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•
LECCIONES DE
LITERATURA
PRECEPTIVA
LlBRERIA VOLUNTAD
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Lecciones
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de
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TE;ORIA -Y,M'0DELOS
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NIHIL OBSTAT
r Jacobus Sádaba, S. I.
Bogotre, 10 augusti anni 1933
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IMPRIM."TUR
t ISMAEL ,
Archiepiscopus Bogotensis
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Es propiedad registrada de acuerdo con la ley.
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ÉL METODO OE ESTE LIBRO ,"
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El método que seguimos ,en estas' lecciones se aparta bastante de
laS trilladas sendas por donde hablan tomado,. hasta bi~ entrado el '
presel'lte siglo los más conoddos textos' de ret6rica y poétic,a. '.
Los autores de esos libros dan la definici6n, trazan .e n seguida las
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, .- divisiones y subdivisiones de lo definido" asientan luego las reglas,
condiciones y salvedades, las coQfirman con cortitos ejemplos, "-ÍÍa-
diendo en cambio no pOcas eXcepciones muchas veces de 1,os princi~
pios a priori establecidos, -Y'",quó resulta? Un joven alumno, de no
vulgares dotes intelectuales -por cierto, nos,' confesaba ingenuamente,
que la as!g?atura se k · hada 'fe.ada e ingrata. Ya se ve, ¡tantás 'ario
' deces tema que aprenaer-,-i\i,lllamona!
' ,' Pues hace~ Ji~iana 13 ",ga, por volÍl~inosa que parezca, y pre.-
sentarla al !lino uttl y prooethosa. es el fin que persegmmas en esta; ,
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,lecdones. ,
. Amenidad y práctica, he. ahí nuestro lema.
Si el joven desde que comienza SUs estudios literarlos va viendo
en cada lecci6n las belleZas de la obra o parte literaria que se le trata
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- . . de enseñar, .y va entendiendo' los preceptos tooricos ante} ya de esta-
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.-- . blecerlos, poco trabajo le costará levantar la carga de Inandar a la
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memoria ¡as definiciones, cualidades, reglas y ejemplos de la precep-
tiva lite~aria. . ~.. ' ,~
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Primer¡¡mente presentamos al joven alumno un modelo de la ,
cuesti6n literaria que en cada lecci6n se pretende estudiar. Con ese
ejemplo a la vista le vamos'·señalando. como con el dedo cada una de
las cualidades literarias que lo constituyen, haciéndole caer en la cuen-
ta de qUe de esas dotes parciales que en el examen;ntuitivo 'vamos ..-,
encontrando, depende la armonla y belleza literarias del conjunto.
Quizás, y a las veces ' de iilte~to, encúentre en el an~lisis lunares y
defectos que sombrean y hasta afean la ' composici6n, objeto de nuestro
estudio. Justamente ese hallazgo servirá al maestro · para llamar. la
atención del discípulo sobre vicios, vecinos' a virtudes literarias: A. _
veces basta la intuición- reflexiva para dar co'n la definición ·y prin'd -
pios: huelga entonces el análisis detenido. En algunas lecciones, como
al explicar la natu.r:wdad e· importancia de las figt¡fas, preferimos de
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8 Lite,oatu1"a preceptiva
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Pero el método de nuestro texto ·no termina con la intuición ana-
lítica. Por el procedimiento expuesto, el discípulo adquiere ideas, en-
tiende reglas y deduce preceptos que enriquecerán, sin duda, sus fa-
cultades intelectuales. 1'1as a cualquier experimentado institutor se le
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y ordenar los conocimientos, los abrumase y confundiese, al irse mul-
tiplicando la materia de la asignatura.
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el ánimo fiioen un mismo objeto; ya que la producción no suele ser,
tan rápida como la intuición» 1.
Esto por lo que mira a la acción como medio de fijar mejor lo
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aprendidp; que considerándola como fin y objetivo de todo arte, ¿quién
1 p" Ruiz Amado, La educaci6n inteltctual.
.
\ 10 Litcrqtura preceptiva
a
va dejar de reconocer su impo;tancia' d,idáctiea? Pues a eso encami~
. , namos al fin y a la postre el estudi~ reflexivo de los modelos: a imi-
tarlós. No queremos que nuestros discípulos ni cuantos se
hayan de
valer de estas lecciones, salgan del primer curso de literatura con una
serie solamente de conocimientos te6ricos, siquiera sea bien entendidos ,
,
y asimila~os .. Eso es poco: . pretendemos que cuantos sientan en sí la
vocaci6n, tan seguida en el presente siglo, de cooperar en verso o en
prosa a la laoor civilizadora ' de la prensa, encu~ntren en este libro
los fundamentos primeros para bien 'escribir;' y deseamos , que todos, '
literatos y negociantes, escritores y lectores, puedan servir a su reli-
gión y a su patria por lo menos con la lectura inteligente de toda '
buena producción literaria, y con)a redacción culta y correcta de cuan-
to han de escrib~r, siquiera sean meras cartas familiares, haciendp
• honor al idioma «cuya famosa urdimbre -ha dicho el escritor más
galano de nuestros tiempos-- brochada y recamada por' tantos poetas
y místicos artífices, es palio del sumo' Verbo, púrpura de reyes, toca .
de vírgenes, velo de c;ustodias, brocél..do de casullas, lienzo de bande-
· ras, paño' de altar, vestidura honestísima de pensamientos limpios y
veraces, airosa capa de corte castellano, rica en hombros de hidalgos
caballeros, airosa al talle de los' chisperos de Madrid, manto imperial
señido al vigoroso cuerpo de nuestra raza insigne» 2 _
• Pues bien: tales conocimientos prácticos de tan rica lengua y.li-
teratura patr~as, no se adquieren sino con el ejercicio. El cual, aunque
· principalmente a la experiencia y laboriosidad de los señores profeso--
res hayamos de encomendarlo, con todo cre.emos roturar el camip.o , ,
por donde han de conducir ellos al disc;:ípulo, in.dicando generalmente
· al fin de cada lección los e¡ercicios prácticos que más se conforman
con la Índole de cada materia explicada. La lección veinticuatro, por .
ser completamente empírica, podría servir de pauta para los ejerci~
cios ,en que podrían ser adiestrados los ah,lmnos hasta..-Iograr relativa ,
facilidad de composici6n en cualquier género literario.
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tros· rumbos" con harto medro de las letras y ,no exigua amenidad de
enseñanza.
.si alguna novedad .hay en nuestro método" 'cstá en aplicar SiI;lció-
nicamente 'a la· literatura. precepúva los tres procedimientos didácticos
contenidos· en el Ratio y recomendados con otros nombres por la
moderna pedagogía.
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-Coriocida la aplicaci6n simultánea de. nuestro método, no habrá
profesof ni críticQ, que de' enseñanza prácticá literaria entienda, que
se espante al ver-un texto de 'más ,abultado .volumen quizás que cuan~
tos ordinariamente suelen correr por licedS y ' colegios. Pero tengan
también en cuenta inexpertos y rutinarios críticos que en este.volumen
.,,0i<'o.. van refundidos IQs dos ' tomos ,-el de teoría y el de piáctic~s o anta-
!" , logí.,-:- usados hasta ahora e imprescindibles en toda dase de ret6rica
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,de los j6venes con ejemplos franceses, ingleses O' tudescos, preferimos
de ordinario los .de liter.a.tos <;lasicos; ',que· a~odos pertenecen,. o los
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. Q.~ nuestrQ. parnaso ' c~tellano. Po,r absur,tlo e insano tenemos da{ a
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12 Literatura preceptiva
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modelos en la forma, han de ser leídos ,con precaución por exponer
ideas má~ o menos contrarias a la religión verdadera o a la moralidad.
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LECCION 1
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CONCEPTO DE LA ASIGNATURA -.
NOCIONES PRELIMINARES
I~ •
l. I. Literatura, etimol6gicamente, y en su acepci6n más amplia, •
significa lo perteneciente a las letras; y en este sentido abarca ella
lo mismo
, , . poéticas y oratorias, que las de medicina, astro-
las obras
nOffi13 y matematlcas.
En su acepción más estricta, se ha reservado la voz literatura a
) las obras literartas, o sea a las composiczofJ.c; del 'humano ingenio,
1': exteriorizado po, la palabra o el escrito. pero con bellaS formaJ de
ti, expresi6n.
En este sentido comprende tooavía la literatura las obras científi-
t cas, filosóficas. etc., si no se consineran éstas bajo otro aspecto que
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COllcepto de la asiguO<tura 17
2-LiTERATURA PRECEPTIVA
LecéÍón. 1" -~-,
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Nociones previas de "Estética 19 '.
Entre estos, merece segundo lugar en literatura la oratoria; la cual, ,
aunque tiene el fin práctico de persuadir, no lo consigue, empero, sin ,
la competente expresi6n de la belleza, que como la sangre por las ,
venas, se ha de' difundir por todo el discurso 'oratorio.
•
Menos directamente que la' oratorÍa, pero también con todo de-
recho, entra en el campo literario la didáctica, y de ésta, especialmen-
• ,
te, la historia y . muchas exposiciones filosóficas ; pues aunque el in-
tento de la didáctica es la exposici6n de la verdad, esa exposici6n ha
de. ser proporcionalmente correcta, elega1}te, artística, esto es, bella.
, Así, pues, las partes más generales de la literarura son:
a) LA POESIA, cuyo fin único es DELEITAR con la expresión de la .'
5) - ¿Cómo hacer sensibles las ideas abstractas ? Hágase ver en algún ejem- ,>
plo (5) - Divisi6n de las bellas artes (6) - Definición real y estricta de ,
. la literatura como arte bcllQ (7) - Excelencia de la literatura (8) - Partes
generales que comprende la literatura (9).
,
LECCION 11
1
.
Los números entre paréntesis iri'dican el número de la lección en que va
la respuesta.
•
20' • •
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úv¿quc (M .. Charles), Estética o , ciencia d.e lo 'bello, Valladolid, I~p. de H.
,Rodríguez, 1878.. - Revilla, Principios g~nerales de literatura, Madrid, I~ ..
de J. García~·· 1884. - l. Uera~ S. ']., )'eoría. de la ',literatura y' de las 'artes,"
Bilbao; 1914,' Imp. Graphos.' - V; Merder, Tratado de fi]osófía.- tomo u J' Me·
tafísica, 49 p.; c. IV par. 3; 2~ edidon, ·Gili j Barcelona, 1917. - Mons. Rtrfacr
M. Can"asquilla, . Lecciones de metafísica y-,.ética, Bogotá, 1914, Imp. de la Luz,
Cf., cap. IV. _ .- R.. P. Munnzú, .ver~ l'éternelle beauté, 2me.' édition, PatisJ •
, Gabriel Beaurchesne, . Librair. Edit~ui, 117, Rue de Renne~ 191A. - Ca!ixto
Oyuela~ Tcoríi literaria, ' 19' ed:, Buenos Áires, Estrada y COJnp., Editores: -
(Tén~ase en cuenta además las ob¡p.s que; "al tratar a,suntos especiales, se ván
citando en las demás lecci,?nes de estética) . .- ,
.,
La belleza. - Concepto ;dé esta palabra deducido del
, .
. ' estudio de dos fragmentos bellos, ' -
t ID, Si · la literatura <expresa la -belleza por medio de la palabra. ,
necesano es, antes de pasar ade.lante, teI?-er concepto~ claros ~e la '
belleza,
No entra en la asignatura el estud.io ontológico de la pelleza, que,
sobre ser muy discutido, tiene cabida más oportuna en_el curso de
metafísica o en la de estética. Per.o Sl 'vaInos a darnos cuenta. de lQ '
/' que queremos decir con estas palabras '"'bellez~, hermosura literarias,
, por medio dd análisis reflexivo de la impresión que experimenta~os
al leer .un. ~ragmento lirerario. "
Elijamos dos breves descripciones, una en verso, otr'} en prosa.
Sea primeramente el siguiente cuadro literario, trazado por la plur:qa •
de Zorrilla:
EL CREPUSCULO DE LA TARDE
(
Sentado en una peña de este monte,
tapizado de enebros y maleza,
estoy viendo en el cardeno horizonte
reverberar el sor en su grandeza.
..
. . . .. .. , . . . .. ... , . , . , . .. .
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•
Arde Ja cima, el hon"zrmte extenso
trémulo brilla cfJn purpúrea lumbre:
un mar de grana le circunda inmenso7
y un piélago de sol flota en la cumbre.
El sol 'se tia; la sombra se amont~na7'
las nubes en opacos eseu,admnes
avanzan al ocaso, :Y se abandona
la atmósfera a sus rápidas visiones.
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• ,
Nociones previas de Estética 21
Gime la jue,ztc, y silban los reptiles
que guarda entre ms algas la laglltl4,
y ~/as estrellas por o,'enle a miles
trepan m pos de la inocente luna.
El sol se va; ya en ilUSIón tranquila
de aérea nube en tre el celaje gayo
que tras su lumbre con afán se apila,
desmayado pint6 su último rayo.
Adiós, fúlgid o sol, glona del día ,
duerme en tu 1'ico pabdlán de grana;
ora 110S dejas en la noche umbría,
pero 1"odian te volverás mañana 1,
••
~ Leamosahora una página descriptiva de la novela Maria, del co-
lombiano don Jorge Isaacs:
Pasados seis años, los últimos días de un lujoso agosto me recibieron al
regresar al nativo valle. Mi corazón rebosaba de amor patrio. Era ya la última
jornada de mi viaje, y yo gozaba de la más perfumada mañana del verano. El
cielo tenía un tinte azul pálido: hacia el oriente, y sobre las crestas altísimas
de las montañas, medio enlutadas aún, vagaban algunas nubecillas de oro,
como las gasas de un turbante esparcidas por un aliento amoroso. H acia el sur
flotaban 13s nieblas que durante la noche habían embozado los montes lejanos.
• Cruzaba planicies alfombradas de verdes gramales, regadas por riachuelos cuyo
paso me obstruían hermosas vacadas, que abandonaban sus sesteaderos para
internarse en las lagunas o en sendas abovedadas por floridos písamos e higue-
rones frondosos. Mis ojos se habían fijado con avidez en aquellos sitios medio
ocuhos al viajero por las copas de añosos guaduales; en aquellos cortij os donde •
había dej ado gentes vi rtuosas y amigas... .
Estaba mudo ante tan ta belleza, cuyo recuerdo había creído conserv ar en
mi memoria, porque algunas de mis estrofas, admiradas por mis condiscípulos,
tenían de ella pálidas tintas ... El cielo, los horizontes, las pampas y las cum-
bres del Cauca hacen enmudecer a quienes las contemplan. Las grandes belle-
zas de la creación 00 pueden a un tiempo ser vistas y cantadas; es necesario
que vuelvan al alma empalidecidas por la memoria infiel. .
,
Antes de ponerse el sol ya había yo visto blanquear sóbre la falda de la
montaña la casa de mis padres. Al acercarme a ella contaba con mirada an-
siosa los grupos de sus sauces y naranjos, al través de los cuales vi cruzar poco
• después las luces que se repartíao en las habi taciones .
Respiraba al fin aquel olor nunca olv idado del huerto que me vio formar. ..
Las herrad uras de mi caballo chispearon sobre el empedrado del patio. Oí un ,
grito in definible: era la voz de mi madre; al estrecharme ella en los brazos y
acercarme a su pecho, una sombra me cubrió los ojos: era el supremo placer
que conmov ía a una narura leza virgen. (Del. cap. n ).
Al ·aca.~ar de leer co l1 fij eza estas dos rápidas descripciones, cual-
quiera instintivamente exclama : ¡Qué belleza! ¡Qué descripción tan
h ermosa !
Pues bien, .ese arrebato de entusiasm.o ·que s~ apodera de nosotros
al oír ttTl buen trozo literario, y que hace. pran'umpi~ al menos in te-
¡'¡armente: «¡Qué bello! ¡Qué hermosura!») e.f lo que se llama emo-
ci6n estética.
1 Poesías de Zorrilla, tomo v, Madrid, 1848.
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la . et,;ociói1 ': ';'tética{ Reflexionando robre esta'·- ."
.. irqpresión . sentida con la lectura dd fr.agrÍlento anterior, oDsérvase
que es muy di$tinta de la que' se experimenta con lá placidez de un
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baño agradable. en día bochornoso, o con el sabor de un manjar' de·
licado. . Por ninguna de ·esias . dos' 'imp,resiones .se Je .QCurr¿ •. a' fiadie '
decir: ¡Qué hermoso bañol ¡Qué bdlo manjarl ' . . . . .
., ·Ua ejemplo pondrá esta diferencia de impresiones · máS, 'en ' claro •
todávía. Os presentan "un 'canastillo de flores .. y frutas: . os oompla-
'cos en adinirar la viveza.de los ¿olores y e! primor de los rafnos: hé·
" ahí la emoci6n estética; con/ verdad' diréis: ¡Qué bellas floresJ. ·¡Qué .,
hermosas 'frutas! perO luego: alargáis la mano para aspirar d ' p~- .
,.. .me de las flore~ y 'saborear la dulzura de . las frutas, En' es~ ,satisfac-
, • ción ya no hay placer estético~ <sino sensitivo, y diréis : ¡Qué :,a-roma
., • tan exquisito!' ¡QUé. fru~as tm
sabrosas! Es. "que en el. ·priniej caso '
. contempláis flores. y frutas porque sdn_bellas a la -inteligencia, y 'en
,, ,. ~l segundo las saboreáis ¡rOrque seU' .agrailables a los ' sentidos. .
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Luego' ya tenemos e,5ta consecuencia del análisis reflexivo qé buesi. <
.tras emociones: que hay ,una :diferenci~ r~dita) y -e,encia! én~e el . " , .
placer estético y' el placér sensitivo, y por, tanto entre -LA 'BELLEZA, que
causa el primero ' y LO AGRAÍ>ABLE~ qye excjta 'el.'segundt? . ,
12. Meditando 'Un p~o ; má~ sobie tas sensaciones . que producen
-. lo apetitoso y lo grato a lds sentidos, ver'éis que éstas entr~ú pdi los
• _sentidos del gJlsto y de! tacto, y no pas~n de ahí; tanto 'que .los i?ru-
tos irracionales las sienten lb mismo b
que el hombre.
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' .: Pero las descripciones. leídas entraro!, pdr el oído, 'p~saron a en- .
riquecer la fantasía con su viva representación, y tr~endieron a las
facultades cognoscitivas .q!le,.. siq daros ' c;uenta quiZás, iban viendo .4t . -.
verdad de'las descripciOI¡es y el esplendor y concierto. con que el poeta
iba trazando la pintura del ·pai.¿aje tal cual debe ser en la -hora del
crepúsculo y eil~ la hermosa- 'm~ñana de verano. Si "la inteligencia no
, hubiera ido viendo la verdad en las lúcidas pinturas de! pais.aje; no ,
, os hubiera d.e!eitado ni interesado'. Hubiérais ·dicho lo que ' suele de- .
cime ante UD. cuadró o una descripci6n sin proporci6n ni cólorido': '.:,.
cEso no me dice nada; ahí no hay . vida; no me interésa:. .
. Luego, sin meternos a discutir la definición filosófica más. esp-ie.
ta, por la' m~ra reflexión de nuestras impresiones: al oír las descrip..
dones leídas, p'o~emos inferir: " '~
19 Que la emoci6n estética se produce cuando, por obrar_de con~ . :'
cierto la inteligencia, ta vista 0 , el oído, y , la imaginación se nos pone.
en plena · pósesi6n 'de la verdad, objeto propio del, espí~itu. Y que
, cuanto más se manifieste la verdad, por una parte llena de claridad, ;
y por otra; libre de todo elemento gro""ro y material, tanto es más
VlVO el placer que experimen¡a el alma. :. ,,
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o científica.
En la descripci6n poética u oratoria del paso de la vida de! Re-
dentor pintado por Vinci, no se trata de averiguar eón toda su exac·
titud histórica si el Divino Maestro mostraba esa determinada posi-
• ción de rostro y. de mirada, y los discípulos esos continentes y gestos
que precisamente el pintor traza o el poeta y. d orador describen. No;
la cuestión artística está en si, dadas las circttnstancias el Señor y los
l
•
• 24 .Lección II ..,
"palabras puede . DEFINIRSE: ·la cbnformiqad ·del pensamiento _con la
realidad', no como es, sino como hubiera podido y debido ser ,admi·
tidas ciertas suposÍfiones. .
Según lo dicbo, es muy · buena la definici6n que, consi~erando
49
sus efectos, da Santo Tomás de l;! belle;>,a: Pulcra. sunl quce visa pla-
cent: lo que conocido causa p?accr 2 . Pero evidememente que, por io
.c:;¡puesto, no habla e! Ange! de las Escuelas del placer grosera de los
sentidos, sino de un placer que r~rea la, inteligencia y el espÍri.tu;
placer puro, inmaterial, desinteresado. .
La inteligencia que ahora ya tendrá e! discípulo de lo que es
, ~eza, le aclarará a su vez la definición que, en la lecci6n primera,
número 5, dimos ge arte bello. En eso está el arte, en dar con la be-
lleza; pero la belleza es la verdad luciendo en formas ·sensibles; luego
el arte estará en dar con esas formas sensibles que mejor y más .híci-
damente nos bagan ver la verdad.
13. Corolarios ' importantes. De lo dicho 'se deduce; .19 Si.la
belleza es esplerdor de la verdad, Dios es la mayor belleza, puesto
que siendo la· misma Verdad (El que es, lo llama la Sagrada Escri-
.tuca) 3 , el entendimiepto nos lo presenta como el ¡peal de toda .per-
fección y .fuente manantial de toda hermosura: au'TO 'rO KaA6v, la mis-
·ma belleza que dijo Plat6n. Y será un .dia para nosotros la. plenitud
de la belleza, cuando por la visión' intuitiva se no::; muestre ricuti est~
tal cual es, en toda su infinita perfecc!ón"., '
29 Aquellas obras literarias que tiendan a .producir placer .no .más
que sensual o voluptuoso, sQn antiestéticas; , erróneamente se llaman
literarias.
Confunden sus autores el placer estético con d placer sensual.
,M,:t~y bien se expresa sobre ,este particular Saint-Marc Girardin : «El
arte no debe hablar sino al alma, y solamente <11 alma debe agradar.
Si trata de emocionara los sentidos, el ' arte se degrada. El miSmO
baile y la danza son un arte cuando pOI sus pasos y movimientos
agradan .al espíritu. y despiertan en .el' alma la idea de la gracia. No
pasarán de ser un oficio de tantos cuando só~o tratan de excitar la
voluptuqsidad y de contentar a los sentidos. Las artes son el lenguaje
del alma. ' . •
39 Si la belleza ha de producir un deleite puro e inmaterial, la
I
belleza tiene I:elaci6n íntima con la m oralidad.
Ni . se diga que pueden concurrir deleite s.ensual y emoción es-
-tética; pues la emoción estética, si es verdader.a, qebe elevar, espiri':
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el hombre se rebele contra la ley moral, contra el pudor, contra la
justicia y contra el dominio que debe ejercer sobre las pasiones y las
tendencias rastreras del apetito? ¿ Q ué hermosura puede haber en la
infracción del deber? ¿Q ué deleite puro y espiritual pueden propor-
cionar los desórd enes del vicio, la rebelión contra el C reador ?
¿Es esto decir que no pueden entrar en una obra literaria caracte-
res rebelctes ~ la moral y descripciones de vicios ? De ninguna manera:
justa mente en el contraste del vicio y de la virtud resa ltará más la
belleza moral, si la virtud triu nfa del vicio como debe ser. P ero de
, esto trataremos detenidam ente al habla~ más adelante de lo feo en d
¡. arte li terario.
Luego es absurda la teoría de «el arte por el arle, . Esta frase, cuya
verdadera fór mula sería «el arte por la belleza» 0, com pendia la teoría
de los q ue sostienen q ue «siendo el fin del arte lo bello, no se ha de
cu ra r para nada de lo inoral •. Concedido que el fin del arte primario
y directo sea producir la belleza. La cuestión es si puede haber belleza
allí donde no hay moralidad . Y decimos que nunca podrá ser bello
para el sér racional aq uello qu e es contra su naturaleza racional, con-
tra el fin ulterior y su premo del sér humano, v contra los deberes
que impone la sociedad culta, cuyo perfeccionamiento verdadero no
puede destruir el artista. Y esto no por fuerza de la religión cristiana,
sino de la moral natural, y que impera allí donde haya conciencia
de humana racionalidad.
D e manera que, aun cuando el fin del arte no sea la moralidad,
la necesita como condición im prescindible, .al menos negativamente, j.
esto es, en cuanto que para producir la belleza no puede el arte ir
vestido con el ropaje torpí-simo de la inmoralidad. Ningún arte hu-
mano puede contrariar al fin innato a que tíende la naturaleza
hu mana, el bien. ¿.Quién podrá llamar bello un cuadro q ue con
bellos colores pinta acciones bai a~ y repugnantes?
Además. la belleza creada, en tanto lo es, en cuanto sea un reflejo
de la belleza absolu.ta. Mas confundiéndose ésta con la perfección y
santidad del Sér divino, nunca podrá reflejar bellezas mutiladas de
su conformidad con la natura leza racional. .
14. Objeciones. Como este asunto es mu y importante en la asig-
natura, y los adversarios empeñados en el triunfo de la carne y de la
o Cf. Dismrso de dOll Pedro A. Alarc61l, al se,· ,·ccibido en la Academia
Elpaño/a.
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f<espuesta. - Esa consecuep.cia 'se deduCiría, si
'1'0ral cat6lica en las obras de arte·. Pero lo qué hemos exigido es ·la .-
moral raclOnal y 'universal, que alli donde haya aitistas racior¡ales ..
tiene que exigirse. Según esto, UD · deStruimos -la belleza de múeh~s .
de l~ literaturas indicas, .y geútllic¡ls, pOrque brílla esa: moral uniyer. , '
sal en las obfaS de.v alqtiki .~ de Hómer,o, y en muchas de la misioá ....
Safo, de Horacio, aun de' Oviclio y Catulo. ~.. ,_ •
<,Y qué decir de .esas obras tan obscenas de replltados autores'?,
Conteste por nosotros don -Juan ' Vale~a, qui: se precia 'de defender .'
.• el arte por .el ·arte. 7• •Las visiones de. Bauddaire y de, Rollina!, dice, ~.
espeluznan y descomponen d"es'tómagQ; 'd~m horror y asoo; ~és me- \ .
n~ter ,ser valienteS 'y robustos \ pata resisti'das, sip. vomitar o caer
. _ .desmayado$ ... » 8. ,Esto ' es lo ,qqe debiera ~ceder a· todo el 'que no '
hubiese estragado ~u gusto artístico l~yeildo fas robras 'amasád'as " ~n
inmoralidad. Pues ¿por1qué Valera· y otros críticos inferiores adlJliran
·· .,, '
.tales obras? Discúlpanlas diciendo .que esa,s verduras 'de verdes 'escri-
tofes hay qqe tomarlas a. risa y humo.rísmo,; y así se ~acen tolerallles. ,
"
-. , . Pero ¿por raz6n de su hermosura'? ¿Ac~so l,a risa y d chiste pue-
•••• dep c,?nvertir en bello 1" que. d" as,o y horro, .? En estas ·contradic. .
.
f.í'.. 'f"_
; ..
.
ci0lles caen loS que aunque sean de ]a. talla de Valera, quíeren navegar ,
. por la corriente naturalista, sIn que s'u n(inradez. natural y su sentido"
e; tético >c lo per.J11itan. '¿Y qué result~ ? Que les pasa a ellos lo. que
"el mismo Valera acha~ al a,utor del Himn:o de la· carne; a quien ré~"
futa : «Que; sus t(:orías se quedan · en '~el' limbó,. y no suben -al cielo ili
al infierno:) 9.. . . . . ' .
.
. ' , •
'.' ., \¡:. . r '.'). . '- .. ",.
~"
''>....
. 'o' ,. ~
;',
•
, . Nocio'IJes p,.ev~as de Estetic..a 27
,
•
.\
empero, RELATIVAMENTE, en. . cuanto,., que" lq verdad de sus seres parti-
. cipa más o menos de la. bdleza' absoluta; ..
- Esta belleza ' relativa , pued~ encontrarse en 10s1 seres de la natura-
leza, como en el firmamento estrellado, en la puesta .del sol, en Iús
prados vestidos de flores, y ·se llama belleza natural; o puede ser pro-
ducida por el humano ingenIO, . y es la· b~lleza artistica, que resplan-
dece en todas las obras de. arte, como el Moi,és de Miguel Angel, la
Inmaculada. de Murillo, la Divina Comedia de Dante, la .vicia es
sueño, de Calderón, etc.
La belleza natural se. subdivide; porque puede admirarse en los
seres naturales minerales, vegetales y animales, verbigracia, la belleza
de una esmeralda, de _una ,rosa} de un sinsonte, y se llama belleza
lisica, o se contempla en las dotes del alma, y toma el nombre de
belleza espiritual. La cual puede ser belleza sentimental, verbigracia,
en el amor de madre; intelectual, verbigracia, en las grandes ideas; y
moral, verbigracia, en los actos de virtud. ..
Recogiendo sinópticamente . estas clasificaciones, la belleza' rela-
tiva es:
Física
Relativa ¡
Natuca!
Artística
Espiritual
¡ Sentimental
Int~lectual
. Moral ,
• • -'
Lo ,mblime. Lo trágico 29
.
í '
culpa al artista inmoral ser irresponsable por el exceso de inspiración ? ¿Se
puede pintar el vicio artísti camente para inspirar horror al mismo? ¿Es verdad
que el arte purifica · cuanto toca? ( 14) - ¿Qué decir del arte docente? (15).
División general de la belleza. Subdivisión de las bellezas natural y espiritual.
¿Qué elementos in tegra n la belleza humana? ( 16).
LECCJON III
• LO SUBLIME - LO TRAGICO
OTROS GRADOS DE BELLEZA
•
_18. Fíjense bien los alumnos en la lectura entonada de la si-
guiente poesía de don José Joaq uín Ortiz, gloria de la li te ratura co-
lombiana:
AL TEQUENDi\MA
.'.
,
•
,
•
, "
.. Lo Sublime. Lo trágico 31
,
." "
'1'"'. Lo sublime. Lo trágico 33
'.~
En, esta sombra melancólica que huye ame la luz del sol, 'aparte
el poético simbolismo, hay majestad de pehsamiehto ' envue!tó en
cierto misterio y august;l tristeza. He aquí lo solemne.'" _,
Emite también un pensamiento solemne el chileno G, Blest Gar¡3,;
cuando con resignac~6n no desesperada, termina así un soneto:
Igual a la dl: todoJ ~s mt suerte:
cuando 1Jada se espera de la tlida,
¡algo debe uperarse ,de la muerte!
Modernos tratadistas de estética han "inventado la teoría del '«su-
blime de la voluntad», como dice Vischner~ o de los «monstryos su-
blim es~ en frase de Nussleins: frases con las cuaJes quieren decir.
.-
que un acto de desesperaci6n, c:l mismo suicidio, son moralmente
sublimes.
¡Inadmisible teoria! Lo sublime es belleza suma: y no .puede
haber belleza donde no h ay moral (NO' 13, 30 ), Además, 10 sublime ·
despierta grata admiración, respecto, estima y amor (N9 18) . Pues ·
¿qué 'sér racional podrá admirar gqitamente; ,respetar, estimar, amar ,
lo inmoral, un ,suicidio? Ij .
: 23, Grados inferiores de belleza. Muchos objetos, y por tanto su
descripción artística, producen en nosotros emoción estética, pero no
tan intensa como la de' la bdlcza. .. De . aquí las expresiones jQué
bonito! ¡Qué lindo! ¡Qué gracioso! ¡Qué' elegante! ¡Qué hermoso·!
que los alumnos han de aprender a no co'o fuodir, sino a usarlas
debidamente.
Véase este fragmento del poeta colombiano Rafael Pómbo:
Mariposa
vagarosa "
r
rica en tintes y en donaire,
¿qué hace.; tú de ,'osa en rosa?
¿de qué vives en "el aire?
-¿Yo? de olores
" de flores,
y d~ espumas de la fuente,
y del sol resplan.deciente,
que me viste de colores.
- ¿)1e regalas
tus dos alas?
son ttm lindas, te las pido;
deja que onu mi vestido
con 'la pompa de ÚtS galas. ,
¿Quién al leer estos pocos versos no dice: ¡Lindo ! ¡Bonito¡ ¡Gra-
cioso! 1, Y bien dirá: porque
LO BONITO "'i LO LINDO ,se refiere a la belleza en seres u objetos de
5 Cf. ]ungmannJ La belleza y las bellas artes.
..
I
I "
•
•
•
•
Lo sublime. Lo trágIco 35
,
, ..
." ., " . . •
., . ~, ~:...
,
..
",
,
,
,
, ' \"
,
. .~
Idtimbradoi
, .- ' por el . sol:
., . · ,
¡Aditjs: pa:ria!.. jPatrzo mio, .
• ,. IIIU1)' no puedo -odiarU,· ad,ós!
'" ' . , ..
•" " ~."~ ~ "'L'''',
- ,_ , • '.' )1 , tu
manto, cu'ai ún· niño, .-
.
.. " ;. m~ _ agárraba en
-mi.4/licaó1J j' " '
, ,mas·colénca tu mano
"ae-. mli manos ··to arranc6;
,. , '
, f 'en tu saña desdyetfdo \
"ml ¡ol/ozo .. y mI clainJJr, ..
más allá del mar tu'. brazo ,
..
,
.-.
.;1 cada tarde la excavaba
al PQstrer rayo del. "soI: _
'C¡V~ a' pedirla oí ~xtraniet:ol>.
•
.
¿No se ve aquí el, delicado
",
aún ni:) -puedo odiark, tldi6j/
. -'
y .'tierno recuerdo de la patria y el , , y.
floble 'amor de ella, a pesar del· destierro éon ' que ha' proscrito 'al
. ' .
- "'..",
.'
poeta.? Y ,esto entre la elegancia de ·\a forma, porque
Lo "EL,E.GAN~ consiste en la selección d~ forinas ' con escasa canti~
dad de materia.. Así, es e1egante ' un salÓn ,cuando está decoració. ron
j>ocos . y c:scogidosadornos; y lo es un idificiq s,í no está recargado
" .!
';, ' ,~
. " ".
l'
.' , ...
, ,
• •
'
,',
Lo feo y .10. rjdíc~lo. Sus cla~'es • , 37 '
'< ,
,, LECCION IV
,-
LO FEO Y LO RIDICULO - SUS CLASES
,.
25. Lo' feO:. Nadie duda que en el orden -físico y en el morid se
~en cosas deformes jeas, . ,,' .
. . y lo más adm irable es que esas 'cosas feas producen a veces en
quien las ve re(Jresentada~ o descritas, emoción estética, tanta o más • <
que les cosas bellas, De aquí que el artista no pueda prescindir del
estudió de lo feo, al lado del de lo bello.
, ,
I
\
• \ ,
• I t .
, " I ,
Lecci6n IV ,
,
.' - " \
Lo feo y lo ridículo. Sus clases 39
,
,- ,
, ."¡<i!i:I¡¡;;;¡"¡¡¡¡;~'
0.,:" ·r..t~>"~_d'l~·I<;~Jf'~
"
Lo ' feo y lo "ídículo, Sus clases 41
, ,
salir de su tumba. No te asustes, pues: vístete, no palidezcas. L avémonos .las
manos ... ¡A dormir! ¿Quién deshace lo hechor iAh! Llaman a la reja ...
Ven, dame la mano... ¡A dormir! ¡Vamos, vamos!
¡Terrible situación la · de esta mujer feamente criminal!
Así es como lo feo, y aun lo horrendo, pueden y deben tener
cabida en las obras literarias. Admitir lo bello de la crueldad, del
suicidio, como Vischner y otros modernos pretenden, es la fealdad
más monstruosa que pudiera darse en la naturaleza racional 2. ,,
28. Lo ridículo. He aquí una fealdad que tanto nos agrada.
Cualquiera ve que Tersites quedó en ridículo delante de los griegos.
, Pero veamos otro modelo muy gracioso de ridículo.
,> Hay en el cuento del P. Coloma La Pascua florida y el cuarto
ayunar?, un honrado maestro, llamado don Justo. Veámoslo puesto
en ridículo:
" Un día sus discípulos se aliaron para llevar a cabo una conspiraclOo en
!, contra del antirrevolucionario don Justo. El plan era bien sencillo. Un nudo de
.'
J
la madera, desprendido de la mesa del maestro, formaba un hoyito, en que éste,
,
.' sumamente apegado a sus hábitos, solía introducir el dedo índice de la mano
con que accionaba. Clavaron en él los conspiradores una aguja con la punta
,." para arriba, y llenando el hueco de acíbar, esperaron a que el inocente don
. Justo encontrara allí el c.'lStigo de su timnía. Distraído éste, hacía ,leer a uno
de los alumnos las máximas de Martínez de la Rosa. Lea usted con sentido,
! que eso no es un. romance de ciego, decía. Ha de leerse así:
Quten maltrata a un animal
no muestra buen natu ...
i Canastos! se interrumpió el buen maesrro al sentir un sensible picotazo
en la punta de su dedo que, impulsado por la costumbre, había ido a introdu-
cirse en el hoyito conspirador; y llevando naturalmente a los labios la parte
lastimada, murmuró al sentir "en la boca el amargor del acíbar: ¿Qué es esto,
Dios mío? .
He aquí a don Justo puesto en ridículo. ¿Por qué? Porque ha
,
"~'ií1cción IV~
, ,
..;.. .'.....
'
I
El artista literario . Sus dotes 43
2' - LA TEMPESr AD
por J. E. CAllO
¿Por qut del sol .rad,ante
d~ súbito entre nubes tenebrosas
ocúltase d, semblante? . <
"
. ,. • •
~
,
entre las ramas desatado muge,
ya con sordos zumbidos
arrastra impetüoso
i cuanto a su esfu~rzo y rápida carrera
,.y oponerse qutszera.
(
,
Como cóncava bomba
que muerte y destruCCIón pérfida enCIerra,
y reventando en enemIga tierra
con estrago terrífico rtmbomba:
d~ cumbre a cumbr~ ro eco tremebundo
retumba el trueno con fragor profundo
: y el espanto derrama
por los mmensos ámbitos del mundo.
. . , . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . .
. .
i
D~la preñada nube
!
¡, con horrísono trueno
dispárase el gramzo, V r~surtiendo
4e nuevo dl ezeio estrepItoso sube.
; N o con mayor VIolencIa en otros climas
I " desátanse torrentCJ I I
•
. 4~ Lección V
3', - LA TEMPESTAD,
por DON JO SE ZORRILLA
.. " " " " " ... " " . " " . "" " . " " " . " " " " " . . .- "
" "
,
- \
,
-.
El artista tiwrario. Sus dotes 47
•
Te acercas, sí; conozco (as odas de tu manto
en esa ardiente nube CO Il que celiido estás;
el resplandor conozco de tu semblante san to,
cuando al cruzar el éter ,'elampagueando vas.
,,
COll0ZCO de tus pasos las tntmibles huellas
del repentino trueno en el crujiente SOll;
las chispas de tu carro C01l0ZCO en las centellas,
tu aliento en el rugido del rápIdo aquil6n .
,
31. ¿Qué
, se observa en el examen comparativo de estas tres com~
pOSICIOnes:
Las [res describen el mismo fenómeno; pero ¡qué diferencia en la
ejecución! Fray Luis de Le6n en tres solas estrofas presenta gradual-
mente el principio, el desarrollo y los efectos de la tempestad. El aire .
que se turba, la oscuridad, los remolinos de polvo. el trueno, el relám-
pago, el pavor, el turbión de agua, la inundación ... y todo esto con
precisión de frase, con ahorro de palabras, con rapidez de imágenes.
Es decir, que sin detenerse, ante el torbellino impotente de 'la tempes-
tad, en amplificaciones fantásticas y subjetivas impresiones, toma de
su paleta los más arm6nicos colores, y dibuja con tres pinceladas toda
una tarde tempestuosa. Más que la imaginación . amiga de pormeno-
res, más que la sensibilidad, ansiosa de expresar sentimientos, que
son sus actos, impera aquella:
FACULTAD ARTlSTICA, que descubrie1Jdo los elementos de belleza
latentes en los seres~ los expresa con sobriedad de imágenes y con
equilibrio templado qe sentimientos.
Pues esta facultad artística es la I NTELIGEN CIA ESTETICA.
32. Esa facultad no falta en la descripción de Caro pero no es
la predominante: la visión del primer fenóm eno de oscurecerse el sol,
trae a su fantasía el ocaso del astro tras el Tolima, y lo describe. Da
alas a la oscuridad que se extiende; ve el furor del huracán y se acuer-
da del árbol secular a quien combate y derriba, Oye el trueno, y su
fantasía lo pinta despeñándose de cumbre en cumbre, y a su eco sacu-
diendo los quicios del mundo. La fuerza del granizo trae a su mente
48.
,
los !mpetus de! torreÍlie.T~o · cl ~péctáfulo le remonta a Dios, le '·
recuerda su nada. Es que dOmina ::tquí: .. ,. ~ '- 4.
-,
, ~
, . "
#J-
, ,
'1
,
El artista literario. Sus dotes • 49
"
... '
EL AIRE
Hace dos días qu e circula por Madrid una voz pavorosa, cuyos ecos re.
suenan en todas partes y a todas horas.
•
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..
El artista literario. Sus dotes 51
,., '
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• ,'¡' • •
.. ~'.~
, "
.
,
LECCION
, VI ,
ESCUELAS LITERARIAS
39. Los rumbos distintos que para expre~ar la belleza van toman-
do los literatos, han ido formando diversas escuelas literarias.
y más estrictamente podemos decir que cada grupo ·más o menos
considerable de escritores que, coincidiendo en una misma tendencia
litert1;ria, adoptan el mismo sistema para realizar la helleza hajo la
influencia de uno o más predilectos autores, es lo que forma una
ESc,UELA LITERARIA.
Nos detendremos en el estudio de las más seguidas .. en la actuali-
,
dad, y son: la clásica, la romántica, la realista, la naturálista, la deca:'
dente y la modernista. •
40. Clasicismo. Dijimos en la lección anterior que el equilibrio
de las facultades artísticas, indispensable para el buen gusto, se con-
seguiría por medio del estudio y manejo de los autores clásicos. Ahora
veremos la raz6n: porque justamente el equilibrio de las facultades
intelectuales que concurren a la.eje~uci6n de una obra de arte, es lo
que constituye propiamente un clásicu, bien así ,como ' el equilibrio de
las fuerzas vitales es lo que constitu.ye un cuerpo sano .
."
,..
•
Un clásico lo es, porque en sus' obras cada facultad ~ se contiene
dentro delsus propias ba,rreras, sin que la imaginación 'nuble' la raz6'rt,
sin que la lógica cp ntenga los v~elos de la fantasía, sin que el senti·
miento usurpe sus derechos ál buen smtido, sin que el bum smtido .
enfríe el calor de los sentimientos, sin que el fondo se vea despojado
de los ~ncantos de la forma, ni la forma se lleve el interés que le
comp~te al fondo. Ordenadas así tod~s las facultades del artista, no
puede menos de resultar una elegancia smcilla y severa en la obra
literaria.
41. Es, pues, d cl~sicismo aquella escuela literaria q!fC tiene por
sistema (Jara realizar la belleza, la aplicaci6n serena de las facultades
art/seicas en la etecución de la obra. la profundidad nunca rebuscada ,
de pensamiento, la majestad sencilla de la frase y el empleo elega".
temente. severo del ornato, literario.
Pero como en armonizar la sencillez con la majestad y la galanura
con la elegancia, nadie ha supe,rado a . los poetas r oradores ' de Atenas
y de Roma, de ah( que se haya llamado a estos pueblos clásicos por
excelencia. . ,
Aventajan todavía -los griegos a los latinos en el mérito artístico
de' fondo y forma, tant.o porque la literatura ,griega, como más ,primi-
tiva, es más original. más natura) y menos convencional, como por·
que t:u todos los géneros literarios produleron ,los griegos obras maes·
tras y acabadas. Le6n XIII, 'clásico humanista modelo, dejó escrito:
«Los modelos griegos son tan excelentes en todos los géneros, que
no se puede: imaginar nada más correcto y acabado~ 1. Razón tenía
Horacio ~l aconse] ar a los jpvenes literatos de su t~empo: .
• ,
,
.,. J ...~
..;.
1 .\ ~...'i
,
.... " .
•
Escuelas literarias 55
. 2 . Nos fijamos' en Zorrilla y t':n Espron'ceaa para hacer ver lo que es la>és· tr
cuela romántica~ porque -dIos dos y .el duque de Rivas son tres ingenios qlfe
descollaron <:cuando la furia del romanticismo se PMeaba triun~ante por todá
la peninsu}a:.. (Cf. \latera. obras co.mpletas. t. XIX. Del Romanticismo) .. . ' .
3 Obras poéticas 'de losé Espronceda~ or-dena.d¡¡s por J. K Hartz~nbusch. ·
Paris. Dramard~Baudry, 1865. .l " :.... •
. . "..
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...... ~ . ,
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•
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O"~ •
'" "".
• ,.", 'l;'. •
. .
~ Escuelas literarias • 57'
•
4 Cf. T esorp poético del siglo diecinueve, ·por el P. Vicentc -Gómez Bravo,
S. J., t. 11, pág. 158, Madrid, Jubera, 1902.
,
5S úcción VI
"
" :
, "
Qu~ verti6 oficio vino en odres nuevos,
y la forma purísima projana
. labró con mano y corazón cristianos.
,
-
,
Escuelqs literarias 59
1
, A poco, un fuerte olor a trapo quemado llegó a sus n-ances, haciéndole
incorporarse con sobresalto, temiendo los riesgos de un incendio. Miró a todas
l partes; nada se descubría por ningún lado que denunciase el voraz elemento,
;¡
.- y sin embargo, un tufillo a trapo quemado seguía dándole en las narices con
j progresiva persistencia.
Asomó la cabeza fuera de las cortinas del lecho; miró bajo la almohada,
entre las mantas, en la fosforera de porcelana que sobre la mesilla tenía ...
¡Nada! ¡Nada! Quizá había caído alguna prenda de vestir en la chimenea,
algún calcetÍn, algún pañuelo: ..
El tío Frasquito saltó fuera de la cama'" y corrió allí muy alarmado ...
i' ¡Tampoco! El fuego ardía en la chimenea moderadamente; la espesa grille me-
! tálica que la ceHaba no permitía el paso a ninguna brasa.
~' -¡Cosa más singularrrrrL ..
r ¿Sería quizá en el cuarto vecino, o en eJ · corredor de la entrada, o tal vez
) en el boulevar, algún incendio formidable que hiciera penetrar a través de las
,
, maderas sus inflamados miasmas? El no Frasquito corrió primero a la puerta
de entrada, a la de comunicación luego, y a la ventana por último, sin en-
1.
contrar rastro alguno de incendio, con las narices ' abiertas, olfateando siempre,
y percibie,ndo, mientras más se movía de una a otra parte, el alarmante tufo
más marcado.
" -Perno, señor, ¿qué se quema? .. ¡ Si esto parrrece cosa de magia!,
pensaba el tío Frasquito, en camisa, en mitad del aposento, con los brazos
cruzados, el cuello tendido, y dirigiendo a los cuatro ángulos sus narices di-
t latadas y sus ojos muy abiertos.
1 Pareciole entonces sentir un calorcillo alarmante en lo alto de la cabeza,
I y miró al techo.. ¡Nada tampoco! Volviose rápidamente, y un grito espan-
"!
f
I
.descubierto
.
lllverlllzo.
una calavera monda y lironda, blanca y reluciente, como un melón
¡
'.
y- depurados; p.ero "que, col<k~dó~ ~on . ar~¿'w :a ··.tiémp6"e~ l? "'ob(a'_'o~a'
, sirven de';contr~sté para que '~ ¡ná~- :esplartdezca lo: bello, ora. quedan' ,
éllosen si ' mismos embellecldos, ' haciénaolQs ' servir de 'castigo' yana:' '
tema de' lo feo (26): . . ' .
~: La misma literat\J.ra clásica, el .clásico por ..flptonomasia, Homero,
.y el ático Virgilio, nos ofrecen ejemplos de estos recargos' realistas,
.. " Véase la pintura de El Cíclope. ' ,"
, .Después de haberse , hartado de carne humana, y de haber bebido,
d dulce vino-que en abun<;lap.cia le"ofrecía UliS~.l ,sigue ,Homero así:
, ,
, "
• .'
I
•
r Escudas literarias
\
.'
t que quieren hacer de la literatura y del arte en general una copia o
fotografla completa de la naturaleza, percibida no más que por los
f sentidos, con todas sus fealdades y bajezas; y hasta buscan de ~ntento
esas bajezas para fotografiarlas en sus escritos. Y como por los sen-
tidos no entran las bellezas religiosas y morales, claro es que quedan
exc1uídas del sistema.
¡A muy bajo nivel hace descender esa escuela el arte : a ser un
retrato, una ... kodak!
Vamos a traducir un fragmento de lQ más presentable de esta
escuela, para que, viendo por sí mismos los discípulos lo abomina~le ,
del sistema, cobren ya para siempre . repugnancia instintiva a seme-
jante degradación del arte.
Es de una novela de ZaJa: L'Assommoir:
Gervasia entr6 en su casa, bastante tarqe, acompañada de Lantiero. La
portera contoJa a gritos una · historia que al pronto ella no entendió. Por fin
I l1egó a comprender que el policía Poisson había traído beodo a Compeau (su
marido). - ¡Caramba! murmuró Lantiero, cuando entraron. ¿Qué hah hecho
r aquí? ¡Qué olor tan insoportable! En efecto, aquello apestaba horrorosamen-
te. Gervasia, que buscaba los fósforos, notó que iba pisando algo resbaladizo y
húmedo. Luego que prendió la bujía, se presentó a sus ojos 01 más delicioso
! espectáculo. Compeau había vomitado hasta las tripas. El cuarto estaba lleno
de inmundicias, la cama emporcada, la alfombra toda manchada, y hasta ha-
bían llegado las salpicaduras a la cómoda. A más de esto, habiéndose caído
Compeau de la cama a donde le había empujado Poisson, roncaba en el suelo,
en ·medio de su vomitona. Allí estaba tendido, revolcándose como un puerco,
con un carrillo embadurnado, exhalando apestado aliento por la abierta boca,
barriendo con sus cabellos ya grises el charco inmundo extendido al rededor l
de su cabeza.
-¡Oh, qué cochino! ¡Qué cochino! exclamaba Gervasia, indignada.y fuera
de sí. Lo ha manchado todo. Un perro no hubiera hecho otro tanto. No olería
peor un perro reventado.
Ninguno de los dos se atrevía a mOVerse del sitio, ' por no saber dónde
poner el pie. Jamás había vueho el Jatonero en tales trazas, ni había puesto •
la casa en tan asqueroso estado. Verlo así era un golpe demasiado fuerte contra
el poco afecto que pudie.ra sentir su mu jer para con él. .
Véase en este cuadro, de los mejores de la escuela, cómo baja a
pormenores nauseabundos, ' buscando adrede los vocablos más crudos
e innobles. Para razonar la repulsión que inspiraba Compeau a su
mujer, ¿qué necesidad había de descender a sel)lejantes detalles?
) Compárese la descripción de esta borrachera con la de Polifema. ¡Qué
diferencia entre aq uel realismo clásico y este ultrarrealismo naturalista!
51. y no se detiene aquí todavía Zola y su vergonzosa escuc;la.
Pasan al cinismo brutal, no s610 de copiar toda la realidad, sino de
ir precisamente a buscar 10 repugnante, 10 criminal y obsceno, porque
es obsceno y criminal.
. ,,,'
':"\ "
(>2 - I Lecci6n VI ·
- \
•
Son · Zola y los de S\l escuela, ha dich9 ·un crítico, 105- traperos de la rea-
lidad, que se co¡;nplacen en ir recogiendo los reta~os e .inmundicias que sirven
de estorbo' en la vía p6blica. Barbarie naturalista, escribe Menéndez y Pelaya,
c
. barbarie que, después de todo. no es más que 'urrá de tantas plagas con que
la Justicia Divina visita a los siglds y a las razas degeneradas, que pie.rden
h?sta el in stinto de lo bello, al perder el de lo \'erda~rp y ~1 de lo bueno IS.
Fúndase el naturalismo en el 'positivismo materialista, qud no
admite más conocimiento que sensaciones, ni m~s yoluntad que el
instinto brutaL Todas las obras literarias del natu,alismo son galerías
de monstruos con caras de: hombres; . porque no· .Jos , presenta como
so~ sino peores de lo que son, la bestia humana, del jefe de la escue-
la.; en .fin, vicio,_pornografía. ' .
Basta lo dicho para que los que comienzan la carrera de las le-
tras abominen para siempre de escuela tan inmoral y antiestética,
y crean rebajar su dignidad humana leyendo libros como los de Zola,
Balzac, Flaubert, Goncourt, Daudet, Guy de Maupassant, D'Annun~
zio, Huysmans, ~1érimée, Su¿, Jorge Sand, y e,n tre los españoles, De
Trigo, Pic6n, J.nsúa, Pérez' Ayala, Pardo Bazán y Palacio Valdés, y
novelas que como las qe Inclán, algunas de Pérez Galdós~ Blasco lbá-,
ñez y ·P. Mata, Nod, Zama~ois, Cambaceres, Hernández Catá, C.
Reyles, las de Viana, T. Micheleoa, Dominici, M. Cabello, y por
,. supuesto del antipatriota Vargas Vila ... vienen a reducirse al mate-.
rialismo, por más que en teoría no lo admitan sus autores .
52. El idealismo exagerado es el sislema opuesto al ultrarrealis-
mo, que, despreciando toda intervención de lo real, pone el arte en
la, fuerza de la inspiraci6n individual y en las creaciones abstractas
de la fantasía. No , hallando medio adecuado en las .imágenes vivas
para expresar sus ideales _ens'ueños, acuden al símbolo o· al conven~
cionalismo.
53. El decadentismo. És la escuda de aquellos modernos que
tienen por jefes a Pablo Verlaine y a Esteban Mallarmé, impprtada a
Hispanoamérica primero, y luego trasportada a España por el nicara~
güense Rubén Daría.
El nombre de decadentes se les lanzó al rostro como una injuria;
pero ellos hicieron de él su grito de guerra, aunque más les place el
nombre de simbolistas~ por preciarse de llevar en sus obras la suges- '
ti6n del símbolo. Como, aunque pasada de moda esta escuela, bulle
todavía en la ¡uv~ntud el entusiasmo por ella, veamos de estudiarla
algo detenidamente.
Sus principios te6ricos son:
19 No es objeto propio del arte literario expresarse con imágenes
trasparentes e ideas claras; antes por el contrario, la poesía, así· como
::; Estudio crítico sobre MartÍnu de la Rosa.
,
,
Escudiu liter.a,.;as 63
6 Cf. L'A udition colorée, por Su:írez de Mend oz a. De esta teoría se de-
duce que la pala bra aire, v. g r., tiene un color azul, qu e la voz triunfo es de
un color púrpura, que mujer es color de rosa, violb, completamente blanco,
abaJon·o de tonal id ad llegra. Emilio (Jo dijo Mallarmé) tiene color verde la-
lislázllli. Las solas vocales tienen tonos de color distinto: A negro, E blanco,
1 rojo, U verde, O azul.. ,
,
,
"
'l.
, . , .'
,
'" j ' -'. • ,',
Arlequín mequetrefe
COIl mano afable y ¡tI~nga,
te- subraya su arenga
finchado como un jefe.
Pierrot borracho y máo
de 'vino y de berrinche
ante el fcJzz compinche
se araña el occipucio (l).
I
"
1vfas ¿qué sucede? Que los talentos y maestros sí dan con sim-
bolismos y mod.os d~ sugerir; pero los pedisecuos, a quienes la natu-
raleza negó las dotes rubenianas, no consiguen sino incoherencias
, inex,tricables, como estas · de uno de los no peores discípulos de la
escuela:
En el g,.ávido retrete los cerúleos palimpsestos
•
• ora ltíbricos ebullen, ara ltíridos y mestos .
gimen místicas saudades
o a los féretros de Hades
van .en flébil palinodia maldiciendo SUJ incestos .
• En tratándose de oscuridad por el afán de decir cosas inusitadas
dan cruz y raya los decadeQ tes a los gongorinos. Si estos tomaron
por 'la senda de la sutileza de las voces exóticas o metafóricas ininte-
ligibles, los decadentes se dan a la dicción más estrambótica e inco-
herente. Al jazmín llaman romanza de ·nariz; a la sangre, roja sacer~
dotisa; al gallo, amapola sonora; a la casualidad, clámide ilusoria; a
las burbujas de un pantano hipos de cristal; a las estrellas, pupilas
rojas de una inmensa negra; a la luna, anémica sublime; y otros de-
lirios tanto o más extravaga ntes y faltos de verdadera inspiración. Los
epítetos favoritos son: noches, tardes grises, lánguidas; miel roja del
beso, sueños blancos, luna pálida, nubes núbiles, manos enigmáticas,
febles, nostalgias azules, etc.
Ya veremos más addante c6mo para la elegancia en e! hablar no
hacen falta adornos postizos ni dijes de similor.
D e la rosa escribi6 e! P. Amias:
Sin adornos es ht:rmosa
bajo tr4.spounu velo:
,• .1'l •
.• :.
, , '
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JO.
,
•
'
. ,
" ~ . ¿De ,q~é putiréis la r Q,sa ",.. '-
me;or. ,tiu;.}a. visii6. el ' cielo?
.- .. ' ,
Peró bien: ' ¿'n~ .h,~ n coo'5'eguidó' la~ 'le.t~as ningún buen :,resultado
del decadtntismo? Justo) :s .consigna~ que; a pesar de los principios Y.
medios 'descaminados, ' los ,. m~estros ' (COQlO Rubén Darío,. Nervo, Gu~.
tiérre~ Ná'jera, Chocan.o, José .Asunción Silva, Rocuart, Casal, de la"
Vega, ))iaz· Mir6n, ' Díez ~~dlna, en cuyas poesías ' chispean 'siempre
. - lumbres de ingenio, han conseguido dar a la poesía y a\Ín á la prosa
, moderna, cierta sutil delicadeza 'y aristocracia señoril, a veces' 'una
. como' frivolidad alada t ensóñadora sugestión, además de la musi<;a-
lidad de verra, de <¡ue 'se ,tratará en la mhrica. Todo lo cual, siempre
'que se .('ontenga dentro. de los Hmites de las eternas reglas d,,' la belle~a '
de expresión, es aceptable y, muy digno de alabanza.
55. El modernismo. Rese;van algunos críticos este nombre ' para .:-
.los decadentes,
. masI no Con la. exactitud
. debida~
,
.
'
• ..• -
,
, , Eloc'uci6n )" Estilo 67
•
principios y resultados prácticos dd decadentismo. Qué ¡ buenos frutos ha dejado .
en las letras (53.-54). - ¿Qué es propiamente modernismo, ' Y cuáles son sus ,
dogmasl (55), • , !
1 Sabido debe ser for gramática qué es ·oraci6n principal y qué accesoria.
,
LOs profesores podrán 'recordal"llo a 105 alumnos; ..
•
•
,
,
Elocución y Estilo 69
Convid6 UD ~idalgo .de .mi pueblo, muy :rico- 'y ~ pri11cfp-... I ·porque ~,enía de '
los Alamos de Me~ina d~l éampo,
l
que casó cQtt -dQñá Menda de Quiñones, ,que
fue hija de don .:<\.lon~ de 'M; rañ6n" cabaUúo dd . hábitb de Sannago, 'que, se 1
~hogó en la Herradura, por qui~n hubo ~aquella P;endencia años ha en DU'e§tro '
lugar, 'que a 10 que entiendo, mt señor don : Quijote S<! halló tainbién en ella, :.
donde saliq heriao TemasiUo el Travieso, ' ~I hijo: de Balbasiro . el herrero. '. "' .
I
¿No es verdad todo ~stc? señor nuestro ~mo? :D1ga10, pOr ~u vida, porque estos
s;ñores no me , tengan por un hablador men~iroso....... Digo, pues, señores mí~
que este hidalgo, que yo conozco como . a mis mapos, ' porqpe no hay de mi .
casa a la suya un liro de ballesta, convidó'a un labrador pobre pero honrado; otc.
, ." I .. •
, 39 "Falta también a la unidad esta clá¡.¡sula ,del por otra parte me-,
ritísimo P. 'Mariana; S. J.: .'
. En el mismo punto cayó en tierra qua 'torre despué~ de '. muy batida, ' que
dio libre entrada a los soldados en la ciudad; que ardía toda ¡ en vivas, llamas" y .
en fuego ' encendido por sus mismos ciudad~os; y ~I enemigo. procuraba de
apagar; que era igual ,desventura por el un aspecto V por el otro: de' tal l
.• '
manera la guerra muda las leyes de la naturaleza en contrario.
,
, , '
- ,
•
Noción clara y completa -del Estilo 71
, •
LECCION VIll
"
SlClOn:
...
•
, "
7.2 l,ecéi6n ,Vlll
Cuando el lenguaje ·se vicia dé tal modo que amenaza corromperse y parar-
en dialecto, sin. razones sociales o históricas que' lo disculpen o justifiquen, I
hay qtit: volver a las canteras maternaJes. a los l~bros vi.ejos, a la rústica plebe, I
y limpiar en sus crisoles el idioma, si na pr~ferim.os perder Gen él .la más firm~
garantía de independencia, la más noble corona ele . nuestro . imperio espiritual.
La lengua clásica, la lengua de Cervantes y Fray . I,..uis de León: he . agur el tipo
¡de.al, ~l hermoso y resplandeciente dt:ch,ado _que debemos ten~ ame los ojos;.
este,'es el .sol de la grandeza española que , a,~n no se ha p)Jesto en el , horizonte,
que aún permanece fijo en el cielo 'fomo lumbre .y .guía de. cien millones _de
almas. Aquí perduran los vivos rescoldos de la edad , antigua; las luces del
remoto orieg,.te, las antorchas de griegos y latinos, las hogueras de Cides y Al-
manzores, los incendios gloriosos del renacimiento, las luminarias del pueblo
castellano, ~n ~a cumbre y soberanía de su .esplendor y madurez .
