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1analisis Politico, Politica y Los Objetos de Estudio de La Politica PDF
1analisis Politico, Politica y Los Objetos de Estudio de La Politica PDF
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1. Pensamiento Político.
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SÁNCHEZ GARRIDO, Pablo. (Director y Editor). Historia del análisis político. Madrid: Tecnos, 2011, p. 25.
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algún diagnóstico y terapia; o en ocasiones la actitud de un antiguo
<<físico>> que disecciona un fenómeno político, aún palpitante, para
comprender su vitalidad o su patología2.
Aunque en los diversos trabajos sobre Análisis Político pueden encontrarse otros
usos o enfoque, para efectos de este artículo basta con referir estas dos
tendencias, que son las más utilizadas, reafirmando que el módulo asume el
primer criterio que permite dotar al especialista en Gestión Pública de las
herramientas teóricas para analizar, comprender e interpretar nuestra contexto
político actual.
Dentro de los trabajos que guian la primera forma de entender el Análisis Político
Contemporáneo se pueden detectar dos paradigmas o escuelas historiográficos
fundamentales: el textualismo o enfoque tradicional (Leo Strauss) y el
Contextualismo (Quentin Skinner y John Pocock). Esta clasificación está centrada
en la importancia que se le concede al texto en relación al contexto. El primero se
sustenta en que lo importante es comprender bien las teorías políticas expresas
en un texto determinado para, a partir de estos elementos teóricos, valorar la
realidad objeto de análisis. En este orden, independientemente de que sean ideas
atemporales y universales, permiten comprender el hecho político que se quiere
analizar. Desde esta mirada las ideas clásicas, independientemente de los
contextos en los cuales fueron escritas e inspiradas, facilitan o contienen los
2
Ibid, p. 25.
3
elementos doctrinarios para analizar o comprender la realidad del hoy, en
cualquier espacio geográfico. Para Strauss, los autores clásicos “poseen un valor
extratemporal al develar verdades perennes sobre el hombre y la sociedad” según
comenta Pablo Sánchez Garrido3.
Lo descrito es sólo una muy breve síntesis frente a los estudios y enfoques del
Análisis político, que deben motivar al estudiante a continuar indagando sobre
todas estas estructuras filosóficas que dotan de las herramientas para el trabajo
de Análisis Político Contemporáneo.
Para desarrollar este segundo apartado se inicia con unas generalidades sobre el
carácter político del ser humano, se continúa con una mirada rápida al origen del
3
Ibid, p. 35
4
término política, para finalizar con una descripción elemental de los objetos de
estudio de la política.
Para iniciar, hay que tener presente que la Política es tan antigua como la
humanidad. Que desde que los seres humanos iniciaron a organizarse en grupos
aparece la política; que la política es una respuesta a la necesidad que tiene el ser
humano de organizarse en sociedad dado que su naturaleza no es la de ser un
“Ser Social”, no es la de ser un animal gregario como las hormigas o las abejas.
Los seres humanos no somos seres sociales por naturaleza y, por el contrario,
está en nuestra naturaleza la competencia, la búsqueda de mejores condiciones
de vida, el ser inconforme, el rebelarse contra la monotonía. Esta naturaleza
inconforme y de búsqueda de más y mejores condiciones hace del ser humano un
ser conflictivo en la medida que debe interactuar y que muchos de sus intereses
pueden encontrarse con los de otros semejantes. Pero, simultáneamente, también
ha descubierto que no puede vivir sin los demás, que necesita de los otros, que
desde que nace lo primero que observa son rostros y rastros, -utilizando la
expresión de Fernando Savater en Política para Amador4-, es decir, una cantidad
de valores y huellas construidas por muchas manos, seres humanos o sociedades
que lo moldean, le dan significados y significantes, pero que también puede y
debe ayudar a modificar. En la medida que el ser humano es construido pero a la
vez constructor de la sociedad induce a que debe existir un sujeto político, es
decir, un ser que actúa, que se preocupa por su entorno, un ser capaz de
obedecer pero también de rebelarse en la medida que las normas –que son sólo
invenciones humanas- son y deben ser cambiantes, ajustadas a las necesidades
del momento.
Partir de que las sociedades no son naturales sino producto del mismo ser
humano, significa que aparecen y se desarrollan como constructos humanos, es
decir, sólo son convenciones, contratos o pactos humanos temporales o
coyunturales en la búsqueda de mejores condiciones de vida factible cuando se
4
Savater, Fernando. Política para Amador. Colombia: Ariel, 1997.
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desarrollan bajo el principio de la búsqueda del bien común, en koinonía, es decir,
en comunión o comunidad.
