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ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACION PÚBLICA – ESAP-

PROGRAMA DE ESPECIALIZACION VIRTUAL


ANALISIS POLITICO CONTEMPORANEO

ANALISIS POLITICO, POLITICA Y SUS OBJETOS DE ESTUDIO*

Liborio González Cepeda**.

Una aproximación al análisis político contemporáneo parte de comprender que los


<<hechos políticos>>, que son hechos reales que se vivencian en cada sociedad,
también son objeto de análisis macro, o mejor, de posibles intentos de teorización
o de generalización, de tal forma que pueden ser aplicados a sociedades
particulares. Estos análisis pueden orientarse desde la construcción de modelos
matemáticos aplicables en cualquier sociedad, o desde la lectura de las teorías y
principios que ayudan a comprender los hechos políticos concretos de una
sociedad, es decir, las conceptualizaciones que facilitan valorar las formas de
organización social que adopta una comunidad en un momento determinado.

Para efectos de este módulo se ha asumido la segunda forma de ver el análisis


político, no porque sea más o menos importante, sino por efectos prácticos de
tiempo y de la misma necesidad que tiene la sociedad colombiana dada la
coyuntura actual donde se debate en medio de procesos de paz con los grupos
insurgentes, que como tal plantean alternativas políticas para el país.

Por lo anterior, el artículo parte de una mirada breve a lo que significa el


Pensamiento Político, con sus principales enfoques de estudio, y continua con
una aproximación conceptual frente a lo que se debe entender por política para
determinar sus objetos de estudio, de tal forma que se conviertan en herramientas
para el análisis de los contextos políticos actuales en el orden local, regional o
nacional.

_________________________

* Se trata de un artículo no acabado.


** Doctor en Historia, Magister en historia, especialista en ciencia política y economista. Docente
UPTC, y Esap.

1
1. Pensamiento Político.

El pensamiento político pretende una aproximación analítica a fenómenos


concretos, en tiempos y espacios concretos que componen la realidad política. Por
ende, el análisis político busca una interpretación a partir de un acercamiento
directo, o cuasi directo a los hechos políticos. Esa aproximación se hace desde las
conceptualizaciones, teorizaciones y aportes que diversos autores han elaborado
para la comprensión de su realidad política, pero que pueden servir para analizar,
comprender e interpretar otras realidades en la medida que se han convertido en
principios universales o casi universales. En este orden, el análisis político no
pretende hacer teorización o filosofía política, como tampoco historia política, sino
una que a partir de la reflexión de una <<experiencia política>> presente o muy
próxima para el autor, transportarla a una nuestra realidad.

Aunque se acuda a la historia y a la filosofía política, el análisis político tiene que


ver fundamentalmente con la vivencia actual, con lo que es coetáneo para el
analista político, o que es presenciada por él. Tal como afirma Garrido, “el uso de
los tiempos verbales en presente, combinados con topónimos puede constituir un
indicador cuantitativo para detectar el análisis político de un autor, al tiempo que
expresan un contacto con su contexto biográfico-político”1. Lo anterior, afirma este
mismo autor, no limita para que puedan entremezclarse ambos enfoque,
significando con esto que un ejercicio de análisis político puede estar sustentado
tanto en el pensamiento político como en la historia política.

Agrega este autor:

De modo que no hallamos en estos <<análisis políticos>> la actitud


propia de la filosofía, que trasciende y abstrae el fenómeno (político)
hacia su esencia temporal y universal; ni tampoco la propia de la
historia, que lo ordena y estudia en tanto que cronológicamente
periclitado. Es más bien, por decirlo metafóricamente, la actitud del
médico, cuyo análisis del mismo está siempre orientado a alcanzar

1
SÁNCHEZ GARRIDO, Pablo. (Director y Editor). Historia del análisis político. Madrid: Tecnos, 2011, p. 25.

2
algún diagnóstico y terapia; o en ocasiones la actitud de un antiguo
<<físico>> que disecciona un fenómeno político, aún palpitante, para
comprender su vitalidad o su patología2.

No obstante estas apreciaciones, importante precisar que el término <<análisis


político>> también se ha utilizado desde el ámbito académico al desarrollo de
lenguajes formalizados (lógico-matemáticos) en el estudio principalmente de
tendencias o de fenómenos socio-políticos contemporáneos básicamente
empíricos; quiere decir, que quienes acuden a esta tendencia del análisis político
su orientación ha estado en la construcción de modelos y de instrumentos
cuantificables, que igualmente son válidos y necesarios, pero que no son la
prioridad en este caso.

