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El 15 de enero de 1930 nace el movimiento sinfónico profesional en nuestro país

ORQUESTA SINFÓNICA DE VENEZUELA: 85 AÑOS PROTAGONIZANDO


LA HISTORIA MUSICAL DE VENEZUELA Y DE AMÉRICA LATINA
La Orquesta Sinfónica de Venezuela (OSV) inicia este 15 de Enero con un
aniversario muy especial. Con ánimo renovado y espíritu firme, la pionera en el
movimiento sinfónico nacional y latinoamericano, exalta esta fecha tan importante en
la historia musical de nuestro país. Fecha en la que también se conmemora el Día
del Maestro, celebramos por partida doble, pues desde su fundación la OSV estuvo
bajo el mando de profesores, notables músicos dedicados exclusivamente a la
enseñanza de las generaciones que luego rindieron grandes frutos. Ese legado
docente sigue siendo hoy una de las máximas prioridades en la OSV, pues todos
sus músicos son dedicados profesores que siguen sembrando la pasión por la
música en nuestros jóvenes, trabajando con abnegación, profesionalismo y mística.

Evelyn Navas Abdulkadir. La Caracas de enero de 1930 inició la década con un


notable cambio en el área cultural, cuando el anhelado sueño de los músicos más
valiosos de su época se concreta y se reúnen para asistir a los primeros ensayos de
la que sería luego la Sociedad Orquesta Sinfónica Venezuela, actualmente conocida
como Orquesta Sinfónica de Venezuela.
Desde finales de 1929 se venía gestando la conformación de una nueva orquesta
sinfónica, dado que la Unión Filarmónica de Caracas (1922-1929) había clausurado
su actividad por falta de recursos económicos para su subsistencia. Aún así los
músicos, dirigidos por el maestro Vicente Martucci, seguían interesados en tener una
institución sólida. Compartiendo el interés con otros músicos colegas, pidieron a los
maestros Ascanio Negretti Vasconcellos, Luis Calcaño Díaz y Simón Álvarez que se
reunieran con el maestro Vicente Emilio Sojo y con su apoyo conformar la nueva
orquesta sinfónica. La reunión se efectuó en el conocido Café Venecia. Aunque el
maestro Sojo se negó en primera instancia, por falta de tiempo para ‘realizar trabajos
de director’, terminó accediendo.
El 10 de enero empiezan a realizarse los primeros ensayos y luego el 15 de enero
de 1930, 29 músicos –aproximadamente, según consta en los registros históricos de
la OSV- se reúnen en la Escuela de Música y Declamación de la Academia de Bellas
Artes de Caracas, hoy Escuela Superior de Música José Ángel Lamas, convocados
por Vicente Emilio Sojo, para oficializar el nacimiento de la Sociedad Orquesta
Sinfónica Venezuela y establecer los que serían los cimientos de la institución
musical más firme en toda la historia orquestal de Venezuela hasta la fecha, la
orquesta sinfónica más antigua y con mayor actividad ininterrumpida del continente
latinoamericano.
Muchos de los músicos fundadores venían de la Banda Marcial de Caracas (la
institución musical más antigua de Venezuela con 150 años de historia) y de otras
instituciones vigentes a esa fecha, así como de la extinta Unión Filarmónica de
Caracas. Como directores principales eligen a Vicente Martucci y Vicente Emilio
Sojo.
Una razón histórica de peso
La creación de la Orquesta Sinfónica de Venezuela en 1930 guarda una importancia
histórica de verdadero peso en la cultura musical de nuestro país.
El trabajo de historiadores y musicólogos destacan que desde el período colonial
hasta el período romántico, las actividades musicales en nuestro país evolucionaron
acorde con las posibilidades de contacto con las expresiones musicales europeas de
su época. Durante el período presidencial del General Antonio Guzmán Blanco
(entre los años 1870 y 1888) hubo una decadencia económica que afectó a la
producción musical, con un estancamiento que duró casi 40 años. Desde 1920 los
