Está en la página 1de 4

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

DEPARTAMENTO DE HISTORIA
MATERIA: HISTORIA DE COLOMBIA III
VANESSA LARA CAICEDO

Reseña: Arias Trujillo, Ricardo, Los Leopardos. Una historia intelectual de los años 1920.
Bogotá: Uniandes-Ceso- Departamento de Historia, 2007, 436 pp.

“Los Leopardos: Una historia cultural de los años 1920” es un libro escrito por Ricardo Arias Trujillo,
quien es Doctor en historia de la Universidad Aix Marseille en Provence, Francia, en donde culminó
también sus estudios de pregrado y magister. Actualmente es profesor en la Universidad de los Andes
de Colombia, tiene un amplio acervo de libros escritos por él de historia de Colombia, en especial del
catolicismo y su historia intelectual, sus más notables obras, además de la presente, son: El episcopado
colombiano: intransigencia y laicidad (1850-2000) e Historia De Colombia Contemporánea (1920-
2010). Además, fue columnista del periódico “El Espectador” en 2008, en la mayoría de sus columnas
se encuentran críticas al estado social colombiano del presente (de ese entonces) y el pasado en cuando
a eventos coyunturales. El libro se publicó en 2007, en el departamento de historia de la Universidad
en la cual el profesor trabaja actualmente.
Este libro narrado bajo una división temática no estructural tiene un argumento principal del cual
derivan otros dos objetivos en los cuales se quiere centrar el autor, el primero es describir críticamente
las transformaciones sociales y políticas en los años 20 de la intelectualidad en Colombia. Sus dos
objetivos intrínsecos son, analizar los debates que se dieron en los años 20, a partir de las nuevas
polémicas políticas de acuerdo con los testimonios brindados; y, segundo, conocer el mundo intelectual
de la década de los veinte integrado en su mayoría por estudiantes de ideologías fascistas. Con estos
supuestos el autor también quiere dar a conocer los profundos nexos que tiene la cultura y lo social en
la construcción de la historia y las instituciones, actores y sus obras, por tanto, parte de su libro también
quiere generar conceptualizaciones como “intelectual” y “generación”. Utiliza como información
primaria información de periódicos y revistas de la época, libros de historia de autores como Archila
(1991) y Cacua Prada (1968), también se basa en teorías como las expuestas por Pierre Bourdieu y
Christophe Charle, ya que su contribución con “teoría de campos” le da una noción de la interpretación
frente a un pequeño cosmos de acontecimientos. Su bibliografía secundaria es en gran parte libros de
historia de Colombia y Europa de la época, con el fin de dar luz a ciertos conceptos que se evidencian
en algunos capítulos.
El autor divide la obra en cinco partes que rodean temas mucho más generales, y, en once capítulos,
también añade una introducción y conclusiones. El primer tema principal que separa la obra es la
descripción de quienes son los actores y en qué escenario se van a desenvolver, esta parte tiene tres
capítulos. El segundo tema principal relata la diferencia generacional que marca los debates de la época
de los intelectuales, por un lado, están los centenaristas y por otro lado están las nuevas generaciones,
está compuesto de dos capítulos. El tercer tema principal es la militancia desde el sector católico, en
partidos como el conservador, está compuesto por un capítulo y es la sección más corta del libro. El
cuarto tema principal menciona el papel de “Los Leopardos” en el “fin” de la hegemonía conservadora
imperante, está compuesta de dos capítulos. Y, la parte final del libro nos quiere narrar a la luz de
posturas anteriores, si realmente hay nuevos debates en la intelectualidad colombiana.
El primer capítulo inicia describiendo a los protagonistas del grupo “Los Leopardos” quienes
inicialmente eran cinco jóvenes provincianos que en 1921 consolidaron un grupo de estudio en Bogotá.
Sus primeros integrantes fueron: Augusto Ramírez Moreno (1900-1974), Silvio Villegas (1902-1972),
José Camacho Carreño (1903-1940), Eliseo Arango (1900-1977) y Joaquín Fidalgo Hermida (del cual
no se tienen muchos datos por su inconsistencia de asistencias y escritos). Todos ellos venían de
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
MATERIA: HISTORIA DE COLOMBIA III
VANESSA LARA CAICEDO

