Está en la página 1de 1

Día séptimo tras la llegada a la Colmena Omega.

El 34º de los Centauros de Betic lleva varios días hostigando el borde exterior de la Colmena.
La lluvia hace que las patrullas sean mucho más tediosas, y aunque la contaminación de este
planeta nos ayuda a pasar desapercibidos, creemos que la inhalación de esta atmosfera por
más tiempo del necesario nos llevará a una dolorosa muerte. Llegamos de la última misión en
Iocanthos, en el Sector Calixis. La llamaron a posteriori Esclarecimiento. Mis chicos y yo, el
Sargento Malicus, acabamos con un acto de herejía que se cometía allí. El levantamiento de
una catedral en nombre de San Drusus, cuya localización resulto ser el lugar de numerosos
siglos de sacrificios. La mente del Abad estaba corrompida por un demonio que caminaba
antaño por ese planeta aunque no llego muy lejos gracias a Severus “El Aniquilador” y su rifle
de plasma patrón Ryza, bautizado como “El Santo”… aunque esa es otra historia.

Hemos tenido contacto con algunas avanzadillas de pieles verdes. Parecen abundantes por
aquí. Ayer el hermano Quintos acabó con una docena de ellos, su “Purificador” hizo gritar a
esos pieles verdes como si no hubiese un mañana. Por otro lado, el Tridente de la Discordia
(Lazarus, Khan y Crisis) han dado con un par de exploradores eldars oscuros. Esos afeminados
amantes del masoquismo tienen sus mentes corrompidas por sus dioses oscuros. Parece que
el encuentro con una patrulla de brujas eldars que acecha este sector del anillo externo de la
parte de la subcolmena es inminente.

No dejaremos a ninguna con vida. Nosotros no hacemos prisioneros. Sabbat Mártir, que el
emperador nos proteja.

Fin de la transmisión.- Sgt. Malicus

"Aunque mis lágrimas fueran tantas como las gotas de lluvia que caen sobre los
bosques de Hagia, una por cada alma caída, leal al trono, no serían
suficientes."
—Evangelio de Santa Sabbat, Salmos II-VII

También podría gustarte