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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DEL NORTE CUNOR

INGENIERIA ELECTRICA 2
INGENIERO GARY CACAO REQUENA

TEMA:
TELECOMUNICACIONES

22/09/2017
INTRODUCCIÓN
Hablar de telecomunicaciones hoy en día es hablar de tecnología avance y desarrollo
Ya que son constantes en la vida de las personas y hoy no es posible concebir el mundo sin
ellas.
La telecomuniciones no son más conjunto de técnicas que permiten la comunicación a
distancia, lo que puede referirse a la habitación de al lado o a una nave espacial situada a
millones de kilómetros de distancia.

Como bien se sabe para qué algo desarrolle tiene que ir de etapa en etapa y estos han
encadenado de forma cada vez más rápida: telegrafía, radio, telegrafía sin hilos, telefonía,
televisión, satélites de comunicaciones, telefonía móvil, banda ancha, Internet, fibra óptica,
redes de nueva generación.

Desde cualquier punto de vista su utilización se basa en una serie de terminales (teléfonos
fijos, teléfonos móviles, Smartphone, ordenadores, tabletas, etc.) mediante los cuales
accede a una amplia gama de servicios de telecomunicaciones fijos o móviles, de voz o de
datos. Como elemento complementario de los terminales, y para que sea posible disfrutar
de los servicios, existe un conjunto de redes de telecomunicación que son creadas y
mantenidas por los operadores y proveedores de servicios

Las telecomunicaciones sirven para transmitir información, pero esa información puede
adquirir infinitas formas o empaquetarse de múltiples maneras, que se encuadran bajo el
concepto de contenidos. Las redes y servicios de telecomunicación manejan los contenidos
que pueden ser de cualquier naturaleza: películas, música, cursos de formación, páginas
web, documentos, fotografías, vídeos o simple voz. Con las posibilidades tecnológicas
actuales esos contenidos pueden estar almacenados en un servidor situado en cualquier
lugar y ser accesibles desde todos los lugares del planeta. Es decir, están almacenados en la
“nube”, lo que permite disponer de ellos con todo tipo de dispositivos y estés donde estés.

OBJETIVOS
 Qué son en sí las telecomunicaciones
 Conocer el medio de transmisión de las telecomunicaciones

CONCLUSIONES
Abarca todas las formas de comunicación a distancia, se entiende el conjunto de las
transmisiones, emisiones o recepción de signos que se realiza a través de cables,
electricidad o cualquier sistema electromagnético. La radio, la televisión o la telefonía
móvil son ejemplos concretos de sistemas de telecomunicaciones.
El medio de transmisión es el enlace de tipo eléctrico u óptico entre el transmisor y el
receptor, siendo el punto de unión entre la fuente y el destino final. Entre los medios de
transmisión existen medios guiados y los no guiados; en los primeros el canal por el que se
transmite la información de señales es un medio físico (por medio de un cable) y en los no
guiados las señales viajan a través de radiofrecuencia, es decir, el aire es el medio de la
transmisión. Ejemplos de medios guiados serían los cables de tipo par trenzado, cable
coaxial y de fibra óptica. Ejemplos de medios no guiados serían los microondas, los
satélites, las ondas de radio o los rayos infrarrojos.
TELECOMUNICACIONES
Las telecomunicaciones (del prefijo griego tele, que significa "distancia" o "lejos", o sea
"comunicación a distancia") consiste en las técnicas, aparatos, y conocimientos que se
utilizan para transmitir un mensaje desde un punto a otro. La página electrónica de la
Comisión Federal de Telecomunicaciones define más precisamente a las
telecomunicaciones como “toda transmisión, emisión o recepción de signos, señales,
escritos, imágenes, sonidos o informaciones de cualquier naturaleza por cable,
radioelectricidad, medios ópticos u otros sistemas electromagnéticos.”