provincias diferentes del país. Todos ellos estudiaron en colegios de élite, como el Gimnasio Moderno,
el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y el Colegio San Bartolomé. Sin embargo, para poder
aspirar a entrar a una Universidad solamente aceptaban estudiantes que se graduaran de colegios
católicos porque estos tenían el poder de validar el título de bachillerato. Los intelectuales de la época
estaban acostumbrados a recurrir a librerías que funcionaban como cafés de lujo en donde se reunían,
entre tanto otros grupos de intelectuales como “Los Pánidas”, a hablar de todo tipo de temas
importantes, las temáticas de los libros que se vendían ofrecían temas como historia de Colombia
biografías de “grandes hombres”, diccionarios de diferentes idiomas, y otros temas internaciones de
autores como Unamuno y Wilde. El contexto principal de esta época se sentaba en una profunda
división del partido conservador por las decisiones tomadas tiempo atrás en el marco de la
independencia de Panamá y su posición en términos de relaciones con Estados Unidos (siendo Marco
Fidel Suarez y Pedro Nel Ospina el objetivo de sus más grandes críticas) y otro de los álgidos eventos
que tomó lugar en esta división fue el naciente proletariado urbano, empleado en la industria y las
obras públicas, que intentaban por todos los medios luchar contra los abusos de sus empleadores y
empresarios.
El escenario en el cual se educaron la mayoría de los intelectuales fue la Universidad Nacional de
Colombia, “Los Leopardos” estudiaban todos Derecho en esta institución, en un futuro estos mismos
estudiantes irían a enriquecer su mirada epistemológica en Europa, como Jorge Eliecer quién tenía una
estrecha relación con Mussolini, además, Villegas en la mayoría de sus escritos reflejaría una gran
admiración por autores de derecha franceses como Maurras. De todas formas, en el ambiente
contextual colombiano, el movimiento estudiantil tenía una conciencia de grupo cohesiva que abogaba
por derechos de autonomía, por lo tanto, los congresos estudiantiles estaban intentando replantearse
una reforma Universitaria que tomara en cuenta una voz más activa del estudiantado y una nueva
estructura a los contenidos académicos, Arciniegas era uno de los estudiantes más activos
políticamente junto con Alberto Lleras. El primero, en una lectura contemporánea se puede ver sus
intenciones elitistas “Civilizar al pueblo y educar a las élites” (p.80). Otras Universidades adscritas a
esto fueron la Libre y el Externado.
La prensa de la época era muy importante para el desarrollo de las élites ya que la mayoría de ellos,
por no decir todo, pertenecían a un periódico al cual trabajaban, los tres más solicitados eran La
República, El Tiempo y El Espectador, este último con una política muy inclinada al liberalismo, sin
embargo, también tenía una columna conservadora. La creciente expansión de los periódicos y revistas
daba cuenta de la proliferación del crecimiento de la alfabetización en las clases medias y el auge
urbano, era bastante lento, pero aumentaba en cierta medida. El cuarto capítulo, está estrechamente
ligado al tercero teniendo en cuenta que la política en Colombia se desarrolló esencialmente a través
del periodismo. En este orden de ideas, “Los Leopardos” usaron el periodismo y la política revitalizar
la imagen del partido conservador que se había visto obsoleta por el cambio generacional.
El quinto capítulo nos habla más de las relaciones generacionales de las que hacían parte las élites
colombianas, los concesos a los que llegaban estas dos partes se daba en una de las librerías más
importante de la época -Windsor- ya que muchos jóvenes intelectuales admiraban profundamente a
algunos escritores centenaristas, como, por ejemplo, “Lleras admitía el placer que sentía al leer a Marco
Fidel Suarez (…) “Magnifico escritor de Los Sueños”. Sin embargo, las diferencias más tajantes se
marcaban en ámbitos de innovación y el monto de la estructura capitalista moderna. “La derecha” en
Colombia tenía ideas agresivas, clericales, antidemócratas con una profunda admiración de Mussolini,
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
MATERIA: HISTORIA DE COLOMBIA III
VANESSA LARA CAICEDO