. Forjada en tantbs yunques, derretida en tales hornos, vino a ser la lengua,
lo mismo que la , raza, libre, copiosa y multiforme, dentro d~ ¡iU •.robusta
unidad. Y 'así como la taza, al derramarse por' el mundo llena de fe y de
ambición, supo vencer y descubrir, tierras y mares para lastrar sus bajeles de
) peregrinos tesoros, también la lengua, avasallando imperios, se engalanó con
. todo aquello que le pIugo, y trajo a Castilla con el oro y la plata, muchas
piedras preciosas de diversp origen. Asentó sus cimientos en las ruinas de las
pri.t,neras habla'S peninsulares, puso el pie 'sObre las fuerte.s raíces del eúskaro,
labró los r.otos mármoles latinos, ataviose con elegancia helénica, st,ipo emular
los apasionados acentos del Yemen, apacentó sus -_mÍsticaS 'ternuras en la sacra
lengua de Israel, llen.a de tropos e inspiraciones, de sonidos misterio'Sos y gutu-
, , •
• ' . •
• ., .. \ ~
-
1
, , "
Noción clara y completa del Estilo 73
rales, imitó las melodías del italiano, las voces compuestas del alemán, pero sin
perder nunca su sér propio, tomando las cosas nuevas o extrañas para hacerlas
suyas con invencible señorío, acomodándolas antes a su genio y virtud.
64. Nadie se atreverá a negar que esta es una página . bien escrita:'
¿Por qué? porque manifiesta todo el pensamiento del escritor; nos ,
hace ver las cosas tal como él las veía, y nos descubre la impresión
que al verlas él sé-nrÍa.
Que esta página tan hermosamente escrita se recite bien, y el pen-
samiento del escritor habrá recibido su expresión verbal completa.
• , Luego dos elementos se .requieren para la ELOCUCION:
19 Que se elijan tales palabras y se combinen de tal modo que
manifiesten perfectamente todo el pensamiento.
He aquí lo que hace un buen ESTILO.
• t:J Que la voz y -el .gesto interpreten bien esa combinación hecha
í
de palabras.
Esto lo consigue una buena DECLAMACION.
El primer punto lo estudiaremos detenidamente en varias lecciones.
Una lección nos bastará para las reglas del segundo.
• 65. Etimologia del estilo. Viene de la voz latina Stylus, que sig-
nifica el punzón de que se servían los romanos para escribir en tablas
enceradas, y que terminaba por el cabo opuesto en una paletilla con
r' que exte~dían la cera para borrar lo escrito. Tomándose después la
r
obra por el instrumento (tropo que llamaremos metonimia) se dio
en designar con la voz ESTILO el modo peculiar que cada escritor tiene
de expresar sus pensamientos.
, - 66. Mas para adquirir noción completa del estilo hay que con-
siderarle subjetiva y objetivamente, es decir, como una propiedad del
escritor, o como el carácte~ dominante en el escrito.
En eJ primer caso, es la manera peculiar que cada uno tiene de 1
.
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Se requie~ei ' por ' tanto, '-que ' uA _,alma ·circul~ por 't9do el ' col~junr!d7 '( ~
. dándole unidad. y vida 2. . o • .- .;.' ••• ' o•• • , . : , . :" •••• y 01
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Leyes y cualidades esenciales del Estilo 75
"
68. Originalidad. ¿Por qué en el leido fragmento de Ricardo
León (63) se revela un estilo propio suyo, rebosante de vi~a?
Porque al' leerlo con fijeza, vemos que es la palabra de un hom-
bre que tiene una idea en el alma, y sabe exprésar ' lo que pretende.
Allí nada hay vulgar. A pesar de que las ideas que emite no son
nuevas para algunos de nosotros, parece que las oímos por vez pri-
mera. Es la primera vez que esos pensainientos se nos presentan aSÍ,
cual él los dice, porque llevan la marca personal de Ricardo León.
•
I?ues bien: ,este carácter pe:sonal del ESTILO resulta de la orzgzna-
l¡dad en la concepci6n y en la expresión.
69. Originalidad en la concepción. Una idea personal no es una
" , idea inaudita. Consiste esta originalidad en pensar por sí mismo las
cosas que millares de generaciones han pensado ya a~tes; pues como
"
) cada uno piensa a su manera, saldrá a su manera concebida la idea
; y 51 en esa idea va retratada el alma del escritor, como el alma es
original, original será el escrito. \
El modo práctico de encontrar ideas originale's se yerá al tratar de
la invención. Pero véase cómo es nuevo Ricardo León en el fragmento
que nos ha servido de estudio: I •
El menos iniciado en estudios literarios entiende que para depurar
la lengua hay que remozarla con la imitación de los hablistas de la
•
edad de oro: y cosa bien vulgar es para el menos 'erudito la forma-
ción de nuestro idioma. Pero idear los tiempos dorados de la lengua
como crisoles hechos de los rescoldos de ia ' edad antigua, de las an-
tor<:has de los grtegos y latinos .• de las hogueras de Cides y Alman-
zares, de los incendios glorios.os del renacimzento, etc., eso es CONCEP-
CION ORIGINAL.
•
,
,
Buenas. y malas fuentes de originalidad 77
LECCION X
72. Dos condiciones son necesarias para dar con la palabra apro·
piada; 19 Es preciso dominar el asunto de que se trata, o sea, cono-
cerlo, no por cima sino a fondo.
Entonces resultará el estilo que Bossuet llama estilo sabio, el cual
muestra que el orador, sabiendo mucho más de lo que dice, puede, si
así le pareciese, Llevar al oyente por todos los diversos puntos de la
cuesti6n.
29 I-Iay que dominar el idioma, conociendo bien su índole, su vo-
I
Para esto segundo, ante ' todo hay que tener exacto conocimiento
de los epítetos,
•
~ .; ,
.. 73. EpítetO.. ·Se l.1aman así los .adjeÍ'ivos; ya _voces· fr..es ' eilteras;
.
puestas 'fúnto i:l ,sustantivo, no 'para determinarlu-t s.ino para' caractc~
rizarlo, haciendo resaltar alguna cualidad real o ·ideal qu~ puede
,acompañarle. "
, Así, hay epítetos el). sueño truel, imagen' espantosa, hoja seca, azul
':1, (m.da~· y en Cer.vantes, príncipe de los ingenios; Cortés; vencedor 'de'
OtumbJ'; Bolívar, el Libertador; Lope, fénix de los ingenios, pero no
pasan· de ser adjetivos determinativos estos: mano derecha; sér racio~
nal; libro pequeño, etc.
Si se quiere ver un trozo abundante de epítetos originalmente
empleados; lea el profeSor a los alumnos algún pasaje de Cervantes.
De la descripción del lago encantado e.ntresacamos el siguiente trozo:
Allí '(en el lago bullente) le parece que el cielo es más traJparente y que
el so1 luce con claridad más nueva. Ofrécesele a los ojos una apacible floresta,
de tan verdes y frondosos á'rboles compuesta; que alegra la vista su verdura, y
en.treüen'e Jos oídos el dulce y no aprendzdo canto de los p't:queii;oJ, infinitos y
pintados pajarillos que por los j'ntrincados ramos vilO cruzando, Aquí descubre
un arroyuelo, cuyas frescas aguas, que liquidal cristaks pare:cen, corre sobre
menudas y blancas pedrezuelas, que oro cermdo y. puraj " perlas
, selnejan. Acu~
Ilá ve una artificioJa fuente, de jaspe varIado y lito mármol' compuesta. Acá ve
otra, a lo brutesco ordenada. a donde las mqmdaJ conchas qe las almejas, COQ
r
'~s torcidas casas blancas y amari/laJ del caracol, -puestas con orqen desorde-
nado, mezclados con /elJas {>(:dazos de cristal lucient~ y 'de contrahechas esme-
raldas, hace una variada labor, de manera que el arte, imitando a' la naturaleza, .
parece que allí la vence l. '
, •
•
•.
,
•
.,
1
iJ
I • '
Buenas y matas fuentes' de originalidad 79
.. , ,
80
•
, . ,
Lección X ,
.'
r;encia vegetativa de erubesce,pcia, y con su valor emético en la sensualidad. ', .
El auranciác~. ,sér orgánico CO~ su eten ial Porráceo. ~s tl simb'ólico y dulcí-
simo signo dd arboriforme del vejancón pirrónico; en su pubertad senil y drás-
tiCa. babeante &: las ddadas sociales, . . En la disimbólica metamorfosis undí-
sona de la ' nanJea sátrapa, en su festín errátil, la luna ríe en su nódico pt¡oto;
los prehistóricos muertos en eur.ítmico danzanea dentrLtico, resucitan fanfáni-
cos; los onagros asiáticos, in verecundos rábidos hasta en el mirar rondónico,
aliñán, en coro amorfónico al fósil Mamut sibérico en su gratulatorio alógico~.
Esto no es estilo original: es pedantería, oscuridad, falta de natu-
ralidad, extravagancia. .. I
•
2 Citado por Toro y Gómez, El arte dt: ucribi,·. Colman-Colin, París, 1908.
3 Los Moradlli, M oé. }{Io, c. 1. •
rJportunidad 81
I con palabras apropiadas? (72). - Idea exacta del epíteto. Hágase ver la pro-
piedad de epítetos en el lago encantado de Cervantes, y en el trozo de Ricardo
León, aprendido en la kcción octava (73). - Exponga usted cómo las f1<lSCS
hechas, los calificativos genéricos, los términos técnicos, y las vaces cultas
vulgarizan el estilo. ¿Recuerda usted algunas frases que hagan ver la extrava-
gancia de estos Vicios? ¿Cuáles son las- dos' virtudes literarias que encauzan la
originalidad del estilor (74). - ¿Qué se requiere para lograr esas dos virtudes?
¿Qué estilistas conoce usted que las posean? ¿Sabe usted algún trozo que, por
tenerlas, resulte original ? (75). - ¿Se opone a la originalidad la imitación?
y ¡el plagio? (76).
EJERCICiOS DE COMPOSICIQN. - Dicte el profesor un párrafo lleno de epítetos
incoloros e innecesarios; otro compuesto de frases vulgares; alguno sin origi-
nalidad de ideas m de expresión; todo para que sea rehecho por los alumnos.
Escoja a poder ser, IDl trozo selecto, alterado por él. para leerlo 'f comentar su
buena redacción, después que hayan presentado sus trabajos los discípulos.
LECCION Xl
. ,<,:~._-
4 Puede leerse con provecho sobre este punto el artículo magistral de Va-
lera, La originalidad y el plagIO (Obras completas, t. XXIV).
6 - U TERA'nlR A P R ECEPTIV A
... . ,,.-
~o es, ni puede .er el mismo el:estilo de .Lope de Yega ~n su Gato-
maquia que en El mejor alcalde, el re.y; ni es ·sino muy distinto el
d, Cervantes en el Quijote y en La Numancia.
78. Por eso, y atendiendo a la diferencia objetiva que han- de
tener los estilos, los dividían los griegos en !uiátt·co, lacónico, ático y
rodio, según que, ocomodándose al gusto e índole de cada región, el
estilo era respectivamente difuso. contiso, atildado o abundante. .
Los romanos lo dividían en sencillo, templado, magnifico o su-
blime, según que fuesen pocos o muchos los adornos, y alta o· baja
la 'entonación , del estílo.
Muc~os modernos no suelen . considerar en el ,estilo más _que d
elemento objetivo del escritor; y claro, se ven obligados a multiplicar
en los libros divisiones y más divisiones, sin que nunca puedan Ikgar
a abarcar todas, porque habrían- de establecer tantas clases de estilo
como los escritores. .
79. Para nosotros, se abrevia el camino diciendo que el estilo sea
OPORTUNO; y entonces, después de haber estudiado la índole de cada
género literario, será, v. gr., sencillo en el epistolar, florido y elegante
en la oratoria académica, conciso o afJtindante, según convenga, en la .
oratoria forense y sagrada, · etc., como iremos diciendo al tratar de
cada género.
80. De lo dicho se infiere que la oportunidad es aquella dote
esencial del estilo, por la cual guarda éste íntima relación con el asunto
de que se trata. )' con los oyente.i o lectores a quienes se dirige.
Emplear en asunto de poca importancia estilo altisonante es, dijo
Cánovas del Castillo, cazar moscas con cañ6n.
•
81. Ahora, teniendo presente esta importante cualidad, .pondre-
mas en esta lección algunas muestras de . la variedad de estilos que
resultan de los diversos asuntos y circunstancias. .
Cualquiera ve que si el escritor no pretende sino enseñar, estaría
f1}.era de. tono usando un estilo campanudo y sublime; al contrario,
si trata de persuadir y de conmover, puede ser oportuno el estilo ma-
jestuoso y patético; y si solamente pretende ddeitar, hará al caso un
estilo festivo y pintoresco .
.Eligiendo, pues, entre tanta clasificaciqn de los retóricos, aquellas
divisiones que son claye de las otras, DIVIDIMOS BL ESTILO atendida la
naturaleza ~ de la obra. en DlDACTlCO, PINTORESCO, FESTIVO, ORATORIO,
<';RANDILOCUENTE, y en fin, d que llamamos MODERNO, . por ser muy
del gusto contemporáneo. ~
82. ·EI didáctico es más opor"tuno en las obras de enseñanza; el
"cual, para que sea literario, ha ,de presentar la exposición clara del
asunto en sobrios pero elegantes modos de decir. .
•
Oportunidad 83
¿Uf.as. ~uando el viento d<! i;l lid ondea .. su ,manto. pa(Cf,:en espjritus alados
que baten en bandadas su plumaje de mil colores. ' Esos hombres no buscan
los perfumes porqúe viel)¿n de la "Arabia saturada de fragancia;" ni perlas ¡'
ni 'oro. porque "'emigrap. del continente cuajado de esmeraldas y diamantes. No
pelean por ' territorios, porque nacieron ayer, y hoy son dueños del Africa y
del Asia. Combaten por c~mbatir; pelean por matar; su vida es la guerra;
su galard6n, su muerte en el campo de batalla. Atila fue el azote de DiOs.
rontra los f<?,manOSj ellos son el azote de Dios contra (os hijos de Atila. No .
hay remedio, Munio. Cuando pasa rodando el terremoto, las más soberbias _
fábricas ' se derrumban; cuando suena el fragor del incendio, los tesoros mis-
mos de la ciencia sirven de pábulo a las llamas; cuando llega la inundación.
'entre lodo ruedan ídolos y altares 2. '
UN VIAJE
El Dma Gayito está de viaje. El niño Goyito va ' a cumplir cincuenta "Y
dos años; pero cuando salió del vientre dt su madre le llamaron niño Goyito.
y niño Goyito le llaman hoy. y nmo Goyito le llamarán treinta años más;
porque hay muchas gentes que van al panteón como salieron del vientre d~
su madre. Este niño Goyito. que en cualquiera otra parte sería UD daD . Gte-'
gorión de buen tama'ño, ha 6;tado recibiendo por tres años cartas de Chile
en que le avisan que es forzoso que se traslade a aqud país a arreglar cier-
tos negocios interesantísimos de familia ... La noticia. couié por toda la pa-
rep.tela; dio conversación y quehaceres a todos los criados; afanes y devociones
a todos los conventos, y convirtió la casa ' en Liorna. Bwsca costureras por aquÍ.
sastres por allá, fondistas por: acullá. Un hacendado de cuñete mandó tejer en
Chincha cigarreras. La Madre Transverberación del Espíritu San,to ~ encargó
en S1,l convento de una parte de los dulces: sor María Engracia fabricó en otro
su buena porción de ellos: la Madre Salomé, abadesa indigna, tomó a su cargo.
en d suyo las pastillas; una monjita recoleta mandó de regalo un e~pulario;
otra, dos estampitas; el Padre Florencia de San Pedro, corrió oon los 5lOrbetes;
- y se encargaron a distintos manufactores y comisionados s4-stancias de gallina, '
botiquín, vinagre de los cuatro ladrones para el mareo, camisas a centenares...
En suma. la expedición de Bonapane a Egipto no tuvo más preparativos.
Seis meses se consumieron en ellos, gracias a la actividad de las niñas
(hablo de las hermanitas' de don Gregorio. la menor de las cuales era su
madrina de bautismo), quienes. sin embargo del dolor en 'que se hallaban
a.ttavesadas con este viaje, tomaron en un santiamén todas las providencias
del caso...
Des~didas. La calesa trajina por todo Lima. - ¿Conque se nos va usted?
!l' ¿Conque se decide usted a- embarcarse ? . . ¡Buen valorazo l Don Gregario se
,
..
, . •
Opor-tunidad 85
ofrece a la disposici6n do=: todos; se le bañan en lágrimas los ojos a cada abrazo;
encarga que ' le encomienden a Dios, a él le encargan jamones, dulces, lenguas
y cobranzas; y ni a él le encomienda nadie a ' Dios, ni él se \'uelve a acordar '
de los jamones, de ' los dulces, de las lenguas -ni de las cobranzas.
, Llega el día de la partida. ¡Qué bulla! ¡qué jarana! ¡qué Babilonia! Baú~
les en el patio, cajones en el dormitorio, colchones en el zaguán, diluvios de
canastos por todas pa~tc s. Todo sale por fin, y todo se embarca, 'aunque con
bastantes trabajos. Marcha don Gregario, acompañado de una numerosa cater-
va, a la que pertenecen también, con vendones y cordón de San Francisco de
PauJa, las amantes hermanitas que sólo por eL buen hermano pudier.a n hacer
el horrendo sacrificio de ir por primera vez al Callao. Las infelices no se qui-
tan el pañuelo de los o;os; y lo mismo le sucede al viajero. Se acerca la hora
del embarque, y se agravan los soponcios. -¿Si nos volveremos a ver? ..
Por fín es forzoso partir; el bote aguarda. Va la comitiva al mueHe;
abplzos generales; sollozos; los amigos_separan a las hermanas. -¡Adiós,
hermanitas mías! - j Adiós, Goyito de mi corazón! .El alma de mamá Chom-
bita te lleve con bien.
Este Yiaje ha sido un acontecifujento notable en la familia; ha fijado un.a
época de eterna recordación; ha constituído una éra, como la cristiana, como
la de la Egira, como la de la fundación de Roma, como el diluvio universal,
como la éra de Nabonasar. Se pregunta en la ternIlia:
-¿Cuánto tiempo lleva Fulana de casada?
~Aguarde usted. Fulana se casó estando Goyito para ir a Chile.
,
-¿Qué edad tiene aquel iovencito?
- Déjeme usted recordar. Nació el año de... Mire usted; este cálculo es J
más segi.HO: son habas contadas; cuando recibimos la primera carta de Goyiro,
estaba mudando dientes. Conque saque usted la cuenta.
j
85. El oratorio es propio' de obras que intentan persuadir y mover J
los afectos de la voluntad.
El Padre Granada. q Ut; es modelo también de sobria elegancia, no
puede prescindir casi o unea en sus escritos de esta ~lase de estilo, en
la Guía de pacadores, después de declarar elocuentemente la obliga-
ción de servir a Dios por ser El quien' es, continúa:
Pues siendo esto así, qué tan grande es la obligaci6n que nos pide solo
este tftulo al amor y obediencia de este Señor? ¿Qué ama quien a esta bon-
'dad no · ama? ¿Qué teme quien a esta Majestad no reme? ¿A quién sirve
quien a este Señor no sirve? ¿Para qué se hizo la voluntad sino para abrazar
y amar el bien? Pues si éste es el sumo bien, ¿cómo no le abraza nuestra
voluntad sobre todos los ºienes? Y si tan grande mal es no amarlo y reve-
renóarlo sobre todas la:s cosas, qué sed tenerlo en menos que todas ellas?
,
¿Quién pudiera creer que hasta aquí pudiese llegar la maldad dcl hombre?
Pues realmente hasta aquí llegan los que por un deleite bestial, o
por un •
pundonor de honra, !J por dos maravedís de interés, desprecian y ofenden a
esta bondad. Y aun más adelante pasan los que pecan de balde, que es por
solq. maldad y costumbre, sin haber por eso algún interés. ¿A cinto ha llegado
el desalmamiento del mundo? ¡Oh ceguedad incomparab.le! ¡Oh insensibili-
dad más que de bestias! ¡Oh atrevimiento digno de los demoriios! ¿Qué me-
rece quien esto hace? ¿Con qué se castigará dignamente el desprecio de tao
grande Majestad? Claro está que con ninguna pena menor que con la · que está
,
86
.
a:. los tales aparejad~, que es arder para siempre en los fuegos del. infierno. y
con todo esto no se castiga dignamente 3 . .'
. 86. Hay ot<ro estilo, .parecido al oratorio, pero que lanza siempre
el vuelo a las alturas de la grandeza y de la solemnidad. Lo llamamos
GRANDILOCUENTE.
El oratorio bien puede hemanarse con la sencillez de pensamiento
y de expresi6n que el Padre Granada ofrece. Pero 'los pensamientos
de estos otros estilistas n unea se abaten rastreros, y la expresión
siempre se cimbrea ampulosa y solemne:. Las enumeraciones, las am·
plificaciones, las sinonimias, las interrogaciones, anáforas e hipérboles
y otras figuras de efecto, que estudiaremos después, son las más Dr·
dinarias en el estilo grandilocuente. '
Donoso Cortés nos presenta cumplido modelo de tal estilo en su
discurso sobre la Biblia. Leamos estos apartes:
Hay un libró. tesoro de un pueblo, qu"e es hoy fábula y ludibrio de la
tierra, y que fue en tieni.pos pasados estrella dd Oriente, a donde ban ido a
beber su divina inspiración todos los grandes poetas de las regiones occiden-
tales del mundo, y en el cual han aprendido el secreto de levantar los cora-
zones y de arrebatar las almas. con sobrehumanas y misteriosas armonías. Ese
libro es la Biblia, el libro por excelencia.
En él aprendió Petrarca a modular sus gemidos; en él vio Dante su~ te-
rroríficas visiones; de aquella fragua encendida sacó el poeta de Sorrento los
espléndidos resplandores de sUs cantos. Sin .él, Milron no hubiera sorprendido
a la mujer en su primera flaqueza, al hombre en su primera culpa, a Luzbel
en su primera conquista, a Dios en su primer ceño, ni hubiera podido decir
a- las gent~. la tragedia del paraíso, ni cantar ~con canto de dolor la malaven-
tura y triste hado del humano linaj e. Y para hablar de nuestra España, ¿quién
enseñó al maestro Fray Luis de León a ser sencillamen te sublime? ¿De quién
aprendió H errera su ' entonación- alta y robusta? ¿Quién in spiraba a Rioja
aquellas lúgubres lamentaciones, Henas de pompa y majestad, y henchidas de
tristeza· que dejaba caer sobre los campos marchitos y sobre las ruinas de
los imperios como un paño de luto? ¿En cuál escuela aprendió Calderón a
remontarse a las eternas moradas sobre las plumas de los vientos ? ¿Quién
. puso delante de los ojos de nuestros grandes escritores místicos los oscuros
abismos del corazón humano? ¿Quién puso en sus labios aquellas santas ar-
monías y aquella vigorosa elocuencia, y aquellas trem.!ndas imprecaciones, y
aquellas fatídicas amenazas, y aquellos arran ques suolimes, y aquellos sua-
vísimos acentos de encendida caridad y de casúsimo amor con que unas ve.
ces ponían espanto en la conciencia de los pecadores, y otras levantaban hasta
el arrobamiento las limpias almas de los JUStos? Suprimid la Biblia con la
imaginación, y habréis suprimido la bella, la grande literatura española, .0 la
habréis despojado al menos de sus destellos _más sublimes, de sus más espléo.
didos atavíos, de sus soberbias pompas y de sus santas magnificenci~s"
Allí se cuentan o se predicen todas las catástrofes, y por eso están alli los
modelos inmortales de todas las traged ias; allí se hace el recuento de todos los
dolores humanos; p6r eso las arpas bíblicas resuenan lúgubremente, dando "los
tonos de todas las lameDtaciones y-de todas las elegías. ¿Quién volverá a gemir.
,
'.
Oportunidad 87
como Job, cuando, derribado en el suelo por una mano e.."{cclsa que le oprime,
hinche con sus gemidos y humedece con sus lágrimas los valles de Idumea?
¿Quién volverá a lamentarse como se laJll(otaba Jeremías en torno de Jerusalén
abandonada de Dios 'y de las gentes? ¿Quién será lúgubre y sombrío, como era
sombrío y lúgubre Ezequiel, el poeta de los grandes infortunios y de los tre-
mendos castigos, cuando daba a los vientos su arrebatada inspiración espanto
de Babilonia?
Cuéntanse alií las batallas del Señor, en cuya presencia son vanos simula-
cros las batallas de los hombres por eso la Biblia, que contiene los modeJos
de todas las tragedias, de todas las elegías y de todas las lamentaciones, con·
tiene también el modelo inimitable de todos los cantos de victoria. ¿Quién
cantará como Moisés del otro lado del Mar Rojo, cuando cantaba la victoria
de Jehová, el vencimiento de Faraón y la libertad de su pueblo? ¿Quién
volverá a cantar un himno de victoria como el que cantaba Débora, la sibila
de Israel, la amazona de los hebreos, la mujer fuerte de la Biblia? 4.
No hay edad en la vida sin ensueño, como °no hay estación sin mariposas.
Ostentan mil colores las que nacen cuaopo abril amanece. Son ligeras, diá-
.fanas, juguetonas, inconscientes... Así son los ensueños de ~os niños.
TaJIlbiér.. hay mariposas en verano, raml:)ién hay mariposas... Son el polvo
que al aventar las mieses· de las eras, en remolinos de oro se levanta. Sueños
de juvenrud -¡ siempre doradosl- que en pecho varonil hicieron nido.
Son las ojas que pálidas y lentas caen en el silencio de los tristes árboles,
maiiposas de otoño ..-. Ensueños de alma que e! amor agotó y anhela triunfos.
Copos de nieve son las mariposas de invierno... Para el alma, blancos sueños,
forjados con las lágrimas lloradas a través de una vlda. No en colores de
ilusión liban néctar: se sostienen con el aroma tenue y misterioso de las anti-
guas flores, ya segadas, que se llaman recuerdos. En la vida no hay edad sin
ensueños. En la tierra no. hay tampoco estación sin mariposas.
y ¡ay de . las mariposas rezagadas! Si son de primavera, el sol de julio en
mar de fuego anegará su vida. Si son de estío -polvar$Xia de oro-- arrastra-
das serán al primer cierzo. Si en otoño nacieron, si han caído en la pomposa
fronda de una vida que anhela más aunque llegó a la cumbre -porque sólo
la suerte cortar puede las alas de la eterna mariposa que espíritu se llama-.
Jos rigores del invierno, las lluvias, las escarchas, sabrán trocar su palidez poé-
tica en infecta negrura. Si en invierno vieron la luz, si son copos de nieve,
,
i
,.
•
La concisión del EJtiio 89
¡
las obras de deleite y pasatiempo? ¿Cuál es la división del estilo. clave de las
pemás, que resulta, atendida la natu raleza de las obras? (81). Cite usted
autores que nos of.rezcan modelos de esos varios estilos. Abra el texto, lea los
trozos que trae de esos autores, hacien do ver el carácter distintivo de los
varios estilos y su oportunidad (82, 83, 84, 85, 86. 87, 87 bis).
EJERCICIOS PRACT ICOS. - 19 La respuesta a la última pregun ta rctrospettiva
prerrequiere mucho ejercicio que no se puede hacel compldo sino después de
haber estudiado toda la teoría del estilo en las lecciones siguientes. Porque
hay que notar, para el análisis e in teligencia completos, el modo diverso de
reconstruÍr las cláusulas en caCla clase de estilo. si son periódicas o sueltas. etc.;
la entonación más alta, templada o baja; el lenguaje serio, o festivo o insinuante
Que predomine; la profusión de adornos~ figuras, etc.
29 Lea el profesor otros modelos de este u otro libro; y después de hacer
saber en qué ocasión y para qué lectores u oyentes se escribieron, exija la in-
cipiente crítica de si son oportunos o no, y a qué clasificación principal de
estilo pertenecen.
LECCION XlI
88. H e aqu[ otra cualidad del buen estilo, que lleva conSIgo la
sobriedad, la fuerza, el resalto del período o éláusula.
Antes de definir sintéticamente esta dote, entend:ímosla con un
ejemplo. Considérese este parrafíto:
i
~s grandes y devadoJ pensamientos, esos pensamIentos que tanto enne>-
blecen y encumbran' al hombre reflexltlo y' pensador, tienen su origen, prmctpio
y fuente en el fond o más profundo del corazón.
Cualquier alumno juicioso verá que hay aqul palabras que sooran.
Todas las que van en letra bastatdilla son ·inútiles. Si los pensamien.
tos son grandes, ya son elevados; la repetición de pensamientos es
innecesaria; los epítetos ref/exttJo y pensador tampoco hacen falta
después de haber dicho que es hombre de elevados pensamientos; si
tienen su origen, rendrán su princtpio y su fuente; si están en el
fondo, claro que será en lo más profundo.
Despojemos, pues, a la cláusula de esa hojarasca, y el pensamiento
principal resaltará e impresionará:
Los grandes pensamientos, que tanto ennoblecen al · hombre~ tienen
su origen ro el fondo del coraz6n.
¡Cuánto más clara y limpia está a~ora la idea!
Pero seda aun más enérgica quitando el inciso, que por sabido
puede omitirse, sustituyendo las palabras tienen su orzgen por UDa
sola equivalente, y omitiendo en el fondo, innecesario. Y quedaría así
la frase: Los grandes pensamientos nacen del coraz6n.
He aqul la idea hermosamente dicha. i Por qué? Porque como el
agricultor 9 poda los árboles para que .las hojas viciosas e inútiles no
perjudiquen al fruto, asl el buen estilista debe despojar ·al pensamien.
to principal
, de todo adorno que, no dándole mayor belleza le roba
energla.
Pues bien: el arte de expresar el pensamiento con ~l menor núme-
ro de palabras posibles se llama CONCISION.
Veamos un trozo de estilo sobremanera conciso.
Es de don Francisco M. de Melo .en la Historia de los "movimien-
tos. separaci6n ~ guerra de Cataluña. Dice en la introducción:
§i buscas la verdad, yo te convido a que leas; si no más del deleite y po.
licia, cierra el libro. sarisfecho de que tan a tiempo te dt:sengañé.
Ni el arte ni la lisonja han sido parciales a mi es(.;ntura; aquí no hallarás
citadas sentencias o aforismos de filósofos y políticos; todo es · del que lo es-
cribe. Muchos casos si se refieren de que las puedes formar, si con juicio discu~
rres por la naturaleza de estos sucesos; · en.tonces será tuyo el útil, como el tra~
bajo mío, sacando de mis letras doctrina por ti mismo; V ambos así nos llama~
remos autores, yo con lo Que te refiero, tú con lo que: te persuades.
Ofrezco él los venideros un ejemplo. a los presentes un d~engañoJ un
consuelo a los pasados. Cuento los accidentes de un siglo que les puede servir
a éstos, aquéllos y esotros. con lecciones tan diferentes,
Algunos condenarán mi historia de triste. No hay modo de referir tragedias
sino con términos graves. Las sa les de Marcial, las fábulas de: Plauto. jamás
se sirvieron (, presentaron en la mesa de Livio.
Son modelos de concisión en castellano, entre otros) Salís, Mon-
eada, Fray Luis de Le6n y Menéndez y Pelayo, que suelen encerrar
ideas en pocas líneas. "
, . ,
\ de las fuentes, la gracia de los ríos repartidos como venas por todo el cuerpo
de la tierra, y sobre todo la anchura de los mares, poblados de tantas diver.
i sidades y maravillas de cosas? ¿Qué son los estanques y lagunas de agua claras,
sino corno unos ojos de la tierra, o como espejos del cielo? ¿Qué son los prados
verdes entretejidos de rosas V flores, sino como un cielo estrellado de una noche
serena? ¿Qué diré de las venas de oro, V de plata~ y de otros tan ricos y tan
preciosos metales? ¿Qué de los rubíes y esmeraldas y diamantes y otras piedras
preciosas, que parecen competir con ias mismas estrellas en claridad y hermo-
sura? ¿Qué de las pinturas y colores de las. aves, de los animales, de las flores
y de otras cosas infinitas?
!
90. Para adquirir concisión de estilo no hay consejo mejor que
el de la lima tamizando el estilo y limpiándolo de todo lo que no sea
grano de ideas o de legítimos y convenientes adornos.
E! precepto que sobre los versos daba Horado a los Pisones se ha
de extender a todo escrito que por bueno quiera venderse:
Un crítico sensato y de conCIenCIa
los versos tachará que encuentre flojos;
tildará/os ;1 en ellos hay dureza,
y tlolvlendo la pluma, al desaliño
doquzer imprtmtrá raya tremenda.
Cortará en los adornos pompa Inútil,
hará dar luz a lo que oscuro sea;
reparará la ambigüedad. notando
,
•
los pasajes que pidan pronta enmienda.
, ,
,
,. ,. , ••• .1
l .
.Boileau
, también encarece este consel0, -asl:
Qui tie, sait se borner; ne sut jamais ¿CT'!'re.
Pero a veces ~o bastará t~char: una o dós palabraS o frases; . el
mal está en la concepción ya difusa del pensamiento y' en el guo inal
dado a todo el periodo. Entonces no hay más remedio que ceñir los
conceptos y condensar la redacci6n de todo el escrito.-
La cQncisión puede degenerar en laconismo y aridez; a veces ' en
oscuridad. ;
EJERClCIOS PRACTICaS DE COMPOsteIaN . - Esta lección r~quiere más bien
práctica que principios. Háganse en clase análisis de modelos de concisión y de
difusi6n; dicte el profesor como temas de composición fragmentos redundantes,
para qu e d alumno los despoj e de lo inútil, variando, SI es ' preciso, el giro de
.la frase. En el aamen se exigirán los ·ejercicios~ hechos en d curso y algún
otro improvisado en el mis,mo examen sobre el trozo de alguna antología o de
este texto, que pareciere al tribunal.
RECONSTRUCCION SINTETICA. - Prese~1te usted ejemplo en que apare,zca un
pensamiento expresado con muchas palabras inútiles. Despójele de ellas hasta
dejar el pensamienro enérgicamente dicho: Defina la concisión. Cite modelos y
autores de suma concisión (88). ~ Vicio contrario. Diferencia entre redun-
dancia y abundancia. Cite' un trozo abundante y no redundante (89). - Medios
para adquirir concisión (90). - Léase un fragmento cualquiera, y muéstt'e ¡i
es abundante, conciso o redundante. '
• LECCION XIII
,.. < , • . .
V.ida y movimiento del Estilo 93
A LA ZONA TORRIDA
• ¡Salvc, fectmda z ona,
qt~ ai sol enamorado circullscribes
el vago curso, y cuanto !ér anrma
en cada vano clima,
acarlctada de su luz concibes! '
Tú tei~s al verano su guzrnalda
de granadas espigas; tú la uva
das a la hirviente cuba;
•
(
....- ~,
" .,:' '. i '~á:ión.-, XIlI
jo "r
,'
no 4e pwpü'r~a . fruta, '0 r,oja, Q~ gW#da~
,a tus florestas bellas
, .
falta matiz alguno; :Y behe en eUas
aromas mil el viento.
FIGURAS LOGICAS
,.
.
2 Aglomera.JJlos ejemplos 'para que mejor se entiendan l,!s figUJ;as y los
modos ·de emplearlas. Basta que los alumnos -s.opan· dar. cuenta de algunos .
-" •
.,,;
. -'.
, ;-
I
, $.
,
Figuras lógicas 97
7-LITERATURA PRECEPTIVA
•
,
, " '
•
, . ~ En los tt'empos d¿ ;b"4'rlmras \ nac"iones
cqIgaban ' de las, crÚCCJ los ladrones;,
ep los tiempos. modernos de las luces
de los ladrones cuélganse
, , las cruces.
, '¡ 101. ' La idea principal suele etlc~rrarse en Ulia reflexión profUnda
expresada de urr modo conciso y ,enérgico. Es lo que Se llama sente,.,·'
,cia. Pero sj. esta -sentencia se ponc al .final 'd e un periodo, "Como resul·
' tado, razón' o sfntesis de lo dic~o en él, lleva el nombre dé epifonema,
Ejemplos ,de sentencia:
Si quieres ser amado, ama (Sao Agustín).
I:;a pluma es la: lengua del alJ;lia:' (Cervan tes).
- Al rey la hacienda: y la vida •
se h(l de 'dar, peTo' el honor
es patrimonio dél alma
¡JI el alrpa 5610 ~s d~ Dios! (Calderón).
" :
Ejemplos de epifonema: •
, ' t .
Yo me he asomado a las profu'ndas nm(l¡
~ , de la tiara y del cielo,
y les he visto el fin, o con tos o;os
o con el pensamiento.
Mas ¡ay! de tm corazón llegué fIi abúmo,
. y me incliné"" por (J~lo,
y mi alma y mis ojos se turbaron:
¡tan hondo era y tao n.egro! (~écque:r. rima XLVII).
I ,
' 102. Con el fin de ponderar la impor{ancia del asunto y de llamar
la atención de los lectores u oyel).tes, se muestra d escritor perplejo '
acerca de lp que ha de decir, Es la ' dubitaci6n.
Asf, ponderando el Padre Grana'da los beneficios de Dios, al venir
a tratar de la redención, dice:
Para hablar de e;te misterio, verdaderam~ntc yo rpe hallo tan indigno, tan
corto y tan atajado que ni sé por dó comience., ni dÓ..llde .aCabe, ni qué deje,
ni tome para decir.. . Menoscabo parece de tan grandes !Disterios ser con len-
gua de carne manifestados. Pues ¿qué baré? ¿Callaré o hablaré? ?fi puedo
~ tallar, ni puedo hablar. ¿Cómo callaré. . tan grandes misericordias? Y ¿c6m.o .
I hablaré .misterios tan inefables ?
Aquí pido, oh jueces, vuestro con.gejo: docidme lo que debo hace'r. Pero
~l silencio mismo que guardáis me está 'diciendo que no será otro ese consejo
.. que el que podría ' darme . la ne(:esidad. -,
•
104. También se excita .la curiosidad y d inte~~ haciendo' es~· ..
f ' .,
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•
, .i '.," "'",
';"'
, ~. ......
., .......
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..
lOO !"eéción, XIV
• ,
:~ I
..
Yo 'cor:fieso qt~ Cristo da f..xcelenda ..
, al l matrimonio santo" que lo aprueba,
I que Dios siempre aprobó la penitencial
107. Cicerón encarece m~s los cdmenes de su acusado Ver res, fin·
giendo pasar por alto muchos de ellos: .Nada diré de su boato, nada
de su insolencia, nada de sus maldades y t.orpezas: sólo hablaré de sus
usuras y conCUS10nes~ .
Pues con esta simulación de omiti.c aquello que en realidad se va
diciendo, se logra llamar más la atenci6n sobre lo mismo y hace creer
el orador la sobra de razones que todavía le asisten.
Esta figura se Uama preterici6n. .
,,
108. Por la reticencia . se suspende de súbito la frase, .pasando a
o,t,ra cosa; con lo e,ual se da a entender que es mucho e importante lo
que todavía pudiéramos dec;ir:
Dice don Leandro F. Moraun: ,
•. .¡Pobre diablo!
,. exclama don Bonifaz,
si yo quisiera decir
10 que... pero bueno está.
- ¡Oiga! Pues ¿qu¿ haJido? ..
I V aya! DEganos usted. -No tal. .
•
,
. '
"
.~ "
EJEMPLOS - De dliólora:,; , \.
. " .' -
mi , Dios, 'fuente' de ' agua d,ulce; eres, mar blando de in,fip.ita gracia;
'E1'C5,
eres, (efresco del a~a ~d ienta ; ei-cs. ~ que brinda a 1m angeles y ~ntos '7
los embriaga COD~ La abund~ncia de rus deleites. .. r ' •
' ser curadas' de vuestras Bagas, médico es: SI ardé~s' con calentu!as. fuente es; si
os fatiga la carga de los pecados, iusv~ia es; SI tenéis necesidad de ser ayudados, , -
fortaleza es; si t~éis la muerte, vi~a es; SI deseáis ir al CJelo, ca~no es; fi
queréis huír las tirúebla,s, luz 'es; stJ tenéis necesidad de manjar, mantenimiento es.
_El Padre Granada nos da también este precioso ejemplo de la mis-
, , ma fi¡:¡ura: " , " , ' '
"
Por cierto, Señor. el que tates voces no oye, sordo es; ' el que con tales rés-
plandores no os ve, ciego ' es,; el que cop- ~ntoS argumentos 'y testimonios d~ •
todas las criaturas no conoce la nobleza de su Creador, loco es. .
, De r~duplicaci6n: Alberto Lista en la sentida ~da A la muerte de
!esÚJ, muestra sU indigr:aa.ción contra los" sayones y su convicción de
la inocencia de la víctima sagrada, repitiendo a'sí:
. Cesad, ceiad, _meies,
al santo perdonad, mu~a t:l malvado;
n sou ...de un iust9 Dios mmutros fi"des,
• caiga 11J· dura ..pena en .el culpadg; -
JI la tmptedad os .ghia,
y .en la sangre os c;eb'áis, ile.rtt!d la mia.
. . ;. . .,' . .....1:' .
Mas, considerando . luego que .. esa ~íc'ti~a, es ' la única que púede :,
salvar al mUndo, aposir<>fa así ) l- :ingel 'de '\á"p1uerte,: ' , . .,
'.'
. ;,
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."~ ......... ~.... :<l ..¡-,) ;.. .......... #,' ~.~
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,
>- •
OlfaS figu1'as .dd prjm ~ grupo 103
•
Ven, ángel de la muerte,
esgrime, esgriID:e,' la fu/min en espada.
el cielo:).
De epanadiplosis: ¡Qué energía da a su idea Núñez de Arce con
esta! :
LA 11lj(mcia, la traición, el egaismo
me han brindado con cáliz de veneno.
y he sentido al beba NI tUtimá gota
rota mi /ira y mi existencia rota.
1I0. Entran también en este primer grupo las figuras que añaden
o quitan conjunciones copulativas, según convenga retardo o rapídez
•
para mejor grabar el pensamiento.
. Este oficio lo hacen la conjunción o polisindeton, y la disyunción
'
, .
, o asindetorJ..
La primera une los miembros diversos de la cláusula por conjun-
, -ci,p nes cuando conviene ret~rdar la frase, por ,exigirlo así la idea, o
• .,
,
,
.104 ., 4cci6n . XV
•
cuando se quiere llamar la atención ,hacia cada uno de los objetos que
se enumeran. ,
Dice Pereda, hablando de la naturaleza': .Y ella sola es el rumor,
y la armoma, JI el estruendo, y la luz: y la el9cuencia, JI la poesía, y el
.
. arte, JI la hermosura:.. ',
Pintando Herrera el ejército de Faraón en el Mar Rojo, canta:
~
. .
En' otro estilo expresa Fray Diego González la ira burlesca que '
le inflama contra el aleve murci'éJago que vino a cort:r1e la lllsplfa-
ci6n, cuando, después de · lanzarle mil maldiciones, conjura a pueril
tropa.' diciendo:
y todos bIen armados
de piedras. de tJavajas. áe agUl1ones, ,
de clavos, de punzoneJ,
de paloJ por los cabos afilados
(de diversión y fiesta va rendidos),
te embistan atrevidos,
y te quiten /0 vida con presteza, ,
consumandu en el modo su fiereza.
Te puncen )' te salen.
ee tundan. te golpem, te martillen,
te plquerJ .• te Q,"TibilJen.
te dividan. te corten y te rajen,
te desmiembren, te partan, te ~egüellen.
te hiendan. te desuellen. .
te estrujen, ~ aporreen, te magullen,
te deshagan, confundan y aturrullen.
• •
.•
,,,",",'~,
•
ces.. " de Alberto Lista Cesad, cesad .. " de Cervantes Ea, pues, vuelvo a de-
ár..., de Núñez de Arce La infamia..., dd P. Granada De manera qt~e su sér
es... , de Quevedo ¿Quedu t1~ qué tan malos.. ., de Venegas Como sea ver-
dad que todo remo .. " (109). - ¿Qué son y para qué sirven la polisíndeton ..,
la asíndeton? Hágase ver en los ejemplos de Pereda Y ella fOla es el rumor, .. ,
de H errera Y el Santo de Israel.. _, de Fray Luis ' Acude ..., de Fray Diego
González en el Murciélago alevoso (110).
•
"
.
( LECCION XVI
1;
• 29 GRUPO - FIGURAS PINTORESCAS O DESCRIPTIVAS
~
rejo. En medio de aquella natu ra leza soberana surge la vida opulenta .y mag-
nífica. La grandeza del espectáculo ,s umerge al observadO! en un éxtasis que no
permite analizar sus bellezas. Admírese lo vasto, Jo maiesruoso del conjunto.
Dios ha prodigado allí sus maravillas; la tierra es un altar, el cielo el cimborio
resplandeciente del templo en cuyos ~mbitos se adora a la divinidad que todo
, en torno glorifica; y despertando en el alma el sentimiento de 10 sublime, el
!.
¡
hombre encuéntrase pequeño, confund iéndose luego sin esfu erzo en la armonía
universal.
•
, , ,
1\)6
. '.. ~ '.'
~.
~ .
\
, ,
:' ,"-, ~ ". '. . .
'Gorda del CiUtañár, Ofr~de' d - rey d -lugar más envidiado -del pa-,
lacio, y ilo,n Garda (labr~dor), contesta:" " -
~óJ l'Tepo entre aquellos urt'QS con SÚJ dedos d~ un pernil,' "
\
salir a la pnmcr luz, que a cuatro v!,eltas o tres
prevenido el arcabuz, pastilla de lumbre es, .
• y que. levanten mu perros y canela del Brasu;
unj)-banda de perdices; )IIentregórs¿lo a Teresa
'y codiboso en la empresa, - que con vInagre, su aceite,
. seguir/as por la dehesa y plmtenta. S11l afette, -
de verlas ca~ al suelo;
. con lÚperanzas feltcts
las pone',en mJ limpia m esa,
donde en SC1lIlClO de Dios
- .
y cuando son a los ojos una yo y 'otra mJ esposa
.pardas nubes con pjes rojos, nos comemos: que no ha., cosa.
, .
'
batir sus alas al vudo, co.mo a dos perdices, dos/
)' derribar esparcidas
trc.1 o cuatro; y anhelando
mirar misperros buscando y arrojar a mIS sabuesos
UlS que cayeron heridas, el esqueleto roído
con mt voz que los provoca; y oír por toño el crujido
I
'Y t1aer. las que palpItan de . los dientes )' los huesos;
_ a mIs m,!nos, que las quitan
sin disgusto de su boca;
levantar/as, ver por d6nde Levantar la mesa, dando
~ntr6 ¿'¡trt: la pluma d plomo. graCttu
, a qUIen
, nos enilía
I{olvcrm<; a 1m casa, como el sustento cada día, ,
sud( de la gue"o el conde vqnas cosa:. ' ptauca9do:
'-
a Toledo . vencedor; 'que aquesto es , d Castañar,
pelarlas dentro 'en mI casa, que más estImo, Señor, ,
. p'crdigarlas en la brasa,: que cflanÚl hac'Jenda ./ honor
'V PU~ftas ' al asador, . los reyes me puedan dar . .
112, Ni es necesario que la descripci6n ' se~ muy larga; con algu-
nos rasgos, bi~n elegides ,Y mejm txeresados', puede herir vivamente~
l~ imagina ci6n, Esto es lo q.ue pretende la figura, _ -\
Tal lo hacel;} p, Luis Colum~, S, J" en eSla breve y preclosa-,
descripci6n de r.a Gorriona:'
,
La berlina describi6 de repente una curva inverosImiJ en , su carrera, y
desapareció en el antiguo portalón del palacio de , Santa María. A un impulso '
-,
deJ $:ochero, quedaron clavados com 'por encanto al pie, del anchuroso vestíbulo,
coche y caballos, estirando éstos.l s nerviosas' patas como muelles ck acero,
'agitando impaciéntes las engallada cat>ezas, y cubriendo' de humeante ·espuma
1<?S bocados y cadeni1Ias bruñidas como la plata.
, • ~ .-
"
~~
"- ~
," ,<
•
Figuras pmtorescas o descriptivas
,
Sobre 7as manoi reclina
. su ancha cabeza un lebrel,
en cu}!a lustrosa piel
VIVOS destellos derrama .
• la roja y trémula llama
que oscila del4tJte de él.
'Estas descripciones tan vivas, que parece tenemos las cosas delante
de los ojos, se llaman HIPOTIPOSIS. ,
113. Recibe distintos nombres la descripción segúI) los objetos
descritos. Si se describe un lugar o paisaje, se llama TOPOGRAFIA, que
,> muy frecuentemente suele ir unida a la CRONOGRAFIA, o sea, descripción
L del tiempo en que se verifica un suceso, o la estaci6n u hora en que
¡
•
se contempla el paisaj e.
Con pincel de mago describe . una mañana de invierno y su triste
r paisaje, el coetáneo novelista Ricardo León, en El amor de los amorel:
Amaneció la llanura amonajada de nieve y de silencio. La cara del sol,
tímida y ruborosa, como asustada de nacer. se. asomó un instañte a los balcones -
del cielo, con rocas y rebocillos de gasa y de niebla, esparciendo las luces de
sus ojos por el cuajado mar. El paisaje yerto bajo la sábana blanquísima recibi?
las caricias del sol. temblando y llorando. Las fuentes dormían prisioneras,
congeladas sus lenguas de cristal, mudos sus pechos sonoros, tornado el cauce ,
en sepultura. Los grandes álamos del rio, puestos en fila, blanqueaban como
esqueletos mal vestidos con los jirones del sudario. La torre de ViIlalaz erguía
sus recios muros coronados de nieve, semejante a la cabeza de un viejo cargado
de días. pero aún altivo y jactancioso. Algunos copos voladores saltaban er·ran-
tes como florecillas derribadas de las frondas y sacudida s por el cierzo. Todo
era blancura y tristeza y desolación frío, de muerte, quietud de camposanto.
I Es muy, tÍpi ca la quc·' trae el P. Isla, ·S. J., en' su Fray Gerundio:
, Era Antón Zotes. .. un labrador de estatura mediana, pero fornido y re-
polludo, cabeza grande y redonda, frenJ.e estrecha, ojos pequeños, desiguales y
algo taimados, guedejas rabicortas a la usanza del Páramo, y no consistoriales;
, pestorejo. se supone. a la jeronimiana, rechoncho. colorado y con pliegues. .
, ,.
Figuras pmtorescas O descriptivas 109
¡
I
Donoso Cortés en su gran discurso de la Biblia, presenta un PARA-
~ LELO entre Moisés y Homero, haciendo ver con él la mayor amplitud
de acción que da Moisés a su historia, epopeya de todo el género
humano, mientras que los poemas de Homero no pasan de ser la
epopeya de Grecia (léase).
Puede servir también de ejemplo el PARALELO entre Donoso y
Balrnes, que trae Menéndez y Pelaya en Heterodoxos, t. 1lI, p. 746, y
el que de San Martín y Bolívar hace e! chileno B. Vicuña Mackenna.
118. Entra en las obras festivas y jocosas la exageraci6n de los
defectos físicos y morales de la persona descrita, y entonces el retrato
degenera en CARICATURA. Tal es la descripci6n que hace Salas Barba-
dillo en la Vida del majadero pulido y limpi6n afectado:
•
.
. ', . .
~ ; .
,";It
( .", ~
,escrúpulos;·. . pªta .
.
.,' .
esto andaba siempre cargado · de 'alh'aja~ limpi9ha~ siindo -más · acémil~ . que
hombre, o pareciendo una tienda portátil de lencería. Los lienzos que limpian
la cabeza por el conducto de las narices. nunca' los trajo ni.~os que a docenas. ~
Los palillos mondadiehtes a centenares. Enjuagáb::¡,se la boca y lavábase las
manos aun en medio de las calles públicas, 'y esto "tantas vec~ cuantas en.con~ ,_.
traba con alguna fu ente " de las muchas que son adorno y provisión de esta .
nobilísima corte. Por no ensuciar los dientes y' mudas no mordía ni mascaba,
sino engullía; tanto quiso purificarlos ' qué, .molestados de la continua persecu·
'ción del hierro y del lienzo, los vio caducar ,en medio de su florida juventud,
y decía muy lastimoso y lloroso (¡oh lágrimas mentecatasl ): que quisiera tener
dos pares para remudarlos, ' quitan~o los sucios y sustituyendo en su lugar 16S .
limpios. Mas atrevámonos algo más al piélago profundo de sus afectaciones
fan tásticas... De toda risada estupenda y escandalosa es -'digna la narración que .
nos espera. Dícese que trayéndole un día un criado para que le recibiese, como
le preguntase de dónde era, y d otro le respondiese que de la M~ncha, al .
I
instante rasgó los aires con una voz de tipk, afectada, mujeri-I y hazañera, y
cayó desmayado. Volvió en si después de algún tiempo , a fuerza de algun'as
-diligencias medicinales, y mandó qtÍe le trajesen otro Ivestido, porgue el que
ténía puesto se lo había manchado aquel hombre, a quien "no sólo no guiso
recibir, pero ni aun abrir los ojos para v~rleJ porque no le mat?-cp.ase la vista.
~J;;::.;
. • •
•
Figul'as . pinwrescas o descriptivas III
•
11'2. Lección XVI
I. A~n as la blanca aurora había dado lugar · a que el luciente Febo con el
. ardor de sus' calientes rayos las líquidas perlas de sus cabellos de oro enjugase,
cuando don Quijote, sacudiendo la pereza de sus miembros, se puso en pie y
llamó a su escudero Sancho.
Andrés Bello describe en espléndidas P>.RIFRAS!' las naciones his-
panoamericanas en la Alocuci6n a la poesía.
Claro que esta figura es más bien poética, y por lo general, sola-
m~nte en obras poéticas y de entretenimiento debe usarse.
RECONSTRUCCION SlNTETICA. - Recítense algunas fra~s de Guido Spano en la
pintura de Río de Janeiro. Hágase ver c6mo este fragmento es figura pintoresca.
• Defina usted, según eso, la descripción literaria. Recite algunos versos de la
hermosa descripción Más prulo entre lUJt~llos cerros... (111). _ ¿Es preciso
que sea siempre la descripción tan larga? ¿Recuerda usted las hipotiposis de
Colorna La IberJino... , de Núñez de Arce Arde el tronco ...? (112). - ¿Qué
~ nombre particular tiene la descripción de Ricardo León Amaneci6 la Ilanu.
ro ...? (lB) . - ¿De qué es ejemplo el famase? trozo de Cervantes Este que
v¿¡s aqul, de rostro .. . o el del Padre Isla Era Antón Zotes ..•? (114). - ~Qué
hacen la etopeya y el retrato? Muéstrese en los ejemplos de Salís Era el caro
r
1
denal. .., de Olmedo en la Victorzo de lunfn, de Mariana De bajos pnnctpios
subió... ¿Cuál es el mérito de estos ejemplos? (115 y 116). - ¿Qué hace el
paralelo? Cítense ejemplos, v. gr., de Pereda, Donoso (117). - Qué es carica-
tura. y dígase la idea de la de Salas Barbadillo en el úmptón afectado (118) .
Qué es carácter, y explíquese en el que trae Alarcón sobre el Aragonés (119).
Explique usted las neumografías y cite ejemplos, v. gr., el de Alarcón El alma
es un mundo. .. (120). - Explique usted la enumeraci6n en el trozo de: Ri·
cardo Le6n Evocad, lectores, el iZntlguo palenque..., o en el breve de Gabriel
y Galán sobre el trabajo Labra, funde ... (121). - Diga los oficios de la expo-
lici6n y amplificación, según se observa en los trozos de Severo Catalina
LA luna que boga..• y de M. F. Suárez en el discurso sobre lesuCristo (1 22).
Para qué es la perífrasis, con el ejemplo de Lista Oh vfctima preciosa... , o el
de Cervantes Apenas la blanca aurora ... (123) . -
N. B. - Ya dijimos en la Raz6n de método que se ponen abundantes
ejemplos no para que todos se. aprendan de memoria; eso sería imposible. El
114 Úi:dón . XVII
. ".
~~to es que vean- los ' alumnos las bel).ezas 1it~rarias que van - estudiando, en
4iversos -autores. los cuales con sus peculiares estilos expresan la misma belleza.
Es complemento del método" intuitivo. La mucha lectura, con reflexión hecha,
va formando sin sentir al literato. El que conoce Y. en cuanto lo permita "el
tiempo, aprende de memoria muchos trozos literarios, ése tendrá medio camino
adelantado para escribir con facilidad y con gusto ' estético. . :
Lo principal en estas lecciones sobre las figuras es que los alumnos sepan .
conocer la fuerza que imprime al estilo el empleo de la figura de que se trate.
También pueden aducir otros ejemplos, a gusto del profesor. Y sería de
más mérito y alabanza que presentasen los alumnos en el. examen los ejercicios
de composición de sus cuadernos, explicando ante ellos las diversas ftguras.
. Sirva esta nota para las demás lecciom:s sobre figuras y otras materias
semejantes.
LECCION XVII
. .
ESTUDIO ESPECIAL DE LA DESCRIPqON y NARRACION
,
,
•
,
'o . ..
.' : ,..¡ , ...
. " '. ' '- ~ '- .. ,' .. ' '!' . "
:'Que el k:4!l 'vea pr6xima su presa, 11 qué 'pronto.,.romperá las,· d~biles· ~·ügá-
duras que Jo aprisionan! " " ~ .. , t,
.' Y si .se ,quiere otra forma para expresar ~a. ~~s.ma idea, digarrips que estas.
combi~ac~ones de.} oxfgeno ,con e1~' ázoe son de equilibrto in'!J table. La ~'usa .
más ,pequeña 4ts destruye. ~. .'. . 'l.
El oxígeno ~n ellas está en Cierto modo como una gran masa de hiei"r~'
colocada en 'ío alto de una forre y en tina; báscula ' fácilmen te giratoria, perfCC:
, tamente equilibrada. . ..
__ VDa . pequeña sacudida, la roa,Do 'de un niño, un soplo de viuto, puede
tor.cer la báscula y puede precipitar al espacio la . masa 'de hierro.
~ Pu'es así está el, oxígeno en lo alto de su torre molecular: mal sujeto por '
el ázoe,. y dispuesto a caer, a ·la menor sacudida, sobre ot¡;OS cuerpo¡ con -los '
cuales tenga 'afipidades mas in tensas. ,
.>
P.o! eso observarán mis fec'tores que en la' -!Dayor parte de los o:plosiv9S
que voy examinando, ' hay una sustancia ~en que entra el oxígeno y en que e~tra
, el ázoe. Así en la pólvora entra el salitre, -que es un nitrato; y el ázoe y el
oxígeno entran en el nitrato. .¡
. , La 'mayor' parte de los explosivos 'fl9 son' otra: cosa ' que lo que acabamos ~
,de explicar.
En cambio, los fulminantes no son más que causas determinantes peque-
ñís.imas. La mano del niño que tuerce .la báscula. ,una débil cuchilla que corta
la:s ligaduras del' áiee. Una vibración insignificante, que 'destruye la comh~na
ción entre el nitrógeno y el oxigeno. -
Con IQ. cual, todo el mecanismo de los explosivos queda puesto en claro:
La explosió~ se explica con la 'misma facilidad, al malOS para los usos
vulgares de ~stas cr6nicas. .,
, Desde que una pequeña ~fu erza, que no es más que la causa determinante,. .
'9mo queda dicho, fa~ilita la libertad del oxígeno; éste se arroja con increíbl.e
violencia sobre el carbono y_ spbre el hi,drógeno.
Son una serie de choques" en espacios ' pequeños, pero choques de UDa ener-
~a mcon[!astable, porque incontrastables son .l~ . fuerzas de ·atracción de los '
átomos que van a unirse.
~ero el efedo de estos grandes choques es el desarr~llo ' de grandes cal}-
tidadés de ca16.dco¡ toda vez que el ,calórico no 'es más qi,Ie la vibración de lOS: '
átomos, según la hip6tesis más natural, más, sencilla y más feCunda en la ,den-
cia moderna. ; ,
" Adm-írcse la amenidad que da, con la descripción vívida, a' una ' '.
·teodi , tan abstrusa. ¿Qué contribuye a esa amenidad' literaria? ,Las ¡
eqmpárac¡ones sensihles del Wgeno co¡;l un león 'atado pOr los débile.t
-.: ' laz~ '~<ieL~zoe, o con la inasa de "hierro en.la .b.áscula de una torr,e; ,
~.
..... .". pe"f
h'·,'V" ,l:- -1
;. " . - .
,~.,.
ú
;. ...-:: ~ '."~
, .'.
.
descrit(¡, con, rapidez, exactitud, pretisión, :ame~a" vulga'rización.,
'y
./
,
. ..
-
,
-;~ '~
,
,
~_.
, ,
r.. . '.,
.\
,~
. -
'.
Estudio' de la descripci6n y na.,n-ación . " 117
,
Dice: y 'al punto cuai fugaces carros
q~ ' dada la s'eñal, parten, y en densos
de arena y polvo torbdltnos ruedan;'
arden los eTes; se estremece el suelo;
estréPIto contiuo asorda el cldo;
y en medIO del afán 'cada cual teme
que los demás adelantarse puedan. )
. En la pe/ea
los arrastra y amma e Importuna
de Bolívar el gema y la fortuna. •
[Jama JmprotJlSo Di bravo N ecochea:
y mostrándole ei campo,
partir, acometer, vencer le monda,
r el guerrero' esforzado,
otra vez vencedor y otra cantando.
, . , "
, ,
- , t Lección 'x,V11
' 1l8 ,,~,
,. --
Estudio de la desc6pción y narración 119
••
•
", ': .
.' .1.' ...
Guzmán el ' Bueno, de '~Iós su¡;esos \ aprendidos ~f:n hisrori,a; ' cónio . 1~ ,caI9p.añas:
de Bolívat, de Césu, .Napoleón, eto. • . ,. ,~,. ". , ' , ' ,
~ RECONSTRUCCION , SINTETlCA. - ¿Cuál es el ,objeto piopi.o · 'de 1as descr-ipdo:.i
nes? - ¿A qué ley¿s deben estar sujetas, . según aparece en ·la cronografía -de
Ricardo León? ([24), - Indique 'usted el fin" de las 'descripcion.es histórica$;
,oratorias y. científicas, y cuándo serán literaria~ (1-25) • .L Muestre usted lo que
es, narraci6n literaria en la ¡oda de Olm¡;;do, E~ qué s~ diferencia la descripción
de la narraci6n (126). --:- Deduzca las leyes de la narraci6n (127)-. - Distinga .
las clases de ' narración (-128). - ¿Tiene usted 'compuesta alguna nurac;ión o
descripción literaria?