Es en esta última definición que aparece la palabra clave en el concepto moderno de las
telecomunicaciones: se hacen mediante sistemas electromagnéticos. O sea, que si mando un
mensaje mediante una paloma mensajera o le grito a mi vecino desde mi casa, estos dos
ejemplos ya no contarían modernamente como telecomunicaciones. Curiosamente, la
transmisión mediante señales de humo o mediante espejos, si contarían como
telecomunicaciones porque estaríamos usando a la luz (que es un medio electromagnético)
para transmitir la información. El número de actividades que cae dentro del rubro de las
telecomunicaciones es cada vez más grande: tanto el teléfono común como el celular, las
estaciones de radio y televisión, el Internet, la radioastronomía, etc.

Entonces, un primer acercamiento serio a las telecomunicaciones implica un conocimiento


de que son los medios electromagnéticos o más precisamente, que son las ondas
electromagnéticas (que son los “medios” a los que se refiere la definición de la Comisión
Federal de Telecomunicaciones).

II. Las ondas electromagnéticas

El ser humano tenía ya conocimiento de dos fuerzas, la eléctrica y la magnética, que a


través del tiempo le parecieron no tener relación clara. La fuerza eléctrica era ya conocida
por los antiguos griegos, quienes sabían que si uno frotaba una barra de ámbar con un paño,
la barra atraía a objetos livianos como una plumita. Ahora sabemos que la materia normal
está constituida de partículas cargadas negativamente (los electrones) y de partículas
cargadas positivamente (los protones). Normalmente, las cosas están “neutras” (tienen
tantos electrones como protones), pero al frotarlas, por ejemplo nuestro cabello seco con un
globo de plástico, el globo gana un exceso de electrones y queda cargado negativamente
mientras que el cabello los pierde y queda cargado positivamente. Finalmente, como las
cargas eléctricas opuestas se atraen (y las iguales se repelen), encontramos que el globo
atrae y nos para los pelos (ver la Figura 1). Como estos efectos se observaron primero en el
ámbar, la palabra electrón significa ámbar en griego.

Por otro lado, estaba la fuerza magnética, la cual también era conocida desde los antiguos
griegos y se producía por minerales como la magnetita (ver la Figura 2), que son imanes
naturales y atraen a ciertos metales. Cuenta la leyenda que el término de magnetismo viene
de que el fenómeno lo observó por primera vez un pastor griego de nombre Magnés,
aunque otros piensan que el nombre viene de la ciudad de Magnesia, en lo que ahora es
Turquía, donde se encuentra mucha magnetita. La fuerza magnética parece, a primera vista,
ser de naturaleza muy distinta a la eléctrica. Por ejemplo, la fuerza eléctrica no atrae a un
metal conductor, mientras que la fuerza magnética si lo hace.
Pero con el paso del tiempo quedó claro que la electricidad y el magnetismo están en
realidad profundamente relacionados. En 1820, el danés Hans Christian Oersted notó que la
corriente eléctrica (algo eléctrico) en un cable afectaba a un imán cercano (algo magnético).
Poco después, el inglés Michael Faraday demostró que una fuerza magnética variable
(como la producida al acercar y alejar un imán) producía una corriente eléctrica en un
alambre cercano. La unificación de estos conceptos sueltos ocurrió hasta 1864, cuando el
físico escocés James Clerk Maxwell (ver la Figura 3) sintetizó todos los experimentos
anteriores en la llamada teoría del electromagnetismo.

En términos sencillo, la teoría del electromagnetismo nos dice lo siguiente. La fuerza


“primaria”, por decirlo así, es la fuerza eléctrica que existe entre las partículas cargadas.
Pero si existe movimiento entre estas partículas aparece la fuerza magnética. Más aún, una
fuerza eléctrica variable en el tiempo (como la que se produciría si sacudimos a un
electrón) producirá una fuerza magnética también variable en el tiempo. Pero a su vez, esta
fuerza magnética variable producirá una fuerza eléctrica variable y así sucesivamente, de
modo que del electrón original se “desprendían” estas fuerzas que viajaban por el espacio.
A este algo que viaja por el espacio, se le conoce como una onda electromagnética (porque
contiene fuerzas tanto eléctricas como magnéticas). En otras palabras, sacudiendo un
electrón generamos ondas electromagnéticas que viajan por el espacio. Estas ondas
contienen fuerzas que, a distancia, pueden hacer que un electrón lejano se sacuda en
respuesta a los movimientos del primer electrón (ver la Figura 4). Podemos entonces
transmitir información por el espacio gracias a estas ondas electromagnéticas.