“Los Leopardos” pertenecían a este nicho de jóvenes. “La izquierda” era más bien débil y poco robusta,
se mostraba partidaria de introducir reformas significativas en el campo social y religioso. Los debates
que generaron muchos de los pilares políticos de la época estaban cimentados en esta brecha
generacional, “Los Nuevos” hacían una ahíncate crítica al atraso cultural, de la mano de muchos
escritos y artículos; apareció el tema del Nacionalismo que exalta la necesidad de respetar y enaltecer
la tierra y los predecesores que lucharon por la misma. La mujer comenzó a ser objeto de
cuestionamiento en la sociedad, su papel y los derechos que le rozaban, incluso en una encuesta lanzada
en Universidad se quiere conocer la opinión de las mujeres, la primera respuesta fue dada por la
hermana de Arciniegas, seguida de María de Nieto y otras como Paulina Cano, dieron visos de lo que
sería un discurso un poco más crítico a su posición.
En cuestiones sociales, el crecimiento de la economía solamente era vislumbrado por las clases media
alta y alta, las demás clases, solo veían como las distancias les separaban aún más. A los proletarios
aún no les alcanzaba el salario para la canasta básica familiar. En este panorama tan desigual, los
discursos sobre la “raza” no se hicieron esperar, Laureano Gómez, por ejemplo, “demostró” en un
discurso dado en el Teatro Municipal en Bogotá, en 1928, como la geografía y la raza creaban gente
enferma y producía “continentes enfermos”, este tipo de pensamiento ya se evidenciaba en anterior a
los años 10, cuando Uribe Uribe, hablaba de la degeneración de la raza. Mientras tanto, la iglesia
católica intentando mermar la entrada del capitalismo y el comunismo, intentaron incluir a los
colombianos el tema de “la cuestión social” hablando de estos temas como la hecatombe social, de esta
manera trazaron un programa “Acción Social Católica” dilapidando y esclerotizando cualquier
discurso de modernidad. No obstante, en la vida política del país dirigentes conservadores de “Los
Leopardos” crearon un Manifiesto Nacionalista que en 1924 atacó a Marco Fidel Suarez resaltando “a
los hombres más jóvenes del conservatismo en Colombia, que son los más obligados porque son los
más fuertes” (p. 224).
En el séptimo capítulo el argumento central gira a la lucha contra el bolcheviquismo -todo aquello que
no fuese católico- la iglesia restringió mucha de la lectura europea como la de Maurras quien era ateo
y liberal. En la prensa se destituyeron muchos periodistas y se añadieron secciones infantiles y para la
mujer. “Los Leopardos” defendían algunas de estas ideas con reformas de gobiernos totalitarios.
La crisis política que atravesaban se reflejaba en Universidad y los debates en torno a este, no solo se
veían fisuras en el intelectual conservador católico, muchos liberales tenían opiniones distantes en
cuanto al problema social y sus posibles soluciones. La hecatombe del partido conservador a esto se
dio a mediados del 30 cuando se eligió al primer presidente Liberal dando fin a el periodo de la
hegemonía conservadora.
En los dos últimos capítulos se hace una acotación a lo que se está viendo en la década naciente y una
pregunta muy puntual a ¿realmente es un nuevo intelectual?, pregunta que se responde a lo largo del
texto y sintetiza muy bien Otto Morales Benites, ya que a estos “nuevos” es a quienes debemos la
importancia a lo sociales y a nuevas expresiones literarias.
El libro concluye con un panorama un poco sombrío de las relaciones políticas e inféctales de Colombia
y es “No hay enemigos a la derecha”. Todo esto marcado en las pocas revoluciones intelectuales que
tuvo en materia de gobierno Colombia, jamás entraron ideas realmente socialistas -la más cercana fue
Camilo Torres-, como sus cercanos latinoamericanos. El rigor de la derecha ha acompañado a
Colombia desde el inicio de su gobierno, simpatizando con personajes Fascistas europeos.
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
MATERIA: HISTORIA DE COLOMBIA III
VANESSA LARA CAICEDO

El libro tiene muchos puntos positivos por ejemplo cada uno de los objetivos fue cumplido a cabalidad
dentro de la lectura, los principales debates y polémicas alrededor de la gestación del grupo “Los
Leopardos” que pertenecían a la élite intelectual de extrema derecha, Arias también nos señala muy
exitosamente las diferencias y fracturas que tenían la derecha en Colombia, gestados principalmente
por su brecha generacional, además, también deja muy explícita la diferencia entre la hegemonía
conservadora y liberal, en tanto a los ideales que cada uno seguía, por sus corrientes de pensamiento
europeas sobre todo italianas y españolas. Señala también cómo desde el ejercicio intelectual de estas
élites que pudieron entrar a la Universidad empiezan a incorporarse en la política colombiana.
Criticas que encuentro a la lectura es su esquema organizativo, ya que en muchas partes repite
infructuosamente algunas ideas ya tomadas en capítulos anteriores, como los cafés literarios.

También podría gustarte