LECCION XVIII
. ComPl!:aci6n o símil
,
y cuerpo a cuerpo y la cabeza erguida
trabaron el combate. y como lobos
valientes peleaban ...
,
. ,
En el libro XX! describe a Aquiles huyendo de las aguas que l.
-' indignada deidad del río arrojaba sobre él, con estas expresivas com-
paraclOnes :
. , . . . . . . . . . . . . . . . . .. y tan ligero
corria luego por la gran llanura
como · el águtla negra por el aIre
rápIda vuela, cuando va ¡,gutendo
a la banda de tIernos palaTllIos,
porque es la más "abente de las aves
y la más voladora. Asi corria
Aquiles, y sus armas sobre el pecho •
m ronco son temblaban; y del río
que le seguía en hórrtdo tumulto
letJantando sus aguas espumosas,
siempre Iba huyendo en gIro tortüoso.
Cual- suele el hortelano del oscuro
•
pozo sacar el agua y conduarla
por estrechos canales a que rugue
las plantas y legumbres d~ la huerta;
( y el escardillo en mano. los estorbos
quita de las regueras; y corriendo
por el decltve en pláCido murmullo
r.l agua /leva en pos las pIedrecIllas
que encuentra al paso. y n empre va delante
del que la guia: asi detrá.1 de Aquiles
corriendo el río le alcanzaba sIempre.
. '
El inglés Milton tiene magníficos símiles en su Paralso Perdido,
como cuando nos dice que la aparición de Satanás caído es como un
,. sol eclipsado que aterra a las ' naczones con su portentosa oscuridad.
El poeta español Grilo dice delicadamente que se dibuja la son-
risa en un bl~co rostro:
Cual relámpago de grana ·
en un gran cielo de nieve.
Hay un autor asceta que tiene gracIa y tino especial ,para aclarar
los conceptos más recónditos de la perfección cristiana, valiéndose de
comparaciones naturales y expresivas. Es el P. Alonso Rodríguez, S. J.
Véanse algunas:
Dicen, y muy bien, que l~s pastones en nuestro corazón son lo que los vien-
tos en la mar, porque así como los vientos alborotan y desasosiegan la mar, así ,
las pasiones alborotan y desasosiegan nuestro corazón con sus desordenados
apetitos y movimientos.
••
Así como una gota de agua echada en grande cantidad de vino, pierde ·
todas sus propiedades y cualidades y. toma el color del vino; y .así como UtI
"•
, •
:...;,.. .'} ~
.. ucci6n' XVI1l
.. .
\ .,
hierro al cendido y hecho~ ascua e,n la 4agua, no parece ya hierro sino fuego;
y así como el 'aire cuando recibe la luz del , ~olJ se .trasfo¡:ma de tal manera en
claridad. qu e parece que es la misma claridad; así nosotros en la bienaventu-
ranza perderemos del todo nuestros resabios, y quedaremos ' deificados y - tras-
formados en Dios 1.,
El P. Coloma, S. J., ilustra sus ucturas Amenas con preciosas
comparaciones. ¡Qué oportunas son aquellas q-ue trae en La Primera
Misa!:
En Andalucía, dice, son frecuenres por el verano esas repentinas tormentas
.que duran en aquel alegre cidó lo que un gesto de cQlera en el rostro de
un niño ; y así como pasados los primeros momentos de su . ira, brilla entre sus
lágrimas 'una sonrisa, sucede ' allí que, lloviendo aún las nubes por un lado,
aparece por el otro un alegre rayo de sol y un brillante arco iris.
• •
LECCION XIX
4 )0., 3, 8,
,
•
126 . Lección XJX
. ,."1 • •
no os debi.litéis un momento, sostcnedmc: robus'tos.. . '¡.Acordarme de ti! sr.
alma infeliz, mientras haya memoria en este agitado mundo. ¡Acordarme de
ti! Sí, yo me acordaré, y yo borraré de mi fantasía todos los recuerdos frívolos,
las senten cias de los libros, las ideas e impresiones de lo pasado que la ju-
ventud y la ,observación eS,ramparon en ella. Tu precepto solo, sin mezcla de
otra cosa. menos digna, vivirá escr\to en el volumen de mi entendimiento. Sí,
por los cielos te lo juro... ¡Oh mujer; la más delincuente! j Oh malvado, mal-
vado! ¡Malagüeño y execrable malvado! Conviene que yo apunte ~ este
libro... sí ... que un hombre puede halagar y sonreírse y ser un malvado. . .
¡Ah! pero la exp,resión que debo conservar es esta: «Adiós, adiós, acuérdate
de mí:.. Yo be jurado acordarme... 1
Pues este modo de din·gz·r. la palabra a ausentes o a muertos, y
aun a sert'S inanimados, es lo que se llama APOSTROFE.
No siempre se requiere apasionamiento tan arrebatado del ánimo:
lo que importa es que no sea violenta la figura. Con arranque lírico
y natural, que descubre larga meditación del poeta, empieza el prín-
c~pe de nuestrps líricos, Fray Luis de León, la oda A la Ascensión:
¿Y de;tll, Pastot santo,
tu grey en este valle, hondo, oscuro,
con soledad y llanto,
'1 Tú rompiendo el puro
.
ai1"e, te vas al inmortal seguro?
.'
9---LlTE.~ATVRA PRECJ;:PTIVA
•
,..
130
-
. ,',
't . ~
, .. .\
:......como quiehvno dice" nada, a una princesa, y en ella al sol de la hermosura.
y a todo el ci,elo junto. - y ¿a d60de pensáis hallar . eSo que decís, Sancho? ' ,
-¿A dónde? En la gran ciudad del Toboso. -y bien, ¿de parte de quién la
vais a buscar? -De parte del famoso caballero don Quijote de la Mancha,
que desface los entuertos, y da de beber al que ha sed, y de: comer al que ha
hambre, etc. etc. (Parte 21t• cap. x) .
137. Un modo enérgico de convencer a los oyentes y de estrechar
y acorralar al adversario, es ir aglomerando Las razones en forma inte-
rrogativa. 14 figura se llama INTERROGACION.
Dem6stenes, rey de la elocuencia, tratando de concitar a los ate-
nienses contra Filipo, coacerva los agravios recibidos del rey macedó~
diciendo:
¿Qué injuria, qué afrenta ha dejado de hacernos? Después de saquear
nuestras ciudades, ¿no DOS ha úsurpado la presidencia de los juegos pítiC06,
fiesta nacional de toda la Grecia? Y cuando él no puede asistir, ~no tiene d
descaro de poner de presideqte a un esclavo? ¿No os ha robado e1 estrecho
de las Termópilas y cortado los pasos todos de la Grecia y asegurado estos
lugares con guarniciones de mercenarios? ~No se
arroga la primacía en los
oráculos" arrinconándonos a nosotros, a , los tésalos, a los dorios y a todos los de-
más anfictiones, siendo así que ni a todOl los griegos cabía tan honroso derecho?
~No prescribe a los tésalos, punto por . punto, el modo· con que' deben admi·
nistrar su república? ~No envía ejércitos de extranjeros, cuáles a Portmo
para desalojar a los eretrios. cuáles a Orco para imrtonerles como tirano a
Filístides? .. A los corintios ¿':lo les ha invadido In ciudades de UUC3.da '/
Ambracia? A los aqueos ~no les ha robado la de Naupacto para donársela a
los erolQs? A los tebanas ¿no les ha quitado la villa de 'Equino? A los bi·
z~ntinos ¿no va ahora mismo a subyugarlos? Y a nosotros, atenienses, ¿no
nos ha ocupado, por no decir más. la ciudad de Cardia, la mayor de todo el
Quersoneso? .. (Filip. m).
Tiene buen lugar esta figura en la poesía lírica y dramática, por-
que con más fuerza y viveza muestra las íntimas impresiones. Cuando
Segismundo, en el drama La vida es sueño. de Calder6n, despierta de
su letargo, viéndose en lóbrega mazmorra, _.expresa así su admiración:
¿Yo en palacios suntuosos?
¿Yo entre telas y brocados?
¿Yo cercado de criados
tan lucidos y briosos?
¿Yo despertar de dormir
en lecho ton excelente?
¿Yo en medio de tanta gente
qUt me sirva de vestir? (Jon;t. n, ese. 3).
•
Figuras patéticas I31
,
•
I .~
.'•
' l. -,."
.... ~.'-, '" .
~ ~
,-
,
A LA MUERTE DE )ESUS
,
,
l' ¿Y eres tú el quc, velando
la excelsa majestad etJ nube ardiwtc,
.,
fulmma ste en Siná? ,.. el ,mpío bando
quc eleva contra t, la osada frente
¿es el que oy6 m edroso
de tu rayo el estruendo fragoroso?
,• 2' Mas ora abandonado
¡ay! pendes sobl'c el Gólgota, y al cielo
alzas, gtmu:ndo, el rostro lastimado:
,
cubre tus bellos 0IOS mortal velo,
y, su luz extingUtda~
\ en amargo Stlspi-ro das la vida.
•
,
Lúci6n· XIX
.'
.,
, l· •
Figuras patéticas 135
., ,
1
no 'me' hubiera ah~gado yo ant.. ! :(execráci6n). No te echo en cara
tus gastos, ni los sudores qué mt' impongo' para: ' sostenerlos (preten-
ci6n). Pero, eso si, te conjuro y '.üplico'.'q úe.ine déíés trabajar en paz
,(deprecación). ¡Oh!, muera yo sÍ. . .. pero t,iembla ponerme en este
trance (reticencia y con'l'inaci6n). fHola! ,IY llora! ¡miren qué ino-
cente! Va a resultar que yo soy el culpable ,(ironla).· Bueno, demos
de barato que sea asi, Si, yo soy muy exaltado, demasiado sensible
(concesi6n). Pero, dime, ¿no hubiera sido ' mejor ' desenojarme con
dulzura? (comunicaCi6n). y no ' qlle' los hijos, los amigos, los vecinos,
todo el mundo se está enterando de todo. Oyen tu, gritos, tus llantos,
las injurias de que me l1en~ (entlmeraciqn). y te han visto con los
ojos exaltados, con el semblante enrojecido, los C3;bellos erizados gri-
tarme y amenazarme (prosopografía). Toda la gente habla con ho-
rror de nosotros; las vecinas se lo cuentan unaS' a otras; y hasta los tran-
seúntes se ponen a escuchar yendo' a divtilgarlo" (hípotiposis). Creerán
que soy un malvado, un déspota, que te ' niego lo
'más necesario, que
te golpe6, que te estoy matando de hambre (gradación). lAhI la opi-
ni6n pública no es tan injusta que no dé ' razon a -quien la tieoé
(sentmcia). Y tu difunta madre, que me habia asegurado' que ' te
parroas á ella! ¿Qué dida ahora al ver lo que me está pasando?
¡Ah! Seguro estoy de que me oye desde el cielo y' que afeará tU con-
ducta de hacerme desgraciado. i Pobrc', yerno, dirá, "mejor suerte me·
, redas!', (prosopopeya). ' ' ,
RECO NSTRUCCJO N SINTÚ'ICA. - .¿Dónde .tienen más cabida las figuras pa·
:éticas? Mu'éstrese en el trozo de Sfiakespeare: ¡Oh, vosotros, ei¿rcitos! . ..
(131). ' - ' Hágase ver la prosopopeya o perso'nificaáón' .en ejemplos de León,
Horacio, ' Anónimo Sevillano, Núñez 'de' Arce, etc. (l32). - Explique usted la'
imagen o emblema en el salmp cUI traducido por fray Luis de León (133).
¿Qué da, a entcJ;1der la tronla? Ejemplos de MOJ;atín y d~ Cálderón (134).
¿Ouál es la ~orma del dt'alogismo? Ejemplos de .Granada: Dan vous contra
el pecador.,., y de Sdgas: El galán de la noc-he; y 'de Caltaño: A llorar al .
río .. , (135). - Soliloquio célebre de Sancho (1 36): - ¿Qué fuerza da la in·
- t,errogación en. la oratortO;, IJrica y dramáJzca" según 'se \'~ en Demósrenes y
en Calder6n? (137). - Ejemplos de exclamación, Imprecación, execración, op·
/.ación, obtestaci6~, interl'upczón (139, 140, 141, 142, 143) . -" Analice usted las
figuras de la poesía de A. Lista: A · la'" muerte·:d e lút4.s" (144) . - ¿Tiene ust(:d
hechos en su cuaderno algunos otros análisis, v. ,gr., de Donoso, en el discurro
sobre la Biblia? .
LECCION XX
'.
LENGUAJE TROPOLOGICO
'.
SINECDOQUE ' y METONIMIA , '
146. En todos los modos de decir, que hemos, llamado ' figuras¡
. conservaba la palabra y la fra~e, su sigl)ificado c;lirecto. Hay otro~ •
,
,
Del mismo modo, nada más corriente que estas expresiones: corre
la voz, ríen los prados, se encendió en cólera, gana el pan con el sudor
de su rostro, etc. '.
Frases son éstas que tienen cohesión entre sí y significado vivo y
hermoso por la relaci6n que tienen con los objetos a que directamente ,
se aplican.
147. Bien clara se desprende ya de aquí la definición que de TROPO r
dio Quintiliano: Verbl vel sermonis a propria significatione in aliam.
.
cum virtute mutatio, es decir: La traslación racional que sufre el sig- ','
nificado propio V primitivo de una trase o dicción en otro distinto.
Decimos RACIONAL, porque esa traslación de significado ha de ser:
1, N.-\TURAL; esto es, fundada en la naturaleza misma de las cosas;
2, LOGICA, o sea, fundada en las leyes de sucesión, simultaneidad o
semejanza; 3, BELLA, porque sólo puede admitirse el tropo cuando
aporte 'más hermosura, fuerza o colorido a la dicción o frase.
Dada y entendida la definición, s'e ve que le cuadra .el nombre ,
de TROPO,por ser este vocablo voz griega que significa vuelta, giro, ,
cambio, que es lo que' sucede en el modo de decir que vamos estudiando.
Cuanto dijimos de la NATURAL~DAD Y NECESIDAD de las figuras, es
,
aplicable a los TROPOS. Usalos el vulgo instintivamente, y son necesa-
rios para embellecer el idioma y para manifestar con más fuerza, gracia
y donosura nuestras ideas .
.Los TROPOS más importantes son los que se fundan: 1, en la simul-
tcmeidad de dos ideas; 2, en la sucesión?' 3, en la semejanza. En el
primer caso el TROPO se llama SII\'ECDOQUE; en el segundo, METONIMIA;
en el tercero . METAFORA.
148. Sinécdoque. 19 Si digo: desenvainaron los aceros, uso el
tropo sinécdoque, porque, aunque
, 13 que propiamente se desenvaina ,
•
1
.'
138 . ú:cci6n XX
. .
,,·... _-""._e·'- .r.::.;;¡";'~~;¡:"~¡;';"'¡';':"",,,,::.t,;.......
,
LECCI0N XXI
METAFORA - ALEGORIA
y Schiller: «Hop, hop, c;¡ b;¡l1n mío, tus alas son el crimen, tus
cascos las uñas de Luzbel• .
Camoens, en el canto tercero de Os Lusiadas, apostrofando a Lis-
boa,' la llama: .Princesa de las demás ciudades, a quien obedece el
mar profundo1J.
Dante Aüghieri ( en el canto 19 ) llama a Virgilio: «Fuente que
.. copioso raudal derrama de elocuencia, gloria y lumbrera de los demás
poetas». l
Recuérdese la poesía de Zorrilla, copiada en la lección sexta (30),
, y.se admirará el lujo de METAFORAS, como las de aquella estrofa:
Te acercas, sí, conozco las orlas de tu ma11to
en esa ardiente nube en qu.e ceñido estás;
el re.Iplandor conozco de tu semblante santo
cuando al cruzar el étN relampagueando vas.
A Mosén Jacinto Verdaguer vienen a la pluma las más naturales
t y expresivasMETAFORAS. D escribiendo el sueño de San luan sobre el
costado de Cristo, dice que
sueña ver al misterioso Adán celeste dormir el sueño del amor en el
Calvario, en brazos de la muerte crueL .. Su rostro amarillento es una azucena
mustia ... ¡Todo está consumado! La dura fi era está bautizada con la sangre
del Criador. Cada herida es un canal de este divino tesoro, y ¿cuál e-s el ma- P
nantial de esos ríos de ';'ida? ¿De d 6nde salió tan preciosa púrpura? Los clavos
y espinas la derramaron toda. el saCíOsan to rncimo está exprimido; sobre el
Calvario cay6 la última gota del vino que engendra vírgenes. ¡Crueles sayones,
mineros de esa mina! abrid el coraz6n de do mana esa sangre, estuche de
marfil donde guarda sus rubíes. Derrámalas ya , fuente sellada, que el mundo
tiene sed del agua de tus luces; abre, huerto cerrado, tus puertas, deja que
el co~azón se llene de sus aromas... La Iglesia es UDa rosa que brota en la raíz
del árbol de la cruz ... La prole cristiana es en la cuna del Sagrado Corazón,
mecida como en su nido los pajarillos ...
, Fascinadoras son las METAFORAS de don José Mármol en su des-
• cripción de los tr6picos:
I
Las si~rras y los montes en colosales formas,
se visten con las nubes de la cintura al pie;
{tU tempestades ruedan, y cuando el sol ocultan,
se miran de los montes la esmeraltada sien.
H ermosas son aquellas dos de Gutiérrez González en Aures:
Reclinado a st4 sombra cuAntas veces
vi mi casa a lo lcios blanquear, •
paloma oculta ~n trt: el rama;e. verde,
ov~ja solitaria en el grama/o
. .
•
~ ? ~
• - LecCi6n XXI
"
y decirlo en una sola palabra, la podríamos 11W!3.r atal~ya· y torr~ altísima. de
donde levantados mira1llQs todo cuanto se ha represc:.ntado en este gran teatro
del mundo...
151. Leyes de la metáfora. Examínense bien los ejemplos adu-
cidos, lea el profesor íntegras algunas de las composiciones en que se
encuentran, y se observará que todas estas METAFORAS están bien traídas.
¿Por qué?
Porque: 1. Fácilmente se ve la relación de semejanza con la idea
significada, y
2. Llenan el fin, que pretendíamos, de dar fuerza y brillo a la
... frase y, por consiguiente, al estilo.
A estas dos cualidades se oponen.:
a) Las metáforas VIOlentas, es decir, aquellas en que la semejanza
no es obvia y natural. Recuérdese que entre los defectos que señalá-
bamos a los gongoristas y decadentes era e! de usar metáforas vi",;
lentas (54).
b) Las metáforas amontonadas; porque lejos -de dar claridad,
ofuscan, y en vez de dar elegancia al estilo, lo tornan hinchado,
pretencioso y recargado.
\
He aquí otro vicio de los culteranos y modernistas. El mismo
Calderón faltó a la ley que vamos estudiando hasta en La vida es
sueño, una de las más grandiosas concepciones de nuestro teatro.
¿Quién no ve el abuso de METAFORAS en aquel comim.zo:
. Hip6grifo ' violcnto,
quc corres pare;as con el viento,'
¿Dónde, rayo nn llama,
. pájaro Itn mattz, pez IIn escama,
y bruto nn tnstmto
natural, al contuso laherinto
de estas desnuda.s .peifas
te desbocas, te arrastras, te despeñ.as?
I -.
• .
Metáfora - Alegoría 143
•
152. Hay cláusulas enteras y composlclOnes . pnéticas completas
cuyas palabras se toman en sentido metafóri co. Esto se llama ALEGORIA.
Es clásica la oda de H orado O navis! que imit6 así don Andrés
Bello:
¿Qué nuevas esperanzas ¿Qué tu nombre, tamoso
•
al mar te llevan? ¡Torna, en reinos de la aurora,
torna, atrevida nave,
a la nativa costal
y do nd~ el sol recibe
la cristalina alcoba? •
Aún V CJ de la pasada Ayer por estal aguas,
tormenta mil memorias, segura de sí propia,
¿y ya a correr fOl"tuna desafiaba al viento
segunda vez te arro;as? otra arrogante prora.
Sembrada está de slrtes y ya; padrón infausto,
aleves tu derrota. que al nal1egante asombra,
do tarde Jos peligros en fm demudo escollo
avisará ,la sonda. está cubierta d(' ovas.
¡Ah! vuelve, que att" es tiempo, jQu¿1 ¿No me oyes? ¿El rumbo
mientras el mar las concitas no tueras? ¿Orgullosa
de /0 ,ibera halaga descoges nuevas vdas
con apacibles olas. y sin pavor te engolfas?
Presto, erizando CCr1"OS, ¿No ves. oh malhadada,
vendrá a batir las rocas, que ya el cielo se entolda,
y náufragas reliquias y las nubes bramando
Izará a Neptuno alfombra., rclámpago5 abortan?
De flámulas de seda ¿N o ves la espuma cana
la pusumida pompa, q t~ hinchada se alborota,
no arredra los insultos ni el vendaval te asusta
de tempestad sonora. que silba en las maromas?
¿Qu¿ tia/en contra el Euro, ¡Vuelve. objeto querido,
tirano de las ondas, en mi inquietud ansiosa;
las barras y leones vuelve a la amiga playa
de tu dorada popa? antes que el sol se esconda/ l.
, , ,
Yo soy de ese tropel de TUw:ñores
qtte en el dolor sus cantos 5ólo inspira;
fOsal florido, de IOJ vimtos lira.
qtl~ a los golpes del hacha sangra flores. "
Mi corazón que hmúon los amores,
aun cuándo herido está. de amor delira:
¡Cántam:o heroico que en la r.ruz e:rpira
dando al aire sus himnos tn'unfadores!
M, libro u áureo estuche (mee/odo
donde encie"o los cíngulos de abro;os
que me ciñeron mtJ profundaJ penas;
Copa de oro y ' rubí donde he escanciado
hu lágrimas ardientes de m~ o;os
~ y la pródiga sanlI"c de mis !lenas.
29 Como ejercicio d~ composición pueden dictarse a los alumnos varias
~ompa'rac:ionesJ . que ellos convertirán en METAFQRAS, y varias ideas para que
ellos las expresen tropol§gicamenre.
39 LéarJ"sc algunas ALF.GORlAS escogidas, para que los alumnos acostumbren
1;1 imaginación a estos bellos modos de decir. Son muy oporhmas a este fin .La
vida del cieJo, de fray Luis de León. que nos presenta a Jesús como ·pastor
amoroso, y a los bienaventurados como grey dichosa apacentada ·con . inmo,rta.
les rasas; y también la pOesía ;Pobre barquilla mio, de Lope de Vega, en que
alegóricamente expone Jos peHgros que corren los que se lanzan a la vida
cortesana en busca de vanas pretensiones.
RECONSTRUCCIÓN SINTETICA. _ Exponga usted la relación' y difefencia que
hay entre simiJ y metáfora. Saque de ahí la definición de este tropo. Ilustre
la definición explicando las frases la ntñ~z es /a aurora y la fJ~j~z el ocaso de
la vida. ¿Qué ejemplos recuerda usted de espléndidas m~táforas? (de la Biblia,
"
Heine, Shakespeare, Schiller, Camoens, etc.) (l50). - ¿Por qué las metáforas
. d~ estos escritores están bien empl~das? Exponga las cualidades de las buenas
metáforas. ¿.Cuándo · estarán mal- usadas (aglom~radas, inconsecuentes, ' in.
nobles) / (151), - ¿Qué es la o/egod.? Cil< ejemplos (152) , - Analice usted
.las metáforas en La canción de mi musa, de Villaespesa, o de otra composici6n.
Muestre: en su cuaderno algún ejerciCIO hecho sobre esta materia.
"
LECCION XXII
" '
\
PUREZA Y CORRECCION DE LENGUAJE "
1530' Véase de nuevo el párrafo que 'nos sirvió 'de base para co-
'- menzar el estudio de la elocución (63)0
·Decíamos que . el arre de la C1~ocuci~n c:onsiste .e n dar: al pensa-
, miento su expresi6n ' oral perfecta, El párrafo de Ro Le6n h. obtl;llido
'-
, 1 -- . ,
/ , .
, Pureza y con-ecúón .del letJguaje 145
ese fin. ¿Por qué? Porque en: él se observa que, además de las dotes
de estilo hasta aquí estudiadas, con tan castellanas palabras, están
expresadas las ideas, y tal es la estructura y trabazón de aquéllas, que
. nada hay alH que contrariar pueda las exigencias del idioma.
Luego, dos cualidades exige el estilo por parte del lenguaj e: PUREZA
y CORRECCION.
154. Pureza. La habrá en el estilo, si las palabras sqn castizas, o
, sea, pertenecientes al idioma en que hablamos. .
. y i cómo sabremos que una palabra es o !fO perteneciente al idio·
ma? Horacio nornhr6 al uso juez y norma del lenguaje 1, Mas el uso
de que habla el preceptista latino no l~ constituyen escritorcillbs in·
competentes, ni tampoco los modos de hablar manifiestamente opues·
tos al genio y naturaleza de la lengua, por más que abusivamente se
usen en algunas comarcas o pueblos. Sancionan el uso, juez y maestro
del buen decir, los buenos hablistas de la época, que siguen emplean.
do los vocablos de legitima cepa del idioma, ya sea porque han nacido •
en regiones donde menos elementos ex6ticos han adulterado las voces
y modismos, ya sea porque el estudio de los hablistas clásicos les ha
enseñado ~ limpiar el idioma de expresiones "'y giros extraños',
El filólogo colombiano Rufino J. Cuervo dice a este propósito en
sus autorizadas Apuntaciones críticas 2: «¿Cuál será la norma a que
todos hayamos de sujetarnos? Ya que la razón no lo pidiera, la neo
cesidad forzará a tomar poi dechado de nuestra habla a la lengua que
nos vino de Casti1la, donde nació, y, llevando su norpbre, creci6 y se .
ilustró con el cultivo de eminentísimos escritores ... >.
y tratando de distinguir entre el uso que hace ley, y el abuso,
que debe extirparse, prosigue ..el citado Cuervo:
...El uso respetable, general y actual, según se manifiesta en las obras d.e
los más afamados escri tores, y en el habla de la gente de esmerada educaci6n,
es el que ha de reconocerse como lc:gisl.ador de la lengua, y el que ha de
representarse por los diccionarios y gramáticas fieles a su instituto.
•
•
Pureza y corrección del lenguaje 147
<1 Cf. Prontuario de hISpanismos y barbarismos, por "el P. Juan Mir y No-
guera, S_ ]., Madrid, Sáenz de Jubera, 1908_
, 4 Telecino decimos, y no como se ha dicho te/equino, porque el sonido
griego de k al pO$or a las lenguas románicas se conviene en c. (Cf. Cejad-or,
El neologismo, en Cabos sue(tos, página 448. Sucesores de Hernando. Madrid.
1907) y Llave del griego, por los PP. Eusebio Hernández y Félix Restrepo,
s. J. (Friburgo, H~rder, 1912).
.,
.;;:
, -y .7 . ,.
. ' ' Lei:ci6" XX1Ii
•• ri ~. r
No menós~ opOrtlÍr!o ' parece -s:eñaiaÍ ;uif~·~s~íl,d ~ prop'10 fle: ·tos ~ :Srudios:. gi~ '
mattcales. El hábito, sobre todo en los pri.qcípíantes. ·de exigiJí la correcéi6n en- .\ -....
la forma, ~ éonvierfe a menud<? o;n pe~ntería, que rechaza' cuanto no satis.: .
face u!l:, i<;leal falso o legítimo. Por lo IÍtismo qúe una forma descuidada suele ~' .. .
, ser 'i'ndici~ ?e . poc~ solidez c!n la parte sustancial ,de la obra, es ordinario-'que, >.
eil faltando lealtad para r~conocer meritos de otro orden, o ciencia para dilu- '
cidar la materia sobre que versa un escrito, acuda la pasión a .la odiosa tarea.
de probar . que el contrario no sabe gramática. . . '. ".
EJERCICIOS PRACTicos. - Dicte el prófesor frases cOUlpuestas de los 'gaJiciJ.
mOl más frecuentc§ .para que los discípulos los corrij an en "la compOsición. dd
,día siguiente, v. gr.: -
. «Apercibido de la tragedi~, creo q t.(e ~Ila puede hacer furor' en el público.
Aunque su honor esté a cubierto de toda sospecha, no 'tengo fe en las garanúas
que me ofrece. Marchando sobre los' pasos de nuestrpS antecesores acapararemos
riqueza y fama, .
Asimismo se pueden ,' dictar .frases dl"! ' antiguos at,¡,tores, caídas en desuso,
MI"a q~e " los, discípulos corrijan los drcaísmos; y también ' trozos "decaden:tes y,
culteranos, aunque sean los mismos copiados en este libro, para que los alumnos
los redacten' ~on palabras puras y correctas: ~ -
RECONSTRUCCION SINTETICA. - Recite usted, o lea el p'árrafo de Ricardo
León Cuando el lenguaie .se victD de 101 modo . .. (63). - ¿Qué nota usted ,e n
él acerca de sus palabra·s y enlace? (153): - " ¿Qué se requiere para la pu~eza
del lenguaje? ¿CÓtrlo, sabremos que una palabra es del idioma? Explique usted
quién' ha " de fijar el uso: ¿Cómo distingue Cuervo el uso del abuso? (154).
¿Qué es barbarismQ? Ponga ejemplos (155). - ¿Qué, es arcoíiino? Ejemplos.
¿Por qué , debe u~ted decir "en la definic.ión legítimamente (J.nticuados? (156) ~
¿Qué es neologtsmo? (157). - ~ Recuerda usted algún párrafo dec4denrista "
lleno de neologismos? (74). - ¿Cuándo se debe decir que son innecesarias
nuevas palabras? EjemplOs (157).- - Seg'Ún eso, ¿qué palabras ' nuevas de~en
admitirse? ¿Qué dice Cuervo a este propósito? (158). - ¿Qué exige la c.o"ec- ,
, Non? (I58). - ¿Qué es purismo en el lenguaje? ¿Qué dice de él Cuervo? (160) ,
, LECCION XXIII
•
ARMONIA DEL ESTILO 1
..
,¡ ,,-
•
. ~
Lecci6n XX/Il
, ,.
En este caso habría fluidez, " pero todo e'
aditamento desde las
cuales todas ' parece ... quedaría desprovisto dF proporci6,. de partes
con el todo, que es otro elemento de armoní3:_
163. Según esto, vemos que hace falta' para la ARMONIA:
1) palabras euf6nicas, o- sea, de fácil y grata pronunciaci6n;
2) concertada sucesi6n de sonidos, por la buena distriouci6n de
frases y vocablos;
3) cadencia, ésto es, sonora terminación de cada hase y cláusula.
De estos tres dementas resultará la unidad ritmica eJi la variedad
de sonidos, es decir, el buen acuerdo y buena' proporci6n de las partes '
de la I'láusula entera, y de las diversas cláusulas con todo el discurso
u obra literaria. _ ..
He ahí la ARMONIA, que podemos ya DEFINIR así: El efecto musical
de las palabras y de las frases por el aTte de combinoTIa.r del modo
más grato al oldo.
1M. Suelen aquí multiplicar los preceptistas reglas para conseguir
el arte de la armonía, combinando, dicen, sílabas áton~s y tónicas, vOCes
monbsilábicas y polisilábicas, etc. Todo esto será inútil si no se tiene
buen oído, el cual se consigue en parte educándolo, y para ello leyendo
u oyendo leer con entonación modelos armoniosos que tanto abundan
en la prosa, v. gr., de Granada, Cervantes, Luis de León, Nieremberg,
fray Juan de los Angeles, Saavédra Fajardo, Jovellanos; y entre los
más modernos; Larra, Castelar *, Valera·, Alejandro Pidal, Pereda,
Azorín·, Caro, ,Gómez Restrepo, M. F. Suárez, Sierra" Icaza, R.
Dado *, Rodó "'; Zaldumhide, H. Ureña, Montero, Bustamante, Mon-
talvo :tt, etc.
Con todo, no debe omitirse)a noticia de los vicios principales
opuestos ~ la armonía, ni algunas generales advertencias.
19 ¿Quién no ha de notar lo inarmónico del estas frases, atroz
zozobra, torre redonda, error refutado, por la unión de palabras que
terminan y empiezan con la misma consonante? Este vicio, que se
14ama CACOFONIA, debe evitarse. ' .
"." 29 ,Las frases iba a Anda/uda, ola a ambos, ella amaba la alabanza,
forman ' HIATO, es decir, sonido desagradable por la concurrencia. de las
mismas vocales.
3Q Diío el joven que no dejaria entre los jaToles al jaba//. Esta
repetición de la misma consonante con pequeños intervalos, no puede
menos de ser ingrata al oído.
40 Aquel sonido repetido dentro del oiJo, era parecido a un ge-
mido, rojo despojo de la frente ardiente. Este SONSONETE o martilleo
que produce la repetición de idénticas o'' parecidas terminaciones, se
hace insufrible.
•
<
..
.
.I ' Armonía gel estilo 151
el Ghisporroteo. . \ . j
.
-.
., ,
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, . ¡,
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,, .,
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¡, , ., •
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" . t· "• "
•
Armonía d~l estila 153
,\
Pues e! estallido de las olas contra ías rocas, qué bien lo hace ofr
Núñez de Arce:
Mas cuando en rena batalla
el mar ,-eb,-amando choca
~,
.contra la cmpmada roca
que allí le sIrve d,e. valla.
Cuando en la enhtesta muralla •
ruge el ' huracán vtolento,
entonces fzrme en su asiento
el casttilo desafía
la ¡alVale sznfonía
de las ola5 y del mento.
, -
Pocos poetas vencen a Zorrilla "en estas armonías. Recuérdese en
La Tempestad antes trascrita (38):
el ruido . con que rueda la ronca, tempestad,
,
,.,-
154 " •
,.)'
,
- .
. acción XXIll
. ~. ",
'.
la sabana inÍerminabli. ~ ..... '(
y bajó, con fáCil trote, ', ...
los peldaños de los Andes, -..
cual por unas milenarias escaleras
qClc crujían bajo ei golpe de los cascos, musicales. ..
Armoniosamente imita el avam:~ majestuoso del acorazado entre
, ¡as olas tempestuosas este fragmento dd poHmetro por el P. C.
Eguia, S. I- :
'.
A ROGAR POR LA GENTE DE LA MAR
I De pasada
desbocada rnare;ada
sin mirarle le arrolló;
que el atleta no respeta
el abyecto vil insecto
que a su paso u crUZó.
,
Santa Teresa difunde en sus escritos las duldsimas ternuras de su
'alma anhelo;a de.ver ' a Diós. Véase este trozo:
¡Oh bias mío, y 'c6mo teñéis palabras de vitla, adonde todos los mortales
hallarán 10 que desean, si 'lo quisiéramos buscar! Mas i qué maravilla que olvi:'
aam9s vuestras palabra-s, con la locura que causan nuestras malas obras! ¡Oh
·Dios. mío! ¡Dios H acedor de todo lo criado! Y ¿qué es 10 criado si vos, Señor"
'quisiérais criar más? Sois Todopoderoso: son in,comprensibles vuestras obras.
:- Pues haced, Señor; -que no se aparten de mi pensamiento vuestras palabras.
'Decid vos: ' e Venid a' mi todos los que trabajáis y estáis cargados, que yo os .-
~ consolaré,. '¿Qué más queremos, Señor? ¿Qué redimas? ¿Qué buscamos? ¿Por.
qué es,tán los del mUndo perdidos si no pira buscar ' descanso? IVálame DioS"f
10 v-aIame Diosl ¿Qué es esto, .Sc;ñor? 10 qué lástima! 10 qué gran ceguedad!
o:' ¡que le: busquemos en lo que es imposible nallarle! liabed gran piedad, Cria-,
. ¿or, 'de "Vuestras criaturas: mirad que no nos entendemos, ni sabemos. lo que
c:kseamos, ni ,atinamos lo que pedimos. Dadme, Señor, luz. Mírad que es más ·
'ménester, que al ciego que io -era de: I).acirrtiento; que éste deseaba ver· la: luz,
.. y no:·p.odía. Agora no' se' quiere v.er.
J
Admirese este ejemplo de San Juan,de la Cruz, que tan a lo divino ,
expresa' los deseos, del alma enamorada ,de Dios; o " , ' _' , , - ' ,
• • •
,
~.
'
.- .. •• '::' .:., !-' : 0"'''10''"'':'
¿A dónde ~ escondiste
Amado, y me de;as..te con gemido?
Como el ciervo huíste ¡¡
habi¿ndome hendo;
saU tras Ti clamando y ya eras ido.
f Pastores los que luéredes
, allá por l~ majadas al otero,
n por ventura tJléude~
, a Aquel que yo más qUIero,
i decid/e que adolezco, peno y muero.
¡Oh bosques y espesuras
~
¡ plantadas por la mano de mz Amado! '"
!. ¡Oh prado de VerdUI"aS
de flores esmaltado!
¡Decid SI por vosotros ha pasado!
dice en Historia de mis libros que <j¡a puesto singular 'ateoéión en 'la
melctdía interior de sus obras.. Y.i usto es conceder que lo oonsiguió.
Imita el suave zumbi~o del céfiro en' la poesía:
•
Era un airt: suave de pausados giros . ..;
expresa la nostaJgia dé países lejanos en Sinfo~ia en gris mayor; una
grave majestad se difunde por la' compo~ición La canción de los pinos,
y as'í otros afectos en casi todas las poesías del nicaragüense.
La ARMONIA IMITATIVA es bien manifiesta en Ma~cha triunfal; y
no menos resalta si bien se lee y medita, la ARMONIA EXPRESIVA dd
paso triunfal de la gloria, esto es, la ambición y orgullo de los gue·
rreros que pasan.
La solemne tristeza del Dio de difuntos, ¡qué bien expresada está
en la poesía con este titulq de J. A. Silva! A. Nervo, Gutiérrez Ná·
jera, presentan ejemplos magníficos de ARMONIA EXPRESIVA.
EJERCICIOS pRACTIcas. - 11} Dicte el profesor fragmentos armoniosos de bue-
nos modelos, pero trastrocando vocablos y miembros, para qué los alulIUlos les
den armonía. Léanse y aplíquense en clase algunos trabajos escolares, haciendo
notar los vicio. virtudes, y .leyendo en seguida el original para que mejor
vean los alumnos los aciertos arm6nicos del autor y los desaciertos propios.
2Q Ejercite el profesor a los alumnos. en leer con entonación rítmica · bien '
manifiesta modelos de armonía imitativa y expresiva, haciéndoles a-presurar· o
retardar b lecrura, levantar el tono o bajarlo, según 10 exija el movimiento
rápido o lento. triste o ale¡;re, colérico o dulce del pasaje.
RECONSTRUCCIO N SINTETtCA. - ¿Es cualidad Oiencial del buen estilo la aro.
manía? Dé usted idea exacta de esta cualidad en el periodo de fray Luis de
León: Y como la luna en Jas noche$ scrcn(U. .. , invirtiendo el orden de los
miembros. Deduzca el primer elemento de armonía (161). "- Note usted la
armonía de cada frase del período, trastrocada. ¿Qué sucedería si, dejando las
palabras en el orden del original, quedasen los dos miembros invertidos? (162).
Deduzca usted de ahí todos los elementos de la armonía .y formule la definición
(163). _ ¿Qué se requiere ante todo para dar armonía al estilo? Expongai los
vicios opuestos a la armonía en frases inarmónicas (unión de consonantes
fuertes, de vocales, letras homófonas, sonso.netes, monosílabos, mala terminación
d(: cláusula) (164). - Muestre usted en algún buen ejemplo la armonía a que
se, presta el castellano y haga ver el número periódico (165). - Cite palabras ' .-
oqomatopéyicas .y ejemplos de armonio imitativa (del romancero, de Esprbn-
ceda, BécqlleT, Samaniego, Núñez de Arce, Zorrilla, Chocano, P. Eguía) . .Mues-
tre 'cómo se doblega a la armonía imitativa la prosa caste llana (166), - Expli-
que la armonía cxpresiva en ejemplos, v. gr., de Manrique, Santa Teresa, San
Juan de la Cruz-. fray "Luis, Herrera, Rubén DarÍo y modernistas (167).
I
•
Práctica y formación del estilo 159
LECCI0N XXIV
' que?a·. esbozado en la mente el bOceto, :el C¡¡al ' prefieren ~lgunos ¡lejai .
· escnto a grandes rasgo~ para ayuda· d~ Ta memoria. ' .
-
171. Redacción. Meditado y bosquejado el' asunto, 'hay que en- '
' contrar la fórmula verbal m4s completa; esto es,. los vocablos" el giro
," de las frases, y los modos de decir que mejor vayan desenvolviendo
,,', 'el, pensamiento y los sentimientos que él Qespierte. Nunca hay ' que , ,
perder de vista los puntos , siguientes: ,
. 1. El fin que se persigue, para volver sobre los propios pasos si
· se Dota alguna desviación , de él, bien así come;> el piloto da pn cuarto
de vuelta al timón si- nota 'desviación de rumbO.
Gran peligro hay en los principiantes y en los que escriben a la
" ,ligera que introduzcan comparaciones, cuadros, parrafadas brillantes, ,
si se quiere, que, dado ' pudieran ser de mérito en otra parte, están " >
Juera de quicio allí donde se han puesto, porque .distraen la atenci6n
de ]0 que es esencial en el escrito l. , I
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"".;' ' . ¡;ráct~ca y formljCÍón 4crcstilo'
,
,
La Bruyere8 recom'endab3 que el escritor, . para ese'ribir bien, de-
bía. ponerse en el lugar de ~us lectores, y examinar su propia caus~
19~ ',' '. '
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como una cosa que le es nueva y lec' por vez primera, en la cual nin~ ,:.:~
guna parte le cabe, persuadiéndose luego de que no la va entendiendo " '.~
por irse entendiendo a sí mismo, sino porque dla es de becho inteligible. -''j
y al fin ¿cuándo S~ dar4 por ¡atu/cello el escritor de s'u escrito? ~,ft.
Cuando entre el 'pensamiento y lo escrito haya ecuación perfecta; y la .. :;:~
habrá si la composici6n puede comunicar al lector las ideas y senti- " ,,,~y
mientas que se han pretendido excitar en él. ..".r,
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. llr-uTERATUIU PRECEP'TlVA
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•• N, ' B. -~ ~iendo e~teramente práctico e1 contenido -de los números siguientes '
\ de esta lecci6n, no necesita reconstrucción sintética. En cambio, presentarán los
alumnos en el examen Jos ejercicios preparatorIOS, elcmcntakJ )' supcnores que
tengan hechos, en conformidad con lo Que esta 'lecci6n enseña, respondiendo a
las observaciones que sobre dios quieran hacerles los examinadores.
LECCION XXV
DECLAMACION
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Lección XXV
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expresar.
i"",,~ " ""~:::, """"""'~ q~' q~
Movimientos sacud.idos y ampulosos en~ situadones tranquilas, y
en todo caso, gestos am'anerados y visiblemente rebuscados, desdicen
de la verdad del sentimiento; no serán naturales.
3. La elegancia de! gesto está en la armonía de líneas, en el desenvol·
vimiento redondeado de curvas y eq la justa proporción de intervalos.
El brazo derecho lleva de ordinario la parte principal en las ac·
ciones, acompañándole el izquierdo en' el movimiento, a no ser que d
auditorio se hallase al lado izquierdo, pues entonces e! brazo izquierdo
. debe desempeñar e! principal papel en la acción.
185. Advertencia principal para aprender a declamar. Siendo el
estudio de la declamación eminentemente práctico, como el de todo
arte, es indispensable la observación . y el ejerctcio. Hay que estudiar
intuitivamente a los buenos declamadores, dándose cuenta de la el~
.,
gancia, naturalidad y conveniencias de cada uno de sus gestos, del ..
""..~
arte de emitir la voz y de la gracia de movimientos.
Viene después el ejercicio frecuente ante el profesor o maestro de
,
declamació.n que vaya corrigiendo, y vaya llamando la aten'ción de
los discípulos sobre las buenas formas y emisiones bucales que mejor
digan con el temperamento y modo de ser de cada !Jno.
RECONSTR UCCION SINTETICA. - ¿Por q ué es la declamactó1J complemento de
la buena elocucIón? ¿Qué entiende usted por dcclamactón? ¿Qué dice Cicerón
sobre ella? (176). - Pruehe usted la importancia de la buena declamación.
Cite usted las palabras comprobatorias de Cicerón, Demóstenes y Esquines
(177). - ¿Cuál es la ley general de la declamaCIón? (178) . - ¿Cuáles son sus
dos elementos? (179). - Exponga usted las dotes de la buena pronunciación, "
- .;~
y qué .exige cada una de eUas. ¿Qué medios hay para no fatigarse declamando
y para dar la debida expresión a lo que se dice? Lea usted' u na composición , ,
cualquiera de este libro, guardando las debidas pausas y dando la intensidad,
énfasis ' e inflexiones que pide.n las ideas ( 180). - ¿Cómo define Cicerón la
acción o mímica, y qué comprenden? (181) . - ¿C6mo ha de ser la actitud del
cuerpo. la expresi6n .del rostro y de los ojos? (1 82- 183). - ¿Qué comprende d
gesto, y cómo debe ser? (184). - ¿Qué regla general y muy principal da. usted
i,
para aprender a declamar bien? (1 85) .
~ LECCION XXVI
t INVENCION
~"'.
MODOS V ARIOS DE EXPLA.NAR ASUNTOS
- LUIROS DE CONSULTA PARA LA I NVENC ION y DJSPOSICION. - Además de los
..:
,
t
autores citados al frente de las: lecciones de la elocución en general, son útiles:
M. FABIl QUINTIUI\NI, - Institutlonum Oratoriarum. libri duodecim. Paravii
MDCCLXXXTI. - M. T. CrcERoNIS, De Oratore. - G . .LANSON, Conseils sur l'art
.,
.'
_.
?
p'écrire. Pa ris, 1S90. J. BROECKAERT, s. J., Le Cuide d u jeune liuérateu7, le. .
partie, ch. UIj 2e. parto 2e. sect., ch. 1 'et n . - ASEE VINCENT, Prillcipes raisonnb
de Jittérature. Paris, POllssielgue, 1896.
• "J
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~..,!~
, \'i' !l" "'-""" " .. '.
~
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170 úcción XXVI
.
~
"
Lecci6n XXVI
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. - , ..... ~.....,
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•,.,
,.Inucnci6n 173 '~
,
....... deradamente honores a los que no hay derecho, al paso que la ma- ";•
" jestad no es más que la conciencia de la propia dignidad ... ~
.'
"¡'.
Este primer t6pico se llama DEFINIClON, o sea una breve descripci6n
que da a conocer claramente una cosa, 'distinguiéndola de toda otra. ·1
.~
, , Ya tenemos el modo de hallar las primeras ideas para el desarrollo. "
,, Lo cual es aplicable a todo; v. gr.) tenéis que probar que una acción t';¡~
es criminal; comiéncese por definir el delito: ¿es hurto? ¿hurto con .-.,e-\
atentado I ¡homicidio? ¡parricidio?, .. i(
Trátase de alabar una virtud y de censurar un vicio; dese antes una ~
) idea exacta de la alabanza y de la censura, de esa virtud y de ese vicio, "
2 Obras amenas del P. Víctor Van Tricht. Edición española por Padres de
la Compañía. Bilbao, Administración de El Mensajero.
,
:
lnvcnci6n 175
, , '
to, sentencia o maXlma.
a) EJERCICIO DE OBSERVACION. Veis con la vista o ,con la imagina-
ción un árbol grandioso, sea una ce iba, un roble, una palmera, un ci-
prés, según la región en que " vivís. Deteneos a observar o imaginar
todo lo que le rodea o pudiera rodearl.:. Notad todas las circunstancias "
,,-.
en que le observáis, con todos los pormenores, la majestad, la robus-
tez, la configuración, el color) la nutrida copaj la estructura de la
hoja, el fruto con sus partes c·o mponentes; los pájaros que allí anidan,
que entran, salen, revuelan, etc. De modo análogo se puede proceder
en la observación de otras mil cosas: jardines, florestas, palacios, calles,
monumentos, paseo~, ríos, playas, puertos, cacerías, partido de ¡oot-
ball. .. ; en los espectáculos de la naturaleza, como la aurora, el cre-
púsculo, la noch e, la borrasca, el arco· iris . ..
I
Pero la observación ha de ser tal, que no se deje de nort:lbrar cada
cosa ,con su palabra propia, y de expresar lo observado con el mejor
estilo posible.
b) EJERCICIO PARA EXPLANAR UN PENSAMIENTO o SENTENCIA. Los
antiguos retóricos idearon el ejercicio escolar que llamaban Chria (del
griego YPf{a, -trabajo, «útil, práctico,») que consiste en el desarrollo
metódico de un pensamiento not able dentro de cierto número de
" puntos d eterminados. Estos puntos son siete, contenidos en este verso:
Quis? quid? contra, simile el paradigmata~ testes. ,
Quis? ¿Quién? con un breve elogio del autor de la sentencia, que
llamaban ENCOMIO. - Quid? ¿Qué di;o? con una paráfrasis explica-
tiva de la sentencia. - Cur? Causa de la verdad de la sentencia.
Contra, simile el paradigmata~ esto es, ha de hacerse ver la verdad de
la sentencia por medio del contraste, semejanza, comparaciones y
ejemplos. - Testes: en fin, se h an de aducir algunos testimonios -,
autorizados que confirmen la sentencia. Y se termina con una breve
recopilación o epnogo que recomiende y exhorte.
E) i:,J\U1LU. Sea la ~cIHC:llda; La u 'lIiOn huC(: lu furrzu.
19 Quis. En el congreso nacional belga de 1830 se pronunci6 esta
,;'J
,
~
lnv~nción 177
~,..,
sentencia por todos los , miembros del . congreso, animados del más
i ardiente patriotismo, . del ' más sincero entusiasmo.
,1
.,
7' Quid (paráfrasis). La uni6n, esto, es, la concordia de todas las
t voluntades y de todas las inteligencias para comprender y poner en
prictica todos los medios para d bien del pals. Esta' uni6n engendra "
·5
•
Asímismo, nada más fácil que romper un gran número de .varillas :'
r disgregadas; únanse, y ya mucha fuerza será necesaria para romperlas. .,
diose maña para separarlos y los fue venciendo uno después de otro. ..,
En los tiempos modernos tenemos el ejemplo de Irlanda que, entu-
siasmada por O'Connell, une a sus hijos que pronto arrancan a sus
opresores el principio de emancipación. En cambio, Polonia y otros
pueblos llegan a perder su nacionalidad por las disensiones e intesti-
nas g uerras.
'fI Testes. Salustio ha dicho: ,Coo la unión, las más pequeñas
cosas crecen, las más grandes se deshacenl> 4. El proverbio dice: Ditlid~
et impera. La Sagrada Escritura: «¡Ay de los solos!.', «Todo reino .' I
..
~ ,.
'r:r " J., r.,
LECCION XXVII
DISPOSICION
exige en literatura. Qué es lo que mejor enseña el orden literano. A qué leyes
debe estar sometido ese orden (195). - -¿Tiene usted hecho algún análisis del
orden y disposición de alguna otra obra literari a?
."
'"
,
.•
GENEROS LITERARI.OS
196. Entramos aquí en el estudio especial de los grupos diversos
-que pueden hacerse de las obras (iterarías, teniendo en cuenta el con·
junto de caracteres afines qu'e distinguen unas obras de otras.
Diji:mos -en )a lección primera que en rodas las composiciones
.literarias ha de expresarse la belleza por la palabra; pero, atendiendo
a la manifestación más o 'menos pura y. directa de la 'belleza, dimos
las tres gra ndes divisiones de literatura como arte bello: A) POESIA,
.) ORATORIA, e) DIDACTICA (9). ,
, . He aquí los tres supremos géneros literarios . Lo~ [Fes han de ex·
presar la bellez~; pero el primero przt1?-arta Y _, anzcam:ent~: 10's otros
dos seámdartamente: au nque como condición esencial.
Cada uno de estos géneros supremos comprende . ..varios otros sub-
gént'ros, según veremos. Y wdavÍa entre est'?s tres supremos hay otros
intermediarios o mixtos, como, v. -gr~, la poesía didáctica, que parti-
cipa del primero y del tercero. , · .'~:';':
Empezaremos por ' el est udio del género más -, genuinamente lite-
rario, la POESIA, continuaremos cqn la - ORATORIA, 'y ,en tercer lugar '. " .,
veremos la DIDACTICA, deteniéndonos al tratar .cada uno de estos géne- 1,', ~
LIBROS DE CONSU LTA. - MENENDEZ PELA YO, de la HistQna de las . ideas estétI-
,
cas, d, principalmente los pasajes siguientes: del t. , I,. el -cap. 29 so.br(: la Poética ,,
de Arist6teles (Madrid, A. P. Dubrull, 1890); del t. u, el cap. , 59 Las poéticas
de trovadores (1891); el L III íntegro; del t. v (vol. 1), los párrafos rderen tes
•
' .. a la poesía en España, de los caps. 29 y 49 (Madrid. sucesores de ~ivadeneira,
1903) ; de;! t. XI el cap. 39 (ibíd., 1904); ~eJ t. VlI las teorías<de Begel, Richter,
Schlegd; etc. (Madrid, Hijos de Tello, 1907) , - G. E. ' LESSING, La poesia y
las artes plástIcas (Madrid, España edi torial). - H. TAINE, Philosoph zc de !'art,
·· . .
7e. édit, 2 vols. {París, Hachette, ]895) . ...:- TAPARELLI D'AzEGLIO. s, h Le
Ragiom del Bello secando t prznnptt dz S. Tommaso en la c1tJiltá catto/¡ca,
1859·1890; 4e. serie. vols, IV-VJI-, - V. ' CoUSSIN ., Du VrQ:, Du Beau et de Bten,
3e. édit., (Bruxelles Fonteyn, 1853). - ARtSToTELIS, -Liber de PQetica (P-arisüs,
',,,
editoribus Firmin·Didót -,et sociis). - NUÑEZ DE ARCE; DiScursos sobre la
poesía en Gritos del combate, 7:} ed. (Madrid, Lib. de Fernando Fe, 1891).
M. ANTONIO CARO, La religión y la Poesía, en Articulos y Discursos, l tl serie L.,~
(Bogotá, Librería Americana, 1888). ' . .
(Además, Verest, Revilla, Longf.1aye, Ju'ngmanp., Milá,_ Val¿ra, Ruano y
Corbo, Moreu, Calixto Oyu.eIa, y' demás · autores en las 'obras ya,. citadas) .
,.
... ,.,.
úcción XXVlIl ,
LECCJON XXVIII
- ~
'j
Poesía 183
,¡
Es trine ver a/ hombre, que lumbre,.. Iodo tnciura, \~
<
mirarnos desde abajo con infinito anhelo; '1
tocada la sandalia con PO/VD de la tIerra,
tocada la puptla con Tesplandor del CIelO . ,~,
Poeta, no nos llames - conduele tu lamento;
poela, no nos mIres - nos duele tu mirada. 1
Tus Stíplicas, poeta, dupérsansc en el t/lento; )
tus ojos ¡oh poeta! se pIerden en la nada.
Con íntmJa tristeza mIramos conmovidas, J,
con íntIma dulzura mIramos puarosas,
nosotras -las eternos- vuestras caducas vidas,
. -,~
~
Pues en eso, que el vulgo nu vio y el poeta sí, en eso está LA POE-
SIA. Es decir, que esta poesía lo es porque: de la contemplación de las
estrellas enviándonos sus pálidos reflejos, ha hecho brotar el poeta un
I • simbolo bello del alma afligida en el tiempo, pero convencida de su
espiritualidad eterna. Se ha verificado lo que decíamos en los núme-
ros 5 y 13, que el poeta ha expresado tn forma sensible la belleza ,
/
ideal que contempl6 en su mente.
En este sentido dijimos (4) que el poeta crea; porque no se ha
limitado Rivas Groot a ser un merq, copista de la noche estrellada y ,
del hombre afligido contemplando las constelaciones mudas, no; .a1 . ....
presentar las constelaciones como mirándonos, compadeciéndonos y
hablándonos; y al hombre mirándolas y oyéndolas y dándose cuenta '!'• •
, con estas miradas y hablas mutuas de su superioridad espiritual, Rivas
Groot aclara misterios de la naturaleza. idealizando la realidad y em~
, belleciéndola.
•
, Así resulfa la poesía una creación, esto es, una manifestación de
la belleza 'oculta en las obras de Dios. El poeta es el que, con los
fulgores de su ' imaginación, ilumina la realidad · y la manifiesta asi
,iluminada a los demás.
Etimo16gicamente está bien dado el nombre de POESIA a esta ma-
"r
nifestaci6n de la belleza, POETA al descubridor de la misma, por
,
venir estas palabras del verbo g~iego lrOlffIJ que significa producir, •
crear; y ya se ve que el poeta ha producido y, en sentido lato, ha
creado esta forma sensible de la belleza,'
199. El fin a que tiende Rivas Groot , en la . poesía estudiada es
deleitar con el placer puro de la belleza. Claro que también instruye,
,,• haciendo ver la ,endencia humana a lo infi'1ito y a la inmortalidad;
pero esto no es porque directamente lo pretenda el poeta, sino porque
la belleza será siempre esplendor de la verdad ' (12 y 15).
Y como no pretende más que deleitar, por eso observamos que la
~l~:'"
. ...,.~
' - '.
-.
,
...,~
'í.·' ""
el germen del cuento )' el dón del cantar,
y fe o)'t" en el són de mI canto morisco
"
la brisa manna que orea el lenúsco 1
., y el río qt4t" butle cruzando el palmar. i!
.~ . ,".:<¡
,
Yo sé lo ,qut" nadie en el mundo ya sab!':, ,
l. . yo si la.¡ mil lengua¡ en que hablan d ave,
la flor y el ¡nucto. y el viento y la mar.
Yo tengo de todas /tlJ lengua¡ la clave,
yo si lo que el (liento le dice a "la nave, ,
yo si /0 que pla la alondra al (loI4r.
,
•
~ '."" .
,
Lecci6n XXVlIl
.~
~~~,.-:;,.,<.:.~~;~: ~r~T,T::':- .
. -.•-~"- 7 -~,-;-- . .;-0' ' ..
,
Poesía 187
,,
, , , ,
"
lLcf(ón XXVl1I
,
,• Mientras hora unos o;os que ref/cien
los o;os que los 'miran;
mientras usponda d labw suspirando
al labio qu~ suspira;
•)
,
¡- l Habrá pouiaJ
l'.
lo'
204, ' Géneros fundamentales de la poesia. Fundándose e11 la na-
J turaleza misma de las cosas que pueden ser asunto de poesía, los lite-
.r.- ratos de todos los paises dividen la poesia en tres géneros:
A) POESIA SUBTEllVA (lír"ica), si predominan los íntimos sentimien-
,'.'
tos del poeta. g) POESI A OBJETIVA (épica ) , si cuento sucesos de la rea-
lidad· exterior. e) POESIA SUBJETTVO-oBJETIVA (dramática), si representa
,
acciones human as por medio de la palabra de personajes que expresan
vivamente los íntimos sentimienros de los miembros de la sociedad, '.
de la cual son aq uéllos·: tipos y caracteres.
N. B. - Esta división seguiremos: estudiando en cada uno d~ los tres '
~géneros los prin cipales subgéneros en ellos cOJ:lJ prendidos.
EJERCICIOS PRACTICaS y DE COMPOStC ION. - Exija el prof~sor examen dete-
nido de algunas otras composiciones de éste o de otro libro, al tenor del aná-
lisis que se ha hecho en esta lección de Constdaaones. Haga "er el discípulo
cómo se cump.le en otras composiciones la definición dada de poesía, con
Ji. arreglo a la reconstrucción sint~tica que sigue. . '
"
• RECON.STRUCCION SINTET1 CA. -
Constdaczon~s (1 97). -
Reci'tense todos o los principales versos de,
¿Cuál es el pensamiento principal de esta poesía? -.. "
.~, f·.
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I
190 Lecci6n XXIX
¿Cuál es la idea poética que ha creado el poeta? ¿De qué medio se ha valido
para crear esa idea poética? ¿En qué sentido decimos que !la creado ~1 poeta?
¿Cómo se llama propiamente esa creación? Etimologías _de poesía y poeta (198).
Fin de Rivas Groot en la poesía. que estudiamos. ¿Es 'poética también la elo-
cucj6n? ¿Por qué? ¿Qué pmduce la lectura inteligente de esta poesía? (199).
Recopilación de los elementos de poesía encontrados en Constelaezones. Defi.
nición deductiva de poesía (200). - ¿Sabe ' usted algunos versos en que des-
criba algún autor el poder creador del poeta? (201). '- ¿Hay poesía en el
naturalismo y en el positivismo, según lo dicho? ¿Cuál es el modo señalado
por fray Luis de León, de rebajar la poesía? ¿Es verdad que los poetas son
meros soñadores o visionarios? ¿Qué dice Milá de los que juzgan a la poesía
como mero pasatiempo o encubridora de verdades? (202). ¿A qué asuntos se
extiende la poesía? ¿Sabe usted algunos versos que expresen la amplitud de
asuntos poéticos? (203). _ División general de la poesía (2G4). - ¿Tiene
usted estudiada analíticamente en su cuaderno de composiciones alguna otra
poesía?
AOVERTENCIA IMPORTANTE. - Los discípulos en el examen podrían res-ponder
a esta y otras le.cciones que se explican análogamente, analizando cualquier
otra composición literaria y deduciendo de ella los principios y reglas.
1.
~¡
- LECCION XXIX
VERSIFICACION - RIMA
205. Fijándonos en la forma de la poesía de Rivas Groot, que nos
sirvió de estudio en la lección anterior, veremos que consta de líneas
simétricas que de cuatro en cuatro van teniendo dos terminaciones
iguales.
Esas líneas simétricas son otros tantos VERSOS, y esas desinencias
iguales son la RIMA.
