siempre se aplica únicamente la modalidad de turnos y en lo general
con turnos bien definidos.
En los sistemas de turno lo más común es que el caudal entero llegue a un solo usuario, regando
todos los usuarios uno tras otro. Esta modalidad se conoce bajo el nombre de ‘monoflujo’ porque
en todo momento se mantiene un solo caudal. El término de ‘multiflujo’ se aplica a los sistemas
que funcionan con reparto de caudales simultáneos a distintos sectores. Cuando el caudal es
mayor y difícil de manejar por un solo usuario, puede darse una combinación de las dos: ‘multiflujo
entre sectores con monoflujo dentro de cada uno’ o ‘monoflujo hacia los sectores con turnos a su
interior’.
Por otra parte, en sistemas de reparto continuo, las dimensiones de los canales se ajustan a la
porción del caudal que recibe cada sector del sistema, por lo que los canales secundarios son
de una dimensión menor que los principales. En tales sistemas pueden aplicarse repartidores
proporcionales, sin compuerta alguna, o en caso que la proporcionalidad varíe a lo largo del año,
debe optarse por repartidores con compuertas. En estas situaciones, es recomendable instalar
aforadores de caudal en los principales puntos de distribución con el fin de verificar la correcta
distribución del agua.
Mantenimiento
En vista de que todos los sistemas de riego bolivianos son autogestionados, los usuarios son los
encargados de efectuar los trabajos de mantenimiento y aportar los recursos necesarios (sea en
efectivo, materiales o en mano de obra). En la mayoría de los sistemas existen ‘usos y costumbres’
en cuanto a la limpieza y el mantenimiento de las obras. Suele haber una o dos limpiezas anuales
y de acuerdo al caso, la reconstrucción de la obra de captación o tramos de canal después de la
época de lluvia. Para las actividades de emergencia se buscan soluciones ‘ad hoc’.
Como uno de sus pasos iterativos en el diseño, proyectista y futuros usuarios deben revisar todos
los requerimientos de mantenimiento relacionados con las obras mejoradas, especificando el tipo
de conocimiento y el volumen de tiempo y dinero requeridos, y controlar si los usuarios del sistema
tienen la capacidad de cumplirlos. Para evitar que los usuarios tengan problemas posteriores, es
costumbre construir obras sencillas y robustas, que sufran poco desgaste y por tanto no requieran
de inversiones adicionales importantes. El usar materiales locales o disponibles en los mercados
cercanos, aumenta la posibilidad de un mantenimiento adecuado. De igual manera, las obras no
deben requerir controles o limpiezas muy regulares para evitar una sobrecarga de tareas para sus
operadores.
En todo caso, debe reconocerse que los responsables del mantenimiento son agricultores, quienes
en general carecen de conocimiento de la lógica hidráulica de las obras y los aspectos técnicos
de su construcción. Esto puede resolverse solo parcialmente mediante cursillos de capacitación
durante el acompañamiento a la ejecución de las obras. Su falta de formación técnica hace que
en la mayoría de los casos no tengan la capacidad para hacer un análisis crítico del estado de
las obras y las necesidades de reparación. Se aconseja que en cualquier sistema de mayor
envergadura y que cuente con obras de riesgo mayor (presas, acueductos grandes), una instancia
competente comparta responsabilidades de revisión técnica y mantenimiento con la organización
de los usuarios.
Organización de usuarios
Todo sistema de riego cuenta con una organización de sus usuarios, que puede ser formal o
informal, específica para el riego o ser parte integral de una organización existente. En las zonas
montañosas de Bolivia, lo más común es que cada sistema tenga su organización específica. En
sistemas pequeños, por lo menos hay un cargo específico para el riego dentro de la organización
comunitaria.
componentes.
Otra condicionante institucional está en el tipo de diseños que suelen hacerse en Bolivia, y cuya
repetición es una señal de su institucionalización. En los proyectos de riego se nota que los
diseñadores suelen copiar sus propios diseños o los de sus colegas. En consecuencia, hay un
número reducido de obras que se repiten en la mayoría de los proyectos. Por una parte, esta
repetición puede demostrar la utilidad de los diseños adoptados. Por otra, puede manifestar un
cierto estancamiento en la búsqueda de soluciones creativas para los problemas encontrados en
nuestro entorno.
2
17
El proceso de diseño inicia con su diseño conceptual, que describe las principales características
del sistema y su funcionamiento. El punto de partida para el diseño conceptual es la información
sobre la fuente de agua, los beneficiarios del sistema, las parcelas por regarse, los usos que
se le quiere dar al agua en la producción agrícola y las características generales del terreno.
Sobre la base de estos datos, el diseñador y los usuarios desarrollan primeras ideas sobre los
derechos de agua de cada uno de los usuarios, las unidades por regarse, los periodos de riego y
las modalidades y caudales de distribución del agua.
En los sistemas existentes, muchos de estos elementos ya están definidos. Se sabe por ejemplo
quiénes son los usuarios, dónde están sus áreas de riego y cómo distribuyen su agua. Además,
También se conocen los problemas en el funcionamiento del sistema. En tales casos, el diseñador
encargado del mejoramiento recoge estos elementos y discute con ellos cuáles requieren ajustes y
qué ajustes son adecuados. En los sistemas nuevos, el diseño conceptual inicia de cero y requiere
mayor atención en definir sus aspectos elementales.
18 Basándose en el diseño conceptual del sistema, se hace un inventario de las obras de riego
necesarias para poner en práctica la conducción, distribución y regulación de agua previstas.
Obras de Riego para Zonas Montañosas
En primera instancia aun de forma general, tomando en cuenta las condiciones del terreno y los
límites territoriales de las comunidades involucradas. En un croquis, se dibujan los sectores por
regarse, se definen los canales principales y secundarios y se plantean los principales puntos de
reparto. También se inventarían los drenes naturales y su ubicación en relación con los sectores
de riego y los canales. En el mismo croquis, se anotan los caudales previstos para las distintas
etapas del ario, así configurándose el primer esquema hidráulico del sistema. Al definir los tramos
tentativos de los canales, los diseñadores determinan si se necesitan obras especiales a causa
de las características del terreno (acueductos, sifones, pasos quebrada, alcantarillas) y buscan
posibilidades para reducir la complejidad de los trazos y reducir los gastos.
Los primeros croquis de los canales y el inventario de las obras de arte, suelen dar suficiente
información para juzgar si el diseño conceptual inicial es factible o requiere ajustes (cambio de
límites de sectores regables, de modalidad de distribución, de dimensiones u otros). En caso
necesario, se revisan los supuestos y se modifica el diseño preliminar de las obras.
Es buena práctica que los diseñadores presenten distintas alternativas de las obras y su
emplazamiento para ser discutidas con los usuarios. En coordinación con ellos, se definen los
criterios para la elección de la alternativa más adecuada.
Después de ubicar las obras principales se procede a definir los detalles de su diseño incluyendo
sus cálculos hidráulicos. Recién en esta etapa se eligen las obras de conducción específicas,
como acueductos o sifones invertidos y caídas y/o rápidas. A la vez, se inventarían eventuales
riesgos en la conducción del agua o en el cruce de quebradas y se diseñan las obras de protección
(desarenadores, vertederos de excedencias, muros de contención y pasos de quebrada) y las
necesidades de poder aforar los caudales en puntos determinados.
En el diseño final de las obras deben conjugarse los criterios de diseño de esta Guía, para dirigir las
decisiones respecto a temas como pendientes, materiales, dimensiones, profundidades y bordo
libre. Sin embargo, hay que considerar que al enlazar los criterios se pueden generar soluciones
contradictorias, por lo que en cada caso debe considerarse la importancia de cada criterio por
aplicar.
Organizar una efectiva coordinación entre estas partes, exige de ambas insistencia,
paciencia y grandes esfuerzos de entendimiento mutuo (Beccar et al, 2002).
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• Un proceso que va de ‘líneas gruesas’ hacia mayor detalle. En las distintas fases del
proceso iterativo las decisiones se vuelven cada vez más concretas y de mayor detalle.
Después de un diseño conceptual de todo el sistema, se pasa a las fases del diseño
detallado de la gestión y el diseño hidráulico y constructivo de las obras.
Para que resulten obras de buena calidad, es imprescindible que la construcción de las obras cuente
con especificaciones detalladas y vaya acompañada de una supervisión continua y minuciosa
por parte de ingenieros responsables y experimentados. Está comprobado que la mayoría de los
defectos en las obras son consecuencia de una deficiente construcción y no tanto de malos diseños.
Existen múltiples ejemplos de soleras y paredes descascarándose a consecuencia de mezclas
pobres o fraguado inadecuado del hormigón (Figura 2.3). Tales problemas no se resuelven con
mejores diseños, sino con un control estricto y reglas de responsabilidad para los constructores y
supervisores.
Durante la prueba hidráulica se efectúa un primer ensayo de la calidad de las obras. Es buena
práctica involucrar a los futuros usuarios en el control de calidad de sus obras para asegurar su
20 conformidad con los resultados de la construcción. Hay que aprovechar que los usuarios suelen
tener buena idea sobre las posibles fallas en las obras, por su presencia en los trabajos y su
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Para que un sistema de riego sea operativo sus obras hidráulicas deben ser funcionales, de
buena calidad y compatibles con el entorno natural, productivo y social, tal como está descrito
en los capítulos anteriores. La revisión de experiencias de obras exitosas y defectuosas pone en
evidencia que existe una serie de criterios que debe necesariamente cumplirse para garantizar la
conveniencia, operatividad y solidez de las obras.
Los criterios para el diseño y la construcción de las obras de riego se dividen en dos categorías:
• Sostenibilidad y durabilidad.
• Funcionalidad y flexibilidad.
22 • Manejabilidad y transparencia.
• Mantenibilidad.
Obras de Riego para Zonas Montañosas
• Seguridad.
• Eficiencia de costos.
Se sabe que justamente en las zonas montañosas es difícil garantizar que todas las obras perduren
por un periodo largo, a causa de la inestabilidad del entorno donde se las construye. Hay que tomar
en cuenta que en condiciones de inestabilidad del terreno, a veces deben buscarse obras que en
vez de ser duraderas, sean fáciles de reponer y cuyo reemplazo esté dentro de las capacidades
técnicas y económicas de los usuarios. Así, el sistema será sostenible, aunque no todas las obras
sean duraderas.
Aparte de su funcionalidad auténtica, debe considerarse los otros usos que se dan a las obras
construidas. Las paredes de los canales se emplean como sendas, los desarenadores y estanques
como piscinas, los colchones de disipación se vuelven lavanderías y los acueductos también sirven
como puentes peatonales. El diseñador debe diseñar sus obras de forma tal que por una parte
estos ‘usos inapropiados’ no afecten su funcionalidad original, ni pongan en riesgo su durabilidad,
y por otra, no se comprometa la seguridad de las personas y los animales.
3.1.4 Mantenibilidad
La mantenibilidad se define como la capacidad de los usuarios de conservar las obras en un
estado adecuado para el cumplimiento de su función y asegurar su durabilidad. Los trabajos de
mantenimiento comprenden la limpieza y el mantenimiento rutinario, el mantenimiento preventivo
y el mantenimiento correctivo o de emergencia.
Por otra parte, en el diseño debe asegurarse que todas las obras que requieren limpieza y
mantenimiento sean accesibles y cuenten con el espacio suficiente como para efectuar las
operaciones requeridas. Asimismo, debe pensarse en el espacio necesario para depositar los
materiales de la limpieza, sin que estas vuelvan a obstruir las obras.
3.1.5 Seguridad
Para generar un sistema seguro, exento de todo peligro o riesgo, el proyectista debe diseñar las
obras de forma tal que se asegure el buen funcionamiento del sistema, y en caso de fallo de una
obra o persona no se produzcan accidentes. La seguridad toma especial relevancia en el contexto
montañoso en vista de la inestabilidad de los terrenos y los altos riesgos de erosión en las laderas
empinadas a causa de rebalses de agua.
Las medidas de seguridad en el diseño cubren una gama amplia: entre ellas, ubicar obras de
control del flujo, reforzar las estructuras, construir obras de protección (por ejemplo muros de
contención), entubar canales en zonas inestables y ejecutar medidas de protección para evitar
accidentes personales (por ejemplo escaleras en los estanques). Para evitar problemas de
rebalses, es necesario contemplar en el diseño ‘rutas seguras de desagüe’ que garanticen que no
ocurran daños aun cuando se opere el sistema de forma inadecuada.
pública por hectárea y por familia. Dentro del margen de los montos máximos, el proyectista debe
elaborar diseños alternativos que cumplan con los criterios localmente priorizados. La conveniencia
de las alternativas se analiza tratando de conseguir la mayor evasión de riesgos que amenazan
la sostenibilidad de las obras y la agricultura regada, y de conseguir también la mayor eficiencia
de costos, entendida como la generación de un mayor volumen de agua nueva o ahorrada con un
monto de inversión determinado.
En el análisis de los costos de los proyectos se diferencian i) los costos iniciales de inversión, ii) los
costos de mantenimiento y iii) los costos de rehabilitación o reposición. En vista que la inversión
inicial suele contar con una subvención de parte del estado o agencias de cooperación, son los
dos últimos costos los que deben interesar más al proyectista a la hora de buscar un diseño
económicamente eficiente.
Cabe aclarar que no existen medidas absolutas para analizar el cumplimiento de los criterios
propuestos, porque se refieren a un equilibrio entre las obras y su entorno local. Estos equilibrios
son relativos y dependen del contexto. Obras que son sostenibles en un cierto entorno, no
necesariamente lo son en otro. De igual manera, obras que son manejables para los usuarios de
un sistema, no necesariamente lo son para otros, por lo que la aplicación de los criterios requiere
de análisis contextualizados de las características del entorno fisiográfico y de las capacidades y
habilidades de los usuarios.
Obviando las especificidades locales y de manera ilustrativa, a continuación se presenta una lista
de las implicancias generales de la aplicación de los criterios definidos para el diseño hidráulico, el
diseño constructivo y el proceso de construcción.
Tabla 3.1 Implicancias de los criterios de diseño y construcción para las obras de riego 25
Diseño Usar el proceso de construcción para enseñar a los usuarios las prácticas
constructivo de buena construcción y control de calidad.
y proceso de Transferir la tecnología y los conocimientos necesarios para el
construcción mantenimiento y la reparación de las obras.
SEGURIDAD
Diseño Diseñar siempre una ‘ruta segura’ para flujos de agua excedentes como
hidráulico efecto de manejo inadecuado de obras.
Introducir medidas para controlar y desviar caudales excedentes antes de
que ocasionen daño.
Asegurar enlaces seguros con la red de drenaje natural, especialmente en
puntos de rebalses controlados.
Tomar márgenes amplios para las dimensiones de las medidas de
seguridad (bordo libre).
Diseñar los canales y obras para la situación de uso a cinco años de
construir (mayor rugosidad, desgaste de solera).
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Diseño Asegurar que las obras aguanten los previsibles usos no-intencionados.
constructivo Aplicar análisis de ingeniería de riesgo para definir emplazamientos
RED DE RIEGO
Los sistemas de riego cuentan con una red de canales (o conductos cerrados), que inicia con un
canal principal desde la fuente, y que luego se ramifica para llevar el agua a las parcelas. Los
canales de una red hidráulica se clasifican de distintas formas:
1) El diseño de la red.
2) El diseño hidráulico de cada tramo de canal.
30 En la primera etapa, se definen los rasgos generales de los canales y la relación entre los tramos
constituyentes. Este es el tema del presente Capítulo. En la segunda etapa se definen los detalles
Obras de Riego para Zonas Montañosas
En una gran mayoría, los sistemas de riego en Bolivia distribuyen su agua solo al grupo de socios
con derecho de usufructo de la misma. El área de influencia de estos sistemas es la suma de las
parcelas que los socios cultivan debajo de la fuente de agua o del canal principal. La meta de los
socios es que la mayor superficie posible de sus terrenos tenga acceso al agua.
Por este mismo hecho, en la mayoría de los proyectos de riego la definición del área por regarse
no es tanto un tema técnico, sino una derivación de quiénes cuentan con el usufructo del agua y
dónde tienen sus parcelas. Solo ocasionalmente, el área se define sobre la base de un análisis de
aptitud de suelos. En consecuencia, los estudios de suelos no deberían enfocar análisis generales
de aptitud de suelos, sino dar mayor énfasis en el análisis de riesgos de degradación en las
parcelas asignadas por los socios del agua (amenazas de erosión y/o salinización); esto para
eventualmente excluir algunas parcelas del área de influencia.
Por otra parte, en las zonas montañosas y especialmente en los sistemas campesinos, hay que
tomar en cuenta que la superficie del área de influencia suele ser mayor al área estrictamente
regable con el caudal disponible, porque los agricultores dejan una parte de su área bajo riego en
descanso y rotan entre las parcelas por cultivarse.
El área global de influencia de la red de canales, se subdivide en zonas que recibirán su agua
mediante una serie de canales laterales. En textos de riego, estas zonas suelen llamarse bloques,
módulos o sectores. La definición de estas zonas depende principalmente de la organización
territorial de los regantes. Es aconsejable hacer coincidir los límites de las zonas o bloques de
riego con los límites de los grupos sociales existentes (sean estos comunidades, ayllus, suyus o
asignaciones). No siempre es posible lograr esta meta a causa de las características topográficas,
caso para el que habrá de buscarse soluciones creativas.
Una vez definida el área de influencia, se trazan los canales que conduzcan el agua desde la
fuente a todas las zonas de riego. El trazado inicial se efectúa sobre un mapa topográfico con
indicaciones de uso de tierra y con curvas de nivel, consiguiendo así un primer acercamiento a la
alineación horizontal y vertical de los canales.
En general, se busca mantener altura en los canales principales para poder regar la
mayor superficie posible.
Se intenta obtener el trazado de menor distancia entre la obra de toma y la zona de riego.
El trazado debe adecuarse a las zonas con menores dificultades de construcción y donde
se garantiza su estabilidad en el tiempo. En lo posible se debe evitar la necesidad de
obras de arte.
El trazado de los canales no debe cruzar los límites sociales de los grupos de regantes
definidos. Se prefiere seguir los límites de las comunidades o sectores para evitar que se
dividan los grupos de regantes socialmente establecidos o que se agrupen regantes que
en otros campos de su vida no tienen lazos de cooperación.
Su trazado debe permitir la conducción de agua a todos los terrenos que forman parte del
área de influencia.
Las dos formas más conocidas son ‘laterales de canto’, que es la más común en zonas
montañosas, y ‘laterales espina de pez’, que se hallan en zonas de menor pendiente
(Figura 4.2).
Figura 4.2. Red de riego con ‘laterales de canto’ (izq.) y ‘laterales espina de pez’ (der.)
También el trazado de los canales laterales preferiblemente coincide con los límites
espaciales entre los grupos de distribución, equilibrándose este criterio con el objetivo de
una menor complejidad en su construcción.
En caso de laterales compartidos entre varios grupos, los regantes deben estar conformes
con el trazado compartido.
Se prefiere adecuar el trazado a los límites parcelarios, para evitar el corte de terrenos
agrícolas y reducir los problemas de derecho de paso.
32 En los sistemas existentes, los trazados preferiblemente siguen los trazos ya en uso.
Obras de Riego para Zonas Montañosas
El trazado de todos los canales debe concertarse con los regantes y sobre todo con los propietarios
de los terrenos que atraviesan.
Después del trazado preliminar de la red de canales se elabora el esquema hidráulico del sistema,
que es como un resumen gráfico del futuro funcionamiento de la red. En el esquema hidráulico
se indican los caudales de diseño de todos los tramos de canal, tomando en cuenta sus variantes
caudales en el año y los posibles cambios entre caudales de día y de noche. En el esquema
hidráulico se incluyen las obras de regulación (repartidores y estanques), porque éstas influyen
directamente en las posibilidades operativas del sistema. Para visualizar la futura operación del
sistema, no hace falta incluir las otras obras de arte como vertederos, medidores, caídas, rápidas
o sifones invertidos, pero puede ser instructivo para tener una idea global de la red por construirse.
Todos estos parámetros pueden variar a lo largo del año, por lo que es útil elaborar
distintos esquemas hidráulicos que representen la secuencia de usos de agua en el año.
La conversión de los caudales totales en caudales de diseño para cada tramo, depende
de la modalidad de distribución vigente que determina el tipo de reparto del caudal en el
tiempo y el espacio.
Las modalidades más opuestas son el ‘monoflujo’, que lleva el caudal entero hasta la última
parcela del sistema e implica que todos los canales deben tener la misma capacidad de
conducción, y la ‘distribución proporcional’, que divide el caudal en partes proporcionales
a las áreas por servirse, con una consiguiente disminución de la capacidad hacia los
tramos más lejanos del sistema.
Al definir los caudales de diseño, hay que tomar en cuenta si el riego es continuo (24
horas al día) o solo funciona durante un número limitado de horas. Una reducción del
número de horas por día requiere un aumento en el caudal de diseño.
Con el esbozo de la red preliminar de canales y los datos básicos de sus tramos y obras de
regulación, se analiza si existe coherencia interna en la red que permita que el sistema opere de la
forma propuesta. En especial, se debe revisar si el sistema en todos sus tramos contempla:
Continuidad de caudal
La suma de los caudales de los canales inferiores define el caudal de cada canal superior. Se
verifica esta relación en el esquema hidráulico, tomando en cuenta la modalidad de distribución
propuesta, en particular si existe monoflujo o multiflujo.
A lo largo de la red de canales debe mantenerse la energía necesaria para transportar los sólidos
en suspensión y de fondo, que es función de la pendiente de los canales y el tirante y velocidad
del flujo. En vista que el tirante suele disminuir a lo largo de la red (a causa del reparto del agua
o de pérdidas), es aconsejable aumentar las pendientes de los tramos más lejanos para evitar
sedimentación.
34 Figura 4.4. Desarrollo óptimo de las pendientes en redes de riego
Obras de Riego para Zonas Montañosas
En zonas montañosas es difícil cumplir con esta exigencia, porque la topografía del terreno se
desarrolla a la inversa, con pendientes mayores cerca de la zona de captación y menores en la
zona de riego y porque el trazado del canal responde sobre todo a los límites entre las parcelas. En
consecuencia, es casi inevitable incluir reducciones de pendiente, donde habrá depósito de sólidos
y una disminución de la sección. Para evitar que esto ponga en riesgo el buen funcionamiento del
sistema, los usuarios deben limpiar estos tramos frecuentemente. Para facilitar la limpieza, el
proyectista debe ubicar los tramos de reducción de pendiente en lugares fácilmente accesibles y
con condiciones para verter el material depositado. En los sistemas de zona montañosa la cuestión
no es tanto si se incluyen reducciones de pendiente, sino dónde.
Ruta de seguridad
En todo sistema de riego siempre existe el riesgo de rebalses a causa de un mal manejo, del
ingreso de agua no esperada o de obstrucciones en el canal. En zonas montañosas, tales rebalses
representan un gran riesgo por la fuerza destructiva del agua en las laderas, que en cuestión de
horas puede comprometer la estabilidad de las obras.
Para evitar tales problemas, el proyectista debe idear una ruta de seguridad del agua, que aún
en situaciones adversas asegure la conducción segura del agua hacia cauces estables. Para ello,
deben incluirse vertederos de excedencias en puntos estratégicos de la red; por ejemplo después
de la entrada de agua adicional (quebradas) y antes de reducciones cruciales de sección (sifón
invertido, acueductos). Asimismo, en los repartidores principales, el proyectista debe prever lo
que ocurrirá en caso de una operación inadecuada (todas las compuertas cerradas) e introducir
las medidas necesarias para evitar flujos descontrolados (por ejemplo instalar compuertas bajas).
En una red de conductos existen transiciones entre tramos de distintos materiales y dimensiones.
Cada cambio de sección o pendiente del canal debe introducirse con cuidado para evitar
fluctuaciones bruscas en el flujo del agua. Para los cambios de sección se diseñan tramos de
transición gradual. En especial hay que tener cuidado en las transiciones de canales revestidos a
los canales en tierra, asegurándose que la fuerza del flujo no exceda la fuerza tractiva permitida
para estos últimos.
35
En caso de una disminución de la pendiente en un tramo de canal, hay que verificar si se genera
un cambio en el régimen de flujo de supercrítico a subcrítico, porque de ser así requiere resaltos
controlados (disipadores) y mayor altura de paredes. Otro tema especial son las curvas horizontales,
que deben ser graduales y se diseñan tomando en cuenta la sobreelevación del agua (Capítulo 5).