Obviamente, algo muy importante era determinar a qué velocidad se movían estas nuevas
ondas. La teoría de Maxwell (expresada a través de sus cuatro famosas leyes) permitía
calcular cual era esa velocidad. Cuando Maxwell encontró que esa velocidad era
precisamente la velocidad de la luz (300,000 kilómetros por segundo) se dio cuenta de que
las ondas electromagnéticas eran un fenómeno general: la luz misma era un ejemplo de
ondas electromagnéticas. Esta gran velocidad es una de las ventajas de las ondas
electromagnéticas: su velocidad es la más grande que se puede alcanzar en la Naturaleza,
nada puede ir más rápido que la luz. En contraste, la velocidad del sonido es tan sólo de
0.34 kilómetros por segundo.

La predicción de Maxwell de que existían ondas electromagnéticas (además de la luz) la


comprobó experimentalmente el físico alemán Heinrich Hertz, quien en 1888 construyó en
Berlín equipos que le permitieron transmitir y detectar ondas de radio (otra de las
variedades de las ondas electromagnéticas) de manera inalámbrica por primera vez. Hertz
demostró que las ondas de radio se mueven a la velocidad de la luz, y que era posible lograr
que los campos eléctricos y magnéticos se desprendieran de los alambres y viajaran
libremente por el espacio en forma de ondas electromagnéticas.

Uno de sus estudiantes le preguntó sobre el posible uso práctico de su descubrimiento.


Hertz contestó: “No sirve para nada. Es sólo un experimento que prueba que Maxwell, el
maestro, estaba en lo correcto. Simplemente tenemos estas misteriosas ondas
electromagnéticas que no podemos ver con el ojo. Pero ahí están”. Hertz era un gran
científico, pero obviamente no alcanzó a imaginar la gran utilidad y valor comercial que
tendrían las ondas de radio.

III. Anatomía de una onda

De un modo u otro, todos estamos familiarizados con las ondas. Una ola en el mar, el
sonido, la “ola mexicana” que hace la gente en los estadios deportivos, son todos ejemplos
de ondas. Una onda está caracterizada por tres parámetros fundamentales (ver la Figura 5).
La amplitud de la onda es que tan alto llegan los picos de la onda. A mayor amplitud,
mayor energía es transmitida. El segundo parámetro (ver la Figura 5) es la longitud de
onda, que es la separación que existe entre dos picos consecutivos de una onda. Finalmente,
tenemos la velocidad a la que se propaga la onda, que como hemos dicho, en el caso de las
ondas electromagnéticas es la velocidad de la luz. Estos dos últimos parámetros, la longitud
de onda y la velocidad, nos dan otro parámetro que a veces es más conveniente utilizar: la
frecuencia de la onda. La frecuencia es el número de picos que pasan por un punto dado por
segundo. A mayor velocidad y menor longitud de onda es mayor la frecuencia, de modo
que ésta queda definida como

velocidad de la luz
frecuencia 
longitud de onda

La frecuencia se acostumbra dar en unidades de ciclos por segundo (también conocidos


como Hertz, en honor al físico que transmitió y detectó por primera vez ondas de radio y
que mencionamos anteriormente).

IV. El espectro electromagnético

De acuerdo a su longitud de onda (o lo que es lo mismo, a su frecuencia, que está


relacionada de manera biunívoca con la longitud de onda), las ondas electromagnéticas
pueden caer en seis grandes ventanas (ver la Figura 6), que en orden de menor longitud de
onda (o sea, mayor frecuencia) a mayor longitud de onda (o sea, menor frecuencia) son las
bandas de los rayos gama, los rayos X, la radiación ultravioleta, la luz visible, las ondas
infrarrojas y las ondas de radio. Todas estas distintas formas de las ondas electromagnéticas
obedecen las leyes de Maxwell y en el fondo son la misma cosa, aunque en detalle son
distintas. Estas ventanas eran (con la excepción de la luz visible) prácticamente
desconocidas para el público a principios del siglo XX. Pero ahora, ya forman parte de
nuestra vida diaria, aun cuando sólo podemos “ver” con nuestros ojos a la luz. Los rayos
gama y los rayos X son de gran utilidad en la medicina. La radiación ultravioleta es la que
broncea nuestra piel al exponernos al Sol. Las ondas infrarrojas son las que transmiten el
calor de un objeto caliente. Finalmente, las ondas de radio son utilizadas profusamente en
distintos aspectos de las telecomunicaciones.