• Cuestión debatida ha sido la de si el verso era esencial en la
poesía o no. Para nosotros, después de estudiada la lección pasada, no
hay dificultad. Puesto que no · entró el verso como elemento constitu-
tivo de la definici6n dada. En la leeei6n segunda, por otra parte,
vimos un ejemplo de belleza literaria, tomado de la novela Maria que
bien pudiera pasar aquÍ por modelo de poesía, en donde se realizan
las condiciones sustanciales señaladas. Y por cierto, hay muchas obras .1 :
tarió de la poesía.
206. Verso. Cada una de las líneas de la composiCión de Groot
consta de un número determinado de sílabas, de tal modo dispuestas,
que el oído menos fino nota un ritmo constante o distribución con·
cenada de sonidos. •
(Haga el profesor notar de viva voz el ritmo de los versos en la
poes;a de Rivas Groot, y en orra cualquiera de las de este libro).
Pues ¿ a qué se debe la armonía rítmica que se observa' en la lec-
tura) 19 A que cada Unea consta de igual número de silabas, y 29 A
que Jlevan constantemente acentos prosódicos en algunas de estas
silabas. Contad las silabas y veréis que cada lmea tiene catorce:
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12"13 14
.\,
/
Am I plias I cons I te I la I ciD I nes I que I fui I gu I dis I tan I le I jos
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
Por I qué I vues I tras I mi ra Idas I de I p~ I li I dos I re I fle I jos
y fijaos en que todas estas líneas de catorce sílabas llevan siempre "
acento pros6dita. o sea fuerza más intensa de voz, en las síJabas sexta
y penúltima.
Amplias constelaCIOnes que fulgur.áis tan LE10S .
•
Por qué vuestras miRAdas de pálidos reFLEjos.
Es TAN lMPORTANTE, para el verso. casteUano el acento prosódico,
'J
.>
que por falta de él lineas que tienen determinado número d.e sUabas,
no son ver:-s0S, por falta de armonía. Este verso :
Corrientes~ aguas ·puras, cristalinas,
I
"
-.' ; ...... ; •."! ;.... 4'\,!. .."."
:'. " 't' ,I
p;~
~'.
•
192 Lección XXIX
-
Mi I ran I do ha I cia Ila I tic I rra I des I de I la I com I ba al I tu I ra
-
Esta unión de sonidos en dos palabras de las que la primera acaba ·
y comienza .la otra por vocal, se llama SINALEFA.
"
, .
13--L1TERATUJ\A FRECEPTlVA
' .
•
J!""'~"l"~~""""'~ '''''''~;
, .r..¡: • , .'; _. -.~ ',-:-;' ~ ~. ~ '':'' J""
,
J ........ ,
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"
i
~l'
~': 1'94 Lección XXIX
2 Pueden leerse COD provecho en ' clase, ahora y más adelante, algunos
j escogidos capítulos de los Ripios arútocráticos. académicos o ultramarinos, de
don Antonio Valbuena. Madrid, Librería de Victoriano Suárez. Preciados, 48.
•
~rf{[:~t:'.~i4t '!;:;~ ~" '"';"f. Ji ,,::'K' ~~:W··,~;, ~C~~'~P(':''':~ :1::'', ,{-".~
"
o'."" . ~,!:'O ;;:,,¡,; ,.,
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, " ~
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" , (1
, ,,¡
" Versift"caci6n y mma 195
frase. Los que necesitan tener al lado para versificar; Uf,I. diccionario
de rimas, deberían viJ;'ar en redondo, 'y volverse a la redacci6n en
prosa de sus escritos; no nacieron para versificadores y_meno~' para
,," 1
poetas. Sucederá a éstos lo que el satírico Valbuena decía a los versos
'.l
de uno: . ,
,')
señalar 8.
49 Hay que cuidar, par~ la eufonía, de que no concurran los con~
sonantes o asonantc.s de la rima con ·voce.. homófonas del mismo
· .
"
.verso, como en este de Ercilla:
LIBROS I
j
Libros, urnas de ideas;
libros, arca; de ensueño;
libros, tlor de la vida
c011Jciente; cofres mhticos
que custodiáis el pensamiento humano;
nidos trémulos de alas poderosas,
audaces e invISIbles;
atmósfera del alma;
intimidad celesk y esc01Jdida
de /os altos espíritus;
Libros . hoto> del árbol de la ciellcia;
libros, esptgas de oro
que fecundara el Verbo desde el caos;
libros, en que ya empieza desde el tiempo
el milagro de la inmortalidad; ,
I
libros (los del poeta ) ,,
que estáis como los bosques
poblados de gorjeos, de perfumes,
rumor de frondas y co"er de agua;
que estáis llenos como las caúdraJes
de simbolos, de dioses y de arcanos.
Libms, depOSItarIOS de la herencia
mirma del universo;
antorcha; ro que arden
las ideas eternas inexhaustas;
caios sOlloras donde custodiados
están todos los ritmos
que , NI la infancia del mundo
;
" .. .'
,-
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¡,',
, 198 Lecci6n XXX
~
"
LECCION XXX
" ~..
,. DIVERSAS CLASES DE VERSOS EN CASTELLANO
I ,
cíe/o. El mudo reposo
sudo, Jatiga mi mente,
mar. la atm6sJera ardimte
'\
TlISILABOS
me abrasa doquit:r;
y en torno circulan
• Mirando
del mundo ,
con rápido giro,
jantasmas que miro
proJundo brotar )' crecCf.
solaz,
=-• . esparcen H EPTJ\.SIL'BOS, SI ETE ,'
...
" ,-:
los su~ños
beleños Dadme aire, necesito
de espacio inmensurable,
de paz.
,1 , \
TF.nASlLABOS, CUATR.O
do dd insomnio al grito
se alce el silencio y hable.
,
"
y se gozan Lanzadme presto fuéra
en letargo de angostos aposentos,'
tras el largo quitro medir la esfera,
padecer, qUIero .aspirar los vientos.
los heridos (.'
OCTOSILABOS, OCHO ,"
corazones
con visiones Por Jin de;! d tenebroso
. de placer. recinto de mis paredes;
por fin ¡oh espíritu! puedes '",
PENTASILABOS. C IN CO
por el espacio volar.
Mas siempre vuelan Mas ¡ay! que la noche oscura, •
, " mis trútes ojos, cual tm sarcóJago inmenso,
ciñen abrojos encubre con manto denso
mi mustia sien; calles, campos, cielos, mar. j
,, '"
.'
, , DitlerJtl.S clases de -versos en Casullano 199
. '";
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f..r,"'~.J. .~~,~("'l"'''''~ l'.:
~ 1'''!''' ,.. ',' ~
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J-
,.' . " . ~ . ,
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con la segunda acentuada. ..~
,
Los de quince son dos hemistiquios, el primero de seis con acento
en la segunda, y el segundo de nueve, con acento en la segunda y
,• quinta .
Los de diez y seis, en la poesía citada, son dos hemistiquios, uno
de diez, con acentos en la tercera . y sexta; y otro de seis con los con~
sabidos. También pudie,ra ser, y hoy son muy usados, dos hemistiquios
de ocho. Así los construy6 el poeta Gabriel y Galán para imprir.nir el
dejo. de su triste querella en la poesía Los pastores de mi abuelo, qu~
comIenza
H( dormido C1) la majada - sobre un lecho de lentiscos
embrzagado por el vaho - de 105 húmedos apriscos
y arrullado por murmullos - de mansíslmo rumiar:
he comIdo pan sabroso - con entrañas de carnero
que guuaron los pastores - en blanquíSImo caldero
suspendido de los llares - sobre el fuego del hogar.
EJERCICIO PRACTICO. - ll} Ejercicio de lectura en verso, para que el oído se
vaya acostumbrando de viva voz al ritlno y cadencias métricas.
2 9 Para composición, dicte el profesor versos de algún autor, pero deshechos
y trastrocados a fin de que el disdpulo, teniendo en cuenta las leyes dadas del
, acento, 105 vaya rehaciendo~ y m.ls se haga el oído a la intensidad prosódica d e
cada metro.
RECONSTRUCCION SINTETlCA. - ¿Cuántas clases de versos puede haber en
castellano? (213). - Ante el polímetro de la Avellaneda, váyanse not;anclo las
formas varias, y las leyes principales respecto a los acentos, de las distintas
, , c1ages de versos. Estudio especial del endecasilabo (213, 214, 215, 216, 217, 218).
,
LECCION XXXI
I
,
"
>¡ .."
,~
,
,• ,
, " ( •
CombinaCipnes métricas 203 ',; 111
" 'í'.!
Los romances más populares y ordinarios en nuestro romancero
"
.',
d . ... \
son de versos octosílabos, Si los versos son de siete s¡¡abás, distribuídos
T
,, en dos series de a cuatro, se llaman endechas; endechas reales si ' el , ,,~
l,
49 , 89 Y 129 , Y así de cuatro en cuatro, es un verso endecasílabo. Si
"
1
Amarrado al duro banco un forzado de Dragus .':~:.)~
1,
de una galN'D turque.sca,
ambas manos en el remo
en la playa de Marbdla
re quejaba al ronco son
"
~~
-
•
)1 ambos o;os ro la tierra, dd umo y de la cad~a . .1
,, y así va siguiendo toda la composición, con versos octosílabos, de
" los cuales siempre terminan los pares en palabra cuyas últimas vocales
son " A; La despedida a la patria, de don J, E, Caro, que pusimos
·
,'1
,':
en el número 24, es un romance agudo, (Léase), ,-,
r ":'-,'
.:!i .~
¡.. " "
ROMANCE HEPTA5ILABO O ENDECHAS
,r , , ,1"
...,:.F' Sea éste de ViJlegas: , '.4
Agora que süave
nace la primavera,
afloian los jurares
y amigas se urenan?
,•,o:
rt ¿no vcs cómo las graCIas ¿}VA ves cómo ya nada .1
,
¡
de rosas mil se llenan? el ánade, y empieza :J !o
':
)
¿No ves cómo las ondas 'la grulla a visitarnos, "
"
! \ del ancho mar inquietas y el sol fl ba,'rer nieblas, etc. o..:
"
I (Léase como modelo también el romance de don Andrés Bello,
traducci6n de Horacio, puesto en el número 152), "
• ,
¡, EJEMPLO de enduha real son estos versos de MartÍnez de la Rosa:
'j
I, ¡ Aplaca, rey augusto. Al pie de tu sepu/c;o
• aplaca ya tus manes~
y escucha de tus hijos
te imploran como a padre,
con' llanto de sus ojos '~
"
las tristcs voces y sentidos 3yes. borrando los regueros de tu sangre. r~)..
'.0
• :;1
,
EL CRUCIFIJO DE MI MADRE
t ' Le cubrió de besos, juntó en ramillete
le contó sus males, las rosas del valle,
le bordó eSaJ flores y cubrió con ellas
que adornan la imagen; las plantas del Mártir.
puso en esa frente le colgó a mi cuello,
.'
cubierta de sangre, y con voz de ángel
transida de pena, «¡Guárdale!» me dijo
sus labios amantes; llorando mi madre .
•
221. Rimas. Se presta el asonante a cadencias rítmicas que los
modernos poetas han aprovechado para vaciar en ellas sus sentires.
Las setenta y seis RIMAS de Bécquer 1, tan imitadas por otros muchos
bardos, casi todas expresan los sentimientos del poeta, en combinacio-
nes varias asonantadas.
Más que con reglas, se aprenden y gustan estas variaciones con
ejemplos. Escojamos algunas:
RIMA I
Yo sé un /¡imno gIgante y/ extraño (10)
que anuncia en la noche del .alma una aurora, (12)
y estas páginas son de ese himno (lO)
cadencias que el aire dilata en las sombras (12)
Yo quisiera escn'birle, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
,I ... con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y 'notas.
RIMA VII
Del salón en el ángülo oscuro, (10)
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
vcfase el arpa. (6)
•
..)
Combinactones m étricas 205
RIMA VIlI
J
l,
¡
Cuando miro el azul horizonte
perderse a /0 Jejas,
al travh de una gasa de polvo En el mar de la duda en que bogo
! dorado e inqUIeto; nr aun sé lo que creo;
me parece posz'ble arratJcarmt: ¡Sin embargo, estas ansias m e dicen
del mísero suelo, que yo /Jevo algo
y flotar con la meve dorada divino aquJ dentro!
, en átomos leves
i cual ella deshecho.
I
I RIMA LXI
.,
, 1:
.Jo
} Al ver mis horas de fiebre buscando una t1lmJO amiga,
( e insomn io lentas pasar, ¿quién Jo estrechará?
! a la orilla de mz lecho
¿quién se sentara'? Cuando la muerte vidrie
de mis o;os el cristal,
Cuando la trémula mano mis párpados aún húmedos,
tienda, próximo a expirm', ¿quién los cerrará? e tc.
,
I·1 (Recuérdense también las rimas de los números 101 .y 203).
•
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• '1<:< .
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VIAJE DE LA LUZ
•
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, ,
Combinaciones métricas 207
., ,.¡
'] . ,<1
Yfi-suelen terminar la composición co n endecasílabos para que sea ,..¡
'.~l
más rotunda la conclu~ión , así: '~
,';'
~)
l'
1,
223. Versos sueltos. Quedan puestos ejemplos de estos versos en
los números 25, 27, 49, 129 Y 212; en donde se ve que son una ferie
,"
"
':.,.
,
"
l' indeterminada de versos, por lo regular endecasílabos graves, no su- • ,
t ,)
, ' ietos a rima. ,
~:. : Oido muy delicado hace falta para suplir con la precisión de acen· ,"
tos y eufonia de voces, la fal ta de cantidad silábica y de rima. ~;
[:
·•
,
224. Estrofas sáficas. EsTROFA, en general, es toda agrupación de
versos que simétricamente se va repitiendo en una misma composi- ...;:;..:
1
1 das, v, gr., algunos romances del duque de Rivas, para que el oído de los
alumnos se vaya educando,
29 Díctense algunos fragmentos de Romances deshechos, para que los alum-
nos los reconstruyan.
39 Sugiéranseles algunos asuntos sencillos y bien conocidos, para que co-
miencen a ejercitarse en la composici6n de romances y de estrofas asonantadas.
49 Léanse algunas composiciones en clase, para ir notando primeramente
'Si constan o no, luego los ripios o redundancias que puedan tener, y en fin. la
falta de concepción y de elocución poética,
f' " .
•
• •
COMBINACIONES ACONSONANTADAS
225. Pareado. Son dos versos de arte mayor o menor, casi siempre
aconsonantados.
. ,
Federico Balart derramó en esta, al parecer, sencilla combinación,
muchas de las sentidas tristezas de su libro Dolores. Escribiendo a
Carlos Cano, en la muerte de su hijo, le dedica la composición El
sauce y el ciprés, de donde son estos pareados:
Cuando Vlerte la tarde sombra y misterio,
penetro en el recinto del cementerio.
Allí, donde perpetua reina la calma
silenciosos y tristes hablan al alma
el saua , cuyas hOjas besan el suelo,
y el ciprés, cuya punta señala al cielo.
Allí, con mudas voces, a su manera,
el uno dice: «¡Uora!», y el otro «¡Esperar".
CRONICA ALFONSINA
•
- ' .« ......... :
."
I
. No t~ burles de v~r cómo conflo, A
~;¡J
,ú al ark d~ decir vana )' pomposa
el ardor J~ atribuyas de est~ brío.
• ".
,1-
A
.,.
¿Es po, ventura m enos poderosa
~f ~ d vicio la virtud? ¿Jis menos lucrlr?
•e ,
No la arguiias ,de fldco y temerosa. • •
LA . codicia en brazos d~ la meru e
se arro;a al mar; ·la ira a las espadas, D
y la am bición s~ rí~ de la mt4erte. e
.' y ¿no serán sIempre tan osadas D
IOJ opuestas accio71U SI IQj miTO E
de más ill4Str~s genios ayudadas? D
•
En donde s e ve que los TERCETOS sao endecasílabo> encadenados en .'
series de tres en tres, con esta rima: 19 con 39 (AA); Y el 2Q (B), que
quedó suelto, con e! 19 Y39 de lá seguoda serie (BB); a su vez el ZO (e) ,
dé esta serie con el ]9 Y '}!) de la tercera ( ce), y así sucesivamente,
hasta terminar enlazando el 29 del último terceto (F), con un eode-
casHabo más que .se añade (F), formando lo que llamaremos cuarteto,
para que no quede ' ningún verso sin rima.
Son grandiosos los tercetos de! mexicano Maouel Acuña : Ante un
cadáver.
227. Cuartetos. Asi se llama toda combioación de cuatro versos
de arte m ayor j pero especialmente ' se da este nombre a endecasílabos
que rimao 19 coo 49 y 2" 'coo 39 ; o bien cruzados, l Q con 39 y ZO con
4 9 . En este último caso, los cuartetos se llaman SERVENTESIOS •
,
210 Lección XXXII
'.
Combinaciones aconsonantadas ZIl
- "•
Estos serventesioS agudos se usan también dejando suelt~s el' 19 y
39 • Tal en esta viva hipotiposis del colombiano P. Mario Valenzuela,
S. J.:
EL LLANERO
.
.
... ;,,;:
.".
228. Si la combinación de cuatro versos es con octosílabo.!~ resulta -~.
la CUARTETA, que se llama REDONDILLA si la rima es de 19 con 49 y
29 con 39 ; pueden entrar, a gusto del poeta, versos agudos, llanos y !
esdrújulos.
Es combinación muy popular que se presta a descripciones tan ,
J.
1 Ruuerdos de fiestas, por Jose! CasasJ Casís. editor, Bogotá¡ 1912.
\·"
.....
..
212 Lecci6n XXXII
"
'.' .~
" : .. .
1
Combinaciones aconsonantadas 213
l'
El poeta gaucho Hilario Ascasubi describe en magníficas quinti-
llas La madrugada (Santos Vega),
-'
,,¡
r,:.
.- . . . . .... . . , ....... .
. .:,
~ .'
del sol poniente a/ último vislumbre
ve lucir en la cumbre
-. .:
No lejos de un pe.ñ6n agrio y salvaje
que con recio oleaje aquel faro de amor y de esperanza! ,
'. '
-
> Quiero _sir inmortal (;on sed intensa,
porqu" es maravillos9 ~l panorama
con que nos 'brínda la creación inmensa;
porque cada lucéro me: reclama .
diciéndome al , brillar: <¡Aquí se piensa
tIlmbi¿n; y aÍJ,uJ se lucha, y aquí -se ama! . . ".
,
233. Sextillas. Si la cQmbinaci6n es con seis versos de arte menor,
"
. '
la 'estrofa se llama ,sextilla.. Es análoga la disttíbuci6n de rima.
Veamos ejemplos:
Ven estrella matuitna, huyan las sombras /ivÍt!nas
ya tu
blanca y argentina q~e /Jaman . a las ventanas
silendosa aparición, de mi triste coraz6n.
~' - ,ZOlUlIu.A
" '
Riman los tre~ primerQ'~ cOQ ' los tres siguientes P9r su 'orden, .siendo
39 , y, 69 agudos; pueden se.!:" ' tamó~én graves como .<:;h esta sextilla de
Núñez de Arce, ,"
, 29 ¡Oh musa que 'en -el combQJe li'sonjás (¡ara e/ magnate, ,
de Ja , vida no' has tem'do- injurias para el tJencido "':.~:
.....:! '":'"'
Q tu honor ri~diendo culto, ni aplausos para el tumultol
2!' Son modelo 1~1 Coplas de Jorge Manrique, del número 167. '
N ace el Q/ba,. V ~n;l'e flo"$
:'--<'~
J9 - Y la .esplénd.ida -mañana
rHiseñore$ con $1-1 grana Xi,
",~ te saludan con amor, te borda un manto de honor. , '"-'",: "
",
.. ,
.,
I - 'c-_~
, ..
LECCION XXXIII
COMBINACIONES ACONSONANTADAS:
OCTAV AS, DECIMAS, SONETOS, etc.
Madre del Hombre-Diol tu vida canto. el alma que comparta tus pesares,
plectro de oro que alabe tu dulzura
en pláCIdos y ftrvidos cantares,
Inspirado por ti, regio caudillo
en Covadonga alzó la cruz glon'oso,
pedel/al de tu angélica kormosura,
chped que (me tu nevada planta,
-,
"
el de Urbino copió del CIelo el brillo, pecho que cllcietJda tu mirada santa, etc.
Véanse las g~llardas octavas del duque de Rivas, número 282, y las ,
de Ercilla, número 179. La traducci6n de la Eneida por M. k . Caro,
está en octavas: La sataniada del puertorriqueño Tapia y Rivera, etc.
, 236. Octava italiana. Véase la construcción en estas dos estrofas
de Arboleda, al comienw del
GONZALO DE OYON
,
2 Poncmoo . v. gr., porque pueden muy bien lo:: alumno!: cito.r verso!: de ;¡
la medida que se pregunta, tomados de otros autores o de otros pagmas de - I
este libro. 1
-!
, . ,
~
.~~.~-~-, . _ - ",
_ . '.-r. ~,.;.q, '"ot ~' {'~ '.-,;r, ~, ~.'
' ~ ." '""l. .... -'
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r, , . '.,.'.f. ,\. , ~:",
;.," _.'.,."
'.. . .
. .. .'
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~...; .-.':
.:.'
.. ,
218
~
L¡:cci6n XXXlIl . · ,
ti
¡Ven, oh memorta tJm! lA potna mía
e.J s(me;ante Q " su inldiz pOeta:
<;"
.. la desgracia también con, mano mquiela
tl~
,. meció su cuna, marchItó su s-¡en;
o
y hoy la itwgne ciudad que yace sola,
camello abandonado en el desierto.
,."
i':.~
~
, sigue abatida su destino incierto,
cual en" $ti última edad, lerusa/én.
...•.
,,'.,.-:'1' El ] 9 Y 59 van sueltos; el 'Z' rima con el 39 ; el 69 con el 79 ; Y el 49
f.,
,.
o '
con terminación aguda rima con el 89 •
~
.. . Pueden recitarse aquí también las octavas dd rrusmo poeta citadas
en el número 129, página 1:l2. \ I I
.' '. OCTAVILLAS. Así se llama a toda octava o reunión de ocho versos
I
t de arte menor.
Son poco u.sadas las construídas al modo de la octava real; vaya
este ejemplo, con todo:
,",
En un eminente estrado El rey a pie está (J su lado
que en ' nácar y en oro brilla, y en frente vasta cUlJdril/a
r sobre un cojin de brocado de adalides e inlanzones
,. está Isabel de Crutilla. que defienden sus blasones
,, Pero es muy frecuente la octavilla rimada como la octava italiana.
Veamos ejemplos de diversas medidas:
t, CON OCTOSI LABOS:
~
CoN VERSOS HEPTASlLA80S :
,.
Con' diez cañonés por banda, María, Soberana
vien to en popa, a toda vela, de cuanto el orbe encierra, '~
no surca el mar, sino vuela roela de la tierra,
111: velero berganun: estrella de lo mar; ·, ,
"
ba;el pirata q~ llaman
por su bravu'ra El T~ido,
tu nombre misterioso
será el fanal tranquilo
.'"
en todo m ar conocido qu~ alumbrará el aúln
det uno al otro confEn. de mi terreno hogar. . , ,
E SPRONCEDA ZO:R:RILLA
.. El .cubano Ram6n de Palma construye su composici6n El futgo
'. '
fatu o con octavillas octosílabas, dividiendo rigurosamente cada verso,
',,'
en hemistiquios de cuátro, para más armonía de' expresi6n. Comien,za
así;
¿Qu¿ es aquella '- ' luz errante Si la úgo - va ddante,
que en la noch e - vaporosa, ti la huyo :...- me persigue,
se aparece - con dudosa y mi empeño - no consigue
y azulada - claridad? . a su lado - al fin llegar.
,'
(Con versos de seis, de cuatro, de tres y de dos, están construÍdas
,. las primeras octavillas de La noche de insomnio, del nÚmero 213.
Recuérdense) . •
·•·
l'
237. Décima. Es una combinaci6n de diez versos octosaabos, qUe
mucho se ' presta al número peri6dico, si está bien cortada.
.,.. .
,.~
.' .~
~~
•
219
" "
"f._ I \
;t'I<-
,
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I
,
. ,' -' - '¡
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1,
220 úcci6n XXXlIl •
238. Soneto. Se le ha llamado rOsa métrica de catorce pétalos. Se
• compone de catorce versos endecasílabos, -que se distribuyen en dos
<,
cuanetos y dos tercetos, aquéllos con la misma rima y éstos combi.
nadas a gusto del poeta, Se presta mucho al desarrollo de un pensa-
miento lírico, moral, filosófico o satírico, con tal que el interés vaya
creciendo gradualmente.
Muchos y buenos sonetos se encierran en d parnaso castdlano;
elegimos este hermosísimo de Lope de Vega: "
.' ,
.-
':...
~.'
~"~'>
-"
:-_:~ " ,'i..t:
~-~_ . . . ,
¡.-
~.
."
",l'\'--''''''-''' . " "
EL GUARDABOSQUE
tl Cf. Revista del Colegio Mayor de Nuutra Señora del Rosario, núftl(":ro ••
?f,(. ex:traordinario, 19 de mayo de: 1911, dedica.da al escritor Ricardo Carrasquilla .
.'
-
'. ' ... : .
I
A ESPAÑA DESPUES ,DE 1808
.!
~'~'f'-\~¡\~fl" '¡;,,"'::;.~?::~ ":'?:'' ' ;' ..:.~:,...,,~;:¡:{~>¡,_r~ ~~;:.L ;~,,:.:.~~~' .~;'l. -.:'t'.~'_.' " ~ ~ ,"::. -: . ".:"1 "
._~,_C' ._ ",.' .. - ." '/ .,.: ., " . " . 1 '• • ' ,', '.;'
, ., • "1- - '-
, ,
,.- - , ••
240-bis. El arte métrica modernista. H emos dicho (20) que sola- --¡
"-0 J.
menfe podíamos estudiar aquí las combinaciones más clásicas y nota-
bles, ya que en castellano. son ellas múltiples y variadísimas. Con ~ste
~-- estudio tiene el discipulo · I:;ase sólida y clave segura para educar el
, ,
.., . ·,:1 c.1
--
,
,. _. . -."1',
1 c··'
~
'
.,,. ..
- ,.
I
' '- '
• .. ~ , 1
,.
~ 224 Lección XXXlll .
,,.
gusto y el oído. Pero como bü~n pronto en la lectura de m?dernos
" poetas se encontrará con versos y combinaciones .nueV-3S y raras, algo
hay que observar aquí sobre la métrica modernista.
~
•. No se puede negar que los maestros del decadentismo (Rubén
Darío, Casal, Nervo, Chocano, Silva, etc.), a pesar de haber querido
romper de propósito con las reglas métricas de la preceptiva tradicio·
nal, han compuesto versos llenos de musicales armonías. Mérito eS
saber elegir y combinar rítmicamente las palabras en caprichosos y
desiguales versos. Todo lo hace un oido delicado.
Prescindiendo aquí del lirismo y valor intrínseco, que lo tiene, dd
..
Nocturno, por J. A. Silva, no se puede regatear armonía aDomata·
.
peylca y expreS1va a estos versos:
"
NOCTURNO
-1-
.,
Una noche,
una noche toda llena 1 de murmullo$, d~ perfumes I y de fJ!.tisicas de alas 4,
I ,una noche
en que ar~ían en la sombra nupcial Y, hú"!eda 1 las luciérnagas /'!'ltásticas,
I
a rm lado lentamente, contra m, ceñIda toda, 1 muda y pálzda,
•
como si un presentimiento de amarguras infinitas
hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara,
por la senda florecida 1 que atraviesa la llanura
caminabas:
'.
y la luna llena,
por los cielos azulosos, 1 infinitos y profundos 1 esparda su luz blanca.
y tu sombra,
fina y lánguida,
y mi sombra
por los rayos de la luna I proyectadas,
sobre las arenas triStes...
de la senda se juntaban;
y eran una,
I
y eran una
y eran una sola sombra larga,
y eran una sola sombra larga,
y eran una sola iOmhra larga.
-ll-
Esta noche
solo; el alma
llena de las infinitas! amarguras I y agonías de tu muerte;
separado de ti misma J por el tiempo, j por la tumba y la distancia,--
4 Señalamos con raya vertical las cesuras que exige la rítmica en la lectura,
1>egún la regla práctica que se dio en el número 180.
,
•
CombinllCjoncs aconsonantadas 225 i
¡ c.
t mudo V solo
por /0 senda caminaba. .. '
y se oían 'los ladridos I dt los perros a la luno,
o la luna pálida,
y el chirrido
".•
I
dí: las ranas .. •
Sentí frio. Era el frlo I que tenían en tu alcoba'
Ii tusmeji/las y tus nenes, I y tus manos adoradas,
entre /aJ blancuras niveas
de las mortuorIas s4banas.
Era el irío dd sepulcro, I t'1'O el hielo de la muerte,
era el Iría de la nada.
y mi sombra
por los rayos .de lo luna proyectada
ibQ so/a, d.,
ih~ so/a;
soJitarü;l:
ib¡;j sola por lQ e.1tepa ,1
y tu sombra esbelta y ágl/,
fina y lánguida
o
y~tu-:som-bra;
y la luna (llena) ,
.. '
y eran una sombra··(larga)
15-LITEJ>.ATUJtA PRECEPTIVA
,
,
226
. Lección XXXIII ·.
,
6) Verso com puesto por la reunión de varios versos castellanos
,. según se ha explicado en March a triunfal y en el N octurno, de Silva.
En clI anto a combinaciones mbricas, las príncipales novedades de •
DarÍo son :
1) Reunión de endecasílabos y dodecasílabos, v. gr., ~n Canto a
la .<angre.
2) De alejandrinos y eneasílabos ( R <spollso).
3) De alejandrinos, endeca, enea, hepta, deca y octosílabo (oda
A Mitre, ¡Oh miseria de toda lucha por lo finito! ).
Las novedades de estrofa son:
.,...."
1) T ercetos mon6rrimos ( El faisán).
2) Sonetos alejandrinos (Las á,,¡oras de Epicuro).
.,
3) Sonetos octosaabos y hexasaabos '.
4) Estrofas de rima asonante variable o con versos i rregulares
"
( Por el influjo de la p'1mavera y los dos Nocturnos).
5) Mezcla de prosa y verso (El Pai, del Sol)7.
Estas novedades que, con, maestría, oído y gusto, introdujo Rubén
, Daría y más o menos logran imitar otros maestros de la escuda, han
hecho norma ordinaria los ciegos y adocenados admiradores de Rubén,
q~ienes -sin el genio del maestro- van esparciendo libretes de
versos que son -aparte de otros defecros- verdaderas injurias a la . '-,:
-','. '.~
iIf~· ,·¿·::'·"'" ~- ;-:;:-¡-?- ",' ot;¡ ~~ ~~.. ~. -:. .. ",,...- •
~
<,
.-
228 Lecci6n XXXIII
sao, v. gr., cortar con obligadas cesuras las palabras, acentuar inde~
hídatpente un artículo, una preposici6n o conjunción, de suyo átonos,
o partir en dos una palabra dándole más acentos de los que en el
babIa tiene. Defectos son las rimas con voc:rblos monosílabos, que se
creen agudos, y~ de, por, los, sus . .., v. gr.:
y sufrir por la vida y por la sombra y por. . .
y los astros del cielo te acompañan y los . . .
y si no es defecto en absoluto, es abuso al menos ese empeño de
atiborrar la poética hispana, tan rica, tan libre y tan armoniosa, con
alejandrinos, pareados, monórrimos y otras puerilidades de la métrica
I
francesa que musicalmente. y por sus vocablos siempre agudos, es tan
pobre de recursos métricos y tan áspera para oídos castellanos. Es oe· I
cesaria, pues, delicadísimo oído, mucha, estudiosa y selecta lectura, \
para imitar las virtudes y no los defectos métricos de los decadentes. ,,
\
EJERCICIOS PRACT i caS. - Como en la lección trigésimaprimera aplicados a
• los metros de ésta.
RECONSTR U CC10 N SlNTETlCA. - Recite usted alguna octava Tl'! al, v. gr., de
Larmig, y explique su estructura (235). - ¿Sabe usted alguna octava del
Gonzalo d~ Oyón? ¿Qué octavas son esas ? ¿Cuál es la forma más usual de la
octavilla, v. gr., en Espronceda? (236) - Recite usted alguna décima , v. gr.,
de R. León, y explique su combinación (237) . - Qué es sonl'!to, llano y agudo,
y recite alguno; v. gr., de Lope, Casas, Hurtado de Mendoza. ¿Qué es son e~
tillo? (238). _ Exponga usted la forma de la Sil va y su importancia. Traiga
ejemplo, v. gr., de Quintana, Ortiz, etc. (239). - ¿A qué se llaman estancias?
(240). _ ¿Hay armo1lía m étrica en los versos modernistas? ¿A qué se debe?
An alice la métrica del Nocturno, de J. A. Silva, o Marcha tt"iunfal, de Rubén
Daría. Señá lense las principales nov~dades añadidas por los modernistas a la
métrica tradicional, exponiendo los méritos y defec tos de las mismas (240-bis).
\
I
POESIA LIRICA (,
LIBROS DE CONSU LTA. - Además de los citados para la poesía en general, los
,
siguientes: MENENDEZ PELA YO, Ant%gía--de poetas hispanoamericanos, Madrid.
Sucesores de: Rivadene:ira, 1893, tomos 1, 1I, m, IV. - Id., Antología de poetas
líricos castellanos. Prólogo del tomo 1, Sucesores de H ernando, 1907. - Id.,
H orado en España, Madrid, 1885. - Id., Estudios de crítica literaria, l' serie;
Madrid, 1890. - COLL y VEHI J OSE, Eleml'!ntos de literatuTa, Barcelona, Imp.
Barcelonesa, 1883. - REVILLA, Principios generales de Nteratura, Madrid, Imp.
de J. Carda, 1884. -:- COMEZ RESTREPO, Apuntes sobre literatura, Bogotá, Imp.
de Medardo Rivas, 1893, p. 2", c. UI. - MtLA, Obras completas, Barcelona,
1888-1895. - A. C IlOISET, La poésie de Pindare d les ¡ois du lyn"sme grec.,
París, Hachette, 1882. - W ALCKENAER, H istoire de la flie et des po¿sies d'Horace,
2 vol. París. 1893. - P. R OUSS ELOT, Los místicos españoles, Barcelona, 1907.
HORN y AREILZA, S. J., Píndaro y su representación en d lirismo coral de
Gr¿cia, Bilbao, artes gráficas, 1905. - VALERA, La poesía lírica y épica en la
España del siglo XIX, obras completas, tomos XXXII y XXXIII.
,
~ ~>~~ ---,---- '.;~ _ -_·~".Y";::- ····7·~, .. ." ~,.;-:~-"~ ,:;;:;~·;~':~''"·~.i'tff::::>; <''''
¡." "
I
Poesí.a lírica 229 ., '
" :j
ESENCIA Y PROPIEDADES DE LA
POESIA URICA .,,
•
241. Empezarnos con este subgénero, por ser el más artístico de ,I
los poéticos. Escogemos entre las poesías líricas castellanas, una del
poeta cubano don José M. de H credia, la cual, si no es de tanta in- ~I
tensidad y perfección lírica como otras muchas de nuestro parnaso,
pone de relieve al alcance de los alumnos la esencia y las propiedades
del lirismo poético, que del examen de la composici6n, hemos de ,.,
deducir.
AL NIAGARA
~~ -
", Poesía_lirica . 231
.( ¡--
¡Niágara poderoso.!
Oye mi ,Utwla voz: Cll ' pocos años
ya devorado habrá la tumba fría , '
I
a tu débil cantor. i Duren mis versos
cual tu gloria inmortal! Pueda piadoso,
¡J contemplar tu fa z algún viajero;
dar un suspiro a la memoria mía,
y yo~ 'al hundirse el so} en occideme,
~" "
vuelt· gozoso do el Criador me llama,
, - y al esCtlchar los ecos de mi loma
~; alce en las nubes la radiosa f-rente.
So::
,. . 242. Análisis. Leída 'con reflexión esta poesía, cualquiera echa de
~~"
}> ver que el poeta expresa en ella las vivas impresion'es que ,recibi6 su
o .. ~_
alma ante la catarata del Niágara.
'"1 El arrebato ele:: inspiración con que comienza, la avidez por con-
templar toda la grandeza del torrente, con que continúa, el desprecio
" ~:
de todo otro espectáculo delicioso, ante el estupendo fenómeno, la
presencia de la Majestad divina en el eterno trueno del raudal, -las -,
1~
- ~·I
expresiones espontáneas de adrniraci6n y asombro, el afán por sondear
.-
232 Lecci6n XXXIV
" 1 Por ser más natural hemos preferido con Menéndez Pelayo la primera
edici§n de la Poesía hecha en Nueva York (1825). Las correcciones de la
.....
t
edici6n de Toluca (1832) conviert<:n en frases afec tadas los: ligeros descuidos
de la primera ed.ici6n.
. , ~I
,
,~... '
234 Lección xxxv
,
"
arte para hacer vibrar por medio del lenguaie bello y ritmico los •
sentimientos del alma.
D e aquí la conveniencia de la versificaci6n en la lírica, pues el
lenguaje, para expresar fielmente la emoción del espíritu, requiere la
"
entonación enérgica o duke, melancólica o regocijada, a la cual nada
com ribuye tanto como el ritmo, dentro de la variedad métrica que el
poeta libremente puede combinar para mejor expresar los matices
más sutiles del sentimiento.
59 Finalmente, siendo todo poema lírico manifestación de senti-
"
miemos más o menos sobreexcitados, debe ser siempre relativamente
corto.
L as impresiones violentas no pueden durar mucho: ni el poeta
puede durar en su arrebatada inspiración, ni el lector sostiene por
mucho tiempo la expresión de vehementes emociones.
E}E.RCI C IOS PRACTICOS. - Señálense algunas poesía s líricas de este o de otr:o
libro, para q ue los alumnos las analicen, y presenten cumplidas en ellas la
esencia y dotes líricas que han estudiado en esta lección.
RE. CONSTRU CCIO N SINT ETICA. - Analizando la poesía Al Niágam, de Heredía,
deduzca usted las propiedades y caracteres de la poesía lírica. ¿Qué expresa
en esta poesía el poeta ? ¿Cuáles son las ideas princip:des de toda la compo-
sición? ¿Parte de la rea lidad objetiva? ¿Con qué fin? ¿Qué es 10 predomi.
nante en toda la composición ? Y si eso ha de suceder en toda poesía lírica, ¿cuál
será la definición de ella? (242 ). - Siendo personal la lírica, ¿cóm o puede in-
teresar a todos? ¿Por qué nos interesan los afectos personales de H eredia?
¿Cómo debe emitir el lírico sus pensamientos y afectos? Exponga usted cómo
es natural Heredia en medio del entusiasmo. ¿Cuál es el orden que ha de haber
en la lírica? (Qué es eso de bello desorden? Examine la perfección de form a,
estilo y armonía propios de la lírica. ¿Por qué exige especial ' armonía la lírica ?
¿Es conveniente la versificaci6n en la lírica? ¿Han de ser largas las poesías
Iiricas? (243),
LECCION XXXV
-.
, del alma. Así lo verán los alumnos al estudiar en seguida las diversas
. clases de odas . .el
·1
Por lo cual no dudamos en DEFINIR la oda: la poesía lírica por " )':
excelencia, que canta los más. apasionados e intensos afectos del espíritu. ',~' - ,.;
.:;
245. ·Clasificación. Si el asunto que despierta esos apasionados
afectos es religioso, la oda será sagrada; si es histórico, nacional, o
algún hecbo, descubrimiento o espectáculo maravilloso, la oda es
heroica; si el asunto está relacionado con la moral, la virtud, la paz
, de la vida, el deber, las artes.. es la oda filosófica o moral; si el
asunto es el amor honesto a los goces que ofrece la naturaleza, es la
anacre6ntica. que Haman también oda ._ cr6tica si la pasión es más :'",
,- _."
vehemente y arrebatada. -;:~
Las tres primeras clases de odas, que son las principales, se han de
estudiar intuitivamente en el citado príncipe de los líricos españoles .
. 246. Modelo de oda sagrada.
. EN LA ASCENSION:
1/1 .
".
..... ,{ Jil_Y ¿de;as, pastor santo,
t;;¡
..... '
• :;.0"-
tu grey en este valle hondo,
con soledad y llmJto,
OSCU1'O ,
..
., .. y tt¡, rompiendo el puro
oil·~ . le ,.as al i1H,u;"'ta/ .u gu po?
,
,
',"
-~
, ..
..... . - ~ "« .::.-•• ..,~ ~,....
->" • ..,.;
-~.
~~.v~~1~{~~~l;tl;~~~.", ,~'!1~rr~ ~lt: \?~~~?~~~~~,_·7f
. ~.. . - ~ .
~ - ,
"'l' ;"-
b -
238 Lección XXXV
, •
! .'" i Ay! que ya presurosos
suben las largas naves: ¡Ay! que tienden ,',
y sigue la escondida ,
,"",
rl
p
. },'
~~
,
" , ~ ,
Lt:cci6n · xxxv
Un no rompido sueño,
un día puro. alegre, libre qUIero;
no qUIero VCI t:l ceño
vanamente severo
de a quten la !angr~ ensalza o el djnero.
y como codtCtosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta ll~gar corrj~nao ¡~ apresura.
y ¡u~go> sosegada,
d paso ~ntr~ 10$ árboles torciendo,
el suelo de pasada
d~ verdura vistimdo
y con d¡ve,-sas flous va esparcimdo.
Ténganse fU t~soro
10$ que de un falso leño se con¡;an;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porflan. ,
·1
,
':: !J~:~~~.\,;<{.; - ?sY~':;F>'~'1:~' ',,'~: ./,¡ - ~.' >, ''# ,
c-,<}_:'.';' ""~_ , .,
"
'
-'~ .
, ,
Variedad 'd( com,posicionei ¡¡,.leas Z41
La .combatida · antena
cruje, y en ciega . noche el claro día
se torna; al cielo -suena '
,'.,.1,
confusa vocería~ ' ,1,
y la mar emiquecen a porfía.
A mt una pobuctlla
mesa, de amable paz bien abastada,
me basta; la vajtlla,
de fino oro labrada,
sea de quien la mm no teme airada.
y mientraJ mlserable- -
mente , se están 1M otros abrasando
con sed ¡maciable ..;
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
d la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
•
¡
>
al són dulce acordado,
del plect1'o sabiamente meneado. , .'
Con qué convicci6n, mas con qué dulce sosiego exprime en esta
oda los apacibles deleites que la quietud del retiro, el desprecio de las ,,
pompas 'm undanas y la paz de una conciencia tranquila le inspiran. ,',
¡CHIST!
,,
~
c.
, d sueño blanda sonrisa, [tiene la faz tan risueña! .. .
¡eh! ... ho "vengáis tan de prisa; IY /a mirada tan pura! . . .
, , callad, qUe no se despierte.
, u ¡Con qué indefinible
miro su tez sonrosada!
anh~lo
.. ~~!
.
Rafael Pombo en ¡Siempre!; Antonio G6mez Restrepo en Amor .,
'.""
Supremo. De este mismo insigne lit~rato son los sjguient~ fragmen.
tos de ·la poesía dirigida a su esposa, titulada: .
,
TUS OJOS: ..
'
H __:
,.j
244 Lección XXXVI .. ,
nunca vibren C1lOjOS, asciendan a beatíficas regiones;
1
sino, cual hoy, miradas de dulzura; que, drbúros de mi suerte,
y e1Jciendan en mi pecho me lIepe" ha¡ta el fú, de la partida,
alias aspiraciones cnsditfndome el arte de la vida,
que hollando el Ct:1"CO de la vida y la ciencia profunda de la muertef
[estrecho
LECCION XXXVI
\
,,,
Canción ~ H imno - Elegía . Poesia mística 245 .'
,J
la muerte del rey don Sehastián, no hi zo sino poner nombre en ro- ,,
mance a la poesía pindárica que los griegos en su ' lengua llamaron t'
oda. Y eso son las canciones de Herrera, verdaderas odas heroicas. En '~
sentido análogo se llamaron cancioneros la, colección de poesías líricas ·1
j
de los poetas del siglo quince. '
Modernamente, si Espronceda llamó Canción del pirata y Canción <',
del cosaco a dos de sus poesías, fue porque supOliía al pirata y al
cosaco cantando por el mar o por el d esierto sus' respectivas hazañas, ~,
"
,'. .,'I en el mismo sentido qu e las baladas del norte y las barcarolas de las
costas y las coplas de muchas- regiones hispanoamericanas se llaman
- Canciones o CantareJ, esto es, en cuanto se , destinan al canto, o cuya
letra se expresa cantando, El canto del antioqueño, de Epifanio Mejí.,
es canción en igual sentido.
La genuina definición de canci6n, en .c uanto eS subgénero lírico,
con su_ diferencia específica, la hemos de deducir del estudio de las
composiciones compuestas pO,r nuestros Hricos d~l siglo d e oro, a imi-
tación de las canzione del Petrarca . Son modelos la de fray Luis de
León, que comien·za: «Virgen que el sol más pura:., y la de Mira de
Amescua. Para el estudio de ésta nos bastarán dos estanCias: ,
Ufano, alegre, altivo, enamorado,
cortando el aire el suelto jilguerillo,
_. sentóse en los pimpollos de uTla" Im)'a,
JI con su pico de marfil ntvado,
de su pechuelo blanco y amarillo
la pluma concertó, pajiza V gaya,
y celoso se ensaya
a discantar en alto contrapunto
ms celos y amor junto.
y al ,·amillo y al prado ~' a las flores
libre y gozoso cuenta sus amores.
Mas ¡ay! que e11 este estado
el ,.cazador cruel, de astucia armado
escondido le acecha. ,
y al tierno cOJ"Ozón aguda "flecha
tira con m atJO esquiva,
y Cllvue/to C1l sallgt'e, en tierra lo derriba.
j Ay vida malograda,
retrato de mi suerte desdichada!
,, (Sigue otra estancia en qu e describe de' un modo parecido la suerte
de un corderillo, jugueteando en el prado y sorprendido por el lobo).
Rica con sus penachos y copeus,
ufana ~' loca, con ligero fludo
se remonta la garza a las estrellas,
y puliendo sus negros mOl"linetes.
procura ser allá, cerca del cielo ,1
la ,.cina sola de las aves b~llas;
y "por ser ella de ellas
,.
-.
"
, .
' ..
246 Lección XX,XVl
"
..~j
'.,-
entft. 'ClpreseJ fúnebre~ 111 veo:
.-, j '
. ' 1,
trémula, yerta y d uceflldo el manto..
IOJ ojos moribundos
"
al cielo 'vuelve, q';e le. oculta el llanto: 3
.•-l
roto y sin brillo, el ' cetro, de dos mundos
yau ent.re el polvo, y d león guet:rero
lanza a stupies rugido lastimero.
j Ay,. que cual débil planta
que 'ogosía en su furor h6rrido viento,
de tlíctíma.J sin "cuento ' \ .
1 ')
1/0,6 la .destrucción Mantua afligida! ¡ t
Yo vi•. Y.o Vt" su ';uventud florida \ " . , '"
,
, '
es: tropel de tigres carnicer<¡s? , ~ l.'
Por las henchidas cal/es ."
gritando ~e desp~fla "
'.: ;
" la infame>turba que abrigó en su seno;
• rueda allá rechmando la cureña, ~
acá retumba el espantoso trueno,
allJ el ;olJen loza,!o,
, ,
el mendigo infeliz. el ' venerable
sacerdou pacífico, el anciano ,
que con su arada faz respeto imprime, ,-
"
;untQs amarra su dogqi tirano.
..••
-" ,
En balde, en balde gime
de los dttros · sattliteJ en torno, " .,
"
;J
',.-1'" , la t".i¡u , madre, ia ofligidn . uposo "
, .. ','
, -"J -
" '
_e
¿C6mo te llorar¿? ¿Con qué pro/iio
gemido de dolor . que me devora
.~
.J
desataré la vena? ">;;,,
,'')1
te lloro cual quien- llora al único hiio .:,J
en la ter.riblc hora
que lo arranca la muerte,
inexorable a la paterna pena.
¿Por qUIén SI no po, e,. del CMJ inerte
"
coraz6n que ha extenuado dolor tanto,
, '
he de exprimir las PostrImeras gow
que son y.a más de rongre que de llanto?
Tuyas sa-án las moribundas notas
de mI lira mfelzce. po, do tlaga
la últm14 luz lid estro refulgente,
que de glona sm pábulo se apaga.
No hutmlde lauro. mas ciprés dolimte 1
y punzantes abrojos
circúndenmc la f1'tmtc,
, y en tjnieblas apaciéntense mIS 010S.
Me engaña todavía
la verdad de tu muerte: y a la hora
en que tu amor solía
buscar mi compañía,
me cansa el aguardarte,
de expectación con ansia veladora.
Oigo tus pasos ya; vaya estrecharte . . .
y digo, de mi mal desacertado:
¿Por qué mi amigo tarda?
¿Por qué me habrá olvidado?
y al Julgor vespertino,
fiel a antigua costumbre, d paso inclino
a donde pie,!so que .tu amor me agum"da,
y voy en mJ erl"Or cIego,
y me encamino a ti; " m~ . . , j nunca llego!
• - , ... ' ' r'
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•
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., .......
~
Canción
, - - Himno - Elegía - P·.oesfa mlstlca' .¡
, '1
He -aquí las dotes particulares de la -elegía familiar: sentimientos
\ ~ ..
de dolor hondo y nnuro; ternrlra y tristeza de pensamientos; viva e
:f intensa, mas sencilla mam'jestación·· d~ "pena. '-,
,,;J
,'1
MODF.LO~ DE ELECJAS, en nl1~stro idioma, son, entre otros, las qu~ Jorge
-'
"
Manrique llamó Coplas en la muerte de su padre; la de LOpe de Vega, En la "
"-1
." ~
redo, del cubano J. Palma ; A Martin Qtt~ntana, de Guido Spano; Ante lo~
restos de Páez, del ventlo1ano J. A. Calcaño; Canto fúnebre, del venezolano
1- A, Maitín; A la muerte de Diego PortaleJ, por la chilena Merced es Marín;
.• ;
. . -~
2 Tratan este asunto literaria y didácticamente Menéndez y Pelayo (Critica
literaria, t. t, Madrid, Tip. de la ReVISta de Archivos, 1912) y el doctor R. M.
"....'
'
...• ;.(
:i:'
.. ,
, ,
~ .....
•
o también:
En mi pecho florido
que entero para El solo se guardaba,
allí quedó dormzdo,
y yo le regalaba
}' el ventalle de cedros aire daba;
,
~J!;( ' ~-:-~;,,' . ' ~ ~'.' ~
" ". "
;. ..r... •
,.
Canción · H imno· Elegía· Poesía mística 253
..;,
,.
",:,.\- ~ . • l' •
-., .,
r:
. 1.~
LECCION XXXVII ,.
•
•
,.
• POEMAS MENORES DE CARACTER LIRICO
'.
Poemas menores· de carád" lín'co 255 .' , ''j
,... 'r-o
,.
.. ,...
,
256 Lución XXXVII
.' ..
Poemas mroores de carácter lírico 257 ;¡
, :
Los preceptistas han incluído a Bécquer entre los poetas heinianos.
La nota característica del poeta alemán Enrique Heine es profundo ",..1
1
subjetivismo melancólico que termina por lo común en cieno dejo de
:~
humorismo, o contraste, amargo y despechado 1 _ La imitación de
..' Bécquer está más en la forma exterior .
Así que las ntnQJ porlrían DEFI N IRSE: breves poemas que, sin más
adorno de estilo que suma concisi6n y sobriedad, expresan viva 1
melodiosamenü ideas o sentimientos -subjetivos del poeta. ' . :.i
259. Las rimas han tenido muchos imitadores en España y Amé- .!"
rica. Ya dijimos (222-bis) que Valera prefería El viaie de la luz, de
González Camargo. a muchas rimas de Bécquer. Fc:liz resurgidor de
las rimas en Venezuela fue Alejandro Urbaneja. Véase
1 Tesoro po~tico del siglo XIX, por el P. Vicente G. Bravo, tomo IV) Jubera
hermanos, 1902. Madrjd.
. 17-L11'EllATOlt.a. PUCEPTlVA
,
- ,
;
• .' "' . -'.-.~~- ~ ~r--. j.... ~ ~'f_-;::-"'--- -":W:.i;-
'-.:
¡
I
258 Lección· XXXVll
•
• •
260. . L<cción xxxvIi
•
bajo cuya forma narrativa va expresando el poeta tiernos untimientos.
Son modelos, además de las del citado Barrantes, muchas del
salmantino Ruiz de Aguilera, La perla del buen retiro, de don Luis
· .
\,
,
Eguilaz, algunas de don Pedro A. de Alarc6n y del argentino Ricardo
• Gutiérrez, de los venezolanos J. R. Yepes, J. A: Calcaño y D. R.
'. Hérnández.
262. Letrilla. Sirva de modelo esta del graciosisimo don Ricardo
Carrasq uilla:
LO QUE PUEDE LA EDICION
Hjc~ un canto bermudino por la Francia;
al c'ondar; tllStlOS~
con d~gancla
p~ro u/aba en borrador y lu~ MOnsl(Ur Rengif6n.
y me paruló cochino. ¡Lo que puede la edici6n!
·l
Me /0 hicuron publicar
en El Día: Si )'0, qu~ JO)'
campesino
lo Id con alegría rematado,
y lo cnconüi regular. en vez de utar ~mpastado
Luego e n una colección en áspero pergamino,
de poctas lo eJtlwiera en tafilete
/0 insertaron con viñctaJ. con labores,
y dije: ¡es gran 'Producción! y pajaritos y llores,
¡ Lo que puede la edición! )' con dorado ribete;
Mi compadre Isaac Rcngifo no obstante mi cortedad
con capote
andaba; :Y el monigo ~
y r-udeza,
pltdiera entrar con franqueza
,
·
.. ' .
Jo llamaban y d enchilo.
Después compró botas, frac
y sombrero;
robar pudo algún dinero.
y se llamó don Isaac.
en la btl~na sociedad.
y luera hombre de raz6n
y de peso,
y diputado al congreso
me harfan sin lón ni s6n.
Hizo luego tina cxcursi6n ¡Lo que puede la edici6nl
".,
~, Poesía bucólica· [ dilio . Sátira .' Epís!ol4 261
"•
EJERCICIOS PRACTICOS. - Análisis de algunas de las composiciones cuyos
modelos se van citando. al modo del que se hace en esta lección.
RECONSTRU CCiÓN SINTETICA. - Recite usted el Madrigal de ~etina y deduzca
la definición (255). _ Recite usted algún ~pigTama. y dé la definici6n (256).
Cite alguna d%ra y examine su característica, deduciendo la d~finición. ¿Qué
vienen a ser las humoradas? (257). - Exponga usted el fondo poético de las
rimas de Bécquer y su parecido con los versos de Heinc. Dé la definició n (258). ':¡,
¿Hay en América buenos imitadores de Bécquer? (259). - ¿Qué idea tiene de
la lírica popular? Cite algún modelo (260). - Etimologí.a de balada. Examine
usted La flor trtuplantada. de Barrantes, y deduzca la definición (261) . - Ante
, ~,
.. ~
•
Lo qttC puede la edici6n , de Carrasquilla, deduzca usted el carácter distintivo •..
de las letrillas y cite otros modelos (262 ).
LECCION XXXVIll
"
...
'. , ",!
. ,'
,,
--
262 úcción XXX V IIJ
EL AMA
a
giraba en torno de ella
pacifica y amable,
mon6tona y serena.
)1 •
¡Y cómo la alegría y el traba;o
donde está -la pú·tud se compw(:tran!
Lavando en el regato cristalino
cantaban las mozuelas,
,
•,
y cantaba en los valles el vaquero,
y canwban Jos m9zQs en .la tierra,
-'<\~
,
y el aguador co,rúno de la fuente,
"" Y' el cabrerillo en la pelada cuesta.
, ¡Y yo tambIén . cantaba,
que ella y el campo I¡ici¿ronme poeta!
Cantaba el equilzbno
de aquel alma serena
como los anchos ciclos,
como- los campos de mi amada tierra,
y cantaba también aquellos campos,
los de las pardas onduladas crestas,
los de los mares de ence"odas mieses,
los de las mudas perspectivas serias,
los de las castas soledades hondas,
los de las griscj lontananzas muertas...
,,
El alma se empapaba
en la solemne clásica grandeza
que llenaba los ámbitos abiertos "
del cielo y de la tierra.
¡ Qué plácido el ambt'ente,
qué tranquilo el paisaje. qué serena
la atmósfera azulada se extendía
por sobre el haz dc la llanura inmensa!
La brisa de la tarde
m encaha amorosa la alameda,
los zarzales f/m'idos del ccrcado,
los guindos dc la vega,
lai mieses de la hoia,
la copa verde de la encma v/ela..• ,
¡Monorrítm/ca' música del llano,
qué grato tu sonar, qué dulce era!
La gaita del pastor en la colina
llo1"aba las tonadas de la tierra,
cargadas de dulzuras,
cargadas d e monótonas tristezas,
y dentro del sentido
caían las cadencias, "
como doradas gotas
de dulce miel que del panal fluyeran.
,.-
, W1•
265
,
No bi~tl
despunta el sol en el Oriente, Una~ .los brazos en- el agua hundiendo
tierno beso nos da;' . tendíau a estribor,
de rodillas, oramos; '/. en seguido, y sonreía a /a rizada espuma.
puerta franca ... la luz, la libertad! 'que la canoa abandonaba en pos.
Como bandada de enjaulados páJaros,
Otr.o, imprudente, a /a inclinada borda .
por aquí, por allá, lam:ándose veloz,
al campo el uno, a la barranca el otro,
entr~ su mano VIctoriosa alzaba
nos echábamos todos a vola,r.
del camalote /0 celeste jlor.
-«Cuidado COIl los nidos•• nos dula
mi madu en el umbral; Esta. la caña de pescar volvía
pero digan horneros y zorzales enviando en derredor,
si les valió la - maternal piedad. menudaJ gotas que al caer brillaban
Cejos ya de su visla, 'o un algarrobo 'en los c.abellos ' de las. otras dos.
trepaba el más audaz,
Batiendo luego las rosadas palmas,
y con los ojos de mil anSIas llenos,
rda, porque vio,
esperaban en grupo los demás.
medrosa hundirse en la comente un
En el horno de barro. construído [ave
para VttJZT y amar, al desusado y repentino són.
introducía sus rosados- dedos
el pequeño aprendiz de gavilán; Pero si alguna al levantar. los o¡os,
y del pico o el ala destrozada, mostraba el mirador
¡nunca vista crueldad! donde mi madre a vigilarnos iba,
asiendo los polluelos, uno a uno gritaban todas a la vez: ~/adiós!~. \ .•
los arrojaba con desdén triunfal.
¡Oh dulces afias! Por 'entonces era
y era entonces de vcr d alboroto nUestro' goce mayor
y el bullicioso afán} hurtar las flores que en las islas abren.
d( aquel eniambre de inocentes niños y de sus aves escuchar la voz.
qU( así destruía U tl inacen" hogar...
Otras veas del río en la corrient( Las pan'onorias, las achiras de oro,
y el ceibo punzó,
al cárdeno fulgor,
qUe desde el fondo de la pampa envla, cran ofrendas que· mi madre amaba , ,
en sesgo rayo el moribundo sol; porque a sus hiioi . se las daba Dios.
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.. 'or "
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EL AGUA MULTIFORME
«El agua toma sicmprt la forma de los vasos
que la 10I1tienen» , dicen las ciencias que mis paJos
atisbatl y prete1lden analizarme (11 vano;
yo soy la resignada por excelencia, Itermano.
¿;No ves que a cada instante mi f9 rma se aniquila?
hoy .wy torrente inquieto y ayer fui agua tranquila;
hoy soy, e11 vaso csjérico, redonda; ayer apenas
me mostmba cilíndrica en las ánforas plenas,
y as; pitaeorizo mi s¿r hora tras hora;
i
hielo, corriente, niebla, tmpor que el día dora
lodo lo soy, y a todo me pliego en Clla11/o cabe;
jlOl· ¡l ombres 110 lo saben, pero Dios sí lo sabe!
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~'¿~p-.~r""".:-i~ ~ ~7F~:C"~:-",~
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_"M'.-',-:" ...~ ~¡'i.,. '" .'"f.,!..
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LA LUNA
de DIEGO FALLON
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o al pie del cerro do la roza humea,
con el matiz de la azucena bd-ñas,
la blanca _torre de 'vecina aldea
en su nido de sauce,) v cabañas.
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y pienso aún y con pavor m~djto
que del silencio la insondable calma,
de los sepulcros es tremendo grito "
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Hispano; En el circo, de Guillermo Valencia; El desierto, de E. Echeverría;
A· un arroyo, del cubano Mendive; El lago de Catemaco, del mejicano G. Prieto;
En el Botado, del dominicano G. Deligne; La oración, de Ricardo Gu riérrez
(argentino); Preludio al Mam ore,' de R. J. Bustamau te (boliviano) etc.
267. Sátira. Rom ano es el origen de esta pala bra 2. Viene de
'''.
. .
Poesia bucÓlica • 1di¡io.• 5álira - Eplstola 273
18--uTiRATORA PRECEPTIVA
., • ." .f. .\. "
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Lecci6n XXXVIll
, .
• ,
276 Lecci6n XXXIX
POESIA EPICA
LIBIlOS DE CONSULTA: V. T~IlJlET. l/omere. hude hislorique el critique. París,
Fontemoig, 1899. - G. SORTAIS. s. 1., lbol et l/iade, 2e. edit., París, Bouillon,
1894. - G. HERMOSILLA, La llíada, traducida con d discurso preliminar.