5
37
CANALES
Hay canales de distintos materiales: en tierra, con o sin cobertura de pasto, canales en roca,
canales revestidos con una capa de cemento, canales de hormigón, de mampostería y tuberías
(que pueden funcionar como ductos abiertos o bajo presión). El tipo de material determina el grado
de fricción con el agua, la velocidad del flujo permitida, el grado de filtración por las paredes y el
riesgo de erosión.
38 Las características de los tramos de canal son:
Obras de Riego para Zonas Montañosas
La pendiente de los canales se define de acuerdo con las condiciones de flujo que se quiere generar
en cada uno de los tramos. La pendiente oscila entre valores mínimos y máximos establecidos.
Se definen valores mínimos para evitar la sedimentación de material sólido en suspensión y para
evitar el crecimiento de algas. Se definen valores máximos para evitar erosión de solera y paredes
y para evitar que el agua en el canal entre en un régimen supercrítico.
Dentro del rango de pendientes mínimas y máximas, el proyectista busca las pendientes que
generen el menor costo de construcción en relación con la topografía (equilibrio entre excavación
y relleno). Si la pendiente del terreno es mayor a la pendiente máxima permitida para canales, se
deben introducir caídas o rápidas para salvar el desnivel de la superficie natural.
Uno de los grandes problemas del riego en zonas montañosas es la alta carga de materiales
sólidos en el agua. Para evitar que estos sólidos se depositen en los canales se debe mantener
la energía necesaria para su transporte a lo largo de la red, como ya se expuso en el Capítulo 4.
Esta energía depende de la pendiente y de la velocidad del agua, por lo que las pendientes de
canales sucesivos no deberían reducirse. Es más, en sistemas donde el reparto del agua genera
reducciones de caudal, las pendientes deberían incrementarse (Figura 4.4).
En zonas montañosas es difícil cumplir con esta exigencia, porque la topografía del terreno se
desarrolla a la inversa, con pendientes mayores cerca de la zona de captación y menores en la
zona de riego. Como consecuencia, casi en todos los sistemas de riego existen reducciones de
pendiente donde se acumula material sólido depositado. Para evitar que estos depósitos generen
una disminución de la sección, es necesario que se hagan limpiezas regulares. En el diseño el
proyectista debe prever que los puntos de reducción de pendiente estén en lugares accesibles y
con amplio espacio para verter el material del canal.
Inversamente, también hay algunos lugares donde por la incomodidad de su limpieza no se permite
disminuir la pendiente y más bien se aconseja aumentarla para asegurar su autolimpieza:
En alcantarillas y túneles.
En canales con excavación profunda (más de 1 m).
En acueductos.
3. Forma de la sección
Sin embargo, por razones constructivas, en canales revestidos es más sencillo aplicar secciones
rectangulares, porque i) permiten un encofrado y vaciado sencillo y rápido, y ii) permiten el uso de
vibradores sin complicaciones. En las secciones trapeciales el revestimiento se apoya en el suelo,
por lo que suele ensuciarse la mezcla con tierra y se complica su vibración por la posición inclinada
del vibrador. Si se vacía el revestimiento sin encofrado, el talud más empinado es de 1.3:1. Con
encofrado y en canales pequeños, los taludes pueden ser hasta 1:1.
En casos que se necesita tapar el canal para protegerlo de material entrante. En estos
casos se usa la sección rectangular para disminuir el ancho de las tapas.
En casos de poco espacio disponible, por ejemplo en laderas o en lugares donde un
canal pasa entre un camino y una casa.
En casos de excavaciones profundas (más de 1 m de profundidad). donde un pequeño
aumento en el ancho del canal generaría un incremento considerable en el volumen de
excavación.
40
Obras de Riego para Zonas Montañosas
En la tabla 5.1 se presentan los elementos geométricos de las secciones más comunes.
Tabla 5.1: Elementos geométricos de las secciones más comunes
41
b +2 y b
( ) ( )
Las dimensiones de la sección y su pendiente determinan el estado de flujo del agua en cada
sección. En la hidráulica, entre los estados de flujo de un líquido se distinguen los de un flujo
subcrítico, crítico y supercrítico. La medida para definir estos estados es el número de Froude “F”,
que se define como la relación entre la velocidad del flujo y la velocidad de las ondas gravitacionales
(celeridad):
Cuando el número de Froude es menor a 1.0, se habla de un flujo subcrítico, que es un flujo
de velocidad baja y tranquila. En el estado su crítico las ondas gravitacionales se propagan en
dirección aguas arriba, porque la celeridad es suficientemente grande para vencer la velocidad del
flujo. Cuando el número de Froude es mayor a 1.0, el flujo es supercrítico, con una alta velocidad
y que se conoce como rápido y hasta torrencial. En el estado supercrítico es imposible que una
onda gravitacional se propague hacia aguas arriba, porque la celeridad es menor que la velocidad
del flujo. Cuando el número de Froude es igual a 1.0, el flujo es crítico.
Después de determinar el tirante ymax para el caudal máximo, se añade una altura adicional al bordo
determinado, conocido como bordo libre. El bordo libre es una altura de seguridad que previene
rebalses a consecuencia de oleaje por viento, cambios en el tirante a causa de obstáculos en
el canal o variaciones excepcionales del caudal. También evita que cualquier error en el diseño
(rugosidad subestimada) o en la construcción (replanteo incorrecto de la pendiente) origine
rebalses.
6. Rugosidad
El material del canal o su revestimiento determina la rugosidad de la superficie del canal, que es
una expresión para la magnitud de fricción que se opone al deslizamiento del agua al pasar por
la superficie. El valor de la rugosidad es mayor para materiales más ásperos o rugosos o cuando
existe otro tipo de obstáculos en el paso del agua (vegetación). Con el tiempo, la rugosidad de los
canales tiende a incrementar a causa de falta de limpieza o desgaste del revoque original. En el
diseño es buena práctica usar valores para la rugosidad basados en una estimación del estado del
canal después de 5 años de uso.
7. Partes complementarias
Como partes complementarias, en muchos canales hay que construir pasarelas que permiten el
libre paso de personas y animales. Es normal complementar las pasarelas con paredes laterales.
En las pasarelas para animales de rebaño hay que añadir muros de ingreso que dirigen los
animales hacia el estrechamiento de la pasarela, para evitar que algún animal intente cruzar el
canal al lado de la pasarela. En cruces con caminos vecinales o entradas de propiedades también
se construyen puentes vehiculares, que requieren un cuidado especial en cuanto a su resistencia.
En algunos sistemas en zona de pastoreo es conveniente incluir en el diseño del canal rejillas
verticales de seguridad a distancias regulares. Estas rejillas inhiben que el agua arrastre largas
distancias animales que eventualmente caigan en el canal.
43
5.2 Criterios para el diseño de los tramos de canal
En todos los canales de riego debe mantenerse un flujo subcrítico, para evitar excesiva
erosión de solera y paredes. Desniveles mayores de la topografía se salvan mediante
caídas o rápidas.
La dimensión de cada tramo se basa en los caudales máximos y mínimos por conducirse
a lo largo del año.
En canales de tierra, para fines de estabilidad se utilizan secciones trapeciales.
En canales revestidos, se prefieren secciones trapeciales por el ahorro de costos. Por
razones de facilidad de construcción y menor pérdida de terreno puede optarse por
canales rectangulares, pero estos tienen un costo mayor.
Si hay una gran variación entre los caudales de una época y otra, se sugiere usar una
sección trapecial, porque asegura que también con caudales menores se mantiene un
tirante considerable.
El ancho mínimo de la solera es 0.30 m para permitir el uso de las herramientas usuales
para la limpieza. Solo en caso de caudales muy pequeños (del orden de los 20 l/s o
menores) puede optarse por un ancho más reducido, aceptando que así se complica el
trabajo de limpieza. Para caudales tan reducidos se recomienda el uso de tubería.
La velocidad mínima en los canales debe garantizar que no se deposite el material sólido
en el agua. Su valor absoluto depende de la cantidad y el tipo de material sólido en
suspensión. En los canales de tierra la velocidad mínima debe ser 0.3 m/s, en canales
revestidos 0.7 m/s.
A lo largo de la red de canales, la capacidad relativa de transporte de material en
suspensión y la capacidad de arrastre de material de fondo no deben decrecer.
La fuerza tractiva del agua no debe exceder el límite de resistencia de solera y paredes.
Los canales deben ubicarse en terrenos estables.
En caso de canales en laderas escarpadas con peligro de deslizamientos o derrumbes,
se los debe proteger con una tapa o losa (Figura 5.5).
Las coronas de los bordos deben tener un ancho de por lo menos 0.3 m para permitir el
caminar al lado del canal. En los canales en laderas, solo el bordo exterior debe ser de
0.3 m, el bordo interior puede ser de hasta 0.2 m.
(5.1)
Q = caudal [m3/s]
A = área hidráulica [m2]
n = coeficiente de rugosidad
R = radio hidráulico [m]
S = pendiente [m/m]
(5.2)
Esta modificación aun no es común en el diseño de los canales, por lo que muchos canales de
tierra no conducen el caudal de diseño a pesar de estar limpios. Por ejemplo, en un canal trapecial
con z=1, con una rugosidad de 0.025, en vez del tirante teórico de 50 cm, en la práctica se genera
un tirante de 60 cm. Además, hay que considerar que en la mayoría de sistemas solo se limpian los
canales una o dos veces al año, tal que cuando llega a conducir el caudal de diseño, la rugosidad
suele ser mayor a la supuesta.
(5.3)
En caso de canales de tierra pequeños.
(5.4)
4. En caso que el cálculo teórico de “b” y “y” (del paso anterior) resulte en valores poco prácticos,
se deben adecuar los valores de “b×y” y a los criterios de construcción. En general se opta por
adecuar b a valores predeterminados (un mínimo de 0.30 m con aumentos graduales de 0.05
m). En casos especiales también puede requerirse un ajuste en el “y”, por efectuarse recién
después de haber añadido el bordo libre (paso 7).
(5.6)
a. Velocidad crítica
La velocidad crítica es la velocidad que corresponde al tirante con el mínimo de la energía
específica para un caudal determinado. Velocidades menores a la velocidad crítica pertenecen
al régimen lento (subcrítico, flujo normal), velocidades mayores al régimen rápido (supercrítico).
Para asegurar un flujo normal en los canales revestidos, la velocidad del flujo no debe ser
mayor al 70% de la velocidad crítica, manteniéndose el 30% de margen para evitar que un
eventual aumento de la velocidad resulte en un cambio en el régimen de flujo, lo que generaría
turbulencias y saltos hidráulicos no deseados2.
Para determinar la velocidad crítica vc primero se calcula el tirante crítico yc, aplicando la
fórmula de la condición general del régimen crítico:
(5.7)
Posteriormente se verifica si la velocidad calculada en el paso 4 es menor que 0.7 vc. En caso
de no ser así, podría aumentarse la rugosidad, cambiar la sección o disminuir la pendiente
del tramo y repetir el ejercicio. En la práctica, solo un cambio de la pendiente da resultados
aceptables.
Hay diseñadores que usan factores de rugosidad altos para asegurar que los canales
diseñados tengan la capacidad suficiente. Si se usan tales valores altos, hay que considerar
que las fricciones reales pueden resultar menores, sobre todo después de la construcción o de
limpiezas. Así, la velocidad real sobrepasa la calculada y puede alcanzar la velocidad crítica.
b. Fuerza tractiva
Para evitar velocidades erosivas en los canales, en muchos textos se fijan velocidades máximas
permisibles para distintos tipos de material. Sin embargo, para determinar la fuerza erosiva no
es tan importante la velocidad media, sino la velocidad en el límite de la sección. Para ello, se
recomienda aplicar el criterio de la fuerza tractiva τ, que es la fuerza que el flujo ejerce sobre
las partículas exteriores de la solera y paredes del canal.
De investigaciones se concluye que la fuerza tractiva máxima se ejerce sobre la solera del
canal, por lo que se usa la fuerza tractiva de fondo como criterio para el diseño:
= (5.8)
(5.9)
e. Control simplificado
En muchos textos de diseño de canales, en vez de efectuar estos controles específicos, se
fijan velocidades mínimas (para evitar sedimentación y crecimiento de algas) y máximas (para
evitar erosión). Las velocidades máximas dependen del material de construcción. Algunos
textos también presentan pendientes mínimas y máximas. Sin embargo, ambos parámetros
son solo indicativos. Si bien dan una idea del rango en el que deben ubicarse las velocidades
de diseño, para el diseño final se aconseja efectuar las verificaciones indicadas.
Tabla 5.5: Velocidades máximas permisibles en canales de distinto material (Villón, 2001)
bajo régimen supercrítico, el bordo libre debe ser mayor (Capítulo 10, Rápidas).
8. Donde sea necesario, se diseñan las curvas. En las zonas montañosas es inevitable que en el
diseño de los canales se inserten tramos curvos para responder a las condiciones topográficas
del terreno. Además, en las zonas de riego se requieren curvas en los sectores donde los
canales deben ajustarse a los linderos de las parcelas.
Hidráulicamente deben diseñarse las curvas con cuidado, porque el flujo puede volverse
irregular y hasta turbulento. Para no generar irregularidades y evitar pérdida de energía por la
curva, se recomienda que el radio de la curva sea por lo menos 5 veces el ancho del espejo del
agua. Para flujos lentos con un Número de Froude Fr < 0.4 y en situaciones donde la pérdida
de altura de agua no tiene importancia, pueden diseñarse curvas más cerradas. Con éxito
se han introducido curvas de 90o. En caso de curvas cerradas hay que calcular el efecto de
remanso y en caso necesario aumentar el bordo libre del canal.
(5.10)
Bl = ymax + ½ Δy.
Figura 5.6. Las piedras revelan los problemas de rebalse por sobreelevación en la curva
En los flujos supercríticos, encima de la sobreelevación por inercia, el flujo desarrolla ondas
cruzadas a causa del impacto del flujo en la pared exterior y su separación de la pared interior. Su
influencia en la altura del tirante se estima de más o menos el mismo valor que la sobreelevación 49
calculada, por lo que en flujo supercrítico:
Sin embargo, la inestabilidad de los flujos rápidos puede causar mayores diferencias de tirante, por
lo que se recomienda simplemente no diseñar curvas en flujos supercríticos, ni en flujos cercanos
a la velocidad crítica. Si fuesen inevitables, hay que ajustar el bordo libre del canal o tapar la
sección de la curva para evitar rebalses.
1. Para la rugosidad (n) de un canal de tierra se toma 0.025. Este valor significa que en el cálculo
de la sección debe introducirse el factor de corrección de y1/3.
Después se calcula el tirante (y) mediante un tanteo del otro miembro de K, aplicando el factor
de corrección de n para canales de tierra poco profundos.
m, con una velocidad critica de vc = 1.23 [m/s]. La velocidad del flujo es menor que 0.7* vc, lo
que es aceptable.
b. Fuerza tractiva: = 0.77 x 1000 x 9.81 x 0.47 x 0.001 = 3.54 [N/m2]. Este
valor está por debajo de los límites máximos de la fuerza tractiva aceptable en canales de
tierra.
=1000∙9.81∙0.37∙0.001=3.66
50 Este valor en un tramo específico no es un dato relevante; lo importante es verificar si la
capacidad de transporte de material en suspensión no decrece entre los tramos sucesivos
Obras de Riego para Zonas Montañosas
para asegurar que el material sólido se transporte hasta el final de la red y no se deposite
en uno de los tramos intermedios.
Si bien este método es oneroso en cuanto a la relación excavación - relleno, garantiza una mayor
estabilidad y durabilidad del canal, además de evitar filtraciones en el terreno recién compactado.
a) b) c) d)
5.4.2 Revestimiento
Por revestimiento de un tramo de canal, se entiende la aplicación de una capa de material
impermeable que reduce las filtraciones de agua y en caso de ser de material rígido da mayor
firmeza a su solera y paredes.
El revestimiento tiene un costo alto, por lo que al momento de decidirse revestir o no ciertos
tramos deben considerarse sus costos y beneficios (inversión de dinero versus ahorro de agua).
Para disminuir el volumen de revestimiento, se busca una sección con el menor perímetro mojado
por área hidráulica determinada. En este aspecto, la sección trapecial es más económica que la
rectangular.
El techo de inversión de los proyectos de riego determina que en la mayoría de los proyectos de
riego no es posible, aparte de no ser rentable, revestir todos los tramos de canal. La experiencia
demuestra que en la mayoría de los sistemas se consigue el mayor ahorro de agua revistiendo los
canales principales. Suele coincidir con el deseo de los regantes, quienes prefieren el revestimiento
de los tramos troncales por ser compartidos por todos y generar ventajas por igual. En casos
excepcionales puede hacerse un análisis de todos los tramos para determinar la máxima ganancia
de agua con el fondo de revestimiento disponible, tomando en cuenta la eficiencia de conducción
de cada uno, su tiempo de uso y los caudales que conducen.
En caso de revestir partes de un solo canal (principal), es necesario determinar los tramos de mayor
urgencia comparando las pérdidas de filtración en cada uno. Después de una o dos gestiones de
uso, es fácil identificar en el terreno los puntos de mayores pérdidas.
Materiales de revestimiento
El hormigón es uno de los materiales más resistente a la erosión, por lo que se prefiere aplicarlo en
aquellos tramos de canales donde se prevén altas velocidades del agua. Con un tirante apropiado
son permisibles velocidades de hasta 3 m/s. El hormigón evita el crecimiento de malas hierbas,
mejorando las características del flujo y reduciendo los costos de conservación. Resiste el paso
de personas y animales, que pueden causar quebraduras en canales revestidos con otro tipo de
material.
Una desventaja es que el hormigón es susceptible al daño del agua con sales y a los cambios
bruscos de temperatura. Otra desventaja de los revestimientos de hormigón simple es su falta de
resistencia a esfuerzos de tensión o tracción. En el revestimiento se producen grietas a causa de
los cambios de humedad y temperatura. También las arcillas expansivas son un gran peligro por
su tendencia a levantarlos.
Para las dimensiones de muros y solera, el PRONAR recomienda un espesor de 0.20 m a fin de
dar la resistencia necesaria para los trabajos de desvío de agua y para la circulación de usuarios.
Sin embargo, con fines de impermeabilización y sobre todo en canales trapezoidales, las normas
recomiendan como máximo espesores de 0.10 m. En canales excavados, paredes de hormigón
ciclópeo de 0.15 m dan buenos resultados.
En casos especiales, puede optarse por revestimientos con tuberías (PVC, PE, hormigón o acero)
o barriles metálicos cortados. Las tuberías se prefieren en zonas de deslizamientos frecuentes o
secciones de roca, donde es difícil excavar una sección adecuada y más aún mantenerla.
Para obtener la máxima coherencia estructural y filtraciones mínimas, se recomienda vaciar solera
y paredes al mismo tiempo, generando un canal de un solo cuerpo. Para este vaciado, primero se
colocan dados de hormigón de 15 x 15 cm en el fondo del canal, cuya parte superior coincide con
la altura de la solera. La distancia entre los dados debe ser igual a la longitud de las formaletas o
maderas del encofrado. Sobre los dados se coloca el encofrado para la parte interior de la pared,
apoyadas por listones transversales. La parte exterior de las paredes se apoya en el terreno, un
encofrado externo o un relleno de piedras.
El vaciado se inicia desde las dos paredes. Por debajo de las formaletas, fluirá mezcla hacia el
centro de la solera. Posteriormente, se añaden piedras y mezcla para igualar la solera al nivel
deseado.
En caso de no aplicarse este método, es conveniente construir primero la solera y después las
paredes. En hormigón ciclópeo, se dejan piedras sobresalientes, cada 0.5 m, para aumentar
la adherencia con las paredes. En hormigón simple, se aumenta la longitud de la junta entre
solera y paredes, lo que también ayuda a disminuir filtraciones. Similar prolongación de la junta se
recomienda aplicar en las juntas frías de construcción.
En hormigón ciclópeo se recomienda para la construcción de la solera que primero se vacíe una
capa de hormigón. Sobre esta capa se colocan las piedras, siempre manteniendo una distancia
mínima de 1 cm entre ellas. Después se aplica otra capa de hormigón.
Figura 5.9. Secuencia de la construcción de paredes y solera en un solo vaciado 53
En canales donde se esperan altas velocidades sobre el piso, se opta por la construcción de la
solera con ‘piedras ahogadas’: sobre la cama de hormigón, se colocan con cierta precisión piedras
contiguas. Encima de las piedras puede aplicarse una capa de hormigón opcional. Las piedras
en la superficie disipan parte de la energía del agua, generando además una mayor rugosidad y
menor velocidad en el canal.
Una losa de hormigón utilizada como revestimiento está sujeta a esfuerzos combinados debido a
los cambios de temperatura y humedad. Estos pueden causar agrietamientos por contracción, por
los que escurrirán las filtraciones.
El control de las grietas se logra con ranuras transversales a intervalos adecuados. Las ranuras
sobre el hormigón deben tener una profundidad del orden del 35% del espesor del revestimiento
y un ancho de un centímetro. Para evitar las filtraciones, se sellan las ranuras con un material
plástico, preferiblemente asfáltico. En canales con un espesor de revestimiento de 20 cm, las
juntas de contracción se localizan cada 3 a 5 m. En revestimientos de menor espesor, las juntas
son más seguidas.
Al colocar la cinta `waterstop’ hay que asegurar que a los lados de la cinta quede un espesor de
revestimiento suficientemente grueso para que no se quiebre. En algunos casos se ensanchan
los cuerpos en el punto de contacto para generar el espacio suficiente para acomodar armadura
y `waterstop’.
TUBERIAS
Cuando la ladera por donde se quiere llevar el agua es inestable y amenaza constantemente
con derrumbes que pongan en serio riesgo la operación de un canal.
Cuando el terreno es demasiado rocoso y la construcción de un canal resulta difícil y
costosa.
Cuando se quiere llevar el agua por una pendiente no uniforme desde una fuente ubicada
en una cota más alta hasta otro lugar con cota menor. En este caso, la tubería queda
sometida a presión en todo el trayecto.
En caso de parcelas en terreno accidentado, la tubería es muy adecuada para la
conducción del agua dentro de la parcela.
58
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Cuando el canal debe atravesar una quebrada donde por problemas de topografía y
calidad del suelo no es factible construir un acueducto o un sifón. En este caso, la tubería
funciona a pelo libre, como un canal de sección circular.
Figura 6.3. Cruce de quebrada con tubería de PVC apoyada sobre pilas
Cuando el medio de conducción debe implementarse con una urgencia tal que se descarte
la construcción de canales por el plazo que esa alternativa demandaría. En este caso la
tubería puede funcionar a presión en algunos tramos.
Cuando los caudales a conducir son tan pequeños que resulta económicamente más
conveniente conducirlos por tubería antes que construir pequeños y más costosos
canales. Aunque la decisión final debe obedecer a un análisis económico específico, a
manera de referencia se recomienda que un caudal inferior a 20 l/s sea conducido por
una tubería.
Cuando se quieren minimizar las pérdidas por filtración y evaporación.
Dependiendo del caso, la conducción del agua por tubería puede ser superficial, subterránea,
aérea, o una combinación de estas situaciones.
Las tuberías son elementos muy sensibles a la erosión por el material sólido en el agua. Por ello,
debe cuidarse de minimizar la carga de material sólido en el flujo mediante un desarenador que
anteceda el ingreso del agua en la tubería. Por otra parte, se debe asegurar que la velocidad
del agua no exceda los valores máximos recomendados por el fabricante o que el agua fluya a
velocidades por debajo de las mínimas recomendadas para evitar el azolve del conducto.
1. Cámaras.
Según la posición en que están ubicadas y la función que cumplen, las cámaras pueden ser de
entrada (al inicio de la conducción), de cambio de dirección y/o diámetro (en puntos de cambio),
de entrega (para la distribución), de purga (ubicada en el punto más bajo de la conducción) y de
inspección (para el registro y limpieza de la tubería en los tramos intermedios).
Las cámaras de registro o inspección pueden coincidir con las de cambio de dirección y/o diámetro,
cumpliendo ambos objetivos. En tramos rectos, los espaciamientos recomendables entre cámaras
de inspección son los siguientes (Norma Boliviana 688):
Como criterio adicional en definir las dimensiones de las cámaras en general, se toma en cuenta
la necesidad de tener espacio para limpiar y usar herramientas.
En sistemas que funcionan bajo presión, puede necesitarse además cámaras de quiebre
de presión, para asegurar que la tubería soporte presiones de trabajo admisibles. Esto es
particularmente importante en tuberías en zona montañosa, donde los ductos pueden emplazarse
muy por debajo de la línea piezométrica. Las cámaras de quiebre de presión modifican la línea
piezométrica logrando que en los puntos de su emplazamiento la presión sea igual o cercana a la
presión atmosférica, lo que a la vez reduce la presión en los puntos críticos. La figura 6.5 ilustra
la modificación de la línea piezométrica A-D entre dos estanques interconectados por una tubería
0-1-B-2-C-3-4. La instalación de cámaras de quiebre de presión en B y C reduce la presión en los
puntos críticos 1, 2 y 3 en cantidades de ΔP1, ΔP2 y ΔP3, respectivamente.