Quizá el lector se preguntará, ¿por qué si todas estas ondas viajan a la velocidad de la luz,
le hemos dado preferencia a las ondas de radio para las telecomunicaciones? Parte de la
respuesta está en que la energía que hay que darle a las ondas para que existan es
proporcional a su frecuencia, de modo que las ondas de radio son las de menos energía, las
más baratas de producir. Más aún, las ondas de más alta frecuencia (rayos gama, rayos X, y
radiación ultravioleta) son dañinas para la materia viva (tienen tanta energía que pueden
romper partes de la célula o del material genético) y no va uno a estar transmitiendo ondas
que son dañinas. La luz es una buena posibilidad, pero hay tanta luz natural (la producida
por el Sol) que es difícil transmitir y recibir luz sin “interferencia” de la luz natural. Por
otro lado, existen ya las fibras ópticas, que transmiten luz y radiación infrarroja de manera
muy eficiente y que cada vez se usan más en las telecomunicaciones, si bien estas
telecomunicaciones no son por el espacio libre (inalámbricas) sino a través de la fibra, en lo
que podemos llamar una comunicación “alámbrica”. Este término no es muy común, pero
no pude encontrar una mejor manera de referirme a este tipo de comunicación.

V. Alámbrico versus inalámbrico

Comentábamos que las ondas electromagnéticas pueden transmitirse por el espacio libre
(de manera inalámbrica) o bien a través de un cable o una fibra óptica (de manera
alámbrica). Obviamente, uno anticipa que va a haber más problemas de corte legal en la
transmisión inalámbrica (porque en principio el espacio es de todos), que en la transmisión
alámbrica (en la que una compañía puede ser propietaria del medio a través del cual se hace
la transmisión.

De hecho, históricamente se realizaron transmisiones alámbricas antes de que Hertz lograra


la transmisión inalámbrica de las ondas electromagnéticas. Esto no es de sorprenderse,
porque es más fácil logran una transmisión alámbrica que una inalámbrica. En 1849 Samuel
Morse (ver la Figura 7) solicitó una patente para el telégrafo, que a través de cables
metálicos permitía la transmisión de puntos y rayas que codificaban a las letras (el código
Morse) y así, la transmisión de palabras. Para los jóvenes este modo de telecomunicación es
ya desconocido, pero la mayoría de los adultos en algún momento de nuestra vida
mandamos telegramas.

La patente del telégrafo por Morse fue quizá el primer ejemplo en el que las
telecomunicaciones y la jurisprudencia se encontraron de manera importante. En Estados
Unidos su patente no había sido reconocida hasta que en 1853 el caso llegó a la Suprema
Corte de Justicia de ese país. Después de detalladas investigaciones, se reconoció que
Morse había sido el primero en combinar los componentes eléctricos en una configuración
que permitía un telégrafo práctico.

A fines del siglo XIX el mercado del telégrafo había crecido de manera importante y se le
consideraba “el sistema nervioso del comercio”. En 1874 Alexander Graham-Bell (ver la
Figura 7), un científico e inventor nacido en Escocia que luego se naturalizaría como
estadunidense, comenzó a preguntarse si no sería posible transmitir, usando los cables que
se habían tendido por todo el mundo para la telegrafía, ya no solo los fríos puntos y rayas
del código Morse, sino la cálida voz humana. Al año siguiente, en 1875, logró transmitir a
través de los alambres entre dos cuartos de su laboratorio el famoso mensaje a su ayudante:
“Señor Watson, venga acá, necesito verlo”. Al año siguiente patentó el invento y en 1877
un financiero bostoniano, Gardiner Greene Hubbard, fundó la conocida Compañía
Telefónica Bell (Bell Telephone Company) en la que Graham-Bell participaba de manera
importante. Con el tiempo, la Compañía Telefónica Bell se vería envuelta en gran número
de litigios legales sobre prioridades en la telefonía y finalmente Graham-Bell renunció a
ella para poder dedicarse en paz a su investigación.