Noticia extracto de la bibliogra1Ja crítica de traductores españoles, por MENEN-
DEZ PEtA YO, y AnálzsÍJ y notas de la !liada, en biblioteca clásica, tomos 1, 1I Y UJ,
Madrid, Luis Navarro, 1883. - LORD MACA ULAY, Esudio; literarios, traducidos
por M. Juderías Bender, en biblioteca clásica, tomo IX, Madrid, Víctor Saiz,
1879. - PARDO BAZAN, Poetas éplco-crlStian os. San Bernardo, 27, Madrid (Obras
completas, tomo xm). - M E'NENDEZ PELAYO, Antología de poeta; ¡¡rico; cas-
tdlanos, torno XI, Tratado d( lOl romanus vi(10S, Madrid, Perlado, Páez y Cía.,
,
1908. _ SAINTE-BEUVE, Obras de Vi"gtlio, estudio crítico, -versión castellana de
Manuel Machado, París, Garnier Hn os. - J. BROECKAERT, s. 1., Le guide du
¡eune literattem, 3e. partie, ch. 11, Genre épique. - L. GAUTIER, us ¿popécs
nlltionalcs, tomo 1, 2e. cd., P luís, Palmé. 1878. - A. GIL DE ZARATE, Manual
de liuratura, l' p., seco 5'. C. 1, y 2' p., seco lí" c. :UIl, París, Garnier Hnos.,
1889. - MR. BATTEUX; Prin cipios filos6ficos de la . literatura, traducción, ob-
servaciones crÍticas y apéndice de D. A. G. de Arrieta, Madrid, [mp. de Sancha, >
"
MOCCe, tomo JV, trato v, d, la Epopeya (Cf. los demás autores arriba citados). "
LECCION XXXIX
.
'~ ,. A_'';:I; )
'.; "
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278 úcción XXXiX
.'
naves (Canto Xll), y no obstante la protección de Neptuno y de Juno,
entran segunda vez en el campo griego (Cantos xm-xv). Iban . los
troyanos a incendiar las naves griegas cuando Patroclo, íntimo de
Aquiles, consigue de éste siquiera licencia para salir a combatir vis~
tiendo las armas del implacable héroe. Mas en vano, porque Patroclo
sucumbe a manos de Hécto! (Canto XVI). El dolor que siente Aqui-
les por la muerte de su amigo le impele a volver sus iras contra los
troyanos. Armado con el arnés que le forja Vulcano se lanza al com·
bate (Cantos XVIII y XIX).
III. Desenlace. En singular combate Aquiles mata a Héctor, cuyo
sangriento cadáver es atado al carro del vencedor (Canto XXll).
Después de los funerales de Patraclo (Canto XXIII), concede el
aplacado Aquiles al anciano PrÍamo los restos del héroe troyano, al
cual llora Dardania (Canto XXIV) .
271. AqUÍ tiene el discípulo en compendio toda la trama de la
acción ¿pica en la llíada. Vea ahora el arte del desarrollo en algunos
fragmentos. El asunto y la acción quedan perfectamente determinados
en los pnmeros versos:
"
,'
Andrómaca., .
. . .Cuando el héroe
,,
l
,, , al niño vio., se sonrió etJ siletJao;
y Andrómaca. acercándose aflizida,
lágrimas derramaba. Y al esposo
asiendo de la mano y por su nDmbre
llamdndole, : decla acongoiada :'
,
1>
280 Lecci6n XXXIX í
•o
CIta plegaria al soberano love
dirigió y a los otrOJ inmorta'-~s:
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•
281
.'
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~...~{¡.,
.,
282 Lecci6n XXXIX
rl.
epopeya. ,
El desenvolvimiento . de la acción homérica <S además INTERESANTE,
como que es el cuadro' más expresivo de la vitalidad de dos pueblos.
Más verazmente que la misma historia, nos ofrece la llíada. con su ,
~
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287 , .j¡
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literario; poéti~a, para diferenciarla .de la narración histórica; extensa~
"
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2 Menos estudiados en nuestra literatura~ pero de mu cha fama entr<: los li~
teratos modernos franceses y alemanes. son el H'et M('nsc/¡don Vt:rlost, d.el poeta
, flamenco De Koui1tch (1838); el asunto es el mismo de La Mesíada; y el
Drelzchnlilldm (1823-1894) de F. Weber, que recopi¡la la civiliz.ación sajona.
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Z88 úcción XL
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19 -u n JlATUltA. PRECEPTI VA
290 Lecci6n XL
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Poemas. y cantos épicos ~ L~yendtls ' 291
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" .
292 úcci6n XL
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" ,
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,
Poemas y cantos 'épicos - Leyen'dlts . 293
-.$1.'
biano) , son poemas en ~uyos cantos hay mucho de lirismo, aunque . ,,:..~
no llegan a ser en el conju nto poemas ¿pico-líricos.
280. Poemas épico-filosófioos. También los llaman simb6lico-
sociales, Son creación moderna, y su objeto es c-antar la humanidad, o
al hombre colectivo.
El Fausto de Goetbe,es el poema que lleva más marcadas las pro-
piedades del subgénero.
.'
Sin meternos a juzgar esta obra, por corresponder eso a la historia
literaria " daremos idea breve y clara de ella, para que deduzcan los
alumnos la naturaleza de estos poemas.
El doctor . Fausto se entrega a la magia. en busca de riquezas,
ciencia y honores; no pudiendo conseguirlo, trata de envenenarse. Se
,
Lecci6n XL
/
Poemlls y cantos .épicos· Leyendas 295
.'
úcci6n XL
4 Así consta en los c!ocunu:ntos de MOl/tIerrat, que hemos podido por nos-
otros mismos comprobar.
. /.,'
. ....
"'''''' ' 1'';),
: '"-
f
sin que lo advirtiese nadie:
Os esperaré en París
ALDAN .... y dispuesto a todo estoy.
Cuidad vos, el caballero,
lo que hacéis por distracci6n. ALDANA '
, Guardad consideraci6n ¡ Ay de vos SI a Francia voy!
, a un impedido romero.
FRANCES
J FRANCES
¡Ay de vos si allá venís!
!
Basta, buen hombre; fi vos
qué pie excelso os ha pisado, No hablaron más, porque acaso'
conocieseis; muv honrado la gente empezó a afteTarse,
os creyel'ais, vi;e Dios. y era forzoso mesura , ",.,
" \.j
r ~ .......
<,....... .J
( •
~,
,-
.
.• 298 Lecci6n XL
,. ,
-,
Al greta del clarln, los combatientes
tJueían al centro de la ex~nsa plaza, ,•
pues de entrambos cabal/os los lalÍentcJ •
i¡ares, ruda espuela despedaza.
Embístense feroces los valientes,
y en una y otra fúlgida coraza,
los fulminantcJ hi~os resbalaron,
y de nuevo veloces se alejaron.
~
Del príncip~ acudi6 la ligereza, '
, y la espada diestrísima mterpola; ~,
entoncej amenaza a la cabezfl '
d Almirante. que apunt6 a la gola, • l,
y cambiando la accIón con gran destreza.. ,1
; -:"¡
aquella flor de-lú . que (lISIada y sola ,
quedaba en el escudo a tierra vmo, .. -,,
fueu casualidad o fuese tino. ':~
¡
•
El normando ' coral, blanco de espuma,
rendido a la durísima fatiga,
ya el gnwe peso dd arn'rfs le abruma
ji el acicate en vano lo castiga; •
mientras el cordobés leve cual pluma, ~
, obediente a la mano que lo obliga,
girando burla el golpe. )' ht(go lorna
, ,
,1-,
"
'
ji al inmovible guerreador trastorna.
1
"i
"
'1
;'
"
,tO.
Lección XL
.'
,
"
y tras de corto silencio
muestra de mutuo embarazo,
I REY , J.., .l
¿Alto nombre, dignidad,
de es~ modo el Almirante
y el MOllarca egregio hablaron:
mando, gloria, hOllra queréis? .. 1 ,
i ,
1
\ REY
Almira1lte de 4,rag6n,
ALMIRANTE
<"
o • •'
~
"
y hab¿¡s a tlerme /legado
.,
l' ,
'
ro oportuna ocasi6n.
REy }:~,
•
"
T,-atábam os justamente
Si pudiera mI cm'ona
daros. con ella .os brindara.
';r ...~
,"
·
yo y mis fides consejeros •
'j la manera de ofreceros , ALMIRANTE
.," UIJ rescate compete1lte.
,
'J Puede que no la aceptara, ;
i '~
aunque el ,Ser vuestra la abona.
. . 'Ji4l.
.- , ALMIRANTE
Nunca lo dud¿, señor; REY " 0;
.~
cuando se da una palabra, ¿Conque cuanto digo es vano,
1,
",,:
hasta que se cumple, labra
el peclto dónde hay honor.
y me confundo y me aflijo
"';:1,1
~,,,
,
j
,
¿Admztís un noble estado
fuundo, rico y poblado
pedid sin tino y medida, ",
.f con castillo e11 Normandia?
y pedtdme hasta mi vida, ;.~
pues mi palabra knéis. "
ALMIRANTE ~
F Señor, cuando de:seamos
ALMIRANTE ..
,'o'
,~,
"" '1
RE~/mirante .,~ ", ~ .~;
ALMIRANTE
Almirante de Aragón,
El Duque de Normandía las cinco flores de lis
brama ronco y despechado, ",
ganadllJ en San Oionls
y con el pie duro rompe - 0.1 concedo por blas_6n.
!' . las tersas losas de mármol.
r
f
y liso qtledc el cscudo
I
t
y no falta en el consejo
quien cometa el desacato,
dd Duqtle de Normandla,
ya qut' por su estrello impífl.
de llevar haCIa la espada
guardarlo de vos no plldo.
f con ciego furor la mano.
1, AJdana. de pie u puso,
ALMIRANTE
cruzó en el pecho los brazos, •
y con semblante tranquilo Os vuelvo· el cetro, sdior,
desprecia aquel arrebato; " sabed que no ha padido,
,f Como desprecia el escollo
el tiempo que lo he tenido,
su gloria ni su esplendor.
t-,- el furor del oecano,
del huracán el empuje El Duque, irritado y fiero.
y é, embate de los años. dijo entre los cortesanos, ,
,- que su padre no podía
Confusión horrible reina - inferirle tal agravIo.
en el Consejo de ESlado;
lodos hablan, nadie e!cuch.a~ y -C'est mal donné!- gritaba~
, perplejo está el soberano; c'est -mal donné! despechado; .
l.' Hasta que con gran reposo
y oyéndolo el Almirante
" contestóle sin mirarlo:
pero en acento tan alto
que impuso a todos ¡ilendo
ALMIRANTE
" que ret;lmb6 en palacio~
Para que más satisfecho
Por d Duque de Bravante mi honor hoy pueda .quedar l
(,
·• i' .
, ~; ..... ~' ., ...... '"" , . ,. ¡", ,
"
, ,
"
'1
I
Poesía dramática 303
,
Nótese en todo d poema el Ínterés de la narración, la viveza y i
galanura de las descripciones y la forma dialogada en dos de los cua- j
POESIA DRAMATICA 1
,~
LIBROS DE CONSULT.'\ : J. BROECKAERT, ú guide au ¡eune Iittlrateur. 3e. par., \ :1
"
ch. 1lI. - M. BATfEUX. Principios filosóficos de la literatura; traducción, ob- ""
Madrid, Imp. de Sauchc, Mocce. - Prólogo de don ALEJ ANDRO PIOAL y MON en
íf
servaciones y apéndice de D. A: G. de Arrieta" t. lJI, pars. l ' y 2 , Y t. IV, ~~
J
I ..
Obras dramátiG'us de d O Il MANUEL T AMAYO y B .... us, t. 1, Mad rid, Sué~sores de
'-::;
\ '.
Ribadeneira, 1898. - RUANO y CORBO, Estudio analítico de la poesía dramática \ ¡
'j
\-'" ,
';1
" '"
L(cci6¡, X LI
,.
'en el drama "Consuelo" · de Aya·I ~~ Madr'id, Imp . .R, VélasC~, 190 1. - ARISTOTELES.
Poética, ch. I V a XVIII. -,- A. W . SCHL'ECEL, Cours de litt&rature. dramatique,
2 vols., París, Lacroix~VerbsechriovenJ 1865. - SAINT-MAC G IRARDIN, Cours
de littérature dramatique, 2e. edit., 2 vols., París, Charpentier, 1845. - E. FA~
GUET, D rame ancicn ct moderne, París, 'Colin, 1898." - H ORI ON·, Explication , "
" ',
LANCES DE HONOR
• DRAMA EN TRES ACTOS
, ,
..
Personajes:
Don F~bián García: Don Dámaso.
Doña Candc:laria. Aguilar (periodista).
Miguel (hijo de Jos anteriores). Don Lorenzo (d;putado) ,
Don Pedro ViIlena. Varios caballeros.
" Paulina (hij o de Villena) . Dos padrinos en un desafío.
Don Diego Medina (hermano de doña Bernabé.
Candelaria) . Una muchacha.
La escena en Madrid. La acción dura cuatro horas.
Migt!eJ (sen tada en una butaca cerca del velador, leyendo un peri6dico).
,
l-
•
Pues señor, está visto que la 1ectura de periódicos a mí no me divierte (soltando
,-t?(
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s 1,:"
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ESCENA SEGUNDA
Miguel y Paulino
'---- PauJino-Perdona, Miguelillo, perdona (entrando por una puerta del foro).
Sjen to en el alma haberte hecho esperar.
MigueJ-IBah! Entre amigos.. .
Paulino- Verás. Ayer tarde se reun ieron aqui los individuos más im;partan~
¡ tes de la fracci6n de la cámara que reconoce por jefe a papá. Celebraron larga
conferencia, y en ella resolvieron dar hoy al gabinete una bata lla decisiva al
~. discutirse el acta de esa escandalosa elección que tan agitados trae los ánimos
estos días. Papá se en cargó de pronunciar el discurso, y yo no he querido dejar
•
de oírle.
Miguel-Nada más natura-I.
Paulino--Bien puedes agradecer que me haya ven-i do ant-es de ver el re-
sultado de la discusi6n.
'1,
, I
Miguel-Sí, porque una vez excitado el ~pterés... I
Paulino-¡ No sabes ní c6mo se había pues ro aquello!. ¡Papá ha estado su-
blime! Nunca se oyó en el congreso d e los diputados discurso más elocuente ni
más ter-rible para un gobierno. ¡Qué animada pintura d e las instituciones libe-
rales ! ¡Qué vigorosos anatemas contra la conducta reaccionaria de los ministros!
1
:1
I Papá se ha cubierto de gloria. ¡Hermoso espectáculo el q ue, oyéndolo. ofrecía
! la cámara! Vivas alteraciones entre Jos diputados de 13. mayoría; gritos de en~
l rusiasmo en los bancos de la oposición; aplausos ruidosos en las tribunas ; el
gabinete, pálido y trémulo de miedo y de rabia; el presidente, dale que le darás
a 1a campanilla sin poder dominar aquel pavoroso tumulto, aquel desorden ad-
mirable. Yo, no bien hubo acabado papá, eché a correr para n.o hacerte esperar
más tiempo, y no sé cuál será el resu ltado de la votaci6n¡ pero desde luego
aseguro qut: el .gobierno ha quedado herido de muerte, y q ue si hoy mismo
no sucumbe, es tará en el suelo an tes de quince días.
Miguel- · Y ¿qué bien es nos vienen con esa gracia?
Patllino-¿Te parece bien pequeño la carda de un gabinete q~ ha hollado
todas las libertades públicas, y que lleva ya en el poder un año. tres meses,
doce días y algunas horas, por lo que 5C cuenta?
Migue/- Ahí está el quid. Más fácilmente se le perdona a un ministerio
una mala vida que una vida larga.
Paulino-Justo y cabal. Los min·isterios deberfa-n tener duración fija de un
par de meses a lo más, a fin de que pudieran ir turnando en el poder todos l.oS
españoles ílustr·ados. Lo que es yo, en nevando un gabinete seis meses de vida,
ya no puedo parar. Y a todo el mundo ·le sucede lo mismo.
Migue/- A mí no, porque m e figuro que los gobiernos que duran poco ni
aun pueden llegar a ser gobiernos.
Poulino-Tú eres un papanatas que nada ambiciona. ¡Tonto! A río revuelto
ganancia de pescadores. Cuando caiga esta gt'flte entrarán · 105 nuestros a man-
dar. Papá ha desempeñado ya los más al tos puestos de la administraci6n, tiene
2 0--LlTEllATUR A PRECEPTIVA
•
306 , Lecci6n Xf.J
cuartos'; es caballero gran cruz, dispone de ' un diario político, goza fama de
diputado hablador, capitanea una importante fracción de la cámara; justo es que
forme ahora parte de un gabinete. Le han ofrecido la cartera ' de gobernación.
Figúrate qué mal me vendrá a mí. Inmediatamente disolveremos estas cortes y
haremos elecciones generales con mucha legalidad ... es decir.. muy a nuestro
. - -'
gusto; y claro está, seré diputado por tres o cuatro distritos. ¿Quiéres ser tú
también diputado de la nación?
Miguel-¡ Yol Dios me libre de ser diputado... tuyo. De la nación lo es
verdaderamente mi padre, pOr la decidida y tenaz voluntad de los electores; y
tanto mi m.:ldre como yo estamos deseando que se acabe esta legislatura para
_~e&_~. ' .
Paulino--Pierde cuidado: ningún hombre como don Fabián GarcÍa tomara
asiento en el nuevo congreso. Chico, te advierto que tu papá está haciendo el oso.
Miguel--Ya sabes que no gusto de oír nada que pueda ser ofensivo a mi
señor padR.
Paulino-No te acongojes por tan poco, muchacho. Discutiremos y...
Miguel-¿Discutir yo la conducta de mi padre? ¡No faltaba más!
Paulino--¿Y por qué no? Todo ~ c puede discutir.
• Miguel-A otra cosa, Paulino, a otra cosa.
Paulino-Pues si precisamente para que hablásemos de este particular te
dije ayer que vinieras 'a verme. Crée\o: mi señor don Fabián está en ridículo,
y tú, si no te modernizas un poco, no wdrás hacer carrera en el mundo. Es
necesario que en él y en ti desaparezcan esas costumbres de antaño que habéis '. \
ESCENA TERCERA
Paulina-Dicen que sí, pero yo no -me atrevería a jur~rlo. Ea, no sea usted ,!
posma 'y cuéntenos qué hay. ¿Ha perdido la votación " el ministerio?
"~-,~;
Dámaso-Ya escuchó uste_d el discurso de su pa9re.
Paulino-Un discurso admirabk, ¿eh?
Dámaso--Sí: una bomba cargada de metraJla. En él dijo horrores, no sólo
! I ,.. i
del gobierno, sino de tu tío Diego también (a Miguel).
Pau/ino-I Cómo! ~ Diego Med ina, el gobernador que ha hecho esa elecci6n,
es tío ruyo ?
Dámaso--Tío carn al por parte d.e madre.
Paulino-No lo sabía.
Migud-Y ¿qué ha dicho de mi tío el señor VilJ.e.na? ,,
Dámaso-¡Jesús!" Le ha puesto como chupa de dómine, lIamándolé inq>to y
arbitrario; dando a entender que se ha dejado sobornar por el candidato ele- , . :1;
gido, que es un banquero muy famoso.
Miguel-Y sin pruebas, ¿cómo se lanzan -contra nadie acusaciones de esa \ '.'
Índole? ,
Paulino--Pmebas. .. Pruebas... No par.ece sino que todo el mundo no está
.
ya harto de saber lo que valen semejantes acusaciones. Cada lunes y ca4a
martes se llaman p.erros judíos los hombres más serio~ en política, y luego,
'. , .. ':~
•
,
como si ta l cosa hu biera pasado. Si papá sube al poder, verás cómo hace a tu "
tío gobernador de una provincia de primera clase.
. Dámaso~uando Villena (dirigiéndose a Miguel) acabó su discurso, tirios'
y troyanos aplaudían con frenesí, y tod os daban por segura la derrota del go-
1
~.~~
',~l
bierno; ~ro he aquí a tu padre que se levan tá y grita con indignación: «Pido
la palabra para defender a un ausente>.
Paulino-lOigal
Miguel-l Bien hechol
Dámaso--Como por sus opmJOn es es mi~ado con prevenci6n, las risas y
.] ' ,i
. ..-r
los murmullos ahogaron su voz en un principio. Al poco rato había logrado
subyuga-r todos los corazones. Que era un excdent-e jurisconsulto ya lo sabíamos .,
,l, '
.-'~ .
todos, pero ¿cómo creer, a no verlQ, que fuese también un gran urador? ....
Miguel-Para defender a un inocente nunca falta elocuencia a un · hombre . '~
de bien.
"
Dámaso·- Te aseguro que comparados hoy con él, Cicer6n y Dem6stenes, se r. , 1
qued an tamañitos. Pero es el caso que para defender a Diego ha tenido que
combatir a Vi llena, dirigiéndole gravísimos cargos con fu erza de lógica irresis-
tible, acusándole a voz en grito de mentiroso y calumniador.
Paulino-¿De veras? , .-'''.' -~
Dámasa-$u padre de usted (dirigiéndose a Paulino) cegó y no vio, y con
"
"<¡-".-. genera l asombro y disgusto dijo .de don Fabián improperios tales, como acaso
nunca se habrán oído en aquel lugar. Todo fue entonces en la cámara espantosa
gritería, y dar manotadas al aire, y querer andar a la greña. Pudo al fin el pre-
sidente hacer que se procediese o votar, y luego, sin mirar en barras, levant6
la sesión.
Paulino-Pero ¿quién ha gan ado ?
Dámaso-EI gobierno (levantándose) por ciento cincuenta y dos votos con-
tra cuarenta y uno: como que no sólo ha votado con él toda la mayoría, sino
también parte de, la oposición,
" Paulino--¡Qué infamia!
Dámaso-Yo, al ver sali'r del sal6n a Villena hecho un energúmeno, te-
miendo que se encontrase con el otro, saH también corriendo de la tribuna.
Por más que he m irado y remirado en saías y pasillos, a ninguno de los dos
. he podi.do echa r la vista encima.
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308 Lección XU
Paulino--Miguel, mucho temo que tU padre va a tener que reñir con "el mío.
Miguel-Dios no lo quiera.
"
Dámaso-A eso vengo: a procurar que este negocio se arregle de la mejor
manera posible. García es el más ofendido. A él le toca, por consiguiente,
desafiar a su padre de usted. Si no lo hace ..•
Paulino-Entonces. mi padre le desafiará a él.
Miguel-Parece que te gozas en augurar males.
Dámaso-Entre todos le impediremos tomar tan descabeUada resolución.
Paulino-Ya ve usted si yo sentiré. . Pero cuando una cosa no tiene
remedio. . •
Miguel-Otras de mayor entidad se han remediado con la ayuda de Dios.
Pau/ino-No empieces a diosear, y convéncete de que ni tu padre,' por
impecable que sea, ni el mío, que es todo un caballero, querrán dejar impune
el agravio que mutuamente se han inferido. Un agravio que llegará a noticia
de toda España. ¡de toda Europa!
Miguel (en · tono de reconvenci6n)-¡Paulino!
Dámaso (aparte)-El niño es tan fiera como el papá.
Paulino-De otro modo, ninguno de -los dos quedaría bien.
Dámaso-Y ¡vaya si queda uno bien con la cabeza rota o una pIerna de
menosl
Paulmo-Muy prudente se va usted volviendo, don Dámaso.
Dámaso-Y con eso, ¿qué quiere usted darme a entender?
Paulino-Nada, que es usted muy prudente.
Dámaso-Niño, niño... Cuidadito con subírseme a las barbas. Yo tengo
• hechas mis pruebas.
Pau/ino-Ya lo sé, y por 1'0 mismo no hallo explicación satisfactoria a la
conducta que se propone usted observar en tan grave negocio. De éste nada
me sorprende. Es lego en materia de honor, y creo que en vez de sangre,
circula por sus venas horchata de- chufas.
Miguel-Dí cuanto quieras; tu ceguedad y tu petulancia me dan compasi6n.
Paulino-¡Hola! que ya hace pinitos el nené. Riámosle la gracia.
Miguel-No es hora de reír para un hijo la hora que puede ser funesta
para su padre.
Las escenas IV y V son preciosas: don Lorenw y Aguilar, diputado aquél
liberal y éste periodista avanzado, despotrican contra don Fabián y todo lo
bueno, al paso que don Dámaso, contemporizador, intenta defenckrle; por lo
cual se suscita un lance de honor en el que c6micamente aparece la cobardía "
de Jos tres. Miguel sale de escena protestando cristiana pero enérgicamente
contra los detractores de su padre.,
ESCENA SEXTA
ESCENA DECIMA
Villena y Paulino
-' Villena--¡Oh, primero el uno; después, el otro!
Paulino--¿Venía .3 desafiarte?
Villena--Sí.
Paulino-' ¿Y qué?
V illen~Le he dicho lo que ocurre·
,
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ESCENA U NDECIMA
(Entran varios caballeros, y a poco vuelven los padrinos ridiculizando la casa .<
de don Fabián. Villena, impaciente, pregunta, y sigue):
AGrO SEGUNDO
-.
312 Lecci6n XU
"
falta de voluntad? No, Dámaso: mi gusto sería matarte a ese. hombre. Me ,siento
capaz de beber su sangre. i He cambiado tanto en algunas horas! Con mil
afanes y muy poco a poco se sube la cuesta de la virtud; y, luego, de pronto la
baja uno despeñado; años y años lucha uno denodadamente con las malas P3-:-
siones; y cuando piensa que para siempre las tiene ya vencidas. a un solo choque
revuélvense y ledntanse amotinadas las heres del coraz6n, y todo lo entur-
bian y envenenaD. ¡Ay, Dámaso, qué horrible desengaño es éste! POCo ha me ,I,
consideraba yo dichoso; a todo el mundo amaba: a los buenos, porque eran
buenos. y a los malos, porque eraR malos, y me daban compasión: ni il una
horm iga hubiera Querid'o causar daño. Ahora, sólo se ofrecen a mi imaginaci6n <,
escenas de sangre, de muerte y exterminio; ahora 'busco en mí un poco de hu-
mildad, un poco de resignación, y únicamente hallo vanidad, ira, soberbia, odio,
deseo de venganza; ahora no concibo qu-e el hombre pueda sentir más que un
placer, uno solo: el placer de vengarse. Pienso en mi muj er y mi hijo, y
viendo en ellos un obstáculo a la satisfacci6n de mi deseo, quisiera poder odiar-
los, quisiera que me aborreciesen. Pienso on Dios, y mi razón pone asechan-
zas a mi fe, y siento agitárseme el alma en espíritu de rebeldía. Resistir a la
tentación de lidiar con mi ef!emigo. eso es. 10 que ~ cuesta mucho trabajo.
~idiar con él; eso sería lo cómodo y fácil para mí.. ¿Voluntad ? No la tengo
para otra cosa. ¿Valor? Si todo el mundo defendiese a Villena, con todo el ,
mundo me atrevería, Pero ¡mi hijo, que es tan bueno. .. mi mujer, que tanto
me quiere... ; mi Dios; que me crió v padeció por mí muerte de cruz! ... (Por
eso no me bato... por eso, por eso!
Dámaso--Siéntate y procura tranquilizarte. (Haciendo que se siente).
¡Qué modo de tomar las cosas! Cierto es que ni como esposo, ni como padre,
ni como cristiano deberías aceptar ~ duelo. Claro está: no deberías aceptar-
le; 10 mismo pienso yo. Pero - ¡qué diablos!- en' el mundo DO es posible
llevar las cosas tan a punta de lanza Míralo bien: si te empeñas en hacer
oídos de mercader a una provocación semejante, ya puedes renunciar e1 ·oorgo
de diputado, y volverte a Zamora; bien que ni allí te librarías de la rechifla
que te aguarda. Para mayor desgracia tuya, se te ha ocurrido ir a probar en
esta ocasión que tienes talento. ¡Má:s te valiera tener el cólera morbo! ¡Ay de
ti, Fabián! ¡Ay del hombre que cause envidia y no logre al mismo tiempo
causar teulorl ... Ya veo corrillos que' para quitarte el pellejo se forman en
paseos, tertulias, plazas y cafés; ya tengo en la mano viles c:lricaturas, repre-
sentándote con figura de gallina; ya oigo tus alabanzas contadas por la prensa
peri6dica, por ese monstruo de ínnumerabJes lenguas que todo lo charla y en
todas partes se hace oír... No lo dudes: caerán sobre ti los detractores con
uñas y dientes afilados, seguros de ' poderte arañar y morder ·sin riesgo nJnguno;
caerán sobre ti los cobardes para echarla de guapos, y ronstant-erru:rnte estarás
en ridículo, y el día menos pensado reventarás de un sofoc6n ... y ¿qué quie-
res? Yo mismo .. .
Fabidn-¡Túl ¿Qué vas a decir?
- BN"nabé-Sefior.
Pabián-¿Qué hay?
BernaM-El criado del cuarto prinápal ha traído· esta ca'rta.
,,. Fabián-¿EI criado del cuarto principal? -
R~nah¿-Me parece que yo no hablo en francés.
Fahián-¿Eh, qué es eso?
.i!
Bernabé-Lo digo, porque como usted no me entiende...
Fabián (quitán~lole la carta de la mano}-Traiga usted acá.
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'.• -Poesía itamática 313
Fabián-Villena.
M~dint1--¿ViJIena? A ver, trae. (Tomando la carta de manos de · don Fa-
bián). «Es usted tan vi l y cobarde> (Ieyend-o; don Fabián se es tremece). ¡Cómo'
«Que no merecía sino que yo le escupiese la cara~. "
Fahián-Lee bajo. .. Que '10 no 10 oiga. (Medina continúa leyendo la carta :~¿
con la vista). (Aparte) . ¡Otra vez los insultos hacen hervir mi sangre! ¿Es que L
""'~.
no quieres oírme, Señor? ¡Qué día tan cruel y tan largo! ¡Si no se acaba nuncal
Medina--¿Villena te ha .enviado este papel?
Fabián-SL
Medina- Pero ya -¿quién lo duda?- ya estarás resuelto a castigar a ese
,. insolen te.
Fabián- Estoy "'resuel to .a no batIrme.
Medina-¿Qué dices ? ¿Deliras? Dios ~abe que para siempr.e está grabado
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" en mi coraz6n el fav or que te debo. Dios sabe que aun a costa de la mitad de
mi · existencia hubiera querido evitar que te v~ses en tal conflicto por causa
mía. Pero ya el) este negocio no cabe compostura. Fabián, si tienes sangre en
las venas, ¿cómo es posible que dejes de hacer lo que haría en tu lugar el
hombre más bajo y despreciable?
• Fabián-Creo no haberte pedido congejo.
Medina-Yo te 10 daré aunque tú no lo pidas. Harto siento verme obli- ,,
ga~o a esperar esta vez; pero ya que no hay otro remedio 1 ya que así 10 reclama
tu h onr~ que es la de mi familia, riñe con él antes que yo, y teD por seguro
que, si logra escapar ileso de tus manos, luego en las mías encontrará su merecido.·
Fabián-Diego, ese duelo no se verificará.
Medina--Fabián, hay desgracias irremediables~ En ciertos casos, el hombre
bien nacido no puede acordarse más que de su honor. Considera q~ ck su
."
Poesía dramática .315
mengua a todos nos alcanzaría alguna parte. ¿Quieres que tu esposa ~nga . que
bajar avergonzada la vista delante de la gente que se ría de su marido?"
Fabián-¡Tú también!
Mt'din~¿Quie re; que tu hijo sea hijo <k un cobarde 'i anpiece a viv ir
,-
•
entre 105 hómbres con nota de infamia ?
Fabián-¡Me estás destrozando el corazón!
:1 Mcdina- ¿Quieres que yo? . Me aguardá el ministro. No puedo ¡;ktooer.
X me. Volveré pronto. Piénsalo bien. (Vas!: por la puerta del foro).
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ESCENA UNDECIMA
Fabián-Sí) me ha desafiado.
Migucl-Y añaden que ust.ro no ha querido aceptar 01 desafío.
Fabián-Pues es verdad.
, Migue1-¡Ah!.,. ¿Conqu-e.,. es verdad?
FahiJn_¿Lo sient-es tú, Miguel?
Migttd-¿Yo, padre? ¿Yo ~entirlo?
Eabián-Dios me ampare: '¡Lo siente! ,, '.'
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Migud-Al contrario: me alegro. ¿C6mo no he de alegrarme?
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316 Lección XU
ESCENA DUODECIMA
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PÓesfa dramática 319
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Canddaria-Vamos, ··vamos, tranquilízate y hablemos con formalidad.
, Fabián--Can'delaria, no me repliques; no quiero que me repliques, ¿lo QYes?
Canddaria-Bueno; serás obedecido.
Fabián-Y reñi ré con Villena, porque tal es mi voluntad. y tú no has de
·contradecirla. ¿No soy yo, acaso, dueño de mis acciones?
Candelaria-Pero, ¿a qué te irritls ? Nadie te contradice. Harás lo que gustes.
Fobión (Poniéndose el sombrero)-Enhorabueoo, Me voy. Tengo que ver
a ' Dámaso.
Candelaria (cubriéndose el (Ostro con las man os y llorando)-Anda con Dios.
Fabián- ¡Cuánto llora l~ pobre! (Deteniéndose cerca de la puerta del foro '
y contemplando a doña Candelaria). ¿No me das un abrazo? (Volviendo a
; su lado) .
Candelaria-Mil te daré, miL
Fabián (abrazándola y llorando) - ¡CandeIaria¡
Candelaria-Tiempo tienes de ver a Dá:rnaso. ¿Por qué no procuras tran-
quilizarte un poco antes de salir a la calle? (Hac~ que se sienta). ¡Tú no sabes
cómo estás I (Quitándole el sombrero, arreglándole el cabello con la mano y
limpiándole con un pañuelo el sudOJ de la frente) . ¡Qué cosa tan horrible es
--
la ira! Te dejé h~ce un instante y ahora apenas te conozco.
Fabián-¡ Soy un desgraciado!
Candelaria-Vamos, habla: ¿Qué t~ ha pasado con el señor Villena?
Fabián-Insultó en el congreso a tu hermano, llamándole venal.
Canddaria-¿ y tú k defendiste? IClaro! i Sien hecho! Estando tú aHí,.
¿había de faltar un defensor a mj hermano ?
. Pabión-Pues luego Villeona descargó sobre mí su rabia, dirigiéndome toda
clase de injurias; y rnf ha desafiado, V me llama vil y cobarde, y osa ven ir a
ofender a tu marido en tu misma casa. Ya ves si me sobra motivo para matarle,
Candelaria (procurando sonreírse)-¡Matar! ¡Como si no hubiera más que'
matar! Estás diciendo disparates.
Pabión-Te cansas en vano: todos tus esfuerzos serán inútiles. Yo he de ..jI}
reñir con él. Cuando un hombre oos ,ofende, no hay más remedio que matarle . ..:.:
o morir a sus manos.
Candelaria (como imponiéndole silencio)-¡Chistl ' ..
Pabián- ¿Por qué?
Candd~r¡a (yendo a cerrar las puertas)-Si tu hijo ~e oyese. .. ¡Qué lección
para el pobre muchacho!
Pabián (levantándose y tDmgndo el sombrero)-¡Mi hijo! No, no cierres.
Adi6s.
Candelaria-¿A dónde vas?
• Fabián-Pues, ¿no lo sabes?
Candelaria-Fabián, ya has tenido tiempo. de serenar te. Mira bien lo que
quieres hacer.
Pabiá,¡-Bien mirado lo t-engo.
Candelaria-Fabiáñ. tu vida no te pertenece: pertenece a tu mujer y a tu
hijo: pertenelZe sobre todo a tu Dios.
Pabiáll-¿ Lo ignoro yo acaso? lCrec:s que no he luchado conmigo mismo,
que no be resistido valerosamente a la tentación? ¡Pero dejar sin castigo a un
villano, sel objeto de irrisión y ludibrio . . .!
Cande/aria-¿Para quién? ,
,
Fabián-Para todo el mundo, Candelaria; tu hermano me desprecia.
Ca1zdelaria-jMi hermano! ¿Y qué?
Fabián-Me de'sprecia Dámaso, un amigo de roda la vida.
Candelaria-¿Y qué? r
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320 ucci6n XLI
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Fabián-Candelaria, esta noche a las nueve sale una diligencia par-a Zamora.
Vámonos. I
PoesíR dramática 321 , '.
~CENA DECJMASETlMA
,
Miguel (empujándole con violencia y soltándole la mano que le tiene
asida)-Así he de r_o1Íljlerte el corazón.
.
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I
. Dámaso-IPuc:s esto es peor todavía!
Paulina-Tú harás lo que . tu padre no quiere hacer, ¿verdad? Tú te batirás
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;: conmigo.
,Miguel-Sí-.
Pau/itlG-'--Mañana mismo.
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21-LlTERATURA PRECEPTIVA
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322 Lección XLI •
ESCENA OECIMANONA
Dámaso, Miguel ')1 en seguida doña Candelaria 'Y don Fabián, dentro.
Dámaso- Vuelve en ti.. '. reflexiona.
Miguel-No -es tiempo de reflexionar.
Candeiaria-¿ Sabes por qué hay tanta gente en la calld
Miguel-No, madre: DO lo sé.
Cande/aria-Y tú ¿qué tienes ? ¿A dónde vas? Espera.
Fabián (dentroO, gritalldo)-¡Candelaria!
Candelaria-¡Ohl ¿Por qué grita así?
Mt'guel-jYo le vengaré! (Vase corriendo por la puerta de la izquierda de
segundo término),
,! I Candelaria-Pero ¿qué hay?
Dámaso-¡Que es usted muy desgraciada! MigueL .. Oye, .. Atiende, (Vase
precipitadamente siguiendo a Migud),
ESCENA VIGESIMA
Candelaria-¡No . .. no le matarás!
i ,i
Fabián-jSí!
-C¡andelaria-¡Por esta pobr-e mUler que tanto padece!
Fabián-¡No!
Candelaria-¡ Por tu hijol
Fabián-¡No!
Candelaria--¡Por Dios!
Fabián-¡Ni por Dios sufro yo un bofetón!
Candelaria-Pues ¿no sufrió El otro por ti? , .
ESCENA V1GESIMAPRIMERA
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324
ESCENA QUINTA
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Poesla aramática 325
Cándelaria-¡ Tardei
Mig~el-Me muero. • .
CandcJaria (palpando a su hijo)-' ¡Fabiánl ¡st .. ti frío de la muertel
M iguel-¡ Confesión!
,
Fabián-Recuerda tus culpas, infeliz; recuérdalas con pesar de haberlas
·1
cometido. o,
Migue/-Todas las tengo delan te: de lodas me arrepiento. ,
Fabián- ¡Mira que tu último pt'cado es muy grande I
MigucJ-jCasi tan grande es mI dolor I
Fábián-¿ Perdonas a tus enemigos?
Migucl-Sí.
Fabián- ¿Quieres estrechar su mano en señal de perdón?
Migua (con efusión y voz algo .más fuerte) -¡Que venga, que venga!
Canddaria-¿No lo oye usted ?
PaulúJo-jMiguel! (Se arrodilla y coge la mano que le alarga Miguel). "01
Fabián- ( Perdona s al hombre que le dio un bofetón a tu padre? (Migud
00 n:sponde). :1
Villt:l10 (aparte)-¡Eso... eso es valor! j
Fabián-¿Le perdonas? Migu el, ¿quieres comparecer ante la Justicia eterna
,c on un rencor en el alma?
Canddaria- jMiguel, por María Santísima!
Migud (hab lando con mucho traba jo)-Es.. . es... que no podía ... bablar•.• -~
Candelaria-¡Hijo de mis entrañas! ,j
Migu;l-Sí, le perdono. ¡ ,
o • Fabián-¿Perdonas a tus padres el mal que hayan podido hacerte?
Miguel (con mucha aflicción) - ¡Padre! •
o,.'
Fabián (imperiosam en te) -¿Nos perdonas? Responde.
Miguel-Sí.
Fabiátl-A tu lado hay un hombre a quien has querido matar; y otro allí,
a quien ha~ hecho temblar por la vida de su hijo.
Migud- ¡Pau lina, don Ped ro, perdón!
Fabián-Aquí ves a tus vadres~ poseídos, por l:ulpa tuya, de amargura "o
indecibl e.
Miguel-¡Perdón, pa dres míos, perdón! (Haciendo un violento esfuerzo
para caer a los pies de don Fab ián. Doña Candelaria y don Dámaso le sog..
tienen arrodillado).
Candclaria-Con toda el alma te perdonamos.
Fabián-Con toda el alma te bendecim~s.· en el nombre de Dios (le ben-
dice), pidiéndole que si en nosotros ve algunos merecimientos los acepte, sin
quitar uno solo, en pago de tu culpa.
}
Migue!-¡Qúé imnensa bondad! (Doña Canddaria y don Dámaso vuelven o'
a se ntarle en la piedra).
Fabiátl-Ahora, Miguel, ll;¡.ma a ti a Jesús; Ilámale con fervor. y verás
, o
como viene.
Migucl-¡Sí, yo adoro en él! o,
Candt'laria-Encomiéndate a su bendita Madre. Mira (sacándole un esca¡
pular io del pecho y poniéndoselo en las m anos): aquí tienes tu escapulario.
Miguel-¡Madr e de Dios, acuérdate de mn(B esando el escapulario). '-o,-.
o" Candelaria-Por la amargura que pasaste al ver morir a tu hij o, ruega por
el mío en la hora de su muerte.
~ . '. Miguel-Padres... amigos ...
J."
Candelaria-¡Se mu ere! Rece u sted, don Pedro. fLas ' oraciones dé usted
serian tan agradables ' a Diosl
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Vi/lma (mira·ndo con terror a Miguel y a sus padres, y apa.rte)-¡Oh. si '
yo pudiera r~zar!
Miguel- Padre... madre... (llamándolos y buscándoJos con las manos) .
Fabián y Candelm·ia-Aquí eStamos ¿Qué quieres?
Miguel- Creo . .. ,
Fabidn 11 Canddm-ia-¿Qué?
Miguel-Creo que Dios me perdona.
Fabián y Candelario- ¿Por qué, hijo, por qué?
Migud-¡Porque sien to un a alegría . .. una alegría . . . ! (Con mucha dulz ura).
Fabián-¡Se ríe!
Candelan"a-jSe riel
Miguel-Adiós .. . adi6s ... ¡Jesús crucificado sea conmigo! (Muere).
Dám aso-j Oyele, Señor!
Fabián y Candelaria-¡Sálvale ! ¡Sálvale! (Los tres hacen como que rezan).
Villena (con energía y abandono)-. -¡Paulina, mira lo que hemos hecho!
ESCENA U,LT1MA
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Poesía dramática 327 "¡
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328 Lecci6n xa
Fabián a comprar los billetes el hijo de '\Tillena (Paulino), que pOr
"'" chismes de la servidumbre se ha enterado del nuevo propósito de don
Fabián,. entra a inducir al hijo de éste (Miguel) a que obligue a su
padre al desafío En esto oyen los dos hilos que Villena, en medio de
la calle, ha dado un bofeton a don Fabián. Al ver Migue! que Paulino
aplaude este ultraje, se lanza sobre él, saliendo decidido a batirse con
, d mal hijo en las afueras de Madrid. Entra don Fabián enfurecido
~., por el nuevo ultraje, y en e! paroxismo del furor apunta a Villena
con una pistola; pero al oír a éste que sus hijos' se van a batir" el amor
,de padres los hace correr a imp~dil la- desgracia. Paulino hiere de
muerte a Miguel; el cual, niorihundo, perdona a su matador y al
ofensor de su padre. Ante escena tan conmovedora, Villena cae en la
cuenta de las desgracias que origina el duelo. 'T de la valenda verda-
dera de los que, por ,fines cristianos, no admiten tales lances de honor.-
287. . Plan del drama. Ideado este argumento y las situacione"
caracteres, personajes, pa~iones y afectos dramáticos que han de ·cons·
tituit , la acción íntegra del drama, el poeta trazó su plan, o sea la '/~;
o
. extensión y división de la obra, las entradas y salidas, y ~a intervención .~
primaria o secundaria de los personajes. La norma de: todo es': o ha de ,~,
¡:/.
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.. ':':.", "-~ ,7*~i:'.r- ,"'-.1 '"
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,· . castigat ridclldo mores. Por no en tenderlo así, fracasaron varios dramas de
Eguílaz, a ex~epción de La cruz del matnmonto. :~
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LECCION XLII ,
UNIDAD, VEROSIMILITUD E INTEGRIDAD
DE LA OBRA DRAMATICA
289. Unid.d. ,EI critico francés Mr. Boris de Tannemberg, en el
estudio publicado sobre Tamayo, adniira en LAnces de honor la unidad
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severa de acci6n. «Nada, dice, hay en este drama fuera del asunto; ni
una intriga para distraer o falsear el interés, ni un solo personaje
inútil>.
En efecto: aun las escenas que parecen más secundarias como las
• del criado Bernabé (2' y 8' del 29 acto), están intimamente unidas al
asunto: el desprecio del criado contribuye a que rebose la copa de las
amarguras de don Fabián. La escena 5~ del primer acto) en que hahlan
los personajes secundarios, don Lorenzo y Aguílar, manifiesta, por
UDa parte, la incapacidad del mundo para entender los principios
elevados de virtud como la de don Fabián; y por otra, con el modo
cómico de armar- un lance d~ haDo! ellos y don Dámaso, se muestra
la cobardía y necedad de tales lances. que es justamente el pensamiento
del drama.
Pues la escena en que con natural elocuencia va doña Candelaria
deshaciendo las 'objeciones de don Dámaso, en presencia de don Fa·
bián, cuánto no prepara la lucha que en seguid a tiene que sostener
este último entre los deberes qu e le recordó como casualmente su
esposa y las exigencias del honor mundano? La llegada de Medina no
menos concurre al co.q.flicto, puesto que hasta por su mismo cuñado
a quien él defendió y por quien se origina el lance, se ve don Fabián
despreciado, si no se bate. Y en fin, la escena · de la muchacha horro-
rizada, en el acto 39, es un recurso artístico para aumentar lo patético
del desenlace. Si, pues, estas escenas al parecer más desligadas, están
tan vinculadas a la acción, síguese que es una la acci6n de nuestro
drama.
y una tiene que ser en todos los dramas, por la misma naturaleza
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de esta obra literaria, escrita para ser representada. Ni admite el es-
pectador los episodios por bellos que 'sean, de la épica, ni las divaga-
ciones y detenidos afectos de la lirica. Anhela ver adelante la acción
iniciada, y toda otra dilación le llenaría de intranquilidad.
Pero no es lo mismo acción una que sencilla.
Después nos fijaremos en la complejidad de incidentes con que
Tamayo va tramando el nu do de la acción j ahora bástenos saber que
todos form an un tejido apretado coa el pensamiento principal. Yeso
que no es unces de honor el drama que más complicaciones tiene:
Locura de amor y Un drama nuevo, del mismo Tamayo, Don Alvaro
del duque de Rivas y El tanto por ciento, de Ayala, presentan v'lria-
dísimbs y complicados contrastes, situaciones, caracteres y sorpresas, y
la acción es una. ¿Por qué? Porque no son sucesos extraños a la na-
rración principal, sino auxiliares al desarrollo de la misma.
No sucede así en el por otra parte grandioso drama de Calderón,
La vida es sueño, en que la historia de Rosaura es del todo inconexa
con la de Segismundo, que es .lIi el asunto de la pieza.
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1 Decimos que usaron los clásicos, pues es falso que Aristóteles las pre-
v
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ceptuase: señala únicamente el hecho fundado en las condiciones escénicas del
teatro griego. Sófocles en su Aya:t: y Esquj¡lo en Las euménides quebrantan la
reg-la de unidad de lugar y de tiempo que tiránicamente exigían los críticos
J franceses, y hasta diez tragedias cuen ta 5taffer en que aparecen violadas las
uruda<les.
2 Corneille, en los Horanos, en Polictlcte · y en Pompe-ya incurre en la-
mentables inv erosimilirudes por sostener un idad dr: lugar y de tiempo; y en el
Cid llega al extremo inyerosÍmil de que Gimena se despose con el héroe el
mismo <}la que éste había matado al padre de aquélla.
;-. ·l-
,
.•
332 Lecci6n XLII
:1.-'
espíritu se traslada al campo de la fantasía, dentro de cuya id·eal - .. - j "
'¡.>J
atmósfera, esas ilusiones . y símbolos tienen su lógica y verosimilitud .'. ' : .. ':
propias, desligadas, claro es de toda realidad, pero que el entendimien- ,' -',.1
:. I
,
to admite como verosímibnente imaginables, y artísticamente repre~
sentables, Si traspasan loca y caprichosamente los límites de su atmós-
- fera, faltarán, por consiguiente, a su propia verosimilitud y perderán
todo interés: .el espect.a~or aplaude la artística ilusión, pero reprueba
j el manifiesto engaño. Vaya 'un ejemplo. La. aparición de las sombras . "
)
~ ... de don Gonzalo, de doña Inés y de los demás difuntos en los cuadros
)" .'. . quinto, sexto y sétimo del Don luan Tenorio, de Zorrilla, parecería a
primera vista inverosímiL, ya que tales apariciones no suelen ordina- .. ...
f
'-
¡-
riamente aparecer; pero no se puede negar que son en este drama
medios sensibles y plásticos de presentar la turbaci6n y el remordi~
miento del protagonista y los fantasmas crueles que atormentan su , ,
,f '..
.' ,..
'¡":: .• imaginación por los crímenes de su juventud 3, Del mismo m0do, ,
,
acertadamente hizo Shakespeare aparecer la sombra de Bancllo en el .'
3
ob. dt.
Cf. La poesía dramática en el teatro de Aya/a, por el doctor J. M. Ruano, ' .. 1
,
:)
4 Oficio del profesor es amplificar la explicación de este y de otros ejemplos ,
y alusiones que vamos haciendo en el análisis,
, ., '
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334 Lecci6n XLII f, ..
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336 Lección XL/O '.
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'LECCION XLIII
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,
rápida. Porque caben las descripciones y narraciones en el drama,
siempre que no detengan la rapidez del diálogo, que es conversación.
Viene ahora la cuesti6n de si se han de escribir los dramas en prosa
o en verso. N uestro modelo está en prosa; y en prosa están muchos
I
otros dramas cómemporáneos, sin que pierda nada la concepción
poético-dra-mática. Con todo, cierto es que el verso fácil y suelto
comunica idealidad y belleza accidental al estilo, Escribe hermosa,
I
mente a este propósito un crítico y sabio catedrático español:
Puede compararse la poesía, y por consiguiente la dramática, a una reina
que 00 dej'a de serlo por prese r~fla,rse an ~ sus vasallos vestida ck tosca aldeana;
pero cuyo vestido propio es más 'bien el manto real, el cetro y la corona. Así
diremos que no por hallarse escrita en prosa, cLejará de ser poesía dramática
.1
. Personajes de la dramática 339
.~
sobre el drama en una definición sintética, diremos que:
DRA MA es : la r.~presentación , artísticamente ideada y expresada, de
una acci6n interesante de la vjda humana.
,
.1
,
,
Esta acción no se ciñe a UIJ solo 3s-pecto, como veremos 10 hacen 1
la tragedia y la comedia ; sino que abraza lo serio y lo c6mico de la
vida; y ·sin ser tan grande el conflicto como en la tragedia, suele ser
más intenso y pasional.
298. Variedad de dramas. Los dos genios creadores del drama
¡,..
son Lope y Shakespeare. En el teatro español hay muchos y eminentes
dramáticos_ Unos han sobresalido presentando acciones filosóficas,
como Calderón en La vida es su~ño; otros, afectos y luchas intensos,
tal Alarc6n en Ganar amigos; algunos, horribles temores y conflictos,
como Tirso en El condenado por descon fiado ; éstos se han inspirado
en la historia, como T amayo en Locura de amor; Eduardo Marquina
en Las ¡¡jias del Cid, En Flandes se ha puesto el sol, Las flores de "
At-ag6n, Doña María la Brava; F . Vlllaes pesa en .Doña María de
Padilla y LA Leona de Castilla; el chileno Torres Arce en varias de
sus obras, etc. Aquéllos han acentuado los retratos de costumbres, el .,
medio y las conveniencias sociales contemporáneas al autor, como
Echegaray en El Gran Galeoto; Benavente en Los intereses creados,
Ciudad alegre y confiada y en El collar de estrellas, etc.; los uruguayos
Florencia Sánchez· en Mi ,hijo el dotor, Los muertos, etc., y H. He-
rrera * en El le6n ci~go 2.
299. Otras obras dramáticas. L a unión del drama con la música
ha producido el drama lírico, d melodrama y la 6pera, en que el
canto acompaña a toda o a parte de la acción. El mismo músico y
poeta R. Wagner ha realzado asuntos poéticos con inspirada música.
.,
I
1 Doctor Ruano, Poesía dramática, apénd. 31, ob. cit.
2 Muy alabado ha sido por la prensa el drama H asta la.s heces, llevado a la
., escena por el joven colombiano G. Quijano To rres. Aunque --como ha dicho
un crítico-- «la obra es cruelmente admirable, enervantemente solemne». re;..
bala sobre asuntos y situaciones moralmente muy delicados y peligrosos.
• ,
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34Z Lección XLIV
-
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P' Tragedia, Comedia 343
_.,;....
344 Lección XLIV
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m~ salvará de tan horrible iJ/1"'t:nta?
Más no se oiga su voz.
.,
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(Separándose un poco para poder herir con fuerza y clavando el cu·
~'
chillo en el corazón de Virginia. Esta v?cila. pero logro tenerse· en pie.
Todos dan un grito de espanto)
VIRGINIA ¡Ya soy libre!
(Yendo hacia Claudia con paso trémulo. Después cae a tierra. Camila
y otras mujeres corren a presta!fle auxilio. El pueblo se agita 'con
ruido temeroso)
CLAUDIO (Poniéndose de pie y mirando despavorido a Virginia)
¡Horror! . ,~
[cILIO (Corriendo hacia ella sin que los lictores tra ten de detener!(:. El augur
sale de entre el pueblo y se a'cerca pausadamente a Claudia)
¡Virginia!
i
CLAUDIO (Clavando los ojos en el augur)
¡Horror!
-
'i
('."
.,
.;
VIRGINIA
VIRGINIO
(Incorporándose un instante para mirar a Icilio y expira)
¡Muero contenta!
(Con goz-o feroz~ levantando el cuchillo para mostrar al pueblo la ,. "
h.' sangre' de Virginia. Crece el tumulto)
f', ¡Veis, cómo soy . su padre!
~,
.'
AUGUR (Levantando el lituo hacia Claudia) .,,1
:1 d,
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~f}$':'iz,~~j1i~<it~';~~C,,;;,:?c.?},,~jJ-}t;"-¡t>,j1'·"{~i~~'>¡'~'\r:-~~.t;;.j;'~'_.0~,~?,~~ (.:~,\ i't?;
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¡ ,TrJgedia, ' Comedi~ - 347
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1, celebraban la vendimia. Por eso la etimología tinos quieren encontrarla
,
,,
I _ 'en KW}.loS' == festín, y otros en Kwp.7] . aldea, unidos a o/S~ =
canto.
I
Ennobleciose después este subgénero, y vino a ser con Aristófanes una
ti' composici6n dramática en que se pintaban chistosa, aunque procaz~
mente muchas veces, los vicios humanos, es decir, una sátira en acci6n.
1, En Roma siguieron los pasos de la comedia griega Plauto, que pagó
•- . también tributo a la inmoralidad, y- Terencio, que satirizó, pero sin
f'. :~.-
'.·"-',
emplear el chiste ni el ridículo,
La comedia moderna está caracterizada principalmente en Francia
-
'y - por Moliere, en' Inglaterra por Shakespeare, y en España por Lope, "
EL asunto es el refrán que. dice: «cada oveja con su parej a,>, apli~'
cado al matrimonio, el cual debe' ser entre iguales, y' nunca entre un
c6nyuge educado . en los refinamientos de la corte, y otro nacido en ,
,-
d campo y hecho a las costumbres holgadas e independientes del al- ~. ~
deano, El carácter francote y espontáneo del protagonista, don Frutos ': "
.~
de' Calamocha, ricach6n lugareño, venido a Madrid para casarse con .. ;,~
... ,.
"
- r t~.i
Ilfam'ente cómicas. Veamos algunas : 1 "
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ACTO PRIMERO _1
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En la escena x del acto 1, se .presenta don Frutos en ca'sa de la marquesa
~
- ., como señorito de lugar en día de fiesta, con notable retraso en la moda, aun-
que con buena ropa. Confunde a la criada con su prometida. Al principio de "
-1
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El soltará poco a poco
el pelo de la dehesa . ,
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348 Lección XLIV
I
!
FRUTOS ,Sí haré, si no es contrafuero •
que un honrado forastero
le,. tome asiento en esta villa.
(Se sientan todos)
f;
-',' -MARQUESA (aparte) CedamoJ que ya se amosca.
N o crea usted que ella sienta . ..
,,
! FRUTOS (con enfado)
!
.
¡-• Pues si ha de ser mz pan'enta
que no me mire tan fosca.
MARQUESA Su modestia no pernute...
Ya me carga su modestta.
Il. _. FRUTOS
¿Qué va a que tomo una bestia
y doy la vuelta a Belchite?
I
I
FRUTOS En diltgencia '
no vuelvo el viajar.
REMIGIO ¿Pues cómo?
¿En carro?
r FRUTOS En mi macho mmo,
L que es animal de conciencia.
REMIGIO (aparte a Miguel)
Se conoce que los dos
simpatizan
MARQUESA (a don Frutos, levantándose, y todos hacen lo mismo)
U sté ha menestel descanso
FRUTOS Yo no. Al lado de una bella ...
MARQUESA Nó obstante...
FRUTOS (a E-lisa) Agradezco, pues...
Adiós, cordera.
(a la marquesa)
¿Cuál es
mi habitación?
MARQUESA (mostrando a la derecha)
i Es aquella.
FRUTOS (a1 volverse de pronto derriba un velador que habrá en medio de la
sala con un juego de té)
, Voy ... ¡voto al siete de bastos! ...
J
, ¡ le.>Ús!
ELISA
MARQUESA ¡Mz almuerzo de China!
FtruTOS ¡Otra! ¿Quién diablo imagina
poner en medio los trastos?
REMIGIO Ayude usted...
I
~-
(Entre: don Miguel y don Remigio levantan el vdador y lo demás)
MARQUESA Ayer mismo
un dineral me costó.
FRUTOS ¿N0 fuera peor q~ yo
me hubiera roto · el bautismo?
En mi tierra ...
~'..... ': . ~\O_ ., -;' "'·;.",r. ""\#$:5:': '~.
.. <
"
,
;.~
·, <
, ; ' .
, 349 '""':
, .
<) Mu.QUESA ¡Hombre funesto! .j
ACTO SEGUNDO
IiSCENA TERCERA !
\
i" , - La marquesa, Elisa. don Remigio y don Frutos
,{ (Frutos se presenta vestido de riguros<l moda, muy tieso de cuello y de cintura 7
..l
pero andando con dificultad como si le apretasen las botas. Trae puestos los
, dos guan tes, y uno de ellos roto)
.l FRUTOS (aparte) Yo creía que en tU, mes
'} !lO me entraban · .i
EUSA (a su madte en voz baja) .. ~
¡ Ay. qué tieso! •
FRUTOS (haciendo U," gesto y dando con el ple en el suelo, como para que ,,
a-cabe de en trar la bota)
I Por tilda! ... . '¡
&ñoras, beso
, .
.' MARQUESA
a usted.es los cuatro pies.
¡Cómo. watro pies!
"i ;
FRUTOS La cuenta
MAllQUESA
no marra. Dos y dos ..•
¡Ya!
·,,
"
,
,
FRUTOS i Pues ya! Los dos de mamá
y los dos de mi parien}a.
REMIGIO . (aparte) Ya se enmiC1lda el Ganimedes.
FRUTOS Me ha dlcho este caballero
que es saludo muy grosero
el decir:· Dios guarde a ustedes;
y que en Madrid a estas horas,
como pueblo más cortés,
se atila besar 10$ pies , .,
verbalmente a las sellaras.
,'
, ,
Para haarlC1 con m4s gala,
",; yo al besar los h~ contado, '
·, ,
e'
"
y más hubtNQ besado .
si más hubiera en la sala.
"
,• ' .1
,
bailara yo la gavota.
, " FRUTOS No las llevo yo fU un dio.
j Qué martirio tan ct'Ucl!
•, ,~ -
./ '
R EMIGIO Ya dará de sí la pudo
~:,
FRUTOS ¡Sí. destrozando la mla!
REMIGIO En Madrid los degantes ,.'J
,,
,\
no calzan lo que su pie.
,~•.t Un puntito menos. . •
f'. '1,', FRUTOS ¿Eh?
, ,. REMlGIO Es de rigor.
(
) , FRUTOS ¿Y los guantes? -' ,'
•
I
I ~ '
-'
'. " . ,. ~
.,.
REMIGIO Aquí tpdo señorito
la suprim~. Es de rtgor.
FRUTOS (I'I(':medando a don Remigio) .
es de rigor .. ~
¡Tío Calores!
¿Sab~ usted que ya me voy
~nfur1"uñando y que doy
al diablo tantos ,-igores?
REMIGIO No lo tom~ u.>ud a mal.
MAR.QUESA Son lecciotles d~ buen tono.
FRUTOS Si quiere volverme monq,
se engafia, ¡cuerpo de tal!
H oy me pongo estos arreos
porque Mted los matld6 hacer.. .
MAR.QU ESA Sí.
FRUTOS Y a nínguna mujer
MAR.QUESA (a·parte) ¡Ht~y. mute,-!
FRUTOS Hago yo feos;
.' .' ',<
m as determinado estoy
con prop6sito muy firme
a calzarme y a vestirme , ;
a m edida de quie·n fOy.
y ti aqui no puedo hallar <]
5Qstre q~e .e1ltir:nda mi (lorte
vendrá a vestirme en la corte
,
, :;
el tastre de mi lugar; ,
que yo gusto de estar horro, ·1
,
.'
•
y no dar tormento al baz o, ~
y mover el p;'; y el brazo ,
sín necesitar socorro.
~j:
EUSA (aparre) '¡Ah! ·.'.
MARQUES.~ Bien; S1 a usted JI! molesta ... •t ,,
FRUTOS Levita y fraque, ~n buet¡a hora.
también por allá, s~ñora, ,
se usan el dia de fiesta. ,
,
ELlSA ( con sobresalto)
y en los días de trabajo,
, , '.
¿qué usaba usted? !. ~
" Aunque charra,
FRUTOS
una peluda zamarrú '1
cuando hace frío me enca;o, • j
y en verano, amada Elisa, .
chtJquetilla de mahón; _
mas si aprieta la estación
'1
-; ..
'r
, ..
'.