Para localizar las cámaras de quiebre de presión deben seguirse los siguientes criterios:
Por el hecho que en muchas cámaras se depositan los sólidos del flujo, deben tener las
dimensiones suficientes para la fácil limpieza. Para evitar que entre material de arrastre en la
tubería, lo que llevaría al acelerado desgaste del tubo, se recomienda combinar la cámara de
entrada con la función de desarenador / despiedrador.
62 Que la tubería no permita otros usos del agua (uso doméstico, abrevadero), puede subsanarse
mediante ajustes especiales a las cámaras de quiebre de presión o de cambio de dirección. En
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el Plan Meriss (Perú) se diseñaron cámaras que a la vez son abrevaderos: por una rejilla entra
agua de la cámara al abrevadero, impidiendo a la vez el ingreso de material sólido al tubo.
Las cámaras de distribución son por excelencia lugares de gran atracción para niños y
excursionistas, quienes intentan interrumpir el flujo (por ejemplo con envases plásticos). En lo
posible hay que inhibir el acceso fácil a los puntos cruciales de la línea de tuberías. Se puede
recurrir a la construcción de cámaras dobles en los puntos de repartición, para evitar que los
niños llenen las cámaras con piedras, introducidas por el tubo de salida hacia los terrenos. Ante
esta situación también se precisa efectuar una fuerte campaña de concientización.
3. Rejillas
Para evitar que el material flotante entre en el sistema de tubería, se coloca una rejilla en la
cámara de entrada. La rejilla debe estar inclinada con una pendiente moderada que permita que
el flujo del agua empuje el material flotante hacia la parte superior de la rejilla, dejando libre el
mayor espacio posible. Las barras de la rejilla deben colocarse en la dirección del flujo y toda
la rejilla debe poder ser removida para facilitar su limpieza y para poder acceder a la tubería.
En tuberías tipo sifón invertido conviene también instalar una rejilla a la salida de la conducción
entubada ante la posibilidad de que el flujo se invierta por purga del agua contenida en la
tubería. Para prevenir la obstrucción de la rejilla por material flotante también se puede construir
una pantalla en la parte superior del canal, tipo orificio.
Tuberías plásticas
Desventajas:
El material se degrada con los rayos solares, lo cual implica la necesidad de pintar
regularmente la superficie exterior con pinturas especiales o enterrar la tubería. Si
bien muchas canalizaciones van enterradas o semienterradas, en aquellas que van a
la intemperie las tuberías plásticas deben llevar aditivos para soportar la acción de la
radiación solar, más aún si son negras.
Alto coeficiente térmico. Con los cambios de temperatura sufren dilataciones y
contracciones importantes.
Baja resistencia auto portante, lo que significa que necesitan estructuras de soporte
1 En español llamado “esquema” o a veces, “clase”. Corresponde a la norma ASTM D -1785.
2 Por las siglas de Standard Dimension Ratio. Corresponde a la norma ASTM D-224I.
64 para cruzar una depresión topográfica. Una tubería plástica no tiene la capacidad
de resistir el esfuerzo de flexión que se produce cuando se apoya solamente en sus
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extremos. Es necesario disponer varios tensores poco espaciados para que sostengan
el peso de la tubería y el peso del agua que circule por ella.
En Bolivia, se fabrican tubos de PVC. La norma NB-213-77 clasifica las tuberías plásticas por
presiones de trabajo según clases, existiendo las Clases: 6 (presión de trabajo igual a 6 kg/cm2,
equivalente a 5.8 atmósferas, equivalente a 60 m de columna de agua), 9, 12 y 15. El largo de los
tubos es de 6 m. Existen también tubos SCH 40 y SCH 80, así como tubos con SDR 21, 26, 23.5,
41 y 64. Los diámetros disponibles en general, son 1/2”, 3/4”, 1”, 11/2” 2”, 21/2”, 3”, 4”, 6”, 8” y 10”.
Adicionalmente, las importadoras locales tienen a disposición tubos y accesorios de diámetros
mayores, hasta 42”.
Existe una variedad de tubería PVC con superficie interior lisa y pared exterior nervurada,
genéricamente conocida como rib loc (nombre de la patente). Ésta tiene una mayor rigidez
circunferencial y mejor adherencia o empotramiento en el hormigón, lo que le permite alcanzar
diámetros mayores a los de tuberías convencionales de PVC.
Los medios de unión para tubos de PVC son: (i) Unión por encolado. Son tubos y piezas
machihembrados; (ii) Unión por junta elástica: tubos y piezas machihembradas que permiten
alojamiento de una junta elástica. También pueden usarse uniones Gibault, enroscadas y bridas.
El otro tipo de tubería plástica de uso muy práctico en el ámbito rural es el de Polietileno (material
que se obtiene del etileno por procesos de polimerización), llamado Politubo. Las tuberías de este
material son más fáciles de instalar, tienen mayor ligereza, flexibilidad, resistencia al paso del
tiempo y a la formación de incrustaciones. Las dimensiones de la tubería de Polietileno permiten
utilizarla con accesorios de uso común, disponibles en el mercado local. Las uniones se hacen
mediante accesorios tipo manguito o racor o por termofusión (diámetros mayores a 110 mm).
Estas piezas no admiten pegamento ni unión a rosca.
65
A igualdad de diámetro exterior, la tubería de alta densidad tiene menor espesor y por lo tanto,
deja pasar mayor caudal que la de baja densidad.
Los tubos de polietileno, a diferencia de los de PVC pueden permanecer a la intemperie mucho
más tiempo sin descomponerse. Su disponibilidad en rollos de grandes longitudes (50 m y 100 m)
facilita su embalaje y transporte, además de evitar la necesidad de un gran número de uniones. La
oferta local de tubos de PE se resume en la siguiente tabla:
Tuberías de hormigón
Pueden ser de hormigón simple o armado con acero de refuerzo. Los tubos de hormigón simple se
utilizan únicamente para conducciones libres, sin presión interior, a manera de canales de sección
circular. Las uniones pueden ser campana-espiga con o sin junta de goma, dependiendo de la
importancia de las filtraciones. Los tubos de hormigón armado se utilizan para presiones interiores
relativamente bajas y tienen una alta resistencia a la ovalización y/o rotura por presión exterior.
66 Si bien su uso agrícola es limitado tienen una serie de ventajas respecto de otros materiales:
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Tuberías metálicas
Las hay principalmente de fierro galvanizado (FG) y fundición. La tubería galvanizada tiene alta
resistencia a la corrosión, ya que cuenta con una capa de zinc aplicada por medio del proceso de
galvanizado por inmersión en caliente. Admiten presiones de trabajo de 300 metros de columna
de agua. Tienen extremos roscados y se encuentran en el mercado en diámetros de hasta 4
pulgadas, en longitudes de 6 m.
La fundición es una aleación de hierro y carbono (en forma de grafito). La que más se usa es la
fundición dúctil (grafito esferoidal, a diferencia de la fundición gris de grafito laminar), llamado Fierro
Fundido Dúctil (FFD). A fin de garantizar durabilidad y preservarlas de incrustaciones interiores,
se recubren interiormente con una capa de mortero de cemento aplicada por centrifugación y
exteriormente con una primera capa de cinc metálico y una segunda capa de pintura bituminosa.
Desventajas:
4. Válvulas
Las válvulas son dispositivos que permiten el control del flujo de agua en una red hidráulica. Ese
control puede consistir en: a) detener o iniciar un flujo, b) regular un flujo, c) evitar un retorno de
fluido, d) regular la presión de un fluido. En los sistemas de conducción entubada es común la
utilización de los siguientes tipos de válvula:
Válvulas de retención
Evitan el retorno del flujo. Pueden ser: a) de disco basculante o b) de bola. La primera es una
68 válvula con un disco sujeto en un extremo que se abre en la dirección normal del flujo y se cierra
cuando el flujo se invierte. Las válvulas de retención de disco inclinado pueden ser acomodadas
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en línea horizontal o en línea vertical cuando el flujo sea verticalmente ascendente. En las válvulas
de retención de bola, la esfera recubierta de material compresible obstruye el paso del flujo cuando
este invierte su sentido.
Ventosas
Las ventosas son válvulas que permiten la salida del aire presente en las conducciones de agua,
tanto durante su llenado como durante la operación. La liberación de aire es esencial para evitar
burbujas de aire atrapadas, que reducen y hasta pueden detener el flujo de agua. Además de esa
función, admiten aire en el caso de operación de una válvula de purga que pueda crear presiones
negativas en la tubería. En general, las ventosas se deben instalar en todos los puntos altos del
trazado; en los cambios de pendiente; y al menos cada 400 metros siempre que la presión en el
punto elegido no sea muy alta o menor que la presión atmosférica. El diámetro de entrada de la
ventosa no debe ser inferior a ¼ del diámetro interior de la tubería.
Válvulas de purga
Son válvulas de corte instaladas lateralmente en todos los puntos bajos del trazado. No deben
ubicarse en tramos planos, sino donde haya posibilidad de obstrucción de la sección de flujo por
acumulación de sedimentos, facilitando así las labores de limpieza de la tubería. La derivación se
hace por medio de una té cuyo diámetro se recomienda sea ¼ del diámetro principal.
5. Juntas o uniones
Son los accesorios que unen por sus extremos un tubo con otro. Hay dos grandes grupos de
uniones: por enchufes y por bridas. Las uniones por enchufe (también llamadas campana-espiga)
se fabrican dando a las terminaciones de los tubos formas machihembradas y se introducen
anillos de caucho dentro de cada unión. En uniones mediante bridas la estanqueidad se consigue
mediante la compresión de una arandela empleando anillos de caucho dentro de la unión. Además
de estos dos tipos, hay también algunos menos frecuentes como las juntas acerrojadas, las juntas
Gibault y las juntas mecánicas.
Juntas campana-espiga
Estas son las juntas más comunes en los tubos de diámetro menor. Todos los tubos de PVC
cuentan con este tipo de junta. Estos tubos tienen un extremo en forma de espiga que entra
exactamente en el extremo en forma de campana del próximo tubo. Para impermeabilizar la unión
se introduce un anillo de hule, que si se instala debidamente, cabe justo dentro del espacio en
el extremo campana. Un lubricante especial se aplica, antes del ensamble, al extremo espiga y
a la superficie interior del empaque. El extremo de la tubería está biselado o redondeado para 69
proporcionar el auto-centrado del extremo espiga en el empaque y para poder, así, ensamblarlo
Los tubos con brida generalmente se especifican para servicio sobre el suelo y manejo de aire,
agua, aguas negras u otros líquidos cuando es necesario usar juntas rígidas con cerrojo. Se usan
mucho en sistemas de tubos industriales, estaciones de bombeo, plantas para tratamiento de
aguas, plantas para tratamiento de aguas negras y otras tuberías interiores. Los tendidos largos
de tubería con brida, normalmente incluyen una preparación para la expansión y contracción, tales
como juntas flexibles o coplas a intervalos estratégicos.
1. Brida
2. Tubo
3. Rosca
4. Extremo de brida y tubo se maquinan simultáneamente
a un terminado al ras.
5. Aro de refuerzo para proteger la rosca.
Juntas acerrojadas
Para situaciones donde el bloque de hormigón no es práctico, se han desarrollado juntas para
tubería que proporcionan mayor resistencia contra fuerzas externas o contra la tendencia a la
separación por la presión interna.
La Junta mecánica de perno con gancho es una junta de compresión con pernos. La junta consiste
de una campana vaciada, un empaque sencillo de hule que se ajusta en el asiento de la campana,
un collar de hierro dúctil para comprimir el empaque y tuercas y pernos para apretar la junta. Una
vez ensamblada, la junta permite expansión y contracción normal y una deflexión adecuada en
todas las direcciones.
Junta Gibault
Las juntas Gibault se han diseñado para reparar o reemplazar tuberías en el campo. Una junta
Gibault consiste en un collar de hierro fundido, dos bridas, empaquetaduras y pernos. El producto
ensamblado se oferta en diversos tamaños y configuraciones de acuerdo a su propósito.
Figura 6.18. Detalles de una junta Gibault 71
Codos
Cambian la dirección del flujo.
Tés
Dividen el flujo en una dirección adicional a
la principal
Cruces
Dividen el flujo en dos direcciones
adicionales a la principal
Yés
Dividen el flujo en una dirección adicional
a la principal, pero con una derivación
tangencial.
Niples
Empalman tubos donde la distancia no
permite usar uniones. Pueden ser con o sin
reducción del diámetro del tubo
72
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Collares
Derivaciones menores de una tubería
principal
Coplas
Unen rígidamente dos tubos roscados
6. Anclajes
Los anclajes absorben esfuerzos que se generan en los cambios de alineación horizontal o vertical.
Pueden ser de hormigón simple, ciclópeo o armado. En cualquier tipo de anclaje se presentan
esfuerzos debidos a la presión estática y dinámica a la que es sometido el fluido transportado. El
esfuerzo de presión estática es:
(6.1)
(6.2)
E = Ee + Ed
Figura 6.20. Esfuerzo en codo vertical inferior 73
Si el codo es vertical superior, como en la figura 6.21 el peso del anclaje debe resistir el empuje de
la tubería. El suelo en este caso es un elemento pasivo.
(6.4)
El valor de la tangente del coeficiente de fricción tg φmax varía según el tipo de terreno, de
acuerdo a la Tabla 6.4.
Terreno tg jmáx
Arcilla húmeda 0.30
Arcilla seca 0.35
Arena arcillosa 0.40
Arena sin limo ni arcilla 0.50
Grava 0.60
La eficiencia del riego se puede aumentar a través de la tecnificación de los sistemas de distribución
y conducción, por ejemplo con riego por aspersión o por goteo. Precisamente en los sistemas de
conducción y distribución tecnificada, las tuberías son el elemento central, capaces de soportar
presiones a veces necesarias en los ramales primarios y secundarios.
Las tuberías también participan eficientemente en el drenaje de suelos saturados con elevado
índice de salinidad. Para este fin existen diferentes tipos de tubería especialmente plástica:
ranuradas, estriadas, acanaladas y perforadas.
i) Calcular el caudal que pasa por la tubería. Los datos son el diámetro, la longitud, la
rugosidad, los accesorios y la energía impulsora (ya sea una diferencia de nivel entre la
entrada y la salida de la tubería o la potencia de la bomba) y las propiedades del agua 75
(densidad y viscosidad). Este problema suele presentarse al momento de comprobar el
ii) Calcular la potencia necesaria (diferencia de nivel entre la entrada y la salida de la tubería)
o la potencia de la bomba para conducir el caudal demandado a través de esa tubería.
Los datos son el caudal demandado, el diámetro, longitud y rugosidad de la tubería, los
accesorios y las propiedades del agua (densidad y viscosidad).
iii) Hallar el diámetro necesario. Los datos son el caudal, la energía disponible (diferencia
de nivel entre la entrada y la salida de la tubería o la potencia de la bomba), la longitud y
rugosidad de la tubería, sus accesorios y las propiedades del fluido.
El diseño de conducciones entubadas en zona montañosa está limitado por los valores máximos
admisibles de presión y velocidad que caracterizan a cada tubería de cierto material y cierto
espesor. Si bien el proyectista deberá en lo posible igualar la pérdida de carga total con el desnivel
del terreno entre los dos puntos de transporte de agua a fin de obtener el menor diámetro de
tubería, el diseño del trazo deberá tomar en cuenta el alejamiento admisible de la línea de presión
hidrostática. Así mismo, el cálculo del diámetro deberá tomar en cuenta la velocidad máxima
admisible por el material, sobre todo si se tiene presente la capacidad erosiva del agua con alto
contenido de sólidos en suspensión y la mayor sensibilidad al golpe de ariete que tiene un flujo de
gran velocidad.
Teniendo el cuidado de tomar medidas contra el golpe de ariete, la velocidad máxima recomendable
es aquella que no ocasione erosión en la tubería ni dislocamiento en las juntas. Para el PVC no
debe ser mayor a 5 m/s, para el PRFV a 3 m/s. En tuberías de PE de baja densidad la velocidad
máxima no debiera superar los 0.8 m/s. Para tuberías de hormigón se recomienda limitar la
velocidad a 4.5 m/s.
(6.5)
(6.6)
f= factor de fricción
L= Longitud del tubo [m]
D=Diámetro del tubo [m]
El factor de fricción f se calcula según la expresión de Colebrook-White, válida para flujo turbulento,
tanto para tubos lisos como para rugosos3:
3 Debido a que esta ecuación no es explícita para el factor de fricción f, su difícil solución ocasionó la aparición de ecuaciones
empíricas más sencillas pero menos exactas, como la de Hazen-Williams. Las computadoras permiten desechar el uso de
expresiones empíricas, diagramas y ábacos en beneficio de la exactitud y consiguiente economía en el diseño de conducciones
entubadas.
76
(6.7)
Obras de Riego para Zonas Montañosas
El Número de Reynolds Re relaciona las fuerzas de inercia con las fuerzas de fricción debidas a
la viscosidad cinemática y, según la expresión (para tuberías):
(6.8)
Las pérdidas de carga Shm, llamadas menores, debidas a las perturbaciones locales del flujo en el
conducto, tales como entradas, codos, válvulas y salidas pueden representarse individualmente de
dos maneras: como km∙v2/(2∙g) con un km coeficiente de pérdida menor (Tabla 6.6), determinado
para cada caso, o como una longitud equivalente de conducto recto, dependiente del diámetro del
tubo.
(6.9)
Si la velocidad es la principal limitante del diseño hidráulico de una tubería que tiene un amplio
margen de altura piezométrica para convertir en pérdidas friccionales y menores, y si la velocidad
admisible depende del tipo de material elegido, el dimensionamiento deberá empezar seleccionando
el tipo de tubería que se usará en la conducción forzada. Para ello es útil tener una aproximación
del diámetro necesario para conducir el caudal de diseño (problema tipo iii), asumiendo que la
tubería es simple, es decir, que en el tramo considerado su diámetro y material son constantes.
Los pasos del cálculo para el diseño del diámetro de una tubería son:
Tabla 6.5. Rugosidad absoluta para diferentes materiales de tubo (Saldarriaga, 1998)
Material ε[10-3 m]
PVC 0.0015
Acero 0.046
Hierro galvanizado 0.15
Hierro fundido 0.15
Hierro fundido dúctil 0.25
Hormigón 0.3 - 3.0
Acero bridado 0.9 - 9.0
2. Se diseña el trazo de la tubería, cuidando que la altura de carga hidrostática nunca supere 77
la presión admisible especificada para la tubería elegida preliminarmente. Sobre la base
ACCESORIO km
3. Se dan distintos valores al diámetro D para realizar iteraciones hasta que se cumpla la
igualdad entre el valor de velocidad calculado de la ecuación de continuidad y el valor de
velocidad calculado con la expresión 6.9. Es decir:
a. Se fija un valor de D.
(6.10)
(6.11)
78 d. Con el valor de la velocidad se calcula también la pérdida de carga por fricción en la
tubería, recurriendo a la ecuación de energía planteada entre entrada y salida4:
Obras de Riego para Zonas Montañosas
hf = Δz - ∑hm
(6.12)
4. Una vez que se ha calculado el diámetro exacto para el caudal y material elegidos, debe
seleccionarse un diámetro discreto entre los que ofrece el comercio. Ahora el problema
consiste en calcular los nuevos valores de caudal y velocidad asociados a ese diámetro
seleccionado (problema del tipo i). Para ello, se procede de manera similar a la anterior,
esta vez dándole valores al caudal hasta que ambos valores de velocidad coincidan en
grado aceptable.
b. Con ese caudal y el valor real del diámetro interno elegido, se calcula la
velocidad del flujo:
c. Con ese valor de velocidad se calculan las pérdidas menores usando la expresión:
e. Ahora se puede calcular nuevamente la velocidad del flujo con la ecuación que
combina las expresiones de Darcy-Weisbach y de Colebrook-White:
El valor de velocidad máxima que dan los fabricantes normalmente no considera la turbidez del
agua, por lo que en previsión a los efectos erosivos del material en suspensión que entregan las
fuentes en los sistemas de montaña, se recomienda reducir ese valor máximo de velocidad por
lo menos hasta un 75%.
4 La Ecuación de Bemoulli se plantea entre un punto 1 localizado dentro del estanque, canal o cámara, de tal manera que su
velocidad hacia la conducción entubada sea aproximadamente cero. El punto 2 corresponde a la salida de la tubería, en otro
estanque, canal o cámara, donde se supone que la carga de velocidad es cero a consecuencia de las pérdidas.
5. Los problemas tipo ii) en los que se necesita calcular la potencia gravitacional (diferencia 79
de niveles) o mecánica (bomba de agua) necesaria para conducir un determinado caudal
Temperatura [°C] 0 5 10 15 20 25 30
Viscosidad cinemática [x 10 m /s] 1.79 1.52 1.31 1.15 1.01
-6 2
0.90 0.81
b. Determinar el valor del factor de fricción f dándole distintos valores hasta que se
cumpla la igualdad:
H = hf + ∑hm
3. Se calcula mediante un proceso iterativo el valor de diámetro para el cual las velocidades v1
y v2 son lo suficientemente iguales. Esto se logra con D = 0.275 m (10.84 pulgadas). En esas
condiciones, la velocidad del flujo es:
4. Se adopta ahora un diámetro comercial de 12” (0.293 m) y se calculan los nuevos valores
asociados a ese diámetro. Esto se consigue calculando el caudal Q para el que se cumple
nuevamente la condición de v1 = v2. Realizando un proceso iterativo se determina que el valor
del caudal es ahora 0.303 m3/s. En esas condiciones, la velocidad del flujo es:
5. Si para la tubería con las condiciones del punto anterior (diámetro de 12”, coeficiente de pérdidas
menores igual a 10.2), se desconociera la potencia (gravitacional o mecánica) necesaria para
conducir el caudal de 0.303 m3/s, el procedimiento de cálculo comenzaría calculando la velocidad
del flujo:
Figura 6.24. Cálculo iterativo del factor de fricción utilizando la planilla EXCEL
• Asegurar en el terreno los accesorios como codos, Tes y válvulas, de tal manera que
el tendido resista la presión hidráulica. Se revisarán los anclajes de la tubería, apoyos
y soportes antes de aplicar la prueba. Cualquier anclaje o soporte dañado se reportará
para su reparación antes de la prueba.
• Llenar la tubería lentamente y por el punto más bajo del tramo a probar, permitiendo
la purga de aire por su punto más alto. Se deberá eliminar completamente el aire de la
tubería antes de ser sometida a presión.
• Elevar la presión mediante una bomba manual o autobomba, tomando el agua necesaria
de un tanque auxiliar. Se incrementará la presión paulatinamente en al menos tres etapas
del valor de la presión de prueba hasta alcanzar en el manómetro la presión igual al 150%
de la máxima presión hidrostática exigida en el punto más bajo del tramo de prueba.
Verificar durante las dos primeras etapas y durante un tiempo suficiente para inspeccionar
visualmente las posibles deformaciones, lagrimeos, fugas, decrementos de presión en el
manómetro o cualquier otra señal que pudiera suspender la prueba y determinar los
resultados como no satisfactorios.
T = tiempo [s]
L = longitud desde la válvula hacia el tanque o cámara aguas arriba [m]
C = celeridad o velocidad de propagación [m/s];
84
Su valor está en el orden de 1000 m/s.
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Tabla 6.8: Relación de elasticidad del agua y de la tubería (Azevedo Netto, 1976)
MATERIAL DE LA TUBERÍA K
Acero 0.5
Hierro fundido 1.0
Hormigón 5.0
Plásticos 18.0
ha = sobrepresión [m]
v = velocidad del flujo entubado [m/s]
g = aceleración de la gravedad [m/s2]
(Ecuación de Michaud)
Para evitar el golpe de ariete debe instalarse válvulas de cierre lento o colocar volantes de
gran diámetro. Otra manera es limitar la velocidad del flujo hasta 3 m/s pero esto hace que se
desaproveche la posibilidad de conducir agua a las velocidades admisibles de cada material
(que generalmente son mayores a 3 m/s) y obliga, solo por este motivo, a usar diámetros
mayores de tubería.