Esa actividad humana para moderar y regular las formas de vida en sociedad es
justamente lo que le da el carácter de político al ser humano. En esta actividad
busca formas de gobierno, establece normas, construye procedimientos, crea
instituciones, establece metas colectivas, inventa formas de participar o de
imponer, construye valores sociales (ideologías), etc.; toda una serie de acciones
que le dan cuerpo y sentido a la política.
Como se planteó antes, la naturaleza conflictiva del ser humano ha hecho del
conflicto y de la búsqueda de soluciones una actividad inherente a cualquier
sociedad humana, que se hace compleja en la medida que los grupos se hacen
más numerosos y que el desarrollo mismo permite el establecimiento de más y
diversas formas de relación social. Significa lo anterior que la política también ha
sido históricamente un elemento presente en la vida de los seres humanos, con
más énfasis, seguramente, desde cuando se estableció el sedentarismo como
forma de vida. Esta nueva condición, que facilitó un mayor crecimiento de los
grupos humanos, también obligó al establecimiento de un mínimo de organización
(instituciones) y a la creación de normas y reglas de juego que garantizaran la
supervivencia del grupo y que los conflictos no resultaran destructivos para éstos
(poder). Se considera que estas primeras formas de organización fueron los
esbozos de una organización pre estatal.
En este proceso fueron apareciendo diversas formas para definir la posesión del
poder: la fuerza, la vejez, la sabiduría, ciertas habilidades como para la caza o la
pesca, entre otras. Y, en la medida que fueron creciendo las comunidades y se
fueron ubicando en espacios determinados se establecieron también dinastías en
el poder, convertidas luego en monarquías, de las cuales también derivaron los
imperios en la medida que buscaron ampliar sus áreas de influencia.
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No obstante la existencia de estas formas y expresiones de “política” desde
tiempos inmemoriales, el término como tal aparece en Grecia y deriva del latín
politicus, que a la vez proviene del griego politiká, una derivación de polis que
hace alusión a las ciudades griegas que formaban los estados, pero también
refiere a lo público o de todos; o politikós, que significa civil o relativo al
ordenamiento de la ciudad. Indirectamente hace referencia al ciudadano en la
medida que los griegos establecían una simbiosis entre la ciudad y el ciudadano.
Para Aristóteles, el hombre como animal político vive en la Polis; pero más que
residir, se trataba de formar parte de ella, vivir para ella, participar en ella. Por esta
razón, el hombre se realizaba era en la polis. La Polis se convertía en “la unidad
constitutiva (indescomponible) y la dimensión completa (suprema) de la
existencia”5; y quienes no alcanzaban ese nivel se consideraban Idiotas. Así
recoge Sartori esta idea:
Si por Polis se entendía el lugar donde las personas convivían y expresaban sus
intereses e ideas, es decir, una comunidad, un pueblo, una ciudad o un país, y la
política hacía referencia a los asuntos que interesaban a los ciudadanos, entonces
aparecen preguntas como: quien debe tener el poder, de qué manera tiene que
ejercerlo, cuál es la estructura de poder más útil, quién y cómo puede participar en
los problemas de una comunidad, preguntas que van dándole el objeto a la
5
Sartori, Geovanni. La Política, lógica y método de las ciencias sociales. México: Fondo de cultura
económica. 1987, p. 203.
6
Ibid., p. 203.
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política, pero también van estableciendo campos donde la historia política
encuentra su razón de ser.
Ahora bien, dado que ni los dioses, ni los idiotas, ni los animales necesitan de los
demás, sólo el hombre es un animal político, afirma Aristóteles. Desde esta
perspectiva hay política porque se requiere la vida en común, porque la
convivencia exige reglas que son un acto de decisión y no de naturaleza humana,
por esta razón, la política es la práctica social emergente de esa ambigüedad que
permea a lo social, de la necesidad de delimitar y estabilizar ámbitos de
convivencia. En este sentido, el concepto de política remite a dos significantes: el
de institucionalización, y el de acción (Poder), que a la vez remite a un referente
de conflicto, de lucha por regular, determinar y controlar lo instituido.
Importante precisar que el término “política”, con los significados que se han
planteado, aparece en Grecia con Aristóteles en su obra La Política y en forma
indirecta con Platón en La República. Luego de este periodo la palabra política cae
en desuso por cerca de dos milenios, resurgiendo en el siglo XVII con Altusio que
en 1603 escribe Política Metódice Digesta; luego con Espinoza en Tratatus
Políticus publicado en 1677; luego en el siglo XVIII con D. Hume en Essays Moral
and Polítical, y Polítical Discurses (1748-1752). Pero el hecho de que la palabra no
apareciera en los textos no significó que no existiera la política, ni la práctica
política, pues como dice Sartori7, “siempre se pensó en moderar y regular el
dominio del hombre por el hombre”. En su reemplazo aparecieron términos como
cívitas, considerado como el conglomerado humano sustentado en la ley;
República, entendido como la cosa pública; aparecieron expresiones latinas como
principatus, regnum, dominium, gubernaculum, imperium, potestas8, entre otros,
con los cuales se definió lo que la política era para los griegos. Según Sartori, toda
esta terminología fue induciendo a que la Política quedara limitada a la acción de
gobernar y en esencia a la esfera del Estado, y derivado de éstos al concepto de
poder.