Aunque en los diversos trabajos sobre Análisis Político pueden encontrarse otros
usos o enfoque, para efectos de este artículo basta con referir estas dos
tendencias, que son las más utilizadas, reafirmando que el módulo asume el
primer criterio que permite dotar al especialista en Gestión Pública de las
herramientas teóricas para analizar, comprender e interpretar nuestra contexto
político actual.

Dentro de los trabajos que guian la primera forma de entender el Análisis Político
Contemporáneo se pueden detectar dos paradigmas o escuelas historiográficos
fundamentales: el textualismo o enfoque tradicional (Leo Strauss) y el
Contextualismo (Quentin Skinner y John Pocock). Esta clasificación está centrada
en la importancia que se le concede al texto en relación al contexto. El primero se
sustenta en que lo importante es comprender bien las teorías políticas expresas
en un texto determinado para, a partir de estos elementos teóricos, valorar la
realidad objeto de análisis. En este orden, independientemente de que sean ideas
atemporales y universales, permiten comprender el hecho político que se quiere
analizar. Desde esta mirada las ideas clásicas, independientemente de los
contextos en los cuales fueron escritas e inspiradas, facilitan o contienen los

2
Ibid, p. 25.
3
elementos doctrinarios para analizar o comprender la realidad del hoy, en
cualquier espacio geográfico. Para Strauss, los autores clásicos “poseen un valor
extratemporal al develar verdades perennes sobre el hombre y la sociedad” según
comenta Pablo Sánchez Garrido3.

El objetivo seguido por esta corriente es la búsqueda de una objetividad o verdad


en el campo del pensamiento político y el rechazo a todo relativismo. Consideran
que esas preguntas que orientaron la producción política de los clásicos están
presentes hoy en cualquier sociedad y ayudan a orientar su interpretación.

Por el contrario, el enfoque contextual (Escuela de Cambridge) pone la atención


principalmente en la comprensión de los contextos; las intenciones (Skinner). Los
lenguajes y narraciones (Pocock) deben marcar o dar pautas para el análisis
político. Implica que los textos de análisis políticos sirven en la medida que se
comprendan las intenciones de sus autores, las circunstancias y los contextos del
autor. Como instrumento de Análisis Político implica ponerle atención más a
aspectos histórico políticos, a diferencia de los valores filosóficos que presupone el
enfoque textual. Para Skinner, hay que ubicar el texto en el contexto (económico,
político, intelectual, lingüístico, su recepción histórica, referencias directas,
indirectas, omisiones respecto a otros textos) que se concibieron originariamente,
dándole más fuerza a la intencionalidad que a la interpretación hermenéutica.

Lo descrito es sólo una muy breve síntesis frente a los estudios y enfoques del
Análisis político, que deben motivar al estudiante a continuar indagando sobre
todas estas estructuras filosóficas que dotan de las herramientas para el trabajo
de Análisis Político Contemporáneo.

2. Política y Objeto de estudio de la Política

Para desarrollar este segundo apartado se inicia con unas generalidades sobre el
carácter político del ser humano, se continúa con una mirada rápida al origen del

3
Ibid, p. 35

4
término política, para finalizar con una descripción elemental de los objetos de
estudio de la política.

Para iniciar, hay que tener presente que la Política es tan antigua como la
humanidad. Que desde que los seres humanos iniciaron a organizarse en grupos
aparece la política; que la política es una respuesta a la necesidad que tiene el ser
humano de organizarse en sociedad dado que su naturaleza no es la de ser un
“Ser Social”, no es la de ser un animal gregario como las hormigas o las abejas.
Los seres humanos no somos seres sociales por naturaleza y, por el contrario,
está en nuestra naturaleza la competencia, la búsqueda de mejores condiciones
de vida, el ser inconforme, el rebelarse contra la monotonía. Esta naturaleza
inconforme y de búsqueda de más y mejores condiciones hace del ser humano un
ser conflictivo en la medida que debe interactuar y que muchos de sus intereses
pueden encontrarse con los de otros semejantes. Pero, simultáneamente, también
ha descubierto que no puede vivir sin los demás, que necesita de los otros, que
desde que nace lo primero que observa son rostros y rastros, -utilizando la
expresión de Fernando Savater en Política para Amador4-, es decir, una cantidad
de valores y huellas construidas por muchas manos, seres humanos o sociedades
que lo moldean, le dan significados y significantes, pero que también puede y
debe ayudar a modificar. En la medida que el ser humano es construido pero a la
vez constructor de la sociedad induce a que debe existir un sujeto político, es
decir, un ser que actúa, que se preocupa por su entorno, un ser capaz de
obedecer pero también de rebelarse en la medida que las normas –que son sólo
invenciones humanas- son y deben ser cambiantes, ajustadas a las necesidades
del momento.