7
85
ACUEDUCTOS
Figura 7.1. Acueducto de H°A° con pilas intermedias . S.R. Naranjos - Tarija
Entre las ventajas de un acueducto respecto de otro tipo de estructuras de cruce se pueden
mencionar:
Sin embargo, el acueducto no es una solución razonable cuando los desniveles que debe vencer
son muy grandes y extendidos. Por otra parte, este tipo de estructura exige buenas a excelentes
condiciones de fundación.
• Las consideraciones estructurales. Mientras más altas sean las vigas insertas en las
paredes del acueducto, mayor rigidez tendrá la estructura. Esto se traduce en un ancho
pequeño para la solera.
3. Se calcula el tirante normal del canal de salida y4 por iteraciones hasta que se cumpla la
condición:
(7.1)
(7.2)
(7.3)
Q = caudal [m3/s]
nc = rugosidad del canal
SC = pendiente del canal [m/m]
(7.6)
(7.5)
6. Se calcula la longitud de transición entre canal y acueducto tanto para la salida como para
la entrada. Por facilidad constructiva se prefiere la transición recta. De acuerdo a
experiencias de Hinds y según el USBR, el ángulo de 12.5º produce la mínima pérdida
de carga por transición. Sin embargo, considerando que el incremento del ángulo de
transición hasta 22.5° no incrementa significativamente la pérdida de carga, se recomienda
adoptar este último valor para reducir la longitud de transición.
Luego:
(7.6)
(7.7)
Tipo de transición Ks
Curvada 0.20
Cuadrante cilíndrica 0.25
Simplificada en línea recta 0.30
Línea recta 0.50
Extremos cuadrados 0.75
Para minimizar las dimensiones de un acueducto, la velocidad en este punto debería ser mayor a 89
la del canal, pero se recomienda no exceder los 2 m/s.
(7.8)
(7.9)
(7.10)
(7.11)
Tipo de transición Ke
Curvada 0.10
Cuadrante cilíndrica 0.15
Simplificada en línea recta 0.20
Línea recta 0.30
Extremos cuadrados 0.30
A su vez:
(7.12)
Con este valor, se determina el bordo libre que debe tener la entrada del acueducto para estar
a cubierto del aumento en el nivel de aguas arriba provocado por el remanso. El bordo libre del
acueducto deberá ser igual o mayor al bordo libre del canal para asegurar que no ocurran rebalses
desde la estructura. El bordo libre del acueducto no deberá ser inferior a 20 cm y en casos de
acueductos curvos deberá incrementarse ese valor en el borde exterior de la curva.
Haciendo variar y4 hasta que la expresión A4∙R4 2/3 dé el mismo valor de 0.1581,se obtiene el valor
de 0.7382 como tirante en la sección 4.
Nótese que se ha dado al tramo 3-4 la misma pendiente del acueducto. Ahora se puede calcular
los demás valores característicos del flujo por la sección 3:
9. El cálculo prosigue proponiendo valores para el tirante en la sección 2 hasta que se satisfaga
la igualdad:
92 de donde se determina que:
Obras de Riego para Zonas Montañosas
y2 = 0.7327 m
A2 = 0.2931 m2
V2 = 0.8530 m/s
10. Finalmente se calcula el tirante en la sección 1, dando valores a y1 hasta que se satisfaga
la igualdad:
También cabe destacar la interrelación entre el ingeniero estructural y el ingeniero hidráulico para
definir con exactitud el nivel más adecuado de la caja aérea, así como el potencial erosionable
del terreno ante una avenida extraordinaria en el período de retorno determinado por el estudio
hidrológico.
7.3.2 Pila
La pila es un elemento estructural que sirve de apoyo intermedio de la caja aérea (Figura 7.5). En
el caso que el acueducto cruza una quebrada o río, es recomendable evitar la necesidad
de emplazar pilas dentro del cauce, para así evitar el riesgo de erosión en sus fundaciones. Si por
la longitud de la luz es inevitable colocar pilas, se deben tomar todas las medidas de seguridad
en el diseño, como la protección de los pilas contra la socavación de sus fundaciones y contra
el deterioro del fuste por las colisiones del material que arrastre el torrente. La protección con
gaviones es la más aconsejable por su economía y facilidad de instalación, como por su facilidad
de reposición.
Figura 7.5. Componentes de una pila 93
Análisis longitudinal
Se considera al conjunto del acueducto, idealizando la estructura como una viga simplemente
apoyada, con una carga repartida equivalente a su peso propio y una carga repartida equivalente
al peso del tirante del agua a lo largo de la estructura. Las paredes del acueducto y la solera
actúan como vigas y se las diseña para satisfacer el estado de carga más crítico, esto es, cuando
el acueducto esté lleno de agua. La experiencia recomienda evitar luces mayores a los 10 metros.
El esfuerzo más importante en el análisis longitudinal es la flexión en las paredes del acueducto.
Éstas se diseñan por el Método de los Esfuerzos de Trabajo, para tener un mejor control del ancho
máximo probable de las fisuras por flexión. Tratándose de una estructura que debe asegurar
estanqueidad, el ancho admisible de las fisuras es de una décima de milímetro. Una fisuración
mayor es inadmisible porque las filtraciones de agua a través de la estructura, combinadas con
el oxígeno y anhídrido carbónico de la atmósfera, atacan al hierro de la armadura y lo oxidan.
Paralelamente, el volumen del óxido al formarse es unas ocho veces mayor que el del metal que
lo origina, lo que a su vez da lugar a más fisuras (Jiménez Montoya et al, 2000). Así, el proceso de
corrosión de la armadura entra en una espiral divergente.
Análisis transversal
Para el análisis transversal, se toma una franja de ancho unitario para analizar los esfuerzos de
corte y flexión transversal por la presión hidrostática en las paredes verticales y en la losa del
fondo. Para ayudar en la absorción de esfuerzos transversales es beneficioso colocar, de tanto
en tanto, vigas superiores que atiranten las paredes ante el empuje transversal del agua. Estas
pequeñas vigas de arriostre, si están espaciadas a no más de unos 80 cm entre bordes, ayudarán
al acueducto a cumplir su función secundaria de puente peatonal.
Figura 7.6. Sección transversal de una caja aérea con detalle de armaduras
En el cálculo estructural de los acueductos se debe tomar en cuenta la actividad sísmica que
ocurre en la zona montañosa de Bolivia. La mayoración de las cargas verticales y la introducción
de aceleraciones horizontales deben estar de acuerdo con la zona sísmica de que se trate.
Lo usual es construir la caja aérea de hormigón armado. Existe la posibilidad de recurrir a otros
materiales como madera, hormigón simple, mampostería o metal, pero esas alternativas no son
prácticas. La madera tiene limitaciones de conservación y respuesta al intemperismo. El uso de
hormigón simple o de hormigón ciclópeo, por su ínfima resistencia a los esfuerzos de tracción, se
ve limitado a tramos muy cortos. Los acueductos de mampostería se ven también limitados en su
longitud debido a la forma de su respuesta estructural a las cargas, gravitatorias y sísmicas. Los
acueductos metálicos tienen la mejor relación resistencia / peso propio, permiten luces mayores
pero sonmás sensibles al intemperismo y son costosos, especialmente cuando se necesita darles
una rigidez acorde al uso peatonal.
95
Estas cintas están diseñadas con nervaduras múltiples que permiten una buena adherencia,
acoplamiento y retención del hormigón. Tiene además un centro protuberante que ayuda a resistir
la presión originada por los movimientos de las estructuras. Para lograr una junta impermeable, la
cinta debe estar perfectamente embebida y adherida en el hormigón.
96 Figura 7.9. Detalles de la conexión entre canal revestido y acueducto
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Apoyos elásticos
Cuando el acueducto se diseña para funcionar como viga simplemente apoyada sobre los estribos
y pilas, se dispone entre vigas y apoyos unas placas elásticas, al igual que en los puentes.
Lo ideal, en términos técnicos, es recurrir a una placa con espesor aproximado de 2.5 cm de
Neopreno (Policloropreno). Una ventaja importante del apoyo de neopreno es su efectividad como
medio para la transferencia de la carga de tal manera que ésta se transmita sobre toda la sección
transversal del apoyo y no se concentre sobre sus salientes. Pero considerando que normalmente
las vigas son vaciadas en sitio, es suficiente aislarlas de los estribos colocando previamente u na
capa de cartón asfáltico para así permitir su libre desplazamiento. El cartón asfáltico es mucho
más barato que el Neopreno pero se le reconocen solamente sus propiedades aislantes y no
elásticas cuando se requiere una efectiva transferencia de carga .
• En algunos sistemas de riego se han diseñado acueductos que operan también como
vertederos de caudal excedente. Si bien en determinados casos se han evaluado
cuidadosamente las características geotécnicas de la roca donde se fundan los estribos
y donde se vierte el agua, esta práctica puede tener efectos dañinos sobre los elementos
de fundación de la estructura y provocar erosión en la zona de la cascada. Es más
seguro ubicar el vertedero de excedencias aguas arriba del acueducto, cuidando de que
su emplazamiento asegure una descarga de efectos controlados.
Figura 7.11. Erosión del terreno de fundación de un estribo por rebalse en la curva
SIFONES INVERTIDOS
Los sifones invertidos son conductos cerrados que trabajan a presión y se emplean para conectar
dos conductos o depósitos de agua pasando por un punto más bajo entre ellos. Se usan en el
cruce de un canal con una depresión topográfica como río o quebrada, un camino, otro canal, un
dren u otro tipo de obstáculo que convenga sortear pasando por debajo.
A diferencia de los acueductos, los sifones invertidos tienen altas pérdidas de carga por
fricción y por tanto su aplicación puede causar una reducción en el área potencial de riego. Otra
desventaja es su riesgo de colmatación cuando el agua arrastra material de sedimentación en
cantidades considerables. Este riesgo exige de los usuarios una particular atención para
evitarl o, ya que remover el azolve de un sifón invertido es una tarea dificultosa y su reparación
puede ser costosa en caso de que se hubieren producido daños.
100 Las ventajas de los sifones invertidos son sus bajos costos de diseño, construcción y
mantenimiento. Su adopción se hace necesaria cuando el terreno no ofrece suficiente resistencia
Obras de Riego para Zonas Montañosas
para las fundaciones de un acueducto y cuando la depresión que se debe sortear es muy profunda
y extendida y bordearla con un canal supone una longitud demasiado larga y por ell o costosa.
También, el sifón invertido es la solución pertinente cuando la diferencia de nivel entre la superficie
del agua del canal y la rasante del obstáculo a cruzar es muy pequeña, como en el cruce de
caminos o ferrovías, de manera que no permita la construcción de un acueducto.
El sifón invertido funciona por diferencia de niveles. Esta diferencia de niveles debe absorber todas
las pérdidas de carga del sifón invertido. La diferencia de niveles AZ es igual al desnivel entre la
superficie del agua en la cámara de entrada y en la cámara de salida. Debe ser mayor o igual a la
sumatoria de pérdidas de carga entre una y otra cámara.
Los sifones invertidos medianos y pequeños, que salvan desniveles del o rden de los 50 m,
normalmente constan de los componentes que ilustra la Figura 8.2: 1) vertedero de excedencias,
2) desarenador, 3) rejilla de entrada, 4) transición de entrada, 5) ducto, 6) válvula de purga,
7) transición de salida y 8) rejilla de salida. La figura incluye el desarenador y el vertedero de
excedencias, aunque no son propiamente componentes del sifón invertido sino estructuras
complementarias, tratadas en los Capítulos 14 y 15, respectivamente.
2. Desarenador
Sirve para que el material en suspensión en el agua se deposite antes de la entrada al sifón
invertido. Esto es necesario para disminuir los efectos abrasivos sobre el interior del tubo y para
minimizar los riesgos de azolvamiento en el ducto, considerando lo dificultoso que puede ser el
trabajo de limpieza de grava y arena depositadas en su tramo inferior.
El objeto de la rejilla de entrada es el de impedir la entrada al ducto de basura (hojas secas, ramas,
bolsas de plástico, etc.) y objetos extraños (como animales muertos), que obstruyan el ducto o
perjudiquen su normal funcionamiento.
4. Transición de entrada
En general, la sección del canal es más amplia que la adoptada en el ducto, por lo que es necesario
construir una transición de entrada convergente para asegurar un cambio de flujo gradual entre
las distintas secciones. En el diseño de una transición de entrada la abertura de la parte superior
del sifón invertido debe estar por debajo de la superficie normal del agua (ahogada), para evitar el
ingreso de aire que perjudique el funcionamiento del sifón invertido y disminuya su capacidad de
conducción.
5. Ducto
Es la parte principal de los sifones invertidos. Su disposición geométrica debe en lo posible ajustarse
a la topografía de la depresión a salvar para minimizar los trabajos de excavación y de relleno. Es
usual construir estructuras de soporte para el ducto, tanto en las laderas como en el fondo de la
depresión por sortearse. Es buena práctica enterrar el ducto para protegerlo de cargas directas
(pisadas de personas y animales) y cargas de impacto (piedras, granizo). Es imprescindible
proteger de los rayos ultravioleta a las tuberías plásticas.
Para efectos de operación y mantenimiento, puede ser conveniente construir un ducto doble o
triple, porque aumenta la seguridad allí donde existan severos riesgos de taponamiento,
dificultades en la limpieza o necesidades en la operación. La desventaja es que encarece la obra.
102 Figura 8.4. Vista en elevación y corte transversal de una pared de soporte
Obras de Riego para Zonas Montañosas
En la parte más baja del ducto se coloca una bifurcación con una válvula de purga de las dimensiones
acordes al caudal que se deberá desalojar. La válvula se usa para vaciar el tubo, evacuar material
que azolve la estructura y para poder realizar trabajos de mantenimiento o reparación. En el cruce
de ríos o quebradas, la instalación de la válvula de purga requiere disponer una estructura que
soporte el ducto por encima del cauce.
Conviene proteger la válvula de purga por medio de una cámara, una caja de ladrillo u hormigón con
una tapa. La apertura de la válvula de purga debe hacerse gradualmente para evitar velocidades
grandes en el ducto.
7. Transición de salida
8. Rejilla de salida
• Los sifones invertidos suelen ser los tramos críticos en cuanto a la capacidad de
conducción del sistema de riego. Una vez instalados no existe la posibilidad de
aumentar su capacidad a diferencia de los canales abiertos.
• En vista de que en la mayoría de los sistemas no pueden definirse los caudales de diseño 103
con toda exactitud, es buena práctica tomar un margen de seguridad en el caudal de
Desarenador
• En canales con mucho material flotante, por ejemplo a causa de vegetación cerca
del canal, se recomienda colocar la rejilla de entrada en un ángulo de entre 30º y
40ºrespecto al fondo del canal (no en posición vertical). Esto, para que el flujo del agua
empuje el material flotante hacia la parte superior de la rejilla evitando la obstrucción
acelerada de la entrada.
• Las varillas de la rejilla deben colocarse en la dirección del flujo, nunca de forma horizontal,
para permitir la limpieza con herramientas y sin que la persona que haga la limpieza
tenga que entrar al agua. Las varillas deben sobresalir lo suficiente con relación a las
barras de apoyo hori zontales para dejar el paso fácil de los dientes de un rastrillo.
• Hay menos exigencias en cuanto al diseño de la rejilla de salida. Lo más práctico es una
rejilla con bisagras en la parte superior, para que al subir la rejilla el material acumulado
caiga en la transición de salida.
Figura 8.5. Rejilla inclinada, permite el paso del agua por debajo del material flotante
104 Vertedero de excedencias
Obras de Riego para Zonas Montañosas
• En vista que los sifones invertidos suelen ubicarse cerca de quebradas inclinadas,
hay que dar atención especial a la seguridad del cauce de desagüe. En caso necesario
hay que diseñar el vertedero a una distancia mayor de la entrada al sifón invertido.
Válvula de purga
2. Sobre la base de la topografía y el punto elegido para continuar el canal luego del sifón
invertido, se predetermina la cota de la solera en el punto F ó cota F.
Una velocidad conveniente para evitar depósito de sedimentos en el ducto oscila entre
1.5 y 3 m/s. Velocidades menores obligarán a tomar mayores precauciones en cuanto a
las facilidades de limpieza en el ducto. Si se fija una velocidad mayor a ese rango, debe
verificarse con el fabricante la capacidad del material para soportar la erosión de las paredes
interiores del ducto a esa velocidad. Una velocidad superior a los 3 m/s también obliga
a tomar precauciones contra el golpe de ariete, tal como se describió en el Capítulo 6,
Tuberías.
(8.1)
Del tipo de material depende la rugosidad del ducto. Debe tenerse en cuenta que con el uso,
la rugosidad del ducto se incrementará, aumentando las pérdidas por fricción y reduciendo
la capacidad de descarga del sifón invertido. La elección del coeficiente de rugosidad a
emplear en los cálculos de diseño, debe ser conservadora.
7. Se calculan las dimensiones características de la sección elegida. 107
8. Se elige la sección comercial con las dimensiones características más cercanas a las
calculadas en el paso 7.
9. Con el área calculada sobre la base del diámetro comercial, se calcula la velocidad a través
del ducto:
(8.2)
10. Se calcula la pérdida de carga por la rejilla de entrada con la fórmula de Kirshmmer
(8.3)
11. Se calcula la longitud de transición de entrada y de salida en función del ancho del espejo
de agua del canal, la dimensión característica de la sección elegida (diámetro en caso de
sección circular, lado en sección cuadrada y ancho en sección rectangular) y el ángulo de
transición.
(8.4)
(8.4)
108 hte = perdida de carga por transición de entrada [m]
Obras de Riego para Zonas Montañosas
13.Se calcula el nivel de agua sobre el punto B, donde se inicia la conducción entubada. Para
ello, se parte de la Cota A más el tirante normal, que resulta en el Nivel de Agua en el punto
A, NAA. Del nivel NAA se restan las pérdidas de carga por rejilla y transición de entrada.
14.Se calcula la proyección vertical del diámetro a la entrada del ducto, tomando en cuenta su
ángulo con la horizontal en su primer tramo:
(8.7)
(8.8)
(8.9)
y el ahogamiento resulta:
(8.10)
Forma de entrada Ke
Compuerta en pared delgada, contracción suprimida en los lados
y en el fondo 1.000
Entrada con arista en ángulo recto 0.500
Entrada con arista ligeramente redondeada 0.230
Entrada con arista completamente redondeada R/D = 0.15 0.100
Entrada abocinada circular 0.004
(8.12)
Accesorio km
Válvula de globo, completamente abierta 10.0
Válvula en ángulo, completamente abierta 5.0
Válvula de retención, completamente abierta 2.5
Válvula de compuerta, completamente abierta 0.2
Válvula de compuerta, con 3/4 de apertura 1.0 – 1.15
Válvula de compuerta, con 1/2 de apertura 5.6
Válvula de compuerta, con 1/4 de apertura 24.0
Codo de radio corto (r/D=1) 0.9
Codo de radio mediano 0.75 – 0.80
Codo de radio grande (r/D=1.5) 0.6
Codo de 45° 0.4 – 0.42
Retorno (curva en U) 2.2
Te en sentido recto 0.3
Te a través de la salida lateral 1.8
Unión 0.3
Ye de 45°, en sentido recto 0.3
110
Ye de 45°, salida lateral 0.8
Entrada recta a tope 0.5
Obras de Riego para Zonas Montañosas
(8.13)
Re = número de Reynolds
= viscosidad cinemática
Temperatura [º C] 0 5 10 15 20 25 30
Viscosidad cinemática x 10-6 m 2/s 1.79 1.52 1.31 1.15 1.01 0.90 0.81
c) Se determina el factor fricción f dándole distintos valores hasta que se cumpla la igualdad.
(8.14)
f = factor de fricción
ε = rugosidad absoluta del interior del tubo [m]; depende del material interior
de la tubería, según la Tabla 8.5.
MATERIAL ε[ x 10-3 m]
PVC 0.0015
Asbesto Cemento 0.03
Acero 0.046
Hierro galvanizado 0.15
Hierro fundido 0.15
Hierro fundido dúctil 0.25
Hormigón 0.3 - 3.0
Acero bridado 0.9 – 9.0
(8.15)
(8.17)
19. Se calcula la perdida de carga por rejilla de salida, de la misma manera que la perdida de
carga por rejilla de entrada. La velocidad de aproximación es ahora la velocidad de salida:
(8.18)
21. Se calcula la cota de la solera del canal luego de la transición, considerando que se desea
tener el mismo tirante que en el canal de entrada. Para esto debe restarse la pérdida total
de carga (mayorada en un 10%) de la cota de la solera del canal de entrada antes de la
transición de entrada:
En caso que la Cota F calculada sea menor a la cota de la salida predefinida, deberá bajarse
la salida hasta la Cota F o mantener la cota de salida predefinida reduciendo las pérdidas.
Se puede incrementar el diámetro, verificando que la velocidad en el ducto no sea inferior a
la mínima admisible. Si la Cota F resulta mayor a la cota de salida predefinida, las opciones
son: subir la cota de salida hasta el valor de la Cota F calculada o aumentar las pérdidas por
fricción reduciendo el diámetro, evitando que la velocidad en el ducto sobrepase la máxima
admisible.
112 22. Para diseñar la estructura de salida, dependiendo del camino elegido en el punto anterior,
se tendrá como tirante del canal de salida el tirante normal de entrada u otro tirante en el
Obras de Riego para Zonas Montañosas
punto F denominado yF, asociado a la cota del Nivel de Agua en la salida sobre el punto F,
Cota NAF.
El cálculo del tirante normal del canal de salida dependerá de las dimensiones, el tipo de
revestimiento y la pendiente de su solera, aunque lo usual es que se mantengan las mismas
condiciones de escurrimiento en relación al canal de entrada.
23. Considerando las pérdidas por salida, se calcula el Nivel del Agua sobre el punto E
24. Se define el porcentaje de ahogamiento del tubo en la salida, %as cuidando que la diferencia
entre tirante y el diámetro proyectado sobre la vertical DPS no exceda el valor de un sexto del
diámetro interno del ducto para que la salida trabaje con un mínimo de sumergencia o con
descarga libre, minimizando las pérdidas de carga en la tubería.
Luego, se calcula D/6 y se define un valor para as [m] menor a ese cociente.
(8.19)
26. Finalmente, con el valor definido para el ahogamiento as se calcula la cota del punto E:
4. Para este ejemplo, se fija la velocidad preliminar del flujo entubado en 2.5 m/s.
9. Con este valor se recalcula el área transversal del tubo y la velocidad del flujo entubado:
10. Para calcular la pérdida de carga por la rejilla de entrada, suponemos que ésta se compone
de barras de 3/8” de diámetro, espaciadas 6 cm entre sí (un sexto del diámetro del tubo) e
inclinadas 75° respecto de la horizontal. Luego:
14. Suponiendo que el diseño prevé una inclinación de 45° para el tubo en su primer tramo
descendente,
17. Para el cálculo de las pérdidas menores en la tubería se supone emplear 2 codos de radio
corto, 24 codos de radio grande, un té en sentido recto y una válvula de paso (check valve).
La suma de sus coeficientes resulta:
Se determina ahora el valor del factor de fricción f dándole distintos valores hasta que se
cumpla la igualdad:
Figura 8.12. Cálculo iterativo del factor de fricción utilizando la planilla EXCEL.
19. La pérdida de carga por rejilla de salida, asumiendo un diseño idéntico a la rejilla
de entrada será:
22. La cota del Nivel de Aguas en la salida, sobre el punto F, Cota NAF
24. Se calcula D/6 = 0.059m y se define un valor para as, igual a 0.05 m.
25. La proyección vertical del diámetro, asumiendo que el último tramo de la tubería forma un
ángulo de 45° con la horizontal, tendrá el valor:
• El diseño estructural del ducto, normalmente circular, se basa en las tensiones radiales
debido a la carga hidrostática, el momento debido al peso del agua contenida en el ducto y
a la reacción de la fundación que se asume en contacto con la tubería.
• En los cambios de pendiente y/o de dirección del ducto, es necesario construir dados macizos
de hormigón para anclar la tubería al suelo y absorber las fuerzas inerciales. El cálculo
de estos anclajes está descrito en el Capítulo 6, Tuberías. Los anclajes de hormigón son
innecesarios cuando se emplean accesorios con uniones flexibles, resistentes al arrastre de
fuerza. Las uniones flexibles son aconsejables en zonas de topografía muy accidentada y
ante la presencia de fallas geológicas.
• Los ductos de FFD deben ser protegidos contra la corrosión con un revestimiento de zinc y
barniz bituminoso en el exterior. En su interior se aconseja que estén revestidos con una
capa de mortero de cemento centrifugado de 5 mm de espesor.