jóvenes compositores venezolanos y extranjeros que hacían vida en Venezuela, se
dieron a la faena de actualizarse técnica y estéticamente. La música cobró nueva
vida en nuestro país y hacia 1925, músicos europeos con vida estable o en tránsito,
empezaron a unirse a los músicos locales, y en reuniones compartían partituras,
ejecutaban obras de piano y de cámara de los compositores contemporáneos a su
época y hasta se escuchaban las grabaciones fonográficas de músicos
desconocidos en Caracas.
Venezuela era un país agrario en su economía. Caracas fungía como el centro de
mayor actividad cultural. La música de César Franck, Claude Debussy, Richard
Strauss, Darius Milhaud y Erik Satie llegó a oídos de esos músicos en nuestra
ciudad, que inician un movimiento musical renovador conformado por José Antonio
Calcaño, Miguel Ángel Calcaño y Vicente Emilio Sojo. A ellos se sumaron luego
Juan Bautista Plaza, Moisés Moleiro, Juan Vicente Lecuna y ejecutantes y cantantes
como William Werner, Emilio Calcaño Calcaño, Francisco Esteban Caballero y
Ascanio Negretti Vasconcelos. Grandes maestros que hasta salvaron sus diferencias
de edad: veteranos y muy jóvenes, se unieron para darle una nueva vida musical al
país.
Hacia 1920 surge el primer cuarteto de cuerdas dedicado a estudiar y divulgar la
nueva música europea, con el aporte de José Antonio Calcaño, cellista y Francisco
Esteban Caballero, violinista. Rompiéndose la conexión con la vieja escuela
valsística y del pianismo romántico, surge también una nueva actividad: la crítica
musical, ejercida principalmente por José Antonio Calcaño con el seudónimo de
Juan Sebastián y Juan Bautista Plaza, desde la prensa –excelente medio para
analizar y estudiar las surgentes tendencias musicales.
Para 1925 la música de cámara sobresalía a nivel de ejecución. La única actividad
artístico-musical que se ofrecía con cierta regularidad en el teatro Municipal, eran las
temporadas de ópera italiana, debidas especialmente al empresario Adolfo Bracale,
entre los años 1917 y 1932. El maestro Rházes Hernández López dijo en sus
escritos: ‘Para entonces tres salas de espectáculos contaban con sus Orquestas
contratadas: eran los cines Rialto, Capitol, el Teatro Calcaño y, posteriormente, el
teatro Ayacucho, cuyos directores, el violinista José Lorenzo Llamozas y el Maestro
Vicente Martucci, ofrecían buenas audiciones con trozos de óperas y otras fantasías
orquestales. Entre los años de 1927 y 1928, nuestros compositores cultos se
reunían en la Escuela de Música y Declamación [hoy Escuela Superior de Música
José Ángel Lamas] y allí cambiaban ideas sobre los problemas del arte’.
Mucho revuelo e interés causó, entre los jóvenes músicos, la exitosa actuación en el
teatro Municipal de Caracas del grupo de Coros y Danzas Ucranianos, integrado por
18 voces. La idea caló en Emilio Calcaño, quien propuso a Juan Bautista Plaza y
Vicente Emilio Sojo, director y subdirector de la Tribuna Musical de la catedral de
Caracas respectivamente, hacer una comparsa de coro ruso para los carnavales de
1928. Así se constituyó un pequeño coro compuesto por Sojo, Plaza, José Antonio
Calcaño, Miguel Ángel Calcaño, Emilio Calcaño y William Werner. Su repertorio
musical incluía unos 20 temas, música compuesta por Sojo, Plaza, José Antonio y
Miguel Ángel Calcaño. Las presentaciones fueron célebres.
Vicente Emilio Sojo recibe la sugerencia de Isaac Capriles para organizar un orfeón
bajo el nombre de José Ángel Lamas y durante los años 1928 y 1929, Moisés
Moleiro y los compositores ya mencionados arriba, se dedicaron a escribir el
repertorio coral consistente en canciones y madrigales. La presentación del conjunto
coral integrado por más de 80 voces tuvo lugar en junio de 1930, a la par del primer
concierto de la Sociedad Orquesta Sinfónica Venezuela.