VI. La comercialización de las telecomunicaciones inalámbricas

La telegrafía y la telefonía, como fueron originalmente implementadas, requerían de una


conexión de cable metálico. Pero una vez que Hertz demostró que esta transmisión también
podía hacerse por el espacio, inalámbricamente, varios inventores se abocaron a la
construcción de un sistema práctico que permitiera la comercialización de las
telecomunicaciones inalámbricas. De nuevo, esta historia que supuestamente debería de
estar dominada por aspectos científicos y técnicos, se vio matizada por muchos otros
factores.

Al parecer, fue el enigmático inventor serbio-estadunidense Nikola Tesla (ver la Figura 8)


quien desde 1893 comenzó a utilizar uno de sus descubrimientos “la bobina de Tesla” para
transmitir ondas electromagnéticas a través de distancias cada vez mayores. Para 1897 ya
había logrado transmisiones exitosas a lo largo de 50 kilómetros. Pero Tesla no se preocupó
sino hasta 1900 por patentar estos descubrimientos y el crédito del descubrimiento de la
radio va al italiano Guglielmo Marconi (ver la Figura 9), quien comenzó a experimentar en
1894 y para 1897 patentó un sistema de transmisión y recepción en los Estados Unidos.
Además, Marconi fundó una compañía en 1897, la Compañía de Telegrafía y Señales
Inalambricas (Wireless Telegraph & Signal Company) para comercializar sus inventos. En
1901 logró una transmisión inalámbrica a través del Océano Atlántico, de Inglaterra a
Canadá.

La fama de Marconi se fue a los cielos en 1912, en relación con el hundimiento del
trasatlántico Titanic. Este buque llevaba un equipo de telegrafía inalámbrica de la compañía
de Marconi y esto le permitió transmitir una señal de auxilio que permitió el rescate de los
sobrevivientes del naufragio.

El debate sobre la prioridad de la transmisión inalámbrica no sólo involucra a Tesla y a


Marconi, sino a otros inventores de la época que habían realizado experimentos
relacionados. Al parecer, Tesla fue el primero en patentar dispositivos transmisores y
receptores de ondas de radio que eran prácticos, en 1900. Pero en 1904, por razones
comerciales, la Oficina de Patentes de EUA revertió su decisión original y le confirió a
Marconi una patente para la invención de la radio. En 1943, la Suprema Corte de Justicia de
los EUA, revirtió la decisión de la Oficina de Patentes y decidió: “La reputación de
Marconi como el primero en lograr exitosamente transmisiones de radio se basa en su
patente original (No. 11,913), y no cuestionamos esto acá. Esta reputación, sin embargo, no
lo acredita para patentar cada mejora posterior en el campo de la radio. Los casos de
patente deben de decidirse no por la reputación de los litigantes, sino por el estudio
cuidadoso de las respectivas presentaciones y pruebas”. Esto regresó parte del crédito a
Tesla (quien había muerto a principios de 1943 y no recibió esta satisfacción en vida). En
realidad, la decisión de la Suprema Corte de Justicia estaba influenciada porque estaban en
medio de la Segunda Guerra Mundial y Marconi era pro-fascista (amigo personal de
Mussolini) y con esto le restaban regalías a la compañía de Marconi.
Los elementos de información son en este caso los aumentos infinitesimalmente pequeños
entre dos instantes, también infinitesimalmente grandes, de la presión del aire producida
por las cuerdas vocales del locutor o sobre el tímpano del oyente. En estas condiciones la
información da lugar a una señal continua en el tiempo, o señal analógica y los elementos
de información pueden asociarse con elementos silábicos de la voz; sin embargo en el caso
de música esta asociación resulta más difícil. En los sistemas digitales, por otra parte, los
elementos de información son discretos y fáciles de identificar.