Partir de que las sociedades no son naturales sino producto del mismo ser
humano, significa que aparecen y se desarrollan como constructos humanos, es
decir, sólo son convenciones, contratos o pactos humanos temporales o
coyunturales en la búsqueda de mejores condiciones de vida factible cuando se

4
Savater, Fernando. Política para Amador. Colombia: Ariel, 1997.

5
desarrollan bajo el principio de la búsqueda del bien común, en koinonía, es decir,
en comunión o comunidad.

Esa actividad humana para moderar y regular las formas de vida en sociedad es
justamente lo que le da el carácter de político al ser humano. En esta actividad
busca formas de gobierno, establece normas, construye procedimientos, crea
instituciones, establece metas colectivas, inventa formas de participar o de
imponer, construye valores sociales (ideologías), etc.; toda una serie de acciones
que le dan cuerpo y sentido a la política.

2.1 Origen y evolución de la palabra “política”.

Como se planteó antes, la naturaleza conflictiva del ser humano ha hecho del
conflicto y de la búsqueda de soluciones una actividad inherente a cualquier
sociedad humana, que se hace compleja en la medida que los grupos se hacen
más numerosos y que el desarrollo mismo permite el establecimiento de más y
diversas formas de relación social. Significa lo anterior que la política también ha
sido históricamente un elemento presente en la vida de los seres humanos, con
más énfasis, seguramente, desde cuando se estableció el sedentarismo como
forma de vida. Esta nueva condición, que facilitó un mayor crecimiento de los
grupos humanos, también obligó al establecimiento de un mínimo de organización
(instituciones) y a la creación de normas y reglas de juego que garantizaran la
supervivencia del grupo y que los conflictos no resultaran destructivos para éstos
(poder). Se considera que estas primeras formas de organización fueron los
esbozos de una organización pre estatal.

En este proceso fueron apareciendo diversas formas para definir la posesión del
poder: la fuerza, la vejez, la sabiduría, ciertas habilidades como para la caza o la
pesca, entre otras. Y, en la medida que fueron creciendo las comunidades y se
fueron ubicando en espacios determinados se establecieron también dinastías en
el poder, convertidas luego en monarquías, de las cuales también derivaron los
imperios en la medida que buscaron ampliar sus áreas de influencia.

6
No obstante la existencia de estas formas y expresiones de “política” desde
tiempos inmemoriales, el término como tal aparece en Grecia y deriva del latín
politicus, que a la vez proviene del griego politiká, una derivación de polis que
hace alusión a las ciudades griegas que formaban los estados, pero también
refiere a lo público o de todos; o politikós, que significa civil o relativo al
ordenamiento de la ciudad. Indirectamente hace referencia al ciudadano en la
medida que los griegos establecían una simbiosis entre la ciudad y el ciudadano.
Para Aristóteles, el hombre como animal político vive en la Polis; pero más que
residir, se trataba de formar parte de ella, vivir para ella, participar en ella. Por esta
razón, el hombre se realizaba era en la polis. La Polis se convertía en “la unidad
constitutiva (indescomponible) y la dimensión completa (suprema) de la
existencia”5; y quienes no alcanzaban ese nivel se consideraban Idiotas. Así
recoge Sartori esta idea:

Por lo tanto, en el vivir “político” en la “politicidad”, los griegos no veían


una parte o un aspecto de la vida; la veían en su totalidad y en su
esencia. Por el contrario, el hombre “no político” era un ser defectuoso,
un idion, un ser carente (el significado originario de nuestro término
“idiota”), cuya insuficiencia consistía precisamente en haber perdido, o
en no haber adquirido, la dimensión y la plenitud de la simbiosis con la
propia polis. Brevemente, un hombre “no político” era simplemente un
ser inferior, un menos-que-hombre6.