Figura 8.13. Parte inferior de un sifón protegido con hormigón en el cruce de un río
• En los sifones invertidos no se debe colocar la cámara de purga en otro lugar que el más
bajo del ducto. Si se la coloca fuera del punto inferior, se requiere una bomba para purgar
aguas remanentes y sólidos acumulados. Organizaciones de riego no suelen tener bombas
de agua ni son puntuales en la limpieza, lo que pondría en riesgo la durabilidad del sifón
invertido.
9
119
CAÍDAS
Se necesitan caídas en un sistema de riego cuando la pendiente del terreno es mayor a la pendiente
máxima del canal. Sobre todo en sistemas de montaña, a menudo la topografía se opone a la
necesidad de conducir el agua a velocidades controladas (para asegurar una mayor durabilidad
del canal). Las caídas se ubican de tal manera de minimizar los trabajos de excavación para que
la solera del canal se mantenga con la pendiente de diseño. No es aconsejable considerar el
relleno de ciertos tramos; tanto el canal como las demás estructuras deben apoyarse sobre terreno
excavado.
Luego de un análisis de costos sobre la topografía se podrá determinar si conviene construir pocas
caídas de gran altura o muchas caídas de pequeña altura. Si bien la primera opción se traduce
120 en mayores volúmenes de movimiento de tierra, se emplean menos materiales de construcción y
viceversa.
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Pueden emplearse diversos tipos de caídas: verticales o inclinadas (con o sin obstáculos) y caídas
entubadas. En el caso de los sistemas de riego de montaña, los caudales que se manejan y las
limitaciones constructivas hacen de la caída vertical la solución más común. Las caídas inclinadas
son objeto de análisis del Capítulo 10, Rápidas, y las caídas entubadas son parte de lo estudiado
en el Capítulo 6, Tuberías.
En canales de tierra las caídas siempre deben contar con una protección de piedras u hormigón
para evitar erosión en el punto de impacto del agua. En estos casos se sugiere un desnivel de 1
m como máximo. En canales revestidos, la altura (o profundidad) de caída puede alcanzar los
2.5 m. Desniveles mayores conviene salvarlos mediante caídas inclinadas o mediante rápidas.
Las rápidas se distinguen de las caídas inclinadas por la magnitud de su pendiente y su longitud
horizontal. Las caídas inclinadas se emplean cuando el desnivel a salvar es mayor al que se
permite a las caídas verticales y cuando no es necesario confinar el flujo turbulento en una longitud
corta. Las caídas verticales son más eficientes en la confinación del flujo turbulento.
1. Transición
Une gradualmente el canal superior con la estructura de caída, cuya sección, llamada de control
puede tener forma y dimensiones distintas a las de la sección del canal.
También es necesaria la transición cuando los canales son construidos en tierra y es necesario
evitar la erosión de las paredes del canal debido al aumento de velocidad en la zona próxima a la
caída.
2. Sección de control 121
La sección de control se hace más angosta que el canal de entrada para solucionar el problema de
la aireación del flujo, evitando la cavitación sobre la pared vertical por efecto del vacío que produce
el arrastre del agua. La sección más fácil de diseñar y construir es la rectangular.
3. Caída
4. Colchón disipador
Es una poza que absorbe la energía cinética del flujo en caída y amortigua el impacto del chorro
de agua sobre la solera. Su longitud debe ser suficiente para permitir la formación de un resalto
hidráulico hasta que el flujo entregado al canal inferior alcance su tirante normal.
Las dimensiones del colchón disipador de energía dependen de la altura del salto y del caudal que
pase por la coronación. Por debajo de la lámina vertiente en la caída se produce un depósito de
agua de altura que aporta el impulso horizontal necesario para que el chorro de agua marche hacia
abajo. Si el desnivel de la caída es menos de 0.3 m, no se precisa construir un colchón, pero sigue
siendo necesario proteger la solera con alguna forma de revestimiento.
Al final del colchón disipador, es recomendable conectar su solera con la solera del canal de salida
por medio de una rampa con un talud no más empinado que 2:1. Esto facilita la auto limpieza del
colchón donde suelen depositarse elementos sólidos.
Al igual que en las rápidas, cerca del sitio de cambio brusco de pendiente donde el flujo
pasa de subcrítico a crítico, despreciando la pérdida de carga en la transición de entrada, se
verifica la condición:
2. Se calcula el tirante normal del canal de entrada y, por iteraciones hasta que se cumpla la
condición:
4. El tirante crítico, que ocurre cerca de la sección de control se calcula con la expresión;
8. Se calcula la longitud del colchón disipador, sabiendo que también para determinar esta
longitud existen criterios muy divergentes. Uno de ellos consiste en darle al colchón una
longitud igual al doble de la distancia horizontal que recorre el chorro en su caída libre 123
(Fernández Peláez, 1980). Este criterio puede aplicarse donde no es necesario disipar el
Xn
L
Así,
(9.2)
Otro criterio calcula la longitud del colchón para que la totalidad del exceso de energía cinética
se disipe en éste, albergando completamente la formación libre del resalto hidráulico. Esto es
necesario cuando a poca distancia aguas abajo de la estructura de caída se necesita contar
con flujo tranquilo, como es el caso de un aforador, un repartidor o la entrada a un sifón. Para
una situación así, la longitud del colchón se calcula con la expresión:
(9.3)
Dado un canal rectangular con caudal Q = 0.5 m3/s, un ancho b = 1.00 m, pendiente Sc
= 0.003 m/m, rugosidad Manning n de 0.020, que debe salvar un desnivel Δz de 1 m
1. Para el cálculo del ancho de la sección de control determinamos los demás componentes
de la ecuación
con:
El área resulta A = 0.470 m2, el perímetro P = 1.940 m, el radio hidráulico R = 0.242 m y la energía
en ambas secciones suma 0.182 m.
B = 0.765 m
5. La velocidad crítica: 125
que se redondea a un valor mayor como 0.30 o 0.40 m, considerando las facilidades constructivas
que ofrezca otra longitud de transición.
Ahora,
Con el otro criterio, el procedimiento de cálculo de la longitud habría comenzado con el cálculo
del tiempo de caída del chorro de agua:
Con ese valor se calcula la distancia horizontal recorrida por el chorro de agua en su caída libre:
La práctica de ensanchar el colchón respecto del ancho del canal puede apreciarse en la Figura
9.4 que corresponde a una caída diseñada con el criterio L = 2 Xn.
Figura 9.5. Vista en corte de estructura de caída vertical robusta y correctamente anclada
Cuando la pared vertical actúa como muro de contención de un terreno susceptible a la saturación
de agua, deberán disponerse drenes (lloraderos ó barbacanas), para aliviar la presión hidrostática
del agua contenida por el terreno. Cuando la pared vertical no sea parte de una estructura monolítica
junto con las transiciones de entrada y de salida y sus anclajes, deberá verificarse su estabilidad al
deslizamiento, al vuelco y al hundimiento, como se indica en el Anexo B (Muros de sostenimiento).
Figura 9.6. Lloraderos ó barbacanas en pared vertical de caída 127
RÁPIDAS
Figura 10.1. Conducción hacia la zona de riego por medio de una serie de rápidas.
En los sistemas de riego de montaña el empleo de rápidas es común debido a que en muchos
casos la topografía del terreno es más inclinada que la pendiente máxima que se le quiere dar a
un tramo del canal. En esos casos debe pasarse el desnivel de forma súbita. Cuando el desnivel
y la distancia son considerables, suelen usarse rápidas en vez de caídas.
Las rápidas son muy comunes al inicio de canales secundarios que se alimentan del canal principal
que sigue una curva de nivel superior. También se usan en combinación con aliviaderos, para
llevar la demasía de agua por un ducto controlado hacia un dren natural. En la zona de riego se
pueden usar en toda situación donde se necesita pasar un desnivel extendido.
Una ventaja de las rápidas es que es posible ajustar su pendiente a la pendiente natural del
terreno y por ende requieren menos movimiento de tierra que por ejemplo una serie de caídas
verticales. Su principal desventaja es que conducen el agua a gran velocidad lo que desgasta más
rápidamente la solera e impide operaciones de derivación.
130
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Figura 10.2. Rápida al inicio de canal lateral (izq.) y vista desde abajo (der.)
Transición de entrada
1. Transición de entrada
Es la estructura que de forma gradual cambia la sección del canal para hacerla coincidir con
las dimensiones de la sección de control, evitando la formación de remolinos y flujo inestable en el
canal. Su necesidad es especialmente importante en canales de tierra.
2. Sección de control
La forma más común de lograr las condiciones adecuadas de flujo es mediante el estrechamiento
del ancho del canal, haciendo que hf sea cero. La otra alternativa es sobreelevar el fondo del canal
con un escalón de altura igual a hf o combinar ambas soluciones. Se recomienda el estrechamiento
de la sección del canal en lugar de una sobreelevación, para así tener una rápida de sección más
angosta que la sección del canal y por lo tanto más barata. La ventaja de la conducción a régimen
supercrítico debe traducirse en una economía del volumen de obras, más aún porque la rápida
exige un incremento en la calidad del revestimiento.
3. Canal de la rápida
• Reemplazar el canal en el tramo correspondiente por una sección cerrada que trabajará
como tubería de presión.
Cuando en la alineación vertical del canal de la rápida se presentan cambios de pendiente, de una
más suave a otra más pronunciada, la unión entre los dos tramos debe hacerse con una curva
vertical de enlace para evitar la separación entre el flujo y el cauce, lo que podría hacer saltar el
agua fuera del canal y producir erosiones. La curva debe construirse de tal forma que siga la
trayectoria parabólica del agua (Krochin, 1978), dada por la ecuación:
(10.2)
y = altura de la solera respecto de nivel del punto de partida de la curva vertical [m]
L = longitud horizontal de la curva vertical [m]
• Que el flujo incorpora burbujas de aire en directa relación a su velocidad. A medida que el
aire es incorporado dentro del agua, la mezcla aumenta de volumen. La sección mojada
del flujo aireado es mayor y por tanto se requiere una mayor altura de las paredes del canal
132 que para el flujo no-aireado. Para compensar este aumento de volumen se recomienda
multiplicar el valor de la rugosidad de Manning n por un coeficiente α, que está en función de
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Pendiente Coeficiente
10% a 20% 1.33
20% a 40% 2.00
Mayor a 40% 3.33
• Que el flujo que escurre por la rápida es supercrítico con un tirante pequeño. Ante la
aparición de algún obstáculo, por ejemplo de una piedra caída en el canal de la rápida, se
forma un resalto hidráulico con un tirante mucho mayor.
4. Colchón disipador
Se ubica en el extremo inferior del canal de la rápida. Es la estructura que absorbe el exceso de
energía cinética generada en la rápida mediante la reducción de la velocidad del agua en una
poza de disipación. En el colchón, el régimen del flujo pasa de supercrítico a subcrítico mediante
un resalto hidráulico. La salida del colchón debe ser una rampa con una pendiente de entre 2:1 o
más tendida para permitir la auto limpieza del colchón. Esto evita la acumulación de arena, grava,
ramas y deshechos.
5. Transición de salida
Cambia en forma gradual la sección del colchón disipador para hacerla coincidir con las dimensiones
del canal de salida. Conviene incluir la transición en el mismo colchón para incrementar los efectos
de la disipación mediante su ensanchamiento y ayudar a conseguir un tirante conjugado de menor
elevación.
• El caudal Q [m3/s].
• El coeficiente de rugosidad de Manning del canal n.
• La pendiente del canal de entrada Scanal [m/m].
• El ancho b del canal (se supone sección rectangular) [m].
• El desnivel Δz [m], la longitud L [m] y la pendiente de la rápida So [m/m].
Se calcula el tirante normal del canal de entrada y, por iteraciones hasta que se cumpla la condición.
Q = caudal [m3/s]
n = rugosidad del canal de entrada
Scanal = pendiente del canal de entrada [m/m]
3. Se determinan los tirantes a lo largo de la rápida, mediante las ecuaciones del flujo no
uniforme. Tratándose de una curva de remanso tipo S2, se recomienda el método numérico
de tramos fijos con la asistencia de una planilla de cálculo, con tantas filas como tramos en
que se desee dividir la longitud de la rápida (Villón, 1995). El método es más exacto cuanto
mayor sea el número de tramos en que se divida la longitud de la rápida, dando valores al
tirante desconocido y2 en cada sección hasta que se satisfaga la igualdad:
(10.3)
4. El bordo libre que necesita cada tramo se puede calcular con la siguiente expresión empírica
en función del tirante y la velocidad y en el tramo dado:
(10.4)
Este criterio asegura un bordo libre mínimo de 0.61 m que puede ir variando a lo largo del canal de
la rápida según la velocidad y el tirante que tenga el flujo. Para rápidas cortas es recomendable
mantener constante la altura de las paredes de la rápida tomando el mayor valor de h = y + BI.
5. Se calcula la profundidad del colchón disipador. Hay la necesidad de elevar la solera cuando
el tirante conjugado a la salida de la rápida, luego del resalto hidráulico, es superior al tirante
normal del canal de salida. Para asegurar que el colchón disipador tenga la profundidad
suficiente, se calcula con la expresión:
e =1.15 ∙ y2 - yn
6. Se determina la longitud del colchón disipador. Para este cálculo se considera que la
disipación del exceso de energía cinética se producirá exclusivamente por la formación de
un resalto hidráulico, por lo que se recomienda usar la fórmula de Sieñchin:
Su carga de velocidad es
El ancho de la sección de control se obtiene por tanteos, dándole valores a B hasta que se
cumpla la igualdad:
de donde resulta que B es 0.765 m, ancho que también se adopta para la solera de la
rápida. El tirante crítico que se presenta en la sección de control es
3. Cálculo de tirantes con la ayuda de una planilla, sobre la base de un número de tramos igual
a 10. Conocidas las características hidráulicas en la sección de control y la longitud del
tramo Δx, en la fila O para un y conocido (igual al tirante crítico calculado en el paso 1), se
calculan los valores de las siguientes columnas. Las tres últimas columnas no se pueden
calcular para la primera fila porque a ese punto no se pueden obtener promedios. A partir de
la segunda fila, para un y supuesto se calculan los valores de las columnas siguientes, y se
ajusta por tanteos el valor de y hasta que se satisfaga en grado aceptable la igualdad entre
el valor E+ SEmed ∙ Δx de una fila y el valor E + So ∙Δx de la fila anterior.
136 Figura 10.5. Planilla de cálculo de los tirantes para el ejemplo desarrollado
Obras de Riego para Zonas Montañosas
1 7,345 7,345 0,1992 0,125 5,216 1,512 2,975 0,1241 0,0653 0,4796 1,9917
2 14,690 7,345 0,1992 0,111 5,872 1,869 3,3318 0,1775 0,1508 1,1075 2,9764
3 22,035 7,345 0,1992 0,108 6,041 1,968 3,4309 0,1934 0,1854 1,3619 3,3298
4 29,380 7,345 0,1992 0,107 6,086 1,995 3,4579 0,1978 0,1956 1,4364 3,4314
5 36,725 7,345 0,1992 0,107 6,097 2,002 3,4647 0,1989 0,1983 1,4567 3,4586
6 44,070 7,345 0,1992 0,107 6,097 2,002 3,4647 0,1989 0,1989 1,4609 3,4627
7 51,415 7,345 0,1992 0,107 6,097 2,002 3,4647 0,1989 0,1989 1,4609 3,4627
8 58,760 7,345 0,1992 0,107 6,097 2,002 3,4647 0,1989 0,1989 1,4609 3,4627
9 66,105 7,345 0,1992 0,107 6,097 2,002 3,4647 0,1989 0,1989 1,4609 3,4627
10 73,450 7,345 0,1992 0,107 6,097 2,002 3,4647 0,1989 0,1989 1,4609 3,4627
Nótese que casi a la mitad de la rápida, el tirante es normal y constante hasta el final, así
como la velocidad de flujo.
4. Cálculo del Bordo libre. Con los valores del tirante y la velocidad en cada final de tramo de la
rápida, aplicamos la expresión empírica:
Así se obtiene la siguiente tabla donde además se consignan los valores de h, la altura de
la pared en cada caso:
Y BI h
0.352 0.651 1.003
0.125 0.679 0.804
0.111 0.683 0.794
0.108 0.684 0.792
0.107 0.684 0.791
0.107 0.684 0.791
0.107 0.684 0.791
0.107 0.684 0.791
0.107 0.684 0.791
0.107 0.684 0.791
Aquí se aprecia que es conveniente mantener una altura de 0.80 a partir del final del
primer tramo, en el que la altura puede rebajar linealmente de 1.00 m a 0.80 m.
La transición de salida se calcula igual que la de entrada. Como los valores son idénticos,
la longitud de transición de salida será L = 0.30 m.
ESPECIFICACIONES
VELOCIDAD MATERIAL ESPESOR
COMPLEMENTARIAS
Mortero de cemento aglutinador con
Mampostería u relación 1:5. La superficie húmeda
Hasta 3 m/s Mayor a 30 cm
H°C° afinada con una capa de 3
cm de mortero de cemento 1:3
Hormigón Resistencia característica a la
Hasta 6 m/s 10 a 15 cm
simple compresión 250 kg/cm2 a los 28 días
Las piedras del hormigón ciclópeo deben ser ahogadas en una capa inferior de hormigón simple
para que resistan la fuerza tractiva del agua de gran velocidad una vez que queden expuestas por
el desgaste de la capa superior de hormigón.
Cuando el terreno es rocoso, se puede diseñar una rápida sin revestimiento, como el de la Figura
10.6 de una rápida excavada en roca, que funciona similar a una serie de pequeñas caídas.
138
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Figura 10.7. Curva al inicio de una rápida (izq.) y cambio brusco de dirección en medio de otra rápida (der.)
11
139
RÁPIDAS ESCALONADAS
11.1 Descripción y ubicación
Una rápida escalonada es una estructura de conducción de pendiente mucho más empinada que
la del canal, normalmente en el orden del 30%, hasta 50% o más, con solera en forma de grada.
Su existencia en un sistema de riego deriva de la necesidad de conectar dos tramos de canal
de cotas muy distintas mediante una estructura de conducción abierta. Por su topografía esta
necesidad es bastante habitual en el entorno andino. Se opta por las rápidas escalonadas cuando
la pendiente es tan grande que recurrir a la rápida lisa supone velocidades de flujo demasiado
elevadas o cuando no se dispone del espacio suficiente para instalar una poza de disipación al
final de la estructura.
El uso hidráulico de las rápidas escalonadas fue desarrollado por civilizaciones antiguas desde
hace más de 3500 años, persiguiendo principalmente dos propósitos: disipar de una manera
segura y controlada la energía cinética del flujo cuando éste debía ser conducido por terrenos
de pendiente pronunciada y para airear el agua. También las civilizaciones andinas preincaicas e
incaicas, diseñaban rápidas escalonadas para la conducción del agua: el canal de Quishuarpata,
en Perú, incluía dos tramos con escalones pequeños a lo largo del tramo (de 1 a 3 cm de altura),
y escalones altos cerca de la salida (Chanson, 2000 y 2001).
140 Las rápidas escalonadas han ganado nuevo interés en el mundo de la hidráulica, especialmente
en el diseño de vertederos de presas, a raíz de la aparición de nuevas técnicas constructivas como
Obras de Riego para Zonas Montañosas
el RCC (hormigón compactado con rodillo) y de nuevos materiales como los gaviones de alambre
recubierto con polímero. Chanson ha desarrollado una gran parte de la teoría actual sobre rápidas
escalonadas por lo que este capítulo se refiere insistentemente a sus investigaciones.
Figura 11.2. Una rápida lisa y una rápida escalonada, operando con el mismo caudal
En función al caudal y a la geometría de los escalones (ancho, altura y longitud) el flujo puede ser
de régimen saltante o de régimen rasante. Existen estados intermedios, como el flujo saltante sin
la formación de resalto hidráulico, pero su comportamiento no ha sido aún bien estudiado.
Figura 11.3. Presentación esquemática de flujo saltante (izq.) y flujo rasante (der.)
La transición de flujo saltante a flujo rasante es una función del caudal, la altura del escalón y su 141
longitud. El régimen de flujo se vuelve rasante si:
Esta condición se cumple para secciones prismáticas rectangulares y para relaciones h/l en el
rango 0.2 - 1.4.
A su vez, dentro del flujo saltante conviene destacar al flujo con formación completa de resalto
hidráulico en cada escalón, lo que ocurre cuando se cumple:
(11.2)
A lo largo de una cascada escalonada con flujo saltante, las condiciones de flujo crítico ocurren
cerca del final de cada escalón, seguido por una napa en caída libre y un impacto de chorro en el
escalón aguas abajo. En cada escalón, el impacto de chorro es seguido por un resalto hidráulico,
una región de flujo subcrítico y un flujo crítico cerca al borde del escalón (Chanson, 2002). En
estas condiciones, la pérdida de carga en cada escalón intermedio es igual a la altura de este
último. La disipación de energía ocurre debido al impacto (rompimiento y mezcla del chorro) y por
la formación de un resalto hidráulico en cada escalón. Esto implica que al final de la estructura no
es necesario disponer un colchón disipador, como en las rápidas lisas. Las características básicas
de este tipo de flujo y las ecuaciones que las gobiernan son las mismas que las descritas en el
Capítulo 9, Caídas.
(11.3)
Para caudales grandes, el flujo saltante se convierte en flujo rasante. La superficie del agua al
inicio de la rápida escalonada es clara y transparente. Más adelante se desarrolla desde el fondo
una lámina de flujo turbulento que va ganando espesor hasta alcanzar la superficie libre. A partir
de ese punto, llamado punto de incepción, aparecen burbujas de aire confinadas por las fuerzas
centrífugas del remolino asociado al escalón y luego todo el flujo se llena de burbujas de aire
aumentando considerablemente el tirante. Aguas abajo, el flujo es gradualmente variado hasta un
punto en que fluye en equilibrio uniforme (Chanson, 2001). En este último tramo la componente
del peso en la dirección del flujo iguala la fricción del fondo y se cumple que:
142
(11.4)
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Figura 11.4. Esquema y foto de aireación en una rápida escalonada a flujo rasante (Mateos et al.)
Para un diseño preliminar de rápidas escalonadas con régimen rasante puede usarse la Figura
11.5 (basada en Chanson, 2001), que expresa la relación v/vmax, (velocidad media del flujo en el
extremo aguas abajo de la rápida / velocidad máxima del fluido ideal en el extremo aguas abajo de
la rápida) en función de la altura total de energía aguas arriba H1 y del tirante crítico yc. Para el flujo
de un fluido ideal, sin pérdidas por fricción, la velocidad en el extremo aguas abajo de la rápida se
1) Rápidas escalonadas que operan muy cerca de la transición entre flujo saltante y flujo
rasante. Ese flujo intermedio se caracteriza por fluctuaciones transitorias entre un régimen
y el otro que inducen a un comportamiento inestable y peligroso del flujo, que deviene en
fluctuaciones de las presiones y hasta vibraciones sobre la estructura. Se recomienda
enfáticamente evitar que la rápida opere para flujos intermedios entre el saltante y el
rasante.
2) Rápidas construidas con baja calidad, es decir, con materiales pobres en calidad, trabajo
pobre en calidad, o ambas cosas. Los esfuerzos que soporta una rápida escalonada
son mucho mayores a los que soporta una rápida lisa. En el flujo saltante la presión de
impacto del chorro sobre la solera es por lo menos 10 veces la presión hidrostática. En
el flujo rasante, el esfuerzo de corte promedio sobre la solera es como 30 veces mayor al
producido por el flujo sobre una rápida lisa.
En los sistemas locales de riego, donde el caudal de la fuente varía mucho durante el año, el
presupuesto es limitado y generalmente hay poco control de la calidad de la construcción, las
consideraciones del apartado 11.2 conducen a encarar el diseño de rápidas escalonadas de tal
manera que el flujo sea siempre saltante, para evitar la transición entre regímenes saltante y
rasante. Por esto, el diseño hidráulico deberá remitirse simplemente a la verificación de la condición:
(11.5)
(11.6)
Ejemplo 1
Se tiene un canal de 60 cm de ancho que conduce un caudal de 200 l/s. Calcular la pendiente
máxima que debe tener una rápida con altura de escalón de 50 cm.
Calcular el ancho que deberá tener una rápida escalonada con un ángulo de 42° (90%) respecto
de la horizontal y con escalones de 50 cm de altura, para conducir un caudal de 200 I/s bajo
régimen saltante con formación completa de resalto.
(11.8)
Ejemplo 3
Calcular la altura mínima que deben tener los escalones de una rápida que debe conducir un
caudal de 200 l/s, bajando con una pendiente del 80%. El ancho de la rápida es 60 cm.
(11.9)
146 Ejemplo 4
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Calcular el caudal máximo que admite una rápida con ancho de 60 cm, pendiente de 90%, y
escalones de 50 cm de altura, para conducir el agua con régimen saltante y formación completa
de resalto hidráulico en cada escalón.