Asimismo, por señal se entiende a la representación de una magnitud física, detectable,


variable en el tiempo, el espacio o ambos, a la que se puede asignar un determinado
significado o contenido de información. Aquí, el término señal se refiere a
señales eléctricas, aunque en su forma original sean de otra naturaleza; por ejemplo,
acústicas, mecánicas, ópticas, etc., que, en general, pueden convertirse a señales eléctricas
mediante transductores adecuados.

Las señales pueden caracterizarse en el dominio del tiempo o en el de frecuencia. Ambas


caracterizaciones representan el mismo fenómeno. En los sistemas de telecomunicación
es usual la representación en el dominio de frecuencia, ya que ésta proporciona información
sobre el ancho de banda en que está contenida la energía de la señal. En general, cuando
aquí se habla del dominio de frecuencia, se entiende por él la transformada de Fourier de la
función que describe a la señal en el dominio del tiempo transformándola al dominio de la
frecuencia. En algunas aplicaciones, principalmente de procesado de señales se emplean
otras transformaciones como las del coseno discreto, la de Hilbert, Haddamard, etc., que
también suele hablarse de frecuencia. Debido a que la transformada de Fourier es compleja,
la representación completa de la señal en el dominio de frecuencia debe hacerse en
términos de amplitud y de fase, si bien en la mayor parte de los casos prácticos, es
suficiente la representación del espectro de amplitud. El aparato utilizado para esto se
designa como analizador de espectro.

Claude Shannon y Warren Weaver en la década de los 1940s concibieron un modelo


lineal de comunicación suficientemente general que, en su forma original contenía
cinco elementos: fuente de información, transmisor, canal de transmisión, receptor y
destinatario final, todos dispuestos linealmente como se ilustra en la siguiente figura. Este
modelo básico constituye el punto de partida para el estudio de los sistemas de
comunicación y alrededor de él se desarrolla la mayor parte del material de este curso.
Con el transcurso del tiempo y la evolución de los sistemas de comunicación,
particularmente en los sistemas digitales, el modelo anterior ha sufrido algunas
modificaciones, con el fin de especificar mejor algunos elementos constitutivos de cada uno
de los bloques anteriores y proporcionar un rango mayor de aplicaciones.

Transmisión de Datos
Cuando nos comunicamos, estamos compartiendo información. Esta compartición puede
ser local o remota. Entre los individuos, las comunicaciones locales se producen
habitualmente cara a cara, mientras que las comunicaciones remotas tienen lugar a través de
las distancias.
La palabra datos se refiere a hechos, conceptos e instrucciones presentados en cualquier
formato acordado entre las partes que crean y utilizan dichos datos.
La transmisión de datos es el intercambio de datos entre dos dispositivos a través de
alguna forma de medio de transmisión, como un cable. Para que la transmisión de datos sea
posible, los dispositivos de comunicación deben de ser parte de un sistema de
comunicación formado por hardware (equipo físico) y software (programa). La efectividad
del sistema de comunicación de datos depende de cuatro características fundamentales:
entrega, exactitud, puntualidad y retardo variable (jitter, término que usaremos en adelante
en inglés)
Transmisión de Datos
Cuando nos comunicamos, estamos compartiendo información. Esta compartición puede
ser local o remota. Entre los individuos, las comunicaciones locales se producen
habitualmente cara a cara, mientras que las comunicaciones remotas tienen lugar a través de
las distancias.

La palabra datos se refiere a hechos, conceptos e instrucciones presentados en cualquier


formato acordado entre las partes que crean y utilizan dichos datos.
La transmisión de datos es el intercambio de datos entre dos dispositivos a través de
alguna forma de medio de transmisión, como un cable. Para que la transmisión de datos sea
posible, los dispositivos de comunicación deben de ser parte de un sistema de
comunicación formado por hardware (equipo físico) y software (programa). La efectividad
del sistema de comunicación de datos depende de cuatro características fundamentales:
entrega, exactitud, puntualidad y retardo variable (jitter, término que usaremos en adelante
en inglés)

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