Tragedia, Comedia 353
,
I
307. L as leyes a que ha de estar sometida la comedia para que I
.1
l sea obra literaria, son:
P La comedia debe ser artística, bella. Ahora bien: como el ridículo
y lo feo, objeto casi siempre de sus situaciones, no pueden concurrir
a la emoción estética sino en cuanto si rven de contraste o ponen más
de relieve 10 bello, sígues"e que la acción y los personajes en la come~
dia deben ser siemp re simpáticos, a pesar de sus defectos, al menos
desde ciertos puntos de vista. D on Frutos en el modelo propuesto es
ejemplo.
2· L o cómico jamas debe degenerar ~n lo ' bufo. Los chistes cha-
bacanos y chocarreros podrán divertir a la gente baja y vulgar; pero
nunca serán ' modelo de buen gusto y de arte. Lo que se llama vis
comica nu está en alusiones maliciosas ni en juego de vocablos mal-
sonantes, sino en la agud eza, gracia y donosura para imaginar el lado
cómico y regocij ado de la vida y saber expresarlo con donaíre y culto
graceJo.
3? Jamás ha de hacer reír la comedia a costa de la virtlld~ de la
moral o de la religión, antes en el respeto de todo lo digno y sagrado
estará su natu ral encomio. . ,
4~ La com'edia tolera más fácilm,ente alguna' falta de estricta uni-
dad de acci6n, y au n alguna inexactitud, siempre que esto proceda de
lo regocijado de las mismas situaciones. La lucha en la trama ha de
ser entre pasiones violentas y conmovedoras ; pero sí pueden contrastar
las pasioncillas mezq uínas con elevádos sentimientos.
5~ Los personajes han de ser vulga res más bien que de alta akur-
nía o de elevada fuerza moral; y sus caracteres han de reflejar .los
tipos contemporáneos de la sociedad. '
308. Variedad de comedias. L as principales son:
1) D e ém'ácter o sicológicas, que suelen personificar un , vicio o una
virtud, individual o social, y sus acciones retratan vivamente el carác-
ter de un a persona o de una época T ales son: El desdén con el de!-
dén de Moreto ; La verdad sospechosa, de A larcón; El avaro~ El tar-
J
.
, .354 . Lecci6n XLIV
>" ,. '.
r'" ' ".:.~'
,~" ,. . ,
Mancha, de Pablo Parellana (Melit6n González ); Alfilerazos, Los
<', .- ,'. '
nuevos yernos y otras, de Benavente; Retazo de vida, del colombiano
~)I
~, . ~
Arturo Acevedo, es un cuadro muy aplaudido de vida nacionaL Y es
muy típico y nacional el teatro gauchesco y criollo de varios autores
- , urúguayos y argentinos.
.' A este grupo perten ecen las ' comedias que hoy se aplauden en el ,
teatro moderno. Son cuadros sencillos y ordinarios de la vida, tal como
poetas del sentim iento y color dt: MartÍnez Sierra los saben pintar
y sentir. No son obras trágicas ni cómicas precisamente. Son obras
humanas, bien 'concebidas, admirablemente desenvue}tas en vívidas
escenas, que por desgracia pecan a veces por · toques natu ra listas y
.
, ,,
ofensivos a la fe o al pudor. Son ejemplos Canción de cuna, El reino , .~
de Dios, Esperanza mue,"fa, Sueño de una noche de agosto~ Rosalina
"~ ..... ', es frágil, etc.
3) De trama y enredo, cuyo elemento c6mico nace de lo compli- ,
cado de la acción y profusión de ingeniosos inciden tes, v. g r., La
moza de cántaro, de Lope, Don Gil de las calzas verdes, de Tirso, y
las q ue en el teatro clásico español se llamaron comedias de capa y
upada.
A esta última clase puede reducirse la comedia llamada de magia,
que se caracteriza por la intervención de lo sobrenatural y quimér ico,
y continuas trasformaciones de trajes, decorado y elementos escénicos.
Son ejemplos: La redoma encantada, de Hartzenbusch, y La almo·
neda del diablo, de Liern.
309. Los saínetes~ entremeses, juguetes c6micos y pasillos son
comedias, pero más ligeras y reducidas, sin otro enredo ni acci6n
propiamente que el de ofrecer un cuadro de costumbres populares
salpicado de gracias' y donaires.
D on Ram6n de la Cruz fue en España modelo en sainetes ; Vital
Aza no le "3 en zaga; y en n~estros días han llevado a una perfección
maravillosa estos cuadros de costumbres los hermanos Alvarez Quin.
tero, Martínez Sierra, Guimerá, Muñoz Seca, Pérez Fernández, Arni·
I • ches, Abati, Paso, Asenjo, T orres del Alamo, F ernández Ardavín· ~
etc.
La zarzuela es una comedia o sain(':te en que el canto alterna con ,
el recitado. .,,
Hoy se representan también Operas cómicos. Es modelo Balada de
', " - carnaval, letra de L. F. Ardavín y J. Montero, música de Amadeo
Vives. Está calcada en el Fausto} y rebosa lirismo, vida e interés. Si
como en esta obra sucede, la m úsica es fiel intérprete de las situacio.-
nes dramáticas, el efecto no puede ser más emocionante.
Son modelos de actualidad Las ;uglares, de Fernálldez Shaw, .,...
A nita la risueña, y varias otras del vasto repertorio de los Alvarez
Quintero. .
I
f
. ,
. -
. ..' Tragedia, Comedi"a; 355
.
J
"
• ,: )
Las loas son rep"resentaciones cortas, destinadas a conmemorar . un i
'. j
suceso fa usto o a encomiar aleg6ricamente a UD artista o ilustre ciuda- -,
dano. Es notable l. loa de López Garda en honor de Calderón. Las
farsas,' juegos, de escarnio, pasos y pantomimas, etc., fueron esbozos
dramáticos, algunos de gran fuerza cómica, que se representabaIl en )
los comienzos de nuestro teatro con el fin único de hacer reír. Algu.
nos modernos los han imitado, como Valle Inclán en La marquesa
Rosalin da. ,'d
309·bis. Modelos dramáticos en Hispanoamérica, No es el género :·,1
j
dramático el que más ha florecido todavía No obstante, son ya
célebres los nQmbres de Samud Blixen, Pérez Petit, F Sánchez ' , E.
·1
Herrera·, del Uruguay. En Cuba compusieron dramas magníficos la ..~,1
Avellaneda y Milanés, y más tarde Madán y Garda, Otero Marin, --. ~~
RO<juero y D. Anic, Valdivia, Sanz y Garda En Méjico, después de
Gorostiza, Peón y Contreras, F . Calderón, Médiz Bolio, E. de la "
cómico, el enredo sencillo y fami liar de esa comedia (305). - Deduzca la de- •
finición (306). - Dé usted las leyes litera rias de la comedia, sobre los per-
:sonajes cómicos, la vis comica y la moral. ¿T olera algunos defectos? (307). ,.,
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NOVELA Y CUENTO ., ,
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NOVELA - SU ORIGINALIDAD,
VEROSIMILITUD, etc,
"
, j
,1
357
N oveZa, su originalidad,' ve1"Osimilitud
.•
I,
.
Bien se ve que es sencilla esta trama. Y he aquí ya uno de los
méritos de esta novela, que con tan sencilla urdimbre, despierta tan
crecido interés. Hay novelas que logran imeresar multiplican~o situa·
dones violentas, pintando desaforadas pasiones, lo cual no supone gran
I
l
mérito literario en el autor. Es -dice gráficamente el doctor G6mez
Restrepo-- ' como hacer reír a una persona haciéndole cosquillas) o
hacer llorar dándole de palos, o asustar a la gente disparando caño·
nazos 1
En el análisis veremos de qué medios se- vale Cervantes para des~
pertar el interés interminahle de su novda.
Antes, fuerza es confesar con don Juan Valera 2 que no hay en el
Quijote aquella unidad de acción que va progresivamente preparando
el desenlace. Las aventuras podrian haberse reducido o multiplicado, , !
y la acción hubiera quedado íntegra. Y es que, dado el asunto, la
unidad de la fábula no está en la acción (aquí la serie de aventuras),
sino en el pensamiento principal dicho, o sea) la locura de don Qui~
jote, de la cual conragia a Sancho.
Las novelas que se llaman sicol6gicas y sociales requieren más
estricta unidad; pero nunca con el rigor que se exige en el drama, por
la naturaleza de la novela, escrita para la lectura y no para la repre.
sentación. Más censurables son todavía en el Quijote los muc.hos )-'
extensos epJ'sodios que entremezcla, como los del Curioso imperti·
nente. el de la pastora Mareela y el del Cautivo de Argel. dado que la
belleza del relato los haga tan atractivos.
312. Lo que pierde el Quijote en unidad de acción, lo gana en la
originalidad, en la v.erosimilitud y ,en la riqueza de la inventiva.
Originalidad. La ingeniosa y nueva concepción de un hombre in-
fatuado por la lectura de libros de caballería, ta n apta para el logro
de su fin, no cabe duda que es original; pero lo es más toda vía el
modo de realizar la idea por la creación de los dos personajes princi-
pales) que mutuamente se. complementan en derechura al fin de la
novela; y es original tambjén en los pormenores epis6dicos a cual más
raro y sorprendente, más chistoso y deleitable.
313. Verosimilitud. Sin ella es imposible que pueda gustar mucho
tiempo la novela,
Las puramente fantásticas agradan) siempre que sepamos colocar~
nos en ese mundo soñado, por la riqueza y colorido que sepa darles
el artista; pero nunca es tan duradero ni tan universal el interés 3.
La piel de :~ap{1! v_ gr., de Ba17..éIe, y las mismas de Julio Verne, se
leen con fruición una vez ; pero pocos habrá de aliento para repetir la
'-v . 1 Apuntes sobre la Literatura, página 170.
2 Discul'SO sob,'e Cervantes y el ·Quijote.
s Téngase en cuenta la doctr1 na expuesta en el número 29 1 sobre la verO-
simiHrud drarrdticá.
,
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:':.~:\'::.';-";"';"-"'~~~";'; . ,"':'I"'~, A-' . ,¡ J . ," ~ !.. ~;,\¡
"
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.-_~ , .•..'
Pero nótese que Cervantes, al irnos retratando las almas de ' sus
personajes, lo va haciendo con hechos y dichos exteriores, reales y
sensibles. Asi el Quijote más que pura novda sicológica es de cos~
tumbres.
Por ser puramentt" sicológicas) muchas novelas modernas de Paul
Bourget, por ejemplo, se mueven en un ambiente ideal de escaso y no
duradero interés. Y al contrario, por prescindir completamente del
ideal son tan poco estéticas las novelas de Zola y su escuela, y vienen
a dar en el fango inmoral de que hablamos arriba (50) La fama de
los Goneaurt, Paul de Kock, Jorge Sand, Dumas, ete., se debe des·
graciadamente a la inmoralidad de sus novelas, sin negar que, negán.
dose a si mismos y a sus doctrinas, .trazan pasajes bellos} como rayos
que espontáneamente lanzan sus almas, naturalmente cristianas, fuera
de la prisión de lodo en que quierel1 aprision'arlas.
RECONSTRUCCION $INTETICA. - ¿Cuál es el argumento del Quijote? Cuál es la
idea principal y la acción sencilla de ésta. ¿Hay unidad? (311). - ¿En qué se
manifiesta la originalidad? (312). - En qué la verosimilitud (313). _ De
dónde nace el interés del Quijote. Cite usted algunas aventuras -que muestren la
riqueza de inventiva (314). - ¿Son creaciones artísticas los personajes? Estudie
usted los dos principales. ¿El retrato de ambos es verdadero, r·eal, sensible y
al mismo tiempo simbólico? (315).
EL EJERCICIO PRACTICO que exige esta lección es el estudio de las cualidades
y propiedades novekscas, que en la lección se van notando, en diversos capitu-
las del Quijote, c.omparándolas,. bajo la dirección del profesor, con las novelas
que se van citando en la misma lección o con oU'as obras, v. gr., de Fennán
Caballero, Coloma, Alarcón, trozos selectos de Val,era v de otr-os novelistas de
lengua española. '
LECCION XLVI
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Forma y estilo en la novela 361
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362 Lección XLVI J.:
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constitutivos en esta definición sintetizada. -Léase con fijeza la aven-
.. tura,. v. gr., de los carneros (cap. xv, p~rte . P), y ~e admirará la riqu~- ' ,
'" za de la inventiva, la viveza de imaginación, el -lujo' de descripciones,
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'_" 'Forma y estilo en 'la novela 363
LECCION XLVII
CUENTO
321. Esbozo de la novela, no tiene el cuento la amplitud, ni la
complicación, ni la selección de estilo de la novela.
El concepto nominal de un cuento es el de narración sencilla de
un suceso. En este sentido, cuento es cualquier narracioncilla, conseja,
anécdota, chascarrillo, historieta, ejemplo. Cuenta el poeta para de*
leitar, el historiador para referir la verdad, y cuenta el orador unas
veces para enseñar, otras para deleitar,. otras para mover.
El cuento puede tener asunto histórico y asunto legendario o fan-
tástico. En uno y otro caso, es fácil dar a entender el suceso; pero
difícil contarlo con arte y maestría.
Leamos dos cuentos, uno histórico y otro fantástico artÍstican1ente
contados.
EL APRENDIZ DE SANTO
Pues, señor, éste era un mozo de cordel de Roma, no mal CrIstiano, bas-
tante infeliz, regular bebedor, y tan forzudo, que podía tirar de un carro. Siem-
pre de guardia en la esquina de la plaza, con su esportilla para lo que pudiera
ocurrir a los parroquianos, la gente del barrio 10 conocía por el Esportillero.
, No iba tan a menudo a la iglesia, quizás, como debiera, pero un día entró
por ser la fiesta de Todos 10s Santos, determinado a rezar por el alma de sú
madre que le había criado en el santú temo¡,: de Dios. Justamente un sacerdote
subió al púlpito mientras él rezaba: aquel sacerdote era San Felipe de Neri.
El santo habló de 10 necesaria que nos es la s.antidad, y repitió diez veces,
que «para morir santamente, es preciso aprender a ser santo y vivir como
santo». El Esportillero se aprendió de memoria la frasecilla, salió repitiéndola
•
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Cuento 365
Ea, pues, échate al coleto estos otros cuatro rengloncitos, y hasta dentro de
ocho días. Vamos, valor y confianza en el Señor.
, ;
A los ocho días ya no vino el Esportillero. San Felipe empezó a inquiletarse,
y a roga'r a Dios por aquel -bendito y sencillo ganapán.
Pasaron ocho días más, y luego quince, y el mozo de' cordel no parecía.
San Fel ipe, _que le había cobrado aiici6n, no esperaba volver a ved o más. «En
medio de todo, pensaba el santo, el pobre empezó bien; pero sin duda se ha
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•
366
•
Lecá6n XLVn
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acd:,ardado, y .echado a paseO el libro, Jos cuatro renglones y el oficio nuevo,
que ya tiene cua tro bemoles~.
De repente escucha pasos estrepitosos én el corredor, como SI pasara un
"0 •
" pañuelo de hierbas a nu~ado en lo alto. del cogote. Sobre el pañuelo asomaban
los carrillos amorar.ados, heridos, cicatrizados. En la narjz lucía doo o tres ~,
•'. chirlos, y su trente era todo u.n cónclave de cardenales.
-¿Qué te ha pasado, hijo mío? exclamó San Felipe, asustado, y ¿quién te
ha puesto así?
" -¡Vaya! Vuestra merced, GOma el que dice: el ffiSQ es muy sencillo. Iba
yo cargado con mi esportilla por la ca lle de Albano, cuando hete aquí que en-
cur-ntro de frente un coche oon dos caballos. Los animales, al ver mi espor-
' tilla cargada, se espantan, se encabri tan y dan a·l traste con el carruaje. Un
. señorito que guiaba se lev anta, se encara colimig-o y furioso, . me derriba con
carga y todo, me re\' uelca en el barro, y me _apal.ea durante diez minutos, I Ah.
· señor! Aquel caba·lloro era pafa mí un alfyñique, y si yo hubiera querido aga·
rrade por 1'<1 pretina, le hubiera 'podido aplastar de un coscorrón, como se quie~
"
bra un mal cacharro contra las piedras. Aquí están mis puños, que no me dejarán
, mentir, y que más de una · vez han leva ntado en vilo una carga de cebada.
¿Tenía yo la culpa de que mi esportilla hubiese espantad o a sus caballos? ¿No
·,
¡.
gano yo mi vida' con la esportilla? Tentaciones me dieron de acogotarlo, pero
acordeme de los cuatro renglones. , que iba yo repitiendo: «No volverás mal
por mal, haz bien a tus enemigos, pon la mejilla derecha si te: pegan en la iz-
quierda», y tragué saliv a. No tuve que ponerle las mejillas, porque él me las
buscó y me las puso hinchadas ,como un pan. Calléme, señor, corno un mudo, y
recogí la carga cuando el otro se parti6, ¿He cumplido con Jo que el libro rezar , ,.
Corríjame la plana, mi amo, si he faltado, que no he podido venir antes; porque
ahora mesmo salgo del santo hospital, donde me he estado curando tres sen-lanas.
. ' , ..
¡' San Felipe, enternecido, admirado de tanto heroísmo unido a tanta simpJi.
cidad; abrazó con lágrimas en los ojos al Esportillero, le ofreció curarl-e, y le
propuso que se quedara en su compañía, para ser religioso como él. con lo cual
acabada de aprender el oficio de santo.
.... El Esportillero, lleno. de agradecimiento, se echó a llorar, y se arrodilló
a los pies de San ~eJipe, espantado de aquella proposici6n, de que se creía
indigno. Aquellos dos hombres, el maestro y el aprendiz. no se separaron más.
El Esportillero lJeg6 a ser lego del oratorio, Yo' edificalJa a todos por su
humildad, su obediencia y fervor. .
Había querido a-prender el oficio de santol y Dios le había facilitado el
Gamino. A los veinte años de religión murió noo de obras buenas y en -ok)['
de santidad.
LOS DESEOS . ~,
..., '-
CUENTO FANTÁSTICO" (Fernán Caballero)
,
.' .
H abía un matrimonio anciano que, aunque: pobre toda su vida la había
J
•
.,
··Cuento 367
-),
_1 Si yo, en lugar d<:_mi hacendilla, detía el viejo, que es de mal terruño, y
no sirve sino para revolcaélero de un -burro, tuviese el rancho del tío Polainas! , " "'.,'
)'
_ y si yo, añadía su mujer, en lugar de ésta, que 'está en pie porque no ..-."~
le han dado un empujón, tuviese la casa de nuestra vecina, que está en pri-
mera vida! .
-¡Si yo, proseguía el marido, en lugar de la burra, que no puede ya 01 ~
"-~
-con sus alforja.s llenas ele humo. rUviese el mulo del tío Polainas! ;
,
,. '
-m enea una mujer hermosísima; 'era tan pequeña. que su altura po llegaba a
media vara; traía, como una reina, una corona de oro en la cabt:za. La túnica
y el velo que la cubrían eran diáfanos y formados de blanco humo, y las
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chispas que alegres se kvantaron con un pequeño estall ido, como ' cohetitos de o,.
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368 Lección XL V Il
LECCION XL VlII
POESIA DIDACTICA
~
formados de cañada; y colinas;
con e(humo argentado de su rancho,
de sus quebradas con la blanca cinta.
El maíz con las lluvias va crecimdo
henchido de verdor y lozanía,
y en torno dél, entapizando el suelo
va naciendo la hierba e,Úrete¡ida.
....
-
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Poesía didáctica 371
l. >f ,
". '."
372
• LecCión XLVlIl
,
llamados a (lerlo, ¿tendr¿iJ la risa. oh amigos?
.crddmelo, Puones: d~ tal pintura es rcnudo
libro en qt~e, cual sueños de insa1JQ mente, se fingen
tlanas espeCIes. de modo que ni pIes ni cabeza
a un tipo se a;usten. Diréis: de a todo atreverse
pintores y poetas siempre tuvlúon permuo.
Lo sé, y es liU71C1Q que a un tIe mpo pIdo y otorgo:
mas 110 hasta junuzru lo manso y lo fiero; 110 al punto
de ¡,- aues con ¡tupes. tigres con matl$OS cord(Tos.
, A graves comietJ zos. que mtl grandezQJ anuncian,
pmpúreo retazo de mucho. brillo. a metltldo
ü: cosen : tal vez el bosqu~ y templo de Duma,
o aguas que por frescos ámbitos d curso apruuran,
O el Rhin describen o el irtI pluvioso: ¡mu.y belto!
Pero su ¡zÚa aquí no era. QUIzá fingIr sabt:s
un CIprés: ¿Qut gusto logra qUIen paga por verse
pintado náufrago y roto? tina ánfora a hacerse
~ mp~ zó,
¿cómo andando el torno resulta cacharro?
En suma, toda obra úna aparezca y uncilla .
"
, , , "
acci6n noble que deben aprender los seres inteligentes. Goma si dijera: ..
así como la ' gallina, cuando bebe, a cada "trago levan ta 'st1 vista al {I
;.'j
delo; así en cambio, los groseros no eiltienden de gratitud, 'como el
cerdo que no se preocupa sino de la comida. .
La verdad que de la fábula se deduce se llama moralcia.
Bien se ven las dotes de forma: naturalidad y sencillez de estilo
y lenguaje, facilidad de versificaci6n. .
D e modo que FABULA eJ narraá6n brev~ y en verso de una acci6n
aleg6rica, de la cual re deduzca alguna enseñanza práctica.
Si la narración es en prosa, resulta el ap61ogd.
El Oriente es cuna de la fábula. Cultiv~ronla, Esopo en Grecia,
Fedro en Roma, Lafontaine en Francia, Lessing en Alemania; en In~
glaterra Gay y Dryden; en Italia, Robeti y Pignotí; en España, ade~
más del Arcipreste de Hita y de don Juan Manuel, Samaniego, Iriarte,
Hartzenbusch, CayetanoFernández, Pbro .. Selgas y Campoamor ; en
Hispanoamérica, GarcÍa Goyena (ecuatoriano), Marroquín, R. C3-
rrasquilla (colombianos) , etc.
\
Las rARABOLAS tienen el mismo carácter aleg6rico de las fábulas;
pero el asunto es más serio e importante y más profunda su doc-trina.
Los alumnos debieron aprender ya en los cursos de historia sagrada y , '-'
dida, del Hijo pr6digo, y otras con que el Divino Maestro adoctrinaba 1
a las gentes que le seguían atraídas por la dulzura de sus palabras.
,,
327. Poesía gnómica. Así se llaman las ' ~entencias y proverbios
morales poéticamente concebidos ' y expresados en cantares populares
,
'¡'
..1,.'
',',.
o en símiles aleg6ricos. . !
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,. ~.';':I.>:. ~. .' :.".: .
,
374 Lección XLIX
• LECCION XLIX
DE LA ORATORIA EN GENERAL
Entramos en aqudla pacte de la üteralura preceptiva en que la
belleza por medio de la palabra no se busca como fin, exclusivo y ,
directo, sino como medio subordinado e indispensable.
32S~ CoInpre nde b. orat~ria tod as aquella." co mpo~icjnne.<; litera;í'ias
enderezadas a persuadir y mover las· voluntades por medió de la .¡.' .••'
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palabra. Tales composiciones se llaman en general discursos.
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DISCURSO DE DEMOSTENES
SOBRE LOS ACONTECIMIENTOS DEL QUERSONESO
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". Proposición Lo , que Fifipo, nuestro mortal enémigo, acampado ·ya . con
poderooo ejército en las riberas del Helesponto, pretende arre-
batarnos; lo qúe, si un' momento noS descuidamOs, no podre-
mos librar de sus garras; estO ·si que, a mi ;uicio-, exige toda
nuestra diligencia; .sobre esto sí que. debemos a toda prisa ..,
deliberar, y de(retar, y tomar todas lqs providencias necesarias,
sin dejarnos distraer un runto ,en debates ni acusaciones.
l'
J,
De _la oratorlil en, general 377
'j
,,
! ~xtréinado trance en que, no hate -muchp, se arruióaron todos
}
, nuestros negocios.
Que ya lo sabéjs~ el gran recurso de q ue Filipo ge ha va-
, lido siempre para sobreponerse a nuestra' ciudad, es el de Mayor del
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tomarnos ffl todo la delantera. El tiene un ejército permanen- raCtoctnto
te sobre las armas. prevé y reflexiona (k: -antemano ton sosiego
10 qu~ ha de hacer, y llegada la oca-sión, cae de improv iso Enumeración
como un rayo sobr~ Jos pueblos. los. vence y los ~ ubyuga: y antítesis.
nosotros por el contrario, desprevenidos on todo, no desper-
tamos sino al e..<;truendo de la desgracia; luégo, atolondrados
con, el susto, comenzamos a debatir, y sólo al cabo de la s mil
.acabamos de prepararnos. Y ¿qué sucede? Que' él logra con
toda calma JI sjn trabato StJ$ premeditadas empresas, mientras
., nosotros, por andar szempre a la rezaga de los sucesos, derro-
chamos nuestro caudal en preparatívos inútiles, y desp ués de
mostrar a la faz dd mundo el más impoten te resentimiento,
-sólo recogemos por fruto ... Igi:lOminia.
i
De aquí podéis entender, atenienses, cómo todo lo que esos Menor
hombres de paz os cacarean, no es sino vana y sed u<:tora
palabrería; poro lo que así buscan, \O que afa nosos maquinan,
,,.
es ador meceros aquí den tro en la ociosidad, y dejaros fuera
desarmados e indekosos, para que Filipo sosegadamente y a "'•
m sabor \'aya ejecutando cuanto desea. Mirad, si no, la po. ,
r
sici4n en que nos encontramos. Ya habéis oído q ue Filipo •
está en Tracia al frente de un grueso ejército, y ~'egún d icen, Pru~ba
; cada día. p-ide nuevos refuerzos de Macedonia y T-esalia. Pues la menor.
,.
J
si en soplándole fa\'orabks Jos etesios, se ' arroj3 sobre Bizan-
',. cio, ¿os imagináis que los bizantinos permanecerán en la
aversión que al presen te nos tienen, y que no im plorarán 1) Por conglo-
. -, - suplicantes nuestro socorro? No digo yo a voootros, a sus ma- meración y
f yores enemigos recibirán gozosos dentro de sus mura llas pri- gradaáón
e~· mero que entregarse a Filipa: esto se entiende, si les da tiem-
:-;'k.:'. po y no los coge de sorpresa. Mas d-e s-eguro, que si nosotros
.,f;'~
; -.;. no' tenemos por allí tropas' apercibidas, no habrá quién los
socorra y sucumbirán sin remedio. Y bien morecido Ipor '.
i 'Júpiter ! que aquella gente está poseída de algún mal genio, y "
su conducta para con nosotros ha sido siempre ruin e inscn-
'lata. Y. mu<:ho, atenienses; pero inse'nsatos y todo, ha y que :1
salvarlos; interesa en dIo nuestra ciudad. Ni ¿quién sabe si
acometerá a·1 Quersoneso.? Por de pronto, en su ca,rta DOS jura
que se ha de vengar de aquellos pueblos. Y ¿no es ésta una 2) Dc la ,
razón más pa.rQ conservar el ~iército qu~ alli tenem os, que m~nor. ••,
podrá muy bien hostigar y enflaquecer al 'énemigo? Pero si lo Dialogismo.
deshacemos. y a Filipo le v-iene gana de hl1 vad-ir el Querso--
neso, ¿qué haremos? ¡Por Júpiter! Juzgar a Diopites. Y con
esto ¿qué adelantará el Quersoneso? ¿Qui6n os lo garantiza ?
y ¿no veis, atenienses, no reparáis la sazón del año que pre- Interrogaiión
cisamente os incita'o a retirar vu estro ejército del Helegponto,
y a <kjar aquellas tierr-as s1n defensa y a ~rced de Filipo? "
Más aún (que también esto merece seria rdlexi6n); si baj an-
do rápidamente de la Tracia stn tocar en el Quersoneso ,ni en 3) Dc la
BizéUlcio, embiste a Calcis o a Mega,ra, del propio modo que menor.
últimamente a la orilla del Oreo, ¿os parece más ventajoso e omunicación
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nes. Luego dicho se está que se las darán también a Diopites "rt
! romo .a Jos demás generaks. Porque de otro "modo, si él nada
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De fa oratoria en general 379 .,)1 ,
! tiene de suyo, ni vosotms le queréis env iar nada, ¿de dónde St4bjcción
pemáis que saca sueldo para sus tropas? ¿Del cielo? No llueve
r
,,
¡ -plata del cielo. Con "lo que así recauda y allega, con lo que
pide, con lo que toma prestado, con es to tiene que sostenerse.
Por tanto, los que le acusan no hacen s~no preveniT y amones~ I
, tar a todo el mundo, que nadie socorra a vuestro general,
porque está ya condenado; y como veis, no por lo que ha
hecho, sino por ,lo que ha de hacer. Que a esto se reducen
todos sus discursos! c Diopi tes va a poner cerco. .. Diopi tes va
.,
I,
,, a comprometer a los grieg'Ús». Ya se ve, ¡como se desv iven y ,·.
afanan tan to por la Grec.ia-' ... A fe, que mejor saben cuidar
de los extraños que no de la patria! R~tic~ncia .¡
, I
y ¿qué prote: nden sino perderla con eso de mandar, com..o y epifonema. ":
I
: también os aconsejan, otro general. y otro ejército, y contra
.
.¡
Diopites? P orque si él es culpable, si, como dicen, anda sal. b) . '1
teando y robando a los navegantes, cl:latro líneas, atenienses. Reduplicación
I cuatro linea s baslan para impedirlo todo; qu<=, las leyes pre-
!
,
vienen que se denuncie y enj uicie a semejantes cu lpádos, pero
no ¡por Júp iter! no mandan que vayamos a pastorearlos con
.,
]
-:1. toda una armada : esto sería el colmo de la estup idez. Contra ,
los enemigos, a quienes no alcanzan nuestras teyej , contra los ,,,
enemigos sI que conviene y aun es necesario, imprescindtble, 1
formar un e;¿rC'ito, y equipar una armada, }' acudir con di~ j
nero; pero contra vuestros ciudadanos basta una acusación, '1 .;
una sentencia, un esq uife. Así discurren y obran los cuerdos; i
como esos no hablan ni piensan sino los ve:nales y traidores. Epifonema •
¡Triste cosa que anden tán tos entre vosotros! · ,
Bien que para vosotros no es triste ; puesto que si cual.
·,•
quiera de ellos sube a la tribuna para calumniar a Diopites,
,,
¿;.
o Ca res, o Aristofon te como autores de todos oue:stros desea.
labros, ahí estáis vosotros a punto para escucharle, y le aplau- "
dís como si dijere maravillas. No así, cuando algún ciudadano
)i concienzudo y veraz os avisa que os e:ngaña n, atenienses: \
r' •
que no es Diopites, ni Ca res, ni Aristofonte, siDO Filipo la
:~
causa de tan tos males; porque si Filipo s( estuviera tran quilo,
tranquila se estada Atenas. A éste, cierto, no le replicáis,
porque tampoco podéis; pero le escucháis con hastío, le mos·
tráis entrecejo, cual si os hubiera inferido algún agravio. En.
tiend o la causa, atenienses; y i por· los dioses! permitidme que
os la diga con toda franque-¿a y libertad, ya que sólo hablo Subjuión
por vuestro bien. Hace tiempo que algunos de vu estros m a·
gistrados con artera maña os han hecho tan duro~ y rigurosos ,
en juzgar y sentenciar, como irresolutos y cobardes en aper·
cibir lo necesario para la guerra. ¿Delatan como reo de
vuestras calamidades a un ciudadano inerme: y sujeto al rigor . ;
Confirma: fin, su fruto van logrando con tanto adular y liSouj,ear vuestr~
lo dicho. amor propio: que ' mientras vosotros muy orondos y pagados
estáis escuchando los encom.tos que os tributan; , la república
está- ya desplomándose al borde ' del precipicio...
,
O"
Comunicaci6n Decidrne, ipor'lúpiter!, atenienses, ¿qué responderíais a los
griegos, si os demandasen cuenta de todas las ocasiones que por
L) '~" indolenáa habéis perdido? Si os dijesen: «Atenienses, vosotros
, no ceséis de enviarn?s l~gados y más legados pira persuadirnos
que Filipo está minando la libertad de toda la Grecia, que
debemos a?dar alertas y - medirle todos los pasos, y mil otros '
avisos de este jaez» (Ya lo veis, tendríamos que conresarlo:
porque así 10 hacemos). :«,P ues bien, gerite desidiosa, y . la más
desidiosa del mundo, en los diez meses que Filipo ha estado
fuera de su' reino, tan mal parado de una enfermedad, tan im-
Antítesis pedido del · invierno, tan apretado de los enemigos, que de
í ningún modo podía tornar a Macedonia, ¿ ni siquiera habéis
libertado a la Eubea r ¿ni siquiera habéis recobrado vuestras
po.<:/"siones? No ::Id éJ, qtl/" mientras vosotros con ~rana tran_
qui:idad y sosiego, habéis p~rmanecido en casa, ha establecido
en Eubea dos' tiranos, y los ha puesto como dos baterías, al uno
contra Esquiato y al otro contra Ati~a, sin que hayáis dado un
paso para impedírselo, antes cediéndole por flojedad a vista de
todo el mundo vuestros derechos, y dando prueba evidente de
que, aunque muera no una sino diez veces Filipo, ni por 'esas
levantaréis la mano para vengaros. ¿A qué, pues, tantos di-
putados, tantos advertimientos y acusaciones? ¿A qué tanto
molestar a los demás, cuando vosotros os estáis cayendo de
Anticipación pereza? Atenienses, sí esto nos dijesen los griegos, ¿qué les
responderíamos-? Yo confieso que _no hallo respuesta. '
Hay, sin embargo, algunos entre vosotros que se figuran "
atajar al orador con solo preguntarle: pues ¿qué ha de hacer?
A los cuales, en el mismo tono y 'con tanta razón como jus-
f
ricia, pudiera responderles: pues no hacer lo que hacéis. Pero
., no, atenienses, no rehus'a ré yo jamás proponeros con lisura
., cuanto juzgue conveniente. ¡Ojalá que tan prontos como para
preguntar, lo estuviesen todos para obrar!
PARTE 1I. Pues bien, lo primero que habéis de hacer, es convenceros
"- firmemente de que Filipo, ahora mismo, está haciendo guerra
RAZON l' a vuestra ciudad: que ha infringido los tratados (y acabad
con esto alguna vez de andaras imputando unos a otms el
1) Por serie rompimiento); que de Atenas aborrece hasta los cimientos,
de inculpacio. que no a s,us habitantes, pero más aún a los que se regodean
nes contra oon la traidora privanza dd reyezuelo, Miren si no, a los dos
Filipo. olintios Leóstenes y Eutícrato: pasaban por los más cabidos y
1,·'
, paniaguados de Filipo; mas no bien le vend.i-eron la ciudad,
acabaron de la manera más desastrosa. Pero 10 que de Atenas
detesta sobre todo el Macedón, es nuestra libertad, es nuestra
democracia: contra ella flecha todos sus tiros, contra ella dis- \.,
,
pone todas sus celadas, nada tiene tan metido en el corazón
OOlllD el disolve1'la. Y a fe, que par,a SlU mal intento no anda
descaminado. Sabe muy bien que aunque de todos los demás
pueblos de Grecia llegue a enseñore-.u:,se, jamás - pod,d gozar
,, , tranquilo -ni un momonto de sus latrocinios" mientras vosotros
,
l·
!
, De -l~ oratoria en general. 381
,,,
) seáis , libres y republicanos; ,porque en el mismo punto y hora
,( q ue le sobrevenga un accidente de aquellos ' 3 que la fortuna
del hombre está sujota, todos los que al presente le sirven y '--.
,,). obedecen volarán a refugiarse ' en VUestros hrazos. Que tal es,
at~nienses, vUt-s tro glorioso cadeter: si naturalmente rehusáis Excita el
fabricar vuestra grandeza sobre ruinas de ajenos imperios, pa~ri.otismo
nadie como vosotros para contrastar a quien pretende ser ti- grtego_
rano de la Grecia, a derrocar de' su trono a quien lo sea;
pronlOs a toda hora para reprimir a los que ansían dominar,
y para conservar íntegros yl libres a cuantos no prefieran la
esclavitud. Por eso, Fil,ipo, que no se descuida en ob~rvar lo
y prevenirlo todo, ,siente en el alma- y tiene por la mayor de
,¡ sus d esgracias el que vuestro amor a la independencia le sa,lga
~ - , en todas partes al en cuen tro. y le arrebate de la mano las,
me;pres ocasi,ones. As} que vuelvo a repetir, Iq prim~ro que
habéis de hacer es tenerle por c;nemigo irreco nciliable; y si
l de esto no os per,suadís bien de una vez, tampoco acabaréis J
jamás de, resolveros -a poner mano en l{),~ negocios.
,), Lo segundo, habéIS de esta r igualmen te ' ciOrlOS que Fi lipo 2) LO pedr
~
" ,
en todo lo que cj-ecuta y cavila no tiene otro fin que t(ue$tra de todo. -, "
. -/. .
.., c:~:-""~7-77-~"'- -·~ ··:~ :~ ~"...-,;-;-- ',~<"'-:s·_,,_ :_, --¡f
" I . ,-.
f
sobra la queréis, sino al que no piensa más que en la guerra;
que si Filipo quisiera tener pae, vosotros bien la guardáis.
.,
.
• ,~
De la oratoria en general 383 ,
;
,
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. " ..
•
.
~ JI
. ,
De lo oratoria en general 385
cia en dejaros arrebatar tan estimables tesoros, Filipo se ha
hecho grande, poderoso, terrible a griegos y bárbaros; \'osotros
habéis quedado sin fe y sin amigos: eso sí, gente de mucho
",
rumbo, cuando se trata de acumular mercancías; pero mez-
quinos, cicateros V objeto de irrisión para todo el mondo,
cuando se trata de aprestar lo que conviene para la ga,lvación
de la ciudad. A buen seguro que no tienen para sí el mismo
principio y máxima que para ·voootros esos traidores. ¿No lo
·estáis palpando, ateniensesr Para vosotros, aunque os desuelle
vu estro enemigo, no hay más remedio que tener pó'lZ y quie-
tud ; e~Jos , sin que nadie los toque, ni un momento saben estar
en soslego.
y todavía subirán a esta tribuna y me da\:án en C:lra con R~/utllción
que no me atrevo a encargarme de una acu,¡adón, ni quiero
arrostra r un peligro en el foro; i que soy un afeminado, un 1) A los que
cobarde! Sí, cierto; lenguaraz, de~carado. imprudente, ni lo /~ acusan de .,
fui jamás ni quiero serlo: pero liin presunción, me persuado cobarde. I
a que soy algo más varonil que toda esa gavilla de impru-
dentes tra.ficadore9. Que para posponer a todu la utilidad de
1
la pa tria, parra inculpar a inocentes y condenarlos, y proscri-
birlos Imía fd que no se necesita gran furta leza; basta saber
que mi entras un o halague. vuestros odios y en obras y pah-
bras vaya guardándoos el aire y midiéndoos el gusto, tendrá
asegu rada la vida y puede sin recelo ser audaz y arrojado,
etc. (Sigue refutando la inculpación que ,le hacen).
Pero ya oigo que alguno me dice: ~Tú siempre nos ha-
blas de lo mejor; pero lo cierto es que nun ca pasas de pala- 2) A los que
bras, y lo que necesita la ciudad son obras~. A esto me basta /~ d¡un que
.I
responder que al buen consejero nada más cumple que expo- habla y no ,
neros lo qtie juzgare mejor; 10 cual bien fácil me será de- hac~.
mostrarlo. Todos, sin duda, recordaréis la arenga que os hizo
el iiustre Timoteo, in citándoos a .'iocorrer y salvar a los de I
Eubea, cuando estaban a punto de caer en manos de los te.. '1,
banos. «Decidme, os · preguntaba, ¿con que tenéis en la ism
a los tebanas, y todavía vaciláis en lo que convendrá disponer ,
1
25-LITEllATUllA PRECEPTIVA
,
'.
Lección XLIX
.. ' ;:tj
,
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sus pasiones unas veces, si no las reprime otras, si -no influye en sus ' .:;., ,¡
-'.>
su fin.
331. Nobleza de la oratoria. Pero si no es tan bello su fin último,
es, sin duda muy noble. Porque ha de persuadir el bien verdadero,
TIQ el aparente. Fundados en la fórmula de Protágoras (roJl ~TT'ro ,
.!
que quiere el bien· (bon.u s), y qu e por hacerle triunfar, sabe manejar
victoriosamente el arma de la palabra (dicendi peritus). Esos tribunos
y demagogos a lo Robespierre, que tratan de persuadir 'el mal, arras-
trarán tras su talento a las multitudes. pero más o menos tarde quedan
al descubierto, y no lograrán cautivar las voluntades de los justos , ,~
ap reciadores de las cosas. In; usto es, por lo mismo, Kant, llamando a
a la oratoria 2 «el arte de engañar por medio de hermosas apariencias:>.
Nadie co.ndena el acero que cubre de gloria a la patria y a sus grandes·
'. . ·capitanes, porque haya criminales que lo clave n en víctimas inocentes.
332. Oratoria y el<J:cuencia. H emos dicho que la oratoria es arte.
Esto a nuestro juicio, es lo que la distingue de la elocuencia. Hay
J.- . autores antiguos que hablan de la oratoria como sinónima de elocuen-
cia. Hoy d.ía, con todo, oratoria dice algo más que elocuencia. Hom- 1
bres hay nldos e ignorantes, elocuentes ~n muchos trances de la vida.
U na madre con una palabra, una esposa con dos lágrimas, y a veces
con· una sola mirada, son elocuentes. Más aún,: Homero,. Virgilio,
.D ante, son elocuentes en muchos trozos de sus poemas. Pero ni el
Tuda, ni la madre, ni la esposa, ni los menciona'¿os poetas son orado-
• '~J~
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388 Lección L
LECCION L
3 Más aún: refieren sus biógrafos que .para ser d primer orador de Grecia
tuvo que empezar por corregir sus defectos de voz y de presencia, y hasta ,,"
llegó a a.feitarse la cabeza para ob ligarse al trabajo persevera nte I!D su casa. ·'
Sus detractores decían que sus d iscursos olían a aceite, prueba de su constancia
en el estudio de: la oratoria. Sin éste no hubiera alcanzado el orador griego el
conocimien to de causa y el arte de sus discursos.
l..r~:~:f~,;.;·~·t':~~jfq;· ,- ,:~ _.~ 7 .';<~:"r ".~ · .~,~:-.---.. -~,;: "" ", ~.,. i)<'~"'-;
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, 389
Fondo del discurso ~ Dialéctica
\
der a Diopites, sino para demostrar que los dichos de aquéllos son
noci vos y fraudulentos para la república.
RAZON l' ( <<Cosas peregrinas •., etc,). De ningú n modo deben los
atenienses 'permanecer ~n . paz con Filipo, que hace tiempo nos viene
haciendo la guerra a la sordina. ,
La argumentaci6n es de esta suerte: Dicen que hay que proponer
la paz o la guerra. Cierto: por eso, si Filipo nos dejase en paz, en la
paz tan solo habríam'bs de pensar; pero si Filipo nos guerrea, no nos
queda más remedio que defendernos; es así que mucho antes de me-
nearse Diopites, Filipo ya había movido guerra, como lo atestiguan
vuestros decretos; luego hay que defendernos con la guerra. '
Refuerza ' el argumento refutando la objeción de que «mientras
Filipo no invada el Adca, no agravia ni guerrea», cogiéndoles en
contradicción.
RAZ ON 2' ( .Por Júpiter, me deds>, ete.) , Aunque fuese verdaIP
lo que dicen contra Diopites (que devasta y roba, etc.), con todo, no
debería disolverse su ejército, por ser eso nocivo a la patria.
La argumentaci6n la encierra en este silogismo: El grande recurso
de Filipo ha sido siempre llevarnos la delantera teniendo siempre un
" ejército preparado para caer de improviso, llegada la ocasión; al· con-
trario los ateniepses ; es así que los oradores con acusar a Diopit~
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392 Lección L
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394 Lecci6n L " - I .. ~.
es preciso que éste les haga querer apasionadamente. Por eso el pf1:té~
tiea, es lo más difícil, pero lo, más característico de la oratoria. Cicerón
,.
I
llega a decir de las pasiones en
la oratoria, que en ellas sunt omnia,
está todo el éxito, definiendo la elocuencia: continuus animi motus;
la continua excitación de tos afectos. Supone un conocimiento del
corazón humano profundo y prácti co. que no se adquiere sin mucha
observaci6 n, y además requiere imaginación, sensibilidad y entusiasmo
para sen ti r Íntimamente en sí aquellos sentimientos que quiere des-
pertar en los demás.
Escrito está : "Si quieres que yo llore, llora tú primero». Bien se
ve cómo D em6stenes ha ma nej ado lo patético en su discurso; ya
remueve la pereza y la desidia d e los oyentes con el inminente peligro
de su ruin a ; ya despierta su sed de gloria; ora les amenaza con el
yugo de la esclav itud; ora los entusiasma con la seguridad dd triunfo,
y siempre aciiva en sus pechos el odio a Filipo, amortiguando a la
vez en ellos las sim patjas por los traficantes embaucadores.
Véas~ .con fij eza , desde «Ya veo que no faltará quien estime...:),
hasta «Pero lo que a mí me esca ndece., .», y al fin) mostrando que
no trata de halagar, sino de la pública utilidad, véase c6mo 10 que
hace es acentuar más los afectos del pat riotismo, de la g loria y de la
independencía, tan gratos a su auditorio, atrayéndose su admiraci6n
al ver un hombre que pospone sus personales intereses al triunfo de
la justicia- y al bienestar de la patria ( <<y todavía subirán a ' esta tri-
buna,.,, ),
339. Corolario. Del análisis hecho se ve que el principe de los
oradores agrada y conmueve, pero no con descripciones poéticas bus~
cadas únicamente p.ara regalar los oídos y recrear la imagin~ción, sino
encarnando el arte oratorio en la arg umentaci6n filosófica, para que
así la verdad de su proposición más resplandezca, brille y atraiga; de
, dond e ·resulta la belleza de su discu rso, que como dijimos, es Splendor "
l'
.
,I .,
tivo y deductivo (335) . _ Haga usted e! anál isis lógico del discurso de De-
móstenes. Cuá l es la proposición y sus partes. Razones en que apoya la pri.
mera pane. Argumento de la primera razón . C6mo 10 rdllerza, Razón segunda.
Silogismo en que se encierra y tres modos de probar la menor. Amplificación
, _'i
:1
"
•
:r doble de la conclusión. Razón tercera , (ma Ja fe y ligereza de los aten ienseS) .
Parte .fegunda. Tres verdades qu e persuade. Refuta cion que sigl)(':o Conclusión ·,. ,
(336). - Exponga usted la dialéctica oratoria que encarna eSas pruebas lógicas,
, seña lan do pasajes oratorios. Argumentos a fortiorl, disyuntivo, a contrario, por
i conglomeración. amplifi ca tnriü.\ de q ue se val ~ ,(337), -:- Cómo se arregla 'para ..
-' -¡:; ,
agradar y rnov'er. Qu~ importancia ti ene. lo patético en la oratoria , qué ·supone
,, .- ~'¡
; .. ~
,
• y cómo lo maneja Demóstenes (338 ) - Sintetice usted en un corolario el , _:h
~
- modo que Demóstenes tiene para agrad ar y con mover (339). - Cuáles son,
en suma, las tres cosas a, todo discurso oratorio indispensables (340). :'i•
, , EL EJ ERC ICIO PRACTICO más provechoso de esta lección es el análisis detenido ,I
I!; y repetido dd discurso demosten íano, tal 'como se indica en la lección.. Los dis..,
I
,,
dpu los han de lograr suma exped ición en dar con las razones y amp lificaciones
oratorias. Hecho este primer análisis pueden hacerlos ' semejantes en otros dis.- -.
,l
,
,,
curros que les señale. lea o proporcione el profesor.
,
.. ··• ,
',..
.,
LECCION LI
'."
, ,
. FORMA DEL DISCURSO ORA TORIO
'- - PLAN Y PARTES
, ,'!
·.>¡,
341. E l PLAN del discurso oratorio debe reunir ias co ndiciones ge~
! nerales de toda- obra literaria, unidad, variedad e interés, y además
debe constar de aquellas partes o elementos que le dan su forma
'.
pec uliar: Estudiemos todos estos elementos y condiciones en el modelo
present;ldo.
.. Fij ándonos en la sinopsis analítica hecha en la lecci6n anter:ior, , >
veremos qu e todas las pruebas van derechas a su intento ; a excitar en
los oyentes el deseo de la guer ra contra Filipo. Empieza por negar la
disyuntiva en tre paz y g uerra, sigue defendiendo a Diopites para que,
lejos de retirársele del Quersoneso, se le envíen nuevos refuerzos,
r continúa condenando la desidia de los atenienses en no rechazar a
Filipo, y excitándolos al odio contra el Macedón, probando que no
.. intenta sino la ruina de Grecia; deshace cuantas objeciones -se le pue-
dan ofrecer en contra de sus pruebas, y .termina probando la necesidad • ¡
J
!!f~'Jf.-~"" .. J
'.; , .... , • • o,'
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396 Lecci~n U
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Forma del discurJo oratorio 397
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Leéci6n LlI
, LECCION LII
ELOCUCION ORATORIA
CUALIDADES DEL ORADOR
, , l
, , ',
, --, ~--- ;
400 Lección UI
l.""":
Oratoria política, popular y militar 401 i,
LECCION UII
SUBGENEROS ORATORIOS:
. ORATORIA POLITICA, POPULAR y MILITAR
2&--UTERATURA PRECEPnVA
.."""""''''''',
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' Oratoria política, popular y militar 403
<le marmra en la isla de Cuba; a seguida mejorar el retiro' de las clases 'pa.sivas; \
es decir, un día y otro día pidiendo más y más, y un día y otro_ dfa cargando
más y más el presupuesto, esto, señores diputados (puedo errar), pero creo en
mi conciencia que nosotros no debemos y por consiguiente no podemos hacerlo;
'. que para nosotros el no deber es el no poder.
Recuerdo en estos momentos a un hombre de mucho itn-genio, q{,le compa-
raba el presupuesto (:spañoJ a una escala sin término. Admito la comparación,
pero en parte la ratifico: esa escala tiene término; pero es feo, es horrible .. ,
la bancarrota. Nosotros andamos, o por mejor decir, corr-c:mos, por un camino
que nos lleva a un abismo, a la bancarrota , Y cre-o yo, señores diputados, que
estamos en el caso de hacer alto, de pensar, de o-meditar seriamente, de pregun- ' •
tamos a nosotros mismos si es que podemos ir más adelante, porque el pueblo
español no puede pagar. Yo treo que ni aun podemos permanecer 'donde esta"
mos, porque el , pueblo -no puede pagar tanto. Yo digo que es preciso retroce· 1-
:der, y he aquí un caso en que retroceder es progresar.. ,
.
,,
.':
He dicho, pues" y repito que discutamos el presupuesto, y que vengan "
I
después todos esos proyectos de ley; pero antes, yo lo sentiré 'en el alma,
mas les da,ré mi voto contrario, ,. Aun e:n el caso de que se hubiera discutido ,
el presupuesto y realizado economías para aliviar a ' los pueblos de la carga que
no pueden sustentar; aun en el caso de poder pensar en aumento de sueldo a
los cap1tanes dd ejército, yo diría: pues qué, señores, ¿ no hay ottos ompleados,
otros servidores del país que merezcan igual solicitud de parte del gobierno?
Yo ya sé que el ministro de la gu,erra se levantará dentro de breves instatntes -'
y hablará y encarecerá los merecimientos del ejército, del soldado español, y
nos contará SUIS glorias. Muy enhorabuena que su s-c:ñorÍa al,abe el cj¿rót-o; yo
t~unbién lo alabo y diré, si se qlii.ere, que es uno de los más valientes de
Eu1'Opa: muy enhorabuena que alabe al soldado español; yo le alabo como su
señoría, y diré que es el más paciente del mundo; enhorabuena que alabe y
.cante las 'g lorias del ejército espGñol; yo también, porque en todas las partes ·- i
del mundo se ve impr-esa altamente la hueHa de sus glorias, que no borraron , -~
los siglos. Sin emba,rgo, a pesar de hablar y sentir como su señoría, todavía
pr~gunto: ¿no hay otros empleados, no hay muchos servidores dd Estado
,,
'~~
mereoedores de igual soliciltud? Puesto que está serttado 'en ese banco el &eñor -' . -.~
-. "
:,- -'
,
. "Ved vosotros si pod éis, a la faz del mundo, llevar, por decirlo así, y
colocar a España en el campo racionalista, en e! campo opuesto al campo
carólico. No podemos, no dern:mos: donde está e! Papa all í está la Iglesia;
donde está la [ gJ~S i 3, alli es ta mos nosotros, sí, nosotros estamos d<)Ode está la
•
Iglesia; 3lH debemos estar ... (Sigue un panegírico gra ndjlocucMe de la Iglesia).
Hombres hay que por desgracia n'Ú creen ; yo tengo entre ellos amigos ín ti.
mas, amigos de! alma, y yo les he dicho: ¡cuán desgraciados sois! porque
dudáis por lo menos, y la du da es gran flaqueza y g.ran desdicha del alma~
porque es hor renda cosa llegar dudando a la muerte, y sentirse arrastrar du- •
dando a su insondable, tenebroso abismo ...
Pero al fin los que tienen la desgracia de no creer, no me maravillo que
vayan a formar en el campo opuesto a la Iglesia católica¡ JX:ro hablemos en
razón : ¿Cómo podemos hacerlo nosotros que, aunque hombres frágiles y llenos
de defectos amamos y c~emos lo que amaron y creyeron nuestros ~adres?
Somos católicos: pues si lo somos en verdad, nuestro rey espiritual es el Pa pa;
tan rey nuestro como lo es en el orden temporal la reina de Espa ña. H ijos
somos, y ade~s súbditos dd Papa. ' El territorio que posee y debe poseer,
porque no puede depe.nder de nam'e el que es rey de 200 millones de 'católicos
esparcidos en la sobrehaz de la tierra, ese territorio y Roma, su cabeza, es-
también nuestra patria y nuestra corte.
¡-
r- " , ¡Ah, señores ! yo me estremezco al pensar que podáis serv ir de instrumentos
miserables de un plan infernal. La revolución mansa parece contentarse hoy
oon que el Papa reconozca a Víctor Manuel por rey de las provincias sacríleg.a-
mente usu I'padas, sin perjuicio de que la revolución fiera se presen te a la
pri:rn::ra ocasión a exigir del Papa, o arl'3ncark, Ja.s Hava de Roma, la cil,ldad
derna. Mas por hoy. a la vista del ffiLl'Ildo se trata sólo del reconocimiento
de 10 usurpado, y hay vivísimo interés en que España rocon,ozca, en que :' \
¡,
,
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--.... .
~~-- -- ~" -
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....
,
Oratoria política, popular y militar 4{)5
\
Austria rttonozca, on que todos los pu~b l os reconozcan, ¿sabéiis por 1 qu é? '1
Porque ~n el momento en qu e el Papa qu.ede solo, se le obligará acerbamente
a reconocer, y al repetir Pío IX el sublime non possumus, los q ue hasta hoy
le han tratado de obstinado y terco, le vestirían entonces el man·to de púrpura
y le pondrían la caña en la mano y le mostrarían al mundo diciendo: Ecce ,
> Horno, ahí tenéis un Papa que ha perdido la razón: un Papa que está loco.
no es Papa.
i Ah, señores! los que contribuyan a este plan 00 serán bendecidos. Pensad,
i,
señores ministros, en quiénes son los qur' solicitan el reconocimiento, en qtúénes.
-si es q ue lo hiciéramos, se gozarían , y en quiénes gemirían.
Todos los descreídos del mundo batirían sus palmas ; todos los católicos del
mundo vestirfan luto.
Pero oíd bien 10 que voy a deciros, y gua rd adlo fielm ente en la memoria.
Si eStá decretado por Dios qu e. descienda el Papa de su trono de rey, arrasará
al de'scender a todas las monarquía s de Europa: aquel trono volverá a levan-
tarse ; las monarquías europeas habrán pasado.
O íd bien lo que voy a decir. y gua rdad lo fielm ente en la memoria : reco.
nociendo ese ma l llamado reino de Italia, servís a planes cuya profundidad y
.alcance no conocéis. Pues bi en, aunque españoles altivos, os veréis obl igados ~
serv ir al emperador de los franceses; el emperador de los franceses,. sin tomar
el título, será de hecho el rey del Occiden te ...
352. Las cualidades de l discurso pa rlamentario se veo claramente
e.n los dos fragmentos copiados. DEDUZCAMOS: ~ :. '._ ¡
patno!1cas causas.
2) En medio de su enérgica oposición, nótase la cortesia y el apre-
.
, cio personal de los adversarios.
3) El fondo del discurso es serio y 16gico ; presenta los hechos
exactos sin envolver el raciocinio en amplificaciones artificiosa~ de
palabrería inútil. Y se nota que los argumentos más eficaces en esta
oratoria son los tomados del honor nacional, del bien público, de la
equidad politica, (Recuérdese el discurso de Demó"enes) , ,
4) La forina debe ser elegatlte y según las ci rcunstancias antes
7
..
.•
si perdona y no persigue a los delincuenres; por más que hable y arguya,
diremos que ~u libertad es la cosa más semejante que hay en el mundo a la
tiranía, y sentirer,nos fuertes y justas tentaciones de cambiM nuestra libertad
,'•.ri.
"j' t.?
'
", .,
' o
mergirme, por decirlo así, en el espíriotu nacional de mi '- patria; sien ro que j
soy 'una gota de una onda de ese río; siento la solidaridad no sólo con los J
;
.'
que son, sino con los que fueron, y por eso la siento con los que vendrán. Por '~
eso amo a mi patria y la evoco' en mis sueños, y deseo vivir el)" una atmósfera
que no se parezca a la atmósfera que me rodea en la hora presen'te. ¡Cuántas
<~;
,~ veces al apartar la vista de la realidad actual me dirijo hacia la historia pasada
-¡y;.'
;,,:1, y la evoco y la busco en aquel período de intersección entre una España que
termina y otra que comienza! Entonces veo aquella reconquista que se va
?
formando con hilos de sangre que salen de las montañas y de' las grutas, que
van creciendo hasta formar arroyos y remansos, y yeo crecer en sus márgenes
los concejos y las behetrÍas, y los gremios, y los señoríos, y las cortes y a los
monjes, y a los religiosos, a los cruzados, a los pecheros, a los solariegos, a los
infanzones, enlazados por los fueros, los usatge¡>; los códigos, los poemas y los
romanceros; descendiendo hacia la vega de Granada en un ocaso de gloria,
para ver allí el alborear de un nuevo mundo con la conquista de América y
del Pacífico; y entonces pasan ante' mi fantasía Colón y Elcano, Magallanes y
Cortés; los conquistadores. los navegantes y los aventureros, y a medida que
el sol se levanta, mi alma arrebatada quiere vivir y sentir y admirar a políticos
como a Feliope II y Cisneros; a estadistas como Carlos V y como Juan de
Austria; y por impulso de la sangre quiero ser soldado de los Tercios dd
'TIuque de Alba, de Recasens y de Farnesio, y quiero que recreen mis oídos
los períodos solemnes de Fray Luis de Gmnada, y las estrofas que brotan de
la' lira de Lope y de Calderón, y que me traiga relatos de Lepanto aquel
Manco a quien quedó una mano todavía para cincelar sobre la naturaleza I
humana a don Quijote, y quiero ver ~ pasar ante mis ojos los embajadores de
..•.
~. , los parlamentos de Sicilia y de Munster, que se llaman Quevedo y Saavedra
Fajardo, y ver la caída de Flandes al través de las lanzas de Velásquez, y
quiero sentarme en la cátedra de Vitnria para ver cómo el pensamiento teo-
lógico de mi raza brilla en aquella frente soberana, y quiero verle llam-ear en
1a mént-e de Vives, sembrador de sistemas, y en la de Suárez ascender hasta
las cumbres de la metafísica, V quiero más: quiero que infundan aliento en mi
corazón y le caldeen las llamas místicas que brotan en lo más excelso del espí~
ritu español con Santa Ter'esa de Jesús y San Juan de la Cruz, y quiero ver a
los penitentes varoniles y desgarrados en los cuadros terribles de Rivera; quiero,
en fin, embriagarme de gloria española, sentir en mí el espíritu de la madre
España, porque cuando se disipe el sueño) cuando se desvanezca el éxtasis y
tenga que venir a la realidad presente. ¿Qué importa que sólo sea recuerdQ
del pasado lo que he contemplado y sentido? Siempre habrá traído ardor al
corazón y fuego a las palabras para corrtunicarle al corazón de mis hermanos
y decirles que es necesario que se entienda más su patriotismo cuanto más
vacile la padia.
.'
410 Lección L/V
1-·
355. Oratoria militar. La constituyen las arengas, proclamas y
órdenes del dia de los jefes del ejército.
,.
Después de la gloriosa jornada de Junín, habló así Bolívar a los
soldados del ejército vencedor:
¡Soldados! -Habéis dado la libertad a la Amé rica Meridional, y una cuarta
parte del mundo es el monumento de vuestra gloria. ¿Dónde no habéis vencido?
La América del Sur está cubierta con los t(ofeos de vuestro va~or; pero
Ayacucho, semejante al Chimborazo~ levanta su cabeza erguida sobre todo.
¡Soldados ! Colombia os debe la gloria que nuevamente le dáis; el Perú ,
vida, liberJad y paz. La Plata y Chik también os son deudores de inme nsas
ventajas. ', La buena causa, la causa de los derechos del hombre, ha ganado con
vuestras armas su terrible contienda contra los opresores. Con·templad, pues, el
bien que habéis hecho a la humanidad con vuestros he roicos sacrificios.
¡Soldados! Recibid la ilimitada gratitud que os tributo a nombre del Perú.
Yo os ofrezco igualmente que seréis recompensados como merecéis, antes de
volveros a vuestra hermosa patria. Mas oo ... jamás seréis recompensados djg~'
narnente: \'ues tr-os servicios no ti enen precio.
lSoldados peruanos! Vuestra patria os contará siempre entre 1m primeros
salvadores del Perú. ¡Soldados colombianos! Cen tenares de viotorias ala·rgan
vuestra vida hasta el término del mundc;!.