Si por Polis se entendía el lugar donde las personas convivían y expresaban sus
intereses e ideas, es decir, una comunidad, un pueblo, una ciudad o un país, y la
política hacía referencia a los asuntos que interesaban a los ciudadanos, entonces
aparecen preguntas como: quien debe tener el poder, de qué manera tiene que
ejercerlo, cuál es la estructura de poder más útil, quién y cómo puede participar en
los problemas de una comunidad, preguntas que van dándole el objeto a la

5
Sartori, Geovanni. La Política, lógica y método de las ciencias sociales. México: Fondo de cultura
económica. 1987, p. 203.
6
Ibid., p. 203.

7
política, pero también van estableciendo campos donde la historia política
encuentra su razón de ser.

Ahora bien, dado que ni los dioses, ni los idiotas, ni los animales necesitan de los
demás, sólo el hombre es un animal político, afirma Aristóteles. Desde esta
perspectiva hay política porque se requiere la vida en común, porque la
convivencia exige reglas que son un acto de decisión y no de naturaleza humana,
por esta razón, la política es la práctica social emergente de esa ambigüedad que
permea a lo social, de la necesidad de delimitar y estabilizar ámbitos de
convivencia. En este sentido, el concepto de política remite a dos significantes: el
de institucionalización, y el de acción (Poder), que a la vez remite a un referente
de conflicto, de lucha por regular, determinar y controlar lo instituido.

Importante precisar que el término “política”, con los significados que se han
planteado, aparece en Grecia con Aristóteles en su obra La Política y en forma
indirecta con Platón en La República. Luego de este periodo la palabra política cae
en desuso por cerca de dos milenios, resurgiendo en el siglo XVII con Altusio que
en 1603 escribe Política Metódice Digesta; luego con Espinoza en Tratatus
Políticus publicado en 1677; luego en el siglo XVIII con D. Hume en Essays Moral
and Polítical, y Polítical Discurses (1748-1752). Pero el hecho de que la palabra no
apareciera en los textos no significó que no existiera la política, ni la práctica
política, pues como dice Sartori7, “siempre se pensó en moderar y regular el
dominio del hombre por el hombre”. En su reemplazo aparecieron términos como
cívitas, considerado como el conglomerado humano sustentado en la ley;
República, entendido como la cosa pública; aparecieron expresiones latinas como
principatus, regnum, dominium, gubernaculum, imperium, potestas8, entre otros,
con los cuales se definió lo que la política era para los griegos. Según Sartori, toda
esta terminología fue induciendo a que la Política quedara limitada a la acción de
gobernar y en esencia a la esfera del Estado, y derivado de éstos al concepto de
poder.

7
Ibid, p. 216.
8
Ibid., p.219.

8
Finalmente, para una corriente importante de investigadores sociales la política
consiste en toda actividad del Estado. Significa que la política se encarga del
estudio de la formación del Estado, de sus objetivos, de las instituciones que
permiten su realización (estructura del Estado y gobierno), de las relaciones del
Estado con sus miembros individuales (actores) y con los demás Estados
(relaciones internacionales). Su representante más significativo ha sido quizá Max
Weber. En otras palabras, se entiende por política la dirección o influencia sobre
una asociación política, entendiendo que una asociación adquiere el carácter de
política cuando se hace entre seres libres e iguales o autónomos para tomar
decisiones o para aceptarlas. Esta última característica permite diferenciarla sobre
asociaciones como la familia.

En esta lógica, la política no se limita a la esfera del Estado, sino que también
comprende aquella organización que promueve la actuación y la organización de
la cooperación social, lo que implica pensar también en formas de gobierno y en
las formas de vida de la comunidad. Implica todo aquello que tiene que ver con el
poder, con los actores y formas de organización de la sociedad. Implica en este
concepto la inclusión de las masas, de organizaciones como los partidos, los
sindicatos, los movimientos sociales. Esta forma de ver la política le da un sentido
más amplio al concepto de política al no reducirlo sólo al tema del Estado, sino
que al hablar de poder también aparecen incluidas las luchas por su consecución
o por su conservación, lo que implica la existencia de unas ideologías o valores a
través de las cuales se orientan los objetivos de la sociedad.

En forma resumida se puede afirmar que política es la ciencia y el arte de


gobernar; la organización y administración de un Estado en sus asuntos interiores
y exteriores, pero también las relaciones sociales.

2.2 . Objetos de estudio de la política

Desde lo planteado anteriormente se hace indispensable hablar de cuatro grandes


categorías de la política, que se constituyen en sus objetos fundamentales de
estudio, sin que con esto se esté afirmando que son las únicas: el Estado, el

9
poder, el gobierno y el ciudadano. No se trata acá de hacer un tratado de cada
una, sino de presentar unos mínimos que permitan tener claridad para efectos de
un Análisis Político.