La relación entre la altura de caída y la longitud de cada cajón, es decir la pendiente de la rápida
escalonada, por lo general no coincide con la pendiente del terreno en toda o parte del desarrollo
de la estructura. Las adecuaciones del terreno al diseño geométrico de la rápida deben hacerse
mediante la excavación del terreno y no mediante el relleno del mismo. La figura siguiente (Krochin,
1978) ilustra este concepto.
Figura 11.4. Alineamiento vertical de rápida menos y más empinada que el terreno
12
147
REPARTIDORES
1.
Figura 12.1. Repartidores con compuertas
1.
12.1 Descripción y ubicación
Los repartidores tienen la función de distribuir un flujo de entrada hacia uno o varios canales de
derivación. Los repartidores se instalan en los puntos de bifurcación entre canales, desde donde
se distribuye el agua hacia los distintos sectores del sistema. Puede dividirse el caudal entrante
en varios flujos salientes o dirigirse el caudal entero hacia solo uno de los canales de derivación.
Las reglas de la distribución se basan en los derechos de usufructo de los usuarios en los diferentes
sectores. En vista que estas reglas pueden variar en el transcurso del año, de acuerdo con los
períodos de mayor disponibilidad y escasez del agua, en la mayoría de los sistemas los repartidores
deben contar con una cierta flexibilidad que permita distintos escenarios de operación.
Los repartidores rústicos son simplemente aperturas en el borde del canal, que se acomodan
con piedras, tepes y tierra hasta que los caudales de derivación a los distintos tramos sean los
caudales deseados.
148
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Componentes de un repartidor
1. Canal de entrada
En el canal de entrada debe existir un régimen de flujo subcrítico (velocidad moderada) para
permitir un buen control y reparto del flujo sin que haya turbulencia, rebalses o salpicaduras. En
caso de que el canal de entrada cuente con una sección distinta a la del repartidor, debe hacerse
una transición entre ambas secciones.
Para una efectiva división del agua, se debe asegurar una determinada carga de agua en el
canal principal. Cuando el caudal conducido no tiene un tirante suficiente para satisfacer esta
condición, se instala una estructura de control del nivel de agua. Como estructuras de control
pueden funcionar:
Vertederos
Si no hay un nivel de agua exacto por mantenerse, se puede instalar cualquier tipo de vertedero,
como por ejemplo un simple muro transversal. La sensibilidad de un muro es relativamente baja,
por lo que las variaciones en el caudal ocasionan fluctuaciones de altura de carga, que hacen
variar el caudal derivado. Para aumentar la sensibilidad de los vertederos y así mantener el nivel 149
de agua casi constante, se instalan vertederos prolongados (por ejemplo “pico de pato”, vertedero
Los vertederos tienen como desventaja que generan acumulación de sedimento. Para evitarlo,
se instala una pequeña compuerta de fondo en la parte baja del vertedero, que se abre cuando
hay caudales mayores o cuando no se precisa mantener el nivel de agua (por ejemplo cuando el
caudal entero pasa hacia agua abajo del canal principal). Aun así, los vertederos requieren casi
siempre una limpieza regular.
Compuertas transversales
Las compuertas transversales son las estructuras de control que más se aplican en los sistemas de
riego. Una variante son las vigas transversales sueltas de madera ó perfiles metálicos (compuertas
de agujas). Cuando las compuertas tienen una altura menor a la altura del canal, se conocen como
compuertas transversales bajas.
Las compuertas transversales bajas cuando están abiertas dejan pasar todo el caudal, cerradas
represan el agua hasta la altura de su hoja, con lo que garantizan la derivación de un caudal
determinado hacia el canal lateral. Cuando aumenta el caudal en el canal principal, el agua adicional
rebalsa sobre la hoja, que funciona como vertedero. Estas compuertas previenen problemas de
rebalses cuando por mal manejo ambas compuertas de un repartidor estén cerradas y evitan
problemas de sedimentación excesiva.
Figura 12.5. Compuerta transversal baja: abierta (izq.) y cerrada rebalsando (der.)
150 Poza hundida en la solera en combinación con compuerta de salida
Obras de Riego para Zonas Montañosas
La poza hundida es una profundización en el canal de entrada, que se combina con una compuerta
o tubo hacia un canal de derivación. La solera del canal de derivación está por debajo del canal
principal. La función de la poza es asegurar el desvío del caudal necesario, sin tener que generar
una altura mínima de carga en el canal. La profundidad de la poza depende del caudal por derivarse.
Las pozas hundidas son muy susceptibles a la colmatación con sólidos, sobre todo en el momento
que no se deriva agua y la poza hace de desarenador. Una vez llena, el principio de derivación ya
no funciona y hasta puede tapar completamente la derivación del agua. Por esta razón, solo se las
puede usar en redes con agua limpia.
1. Derivar caudales menores que el caudal de entrada, que aquí se llamarán tomas. El desvío
de caudales menores se da en sistemas mayores donde las primeras zonas de riego toman
su agua directamente del canal principal.
2. Derivar caudales del mismo orden que el caudal de entrada, conocidas como cámaras de
distribución.
En los sistemas campesinos de Bolivia, la mayoría de los repartidores son del segundo tipo:
derivan caudales similares al caudal de entrada. En sistemas con distribución por turnos, es
necesario que el repartidor también pueda desviar el caudal entero hacia el canal de derivación.
Consiste en un tubo colocado en el fondo del canal o algunos centímetros encima. Para cerrar
el ingreso al tubo se instala una compuerta de fondo o válvula, que sirve para regular el caudal
de salida. A la salida del tubo, se construye un disipador para evitar erosión al inicio del canal
lateral. Directamente después de la salida del tubo, se puede instalar un medidor para controlar
el caudal aprovechado por la toma.
1 La publicación FAO 26/1 presenta un inventario extenso de posibles repartidores. Contiene fórmulas hidráulicas y comentarios
para el diseño estructural
Compuerta lateral (de fondo) 151
La desventaja de las compuertas es que siempre presentan filtraciones, sobre todo cuando hay
mayor tirante en el canal principal. Es común que los usuarios que se aprovechan de las filtraciones,
a propósito aumentan la apertura indebida, presentando su robo como una falla técnica. También
es común que los regantes perjudicados en su afán de cerrar la compuerta herméticamente, la
cierran con tanta fuerza que la dañan.
Estructuras para derivar caudales del mismo orden que el caudal de entrada
Los repartidores que derivan caudales del mismo orden suelen llamarse cámaras de distribución,
por tener una forma de cámara con un canal de entrada y dos o más de salida. En las cámaras de
distribución pueden usarse como estructuras de reparto:
Compuerta lateral
En las cámaras de distribución, las compuertas laterales son de uso más común; son fáciles de
operar y en combinación con una compuerta transversal en el canal principal generan la posibilidad
de establecer cualquier combinación de caudales de salida. Las combinaciones de caudales
requeridos se logran mediante un juego entre las dos compuertas. En general no hay posiciones
fijas que representan caudales de salida fijas. Si se quiere divisiones exactas, es necesario instalar
un medidor de caudal en los tramos salientes.
Para mejorar las condiciones de operación de las compuertas, se las instala a una distancia como
de 1 m aguas abajo del punto de distribución. En repartidores de salida perpendicular, se aconseja
redondear las esquinas de las paredes y aumentar el colchón de agua cortando la esquina hacia
el canal de salida para mejorar las condiciones de reparto.
Figura 12.7. Instalación de compuertas con buenas condiciones de flujo para el reparto
La distribución de agua funciona aun mejor en las condiciones de flujo que se generan en
repartidores de tipo ye.
152 Figura 12.8. Repartidor en ye
Obras de Riego para Zonas Montañosas
El distribuidor proporcional divide el flujo entrante en dos o más partes predeterminadas. Se usa
en los repartidores que siempre dividen el caudal en proporciones fijas. Los cambios en el caudal
entrante se traducen de forma automática en cambios proporcionales en los flujos salientes. Los
distribuidores proporcionales pueden usarse en los puntos de repartición entre canales principales
que no funcionan con turnos.
Opcionalmente pueden instalarse compuertas de seguridad en los canales de salida, para cerrarlos
en caso de emergencia. Estas compuertas son del tipo ‘cero-cien’, porque no tienen una función
en el reparto del agua.
153
Los canales de salida y derivación parten del repartidor. En caso de tomas de porciones de caudal
menores, uno de los canales de salida es la continuación del canal de entrada y en general mantiene
la misma sección. Si el canal de salida deriva una porción importante del caudal principal, puede
aplicarse una reducción de sección en el tramo de salida del canal principal, lo que genera un
diseño telescópico de la red de canales.
Los canales de salida deben contar con una sección adecuada para conducir todos los posibles
caudales de reparto. En caso necesario, se construye una transición paulatina desde la salida
del repartidor hacia la sección del canal. Se debe tener cuidado especial cuando se trata de una
transición de repartidor revestido hacia un canal en tierra. Antes del cambio a tierra, el agua debe
tener un flujo tranquilo para evitar problemas de erosión.
Si se quiere medir los caudales repartidos, hay que asegurar que en el primer tramo del canal de
salida existen las condiciones de flujo para el correcto funcionamiento de un aforador.
Esquema de distribución
Tipo de repartidores
Época de abundante agua Época de escasez
Los repartidores más comunes son los de una combinación de compuertas. Éstos permiten el
funcionamiento de ‘cero-cien’ que caracteriza los sistemas de monoflujo. Además permiten instalar
todo tipo de combinaciones de caudales, para las épocas de menor escasez o en sistemas de
reparto de agua de diferentes fuentes.
Por razones de manejo o por simple jerarquía de canal, suelen instalarse las compuertas de gusano
en el canal de salida y las compuertas de bastón en el canal de derivación. Sin embargo, es más
lógico tener compuertas de gusano en los canales de derivación, para poder derivar con mayor
precisión los caudales determinados. Las compuertas de bastón no ofrecen esta posibilidad.
Estas tomas solo se aplican en sistemas de ‘multiflujo’, con una distribución de flujos simultáneos.
La toma de tubería permite derivar un caudal máximo, de acuerdo con el diámetro del tubo. Su
operación es sumamente fácil. La estructura no permite que los regantes del canal de derivación
tomen agua demás o intercepten el flujo en el canal principal. Si se la combina con un aforador en
la salida, el control por parte de otros usuarios es sencillo. Si se requiere un determinado nivel de
agua en el canal que no siempre se garantiza con el tirante normal, debe combinarse la toma con
un vertedero prolongado, con compuerta de limpieza de fondo.
En sistemas con sectores que siempre reciben porciones fijas de cualquier caudal que entra, el
repartidor proporcional es la estructura más indicada, por su sencillez y por no requerir operación
alguna. Se recomienda usar repartidores en flujo supercrítico, porque aseguran la proporcionalidad
deseada. En algunos sistemas, los repartidores proporcionales deben combinarse con la
posibilidad de funcionar con un régimen de ‘cero-cien’, para lo que se precisan compuertas
sencillas inmediatamente detrás del repartidor.
La función de los repartidores en el sistema (‘lo que tienen que hacer’) depende de las reglas de
distribución que se manejan. En la mayoría de los sistemas varían las reglas de distribución a lo
largo del año y así también varían los caudales por derivarse, lo que hay que tomar en cuenta al
momento de describir la función de la obra. Parte del trabajo de diseño es determinar para cada 155
repartidor las combinaciones de caudales de entrada y salida que debe regular, basándose en el
Los flujos de agua en las redes de riego siempre son fluctuantes o cambiantes. En el diseño de
los repartidores se considera la propagación de las fluctuaciones de caudal a lo largo del sistema.
Para determinar esta propagación se aplican los conceptos de sensibilidad y flexibilidad (Horst,
1998). Ambos conceptos se basan en la fórmula genérica de las condiciones de flujo por una
estructura:
Q = caudal [m3/s]
c = constante [m2/s]
y = tirante [m]
u = coeficiente, cuyo valor depende de la forma de la estructura:
vertederos u = 1.5
orificios u = 0.5
canales u = 1.6 - 1.8
• Para mediciones, la sensibilidad también debe ser mínima para asegurar que un pequeño
cambio en el caudal se traduzca en un cambio considerable en el nivel del agua, lo que
facilita la lectura de los caudales.
Estructura de Flexibilidad
Estructura de control Efecto
derivación hidráulica
Fluctuaciones apenas
Tubo de fondo afectan el caudal
Vertedero
(orificio angosto) F << 1 derivado, cambios
S alta
S muy baja propagan hacia final del
sistema
Fluctuaciones afectan a
Tubo de fondo
Compuerta (orificio) ambos, pero mayor parte
(orificio angosto) F<1
S baja del cambio se propaga en
S muy baja
canal continuo
Fluctuaciones se
Compuerta Compuerta propagan por igual entre
F=1
S baja S baja canal continuo y canal de
derivación
Cambios en el caudal se
Compuerta (orificio) Vertedero
F>1 propagan hacia el canal
S baja S alta
lateral
La mayoría de los sistemas de zona montañosa conducen agua con una alta concentración de
sólidos en suspensión y de arrastre. Para evitar que los sólidos se entrampen en los repartidores,
éstos deben tener la capacidad de conducirlos hacia los canales de salida. Donde hay agua con
sólidos, se recomienda no diseñar repartidores con gradas o pozas hundidas, porque se llenan
en poco tiempo y sus estructuras de derivación dejan de funcionar. Tales estructuras solo pueden
aplicarse en sistemas con agua limpia.
Si en el canal principal se construyen vertederos para mantener el nivel de agua, estos siempre
deben combinarse con compuertas de fondo para su limpieza.
Equilibrio entre los requerimientos de uso y las capacidades de gestión de los regantes 157
En un repartidor que deriva caudales del mismo orden, es aconsejable colocar compuertas del
mismo tipo y especialmente del mismo ancho para facilitar la comparación de caudales. A lo largo
de una red deben instalarse compuertas similares en todos los puntos de reparto de determinada
jerarquía, para mantener transparencia en todo el sistema.
Los repartidores deben tener pocos requerimientos de mantenimiento o limpieza, lo que es otra
razón para evitar obstáculos en el flujo como pozas hundidas.
Los repartidores deben diseñarse tomando en cuenta las diferentes proporciones de reparto
del agua a lo largo del año.
El diseño del repartidor debe contar con un funcionamiento ‘por defecto’, que garantiza el
desagüe seguro en caso de operación errónea. Las compuertas transversales de altura
baja son una buena opción para evitar rebalses en el caso que tanto la compuerta como la
contracompuerta estén cerradas.
Los componentes móviles deben ser robustos, en vista de que siempre habrá abuso por parte
de usuarios que los abren y cierran con una fuerza exagerada.
En sistemas con una alta cantidad de sólidos en suspensión y de arrastre, los repartidores
también deben dividir la carga de sólidos. Implica que los canales de entrada y salida deben
contar con soleras al mismo nivel.
En caso de agua con una alta carga de sólidos, no se deben diseñar pozas hundidas o gradas
en la estructura de reparto.
158
12.4 Aspectos constructivos
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Figura 12.10. Dibujo constructivo de una compuerta de bastón y compuerta de vástago ó gusano.
Figura 12.12 Compuertas inoperables por mala calidad de construcción y uso inadecuado
• Hay que evitar pozas hundidas en sistemas que se alimentan con agua turbia, porque se
colmatan rápidamente y dejan de funcionar. Las pozas hundidas solo pueden aplicarse en
sistemas con agua limpia.
ESTANQUES
• Regulación de caudal: cuando el caudal con el que se necesita regar es distinto al caudal
que entrega el canal. El caudal de riego puede ser menor o mayor al de entrega, haciendo
necesaria, en el primer caso, la acumulación de una parte agua que llega en un gran caudal
durante un período corto para usarla con un caudal menor y durante un periodo más larga.
O, en el segundo caso, la acumulación del volumen de agua que llega en un caudal reducido,
para poder aplicarla con un caudal mayor.
• Regulación de intervalo: muchos agricultores no reciben sus turnos de riego con los intervalos
más adecuados para sus cultivos. Para mejorar los intervalos, reservan el agua guardándola
durante algunos días en un estanque.
dificultades en el acceso nocturno a las estructuras de control del flujo, el frío, la falta de iluminación
y sobre todo la mayor inseguridad para mujeres que salen de noche, justifican la construcción de
reservorios para la acumulación nocturna.
Existen cuatro tipos básicos de estanques: tipo represa, de excavación, mixto (excavación y
relleno) y australiano.
Los estanques tipo represa consisten en una pared de tierra dispuesta en forma transversal
al lecho de una quebrada o depresión natural del terreno. De esta manera, con un movimiento
limitado de material es posible almacenar una buena cantidad de agua. Su forma es irregular, lo
que dificulta su impermeabilización, que solamente puede lograrse con arcilla, suelo-cemento o con
láminas de polietileno. Este tipo de estanque funciona como una fuente de agua independiente y
normalmente no forma parte de un sistema de riego mayor. En muchas zonas no son recomendables
los estanques tipo represa por el elevado riesgo que implica su rotura y por la gran cantidad de
material sólido que transportan los torrentes de montaña, reduciendo rápidamente la capacidad de
embalse de la represa.
Los estanques mixtos se construyen aprovechando el material de excavación para elevar los
bordes de la fosa. A esta clase corresponden lo que en Bolivia se conoce como “atajados”, que son
estanques con una capacidad de entre 500 y 3000 m3, construidos en terrenos con pendientes
entre 4% y 15% para atrapar el agua de lluvia o de otras fuentes como vertientes, quebradas y
cunetas. Las particularidades del diseño y construcción de los “atajados” están desarrolladas en
una guía específica (Tammes et al, 2000).
Los estanques tipo australiano son reservorios construidos sobre el terreno, elevando paredes
de hormigón armado, hormigón ciclópeo o planchas metálicas.
La ubicación del estanque depende del área de influencia, la fuente de agua, la topografía del
terreno y el método de riego. Se recomienda construir el estanque en el punto de mayor cota en
relación con el lugar donde se recibe el agua para tener un mayor potencial de área servida, para
minimizar el costo de energía en instalaciones de riego presurizado y disminuir las pérdidas por
conducción entre la fuente de agua y el estanque. Al ubicarlo debe prestarse especial atención a
las consecuencias que puedan derivar de su colapso.
Generalmente el agua llega a la zona de riego por un canal de conducción. Mediante un repartidor
en el canal se deriva el agua hacia el canal que lleva el agua al estanque.
2. Sedimentador
Es una estructura donde el agua fluye a menor velocidad, para que el material sólido sedimente en
ella y no en el estanque, donde la limpieza es más dificultosa. El sedimentador puede ser limpiado
fácilmente con la ayuda de una pala. En zonas montañosas, el alto contenido de materiales sólidos
en el agua reduce la eficacia de los sedimentadores, considerando que no es posible construirlos
del tamaño suficiente para que todo el material sedimente (Capítulo 15, Desarenadores). Los
sedimentadores suelen captar solo las partículas más gruesas y en la mayoría de los estanques es
prácticamente inevitable el ingreso de una gran cantidad de material fino, lo que obliga a organizar
limpiezas regulares del estanque.
Al ingresar al estanque, el agua no debe erosionar las paredes del mismo, especialmente cuando
éstas no tienen revestimiento. Para ello, se prevé la construcción de pedraplenes, rápidas o gradas.
Las gradas además de disipar la energía del flujo de ingreso, sirven como acceso al estanque para
reparaciones, mantenimiento y limpieza.
5. Tubo de salida
Para sacar el agua del estanque se instala una tubería cerca del fondo, cuyo diámetro está en
relación con el caudal de salida. En sistemas donde se espera el ingreso de material sólido al
estanque, la tubería debe colocarse por encima del piso para evitar que la salida se tape por el
material depositado. En sistemas de agua limpia se aconseja instalar la tubería al ras del piso para
poder aprovechar toda el agua acumulada. Conviene instalar la tubería de descarga con una ligera
pendiente, de 1% a 2% para favorecer su autolimpieza.
6. Válvula de control
El control del flujo se hace por medio de una válvula instalada aguas afuera de la estructura. Para
controlar la descarga del agua y proteger la llave de paso de regulación se construye una cámara
de protección de hormigón ciclópeo con una tapa metálica. Las dimensiones recomendadas son
las de un cubo de 0.50 m de lado y 0.15 m de ancho de paredes. Es aconsejable que la válvula de
control se encuentre dentro del perímetro cercado del estanque.
7. Filtro
En el acceso del tubo de salida se instala un filtro que evite el paso de bolsas plásticas, lama y
hojas del estanque hacia la tubería. Una obstrucción del tubo de salida puede originar problemas y
solucionarlos suele ser una tarea complicada, que además requiere vaciar el estanque. Una malla
de media pulgada de abertura o una rejilla simple puede ser suficiente para este propósito.
8. Vertedero de seguridad
Esta estructura tiene como finalidad asegurar un nivel máximo de agua dentro del estanque y
evitar su desborde por sobre los muros, lo que en algunos casos causaría la erosión y el colapso
del estanque. El vertedero debe estar emplazado en el coronamiento del estanque. En caso de
ingresar mucho agua más allá del nivel máximo del estanque, el exceso es evacuado por un
canal lateral. El caudal de diseño del vertedero y su canal de desagüe dependen de la ubicación
de estanque en el sistema de riego. En general hay que prever el desagüe de un caudal igual al
caudal máximo del canal de entrada. Para atajados se sugiere cuatro veces el caudal previsto para
el ingreso para tomar en cuenta probables escorrentías superficiales no controladas en períodos
de lluvias torrenciales (Tammes et al, 2000). Para evitar la erosión de las paredes del estanque
por la energía del agua que sale del mismo, se prevé una protección de salida con hormigón o
pedraplén.
Es recomendable disipar la energía del agua que sale del tubo de salida mediante una cámara
que a la vez puede servir como lavandería, abrevadero y/o para el aseo personal. El disipador de
energía puede combinarse con la cámara de la válvula.
165
13.2 Diseño hidráulico
Para el diseño de un estanque acumulador se debe considerar también el volumen libre y que
corresponde al bordo libre del estanque. Su objetivo es proteger la estructura de la acción de
olas que se forman por el viento. Su magnitud está en función del tipo de estanque, del material
con que fue construido y de la superficie del espejo de agua. En general se recomienda un bordo
libre de 0.30 a 0.50 m1. También se debe sumar el volumen muerto o de aguas muertas Vm,
correspondiente al agua almacenada que se encuentra bajo la cota del tubo de salida y cuyo
objetivo es el de permitir la acumulación de sedimento sin obstruir el tubo de salida. En estanques
con entrada de agua turbia, se recomienda dejar una altura de 30 cm para las aguas muertas. El
volumen total V del estanque es entonces:
V = Vu + Vl + Vm
Una vez definido el volumen total requerido, un estudio de la topografía del terreno donde se ubicará
el estanque demostrará su factibilidad técnica y las mejores opciones para su configuración. En el
terreno se definen las posibles medidas del estanque, haciendo iteraciones con las dimensiones
de los lados L1, L2 y la altura H hasta obtener el volumen total, que en el caso de un estanque en
forma de pirámide truncada invertida se calcula con la expresión:
Esta misma expresión puede utilizarse para graduar la regla con la que se medirá el volumen del
agua almacenada.
1 Martínez B., (2003) recomienda un bordo libre de 10 a 15 cm en estanques pequeños con revestimiento. En estanques
grandes, con revestimiento de sus paredes el bordo libre debe ser entre 30 y 50 cm. En estanques de tierra sin protección, el
bordo libre varía entre 60 y 90 cm.
166 Q = C∙L∙h3/2
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Q= caudal [m3/s]
C= coeficiente del tipo de vertedero; para vertederos rectangulares se usa el valor de 1 .7
L= longitud de cresta del vertedero [m]
h = carga sobre el vertedero (espesor del chorro medido sobre la cresta) [m]
En estanques de tierra, el talud aguas adentro debe ser 2:1. El talud aguas afuera debe ser 2.5:1
en estanques sin revestir y de 1.5:1 a 2:1 en estanques con algún revestimiento. En estanques tipo
australiano con paredes de hormigón, los taludes y espesores del muro se calculan verificando su
estabilidad como muros de sostenimiento (Anexo B).
La compactación de los muros se hace con suelo húmedo para obtener mejores resultados. En
el caso de usar revestimiento con geomembrana es importante que durante la compactación se
eliminen todos los desechos, como piedras y restos de palos que pudieran romper el revestimiento.