La música sinfónica como una prioridad


La actividad orquestal en Venezuela data desde 1920. Comenzó a cobrar
importancia en esa década y a tener cierta regularidad en su funcionamiento, por el
deseo de los músicos de jerarquizar y dar carácter profesional a sus actividades,
haciéndolas un medio respetable de vida.
En 1922 se funda la Unión Filarmónica de Caracas bajo la dirección de Vicente
Martucci, que como ya se dijo llegó hasta 1929. Sus integrantes pasaron a
conformar parte del grupo que el 24 de junio de 1930, intervendrían en el teatro
Nacional en el concierto inaugural de la nueva y definitiva agrupación orquestal
denominada Sociedad Orquesta Sinfónica Venezuela, hoy Orquesta Sinfónica de
Venezuela, La Sinfónica, La Venezuela, cómo llegó a ser conocida por el público.
Entre ellos destaca el propio Vicente Martucci, quien dirigió la primera parte del
concierto inaugural y compartió durante ese año la dirección con Vicente Emilio Sojo.
La historia cobra peso porque en un mismo año se producen tres felices y
sintomáticas coincidencias: los compositores nacionales empiezan a despuntar con
nuevas fórmulas de composición, aportando nueva música para un coro y una
orquesta recién creadas. Música, orquesta y coro. Todos los sueños de creación
musical de los jóvenes empezaron a concretarse, y con el tiempo también se le dio
sistematización y jerarquía a la docencia musical en cuyas cátedras ya venía
despuntando Juan Bautista Plaza (Armonía y Composición, 1924 hasta 1928).
Gracias a su iniciativa, el Ministerio de Educación creó la cátedra de Historia de la
Música en 1931.
En 1936, el maestro Vicente Emilio Sojo es nombrado director de la Escuela,
creando nuevas cátedras y toma a su cargo la de Composición, de la que surgirá la
primera generación de compositores en 1944. La existencia y desarrollo de estas 2
instituciones fundamentales para el perfeccionamiento y difusión de la música: el
Orfeón Lamas y la Orquesta Sinfónica Venezuela, se deben al esfuerzo y constancia
del propio maestro Vicente Emilio Sojo por llevarlas a buen término, dándoles solidez
en el tiempo.
Hoy Vicente Emilio Sojo es considerado un prócer musical por elevar el nivel musical
del país. Bajo su enseñanza se formaron 3 generaciones de compositores y desde
su cátedra de Composición, contribuyó sobremanera a crear la escuela moderna de
música venezolana.
Ardua tarea para perdurar en el tiempo
Seguramente el maestro Vicente Emilio Sojo fue muy consciente desde el principio
que una orquesta sinfónica no podía sobrevivir con el aporte inicial de sus propios
músicos. Más que por el amor al arte, la institución debía ser capaz de obtener
ingresos propios, bien sea por el aporte de empresas públicas, privadas y hasta del
mismo gobierno, así como de la taquilla. Entre 1930 y 1947, el propio maestro Sojo
se dio a la tarea de lograr la estabilización económica de la Sociedad Orquesta
Sinfónica Venezuela.
Con los recursos en mano, también se marcó como prioridad la profesionalización de
los músicos, permitiendo el ingreso de músicos extranjeros de altísimo nivel, para
completar la formación inicial de los músicos existentes a la fecha. Desde 1947 la
OSV cuenta con el apoyo y patrocinio del Ministerio de Educación, hoy Ministerio del
Poder Popular para la Educación.
Cabe destacar que es inmenso el aporte de los músicos extranjeros a la cultura
musical venezolana. Muchos de esos maestros se quedaron en nuestro país,
haciendo vida, creando familias, dando clases a la par de su labor en La Sinfónica.
Ellos formaron a las generaciones de músicos que hoy lideran en la OSV y en otras
tantas instituciones musicales de renombre.
Con los años y bajo el mando del maestro Vicente Emilio Sojo, de la formación inicial
de 30 músicos pasamos a 100 músicos. La Orquesta Sinfónica de Venezuela marcó
un hito histórico con su creación y ha mantenido el nivel de excelencia, calidad y
compromiso de aquel primer concierto inaugural el 30 de junio de 1930. Los
estatutos iniciales siguen guiando a la generación actual, siempre confiados en
Venezuela y en dar lo mejor de nosotros mismos a los venezolanos.

Evelyn Navas Abdulkadir.

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