2.2.1 Estado:

Existen dos formas sustanciales para definir el Estado: desde la lógica liberal: se
entiende como el conjunto de instituciones que la sociedad establece en forma
libre y voluntaria para la convivencia y para el logro de los objetivos colectivos. En
esta mirada los seres humanos son libres e iguales y toman decisiones en forma
autónoma, realizan una especie de contrato social, distribuyen los poderes y
establecen las normas para la lucha por el poder.

Entender el estado como un contrato social es una primera lección para


comprender la naturaleza política de los seres humanos. La sociedad como un
hecho de organización voluntaria del ser humano parte de reconocer que es un
acto en condiciones de igualdad y libertad.

Es un evento en el que los contratantes, renuncian a agredirse entre sí a cambio


de recibir seguridad, siguiendo un poco el principio hobbesiano expresado en el
leviatan según el cual el hombre es un lobo para el mismo hombre. En este acto,
los contratantes (pueblo/ demos) deciden cómo se van a gobernar, es decir, quién
y en qué condiciones les puede brindar más seguridad, establece si pueden ser
revocados o no (son o no soberanos), y en qué condiciones la sociedad puede
disolverse.

Hobbes parte de que si el contrato tiene el carácter público, el pacto es irreversible


mientras cumpla su función de garantizar la paz entre los contratantes. En este
caso no cabe el derecho de resistencia; pero si no tiene ese carácter existiría el
derecho a revelarse contra el mismo. Al respecto dice Giner Salvador:

El gran contrato social que metafóricamente postula Hobbes como


origen de la vida civilizada es un pacto de conveniencia para vivir y
dejar vivir en el que enajenamos parte de nuestro albedrío y se lo

10
regalamos al monarca (o a una asamblea) para que haga uso de la
espada y nos obligue a la obediencia. No hay prosperidad sin
alguaciles, policías, jueces y presidios. Hasta en los lugares más
pacíficos, léase en De Cive, cierran las puertas de sus casas las gentes
por la noche, llevan la espada al cinto, temen que les roben los demás o
que les mientan. ¿Cómo es posible sostener ante tanta evidencia
cotidiana, que el hombre es bueno por naturaleza?, se pregunta. Y
añade sarcásticamente: hasta las mismas escrituras proclaman su
maldad. ¿es que nadie ha oído hablar del pecado original? 9

Se deduce, que el Estado no debe ser visto como tradicionalmente se ha leído a


Hobbes, y lo ratifica Giner, como “organización para la violencia y la barbarie, sino
como un conjunto institucional público necesario que nos permite convivir y
conllevarnos, y aún más, prosperar y perseguir nuestros asuntos privados o
privados bajo el imperio de la ley”10.

La otra forma de entender al estado es desde la lógica marxista en donde los


individuos no son libres sino que forman parte de clases sociales en permanente
conflicto que induce a que quienes tienen los medios de producción establezcan e
impongan las formas de organización social; es decir, el Estado es un invento de
la clase dominante para asegurar su permanencia, un instrumento de dominación
que garantiza su legitimidad a partir de los aparatos ideológicos del Estado 11.
Dado que se ha asumido como principio constructor del Estado existente la mirada
liberal, no se hará más profundización del tema. Sólo queda como un enunciado.

2.2.2 Poder:

El poder ha sido un elemento capital de la política hasta el punto que se ha


definido la política como la ciencia del poder. Se entiende como poder la facultad
de mandar y ser obedecido. Esto implica la existencia de una espacialidad donde

9
SALVADOR, Giner. “Thomas Hobbes y la concepción moderna de la ciudadanía”. En: Sánchez Garrido,
Pablo. (editor). Historia del Análisis Político. España: Tecnos, 2011, p, 315.
10
Ibid, p. 315.
11
Althuser, Luis. Ideologías y aparatos ideológicos del Estado.

11
el poder tiene lugar o actúa. Significa que la sociedad donde el poder tiene lugar
es una sociedad visible, una sociedad parcial que da forma a la convivencia cívica.
Pero el límite no sólo es físico, es también de normas, de leyes, lo que significa la
existencia de un grupo humano sobre quienes recae el ejercicio del poder.

