Los primeros balbuceos
Antes de existir como espectdculo
ptblico, el cine habia intentado adop-
tar una laringe, capaz de permitirle la
reproduccién audiovisual de la reali-
dad fisica. Edison, en su laboratorio
de West Orange y Iuego Pathé en
Europa, habian ensayado en temprana
fecha la sincronizacién de algunas pe-
liculas con rodillos fonogrdéficos. Es-
tos procedimientos, sumamente imper-
fectos, tropezaban entre otras dificul-
tades con su incapacidad para operar
con eficacia en una sala de grandes
dimensiones, debido al bajo volumen
del sonido emitido por el altavoz. Fue
menester que Lee DeForest inventase
la valvula amplificadora triodo, capaz
de consitruir eficientes amplificadores
de sonido, para que el cinema parlan-
te pudiera nacer. Sin embargo, la acep-
tacién popular del cine mudo demoré
el desarrollo de la técnica sonora,
Inicio de ta
expansion
japonesa en
Asia. [Hist]
Ejecucién de
Sacco y Vanzetti
en los USA.
(Hist.]
Alemania y
Unién Sovietica
consiguen la
fabricacion
sintética del
caucho. [Téc.]
Charles A,
Lindberg realiza
en 33 horas el
prime vuelo
transatlantico.
[Hist]218
Stalin obtiene
todos los
poderes en el
Partido
Comunista ruso.
[Hist]
Se funda en
Valencia la
Federaci6n
Anarquista
Ibérica. [Hist.]
Walter Gropius
y Enwim
Piscator:
Proyecto para
un «Teatro
Total». [Teat.]
Isadora
Duncan: Mi
vida. [Lit.]
CIEN ANOS DE CINE - VOLUMEN I
adopiada finalmente por los hermanos
Warner (Warner Bros) para superar la
critica situacién comercial y financie-
ra de su empresa. Warner lanzdé, en
1926, Don Juan (Don Juan), de Alan
Crosland e ilustrada con motivos mu-
sicales de la épera de Mozart, y tras
este éxito Crosland incorporé ya rui-
dos y efectos sonoros a su siguiente
Orgullo de raza (Old San Francisco,
1927). Pero la afirmacién definitiva y
triunfal de esta técnica, bautizada Vi-
taphone y engorrosamente esclava del
disco gramofénico, se produjo con el
melodrama musical El cantante de jazz
(The Jazz Singer, 1927), también de
Crosland y en donde el popular can-
tante judio Al Jolson entremezclaba
los cantos littirgicos hebreos con mo-
dernas melodias de jazz, con un guifio
cémplice hacia las potentes minorias
judias de la nacién y con un homena-
je a la mtisica nacional norteameri-
cana, de origen negro. El éxito estaba
garantizado y su triunfo colosal (costé
medio millén de délares y recaudé
cerca de tres millones) impuso defi-
nitivamente el cine sonoro.
En los Estados Unidos se desarro-
ll6, por tanto, la génesis industrial
de] cine parlante, con las patentes Vi-
taphone (procedimiento de Western
Electric explotado por Warner Bros),
Movietone (explotada por Fox Film) y
Photophone (con patente de Radio Cor-
poration of America y utilizada por su
nueva productora RKO). Casi simulta-
neamente, en Alemania aparecid elEL CINE APRENDE A HABLAR
procedimiento sonoro Tri-Ergon, in-
ventado por Engl, Vogt y Massole, ex-
plotado comercialmente por el potente
trust Tobis-Klang-Film. Esta hegemo-
nia tecnoldgica se tradujo en que Es-
tados Unidos y Alemania se pusieron
inmediatamente a la cabeza del cine
mundial, si bien fue inevitable que
sus primeros films parlantes adolecie-
ran de deficiencias técnicas y estéti-
cas, derivadas principalmente éstas de
la rigida inmovilidad de la cAmara a
causa de su recubrimiento con pesa-
dos blindajes insonoros y del torpe
sometimiento de la imagen a la sin-
crénica longitud de sus abrumadores
didlogos o canciones. En medio de un
clima muy polémico y de una acelera-
da transformacién de la industria, mu-
chos grandes artistas —desde Chaplin
a René Clair— repudiaron publicamen-
te aquella innovacién técnica, mientras
otros postulaban con mayor cautela un
uso anticonvencional del nuevo medio,
como hicieron los soviéticos Eisens-
tein, Pudovkin y Aleksandrov en su
Manifiesto del cine asincrénico (1928),
que al defender un uso antinaturalista
y asincrénico del sonido con respecto
a la imagen pretendia salvaguardar la
libertad de montaje conquistada por
el cine mudo, no supeditado a las exi-
gencias métricas de las palabras ins-
critas en la banda sonora.
Entre las medidas adoptadas por la
industria del cine para adecuarse a
la nueva situacién figuré la contrata-
cién de directores y de escritores pro-
219
Julien Benda:
La traicién de
los intelectuales.
[Lit]
Thornton
Wilder: El
puente de San
Luis Rey. {Lit
Virginia Woolf:
Alfaro. (Lit)
André Breton:
Nadja. [Lit.)