Para proyectar muros de altura mayor a 4 m se recomienda determinar los taludes de aguas arriba
y aguas abajo sobre la base de la clasificación obtenida de la naturaleza de los materiales que
se utilizarán en la construcción de los terraplenes, así como su homogeneidad, considerando que
estos embalses están sujetos a vaciados rápidos. Para estos muros de embalses, también se
recomienda verificar su estabilidad mediante el método de Terzaghi - Peck (1973) u otro método
similar.
b = 0.8 + 0.5 H
b = ancho de la corona [m]
H = altura de la pared [m]
Aparte del cálculo teórico, para establecer el ancho del coronamiento se tomará en cuenta el 167
método de construcción y las características de la maquinaria que se utilizará para la construcción
13.3.4 Revestimiento
El revestimiento otorga impermeabilidad a la estructura. Puede ser de mampostería de ladrillo,
mampostería de piedra, hormigón ciclópeo, hormigón armado o material sintético. También se
construyen estanques sin revestimiento en lugares donde el material de relleno y excavación
contenga una mezcla de arcilla con arena gruesa o grava. En estos casos la impermeabilidad del
estanque aumenta conforme el material de sedimentación va colmatando los conductos naturales
de filtración.
Las láminas flexibles están compuestas por materiales sintéticos como el cloruro de polivinilo (PVC),
su espesor varía entre 0.8 y 3 mm. Conviene emplazarlas en la parte inferior del revestimiento
uniendo dos paños de hormigón. Recomendaciones más detalladas sobre el tratamiento de juntas
en estructuras de hormigón se encuentran en la norma ACI-504 del American Concrete Institute.
La lámina de PVC viene en espesores de 0.5, 0.8, 1.0 y 1.2 mm. Tiene un mayor costo unitario que
el PEAD pero es más flexible y fácil de trabajar; además admite reparaciones mediante ‘parches’
localizados en la zona dañada, lo que reduce el costo de mantenimiento. Su desventaja mayor
aparte del costo y el peso, es el rápido envejecimiento al sol si no contiene aditivo anti-UV. Se
dice que una lámina de PVC en condiciones normales dura un año por cada décima de milímetro
de espesor. Debe tenerse en cuenta que en la zona andina los valores de la radiación UV son
elevados y que por ello los materiales plásticos son más propensos a degradarse. En todo caso,
siendo ésta una técnica en actual evolución, convendrá verificar con el fabricante las propiedades
de cada producto en particular.
• Menor durabilidad.
• Mayor costo de mantenimiento.
13.3.8 Seguridad
Es indispensable proteger el estanque contra el ingreso de personas ajenas y animales que pueden
caer en él con el riesgo de ahogarse. Además de correr riesgos, personas y animales pueden
dañar los terraplenes. Por ello, se instala una cerca perimetral de protección a unos metros de
distancia del pie del terraplén exterior, encerrando también la llave de paso. Dentro del estanque,
se coloca una escalera metálica empotrada para la entrada y salida de personas. En los estanques
con disipador escalonado, éste puede cumplir esta función.
170
Obras de Riego para Zonas Montañosas
MEDIDORES DE CAUDAL
De igual manera es conveniente medir los caudales de agua en la salida de un embalse con el
fin de poder entregar a los usuarios el caudal determinado y, sobre todo, evitar que se entreguen
caudales mayores a los definidos, para no poner en riesgo la disponibilidad de agua en largadas
posteriores. En otros países, también se instalan medidores para estimar los volúmenes de agua
usados por los usuarios, con fines de cobranza, o para determinar las láminas óptimas con relación
a la producción agrícola.
En resumen, los objetivos comunes para medir el flujo de agua en los sistemas de riego andino,
son:
Eventualmente puede requerirse la medición de caudales para otros objetivos (por ejemplo detectar
y cuantificar pérdidas de agua a lo largo de un canal), para lo que pueden instalarse aforadores en
puntos estratégicos del canal o recurrirse al uso de aforadores portátiles.
Los medidores pueden funcionar bajo condiciones de flujo libre (modular) o sumergido (no-
modular):
• Bajo condiciones de flujo libre, el caudal no es afectado por las variaciones que pueden 173
ocurrir aguas abajo de la sección de control, de manera que puede determinarse el caudal
Para la selección de los tipos de medidores más adecuados para los sistemas de riego campesino,
puede indicarse que en los sistemas de montaña y autogestionados:
• Para facilitar el uso de los medidores por parte de usuarios sin capacitación técnica, se
aconseja que los medidores siempre funcionen bajo condiciones de flujo libre. Así, se precisa
leer una sola regla limnimétrica.
• Casi siempre hay una gran variación en los caudales que en el transcurso del tiempo pasan
por el canal. A consecuencia, los medidores deben medir un rango amplio de caudales,
lo que limita la selección a medidores tipo vertederos por su mayor sensibilidad (sección
14.2.1). Medidores tipo orificio generarían fluctuaciones exageradas en el tirante aguas
arriba del medidor.
Los medidores tipo vertedero que cumplen con estas condiciones, en general cuentan con los
siguientes componentes:
1. Canal de aproximación
El canal de aproximación es necesario para generar las condiciones de flujo normal y simétrico
y desarrollar una superficie de agua tranquila cuya elevación puede determinarse con exactitud.
Para la ubicación adecuada de los medidores, se prescriben los siguientes aspectos hidráulicos1:
• Aguas arriba del aforador, el canal debe ser recto y poseer una sección transversal
razonablemente uniforme en una longitud igual a:
- 10 veces el ancho de la sección de control, si el ancho de la sección de control es mayor
que 50% del ancho del canal de aproximación.
• El número de Froude no debe ser superior a 0.5, en una distancia de al menos 30 veces y1,
aguas arriba del aforador. Siempre que sea posible se debe reducir el número de Froude a
0.2. En muchos canales en zona montañosa no existen estas condiciones de flujo, por lo que
se las tiene que generar mediante una reducción local de pendiente. Esto significa construir
una caída con colchón disipador en el canal de entrada a una distancia de al menos 30
veces el tirante máximo.
• Debe evitarse la sedimentación aguas arriba de la obra, por lo que debe disponerse de
suficiente altura de carga en el tramo de canal elegido.
2. Transición de entrada
Es el tramo entre la sección normal del canal y la sección más estrecha de control. El estrechamiento
puede consistir en la elevación de la solera, la contracción de las paredes o ambos. La función
de la transición de entrada es generar una aceleración tranquila del flujo al inicio de la sección
de control, por lo que debe tener un desarrollo gradual, con un ángulo recomendado de 22.5°. La
transición se construye con superficies planas.
3. Sección de control
Transporte Transporte
Qmax ó
Tipo Límite modular de de
Qmax
De Qmin Qmin/ (y2/y1) ó perdida dólidos material
Croquis m3/s ó
Resalto m3/s Qmax de carga en de
m2/s
suspensión arrastre
Cresta q = 5.07
+/- --
Ancha H1=2.0 m 35
0.0064 0.66 a 0.38
Perdida de
Cresta
0.00997 q = 0.813 24.5 -- --
Delgada Carga
Si
Rectangular H1+0.05 m
b>1.2
Perdida de
Cresta
0.0008 Q = 0.39 >> 500 carga -- --
delgada
> H1
triangular
Perdida de
Q=0.0082
Cresta q = 0.864 36.4 carga -- --
b=0.30 m
Delgada H1+0.05
Ciclopetti
175
Con garganta Depende de
0.0066
En los sistemas de riego autogestionados, los medidores deben diseñarse para condiciones de
flujo libre, porque solo requieren la lectura del nivel de agua aguas arriba del medidor. Significa
que la relación y2/y1 debe mantenerse debajo del limite de sumersión. Se considera que en la
gran mayoría de los sistemas la mayor pérdida de carga necesaria para mantener el flujo libre, no
genera un impedimento en vista de las condiciones topográficas de la zona andina.
(14.1)
Q = caudal [m3/s]
B = ancho de la sección de control [m]
y1 = tirante de agua, aguas arriba de la cresta [m]
u = exponente: para sección rectangular u=1.5; para trapecial u =1.7 - 2.3; para triangular
u = 2.5.
C = constante, vertederos de cresta ancha, c=1.7; vertederos de cresta delgada, si flujo
separa de la cresta, c=1.9; vertederos con cresta redondeada, si flujo no separa, c=2.1
La transición y el canal de salida son una parte integral del diseño de un aforador. El diseño de la
transición es importante solo en caso de que se requiera recuperar una parte de la energía cinética
en energía potencial (tirante de agua), por ejemplo con la finalidad de no disminuir el área por
regarse después del aforador. Para la recuperación máxima se aplican transiciones de 6:1 en vista
de la alta velocidad del flujo a la salida del medidor.
En cuanto al canal de salida, hay que asegurar que rija una altura de agua tal que el aforador
funcione con flujo libre, por lo que el grado de sumersión debe quedar debajo del límite modular.
En caso que no existan problemas para perder altura de carga, se recomienda construir una caída
vertical o inclinada directamente después de la sección de control. El impacto de la energía del
176 agua sobre el fondo del canal de salida, debe disminuirse con un disipador de energía (Capítulo 9,
Caídas). En caso de canales de tierra debe revestirse el canal sobre una longitud de por lo menos
Obras de Riego para Zonas Montañosas
1.5 m.
En los aforadores que funcionan bajo condiciones de flujo libre, se coloca una escala limnimétrica
graduada aguas arriba de la sección de control. En la escala se mide la diferencia de altura entre
la superficie del agua y la solera de la sección de control. Se recomienda marcar las escalas en
litros por segundo, porque facilita el uso y control por parte de los regantes.
La regla se coloca a una distancia suficiente de la sección de control donde el nivel del agua aun
no sufre efecto de la aceleración del flujo, pero tampoco muy lejos para evitar que la pérdida de
carga por fricción tenga influencia en la medición. Se recomienda emplazarla una distancia de 2 a
4 veces el tirante máximo, aguas arriba de la transición. La distancia entre la escala y la sección
de control es parte del diseño hidráulico del aforador.
En canales de tierra, las reglas pueden montarse verticalmente sobre un soporte que se coloca en
el mismo cauce. En los canales revestidos de hormigón, se las coloca directamente sobre el bordo
del canal. Si el bordo es inclinado, hay que corregir la longitud indicada sobre la escala según la
inclinación de la pared.
En lugares donde existe un flujo con superficie ondulante, puede instalarse un pozo remansador,
conectado con el canal mediante un pequeño tubo. El tubo del pozo requiere una limpieza regular,
sobre todo cuando se conduce agua con sedimentos.
En canales donde se quiere tener mediciones continuas del caudal, se instala un limnígrafo
automático, por ejemplo para posteriormente calcular volúmenes de salida de una presa.
Los aforadores de la zona de riego se usan principalmente para fijar el reparto en varios caudales
de distribución, que se dirigen hacia dos o más sectores / usuarios. En tales casos no se precisan
mediciones exactas, sino equidad en la relación entre los caudales de salida. La exactitud es un
tema de mayor importancia en las tomas directas de un canal principal. Demasías en los caudales 177
de salida afectarían negativamente en la disponibilidad de agua para los canales inferiores.
El costo de las obras de medición debe ser relativamente bajo. Sin embargo, debe considerarse
que en los puntos de distribución el uso de un buen aforador puede disminuir considerablemente
los costos de operación, por dar una respuesta inmediata en cuanto a la justa distribución o
separación de flujos.
Gama de caudales
En la zona montañosa de Bolivia la mayoría de los sistemas que conducen una gama amplia de
caudales a lo largo del año, con fluctuaciones entre 15 y 400 l/s. En los sistemas con grandes
fluctuaciones de caudal, solo se instalan vertederos. En sistemas con caudales muy variados,
debe considerarse con cuidado el tema de la sumersión.
Pérdida de carga
Los vertederos de cresta ancha precisan una mínima pérdida de carga para funcionar de forma
modular. Los vertederos de cresta delgada necesitan una mayor pérdida de carga. La posibilidad
de pérdida de carga depende de la topografía y el emplazamiento vertical del canal en el que se
instala el aforador. En la mayoría de los casos, los sistemas de montaña no presentan límites en
cuanto a pérdida de carga. Además, los tirantes en los canales no son muy grandes, por lo que la
máxima pérdida, igual al tirante del agua sobre la sección de control, no sobrepasará el 0.50 m. En
los casos excepcionales donde la pérdida de carga es una restricción, se elige una estructura con
un límite modular elevado y se diseñan transiciones graduales.
El tema del mantenimiento se limita a la limpieza regular del canal de aproximación y la sección
de control. Es aconsejable elegir aforadores que tengan requerimientos de limpieza mínimos y
en cuyas mediciones la falta de limpieza no tenga influencia mayor. De igual forma, la estructura
debe ser robusta para evitar daños en la sección de control. A los regantes hay que instruir que
regularmente controlen la integridad de la construcción, para evitar que pequeños daños generen
errores en las mediciones.
En el caso de limnígrafos automáticos, deben seguirse las instrucciones del fabricante del aparato.
Si bien no suelen requerir acciones complejas, hay que ver si la organización de usuarios tiene la
capacidad de mantenerlos funcionando.
Facilidad de construcción
Es tal vez una de las consideraciones más importantes, en vista de la limitada capacidad local
para construir obras de precisión. Es aconsejable diseñar estructuras sencillas, sin componentes
complejos. Preferiblemente son estructuras de hormigón. En caso de usarse partes metálicas,
éstas deben ser de formas y dimensiones elementales y no requerir destrezas especiales en su
fabricación.
178 Deben seleccionarse aforadores que se puedan calibrar después de la construcción, basándose en
sus dimensiones resultantes, que suelen no coincidir completamente con las medidas de diseño.
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Potencial vandálico
También por los problemas de vandalismo, el medidor debe ser robusto y preferiblemente no
contar con elementos móviles. En caso de limnígrafos automáticos, estos deben colocarse en
cajas aseguradas.
Las condiciones principales para medir los flujos en los canales principales y después de las
cámaras de distribución (distribución de caudales del mismo orden) son:
Para estas condiciones, los aforadores más aptos son los medidores de contracción de pared,
preferiblemente en combinación con una caída después de la sección de control.
Sus desventajas:
En Bolivia existe una amplia aceptación del medidor tipo RBC, que es otro tipo de medidor vertedero
de cresta ancha. A diferencia de los medidores de contracción lateral, tienen una contracción de
solera, creada por la construcción de un resalto. Sobre el resalto se genera el aumento de la
velocidad, que permite establecer una relación única entre el nivel del agua en el punto de la
escala limnimétrica y el caudal.
El RBC tiene en gran parte las mismas ventajas que el medidor de contracción de paredes: es
fácil de diseñar, fácil de construir y fácil de calibrar después de la construcción sobre las base de
las dimensiones reales. Una desventaja con relación al vertedero de contracción de paredes es la
acumulación de sedimentos y piedras en el canal de aproximación, lo que afecta las mediciones
del caudal. La otra desventaja es que aguas arriba del medidor suele detenerse agua a causa del
frecuente atascamiento de los tubos de desagüe.
Después de las tomas directas, las principales condiciones para la medición del caudal son:
180 • El objetivo de la medición es el de entregar un caudal determinado al canal de derivación.
• Se requiere una buena exactitud en la medición, para evitar el reparto de agua demás, lo
que afectaría la disponibilidad de agua para los usuarios en los sectores inferiores.
Obras de Riego para Zonas Montañosas
• Los caudales por medirse son más pequeños; oscilan entre 3 y 25 l/s.
• Se ubican al inicio de canales secundarios, que suelen estar en dirección de la pendiente,
por lo que no hay problemas de pérdidas de carga.
• Se combinan con una estructura de salida de poca sensibilidad, lo que genera pocas
fluctuaciones en el caudal.
• El agua suele contener una alta carga de sólidos en suspensión, pero poco arrastre de fondo
y no lleva material flotante.
Los aforadores más aptos para las tomas directas son los vertederos de cresta delgada (triangulares
o Cipoletti).
Sus ventajas:
Sus desventajas:
Actualmente existen programas computacionales que calculan todos los elementos hidráulicos de
los aforadores y producen como resultado las dimensiones del aforador y la calibración de su escala.
Estos programas permiten que el diseñador proyecte un aforador de acuerdo con las condiciones
que afronta en el sistema en cuestión. Además, permiten calibrar la estructura, conociéndose sus
medidas exactas después de la construcción. Los posibles errores de calibración ascienden a solo
3% de la medición.
Para el diseño de los vertederos de cresta larga como los de contracción de paredes, se aconseja
el uso del programa WINFLUME. El programa permite la entrada de todos los datos necesarios
para el diseño: caudales por medirse, grado de exactitud, sección y pendiente del canal de
aproximación, alto del resalto o ancho de estrangulamiento, ángulo de aproximación y de salida,
etc. Calcula los medidores según los datos introducidos y da sugerencias para mejorar su diseño.
• La ubicación del vertedero debe adecuarse al cumplimiento de las condiciones del flujo de
aproximación. Si se instala un aforador en un canal existente, a veces debe adecuarse el
diseño del canal a estas condiciones, lo que generalmente implica construir una caída con
colchón disipador para reducir la pendiente de aproximación.
• Las superficies de las contracciones deben ser rectas y lisas, para evitar rozamientos
mayores.
• En caso de contracciones angulosas, se recomienda instalar ángulos de acero en las
esquinas de la pared, para disminuir problemas de desgaste por material flotante o abuso
de la estructura.
En cuanto a la construcción de los vertederos de cresta delgada, hay que tomar en cuenta que:
• La ubicación del vertedero debe adecuarse al cumplimiento de las condiciones del flujo de
aproximación.
• En el caso de los vertederos Cipoletti la superficie de la tabla metálica debe estar horizontal.
En caso de vertederos triangulares el bisector del ángulo debe ser vertical.
• La tabla se empotra en las paredes laterales del canal de aproximación.
• La superficie de la tabla metálica debe tener un grosor de 1 a 2 mm para evitar que el flujo se
pegue a la tabla. Si la tabla es más gruesa, en su límite superior hay que reducir su grosor,
al lado aguas abajo, hasta las medidas indicadas.
15
183
DESARENADORES
La presencia de abundante material sólido en el agua de riego es una de las principales características
de los sistemas de montaña. Tiene relación directa con la gran susceptibilidad a la erosión de los
suelos andinos por la confluencia de factores como precipitaciones de alta intensidad, pendientes
de terreno pronunciadas y sostenidas y la falta de cobertura vegetal. En consecuencia, el agua
que escurre superficialmente lleva partículas sólidas a los ríos. Estos erosionan sus orillas y fondo
184 y transportan este material hacia abajo. Este procedimiento es tanto más intenso cuanto mayor
es la gradiente. El diámetro del material sólido arrastrado es aproximadamente proporcional a la
Obras de Riego para Zonas Montañosas
sexta potencia de la velocidad del agua. El transporte de sedimentos es un proceso complejo, para
simplificar su estudio se han dividido los sólidos, de cierta forma arbitraria, en sólidos que ruedan
por el fondo y en sólidos en suspensión. Mientras que en ríos de llanura los arrastres de fondo
generalmente no llegan al 10% de los suspendidos, en ríos de montaña pueden acercarse al 50%
del total (Krochin, 1978).
La cantidad de sedimentos que pasa por unidad de tiempo se llama caudal sólido. Los sólidos
presentes en ríos de montaña son grandes en tamaño como en todo flujo que escurre en las
cabeceras de una cuenca. Las cantidades de material sólido llevados por un río se miden ya sea
en m3/año por km2 de cuenca, en gramos por m3 de agua o en porcentaje del caudal. La última
forma conviene más a los fines del cálculo de una obra de decantación. Para ríos que se originan
en las montañas, un valor típico para una creciente puede ser 4% a 6% en volumen del caudal.
El desarenador más importante de un sistema de riego se ubica entre la obra de toma y el inicio
del canal principal. La capacidad de transporte del canal aguas abajo del desarenador debería ser
constante para garantizar la no-decantación del material sólido que logra pasar hacia el canal. La
mejor aproximación numérica para asegurar la conducción del material de arrastre es:
2. Cámara de sedimentación
Es donde por aumento de la sección se logra una disminución de la velocidad del flujo, que hace
que las partículas sólidas se precipiten al fondo. La forma de la sección transversal puede ser
cualquiera aunque generalmente se escoge la trapecial por ser más eficiente y económica ya que
concentra el material decantado en el centro, facilitando el trabajo de limpieza. La pendiente del
fondo debe estar entre 2% y 6% para facilitar la evacuación de los materiales depositados.
3. Vertedero
Se construye al final de la cámara de sedimentación para captar el agua limpia de las capas
superiores y entregarla al canal. La velocidad del flujo a través del vertedero debe ser también
limitada (hasta 1 m/s es aceptable) para no provocar turbulencia en la cámara de sedimentación.
Para esa velocidad, la altura del agua sobre la cresta del vertedero no debería sobrepasar los
25 cm. Cuando la profundidad de la cámara de sedimentación es mayor que la del canal puede
simplificarse el diseño simplemente disponiendo un escalón al final de la cámara de sedimentación,
hasta alcanzar el nivel de solera del canal de salida.
4. Compuerta de fondo
Normalmente, los desarenadores también incluyen una compuerta de lavado y un canal directo
por el cual se da servicio mientras se lava el desarenador abriendo la compuerta.
5. Vertedero de excedencias
El desarenador no puede funcionar con exceso de agua y turbulencias provocadas por el ingreso de
un caudal superior al previsto en su diseño. El vertedero de excedencias puede construirse antes
de la transición de entrada o se puede usar una de las paredes de la cámara de sedimentación
como vertedero, descargando el caudal de exceso a un canal paralelo que conduzca de manera
controlada el flujo que rebalse la capacidad de la cámara de sedimentación. La estructura combinada
desarenador-vertedero de excedencias es práctica cuando las condiciones topográficas aseguran
una descarga segura del caudal excedente.
Figura 15.4 Desarenador con vertedero que descarga hacia el cauce natural
Como dato se tiene el caudal de agua Q que viene de la toma o del canal. Para el diseño deben
tenerse en cuenta consideraciones como:
1 La clasificación de las partículas según su tamaño es arbitraria. Aquí se adopta una clasificación de sedimentos en embalses
extraída de PRONAR (2002).
188 En los sistemas andinos de riego es tal la carga de sedimentos en el agua que las expectativas de
eliminarlos no pueden ser muy ambiciosas teniendo en cuenta las limitaciones presupuestarias.
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Los valores de los ríos en Bolivia pueden ser superiores e inferiores, de acuerdo con las
características de las cuencas (topografía, geología, vegetación natural, intensidad de uso de
suelo, degradación de laderas, etc.).
Esta velocidad considerada como valor límite puede ser comparada con la ‘velocidad crítica’
conocida en las teorías del acarreo o sea del flujo de sólidos en suspensión. Según Camp,
esta velocidad crítica es:
Diámetro D Coeficiente a
D < 0.1 mm 51
0.1 mm < D < 1 mm 44
D > 1 mm 36
Para un diámetro de partícula de 1 mm, por ejemplo, la velocidad recomendada por este
criterio sería 36 cm/s ó 0.36 m/s.
D [mm] vs [cm/s]
0.05 0.178
0.10 0.692
0.15 1.560
0.20 2.160
0.25 2.700
0.30 3.240
0.35 3.780
0.40 4.320
0.45 4.860
0.50 5.400
0.55 5.940
0.60 6.480
0.70 7.320
0.80 8.070
1.00 9.440
2.00 15.290
3.00 19.250
5.00 24.900
Si por determinadas circunstancias se debe considerar al flujo como turbulento (Re > 2000),
la fórmula para calcular la velocidad de sedimentación en tales condiciones es la expresión de
Newton:
190
4
= ( 1)
3
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Velocidad de escurrimiento
K
(m/s)
0.20 1.25
0.30 1.50
0.50 2.00
el valor de K ha sido tomado de la tabla, interpolando entre los valores de 0.30 y 0.50 de
velocidad de flujo:
En desarenadores con compuerta de fondo, debe evitarse que la descarga pueda provocar
erosión a su paso hacia el cauce natural. Esa erosión normalmente perjudica también a la
propia estructura, comprometiendo su estabilidad.
En sistemas con captación directa de una fuente torrencial, como es el caso de los sistemas
que aprovechan el agua que eventualmente corre por una quebrada para embalsarla en
estanques o atajados, no tiene sentido práctico emplazar un desarenador inmediatamente
después de la toma. La cantidad de material sólido que ingresa es capaz de copar la capacidad
del desarenador en unas pocas horas. Es preferible en esos casos ahorrar en esa estructura
y considerar al canal en su primer tramo como una primera trampa del material sólido que
no debe ingresar en los estanques. Luego, antes de cada estanque deberá emplazarse un
pequeño desarenador cuya manutención podrá ser mejor realizada por el usuario o grupo de
usuarios que aprovechan ese estanque.
