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LA SEXTA TROMPETA1
EL SEGUNDO AY: INICIO DEL ARMAGEDÓN
“El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios”. Apocalipsis 9:13.
Abramos la palabra del Señor en el libro del Apocalipsis en el capítulo 9. Hoy vamos a estudiar con la ayuda del Señor, por lo menos una parte, lo relativo a la sexta trompeta: el
segundo ay. La sexta trompeta y el segundo ay abarca desde Apocalipsis 9:13 hasta 11:14, donde dice: “ El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto”, o sea que el verso 14 del
capítulo 11 nos dice donde pasa el segundo ay, es decir, pasa después de todos los aconteci mientos de la segunda parte del capítulo 9, todo el capítulo 10 y la primera parte del capítulo
11, todo eso es el segundo ay y por lo tanto también, la sexta trompeta. Hoy estaremos estudiando solamente una primera parte de este segundo ay que es la sexta trompeta. Vamos a
estar estudiando hoy, Dios mediante, desde el versículo 13 hasta el 21 del capítulo 9. Primero como solemos hacerlo, voy a hacer la lectura del texto comparándolo esta traducción de
Reina Valera 1960 con los manuscritos más antiguos. Como les dije la vez pasada, el final del verso 12 por algunos manuscritos tardíos, es unido al verso 13, o sea, que algunos dicen:
“Después de esto, el sexto ángel tocó la trompeta”, pero no lo dicen así la mayoría de los manuscritos antiguos, además que entre el punto final del verso 12 y el comienzo del verso 13,
hay la letra “Y”, la palabra “Kay” que quiere decir: también, o igualmente, o además, entonces comienza así: “Y el sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro
cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios”, allí donde esta palabra “cuatro” antes de cuernos, en la mayoría de las ediciones críticas aparece entre paréntesis cuadrado, cuando
una palabra en el texto original aparece entre paréntesis cuadrado significa que los críticos no han podido decidirse si esa palabra pertenecía al texto o no pertenecía porque una gran
cantidad de manuscritos la incluyen y otra parte de manuscritos no la incluyen, manuscritos igualmente importantes, entonces los críticos no saben si es que fue agregada la palabra o
que fue olvidada, de manera que se coloca entre paréntesis cuadrado, por eso yo lo coloqué aquí entre paréntesis cuadrado, porque algunos manuscritos la tienen y otros no y es muy
difícil decidirse de si fue que se agregó o que se quitó, por lo tanto, cuando hay esa duda en cuanto a la comparación de los manuscritos antiguos se coloca un paréntesis cuadrado
alrededor de la frase, no se quita porque puede haber sido original, pero se coloca entre paréntesis porque pudo haberse agregado pero no hay seguridad, hasta que no haya nuevas
apariciones de otros manuscritos eso es por lo pronto como está el asunto de crítica textual en este pasaje. “Y el sexto ángel tocó la trompeta, y oí una vez entre los [cuatro] cuernos del
altar de oro que estaba delante de Dios, diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates.” Aquí la palabra cuatro si
es normal, “Y fueron desatados”, la palabra que dijo “atados” puede traducirse también “detenidos”. “Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día,
mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. Así vi en visión los caballos y a sus
jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. Por estas tres
plagas”. Esta palabra “plagas” falta el algunos manuscritos tardíos, pero está en la mayoría de los manuscritos más antiguos, o sea, que puede ser que se haya olvidado por algunos de
los copistas, “por estas tres fue muerta” dicen algunos, pero la mayoría y los más antiguos dicen: “Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo
y el azufre que salían de su boca. Pues el poder de los caballos”. Esta palabra “de los caballos” aparece explícita, algunos manuscritos lo dejan implícito. “Pues el poder de ellos estaba
en su boca” dicen algunos manuscritos, pero la mayoría y más antiguos dicen: “Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes,
tenían cabezas, y con ellas dañaban. Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aún así se arrepintieron de las obras de sus manos,” esa palabra “ni”, quiere decir:
oudé, algunos manuscritos dicen outé, otros dicen: “no”, otros dicen: “ni”, o sea que hay variaciones en los manuscritos en si: “oudé” o “outé”, los más antiguos y la mayoría dicen:
“oudé”, o sea lo que aquí dice: “ni aún se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de
madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías”; los manuscritos más antiguos lo dicen en singular: Farmacón, otros lo
dicen parmakeyon, o sea, unos lo dicen en plural, cuando Pablo lo cita en Gálatas 5, cuando aparece otra vez en la lista de Apocalipsis 21 de los del lago de fuego aparece en plural, por
eso pues, quizá algún copista quiso hacerlo igual a los otros, pero realmente los manuscritos más antiguos y la mayoría dice en singular: Farmacon, o sea, “ni de su hechicería, ni de su
fornicación, ni de sus hurtos”. Como hemos podido ver esta traducción de Reina Valera está bien cerca del original con esas pequeñas acotaciones que acabamos de hacer.
Entonces hermanos miremos otra vez desde el principio y veamos el verso 13: “Y el sexto ángel tocó la trompeta,” cuando el sexto ángel tocó la trompeta miren lo que dice: “Y oí”,
porque Juan no solamente veía sino que también oía, “oí una voz de entre”, no dice: en los, sino “entre los [cuatro] cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios”, o sea que este
altar de oro era de donde se recibían las oraciones de los santos que estaban debajo del altar. Ustedes recuerdan eso, que lo estuvimos viendo en el quinto sello? Vamos al quinto sello
en el capítulo 6 verso 9 para que podamos entender esto: “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el
testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” o sea, ellos estaban
diciendo: Señor, por qué todavía no juzgas? Ellos nos mataron y todo sigue igual, parece que no van a creer que tú tenías la razón, tienes que vindicar la causa nuestra, Señor, verdad?