,
LAS RECL.'\Sdel subgénero se ven fácilmente en el ejemplo. Requiere ",
concisión, energía, y debe encender los sentimientos del honor y del
amor patrio en los soldados.
.'~.
RECONSTRUCCI ON SINTETICA. - Qué comprende la oratona padamentaria y
cuál es su objeto. Qué carácter peouliar se nota en esta oratoria según las
nacionalidades y las cuestiones varias que trate (350). - Muestre usted cómo
y por q ué un mismo orador , v. gr., Aparisi, es sereno y expositivo on unos
discursos, fogoso y vehemente en otros. Qué cualidades deben revela rse en todo
caso. ¿Permite razonamientos abstrusos esta oratoria? (351~352) . - Cite céle-
bres oradores parlamentarios y las cualidades que necesitan (353). _ Qué se
entiende por oratoria popular. Cuál es su regla principal. Qué tono y razona~
miento exige según las circunstancias (v. gr.) las de Mella al hablar de la
actitud de su país .en la guerra europea) (354). - Deduzca usted las reglas de
la oratoria mi'litar de alguna alocución de Bolívar (355).
LECCION LIV
i:
He aquí desde luego la primera cualidad de estos discursos: el arte
de cautivar, desde un principio, la atenci6n de los jueces.
-•
. Entra en seguida a presentar el verdadero aspecto de:: la causa que
,~'.
se ventila, y dice:
.{;,
Aunque a ratos os haya hecho reír, lo que aquí está sucediendo es gIa- ..
o"
" ¡
cuento de vida pública, y en las épocas más revueltas de des6rdenes y tras- • <,
"
/'í
tornos que España ha visto, yo no he presenciado espectáculo tan triste, tan , ' ''.
horrendo y desconoolador. Con haberse dado curso a esta querella, con ha~
berse Hogado a este punto, estamos viendo una cosa sin ejomplo e·n Espaí).a,
porque bien claro dice el querellante lo que pretonde representar; bien a la ,.
vista -;-l:Stá lo que quiere que se reconozca y legalice en .este juicio, lo que ,
;." .. quiere que este tribunal. juzgue, lo que quiere que se deClba·re injuria y ca~urn~
ora y se castigue como ddito; porqm: sa·lta a los ojos que no es solamente a
..' .
•"I
un escritor cat6lioo, que no es solamente a ' un ministro de Dios, con ser esto
ya tan grave~ a quien la maoonería ha querido !!raer, y realmente ha traí-do,
como un reo~ a ese ba.n quillo.
En efecto: ¿Qué ha dicho el sacerdote a Qwen defiendo ? ¿Cuál es el delito ;1
que se le imputa ? ¿Cuáles son las aseveraciones por las cuaJes se k arusa de
injur.ia y cal-umnia, y está procesado, y S(: ve en ese ba'oco some cido al juicio o
.""".
acusador).
':1P'
; .. Manera hien clara de presentar la cuesti6n, que es otra cualidad de
.,
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~~ . \' )"--;
esta"oratoria. ,,--.'.'
,tt'" ;~~. !
..." .'~',
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, '<. '", . ~"'-"''',!~ ...:-:-': '''l'~:;¡
e,
41 2 Lecci6n LlV
,, '
" ." --. - "
,
"" ,
Manresa, venerables ancianos, sabios y úrtuosos religiosos, honrados' comer-
ciantes asesinados el año de 1822 en la emboscada de los tres rou1·es, y la de ","
taba por las calles de Madrid, delante .de los conventos, dos y tres noches aJ.lte:.s
del 17 de julio de 1834, aquella ternble copla que empezaba: Muera Cnsto,
viva Luzbel? ¿Quién hizo cundir la voz de que los frai,les habían envenenado .
las " aguas? ¿Quién lanzó sobre el Colegio Imperial, Santo Tomas, San Ff':.}n- ;~
",
-;.
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.Oratoria fa,r.(:nse y acad¿.,,¡ica 415
ridículos.
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",
Dedúcel1se evidentes las FACUIXADES y los ESTUDIOS del orador foo
rense: entendimiento claro y agudo, conocimiento de las leyes, edu-
.,, cación filosófico-jurídica, amo r a la justicia, compasión por el desva-
lido, dominio del idioma.
" Los oradores más notables en este subgénero fueron en la anti~
g üedad Demóstenes, Marco Antonio, Hortc::nsio Y. Cicerón; entre los
"
modernos brillaron Dupin y Derrger en Francia; y en España, Jove-
llanos, Mdéndez Valdés, A parisi, Cortina, etc. En Hispanoamérica,
,
,. González Lanuza (boliviano), Valdés, ,Mira (ohilenos), y varios de
los citados parlamenta rios .
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l.
Veamos ahora este aparte poético que nos dejó el Padre Teódulo
Vargas, S. J., en un discurso de recepción en la Academia Colombiana:
Así como la reina de los <lires des.pierta a sus polluelos y los llama con
gritos a la cima de la elevada cumbre a donde olla se remonta, y éstos at1 oír .~
la voz penetrante del águila se inclinan del borde de su nido, se dejan caer
en el vado, de"pli~g::l,n hs tfmid;¡s alas, se bahncean temblorosos y al fin
vuelan hacia La madre y con olla se lanzan hasta el sol, cuya luz contempla
su ardiente pupila, y desde allí abarcan con la mirada los espacios; así la fe
despierta las inteligencias de su letargo, y si éstas atienden a sus llamamientos,
se lanzan con ella a las regiones dd misterio, salvan los abismos y suben, suben
tanto más ávidas de luz cuanto más se a,lejan- de las d¿biles clarid-ades de la
tIerra.
~S~~~;~~~T7<~;\';_ · ?,~'··· ~ -. !:7-- -·-: --,:¡::,;.~~Jr'- ,-!.
i: .
'.
Oratoria forense y académJ"ca 417
que han podido salir del sepulcro del pagano, porque al fin eran hijas de la
verda-d y no estaban llamadas a perecer, vienen como una bandada de alondras
a posarse sobre su fronda y a cantar como un coro de voces divin.as la nueva
aurora que empieza a aparecer en el mundo ... y es entonces cuando sus raíces
van entretejiéndose y sujetando el suelo calcinado de Europa, haciendo nacer
de él urua nueva espléndida vegetación que se entrelaza en clases y en jerar-
quías, que va cercando y sitiando el poder público para matar 3·1 César y hacer
que brote en la altura la Corona como la flor de la monarquía cristiansa ...
27-LlTU.AnntA PUCE>T1VA ¡
.;
• •
418 Lección LV •
LECCION LV
ORATORIA SAGRADA
LIBROS DE CONSUUA: A. MEY'E NBER, traducción de la Sil edición alemana
por el P. R. Ruiz Amado, S. J.• La práctica del púlpito. Madrid, Adminis-
tración de Razón y Fe, 1908. - G. LONGHAYE, S. J., LA prédication, Grandes
maÍlres el grandes lois, 2~ édition, Paris, Rue Bonaparte, 82, 1897. ' - SIIINT
FRAN(O l S DE SALES, Trait¿ iur la prédication. - BOSSUET, (Euvres orataires, édit.
Lebarg. - L' AII8.E D UPANLOUP, Elémmts de rhétortqu~ sac.,.¿~ r~cw:illis d~s
-Offlvres d~ F~ne¡O tl. París, Pou s§ i elgl~ (: Rusaud, 184 1. - M ONSlI.BRF., o. P . ;
Avant, pmdotlt ~t apres la prédication Pa ris. Rue de Bac, 94, 1900. Traducción
de este libro, por fra y Raimundo Cas taño, Sevilla, 1900. - KLEUTCI!N, s. J.,
Obra cit., lfu. quartus. - VEREST, 5. J., Obra cit., livre q uatrieme. - FRAY
LUIS DE G RAN/i.O¡\ , Rlletorica eccles:astica. - SAN JU AN CRISOSTOMO, Homilías '
selectas, traducidas directamente del gnego por el P. Florenüno Ogara, S. J.,
3 vals., Madrid, Admin istración de Razón y Fe, 1912. - C. NOCEDAL, Discurso
sobre la elocuencia, contestación al ,discurso de Gonzál ez Bra vo, en lQ de mayo
de 1863. _ Carta circular sobre la predicación sagrada, dirigida por orden de
Su Santidad León XIII, por la sagrada Co ngregación de obisJ.'os y religiósos,
1 Cf. Acta Aposto/¡ete Sedis. ann. IX, vol. [x, die 2 julii, 1917.
2 1 Coro IV. 1.
~,~
,
,'~' Vt~,' ""',' , .. '. '.' ',.-
;,
s J Coro tI. 4.
4 Jo., VII. 46.
tí Quasj' potestatcm habcns el non sicut scriblZ, S. Ma·r., l, 22.
a Recuérdese cómo para mostrar a sus apóstoles que ni ellos ni la Iglesia
podían oculrarse a las miradas del mundo, señalando a la ciudad ck Sa.phed,
situada sobre la colina fronteriza, les decia: «¿Podrá no verse esta ciudad puesta .\
sobre 01 monte? Pues así... ». Y para darles a entendor que debían evitar la
corrupción moral los llama sal de la tierra, etc.
7 Recuérdense las amenazas contra los escribas... y las Iamontaciones sobre
Jerusalén. S. Math., XXIII, 27, 37; las p¡¡rábolas del Buen Pastor, Jo., x, 11, etc .
.
, ~ ...-"{<\, -J, , ',' • ~ ' 4Il:,~i'"-';:-:-J;~'~:;":\: ó;.:.....'jtiJ.t-\...f. ..-f 'C'; ,¡.,'" ,,~: "'::Jlr.~ .r" ~\'''i'> ~:!:?"<17i~~"" ~ : - -~.-., 'I~"':$:~~'''" ~o
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1-
\'.
primera fila San Cris6stomo, San Agustín, San jer6nimo, San Gre-
ga rio el Grande, San Ambrosio, son portavoz de 'la tradición católiCa.
Su autoridad es decisiva, puesto que así oficialmente lo ha reconocido
• la Iglesia infalible. Ellos son los genuinos modelos de la oratoria
sagrada. Estu diándolos se deduce: ,;.
1) Que: todos sin excepción, así se asi milaron las sagradas letr3¡s
¡
.
;
que sus discursos no son sino ecos fiel es de los divinos libros, y su \,
, inspiració n y estilo completamente bíblicos. >
•
2) Su · elocuencia es soberanamente apostólica, esto es, que sin
'- ,
>
pretensiones retóricas, sólo les preocupa el bien de las ovejas; de donde
:
la exposiéión es sencilla, la doctrina sólida, el tono paternal y familiar.
IV. LA IGLESIA DOCENTE, representada po r los co ncilios y las deci- í(
siones canóni cas, por las encíclicas y disposiciones pontifiCias, y por \
los comentadores e intérpretes de las Sagradas Letras, son fu~nt~s de >,
doctrina sólida y de ' argu mentació n vigorosa.
-l'
362. D el estudio de dichos maestros y model os se concluye:
1) Que acertó el doctor de la Ig lesia San Francisco de Sales con la
DEFINICION de oratoria sagrada o predicación, diciendo que es: la pu-
1
blicaci6n o declaraci6n de la voluntad divina, hecha a IOJ hombres por
un legítimo enviado de D ios, a fin de instruíi y mover al servicio de .
su divina MajeJtad en este mundo. para ser salvos en el otro 8 .
E xacta definición que encierra: el OBTETO de la elocuencia sagrad'a
(publicació n y dec1araci6n de la vol un tad divina), el CARACTER del -;
orador sag rado (legitimo enviado de Dios), el FIN inmediato y último \
de la predicación (a fin de instruir .. . etc.) . \
2) El ASUNTO ordinario de la predicación es el sfmbolo, el decálogo, \
los mandamientos de la Ig lesia, los sacramentos, las virtudes y los
vicios, los deberes de las di versas clases de la sociedad, el último fin \I
del hombre, y otras verdades de eternal tr ascendencia.
El div ino Maestro trazó estas materias aJ decir: Prtrdicate Evan-
,~
,
V:"
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,, . "'i..,J
:/ '~¡
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Oratoria sagrada, 421
\
..
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,
".:
ñaba' tos dogmas' y preceptos de ''Jesucristo, aun lo~ más austeros; de forma q~c
al trata'r de la humildad. de la propia abnegación, de la castidad, del mtnog...
y
precio del mundo, de la obediencia, del perdón de las injurias, de otras cosas
semejantes, nada -pasaba en silencio. Ni mostraba timidez cuando declaraba
terminantemente que hay que elegir entre servir a Dios o servir a Belial. que
a todos los qu e salen de esta vida les agua rda un juicio trc::mend o, que no es
lícito renega,r de Dios, que a la perfecta observancia de la ley está prometida ~.' !
la vida eterna, y al abandono de tos deberes por seguir' los deseos desordenados, ·'r{., ',1
le está reservado el fuego eterno. '
~;~-j
En consecuencia de estas palabras de Su Santidad, establece el . ....,.'J
,
reglam~nto de la predicaci6n (cap. III, 20) que: .Ios temas de los
:,~-l.,
sermones sean esencialmente sagrados>. Y así 10 prescribe el canon
1347 del c6digo canónico. .
3) La sagrada escritura es la fuente principal de la oratoria sa-
lirada. Ella es la voz misma de Dios, cuyo nuncio es el predicador, y
ella -añade León XIII- es la que da autoridad apost6lica, libertad
santa en el decir, y vigorosa y verdadera elocuencia.
, Dice el reglamento de la predicación a este prop6sito: el predica-
dor te nga siempre ante sus ojos y lleve a la práctica 10 que San Jer6-
nimo recomendaba a N epociano: Divinas scripturas sa:pius lege: imo, . . .
flumquam de manibus tuis sacra lcelio deponalur . .. Sermo presbyteri
Scripturarum lec~ione condilu! sito
Manifiesto engaño, -dice Benedicto XV- el de ,aquellos que todo lo tra-
'tan 'a la sola luz de la razón, porque en el orden sobrenatural nada valen I~s
argumentos meramente humanos.
Ejemplo dan de esto los discursos de los santos Padres. Veamos
c6mo San Juan Crisóstomo, príncipe dé la oratoria sagrada, maneja
los divinos libros. En la homllía 1, acerca de las estatuas 12, prueba así
-la conveniencia de las enfermedades y tribulaciones de los buenos:
Que la trihulación contribuya en los san tos ~ moderarse y humillarse, y no
envanecerse por las virtudes y maravil!as, no hay duda; pues por esto quiso
Dios que viniera; y por otra parte, oigamos también las palabras de David y
•..,~
San Pablo, que .lo afirma n. Pues el primero di>ce: Bueno ha sido, Señor, para
mf, que me hayas humillado, para qu~ aprenda tus mandamientos 13; ye1 se-
,gundo, después de decir: Fui arrebatado- al taca cielo, y llevado al paroiso,
añadi6: Y para que la Stlblimidad de las revelaciones 120 m e envanezca, me ha _
" ¡ido dado el aguijón de la carne, el dllgel d~ Satands que me abofetu 14. ¿Qué
cosa más clara que ésta? Para que no me envan ezca, dic(:, permitió Dios que , ·1
tos mensajeros de Satanás me den bofetadas;- y mensajeros dt:: Satanás 11 am ~ .
00 a algunos demonios; sino a los hombres que sirven al demonio, los infieles, ,
los tiranos, los gentiles, que le atribulaban continuamente y continuamente le .
~ejab an.
422 Lección LV
Por 10 qu~ hace a la manera como esto mismo contribuye a que se ma·
nifieste d poder de Dios, óye!o ta mbién de boca dd m ismo Apóstol. Pu ~
Dios permite que los samas sean con tmu amente afligidos para que no digas
lo que 105 infieles creen, que Dios. al permitir esto, es débil, y no puede librar
a los suyos del peligro. Y mira cómo San Pablo lo demostró haciendo ver
que tales sucesos no sólo no arguyen debilidad en Dios, antes mu estran más. i
claro a todos su poder; porque desp ués de deci r las pa labras antes citadas, \
añadió: Por esto tres veces rogu¿ al Señor que se retirara de mí (la tentación)
y m e dijo : Te basta mI gracia; porque mI poder adquiere nuevo realce en la
debilidad 15. En tonces, dice, se man ifiesta mi poder, cuan dü vosotros estáis l-
débiles, y. cua ndo por vüsotros los qu~ parecéis débiles cobra vigor la palabra \.
de la predicación, y se esparce por doquiera. Y en efecto, cuan do después de .'
recibidos innumera bles azotes fue lIev~d o (Pablo) a la cárcel, ató al" alcaide
(Ac., 16) ; sus pies es taban en el cepo, sus manos en las cadenas. y la cárcel .~e
estrem ecía a la media noche, mientras ell os ca ntaban himnos. ¿Ves cómo sU' \
fuerz a se perfeccionaba en la debilidad? Si estandü Pablo suelto hubiera re~ ,
1
•
samiento de Dios. Se quiere este Verbo comunicar al hombr~. y sin abandonar
la mente del Padre, sin dejar de ser Dios, se apodera de lá naturaleza humana,
j
con la cual se unehipostáticarnente . .Pero esa naturaleza humana está unida a
nosotros por raz6n de origen y de identidad de especie; es por lo tanro entre
I
, I
nosotros y el Verbo lo que "el sonido articulado, la palabra entre mi mente y
la vuestra: es el canal, el vehículo, usando de la expresión de San Agustín, ti
por el cual el Verbo, sin dejar de estar en la mente del Padre, .se comunica
al bombre. Por eso Santo Tomás llama a la humanidad de Cristo el instrumento
.,
de la divinidad; porque así como el artista, por medio del instrumento, del
pincel, por ejemplo, va trasladando al lienzo las concepciones de su mente, así
. ,i
el Verbo, por medio de su humanidad sacrosanta, nos comunica los tesoros ",
todos de su divinidad_ ¿Véis cómo la imagen de un cuadro primoroso participa !
y es copia de la imagen que crea el artista en su mente? Pues así la humanidad, I
después de la En carnación del Verbo, participó de las grandezas de Dios, como
veremos en Jos últimos días de la nov ena_ Por lo Ulnto, la Encarnación es la
I!
más cumplida comunicación de la divinidad a la criatura; y como, según hemos
dicho, a Dios conviene comunicarse en sumo grado, por ser la bondad infinita,
hemos de concluÍr que la Encarnación es conven ientisima a Dios.
Pero, ¿c6mo?- -replican algu nos, aparentando un celo santo por la Divi-
\
nidad- ¿esa Ellcarnadón que hace que un Dios se vea pr-isKmero en el seno
de una Virgen y aparezca niño, pasible, y sujeto a nuestras enfermedades y
hasta a nu estra muerte, no es indign a de la eterna majestad de aquel Dios
grande y poderoso que no ca~ ni en los cielos ni en la tierra, cuyo nombre, .
tres veces santo, no saben, sin tembla r de pavor, pron unciar los ángeles en
la gloria? No es nuevo este cscándal-o farisaico: ya desde los pnrneros siglos
quisieron los herejes ridiculizar este misterio, dici endo que era indigno de la
Majestad divina. La espada penetrante de- Terruliano. se encargó, no obstan te,
de pa rar con un solo golpe tan especioso argumento. i Imbéciles! les contestaba.
¿Podéis negar que este misterio, que creéis indigno de Dios, e.s utilísimo para
el hombre? pues si es útil no es indigno, porque nada más digno de Dios que
, salvar a su criatura. Por otra parte, no existe la preten dida repugnancia. Cuando
un hombre --decía Plinio el ioven- ha llegado a lo más alto del imperio, ya
no puede subir más; lo único que le resta es bajarse . hasta el necesitado para
remediar sus dolencias y enfermedades. El Verbo no puede subir más porque
es Dios, y por consiguiente, infinito: al encarnarse 00 háce srno descender hasta
eJ pobre pecador para levantarle de la miseria, pero no se degrada. Cae el niño
y el gigante se inclina a él para levantarlo, y no se degrada; no ca:! el gigante,
sino al revés, hace gala de sus .fuerzas y de su poder.· Así el Hijo de Dios se
inclinó como gigante para levantar al pecador. Non cecidit sed dcsccndit; no
cayó -di<:e San Agustfn- sino que se inclinó. No cayó, no; porque 0 0 perdi6
nada de su dignidad; continu6 siendo Dios como antes. San Le6n usa d-e una
comparación hermosa: «Así como los rayos de la luz, aunque vengan a que~
, brarse en el fango y en el cieno no pierden nada de su brillo y esplendor, así
"; el Verbo, luz del Padre, no se manc.hó oi denigró aunque se uni6 con la carne
~:. , enfermiza y pecaminosa: continu6 siendo tan luz como antes, continuó siendo
tan grande y podero~6' como era desde la eternidad~. ¡Qué digú tan grande!
Mas, os diré: la grandeza de Dios es siempre la misma en sí; pero esa grandeza,
oculta antes y ccmo desconocida, empezó a b ri ~!ar con -n~vos y desconocidos
resplandores, después de la Encarnación, y precisamen-te en aquellos mismos
actos que a pr~mera vista. son más impropios de su Majestad.
Magnífico ejemplo de oratoria sagrada, declara las santas Escritu~
ras, pero valiéndose de la interpretaci6n de santos Padres y doctores,
." .~. ~ ..
'.
-,
424 Lecci6n LV
,
.,.tí< ..
•
Oratorio s.agrada 425
),: Noche era todo aquello y sueño•. y ll egado el día. desapareció; flóres eran
primaverales, y pasada la primavera, todas se marchitaron; sombra era, y pasó ,,
de largo; humo <:~a, y .se disipó; pompas eran y se quebraron; eran telas de
,
I
araña, y se deshicieron; -por esto repetimos la' sentencia del Espíritu Santo:
'. <Vanidad de vanidades S todo vaqidad~.
Vivísima también esta -pintura:
,
I
Así como un caballo, al ha~r de pasa r Wf un precIpIcIO, se renta 'como
para pasarlo de un sa lto: pero al ver d~ajo el abismo, se asu8ta,- se encoge,
y después, al sentir ql\e le incita el caba llero, se esfuerza a lo mismo, mas
esp~ntase como. antes, e indicaodo la necesidad y la violencia que padece,
detJénese y persIste largo rato reli nchando en la punta del precipicio, hasta que,
cobrando ánimo, lánzase confiado; así al haberse de lanzar San Pablo como a
un precipicio ~. sus propias alabanzas, retrocede primera vez, y segunda vez, y
tercera vez. d iCiendo: ¡Oíalá aguantáseis un poco mi in cipiencial .
.'",
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LECCION LVI
• I
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428 Lecci6n LVI
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Subg¿1lf:ros de la oratoria sagrada 429
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1;
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"
'o
.
,
•
teruan costumbre de explicar al pueblo de una manera sencilla y
familiar el Evangelio o la eplstola que se leía en la celebración de los 'r.'
,. santos misterios. Vuélvase a leer aquí el fragmento de San Juan
~ ~.\
'. '
Ci.-is6stomo" del número 363, 3) 2, Y se deducirá:
La HOMILlA es exposición piadosa y sencilla de uno o d.e varios
t'extos de la sagrada Escritura, seguida de las reflexiones y aplicaciones
. prácticas que naturalmente se desprenden del asunto.
La ciencia escriturística y de patrología que el orador tenga, dará
la solidez debida a sus homiHas,
El a nálisis literario de los modelos le enseñará: 1) a revestir toda
la exposición del esplritu litúrgico que debe infundir en sus palabras;
2) a aprovecharse die,stramente de la fuente de imágenes y bellezas
más o menos patentes en los sagrados Libros, en los Padres y en los
santos doctores, para dar vida y animaci6n al discurso, y 3) a hufr "
de la aridez escolástica y usar de un estilo, aunque llano, rebosante
de ardor y de unción divina.
Han vuelto a renovarse ---con mu y buen acuerdo- las llamadas
lecciones sacras, muy frecuentes en los siglos XVI y xvn. Son verdade#
ras homiHas, con la diferencia de que, en vez de tomarse por tema de
la explicación un pasaje suelto del Antiguo o Nuevo Testamento, se
, toma un libro entero, o una parte de él, como sería la vida de un
personaje bíblico. Se. diferencian estas lecciones de las explicaciones de ..
.'
"
:i
.
r '
2 Puede leer el profesor cualquiera de las h9milías del mismo santo en la
obra Homilia.¡ selectas, arriba citada .
, '
, o
, ,
"
_..
..
~
•
430 Lección LVI
etc., en América, son grandes maestros que fijaron el tipo del sermón. En la
segunda mitad del siglo XIX, yen. . lo que va de est-e siglo, ha sobresalido noble
,• falange de predicadores de le~a española, v. ' gr., Manterola, Sanz y For~sJ
P. Cámara, González Calpena, Jjmém.:z, Campaña, Angel Jara; los jesuítas PP.
Proaño,· G. Coloma, Jordán, Vinuesa y Cáceres; los carmelitas PP. Ráulica,
Estanislao, Salvador, Ludovico; los dominicos PP. Gerard, Paulina Alvarez y
Ciarán; los doctores f. Saavedra, Agui lar, Zaldúa, Ca rrasqu illa, Cortés Lee,
Ilmo. Polit, Quiñones, Talavera, Garcé!.. Rivero, Espinosa, Andueza, etc. 3.
,. Pongamos como modelo de predicaci6n genuina el serm6n del, P.
Granada en la Ascensión del Señor 4 .
Todo va en él encaminado a levantar los corazones al deseo del
¡
cielo y a fortalecer la débil voluntad; admírase en él la discreci6n con
que el orador elige lo más pertineI!te al caso y la unción religiosa.
El exordio, breve y sencillo, es la explanación de una feliz frase de
San Bernardo. La proposición es compuesta: 1) historia de la fiesta; .
2) misterio de la subida; ~) frutos de ella.
Llena la primera parte la narraci6n de la Ascensión artísticamente
becha. Los pensamientos son: a) no olvid6 Jesús a su Madre; b) con-
sejos que da a sus discípulos; e) ruegan los disdpulos que no los
abandone en esta triste vida; d) consuelos que Jesús les presta y se-
guridad qúe les da de permaneceJ con ellos; e) acto de la Ascensión;
f) bellísima comparaci6n entre Jesús y Jacob. \
La segu nda p:lfte, donde comienza propiamente la confirmación,
tiene por pensamientos constitutivos: a) la ley de gracia dada por
Jesús es amor; b) esto lo enseña el Señor prácticamente desde su
'. nacimiento a su Ascensión. I
;
• _o' ".
,,-J,
.,
. ;
• ·:;''::;:(I.~, ,-:'
•
" distintivo de San Ignacio, de donde propone estas dos partes: e, so-
•
licitud de Ig nacio en buscar para Dios una gloria completa. universal
y duradera; t t, providencia de Dios en devolver a Ig nacio completa)
universal y perdurable gloria. Proposición com puesta que encierra en
el celebrado lema : el Glorificador divino glorificado.
-Un frag mento de 1a primera parte nos basta para deducir la forma,
sesgo p::culiar y estilo del buen panegírico:
Ignacio recorrió apresuradamente los caminos todos de la glorificación di·
vina, sin que obstáculos algunos le arredraran. No le a[cmoúzó la infamia, ni
jamás le seduj o la alabanza, per gloriam el ign obibtatem (2 Cor. 6); Y España
y F rancia e Ital ia viéronle ya escarnecido como embaucador, ya celebrado como
prodigio de sabidu ría y santidad. Ni Ir- derribó la pobreza, ni le acobardaron
los in sultos, ni le acongojaron las cárcel es: In angusúú, in plagis, in cara:ribus,
111 seditionibus; y vendido traidoramente por sus amigos y desma yado de pura
hambre, JI cercado de cadenas y malparado de los golpes, no se rinde, antes se
levanta para mayores trabajos: in laborlbus, in longanimitate. Dondequiera que
se esconda un alma, no se libra de lo!'. acontecimientos de su caridad ; caridad
empero armada sólo de sufrim ie nto, de prud encia, de dulzura: in multa
patíentia, in suavitatc, in caritate non ft eta. A trueque de salvar un alma, poco
le importa la vida ni la muerte. As! disputa en las universidades como cate·
quiza a los niños, así predi.ca en los ·templos como doctrina a los presos cp las •<
cárceles, ya aconseja en los palacios, ya asiste en los hospitales, ahora se asienta
en un banquete, ahora se entra has ta los hombros en un estanque de agua
frigidísima. No hay ministerio qu e rechace, ni suerte o condición a que no
acuda, ni paraje don de no penetre. Fuera su mayor ansia multiplicarse a sí
-. mismo a fin de estar a un tiempo en las plazas pa ra desterrar de ellas la
blasfemia, en el comercio para ajustar los contratos, en Jos tribunales para
mantener la jmticia, en las cortes para enfrenar la ambición y en los mon~s-
tcrios para avivar en el los la regula r observancia. Varón verdaderamen te se·
diento, pero insaciable de la glo ria del Señor, bien podría concl uir con el
Apóstol: os nostrum patel; cor nostrum di/atatum est (2 Coro 6, 11). Abierta
está mi boca, y hase dilatado mi corazón: que es puntualmente lo que en
segun do lugar pr.opuse, es 'a saber, cómo Ignacio procur6 dar a Dios no sólo
una gloria cumplida en sí mismo, pero universal en los demás hombres.
\
'-' ,
. Subgéneros
'.
de la :aratodá saP;ra,da 433"
En la obra de la Compañía " de Jesús hay que e;-;tu-diar la' grandeza de Ignacio
y lo~ port~ntosos dones que· .Te~ibió. del cielo, cómo la grandeza de Moisés
t;n la-libertad y gobierno de ·los israelitas, y la de Josué en la conquista de la,
•-
tierra de Ganaán. y como Moisés en Egipto y Josué en las ,ribetas del Jordán,
tal Ignacio desde Roma atalayaba, como -campo de su insaciable carida-d, todo
el universo rimI1do, y en él el lustre o ~i menoscabo de la divina gloria. Mas
¡ayl ¡en qué estadQ tan- lam.entable! Donde la fe no ' había surrido q'piebras,
¡qué costumbres tan estragadasl por la ignOl:anoia de la doctrina Cristiana, por
la poca frecuencia de sacram.entos, por la ~alta de predicadore$ evangélicos!
¿Yen los restantes p,aíses? ¡cuánto asolamientü!' Aquí Enrique VIII rebelaba
contra la Iglesia de Dios el reino de Inglaterra, )' Calvino ' emponzoñaba la
Francia con el veneno de sus errores, y el maldito Lutero en Alemania revolvía
ciudades y provincias y amenazaba la ciudad santa, y el Íll1perio mismo vaci-
laba. Allí se. descubría un nuevo mundo, y abríanse en el mar nuevos caminos
para ir al escondido ~ Orien-te. i Oh, qué mies tan c,?pi9sa PaJ-3 los obreros-
apostólicos! Dese:íbalos la Iglesia, labrólos Ignacio y entregóselos obligados por
c-onstituciór¡. y voto' de discurr,ir donde Ella quisiese,"'" y ,servi-rla ya como esclavos,
ya como víctimas sacrificadas a la gloria 'lmiversal de Dios: Sol iluminans per
'omnia respexit, et gloria Domim plenum · est opus ejus. .
'."
Bien puede quedaJ" satisfeoho el ánimo de Ignacio habiendo vinouIado 'en
s.u Compañía todos los medi9s e: industrias para glorificar a bias. A Ella en-
oomí-enda la crianza de la juventud en los colegiús y s~minarios, viniendo' por
esta manera los nobles y plebeyos, y la flor y gala de la 'repúblioa, a trocarse
en ministros de la fe. A ella el ptopagar la devoción y piedad por medio de los
santos sacramentos, 'del esplendor del culto, de las coO@regaciones y cofradías,
donde toda suerte de personas- hallaron por, vez primera escuela propia y ejer-
cicio d e virtud. A ella la enseñanza de la doctrina a los niños y gente mda,
palenque donde se adiestran sus soldados. A- ella las cárceles y los hospitales,
corno alivio de más trabajosos ministeríos. A ella las galcr.as _y armadas for-
midables, blanco qe los pechos más valientes que ambicionaban ir en ellas, ya
com-o noviciado de las misiones entre bárbaros, ya para ha,llar en la pestilencia
o en el' naufragio, en el hierro o en el fueg-o, una muerte cuanto menos _'
celebrada m:ís honrosa. A ella, 'en una palabra, la predicación apostólica en toda
su amplitud, eJ.1 las ciudades· y en el campo, en las casas y en las plazas, entre-'
civilizados y salvajes; suma y gen~ralidad de ministerios que repartidos entre
tantas órdenes religiosas, a todas las ocupa en servicio de la Iglesia, y reunidos
todos inseparablemente por constitución de Ignacio a la Compañía de Jesús, •
iban labrando por el mundo la universal glorificación de Dios: Sol iluminans
per omnia respexit, et gloria Domini plenum e.n opus efuso
Considerado el modelo, bien se ve que el panegirista se ha fijado .-
en el carácter especial de la santidad de San Ignacio, y hacia él con-
centra sus amplificaciones la.udatorias. :r:ste método es el que da idea
más cabal del santo en todo-panegfrj¿o, y prueba que el orador ha
profundizado la vida del s~to hasta descubrir el camino partic,ular
por donde Dios le llev6 y el sello distintivo de su santidad"
San Juan Crisóstomo sigue el mismo método en el panegírico de
San Tgnacio mártir.
Otros panegiristas siguen b . historiabiográfic~J y dividen la vida
de su héroe en dos o tres part,es, que abrazan todos 195 hechos prin- .~
-'-'!,' .
28-LlT~R"~RA PRECEPTIVA
."
J'-c.Y".-C;-"
~= _ ::~ -:: .. ,. ,"- ,
,.
434 Lccci6n LVI
,
conversión; 2) su predicación laboriosa; 3)"" -su generoso martIno.
Tiene este método la recomendación de San Felip, Neri, San Ligorio
y del ilustre Fenelón. .
Otros se fijan en un aspecto particular de la vida del santo, v. gr.,
el poder, el patrocinio, esta o aquella virtud ... y son buenos modos
de variar la alabanza ' de un patrono que se debe hacer cada año ante
un mismo auditorio. San Francisco de Sales señala varios modos : ut
pie erga Dettm. lobrie erga se ipsum. juste "ga proximum vixerit G;
lo que hizo agendo, que 'son sus virtudes; patiendo, sus padecimien-
tos, ya de martirio, ya de mortificación; orando , sus milagros ... etc.
Otros se acogen a c.:onsidcraciones generales Vale estt método mu-
cho en dos casos: 1", cuando se sabe poco de la vida del santo, y se
bace necesario sacar sus alabanzas del encomio general dd martirio,
de la virginidad u ona virtud especial que re l~ció en él; 29 , cuando
por los hechos del héroe se pretende probar algún dogma católico,
como cuando Bourdaloue emprende demostrar en el panegirico de
San Francisco Javier que . la misión de este apóstol es prueba de que
la Iglesia en los últimos tiempos es la misma que en los dfas de su
fundación, . Peligro hay en' esta form a de panegiricos de extenderse
indefinida mente en la cuestión general, . dejando al santo sepultado
en el olvido.
El análisis de1 modelo propuesto hará ver la abundancía de hechos
naturalmente encaminados al desarrollo. de la proposición y presenta-
dos con arte que realza la figura del santo, entre amplificaciones
oratorias y brillantez de estilo.
Estas son las DOTES PROPIA.s de! subgénero: elevación de pensamien-
to y ornato de expresión, todo en orden a dejar al oyente tan pren-
dado del santo, que se decida a admirar e imitar sus virtudes. Jamás
se ha de alabar a un bienaventurado del mismo modo que se ensalza
a un Aquiles o héroe profano. La unci6n y la piedad deben ··resplan. ,
dceer aquÍ, como en toda oratoria sagrada. ,
368. La oración fúnebre elogia los méritos de un cristiano difunto ,•
que por· su autoridad, dignidad o altos servicios, es digno de honrosa
memoria. A veces conmemora una pública 'calamidad (v. gr., un
terremoto), causa de muchos difuntos.
El número 21, capítulo u dd Reglamento de la predicaci6n sagra-
da, dice: cA ningu no sea permitido pronunciar elogios fúnebres, a
no ser C011 el permiso previo y explícito del Ordinario, el cual, antes
de darle, puede exigir que se le presente el manuscrito del discurso>.
Como bien se echa de ver por eJ contexto, no se reprueba esta
clase de sagrada elo~uencia tan usada ,por los santos Padres y tan 50-
b er.an.am ente enaltecida por Bo':,;~aJ et, Fle:chier, Bourdaloue y Massillon.
,
.. - ,.,. , ..
.., •
Subgéneros de la oraton'a sagráda 435
-
436 Lección LVI
de los siglos, rodeado de sus ángeles, sobre las nubes del cielo, a juzgar a lQs \
vivos y a los muer'ros. !
Es también la oración fúnebre un lamento ante la horrible desproporción
'.
,.
que media en tre los designios de los grandes hombres y el breve espacio de
la vida de que disponen para realizarlos; ante 1-0 imposible de que el varón
l
\
ilustre deje sucesor digno de sí, ante el hundirse de los proyectos más gran ~
diosos, de las colo~ks emp resas. ,.
Por fin, sobre todo en boca del egregio obispo de Meaux, es lección severa
a Jos poderosos de la tierra sobre la «pequeñez de la grandeza humana», sobre
1 ~ vanidad de todos las venturas, de todas las excelsitudes de este mundo. Nada
de lo dicho es de aplicación estricta en el caso del Pontífice difunto .. .
. Pensaréi.s acaso que con semejantes reflexiones empequeñezco al que me he
encargado de ensalzar. León XIII, aun considerado hurnan ameme, fue grande;
pero en él 10 sobrena tural aven taja a la natural grandeza, Dios ha llamado
magno al que practique }' enseñe el Evangelio. Voy a deciros las obras y las
enseñanzas del PontífKe.
,ir
dezas del Pondfiee finado desde que en el cónclave tembló su hu-
mildad por la carga que se le venía encima; siguiendo la historia
grandiosa del egregio pontífice que restituye a la Sede Romana el .,1,
prestigio y la acci6n de los tiempos medioevales. En este trozo resalta ,,
la majestad y tino con que hali de tratarse ciertos puntos en esta clase' \
.\
de oratoria. Veámoslo:
León XIII, apén as coronado, concibió el pen samiento de res.tituír a la Sede
\
~.
Romana el prestigio y la acción que hahía tenido en los siglos medioevales; y
principió a realizarlos, perdida su soberanía tempora-l, s.in oro en las arcas,
sin cañones ni fusi les en los, parques, ni e:scuadras en los mares; y eso en el
siglo que no adoró sino dos divinidades: el éxito y la fuerza. Acometió el
Pontífice la empresa, puesta la fe en Dios, con forta leza sobrohumana, con
suavidad invencible.
Principió por magnificar y robus tecer a los que pretendía por amigos" En
Jos combates sangrientos de la guerra, 10 mismo que en las incruentas batallas
de la paz, quien apoca a su aliado con ánimo de crecer ante la pequeñez
ajena, sucumbe sin rem~dio. León recordó al mundo. y eXlp~icó con lucidez !
absoluta, y fijó en for ma irrevocable la doctrina de Cristo de dar al César
Jo del César; la del mismo Señor ante PHatos: «No ten drías poder sobre rol
si no te hubiera sido dado de arriba»; la de San Pablo: «No hay potes tad que
no venga de Dios]), -la de la Iglesia en la serie de los siglos; y como conse·
cuencia de ella, condenó la que enseña ser lícito alzarse en armas, con ánimo
de derrocarlos, contra los gobremos civiles. Y reducÍendo a la práctica su ense·
ñanza, cuando las circunstancias lo reclamaban, impidió a Jos católicos. de Espaih
rebelarse contra 13 monarquía; a los de Francia, desconocer la I'epública; a los
de Irlanda, conspirar contra el gobierno de Ing laterra. Los sob~ranos que
sienten trepidar sus tronos al empuje hervoroso y mal comenido de la revo·
lución que fermenta en las entrañas sociales. vieron en el Papa una fuerza y,
por razón o por instinto de conservación propia, se apoyaron en él; y L.-:ón
obtuvo, en retorno, las perdidas libertades de la Iglesia. Ale-mani,a derogó las
leyes opresoras, llamadas vulgar.mente de mayo, Inglaterra ·an~pli6 el reconoci·
mienro de los derechos de los 'católicos; España llamó a las comunidades
religiosas expulsadas. desde pflincipios del siglo; Bélgica trajo al gobier.no al
J
.' ~",:-,"" «, ."- '.-, '"
partido cat6li(:o. Y todo ello se obtuvo sin una acción indebida, sin n,in~n ,
,
remedio reprobado; sólo con recordar a soberanos y súbditos las máximas eter- ,_,1_,'l
nas ¡;ristiahas. ¡Cuán cierto es que no hay política mejor que la justicia, 01
diplomacia mejor que la verdad!
Después de trazar bello cuadro del gran jubileo, prueba de la ac-
ción sabia y eficaz del Papa, sigue presentándole grande, porque,
declarándose de varias m'aneras bienhechor del desvalido, equilibró
el problema social con su encíclica Rerum Novarum; porque extendió
las fronterás de la Iglesia o, como el orador dice, las suprimió, hacien-
do que se encontrasen las del oriente y occidente; atrajo a las iglesias
disidentes, multiplicó el número y la calidad de los obreros evang~
licos, sondeó las llagas sociales -y les puso remedios eficaces en sus
asomhrosas encíclicas, fundó y protegió centros docentes para hacer
al clero docto en letras, ciencias y probl~mas sociales, estableci6 el
-derecho divino de toda potestad civil y restauró las grandes obras de
arte, y en fin, mostróse genial artista, émulo de Bembo o de Sadoleto.
Acaba el orador con esta peroración, digna del obispo de Meaux:
Pero ¿.qué, todo ello para la vida eterna? ¿Qué habría aprovechado a León
XIII ser sabio y poeta, y dlplomático, y gobernante egregio, si no hubiera
sahido la -ciencia de la salvación? ¿Quid prodest hamitit si mundum universum
lucretur, anima: vera sua: detrimentum - patiatur? 7 _ León XIII fue mayor por
'sus virrudes que por sus méritos naturales; enseñó más con ejemplos que con
palabras.
Vanos escritores aj enos a la Í<":, y algunos cat6licos poco atentos a las e,n-
señanzas divinas, han afirmado, con ánimo de glorificar a León XIII, que él
recoocilió a la Iglesia con el mundo moderno_ I Oh! no es verdad. Su tarea fue
la de reconciliar el mundo moderno con la Iglesia. Lo eterno no trata de aco-
modarse a lo transitorio, ni la ,verdad absoluta a verdades parciales y pasajeras
hipótesi<s; ni la inteligencia de Dios a la flaca razón humalla_ ..
Gobiernos, sistemas, todo pasa: pero en el siglo XXI ~I ejemplo de León XIII
enseñará cómo debe celebrarse la alianza estrecha y cordial del Papado con la
forma de gobierno que acaso tendrán entonces todas las naciones de la tierra.
1,os días del hombre se marchitan com(¡ el henú_ La verdad del Señor perma- 'o.'
{ I
"'
" I
.
,
• I
440 Lecci6n LVI'
'. .~.~.
predicación propia de la cátedra sagrada que, como la del Apóstol,
ho debe estar en la persuasión de humana sabiduría. Así terminan-
temente lo dice Benedicto XV en su :encíclica.
,,
; 'lo:
I
.' Con todo, la sagrada Congregación, en la Circular sobre la predi-
caci6n, no la reprueba en abSOluto, antes claramente dice que . Cuando
están bien hechas, pueden llegat a ser útil y necesarias en ciertos
i,'l;i
1-'
"' ,1" casos... !in aquellos lzegares. circunstancias y auditorios c'n que haya
verdadera necesidad y se pueda esperar verdadero provecho.; en lo
cual es claro que los jueces más competentes son los respectivos
i prelados.
El uso, pues, ha de ser excepcional; y como dice el Padre Mon-
sabré, 5610 ante oyentes ignorantes o descreídos en materias religiosas.
«Lo repito, escribe el mismo Padre~, el ministerio de Jtu conferencias
es excepcional. Vuestro ideal ha de ser (habla a los predicadores) el
sermón clásico }' cristiano».
D e lo dicho se infiere cuán dignos de compasi6n son los fieles que
aprecian y alaban sólo esta clase de doc_llencia' humana, y cuánto
más dignos de lástima todavía los predicadores, sj los hubjera, que en
países de fe, y más todavía, ante auditorios creyentes y aun piadosos
hablasen verba placen tia l Q, con lo cual los oyentes mirabuntur sed
non convertentuf 11 •
,
,r 1 célebres predicadores y exponga el sermón del Padre Granada sobre la As- '\
censi6n, con las dotes que en él se manifiestan (366). - Diga el origen, fill y
las escuelas del panegírico. Exponga el arte propio de este subgénero ante el
modelo dd Padre Borgo. Qué otros métodos suele n segu.irse (367). - Qué hay
sobre el uso de las oraciones fúnebres. Modelos de esta oratoria. Exponga las , ,
ideas principales de las oraciones fúnt'bre~ d~l doctor Carrasquilla sobre León
'.
XIII y Pío X, deduciendo las dotes de fondo y forma (368). - Ouáles fueron
los temas ~cogidos por los primeros conferencistas de Nótre~Dame. Cuál es el
modo 'i cuál el objeto de las conferencias. Deduzca \0_ definici6n y la ley •
principal (369). - Qué uso se ha de hacer de las conferencias (370).
DlDACUCA LITERARIA
t ,.::'J
I' .'
Concepto claro y 'extensi6n de" lQ - didáctica 441 ,
o:;
das creaciones del genio que Jas expone, fulgura en la didáctica la ·,, 1
·.I,,
belleza pm medio de la palabra, con derecho ha de reclamal nuestra
atención en literatura. - .
;-
Por eso dij imos (9) que la didáctica entra en nuestra asignatura, ·,
"
, , -a unque secundariamente. Así que hemos de ceñirnos al estudio de la '"
d.idáctica en sus elementos estéticos. Cuáles sean éstos) cuál sea el "..1
alcance de la didáctica literaria, dotes, reglas, etc.) lo iremos dedu- ,
.i
ciendo del análisis de un fragmento estéticamente didáctico. " "
.,
~ 372. Sea el siguiente, tomado de la. obra Ideas estéticas. de don ,
.- Marcelino Menéndez y Pelayo' ,
,. Fue fata lidad en nuestra literatura que> al mismo tiempo que en brazos de "'-o- ~ ... "
> Lope y de los poetas valencianos crecía robusta la planta del tea'tro nacional,
"
J" comenzase a roer el tronco de nuestra poesía lírica el gusano de la afectación,
1:':
"
~, unas veces conceptuosa, otras veces colorista. Confúndense generalmente dos ,l~:t
R' vicios literarios distintos y aun opuestos, el vicio de la norma y el vicio del · -,I
K contenido, e\ que nace de la eXuberancia. de elementos pintorescos y musicales, I
, , y se regocija con el lujo y la pompa de la dicción, y ·el que vive y medq. a la '~ i
'1
sombra de la sutileza escolástica y de la agudeza del ingenio, que adelgaza lq~ -,
conceptos hasta quebrarlos, y busca relaciones ficticias y arbitrarias cutre los ;·
objoros y entre las ideas. Nada más opuesto entre sí que la escuela de G6ngora -1
y la escuela de Quevedo, el culteran ismo y el conceptismo. G6ngora, pobre de J
ideas y r i q~ísim o de imágenes, busca el triunfo en los elementos más exte rio-
res de la forma poética; y comenzando a vestirla de insuperable lozanía, e , j
·:j,I
inundarla de luz, acaba por recargarla de follaje y por abrumarla de tinieblas.
'. Al revés: d caudillo de los conceptis tas no presume de dogmatizador literario,
0' 0: forma escuela sin buscarlo ni quererlo. Sigue los rumbos excéntricos de su
inspiración, que crea un mundo nuevo de a l~rías, de sombras y de represen- - ,1
"
taciones fantásticas, en las cuales el elemento intelectual, la tendencia ' satírica
,,
, directa, si no predominan, contra.pesan a lo menos el poder de la imaginativa.
QU,evedo no hace versos por el solo placer de halagar la vista con ,la suave
,
.mezcla de lo . blanco y de lo rojo: acost'llmbr-ado a jugar con las ideas, las COD-
.
"¡er,te en dócil instrumento suyo, y se pierde por lo p.rofundo como otros por
10 brmante. ·.,,
1 Histon'o de las ideas estéticas en España, 2\1 edic., 1896. T. 'm , págs. 477-482. "
,..
'
"
;
I
' 0-'
LECCION LVIII
para que sean obras didácticas literarias, han de guardar, además, de, ,\ i
las condiciones en la lección anterior deducidas, las especiales siguientés. '1
J
375. Tratados magistrales. El trozo :de Menéndez y Pelayo, que , "<
nos sirvió de base está tomado del tratado magi,stral de arte. que' ,'i'
tituló su autor Historia de las !'Jeas estéticas. Toda esta obra revela
profundidad de conocimientos y vasta erudj~i6D; tanto que no habrá :1
~"'1
duda sobre la materia que no pueda allí resolverla quien tal obra ;;\
consulte, El estilo quedó analizado; abundan en la obra seJ!lblanzas . ';';
,>
y descripciones bellísimas y párrafos brillantes que corno al desgaire' . ~:~.'J
brotaron de la pluma del autor. J
Sfguese que en estas obras didácticas, aparte de los conocimientos .. ~
~,
científicos la exposición ha de s~r clara, vasta: profun_da y razon ada, "
pudiendo el estilo ado rnarse severamente y a veces tocar en los linde~ , ,
,, .,
. ,
,de la elevación y grandilocuencia.
376. Tratados elementales. Hemos dicho que exponen los cono- ..' -'~
,
cuales,-- cuando son técnicos, deberían explicarse; estilo J(ncillo, len-
gua;e correcto. ,
,.,
.
~I
377. Monografías. Su etimología dice que son trat'ldos sobre un "
"
• ,',.
~:'-, )- ;-,- .."
~,~::,~~c.- -- ., ··-,-,, ~· · - ~
••
446 Lección . LVIlI
todo hombre y todo p~bl o que sabe corresponder a su· vocación. Y precisa-
mente esta vocac'¡ón insistente, que busca por dondequiera a Eneas para recor-
darle la futu ra Roma, es la que da unidad al poema en medio de la amena
variedad de sus episodios. r
•
Prueba luego esta aserción, la cual explica los que se han juzgado
efectos lit(:rarios. Diserta sobre la grandeza espiritual del héroe, y trae
bella comparación con un pasaje del Mahabarata. Estudia de pasada
los caracteres secundarios, y reivindi ca a Virgilio de la conducta que
hace observar a Eneas en el libro IV. Religioso es el pensamiento de la
Eneida y le anima y ca Idea un sosten ino sentimiento de desinterés y
sacrificio. El héroe es siempre el mismo, aun en los lances qw: DO lo
parece. Las arengas y discursos son siemp re oportunos. El estilo brilla
por el orden, la precisión y la propiedad. el fuego del sentimiento, la
belleza., ternura y los menudos primores. Nota la bella contraposición
de cuadros, el arte de construir (os versos y elegir el lenguaje, los
conceptos filosóficos en estilo nat ural y ca ndoroso, la selección de
epítetos ... Viniendo ya a las traducciones, trata si se han de preferir
en verso o en prosa . Expon e y razona su traducción, y habla erudi-
tamente sobre otras que res~ta y estima.
He aquí una MONOGRAFTA. Cualquiera ve que es un estudio didá~ •
tico sobre el poeta Virgilio y principalmente sobre su obra épica la
Eneida.
Nótese el sello de mdiv,odualidad que da el autor a todo el trabajo, )
,
o
.,
•• 'i-
448 - Leccion. U X . . '
LECCION LIX ,
,
LA Historia literariamente considerada 449 •
apropiada personalidad.
Ya en el mitSmo aspecto exterior del nuev-Q Papa a quien sus paisanos atri-
buían encomiástlcamente un ánimo imperial, había algo de extraordinario lleno
de gravedad y alteza. Sus grandes ojos profundos y llameantes, sus labios apre-
tadamente cerrados, la pronunciada nariz, la gran cabeza, no ciertamente bella,
pero de todo punto monumental, daba indicios de un carácter completamente
peculiar y poderoso. Aunqu.e no pasaba de los sesenta años, los raros cabellos
de su cabeza estaban enteramente encanecidos~ pero debajo de aquella nieve
de la an¿'a:~idad, ardia el fuego de la juventud. El color _intensamente rojo
de su faz, así como la firmeza de su actirud, no acusaban de manera alguna
hallarse ya el Papa en los umbrales de la ancianidad. Todavía se hacía notar ,,
'.¡
menos el peso de los añqs, en la forma de vida del nuevo Pontífice: inquieto
y movedizo por extremo, incesantemente ocupado desde las pámeras horas d<;: \1,
la mañana y lleno sin cesar de grandes planes; sumamente voluntarioso y
vehemente, -inconsiderado e incapaz de acomodarse a cualquiera tr-adición o
ceremonial. _. «El Papa, refieren los embajadores venecianos, es muy sagaz,
pero desmesuradamente vehemente... Se empeña en hacer todas las cosas por
sí mismo; es tan animoso, vehemente y difícil de manejar, que apenas es posi-
ble describirlo. Cor,poral y espiritualmente posee una índole de gigante; todas
r
las cosas s-obrepujan en él la medida ordinaria, sus pasiones como sus proyec-
tos. _.». La impresión que semejante enérgico carácter, propio de la época del
renacimiento italiano, hacía en sus contemporáneos, la resumían éstos en la
palabra terrible, en la que se envuelven los significados de: totalmente extraor-
dinario, violento, grandioso y avasallador. Esta misma expresión ~plicó León X
a Miguel Angel, y convenía al Papa Julio II no ' menos que a aquel artista:
UllO y otro eran naturalezas titánicas y extraordinarias, de aquella grandiosa ,,
índole que sobrepuja las humanas proporciones, y s610 aquella -época nos ofrece. . I
•
La poderosa' energía de voluntad, el ánimo indomable, la rara constancia, y
asímismo los talentos estratégicos, fueron comunes a aquellas dos fogosas ca- '1
bezas. Las luchas y trabajos duros habían llenado hasta entonces la vida de
Julio n, y continuaron constituyendo para él uJ;la necesidad, hasta su fin. Aquel -.'
Papa pertenecía al número de los hombres que jamás descansan ni sosiegan,
cuyo propio elemento es el tempestuoso y afanoso batallar de una acción ince-
sante, que no conoce la fatiga.
29-LITER-ATURA PRECEPTIVA
'''1
. '!~
"
Venecia. ¿No debía, PU~S. temblar por la libertad de la Sede Romana, la cual
• 00 podía salvarse si sucumbía la libertad d~ Italia?
Luego, pues, que Julio II '.hubo conocido la l necesidad - de qu~hrantar "-el
predominio de los franceses en Italia, aplicóse resueltamente a la grande: obra,
con la flexible fuerza de volun tad y gra-ndiosa intrepidez de su carácter, de ,,'
quien era ajena toda vacilación, y con esto se hizo el héroe de su siglo para
los patriotas italianos... .
An.te todo era necesario buscar aliados contra la preponderancia d~ Fran.
t
cia, que amenazaba derribar por tierra al mismo Papado. El Papa volvió su
vista a tod as partes, y entabló negociaciones con Maximiliano, con Enrique VIII
"
\. de Inglaterra, con Fernando el Cat6lico y con los suizos; pero en ellas sufrió
algunos desengaños ama11gOS.
(Y sigue narrando el rompimiento de Julio II con Francia, y su
inflexible tesón hasta conseguir su intento) .
382, Reflexiónemos. Que estos hechos y descripciones de Pastor
son cuadros fieles del p~sado, se prueba porque no se conten ta, como
.' los antiguos escritores, con afirmar, sino' que va prest;ntando al mar· .
gen de la obra y al fin de cada tomo, en apéndices, las fuentes fide-
, '
dignas de su estudio y los documentos más fehacientes, como son
cartas públicas y privadas, actas, diplomas, inscripciones, monumen- •
tos, obras de arte, heráldica, etc. Ni solamente recorri6, antes de -.
escribir, los mejores archivos públicos (de Milán, de Módena, Bolonia,
Florencia, etc.), sino ,logró que se le abrieran las puertas de archivos
','.
y hasta las del archivo seaeto pontificio. , ",
"
El FON DO, pues, de esta obra histórica es tal como hoy se eXige en .,
la historia, .
, y ¿LA FORMA? Analicémos1a en los fragmentos aducidos : El re- ,
trato que nos hace del Papa está viva y vigorosamente hecho, y el ¡
;
paralelo con Miguel Angel, con quien mucho se relaciona la historia·
c' de Julio JI, es breve pero expresivo. La narración tiene INTERES. Mas
¿a qué se debe principalmente ? ¿A la viveza del retrato, a las situa-
ciones épicas o dramáticas que: sabe crear el genio artÍstico del escri-
tor? No es eso lo que más agrada a los modernos. Pastor amontona
sucesos, pero los narra sencillísimamen te. El interés está en la afluen-
,
cia de sucesos importantes más que en la vida con que están narrados.
383. Para encontrar vida e interés dramáticos en la narración his-
" ,~
t6rica, tendrfamos que acudir a los historiadores clásicos arriba citados.
Ribadeneira, por ejemplo, . en su historia del Cisma de Inglaterra, trae
"1'.~
situaciones genialmente interesantes que juzgaríamos hoy novelescas,
si la crítica hist6rica no las hubiese confirmado.
•
En cualquier antología de autores selectos, encontrará el profesor
ejemplos de clásicos qué leer, comprobatorios de 10 que decimos,
,
"
Aquí vamo:> a fijarnos en u n autor a q u ie n m Ás conoce el vulgo como
novelista, pero cuyos mérítos de historiador a la moderna son quizás
>
•.¡:;:
más estimables.
'k,
,
,,~
<,
, ,
"
. .' , La Historia' literarirzm(nte c.o;;s~'derada 451
~
,
.. ,~:
,
su narraClOn.
.
tóri~as 2. Y, sin embargo, .veamos la animaá6n y colorido que da a
"
"i;
"<,-............. (.'. '.
.. >
como por instinto ql11S1erOn lanzarse al jardín t?l pos del paje. Mas aquel
rapaz uelo de catorce años detúvolas imperiosamente con la autoriqad que dan
los trances apurados al que los dirige, y adelan tándose él so!.o, con las mayores
precauciones, hacia el lado del jardín donde se hallaba la puerta dd lago.
La reina, dice el comendador P.etrucci en su relación a Cosme 1 de Médicis: .
Modo ch~ la Regina de Scotie ha ltsato per liberarsi della pn:gione, ~.speró
apretada contra el muro de la torre, santiguándose a cada paso y haciendo
,,
jaculatorias a Tesucristo Nuestro Señor y a N uestra Señora y a sus sanioso i
"De repente apareció Douglitas an te ellas con tal sigilo, que pareció filtrarse t
de las tinieblas o brotar del seno de la tierra.
-Ahí están, di jo lacónicamente.
No osaron ellas ni aún preguntar q~iénes fuesen los que estaban, y el
pajecillo, sin añadir más palabras, cerró por de fuera la puerta de la torre
con el menor ruido posible. Tomó luego por la mano a la reina sin grandes /'
ceremonias, y deslizáronse todos a 10 largo del muro, por no atravesa r el jardín~ I
de puntillas, aguantan do casi el resuello, tropezan do a cada paso con árboles y \\,,
matas, y tragándose las exclamaciones que el dolor hubiera debido arrancarles.
Al llegar a la pu ~r ta del lago hubo otro momento de angustia: estaba
aquello muy al d escubier to~ y fue l preciso emplear un buen rato en atinar con \
la llave que debía abrirla. Las fugitivas se pega ron al muro como si creyesen
que así abultaban menos, y Douglitas hacía esfuerzos increíbles por no soltar
,
\
~
interjecciones de rabia. ,
Abriose al fin la puerta, y dos hombres, Torge Douglas y Tuan Beton, re-
ctbieron a la reina casi en sus brazos. Había allí U11 hombre muerto, tendido
en el suelo, y la reina perdió todos sus bríos, y sinti6 una fuerte congoja al \
saber que era el centinela de aquella puerta, sacrificado momentos antes por
no poder de otra manera escapar a su vigilancia. Pegada a la orilla, y oculta
entre unos za rzales, babÍa UDa barca co n seis remeros, y a ella llevaron a la
í,
reina casi sin sentido, y la sentaron en la popa. Douglitas cerró también por de
.
,
fu era la pu.erta del jardín, y trayéndose las llaves, saltó eJ último en la ba rca.
, Era la noche os.cura, y favorecía esto a los fugitivos ; mas una precaución .f
Qu e no habían tomado, estuvo a pique de PFrderlos. 1
El ruido de los remos, que no estaban forrados, era harto estruendoso
para que en el silencio de la noche no lo oyese el vigía de la torre, y de .te
pente, y a muy poco de estar bogando, vino su voz entre soñolienta y sor·
M
1
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, ,
,'>~ - ;/~, .: '
.-._- , .
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~
..
que las primeras apenas si ti~nen cabida en la didáctica literaria, por
"
su índole de -apuntes 'más bien para la historia; y en c~mhio, conviene
-- tener presentes las otras dos, porque al trataL el historiador de un solo
hecho o al referir la vida de un personaje, puede dar más pbida a
los recursos del arte. ,
387. Hemos nombrado los principales histoJiadores clásicos y sus
.. imitadores en nuestro idioma. . Los modernos que escriben historia al
modo del ' estUdiado Pastor, son Bossuet, Macaulay " .Muller " Jansen,
Rorbacher, Hergenroether, Cánovas, Menéndez y Pelayo y Astrain S. J.