16
193
VERTEDEROS LATERALES
Aguas abajo de la obra de toma, particularmente cuando el agua es captada por gravedad de
los ríos.
En puntos intermedios del canal principal y de los secundarios, especialmente en canales con
gradientes elevadas y aguas abajo de quebradas que pueden aportar un caudal adicional.
Aguas arriba de estructuras que tienen una capacidad limitada de conducción como canales
tapados, acueductos, tuberías de conducción y sifones invertidos.
Aguas arriba de sectores riesgosos del canal, como un tramo construido sobre un relleno
elevado.
Aguas arriba de las bifurcaciones, si no existen medios para regular o bloquear el flujo hacia
los canales que siguen.
194 Figura 16.2. Vertedero lateral en perspectiva y en corte
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Aparte de vertederos laterales puede usarse vertederos - sifón para el desagüe de un caudal
excedente. Estas estructuras reaccionan más rápidamente a los incrementos de nivel de agua,
porque aprovechan la diferencia de altura entre el nivel de agua del canal y el nivel del dren. Los
vertederos comunes solamente reaccionan al nivel del agua sobre la cresta, pero son obras más
robustas y que no requieren un cuidado especial.
Los problemas del sifón son su mayor dificultad constructiva y la alta velocidad de salida del flujo
evacuado1, factor clave en el manejo de flujos de drenaje en zonas montañosas, muy susceptibles
a la erosión. Por ello, en lo que sigue solo se tratan los vertederos laterales.
1 La velocidad de salida de un sifón está gobernada por la expresión v=(2gh)0,5, es decir, para una altura de 1 m por ejemplo, la
velocidad alcanza aproximadamente los 4.5 m/s.
En algunos sistemas puede optarse por eliminar el bordo libre en algún acueducto con el objeto de 195
convertir sus paredes en vertederos laterales de gran capacidad. Sin embargo, hay que asegurar
Es posible aprovechar la estructura del vertedero para instalar una estructura de derivación total
del agua con la ayuda de una compuerta transversal y otra lateral. De esta forma el aliviadero
puede ser aprovechado para interrumpir el servicio en el sistema en caso de ser necesario, ya sea
para reparaciones o casos de emergencia.
1. Se calcula el tirante en el canal antes del vertedero. El tirante normal se determina dando
valores a yn1 hasta que coincidan los valores de las expresiones:
2. Se verifica el estado del flujo antes del vertedero. El tirante normal antes del vertedero debe
cumplir:
3. Se calcula el tirante en el canal luego del vertedero. El tirante normal se determina dando
valores a yn2 hasta que coincidan los valores de las expresiones:
4. Se verifica el régimen luego del vertedero. El tirante normal después del vertedero debe
cumplir:
6. Se calcula la altura de la cresta del vertedero. Para una determinada longitud L. la altura de la
cresta del vertedero se calcula mediante iteración, dándole valores a s hasta que se verifique
la igualdad:
7. Se calcula la longitud de la cresta. Si la incógnita es la longitud dada una cierta altura de cresta
s, el cálculo consiste en valorizar la expresión:
1. Se determina el tirante normal aguas arriba del vertedero dándole valores a yn1 hasta que la
expresión:
sea igual
5. El tirante en el comienzo del vertedero se consigue dándole valores a y1 hasta que se satisfaga
la ecuación de la energía entre los extremos del vertedero:
7. Si se hubiera elegido una altura de cresta s de 0.4478 m, el cálculo luego del paso 5 debiera
haber sido:
• Donde existen vertederos, muchas veces no se presta la atención suficiente a crear una
ruta segura de desagüe. Como suelen ser instalaciones en ladera, la insuficiente protección
del caudal de desagüe ocasiona procesos de erosión, que a menudo ponen en riesgo la
estabilidad del canal entero. En especial se observan deficiencias en el desagüe antes de
acueductos o sifones, donde el mínimo descuido en el trayecto de las excedencias puede
comprometer las fundaciones de las estructuras.
Figura 16.7 Vertedero tapado por usuarios para aumentar el caudal en el canal
17
201
PASOS DE QUEBRADAS
Los canales de riego en sistemas de montaña normalmente siguen el contorno de las laderas
y tienen que cruzar muchos drenes naturales como arroyos y quebradas que aportan agua al
el sistema. En la región andina, normalmente esa agua escurre con excesiva velocidad y lleva
una cantidad de material de arrastre en épocas durante las que la captación desde las fuentes
normales es más que suficiente. El agua excedente es una amenaza para la integridad de las
obras del sistema de riego. Por ello, en el riego de montaña se necesitan estructuras de drenaje
transversal, que conduzcan esas aguas por debajo o por encima del canal, con el fin de evitarle
daños al sistema.
Las paredes de confinamiento del ingreso guían el torrente hacia el punto de cruce y la base guía
al torrente al nivel de la losa sobre el canal.
1 Se adopta este nombre a falta de un término español estandarizado que defina lo que en inglés se conoce como superpassage.
202
Figura 17.2 Paso superior en perspectiva, en planta y en corte transversal
Obras de Riego para Zonas Montañosas
La losa sobre el canal protege a éste del torrente a la vez que puede funcionar como puente para
personas y animales de crianza. Debe ser calculada para esas solicitaciones además de su peso
propio y el material de arrastre que pueda depositarse encima. Es recomendable que la losa
mantenga una pendiente suficiente (del orden del 10% o igual a la del lecho del torrente natural)
descendiendo hacia aguas abajo, para evitar la disminución de la velocidad del torrente en ese
punto, lo que ocasionaría el depósito de material de arrastre sobre la losa. La Figura 17.3 muestra
un paso superior construido de troncos y ramas. Su operación misma le ha dado con el tiempo
una configuración continua respecto de la pendiente de la quebrada. Eso es lo que se espera de
un buen diseño de obra.
Las paredes y base de confinamiento del torrente que egresa, guían a éste en dirección y nivel
para entregarlo otra vez al cauce natural no sin antes disminuir su velocidad por medio de un
disipador a fin de disminuir sus efectos erosivos.
Adicionalmente a la estructura misma, en laderas que no cuentan con una quebrada bien definida
se excavan zanjas de coronación que concentran el agua hacia el paso superior, para evitar que
el agua entre en el canal en un lugar no deseado.
En general, los pasos superiores se diseñan para cruzar el flujo de cuencas pequeñas, las que se
definen como cuencas con un tiempo de concentración menor o igual a seis horas. Este tiempo de
recorrido del flujo, canalizado por una red de cauces definidos, se puede estimar con la fórmula:
(17.1)
Para calcular el caudal máximo de una cuenca pequeña se aplica el Método Racional:
(17.2)
Además, debe tenerse en cuenta que una obra de drenaje lateral como el paso superior, representa
un obstáculo puntual en el flujo del torrente, por lo general cambiando su pendiente a una menor
y provocando después un desnivel entre el agua que egresa de la estructura y el lecho del cauce
natural al que se devuelve el flujo. Este salto necesita ser disipado eficientemente para evitar
daños en la base de la estructura de confinamiento de egreso. La estructura de disipación más
recomendable es el colchón de agua, cuya profundidad y longitud pueden estimarse sobre la base
de los mismos criterios que se recomiendan para las estructuras de caída vertical (Capítulo 9).
Figura 17.4 Paso superior (visto desde aguas abajo) con disipador y encauce de salida
Los gaviones son otra solución económica y efectiva para guiar el flujo torrencial hasta el ingreso
y el egreso de la estructura de paso. También de gaviones puede construirse el colchón disipador.
Sin embargo hay que tener presente que la facilidad con que las piedras que arrastra el torrente
afectan el enmallado de alambre. No es recomendable recubrir el engavionado con una capa de
hormigón por cuanto se combinarían una estructura flexible (gavión) con una estructura rígida
(hormigón) haciendo esta última muy propensa a la rotura. Para mitigar el daño que provocan las
piedras sobre el alambre conviene cubrir las partes del engavionado más expuestas, atando al
enmallado, troncos, ramas, o hatos de paja que amortigüen y distribuyan la energía del impacto de
las piedras sobre la estructura. Esta solución es fácil y muy económica, pero requiere mantenimiento
regular por parte de los usuarios.
205
Figura 17.6 Paso superior con cauce de ingreso y de egreso parcialmente obstruidos
• Al construir un paso superior por encima de un canal cuyas paredes se elevan por encima
del terreno, se genera automáticamente una caída vertical al finalizar el paso superior. Hay
que construir una estructura de disipación que evite erosión de la ladera aguas abajo.
Debido a que el diámetro de la alcantarilla con relación al ancho del cauce del torrente suele
ser reducido, se necesita una estructura de transición que disminuya los cambios de velocidad y
prevenga la erosión. Dependiendo del material del que se construya la estructura de transición, se
fija la velocidad admisible a través de la tubería.
En laderas con saturación de agua y/o un flujo de drenaje interno perpendicular al canal, en caso
de canales revestidos o de hormigón, se recomienda aplicar un sistema de drenaje por debajo
del canal para permitir la salida libre del agua y así evitar que la presión hidrostática empuje las
paredes del canal. El drenaje se logra construyendo el canal encima de una cama de piedras (a
la manera de una vía férrea sobre material de balasto) o colocando, a distancias regulares, tubos
por debajo del canal.
La alcantarilla es una estructura compatible con el vertedero lateral. Ambas estructuras deben
descargar de manera segura y controlada, caudales no deseados para el sistema de riego. La
Figura 17.11 muestra una configuración de este tipo.
tubos de diámetro menor, porque los tubos grandes facilitan la limpieza y el mantenimiento.
Para elegir el diámetro de las tuberías, hay que tener en cuenta la velocidad del flujo permisible a
la salida, que depende del tipo de transición. La velocidad admisible para transiciones de tierra es
1.0 m/s y para transición de hormigón 1.5 m/s. Usando estos valores, se determinan los caudales
de paso para tuberías de distinto diámetro, resumidos en la Tabla 17.1.
Tabla 17.1 Caudales de paso para tubos de distinto diámetro (Villón, 2000)
Transición de Transición de
tierra hormigón Diámetro de la tubería
vmax= 1.06 vmax = 1.52
Caudal [m3/s] Caudal [m3/s] Pulgadas Centímetros
0.00 - 0.07 0.00 - 0.11 12 30.4
0.07 - 0.12 0.11 - 0.17 15 31.8
0.12 - 0.17 0.17 - 0.25 18 45.7
0.17 - 0.23 0.25 - 0.34 21 53.3
0.23 - 0.31 0.34 - 0.44 24 60.9
0.31 - 0.39 0.44 - 0.56 27 68.5
0.39 - 0.48 0.56 - 0.69 30 76.2
0.48 - 0.59 0.69 - 0.84 33 83.8
0.59 - 0.70 0.84 - 1.00 36 91.4
0.70 - 0.82 1.00 - 1.17 39 99.0
0.82 - 0.95 1.17 - 1.36 42 106.6
0.95 - 1.09 1.36 - 1.56 45 114.3
1.09 - 1.24 1.56 - 1.77 48 121.9
1.24 - 1.40 1.77 - 2.00 51 137.1
1.40 - 1.57 2.00 - 2.25 54 144.7
1.57 - 1.75 2.25 - 2.51 57 152.4
1.75 - 1.94 2.51 - 2.78 60 160.0
1.94 - 2.14 63 167.6
2.14 - 2.35 66 175.2
2.35 - 2.57 69 182.8
(17.4)
Además debe fijarse la altura de agua permisible a la entrada, que es igual al diámetro del tubo
más una y media veces la altura de velocidad en la alcantarilla:
209
Se recomienda darle a la alcantarilla la misma pendiente que el cauce natural del torrente. En
ningún caso esta pendiente deberá ser inferior a 5 por mil, para garantizar su autolimpieza.
Normalmente se exige que la cama de asiento sea rellenada con material seleccionado compresible
fino, tal como arcilla limosa o greda y compactado en capas que no excedan los 15 cm de espesor.
Cuando se deban colocar tubos con uniones tipo espiga-campana, se dejarán hendiduras en el
material de fundación, de un ancho suficiente para acomodar la cabeza (campana) del tubo. La
compactación del relleno lateral debe ser efectuada en forma simultánea a ambos lados del tubo.
La protección del encamado contra la acción erosiva del torrente está a cargo de los cabezales,
normalmente construidos de mampostería de piedra o de hormigón ciclópeo. En la mampostería
de piedra debe cuidarse que las piedras tengan un diámetro medio de 30 cm, que las piedras
frontales sean labradas de modo que se obtengan líneas de asiento y juntas, que las superficies
de juntas en las piedras frontales formen un ángulo no inferior a 45° con las superficies de asiento
y tengan espesores no inferiores a 20 cm.
210
17.2.4 Situación que conviene evitar
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Cualquier tratamiento de manejo de aguas debe iniciarse en las cabeceras, para evitar que el agua
procedente de las partes altas se siga concentrando en la quebrada y ocasione la ampliación de la
misma. Los trabajos de manejo de aguas tienen el objetivo de reducir el escurrimiento superficial
del agua en las laderas, a través de zanjas de infiltración o de desviación (a base de piedras
o a base de callapos) y muros de piedra que también permitirán la retención del material en
arrastre. Estos se ubican de manera intercalada de acuerdo con la pendiente y las características
hidrológicas de la quebrada (PRONAR, 2002).
En la zanja misma, los trabajos tendrán por objeto disminuir la velocidad del agua mediante
diques transversales de contención, colocados en forma escalonada a lo largo de las quebradas.
Este sistema consiste en construir una secuencia de presas permeables en las gargantas de las
cuencas para propiciar la retención de sedimentos. Las presas no solo retienen los sedimentos,
sino que además reducen la pendiente promedio del cauce, disminuyendo considerablemente la
capacidad del torrente para transportar sedimentos y piedras de gran tamaño, como muestra la
Figura 17.14. Los diques pueden construirse de piedra, de gaviones, o de madera, tipo Krainer,
simples o dobles (PRONAR, 2002).
Figura 17.14 Estabilización de un torrente con presas escalonadas
211
Dadas las grandes cantidades de peñones depositados por los flujos torrenciales, se propone
aprovechar este material para hacer las presas de gaviones.
Figura 17.15 Presa de gaviones con disipador de energía para la corrección de torrentes
Cuando la obra de gaviones corresponda a un dique, los gaviones deben ser enterrados entre
0.25 y 0.6 metros y empotrados en los taludes laterales entre 0.4 y 0.6 metros, según el tipo
de suelo. Para aumentar la capacidad de retención de sedimentos, la cara aguas arriba de los
paralelepípedos se puede cubrir con un tipo de “malla de sombra” de polietileno (mínimo 80%
de cobertura) u otra de similar calidad. Para proteger la estructura de un eventual socavamiento,
se construye un pequeño terraplén en su parte posterior. Para evacuar la descarga, de acuerdo
con el caudal máximo estimado, y amortiguar el golpe de las aguas vertidas, se construye un
vertedero de sección trapezoidal o rectangular cuya longitud debe ser lo mayor posible para evitar
la concentración de energía en poco espacio, lo que le daría mayor capacidad de erosión al chorro
que cae luego de pasar sobre el vertedero. Si se tiene el cuidado de que la estructura esté bien
fundada, a una profundidad del orden de la propia caída, puede prescindirse de construir el colchón
disipador, porque éste se formará solo por la acción del agua hasta encontrar su propio equilibrio.
A
213
A, es el área transversal del flujo; que en el caso de una sección rectangular es igual a b
por y.
R, es el radio hidráulico, para una sección rectangular igual a:
1 Se considera el empleo del programa de hoja de cálculo: Microsoft EXCEL, incorporado en Microsoft Office Profesional Plus
2010 © Microsoft Corporation.
214 Figura A1. Hoja de cálculo para cálculo del tirante normal en un canal
Obras de Riego para Zonas Montañosas
La iteración automática
Figura A.2 Pantalla de la herramienta Buscar Objetivo para determinar el tirante normal
De manera similar al anterior, encontrar el valor de f, dados ε, D y Re, se reduce a ir probando con
distintos valores de f hasta que ambos términos de la ecuación, cada uno en una celda, adopten
valores muy parecidos. La herramienta Buscar Objetivo automatiza la iteración, poniendo a la
casilla diferencia (entre uno y otro término) como celda objetivo que debe llegar a cero, cambiando
la celda donde está el valor de f.
B
215
MUROS DE SOSTENIMIENTO
B.1 Descripción
Los muros de sostenimiento son elementos constructivos para contener un terreno natural o un
relleno artificial.
El emplazamiento de estructuras como los canales de riego y otras estructuras hidráulicas, sobre
terrenos de gran pendiente y sin capacidad de autosoporte, hace necesaria la inclusión de muros
de sostenimiento para proteger y garantizar su estabilidad. Por otra parte, existen en los sistemas
de riego, estructuras cuyos elementos son desde ya muros de sostenimiento. Tal es el caso de
las caídas verticales e inclinadas, los estanques de almacenamiento de agua, las paredes de un
canal excavado o que soportan un relleno y otras. Cuando estas estructuras se emplazan sobre
terreno excavado alterando su condición natural de equilibrio, actúan soportando las presiones
ejercidas por el terreno alterado. En otros casos, los muros se construyen para prevenir futuros
deslizamientos de terreno que aunque no ha sido alterado, es inestable por sí.
Son muros de mampostería (de piedra o ladrillo), gaviones, hormigón simple u hormigón ciclópeo
en los que la capacidad de contención se consigue con el peso propio del muro. Su comportamiento
ante los empujes del terreno es similar al de una presa de gravedad ante el empuje del agua. La
gran disponibilidad de piedra para mampostería o para hormigón ciclópeo que existe en la zona
andina, hace que este tipo de muro sea el más económico aunque su altura esté limitada hasta
unos tres o cuatro metros.
Se denomina empuje activo al que ejerce el material contenido por el muro contra el trasdós,
tratando de alcanzar su estado natural de reposo, esto es, formando cierto ángulo con la horizontal.
Ese ángulo está relacionado con f, el ángulo de fricción interna del material. Se denomina empuje
pasivo al que ejerce el terreno contra el muro como reacción ante una presión ejercida por el muro
contra el terreno. Esto se da por ejemplo, cuando el muro es desplazado por el empuje activo y el
terreno en el intradós se opone a ese desplazamiento. Es preferible no considerar en los cálculos
el aporte del empuje pasivo, para no contar con una ayuda que puede ser modificada por el
tiempo, los factores naturales o bien por el hombre.
La magnitud de esas presiones fue determinada por Rankine y Coulomb, entre otros partiendo
del concepto que, al igual que los líquidos, la presión ejercida por una masa granular de peso
específico y aumenta linealmente con la profundidad, pero es atenuada por la fricción interna del
material y por la fricción entre el material y el muro.
Ka . g . h
218
Obras de Riego para Zonas Montañosas
(B.1)
El coeficiente del empuje activo Ka tiene en cuenta el ángulo de fricción interna del suelo Φ,
además del rozamiento entre el suelo y muro δ, la inclinación del trasdós α2 y del relleno β.
Cuando sobre el terreno actúa una sobrecarga s [kg/m2] se asimila la sobrecarga a una capa
equivalente del mismo terreno con peso unitario g con una altura de:
(B.2)
hs = altura virtual de relleno que ejerce sobre el muro la misma presión que la sobrecarga [m]
s = sobrecarga [kg/m2]
α2 = ángulo que forma el trasdós con la horizontal
β = ángulo que forma el relleno con la horizontal
(B.3)
(B.4)
Para tener en cuenta el efecto del agua cuando se infiltra, se debe agregar a la presión del terreno
seco, la presión hidrostática del agua que se acumulará hasta una altura Ha desde la base del
muro. En ese caso, el peso específico del relleno por debajo del nivel de agua deviene en peso
específico sumergido gs y el empuje activo tomará el valor de:
Procedimiento de cálculo
1. Teniendo los datos del tipo de relleno, su inclinación β y la sobrecarga s que soportará,
se determinan los valores correspondientes de peso específico ɣr seco, peso específico
sumergido ɣs y ángulo de fricción interna.1
Tabla B.1: Peso específico y ángulo de fricción interna para distintos materiales
ɣr [kg/m3] ɣs [kg/m3]
Clase de relleno 1
(seco) (sumergido)
Gravas 1600 – 2000 960 – 1280 35° – 50°
Arenas gruesas y medias 1680 – 2100 960 – 1280 33° – 45°
Arenas finas y limosas 1760 – 2160 960 – 1280 27° – 34°
Limo inorgánico 1700 – 2000 960 – 1280 27° – 35°
1 El rango de valores para cada material abarca desde su estado suelto (menor valor de f ) hasta su estado denso o compacto
(Mayor valor de f ).
220 las dimensiones ℓ1, ℓ2, ℓ3, ℓ4, ℓ5, y ℓ6. Se elige el material del que estará construido el muro,
al que le corresponde un peso específico de ɣm.
Obras de Riego para Zonas Montañosas
5. Se calculan las longitudes ℓ7, ℓ8, ℓ9, ℓ10, ℓ11 y las coordenadas del punto de aplicación del
empuje activo sobre el trasdós.
Tabla B.2 Cálculo de longitudes de los componentes de un muro de sostenimiento 221
ℓ7
ℓ8
ℓ9
XE
ℓ10
ℓ11
ℓ12
ℓ13
6. Se calculan el área transversal y peso del muro y de la porción de relleno que descansa
sobre el muro, las distancias horizontales desde el punto O a sus centros de gravedad y
el Momento que ejercen los pesos de muro y relleno respecto de ese punto. Para ello se
dividen las áreas transversales de muro y relleno en varios segmentos de fácil cálculo.
222 Figura B.7 Segmentos para el cálculo de pesos, distancias y momentos
Obras de Riego para Zonas Montañosas
Momento Mio
Segmento Peso Pi [kg] Distancia Xi [m]
[kgm]
9
223
10
12
13
La tabla siguiente da valores del coeficiente de rozamiento para varios tipos de relleno:
Tipo d e r e l l e n o µ
Roca sana con superficie rugosa 0.6
Arena o grava sin partículas finas, altamente permeable 0.5 a 0.6
Arena o grava con mezcla de limo, baja permeabilidad 0.4 a 0.5
Arena limosa, arena y grava con alto contenido de arcilla 0.3 a 0.4
Arcilla media o rígida 0.2 a 0.4
Arcilla blanda, limo 0.2 a 0.3
La relación entre la componente horizontal del empuje activo, que es la fuerza que trata de
desplazar el muro, y la fuerza de rozamiento F que accionan el peso P y la componente
vertical del Empuje activo Eav, debe ser:
Si esta condición no se verifica, debe aumentarse las dimensiones del muro para lograr
mayor peso y consiguiente fuerza de rozamiento.
para que la resultante de empujes y pesos pase por el tercio central de la base y en
consecuencia, toda la fundación esté comprimida.
La capacidad de soporte del terreno debe ser mayor a una y media veces la presión máxima
ejercida por la base del muro:
Ejemplo de cálculo
1. Peso específico, peso seco y peso sumergido están dados en los valores indicados.
2. Se toman los valores indicados.
3. Cálculo de Ka
225
5. Con la ayuda de la hoja de cálculo puede determinarse fácilmente las longitudes ℓ7 a ℓ13 y las
coordenadas del punto de aplicación del empuje sobre el muro.
Por último:
C
227
SIMBOLOGÍA
Símbolo Significado Unidad
A área hidráulica m2
a% porcentaje de ahogamiento %
a coeficiente de decantación --
Bl bordo libre m
b ancho de plantilla de canal m
C concentración de materia en suspensión Kg/m3 de agua
Cf coeficiente de flujo --
Cv coeficiente de velocidad de aproximación --
D diámetro m
D número de Sieñchin --
Dpe proyección vertical del diámetro del ducto de entrada m
Dps proyección vertical del diámetro del ducto de salida m
E esfuerzo kg/m2
Ed esfuerzo dinámico kg/m2
Ee esfuerzo estático kg/m2
Eb espesor de barra de rejilla m
e profundidad del colchón disipador m
F factor de forma de barras en rejilla --
F flexibilidad hidráulica
F número de Froude, F= (a∙Q∙T/g∙A3)1/2 --
f factor de fricción --
g aceleración de gravedad, 9.81 m/s2
H altura de columna de agua m
H altura del borde del canal m
h carga m
he pérdida de carga por entrada al ducto m
hf pérdida de carga por fricción m
hm pérdidas menores m
hre pérdida de carga por rejilla m
hs pérdida de carga por salida del ducto m
hT pérdida total de tubería m
Ke coeficiente de pérdida en transición de entrada --
Ks coeficiente de pérdida en transición de salida --
km coeficiente de pérdida en accesorios de tubería --
228
L longitud m
LT longitud de transición m
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