El poder político es una consecuencia lógica del ejercicio de las funciones por
parte de las personas que ocupan un cargo representativo dentro de un sistema
de gobierno en un país. En otras palabras, es una facultad otorgada a alguien para
que a través de un determinado cargo desarrolle un mandato. Pero también
implica analizar si ese poder es absoluto o quien otorga el poder se reserva
espacios para el ejercicio del control, como la misma posibilidad de derogarlo
(revocatoria del mandato). En otras palabras, el poder como objeto de estudio de
la política tiene que ver tanto con las condiciones establecidas para quien gobierna
como para quien es gobernado.

2.2.3 Gobierno:

Una primera característica del poder político es que se trata un poder que
gobierna, es decir, se trata de un poder aceptado, reconocido como válido para la
construcción y gestión de la sociedad política. De esta forma, la política es
entendida como el arte de gobernar12, es decir, la dirección de la vida de una
comunidad política por medio de mandatos, recomendaciones, de leyes, y otras
disposiciones pero generalmente con la cooperación de los gobernados, lo que
implica que en este ejercicio aparecen instrumentos de comunicación y de
mediación como los partidos y movimientos políticos. Cabe en este campo
preguntarnos por las formas de organización social a través de las cuales se
manifiesta la legitimidad (voto) y la legalidad del poder; pero también las formas de

12
Etimológicamente gobierno deriva de la palabra griega Kibernao que significa dirigir el timón,
indicando cómo la nave sigue la dirección dada por el timón. Es guiar y dirigir a seres
humanos para el cumplimiento de sus finalidades.

12
acción que tiene la sociedad para manifestar y reclamar ante quien ostenta el
poder (organizaciones laborales, los gremios, las ONGs), diversas organizaciones
de la sociedad civil como los principales actores de la política. En este mismo
orden, la política tiene que ver con los sujetos políticos que no obedecen, es decir,
aquellos que no aceptan el poder instituido y a analizar las formas de acción
permitidas para canalizar la protesta, o las formas de manifestación que asumen
quienes no se someten al poder establecido. Es dentro de este campo que las
protestas sociales y las organizaciones al margen de la ley son vistas como
actores políticos, sujetos políticos que ponen en entredicho la misma legitimidad
del poder político, actores que afectan las relaciones de poder y que por tanto son
objeto del accionar del gobierno.

Finalmente, ratificar que Gobierno no es lo mismo que Estado. Los gobiernos son
coyunturales, son temporales, mientras los estados son de más larga duración.
Los gobiernos cambian sin necesidad que cambien los Estados. Esto permite que
las sociedades pasen de gobiernos de izquierda a gobiernos de derecha o
viceversa sin que haya cambios en la institucionalidad.

2.2.4 Ciudadano

Es el sujeto político por naturaleza. Da respuesta a quién es el depositario final del


poder, quién es el soberano. Es un ser humano que pertenece a una colectividad
y que está en condiciones de tomar decisiones frente a la misma. Significa que la
sociedad no es producto de un acto divino, ni de la biología, sino que nace de un
Acto voluntario, de un pacto o contrato social, por ende, es una construcción
histórica que se crea y recrea permanentemente. No se es ciudadano por tener
una determinada edad y por cumplir unos requisitos para poseer un documento
concreto de identidad. Se es ciudadano por la participación, por la pertenencia a
una polis o comunidad política, por el compromiso que adquiera con ésta, por la
defensa de sus valores y la cultura. El ciudadano es el actor fundamental de la
democracia; es del demos. Un ciudadano es una persona consciente de ser parte
de un todo y de que el beneficio al colectivo repercute en el individuo, que tiene el
compromiso de contribuir a la mejoría de la sociedad. La “Ciudadanía es una
13
actitud de vida proactiva que busca mejorar las condiciones de vida propias y las
de la colectividad”, afirma Feizi Milani13.

Finalmente decir que sobre estos temas hay mucha literatura que permite ampliar
las discusiones y que en la medida que el gestor público o el administrador público
tenga claridad de estas categorías será mucho más enriquecedor su papel como
constructor de sociedad. Acá sólo hay unas líneas muy básicas que motivan su
profundización. Algunos otros elementos de reflexión están incluidos en las otras
lecturas que forman parte del módulo, sin que haya un agotamiento del tema. Son
sólo reflexiones provocadoras.

BIBLIOGRAFIA

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13
MILANI, Feizi. “Ciuaddanía proactiva, pactos de convivencia y paz”. En: Comprensiones sobre ciudadanía.
Colombia: Fondo editorial del Magisterio – MEN, 2005, p. 13.

14
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