Pero han de citarse además como historiadores ardstÍcos Froissard,
Herculano, Guizot *, Thiers;J, Cantú; y en nuestro idioma, Alfonso
el Sabio, L6pez de AyaJa, Pér,ez de Guzmán, Zurita, La Palma S. J.,
Roa S. J., Quintana, Lafuente, Toreno, Cánova-s del Castillo, Menén-
dez Pela yo, Rodrígu ez MarÍn. En Hispanoamérica la historia docu·
mentada y artís tica tiene 'muchos buenos representantes; entre ellos
Icazbalceta, Bustamante, Alamán, Vígil. Pimentel, Roa Bárcena (me-
xicanós); Saco, Piñeiro, Varona'* (cubanos) ; Dúrán, Sote1a, Ambrogi
(centroarnericimos); A. Roj as, J. V. González, Gil Fortoul, Mendoza
(venezolanos) ; Groot, posada Gutiérrez, E. Posada, Restrepo Tirado,
Rivas, Ib~ñez (colombianos) ; Gonz~lez Su~rez, ZaJdumbide (ecua-
rorianos); Lavalle, Riva A g üero, Barreda (peruanos); -Jaimes Freire,
René Moreno, Angueras, Urquidi (bolivianos); V . F. L6pez, GarcÍa '
Merou, Rojas, NIejía, Gutiérrez, (argentinos) j Bauzá, de la Sota,
Rivero, Arreguine, H errera, Lafinur (uruguayos); OvaUe, Rosales,
Moli.r::ta, Lastarria *"E.yzaguirre, Amunáteguis, M ackenn a , Errázuriz,
Huneeus Gana * (chilenos), etc. '
19 Léanse trozos históricos, tomados de cualquier
EJE RC ICIOS PRACTIcas. _
libro de historia. o autores selectos. para que en la misma clase o en compo-
sición -privada juzguen los alumnos si cumplen las reglas deducidas que exige
la hjsroúa artística.
. 29 ' Señálense, v. gr., a1gunas de las campañ'a s de Bolívar. tal y como las ,- "~
"o c~.!
'conocen ya los niños por el curso de historia patria •. o hechos sacados d~ la ,... j
historia del país, para que se ejerciten en la composición artística de esos mis- • • ',1
mos sucesos. '- ~í
3fJ Díctense ideas de hechos históricos contenidos en capítulos o fra gmentos
buenos de cualquier bi-storia artística, v. gr., el hecho de Guzmán el Bueno
que' narr{l Quintana, la hazaña de Pulgar. que cuenta Martinez de la Rosa, la
toma de Granada, que: refiere Mariana, la batall a de Lepanto y el aU,to de fe
de Valladolid, que describe Coloma en leromín , ete.; oon el objeto de que,
,
-, hecha la cOffipos:ición sQbre estos temas por los alumnos, vean la qiferencia de . ~,-i
~~, '. 'sus narraciones con las artísticas de dichos' autores, que -se han de leer en clase.
RECONSTRUCClON SINTP.T1CA. - Cite usted algunos modelos de Histona clán:ca. .-' lO
. , ~
•
..~
,
LECCION LX
LITERATURA PERIODISTICA
ARTICULOS DE FONDO, DE POLEMICA
y AMENO-INSTRUCTIVOS
LIBROS DE CONSULTA: H. MICHELL '*. La presse au XIX siecLe, en «Petit de
Julleville», págs. 537 a 596. ~ 1. LEMAITRE, us Contemporaznes, 6 serie, París,
1898. «Mélanges» de L. Veuillot. - M. E. TARDIEV, Cours de littérature, t. 1,
Bruxclles, 1894. - P. BLANCO, La literatu~a española en el stglo XIX, t. XIX,
t. n, ob. cito Colecciones varias de revistas y periódicos esp'añoles y americanos.
388. T 000 alumno sabe que llaman peri6dicos a las publicaciones
en hojas generalmente diarias de la prensa; revistas a publicaciones
que apareceri con más intervalo de tiem-po, y que generalmente. se
editan a modo de folletos.
Los periódicos son un subgénero literario-didáctico, toda vez que
su fin es la instrucción. Es verdad que no siempre consiguen este
la~dable efecto, por la falta de educación literaria de los escritores
y por
la precipitación con que éstos se ven obligados a redactar sus escritos.
Pero nosotros vamos a estudiar cómo debc.Ijl ser los buenos artículos
de periódicos ante selectos ,modelos.
¡
l.
Siendo imposible abarcatlos todos, vamos a detenernos en los ar- l'
tículos de más extensión e importancia. Aún éstos son varios, como
varios los caracteres y tendencias de los peri6dicos. '
{
f
El carácter predominante en los diarios es el de la popularidad~
pues se publican para la lectura de toda clase de personas. En cambio,
el carácter más general de las revistas es el de la seriedad, pues ya sean
religiosas, científicas, literarias, artisticas o mixtas, se escriben para
lectores instruídos. Exceptúanse las revistas cómicas, gráficas, taurinas,
satíricas, y otras semejantes, cuyo carácter nato es la agudeza, y cliyas
reglas generales van incluídas en las que deduciremos de los artícu~os
. .
mgelllosos.
389. Articulos de fondo. En todo peri6dico importante (diario
o revis tJ,) ha de haber uno o más artículos principales, que se llaman
de fondo o también editoriales. El asunto en ellos vaTÍa, según que la
publicaci6n sea política, religiosa, científica, etc. ,Ordinariamente el
editor?l es de asunto político, vaciado en ideas religiosas, hist6ricas o
meramente informatorias, según el programa del periódico. Estudia-
remos las reglas generales en el modelo siguiente:
~ . -.
-- ".'
"
Bolmes, el gran fil6sofo español del siglo XIX, fue también perio-
dista de la escuela de Luis Veuillot. En El Pensamiento de la Naci6n
(1844), escribi6 el editorial La discusi6n y el .gobierno, del cual son
'-"--
estos apartes:
La infecundidad de la discusión para todo lo que sea gobernar -es un hecho
enseñado por la razón, probado por la historia y confirmado por 1,a experiencia. U
Los retrasos que ocasiona el trabajo de reunir los- votos de muchos para tomar '::1
una determinación; los lamentables extravíos a que cOQduce el choque de las
opiniones, de las pasiones e intereses; la obstinación en el error, ocasionado
por un amor propio pueril, que se avergüenza de apartarse dd dictamen que -:¡
ha llegado a sostener, el predominio que alcanzan 'con tanta frecuencia el in-
genio sobre el juicio, las palabras brillantes sobre las reflexiones sólidas, el
sofisma sobre la razón, la , impetuosa audacia del tribuno sobre la recátada
prudencia del sabio, contribuyen a que . las grandes asambleas sean de tod-o
punto inútiles para gobernar; y a que aún contando en su seno eminentes
jurisconsultos, distinguidos literatos, hasta verdaderos hombres de gobierno,
parezcan a menudo destituidos, no sólo de previsión y de buen ]uici-o, sino hasta
de senticlD común. Por manera, que de una reunión de hombres, estimab-Jes por
su sabiduría y discreción, puede muy bien resultar una asamblea insensata.
Esta verdad ha sido reconocida en todos los tiempoS y países; y de aquí
es que aun las repúblicas más celosas de su libertad se entregaron a la dis-
creción de un hombre, cuando para salvarse necesitan:m acción rápida y enér-
gica. En la milicia, imtitución esencialmente destin.ada a obrar, l-a discusión está
totalmente desterrada: en ciertos casos sería considerada como un crimen: uno
t-) -" sol~ manda, los demás obedecen. En las mismas reuniones donde se conrede
-c" ;1
a la 'discusión amplia libertad, es preciso muchas veces apelar a la dictadura
intelectual, si se quiere negar a un result;.Ldo definitivo. En presentándose un
negocio grave e intrincado, ¿qué se hace? Se nombra una comisión para que
dé su _dictamen... y esta comisión a su vez eÍlcarga a uno de sus individuos
el extenderlo; y comúnmente, después de debates interminables, se llega a
aproba'r lo que ha propuesto la comisión, es decir, un hombre... No tanto está
la contienda entre las opiniones de muohos, como en-t re las de los jefes enemigos ';.1
o rivales.". -
Todo se prueba, todo se comba,te: no hay nada tan absl,lrdo que un ent-en-'
dimienl!o ingenioso no llegue a hacer posible y verosímil; no hay nada tan
cierto y evidente sobr-e 10 cual no se puedan esparcir sombra's y dudas ...
,
·c
.,
:.' .:~
458 Lecci6n LX
"
El estilo es suelto, limpio y naturaL
De donde, generalizando las DOTES, diremos que los artlculos d~
fondo son la pm·te principal y doctrinal del peri6dico, cuyo arte con·
siste en tratar un asunto ordinariamrote serio y de actualidad, basado ,.,..•
en sólidas, concretas y asequibles razones, y en estilo CO"ccto, suelto
y fácil.
En las revistas se suele llevar casi todo d número esta clase de
artículos, los cuales son proporcionalmente más extensos y deben
revelar más conocimiento del asunto, y arte más exquisito en la forma.
390. Articulos de pOlémica. D ado el predominio democrático de
las sociedades modernas y la libertad (desenfrenada muchas veces,
por desgracia) de emitir ideas y opiniones, los artículos periodísticos
toman frecuentemente un sesgo ya de impugnación, ya de protesta.
Llámanse entonces artículos de política, o también de controversia,
que será religiosa, política, científica, artística, histórica . . ", según sea
el asunto que la origine.
Veamos un ejemplo :
En 1872 apareci6 en El D iario de Cundinamarca (Colombia) uu
artículo firmado por don Enrique Cortés, director de instrucción pri-
m aria, defendiendo las disposiciones del gobierno sobre enseñanza
laict!.. Don Mjguel Antonio Caro contestó en El Tradicionista con una
serie de artículos, del cuarto de los cuales son los siguientes apartes: .,
Ignorancia y despotismo envuelven injusticia e ing ratitud. Esta ingratitud
y esta injusticia, en el caso presente, tratándose de la conducta del partido
in struccionista, se manifiestan particularmente en los canceptos que emiten res-
pecto de nosotros, hermanos de ellos mal vistos, y de la Jglesia, madre de quien
ellos reniegan.
Según ellos, los instruccion istas, ¿qué valemos y qué somos los qu~ hemos
dicho: «Enséñese la doc trina cat6lica en las escuelas públicas?». Oigámosles:
El Dill1'W de Cundil1amarca, número i32, en su parte edi torial nos califica
de «ap6stoles de la 19t1oranela) ... (Y sigue copiando otros calificativos seme-
jantes que daban a los cat6licos los instruccionistas).
Pero ¿quiénes somos nosotro.'? TÁl_~ retrógrados. Y ¿quiénes son los retr6-
grados? ws ultramontanos. Y ¿quiénes son los ultramontanoJ? .. ¿Hay por
v"!ntura quiénes Cami1Je1l para lllró-s, que eso es ser retrógrado? ¿Hay acaso en tre
nosotros quiénes estén más al/á de los montes, que eso es ser ultramontanos ?
" Con palabras tan impropias, tan fósiles, ellos no pueden referirse sino, bien
a la Iglesia ca tólica y a sus ministros en general, bien en particular y perso-
nalmente a los escritores cat6Hcos que ¡'..emo~ propuesto objeciones serias al
nuevo plan de educaci6n, o finalmente a la Iglesia y a nosotros, humildes hijos
de ella, a todos jumos, que es lo más probable, sogún la vaguedad de la:s frases
y la ciega rudeza del insulto.
EX:lminemos por partes los dos casos, que pueden refundirse en UItO; y
empecemos por la Igl~ ia en general.
(Expone cómo la Iglesia ha sido sie.m pre fuente originaria de toda
instrucción). \
r"
";:..
•
periodística 459
•
Lo mismo' sucede con la instrucción d-e que se creen dispensadores nuestros
'"c.~-"- , reformistas. Todos los ed ilicios que destinan a la enseñanza son casas labradas
:''-, -'
~'- por la -Iglesia; todas las rentas de que disfrutan, ya sean antiguas fundaciones,
~~
ya nuevos impuestos, son ofrendas de un pueblo educado por ia Iglesia. "
~..
Cuando los señores Anchar y Cortés vinieron aquí a "reformar las escuelas,
la gran empresa de la educaci6n es.taba ya realizada en Colombia, 10 mismo
que en todo el mundo civilizado. por , obra y merced de la Iglesia Católica.
Ellos no han hecho sino aprovecha rse de elem,entos existentes y 'decir: - c H e aquí
que v,amos a abrir nuevos horizontes al espíritu humano».
Quitemos los curas; quitemos ' las sa.gradas cátedras, alzadas en las más
remota,s y pobres aldeas; quitemos las fu ndaciones . piadosas; qui,temos los edi-
fici os levaflrados por manos -cat6Iicas; quüemos, en suma. la Iglesia; ¿qué te-
rreno ni qué germen queda para fundar la obra de la educación del hombre?
Si ton la imaginación tuvieran nu estros reformadores la dignación, de considerar
suprimidas todas esas 'cosas, tendría n que asombrarse de su sol~da d ...
.. .supusimos, en primer lugar, que . a la Iglesia se a:plicó la censura de que
ataca a la escuela sólo porque es escuda, y a los prelados, el ca1ifi9tivo de
apóstoles de la ~'gn01:a ncia .
, Si así ha sido. y si consideramos por otra parte que los que así hablan
nada serían sin la Iglesia, no podernos menos, aunque duela, de calificarlos de
,~'
ingrato.>.
Ellos, ~in embargo, podrán decirnos: no nos ~emos referido a la Iglesia en
-. genera l, smó personalmente a vosotros que ataqiis nuestro plan de educación .
. .-',
.~ ceptado el supu_esto, examinem os este seguñdo caso:
El conocido autor d el folleto hutrucci6n pn'maria; y ' otras müchas publica-
ciones sobre el mismo asunto, es en Colombia uno de los más antiguos y más
consagrados institutores; y ha dedicado sus años geniles a componer para uso
e instrucción de la ju ve nrud la más erudita .historia patria que se conoce,
Ha encanecido, como el anterior, en la enseñanza, el director de La Caridad,
_el cual ha dedicado, según éJ mismo dice, su existencia a esas, laboriosas lucu~
bracioncs, El seiior Oniz es. además, ?utor de uno de los textos más completos
y útiles que corren e.n la república.
Nosotros mismos, los que esto escribimos, nD podemos alegar i.guales titulas;
pero algo hemos hecho en favor de la enseñanza. Sábelo el señor Ancízar.
¿Se refirió el señor Cortés a la Iglesia ? Es ingrato. " '.
¿Se refirió a 'los escritores cat6l icos? Esru'vo injusto.
Entre ingrato e injusto elija el señor Cortés, o acepte ambos predicados, o
demuéstTenos que ninguno de los dos le conviene; o por · último, sistema más
cómodo, calle, imitando a sus compañer05 silenciarios.
~ . '.
. <.
, ',
",
:<>c;
Este suelto muestra nobleza y buena fe en el polemista. L as apre-
'S'- . ciacio nes del señor Caro .brotan aquí del convencimiento y del amor '
tj' a sus creencias, no de la pasión política ni del vil empeño de hu millar
c.,
-~
al adversario. La bondad de la causa se ve lucir entre el lúcido dile- ~
,~, ma con que a.rguye: «o llamáis -dice- ignorantes a la Iglesia, o a
.;-~....
los escritor~s que la defendemos: en d primer caso, seríais ingratos,
-'":-'i .
. en el segundo, injustost. Las pruebas de los dos extremos son claras
y concluyentes. Contrastan estas nobles dotes. con la acrimonia y el
-1l,
.!"';!
't. C
' ·'
despecho que se revelan en las frases insultantes de los adversarios .
Los que en semejantes polémicas pierden los estribos y acuden a los
apodos y a los dicterios, so&pechas dan al ·sereno lector de que la ver- \ ../~
" ("
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~. ,\-,,,-,_1~,,!W<'>:'
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"""; •
,.
460 Lecci6n LX .-
dad y la justicia no están por ellos. No quieré esto decir que a lo que
es malo no se ha de llamar maldad, ni a 10 que es vicioso, vicio. En
artículo anterior de la misma contienda, dice el señor: Caro que «las,.
,. miras instruccionistas, hostiles al catolicismo de Colombia, son senci-
i
llamente tiránicas y arguyen ignorancia». Pero ni en este artículo, el
más vehemente de la discusión, se revela apasionamiento ni odio per-
sonal, sino la fue rza d~ racijcinio, cuya consecu.e~~ia, ,d~ra qui~s
pero forzosa, es que qUien mega al pueblo la rehglOn unlca que el
cree ha de salvarle, ejerce tiranía, y quien se marav illa de que un
católico escritor protest~ ' de las ingerencias seculares en señalar la
materia
. . religión que se ha de enseñar en las "escuelas, muestra
de
19noranCIa.
RESUM'lENOO, el modelo propuesto enseña que en los artículos ,de
polémica se ha de evitar la violencia, el sofisma y la mala fe,- y ha de
dominar el vigor y la claridad 'del raciocinio, con estilo más bien
cortado y conciso que l!mpteloso y oratorio.
391. Otras veces la POI.EMICA toma un aire 10COSO o ir6nico, como
puede verse en este fragmento.
El Liberal, de Madrid, publicó el proyecto a que se refiere el suelto,
y La Lectura lo refutaba así:
De ,El Liberal:
.A
"_o '
" ,
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",-' ~·C .'-' '~:';:;'~>,,:.~ ..;¡;¡¡:~~"t~~~:;;.-~ ~~.:r~..: .~~"'''''''?''''!~
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" ~ " . . .' • , • • _ " .. l. '<-
462 L~cci61l LX
Pues bien, bay que responckr; y hay que responder en primer lugar a la
prcgutlta de la risa a tu curiosísima cuestión, oh Amapola, que tal vez no
comprendes el alcance de lo que preguntas, y ciertamente no vas a entender
todo 10 que te respondo; pero ya lo entenderás cuando tengas un poco arrugada
la frente y un poco nublados los ojos, como Jos tienen todas las que, DOmo tú,
eran niñas hace veint-e afios ...
Risa es la man·ifestación natura'} de la alegría del ánimo. Es la flor del
buen humor. El aroma del contento. La hrisa de la felicidad .. .
. Esto supuesto, el reír, lejos de ser pecado, cs ' uno de: los actos más propilOS
del cristianismo y una de las exp resiones más propias de los santos, como
I
IOJ.'
- quiera que no hay cosa flUís alegre que la llJrtud.
Algunos porque ven a ciertos devotos tristes, ya se figuran que la' vida
devora debe ser una vida triste y espa ntosa. No es así: Jos devotos tristes o
son devotos artificiales, forzados o no de buena ley, o 'son trlsl'CS no por de- -,
voción, sino por carácter y enfermedad.
Prueba después con sencillez y gracejo que los santos fueron . siem-
pre a.legres, que los religiosos son la gente más alegre del mundo, que
los cristianos tiene n derecho a reír, obligaci6n de reír, que SOn los
únicos que se deben reír, los únicos que se ríen de veras; que los.. •
buenos pueden reírse siempre, que ]a risa de los buenos es la verda-
dera, Y comparando luego la risa de los mundanos con la de los
( buenos, sigue y termina así:
"
Voy a ver si te explico mí pensamiento comparando d reír de las amapolas.
con el rdr del trigo.
El reír de la s amapohs es el reír de los mundanos.
~T-e has fij ado en un campo de amapolas? Todos los días aparece lleno
/ de vivísimo esplendor. Parece que ~a'5 amapolas son flores eternas, siempre
agitando sus casquivanas cabecitas verdinegras, revestidas con un traje elegan-
tísimo de purpurina seda, parecen despreciar <tI trigo que tan modesto se pre-
sema con su ~rca lina verde, como cua,Iquiera yerba del prado. i Las amapolas,
sin embargo, no ríen más que un día-l
Cuando nace el sol empiezan a reír; halagadas por el r ocío se despliegan
de repente a gozar con todos sus pétalos, como si dijéramos, con todos sus
sentidos, del mundo. Ríen todo el día. Pero a la noche los pét:ados se ponen
cárdenos de tanta luz como han bebido, me lacia la corola, y sólo queda ro
la cabe7..a una carga inmensa de simientes de adormidera, alITlarga como los re-
mordimientos. No pienses q~ las amapolas que rieron ayer son las que ríen
hoy: a.quéllas murieron anoche, como éstas morirán e~ta tarde. Y los inocentes
creen que son h5 mismas amapolas las que ríen sin cesar.
En cambio, el reir de! trigo es el reir de los justos. '.
Ríe cuanuQ nace, abriendo suavemente COD r::us verd~ Inn~tas la invernal
y húmeda ti-erra. Ríe ·cuando en abril se agita en suavos ondas a merced del
viento. Rk cua-ndo anidan len él las calandrias, que se citrnen inmobles .sobre
;~'í{; "~{ij~W""f.f'~;L'l~~~i"*;!!$¡';';¡¡'f.¡f,,,;r;:lp"~:,,;;:~~re'R"'''~~, '~J,~., '~>!;¡'.'''-'X' ':&~:"''':-f~~
~r
,
Literil!ura - periodísúca 463 -'::-t
los fr escos sembrados. Ríe cuando con su modesta flor amarillea. Ríe cua.ndo
1
.'
se doran sus ciñas, y s~moras Se empujan y acarician chocándose sin dañarse. '
'¡ .
Ríe mucho más cuando la "barhuda espiga cabecea' brillante, Hena de hermosos ,
,,.
g ranos, como si dij éramos de hermosos pensa-m:ien tos. Ríe cuando los segadores, · ~q
entre cantos y cuentos, lo siegan oon sus ,hoors. Ríe tal vez más que nunca en
la trilla, ríe en el an cho bieldo, ríe e n la dorada garva, ríe en el rop1eto gra":
" ~
:''';
nero, y ríe hasta en el molino, donde se conv ierte en preciosísima harina, .,
entre las melodías del arroyo que salta por la presa aJ compás de la monótona
tolva .
....""
. Tal es el reír de los justos. Ríen cua.n~o niños, ríen cuando jóvenes, ríen
cuando varones, ríen cuando los trillan, y ríen siempr-e, alegrando a todos "
cuantos tra ta-D, como alegra el trigo a ·Ias alon dras, a los segadores, a los mu- ·
.chachos, al labrado~ y a todo el mundo.
D~ todo lo cual sacarás esta alegre conclusipn: ¡
:1
Que siendo buena, tienes d erecho de estar alegre y reIr francamente y sm "
escrúpulos.
.~
Ríe siempre, como cuando venías co.n aquel perrazo a preguntarme. I
Ríe y no estés triste mientras no tenga~ pecado en la conciencia.
Cuando se ve a un virtuoso reír, da ganas de ser virtuoso.
Si alguna vez encuentras a" alguna persona · devota que se empeña en estar
trist.e y de maJ humor sin saber por qu¿, déjale que ella se entristezca; que
-sufra ella, si quiere, Tú, mientras seas buen a, sé alegre, diviértete sin ofender ._~
.a Dios, ama la conversaci6n graciosa, que por .f ortuna es muy distinta de la ,"
\
escand-alosa, procura la risa honesta, la risa fran·ca, esa risa que no tiene por
-qué ocul rarse, ni avecgonzane. esa risa que tienes con los ojos bien abiertos,
con la cae·a franca, con la cabeza a1taj y. o.o esa otra risa maliciosa q u e sale ,.. !
comprimida, rasgando los ojos coI} miradas_furti vas, torciendo la boca con mue- ,
"cas de pícaros, tapando eJ rostro receloso con la palma de la mano y mordiendo \ ;~j
.el labio inferior ron los dientes; gestoS todos con qu e d ánimo todavía algo
decoroso, quiere dar a entender que aquella risa es Ínmoral e ilícita, y 00 sa-Ie .,~,
sino forza ndo violentamonte las puertas. Y mucho menos ll3'S de tener esa risa
.descocada y carnavalesca d~l que, perdida la vergüenza, " se ríe estúpidamente .~.
•
<le su degradación y besÜ'aEdad.
La risa del necio y del malo es gráf;Camen be comparada con el rujdo de
las espinas al restregarse, S¡cut sonitus spinamm rlStlS stultc,-um .
,
La risa del buen cristiano debe ser como el besarse · ¡as rosas, como el t
b ullir de las mieses, como el rizarse los pétalos, sin daño, sin asperezas, sin
,convulsiones. ' .
•)
· ;
¡D i<chosos los buenos q:ue tienen buen humor! "
,.
Ved aq uí un articulo artísticamente didáctico: instruye~ t~nt~ que-
_·en él se encuentra toda la doctrina sobre la amabilidad y alegría de la
virtud que traen las Sagradas Letras y comentan los .ascetas; pero con
sencillez encantadora. con tal magia de estilo, qu e hace falta tener d -, . -.;
>..>
O"
gusto muy estragado pára no leerlo entero con complacencia. El éasual
s,:--' encuentro con la candorosa niña es ya un comienzo atractivo, las
\;...,;.-
metáforas de que se vale para definir la risa son bellísimas, la expo-
-sición, de ,que solamente damos cuenta, es interesante y selecta, y. al
fin las dos alegrías, que.le sirven de paralelo para explicar la. risas .C
del justo y, del mundano, revelan el genio del arti.ta escritor. ·"
.' .
464 Lección LXI
LECClON LXl
LITERATURA PERIODISTICA
ARTICULOS DE COSTUMBRES, SATIRICOS,
CRITICOS
393. Artículos de costumbres. Veamos un fragmento de los
cuadros de costttmbres de don José María Vergara y Vergara. Del
artículo
LAS TRES TAZAS
T AZA PRIMERA
•
,~~,~I~~~7J"i.~;"" ,. " ,,
•• '~'h.'.\
,.,
..• Literatura periodísú"a 465
cacao canela arom ática, y se había humedecido con vino. En seguida. cada
pastilla había sido env!J.elta en ,papel, para entrar en el ar~6n en que Iba a
reposar ocho años. Para haar el chocolate no se habían olvidado tampoco las
prescripciones de los sabios. El a.gua había 'herv ido una vez cuando se le echaba
la pasti·lIa; y después de esto se le dejaba hervir otras dos, dejan.do q ue la
pastilla se desbaratara suavemen te.
El molinillo no servía para des,baratar la respetable pastiHa a porrazos
como lo hacen hoy innobles .cocineras; no, en aquella edad d e oro, el moli-
nillo no servía sino para batir el chocolate después de un tercer hervor, y com- ,
binando científicamente sus generosas partículas, hacerle producir esa espUlna
que hacía visos de oro y azul, que ya no se ve ' sino en las casas de una que
otra famil i<l que se estima. Preparado así el chocolate, exhalaba un perfume .. .
un perfume ... ¡Musa de Gre:cia, la de las ingeniosas ficciones. h azme el favor
de decirme cómo diablos se podría hacer llegar a las narices de mis actuales
conciudadanos el perfume de aquel chocolate colonial! ¡Esto en cuanto al
olfato; pero en cuanto ¡J sabor!. .. Es de advertir que la reg la usada entonces
por aquellas venerables cocineras, era la de echar dos pastillas por jícara, y
ninguna de aq uellas sabias cocineras se equivocaba. Si los con vidados eran diez,
se echaban vein te pastillas. Hoy . . ¡llanto cuesta el decirlo! quú taha fando •
temperet a lacrymú. H oy.. hay cocineras que echan a pastilla por barba. ,
".1
,
¿Qué d igo? lHay casas en que con una pastilla despachan tres vícti mas !
Pero el sabor de aquel chocolate era igua l a su perfume; la cucha rilla de
pInta entraba en el blando seno d~ la jícara con dificultad, No se hacían buches
de chocolate. como ahora, no: ni se tomab:l de prisa, ni con los ojos abiertos
y el espíri·tu cerrado. Cada prócer de aquellos cerr<lb:l un poqu'¡llo los ojos, al
poner la cucharilla de pIara llena de chocolate en la lengua; lo paladeaba, lo
traga ba con maj estad ...
Olvidaba d ecir que la vajilla en que se sirvió aq uel chocolate de que vengo
hablando, era toda de plata de martillo, y que no era prest ada ...
El aristocrá tico refresco había terminado. Los agraciados volvieron al salón
procedidos por el gran Nariño, que daba el brazo a la marquesa de San Jorge. .,.
Apenas llegaron al salón rompió la músi<.:a de cu erda que est<lba prevenida,
, con una alegre contradanza que hizo saltar de alegria a todos los que la
escuchaban.
tJ,. Eran las doce de la noche, dadas en el gran rdo; de cuco que sonaba en
la recámara, y los convidados se preparaban pam retirarse. Los hombres pi-
dieron a sus pajes sus ricas capas de paño de grana, su espada y su sombrero
.,. de castor: taos mujeres pidieron a los caballeros sus mantos y sus pastoras, y
salieron pr~cedidos de sus lacayos, que llevaban grandes faroles para alumbrar
las calles solitarias por donde se retiraban los elegantes tertulianos...
T alentQ de observación, elección de pormenores, graCIa y VIveza
en la descripción, estilo rápido, fluído y humorístico, he aquí lo que
da vida a este y a semejantes artículos. De cuyo estudio se deduce
que son cuadros literan:os que describen usos, trajes, modos individua-
\ les y sociales de ser y de tratar, costumbres, en una palabra, antiguas
.l, o contemporáneas .
,y., • 394. Artículos ingeniosos y satiricos. A veces las costumbres de la
sociedad son ridículas o censurables; y el a rtículo que pinta ~sas cos-
tumbres se convierte en z·ngenioso y en satírico.
L éase aquí de nuevo el artículo de Selgas, copiado en el número
,i
30-Ll'fERATURA Pl:\EC"EPTJV~
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466 . Lección LXI ""
(36). La lectura de ese y dé otros muchos del mismo aqtor en Hoi~r .
sueltas~ Delicias del nuevo Par.aíso~ Fisonomías cont.emporáneas, etc.,
da idea clara de 10 que son esta clase de artículos. El hecho de un
viento impetuoso que reina en Madrid le inspira esa serie de ocurren- .!
cias agudas y graciosas. Ocurrencia feliz es decir: «¡El huracán I ¡He,
aquí el ruidoso acontecimiento que t<;>go lo agita en estos días ... Hoy
rodo el mundo se deja arrastrar por el viento que sopla . .. ». Y mues-
tra más ingenio, da más interés el artícúlo cuando hablando en sen-
tido tropológico, dice: «Cada uno tiene su aire . . . Todavía no sé a
quién se debe temer más, si a un hombre airado o a una mujer \ , .
desairadal> , Convierte el suelto de ingenioso en satírico cuando acaba
• diciendo : «¿Qué hay en Madrid? Aire ... Vamos donde el viento nos
neva. Estarnos como los "'diamantes, montados al aire~, etc.
Más 'alcance de intención, más satírica inve~tiva, se ve en otros
articulos del mismo Selgas, por ejemplo en el titulado La caridad
moderna, donde entre otras cosas dice:
... Se rrata de un baile, que es el bello desorden de la sociedad, en el jardín
botánico, q ue es el orden científico de la naturaleza, _
El jardín se convierte en un salón; aquellos árboles severos e in sensibles '
"an a pregenciar las tiernas locuras de los más tiernos sentimientos; el fausto
y la .a,legría van a reunirse all í, a celebrar las angustias del hombre y la es tre-
chez de la miseria.
Es una fiesta en nombre de los pobres, un placer en nombre del d olor, una <-
fel icidad en nombre de la desgracia.
Semejante pro(:ij,gío lo d",bemos a la profunda caridad que se anida en el
fondo insondable de uno cuantos corazones sensibles. La caridad no había . ,
• encontrado más que dos maneras de ej ercerse. No sabía más que llorar con
,
,
el afligido, o partir el pan con el desamparado. Esto es : consolaha o socorría. .. i
D aba limosna de su bolsillo, el pan de su mesa, y tomaba del infeoliz a quien
1
.,
socorría, la parte de pona necesaria para dejarle consolado.
Pc~o éste era un procedimiento demasiado vulga-r, una compasión poco
dísünguida, un modo de hacer bien, ramplón, sin buen gusto, sin elegancia,
sin fau sto; una caridad, en fin , demasiado pobr.e, sin brilhlOtez, sin gloria ...
EUo es q ue sería edific ante el espectáculo q ue debió ofrecer el ja-rdín botá-
n ico a las miradas de los curiosos.
Cuatrocientas personas; todas escogidas, se reunieron aHí a dar al mundo ,.
públi co testimonio de la sensibilidad de sus corazones.
H abían acudido a la cita de un baile con puntualidad consoladora.
¡Qué esmero en la caprichosa variedad de adornos !
¡Qué gusto en la riqueza de los vestidos!
¡Qué gracia en el encanto de aquellas sonri-sas!
¡Qué fu ego en los relámpagos de aquellas miradas!
j Qué aflicción en aquella alegría!
¡El bulle' espléndido!
¡La orquesta incomparable!
¡Qué vals aquel! ¡Qué polkas aquellas! ¡Qué an,imación, qué regocijo, qué
matgnifkeuda!
Es decir :
ji ¡Qué solicitud para los pobres!!!
........ , " . , '-
...... " 1 .Literatura periodística 467
,
,,,".
..
de desaparecer la re religiosa, el arte, el enrusiasmo, d 'idealismo, la industria
Y el comercio. IT odo por el deletéreo influjo de la raza jurlJa! ...
, La virulenc;ia de los a.t.aques personales quita autoridad a este libro, de
"
-,
indiscutible valor y extraordinario alcance, que si no produjo la reacción aD- ij
f
"~ .,. tisemita a que se enderezara, logr6 innogable éxito de Jo:tura '1 fue origen de
, lamen tahilísimos incidentes. _
.~
,
...¡
\.' f
Nos referimos a ¡as -encar.f!i'Zadas polémicas, con.cIuídas en dos dudoso "
• , '.
,
, . 'i';;'<..,:y."''-,,> ~ ~C, " ''''''00,
".'-
:~
Lección LXI \
,o '
y la ironía luchadora, que caracterizaron, hasta los últimos años, su fecunda
labor periodística. Y adolecen ... del defecto periodístico por excdencia: la"irh-
\;~
provisación, que. unas veoes lesiona a la exactitud y otras a la justicia ... 'o
•
I
.'-
Ahí está don Víctor Balaguer, tío del señor Marín, qu-e también es un
poeta muy mediano, y sin embargo, si a estas horas no es ministro, es porque
no quiere Sagasta; pero no por culpa de los versos.
1Ah, señor Marín !Poetas líricos, 10 que se llama poetas, tendremos en
España a la hora presente dos o tres. a 10 sumo. Ya ve usted qué pocos.
Quedan cerca de diez y siete millones de españoles que no son poetas líricos.
Pues bien; usted no hace más que votar con la mayoría.
Usted es uno de esos diez y siete millones de ·españoles, que, sin ser poetas,
son heroicos descendientes de los vencedores de las Navas, de San Quintín, y
otros, y otros campos de Agramante.
Después de todo vale mucho más ser español que poeta lírico. Aquí me
~, tiene- usted a mí que tampoco soy poeta lírico.
vt;. ¿Cree ust~d que por eso me apuro?
Ni pensarlo; como, bobo, pago la contribución, y todo en prosa pura.
La vida ~s prosa, señor Marín: usted ha creído que la vida" era una sene
de sonetos.. No, hay tal cosa.
,. Lecctón LXI '
470
., .
• - Ya caerá usted de sus sonetos y v(:rá que se puede v:.iv~r SUl necesidad de !
consonan.tes.
'.
"; Yo nunca _hago más consonantes que los que me salen PO! casuaIldad, y
, me va ricamente:
Ame usted la naturaleza, señor Marín; madrugue usted si tiene virtud su-
ficien te para ello; admire usted el genio, la virtud, la 'be.IJeza; llore usted sus
penas, cante sus. alegrías, y tenga usted salud y pesetas, si a tanto llega su
. buena suerte; pero déjese de encasillar la vida y sus impresiones en esos catorce
pies que se JJap:lan sonetos:
¿Qué edad tiene usted? A juzgar por las barbas del retrato, ya llega 'usted '
a los veintic.inco. Pues es tiempo de pensar eó ol'fa cosa. ,_o s.
" :::;"'-
H aga usted una familia, si no la tiene. Y si la tiene, haga ' usted otra. Di,go,
no, eso es una atrOl?idad. En fio', haga usted lo que quiera; pero no haga usted
versos, porque, salvo mejor parecer, ya ha hecho usted bastantes .
• • • "
'. ~-
Para concluÍr, señor Marin.
Acaso usted crea que hay poca cortt"sfa en mí, cbntestando de esta manera
a la fina dedicatori'a del libro que usted me ha regal ado, y que yo le agra~
dezco, porque a libro regalado DO 'hay qu e mirarle el diente.
Pero, observe usted, que aunque US!ed me llame eminente a mí, y . .
Clarín d~ voz ituomparable.
etc., etc., esto no es razón para que yo le pague con liSonjas parecidas.
,
.. Yo no' soy emin ente, y eso que, cómo dijo !!l poeta;
Los hombres ~mtnentes hoy pululan;
per'Ü auo'q ue: lo fuera, n.o por eso sus ver90S de usted serían meJores, etc.
, , .
N érvo, Zarco, ,A. Reyes, G~rda, Naranjo, De Sales, Pérez, H ernández, .
Gutiérrez, T osta García, Sistiaga, Bolet" Peraza, . F. Tej era, Zerpa,
,- . Máeso, Mitre, Ztlbillaga, Lauxar, G6mez Carrillo *, lotabeche (Va-
'Ilej o), Díaz Garcés, ..Caicooo Rojas, Vergara' y Vergara, Silva, J. M.
" . Marroquín, Villafañe (Tic-Tac), Nieto Caballero', Malt"e Renard
(A. Solano)', etc.
COMO EJERCICIOS pueden leerse algunos de los modelos citados. De los mis-
mos autores podría sacar ideas el profesor qué dictar. para que los alumnos
compusiesen esbozos de los artÍculos estudiados.
",
396. Artículos~cartas.
Muchas veces tom'an los articulos periodís~
ticos la forma. de cartas,
. dirigidas a un corresponsa:l 'verdadero
. o
' .. ficticio.
Tales son los artículos ütulados Carta abierta a... X, muy frecuen- '
I tes en los diarios, tales las Cartas al arte de las Observaciones sobre
el estado político y religioso de España, de Aparisi y Guiiarro, en La
. Restauraci6n; las cartas críticas del Fi16sofo Rancio (P. Alvarado);
-las tituladas Una excursi6n a España. de don Alberto Urdaneta a don
·Carlos Martínez Silva en el Reperto~io Colombiano (tomo v), las de
don J. J. Ortiz, Cahas de un sacerdote cat6lico. publicadas en El Por-
ve1lir de Bogotá en 1859, y taJes, en fin, las célebres y chispeantes del
presbítero don F. Mateos Gago al director de El Oriente.
Semejantes articulas, asi como pudieran haberse redactado descri-
biendo, defendiendo o refutando, sin dirigirs'e a ningún individuo '
.. ,~
deter:minado, pareció mejor a sus autores redactarlos en forma de
cartas~ con el objeto de interesar más, por' la variedad 'y por el sello
.' de intimidad que aSl puede darse al escrito~
fl¡
.4,
.
Fuera de "este tono de familiaridad epistolar en la forma, deben
reunir las mismas condiciones de solidez de ideas, amenidad, ingenio-
sidad o sátira, q\le se' han -estu.diado en los otros artículos.
R ECONSTRUCClON SINTIiTICA. - Estud iado el artículo de Vergac-a~ Tr~s tazas,
deduzca usted las cua li dad~s y definición de 1m de costumbreS (393). - 'Qué
cualidades deben tener los artículos ingeniosos y satíricos, y qué se ha de evitar
en eHos, según se nota; verbi gracia, en Selgas (394). - Qué oualidades exigen •
los artículos de critica y qué faCultades sup0-':1en, según se ve, verbi gracia, en"
-uno' de &>tllán o en uno crítico-satírlco de Clarín. Cite modelos de buenos .
. .articulistas hispanoamericanos (395 y 395-bis) . - Especialidad de los ardculos-
..
"
canas. Modelos (396) .
LEcc;.ION LXII
LA CONVERSACION CULTA
,
\Il
, ~>.
LAS CARTAS
,.
LIBROS DE CONSULTA: LA BRUYERE, Les caractb~s, c. v. De -la société et de la .-', ¡
oonver.sation. - VUEST, S. J., Littbature. Ob. oit. - ,B. VAN HOLLEBEin,
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' ,..?
. ,
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•
472 Lección LXII -.,
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·1~~·" . . .):,; , :~ .
, -~', I , "-
\ .<' '1
~
La conversaá6n culta 473 "
¡
•
bre estos títulos, el InstitUto, ' que las promueve con, celó infatigable, funda el
más cierto dereoho a la protección de vuestra excde;ncia, la cual implora, Heno
de respero y confianza; así, como el más ardiente deseo de la prosperidad y
gloria de vuestra excelencia, po~ la qul" rogará i n c.c:sant~ente al Ahfsimo 2,
N6tese qué pronto entra en materi~, y cómo se limita al'objeto de
la carta, que es imploJ'3f la protección del ministro, a cuyo fin ade-
lanta la felicitaci6n del Instituto Y' promete oraciones,
Es 4u~ -esta ca rta es de las qu e llaman de neiocios; en las cuales;
toda digresión está de m#~; pero deben._.reforzarse los encargos o ~ "
para semejante pena, cuánto más tan ruines como yo. Su Majestad lo baga
como poderoso, y sea compañía de v. m. de aquí en adolan te, de manera que:
no eche menos la muy buena que ha ·perdido.
Es hoy víspera de la T rasfiguración, Indigna . sierva y súbdita de v;. m"
'~
,.,.'
'.
"
.
Teresa de Tesús (CarlM, 292).
NOTESE la sinceridad de la, santa en mostrar su .condolencia. No
j.'. oculta la razÓn que la persona afligida tiene de apenarse; pero la
, esfuerza con 105 motivos sólidos q·ue tiene d cristiano en esos trances,
1,.;'
¡..:.
,"
y con las oraciones de todas las religio~as. No se· distrae tampoco en
otros negocios o noticías importantes en ' tdes circupstancias. o,. •
,¡J
2 Obras de ¡ovellanos, edición d~ Ribadeneyra, t. II, 331·339. t;\:
, - .
.f;:.'
~.,.. .,:
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.'!
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. '¡",.. ~ :::~t:\
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475 , ',,,:
'~li
.~:
I.-,~ ,
. y a los convalecientes una visita; y adi6s, hija, que te me guarde cuanto ape-
tece tu amante Pepe. - Mariq uita mía.
-
,~~-
• Obsérvase el carácter confidencial y la intimidad 'fraternal con que
com'u nica sus hipocondrías; pero todo ello envuelto en cierta dignidad
.... ,-
, ,
y espíritu cristiano, como-cumplía a un religioso.
\ " y claro. es que no debe ser tanta la familiaridad cuando la corres-
pondencia es entre amigos, pero al 'fin extraños, que cuando se esta~
bIece entre madre e hijo, hermano y hermano, etc. -
Tampoco están suj'etas estas cartas familiares a plan estricto ni a
orden riguroso de pensamiento1. Evitando la irreflexi6n y la negligen-
" cia, los desprop6sitos, la futilidad y las inútiles repeticiones, hay que
dejar correr la pluma con el 'espol).táneo abandono de lá conversaci6n
.'
>
en la intimidad de' la familia. -
' 'W3. El estilo que en las tres cartas ,se observa es llano, au nque "
más respetuoso y atildado en las dos 'primeras, ' por ser de as unto más
serio y por dirigirse a personas de más respeto.
N6tese en la tercera -carta las frases -caseras y humorísticas (<<No
s,e me ha dado un bledo., .», «bobona>, <vete a:l rollo>, etc.). y: es qUe
• en estas cartas vienen de molde los dichos familiares y los refrapes
oportunos, y hasta algún que otro vocablo equívoco y aun d e idioma
. ......
,,
,
,
. ~,';l- -r ~; - _.-, '-~
-- '-'-;;'
,
INDICE DE MATERIAS
PAGINAS
LITERATURA PROCEPTIVA
LECCION 1
~
0'-'
Definición de lo sublime deducid:J de la poesía Al T equen- "
t--
LECCION VI . ..~
-. "'-
,
..-'
,
¡"
\ Escuelas .literarias
" '
,-l'
, '
Libros de consulta. El dasicÍsmo: 10$_griegos y . latinos. El
" , seudoclasicismo. El romanticisrno_ e.\tudiado intuitivamente en
El diablo mundo. I....ección práctica deductiva. Los parnasianos. , ,.
El realismo artístico. El ultrarrealisIno o naturalismo. El idea· ,
lismo. El decadentismo: sus' .principios teóricos y resultados
, prácticos .. El modernl!imo. Reconstrucción s:intética 53-67
¡
LECCJON VII
, , '
,
!,
,
Elocución y estilo
I
Libros de consulta- .. , ,
Instrumento artístico de la belleza 'literaria. Estudio de ,:'
las cláus~las y períodos. Sus dotes. Reconstruc~ión y ejercicios
1,
práciicos , ( 67-71
l
~ , LECCION ' VIII ,
Elocución. N ocióo clara y completa del estilo
r
,
•
Tres distintas' operaciones de la redacción. El arte de la
elocución. Sus dos elementos. Estilo subj~tiva y objetiyamente
considerado. Su distinció? del lenguaje. Reconstrucción y ejer.
CIClOS •. 71-74
"
LECCJON IX
•
. ' esenciales del estilo. Originalidad
Leyes y cuahdades
Originalidad en la concepción. Originalidad de expresión.
Equívoco, precisión, exactitud; términos generales y abstractos.
ReconstrucCión y ejemplos " ' ,'. . 74-77 ~,
", . "
~"
.,.::~.
LECCION X
.
,' , . •
PAGI~AS
"
LECCION XI ,-
~ .~
.- " Oportunidad. clases de estilo más principales,
.•.. 1
,
.
, según la natu(aleza ele' las obras ,. , ~
.' _. Estudio de
la concisión. ' Difu$i6n. Medios de adquirir con- ,
cisión. Ejercicios de c'omposición y recon strucción 89-92 ,
•
,
..
"
n~ma; dubitación, co~unicací6 n, suspensi61), gradaci6n, conce~
sión, ant icipación, pr~ terición, retícenGia, corre.cción. Ejerciciós "
96-!()1
..
'.:i
',;,:
y reconstrucción .. .. . .
LECCION xv ., "1
,. .1,
Otras fig.".as del primer grupo . ":~
Figuras por repetición: anáfora, conversión, complexión, re~ , .~:
;;j
':"v construcciólJ: 114-120
" ,,'
f;:~ , ,
T. ?;l
-¡.....
' -.o.: _:
"
' ~-.,. ."
• ."...
. -"'
, ,;.o.<
.'~
480 Literatura preceptiva • ,. ¿
PAGINAS ·
LECCTON XV1T1
Metáfora. Alegoría
Explicación de la metáfora. Ejemplos selectos de los mejores
autores. Leyes. Alegada. Ejercicios. Reconstrucción 139-144
•
1;.ECCION XXII
AnnonÍa de estilo
Estudio analítico de esta dote en un fragf\lenro de fray Luis
de León. Elementos de armonía. Vicios: cacofonía, hiato, son·
sonete, etc. Estilo numeroso ° periódico. Armonía imitativa y
expresiva. Ej ercicios prácticos y reconstrucción ' 148-158
LECCTON XXIV
, Disposición • : ~.
"
' ::1
1~ •
Necesidad del aflte de ordenar los materiales. Plan y partes
,
,
que comprende. Principios directivos. Ejercicios prácticos. Re-
construcción .. . . .. 178-180 "
GENEROS LITERARIOS t
31-LlTERATUltA PRECEPTIVA .,
". ..
,u·. 1 } " ..
:''; " . ... .
..
~
, • ,
PAGINAS
1 • LECCION XXX
LECCION XXXI
LECCION XXXlI
Combinaciones aconsonantadas
Pareado. Tercetos. Cuartetos. Cuartetas. Quintillas. Quinte-
tos. Liras. Sextetos o sextinas. Seguidillas. Ejercicios y recons-
trucción 208--217
, .
.'
LECClON XXXIII ;,
LECCION xxxv
- Variedad de composiciones líricas. Oda
1,
Oda. Su origen e historia. Clasificaci6n. Análisis de odas: ..
••
sagrada, heroica y filosófica en fray Luis de León y otros mo·
delos. Anz¡oreónticas. Poesía erótica. Reconstrucción .. ,. -, . . 234-244
,
.""
"'-l
" ,.
.... . .•: ' • • .< >
~c ".'~
:\ ~. ,-
LECCION XXXVII
{
• Poemas menores de carácter lírico
Madrigal. Epigrama. Dolora. Rimas. La lírica popular. Ba~
ladas, Letrillas, Ejercicios. Reconstrucci6n . '. . ." 254-261
. '
LECCION Xlq{VIlI
, POESIA EPICA
Libros de consulta 276
LECCION XXXIX
•
~)'r;~'7r~" 7 i"~:'i;~'':::~1~~~1{¡,\7~~r%?~o/f;';~~¡''''~7~;\~':,>,~.1~l
. . . ":. -~M
,
v, LECCION XllI ,
Unidad, verosimilitud ,é integridad de la
,obra d¡:amática '
_Unidad en Lances de honor. Sencilkz y complejidad. Uni-
.'..
"
dades de tiempo ' y lugar. Verosimilirúd dramátiéa. ..,Dra~as
, fantásticos. Integridad en la exposición, nudo, peripecias, de-
senlace. Reconstrucción . . . . . . . . .. . . .. . . .. , . .. 329- 335
LECCION XUIl
w LECCION XLIV
,
Tragedia, c,o media, etc. · '
~~'
, OrIgen de fa tragedia y. su historia. Argumento de la tra~
, gedia Virginia, de Tamayo. Elementos esenciales y distintivos.
r
1"
Definición y modelos. Origen e historia de ·la comedia. Carácter
.: -distintivo de la comema actual. · Definición y leyes , Variedad de
F comedias, Sainetes, entremeses, pasillos, zarzuelas, loas, etc.
,
Reconstrucción. Ejercicios . . , " " . . 340-355
I •
," NOVELA Y CUENT O
'. ,
r.~
" ..
PAGINAS ",
LECClON XLV!
Cuento
Cuento histórico y fantástico. Dotes. Historia del cuento.
Ejercicios, Reconstrucción 364-369
LECCION XLV!ll
Poesía 'didáctica
, ,P oema didáctico, definición, modelos. Epístolas poéticas. Su
forma, Fábula. Su naturaleza e historia. Paráb~las, ap6logos.
'. ' Poesía gn6mica. Eiercicios. Reconstrucéión 369-374
, DE LA ORATORIA
. Libros de consulta. , , . ,) .
, 374
LECCION XLIX
De la oratoria en general
Discursos. El 'discurso de Dem6stenes sobre los· aconteci- ,
, mientos del Quersoneso. Fin y esencia de la oratoria. La be~
llezaen la oratoria. Nobleza ,de la oratoria. Oratoria :y elo-
cuencia. Reconstrucción ,." ' 374~388
LECCION L
PAGINAS
,,.,.
LECCION LII
,
Elocuci6n oratoria. Cualidades del orador
Dotes del lenguaje y estilo oratorios. Cualidades del orador. ,
i·
Improvisaci6n. Reconstrucción .. , . . . .. 398-401
¡
.-\,
LECCION- UII
, ~,
i Subgéneros oratorios ._<C
,
Carácter de la oratoria parlamentaria. Modelos de Aparisi.
Cualidades deductivas. Modelos. Dotes del orador. Oratoria
popular. Oratoria militar. Reglas. Reconstrucción 401-410
LECCION L1V
LF..CCION LV
Oratoria sagrada
Libros de consulta. Carácter. Moddos natos del púlpito.
Deducciones importantes que confirma la encíclica de Benedicto ,
XV. Buenos ejemplos de esta oratoria. Elocución. Reconstruc-
ción. Ej,ercicios _ _, ,_ 418--426
/
LECCION LVI
1 DIDACTICA LITERARIA
! Libros de consulta 440
LElCCION LVII
)
.,
l mlicc de 'materias 487 -, ~,
PAGINAS
LECCION LVIII
,l .. "
Tratados magistrales y elementales
Dotes del tratado magistral. E studio de los elementales. 1
,
Monografías. D isertaciones, tesis, dIálogos científicos. Ejercicios.
R«onstrucci6n .. . . .. . . . . .. .. . . .. .. . . 444-448
LECCION LlX
,.t \
•• La historia literariamente considerada
-;i 1
H istoriadores antiguos y modernos. Estudio de la historia
artística. Definición y leyes. -Recursos históricos. Modelos. Ejer- :'·1
CICJOS. Reconstrucci6n .. .. .. 448-456
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LECCION LO' _' :1
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Literatura periodística _1
Libros de consulta. Los periódicos como su bgénero didác-
tico. Artículos de fo ndo, -Artículos d~ polémica, serios e ir6nicos.
Artículos ameoo--i nsu:uctivos. Ejercicio. Reconstrucción . _. .. 456--464
, LECCION LXI
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Otros artículos periodísticos
Artículos de costumbres. In geni osos 'j satíricos. D e crít ica e ,i!,¡
información. ArtÍculos--cartas. Reconstrucción ... . . .. . . 464-471
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LECCION LXII • _'o:
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La conversación culta. "Las cartas
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.. Libros de consulta. Estudi o didáctico de la conversación
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oral y escrita. Leyes y arte " la culta con versación. Cartas de
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negocios, de cumplimiento y fami liares. Estilo, importancia y
~ valor histórico de las cartas. Ejercicios de composición. Re·
cpnstrucdón sintética . . 471-476 í
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490 Literatur.a preceptiva
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Cromwell 353. .
,. Cruz Ram6n de la 309. Eehegaray José 100, 125, 295, 298, 303. ,'
Cruz Sor Juana de la (mex.) 254. Echevarrí, E. (arg.) 255, 266, 279.bis,
Cuéllar (mex.) 323. 282.
Cuervo Ruf. (col.) 154, 158, 160, 324. Echeverrí, A. (eost.) 260.
Cueva de la (mex.) 309--bis. Eguía C. 166.
.. Cuevas J. M. (mex.) 353.
Curro Vargas (F. Urquijo) 395-bis.
Eguilar L. 261.
Ercilla 210, 279. .'
Errázuriz C. (chi.) 349, 387.
CH Escobar E. (ven.) 324.
EsgueHa N. (col.) 353.
Chacón y Calvo 39S~ bis. Esopo 326.
Ch.v"'o (mex.) 353. Espinosa 366.
Chiá-porri (arg.) 319, 323. . Esproneeda 45, 166, 236, 247, 251, 252,
Chocano Santos (p.er.) 54, 166, '265. 266, 280, 282. .
Esquilo 300.
D Esquiú Fr. (arg.) 366.
Estanislac Fr. 362, 366.
D'Annunzio ·51. EsteUa Fr. Diego., 81.
Dante 150, 276. Estrada ("g.) 353.
Dant6n 353. Eúrípido, 8, 141, 300.
Daudel 51. Eyzaguirre (chi.) 387.
Dáva,los (mex.) 309-bis.
DáviJa Flórez - (col.) 353.
, De Konin (ehi.) 276 (nota). F
Delavigne 300.
DeI'gne G. (dom.) 265, 266. Fallon Diego (col.) 248, 266.
Delgado R. (mex.) 323. Fav. Max (chi.) 253.
Dem6srenes 106, 137, 141, 177, 328 a Fd¡res Co,dero (ecua.) 319, 357, 359.
349. Fodm 326.
Derrger 357. Feijóo 149.
.,. Díaz Arrieta (chi.) 323. Félix P. 369.
Díaz Eugenio (col.) 319. Fenel6n 364, 367.
Díaz Escobar (ecua.) 260. Femán Caballero 75, 313, 319, 323.
Díaz Ca'fcés 395.bis. Fernández Ardavín 309.
Díaz Mirón (mex.) 54. Fernández Cayet. 326.
Díaz Rod ríguez (ven.) 319, 323. Fernández Medina (UfU.) 319. •
Dickens 3 19. Fernández Shaw 309.
Diego J. de (P. R.) 353. Ferrán 260.
Diéguez J. (guat.) 220, 264. Ferrari 54.
Díez Medina (bol.) .54. Figaro (Larra) 105. '.", -'
Domínguez Camargo (col.) 99. Flauben 51.
Domini-ci A. (ven.) 51, 309~bis, 319. Fléchier 368.
D'Ors 395-bis. F.16rez F. 395-bis.
Dryden 300, 326. Foroer Pablo 383. ,
Dumas 300, 315. Forivoli 300.
Dupin 357. . Fray Candil (Bobadilla) (ven.) 395·bis.
Duque de Rivas 266, 279-bis1 282, 300, Frclrc Ja,imcs (bol.) 387.
303. Frías F. (uru.) 349, 353.
Durán R. (cent.) 387. Froissard 387, .\ ..
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lndice onomástico 491
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Mojia "E. (roL) 251. Nerv" Amado 167-bis, 2.12, 227, 232, ~.A
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" Mesonero Romanos 395-bis. o .'
. l ·' 'Miehelena T. (ven.) 51.
"i,. Miehelet 373. . . Obligado R.(ar,g .) 22-bis, 33, 248, 250,
Milá Y Fonranals 34,. 202 ..
Milanés' 249.
264, '279"bis, 282.
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Ocantos ,C. (arg.) 319.
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.!,... ' Milton 21, 127, 276. O'Connell 350, 353, 354.
" Millet 5. Ojeda Fr. Diogo de 21, 276. .
1,' ' Mira de Amescua 25L Olañe" C. (boL) 353. • '. .1
Mook Ar. (ehi.) 308, 309.bis. Oyuda Cal. (~rg.) 246, 250, 265 . '1
Morales de la Torre (por.) 323 . . i
Moradn L. 108, 267, 268, 304, 306, 308•• P -~r:
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' , Moradn N. 134, 207, 229, 232, 256, , '~~~
283. Pablo San 17, 360, 361. I ··;:i
.Morero Ag. 304, 308. Pagano S. (arg.) 309-bis.
Pa.lacio A. 395-bis. ,
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, , Mujia Mada J. (boL) 88. Palacio M.an. 51, 260. "', ."0;'.'
Mulkr 387.
Palacio Va,ldés 319. ..
Mun (Conde de) .350, 353. '. - ~.,\
Muñoz y Pobón 319 (nota).
Paláu 260.
Palma C¡. (pei.) 323. " , ,
. Muñoz Seca 309. 'Palma J. J. (eub.) 249, 253. .' , ", "
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Pardo Aliaga· F. (peL) 84, 262, 267. Quijano Torros (coL) 29$ (nota),
Pardo Bazán 51, 319, 395-bis. 309-bis. ,,"' '''''-
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Pardo F . G. (ven.) 247. Quir6s Pedro 255, 279. ";
, Parellana Pab. 308. Quintana Mau: 239, 243. 247, 290.
Paso M. 309. Quintiliano 147, 161, 342.
Pastor Sud. 38 lo Quiñones Dr. 366. .
Payno M. (mex.) 319.
Podroso E. G. 299 (not.). R
Peña Belisario 246, 248, 253.
Peña G. (mex.) 319. Racine IZO, 300.
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Peón y Contreras (mex.) 309-bis. Rada Pbro, 368 .. ""
Pereda J. M. 75, 110, 117, 319, 323. Ramírez Angel 395-bis.
Pérez A . 404. Ramón y Cajal 373. .
Pérez Aya.Ja 51 . Ráulica P. 366.
Pérez Bonalde (ven.) 259. , ~'..! :í:
'Ravignan P. de 369. "
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Pérez de Guzmán ' 387. Rei noso Félix 264, 283.
Pérez de Oliva 379. René Moreno (boL) 387.
Pérez Fernáodez 309. Restrepo T irado (eol.) 387,
Pérez Gald6s 315 (not:i), 319. , Rev illa 288, 395-b...
Pérez Peti t (rn<x.) 303. 309-1>is. Reyes A. 395.bis. >
Perieles 349. ,
Reyes Rafael 227, 254.
Périer 353. Reyes Trinidad (gua.) 366. ,- . ,
Pesado J. J. (mex.) 22-bis, 33, 246, Reyles C. (roex.) 51, 319.
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250.
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India onomástico 495
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v, Villalañe (Tié-Tae) (eor.) 395-bis.
Villaverde C. (eub.) 323, 319.
Vaca de Guzmán (],ol.). Villaviciosa 381.
Valbuena A. 164, 2Q8 (nota), 210. , Yillegas 220.
Valderrama Pedro de 366. Yillegas F. (Zeda)' 395-bis.
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Valdés Juan de' 379. Vinci LeopaáfQ 12. .
Valdés (ehi.) 357. ' :. Yinuesa ~66, 368.
Valdiv i, A. (cub.) 309-bis. Yirgilio i b;"41', 264, 276, 324.
• Valdivieso 299. , "- Virués 279. ,"
Valencia G. (coL) 266, 280._ Vischn er 22:
,.,', Yaknzuela M. (001.) 227. Vital Aza 304, 309.
Yalera Ju an 14, 75, 76 (nota), 311, Vives 373.
" 31G (Mta), 319, 359, 378, 395-bis.
Valmiki 14. W
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Valle del (arg.) 354.
Valle E. (boL) 353., 'Wagner R. 299.
.. Valle Inclá n 51, 309, 319 . Walker M artÍnez (chi. )
Van Trich P. 125, 189. Waher SeO" 319.
Varela J. (arg.) 247. WaSl Hugo (arg.)· 319.
Vargas Ponce 267. Weber F. 276 (nota) .
Vargas Vila (coL) 51. Wills Ptad.illa (coL) 323.
Vargas T eod. P. (coL) 19 (nota ), 246,
" 254, 358. y
Varooa (cub.) 387. Yepes ¡os'; R ( ven.) 23, 35, 261.'
Vásquez Mella 349, 350, 352, 353, 354,
359. Z
Vega D. de la 366. ,
Vela P. 368. Z,ldúa F. (001.) 366.
Venegas A. 109. Zaldumbide f. (ecua.) 247, 279-1:>is, 387. '
,< - Ventura el<: la Vega 268, 300.
Verdaguer J. 150.
Zamacois' 5I.
Zamudio A. (boL) 267, 323.
Vergara y v ergara (col.) 393, 395-bis. Zarco 395-bis.
. Vetlaine 52. :lenea (cub.) 250.
Ven)e Julio 311. Zequeira (cub.) 247. ,
.' Vergniaud 354. Ze:rpa 395-bis.
Vial y Allende (ehi.) 309-bis. Zola E. 14, 50, 51, 124, 315.
, " '; Viana J. de (mex.) 51, 319. Zorobabel R. (ehi.) 349, 353.
Víctor ,Hugo SI 300. .
Vicuña Mack~nna (chi.) 117, 387.
Zorri11a José 10, 30, 44, 166, 201, 205,
233, 236, 266, 279-bis, 282, 292,
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1 Vieira Am. P. 342. Zorrilla San Martin (uru:) 247, 279-bis.
Vigi l (m<x.) 387. ZU,billaga 395-bis.
Vilariño P. 392. Zule" E. (col.). 319.
, ViIl.e,pesa Fr. 152, 282, 298, 300. Zurita 387.
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