7
Ibid, p. 216.
8
Ibid., p.219.
8
Finalmente, para una corriente importante de investigadores sociales la política
consiste en toda actividad del Estado. Significa que la política se encarga del
estudio de la formación del Estado, de sus objetivos, de las instituciones que
permiten su realización (estructura del Estado y gobierno), de las relaciones del
Estado con sus miembros individuales (actores) y con los demás Estados
(relaciones internacionales). Su representante más significativo ha sido quizá Max
Weber. En otras palabras, se entiende por política la dirección o influencia sobre
una asociación política, entendiendo que una asociación adquiere el carácter de
política cuando se hace entre seres libres e iguales o autónomos para tomar
decisiones o para aceptarlas. Esta última característica permite diferenciarla sobre
asociaciones como la familia.
En esta lógica, la política no se limita a la esfera del Estado, sino que también
comprende aquella organización que promueve la actuación y la organización de
la cooperación social, lo que implica pensar también en formas de gobierno y en
las formas de vida de la comunidad. Implica todo aquello que tiene que ver con el
poder, con los actores y formas de organización de la sociedad. Implica en este
concepto la inclusión de las masas, de organizaciones como los partidos, los
sindicatos, los movimientos sociales. Esta forma de ver la política le da un sentido
más amplio al concepto de política al no reducirlo sólo al tema del Estado, sino
que al hablar de poder también aparecen incluidas las luchas por su consecución
o por su conservación, lo que implica la existencia de unas ideologías o valores a
través de las cuales se orientan los objetivos de la sociedad.
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poder, el gobierno y el ciudadano. No se trata acá de hacer un tratado de cada
una, sino de presentar unos mínimos que permitan tener claridad para efectos de
un Análisis Político.
2.2.1 Estado:
Existen dos formas sustanciales para definir el Estado: desde la lógica liberal: se
entiende como el conjunto de instituciones que la sociedad establece en forma
libre y voluntaria para la convivencia y para el logro de los objetivos colectivos. En
esta mirada los seres humanos son libres e iguales y toman decisiones en forma
autónoma, realizan una especie de contrato social, distribuyen los poderes y
establecen las normas para la lucha por el poder.
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regalamos al monarca (o a una asamblea) para que haga uso de la
espada y nos obligue a la obediencia. No hay prosperidad sin
alguaciles, policías, jueces y presidios. Hasta en los lugares más
pacíficos, léase en De Cive, cierran las puertas de sus casas las gentes
por la noche, llevan la espada al cinto, temen que les roben los demás o
que les mientan. ¿Cómo es posible sostener ante tanta evidencia
cotidiana, que el hombre es bueno por naturaleza?, se pregunta. Y
añade sarcásticamente: hasta las mismas escrituras proclaman su
maldad. ¿es que nadie ha oído hablar del pecado original? 9
2.2.2 Poder:
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SALVADOR, Giner. “Thomas Hobbes y la concepción moderna de la ciudadanía”. En: Sánchez Garrido,
Pablo. (editor). Historia del Análisis Político. España: Tecnos, 2011, p, 315.
10
Ibid, p. 315.
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Althuser, Luis. Ideologías y aparatos ideológicos del Estado.
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el poder tiene lugar o actúa. Significa que la sociedad donde el poder tiene lugar
es una sociedad visible, una sociedad parcial que da forma a la convivencia cívica.
Pero el límite no sólo es físico, es también de normas, de leyes, lo que significa la
existencia de un grupo humano sobre quienes recae el ejercicio del poder.
El poder político es una consecuencia lógica del ejercicio de las funciones por
parte de las personas que ocupan un cargo representativo dentro de un sistema
de gobierno en un país. En otras palabras, es una facultad otorgada a alguien para
que a través de un determinado cargo desarrolle un mandato. Pero también
implica analizar si ese poder es absoluto o quien otorga el poder se reserva
espacios para el ejercicio del control, como la misma posibilidad de derogarlo
(revocatoria del mandato). En otras palabras, el poder como objeto de estudio de
la política tiene que ver tanto con las condiciones establecidas para quien gobierna
como para quien es gobernado.
2.2.3 Gobierno:
Una primera característica del poder político es que se trata un poder que
gobierna, es decir, se trata de un poder aceptado, reconocido como válido para la
construcción y gestión de la sociedad política. De esta forma, la política es
entendida como el arte de gobernar12, es decir, la dirección de la vida de una
comunidad política por medio de mandatos, recomendaciones, de leyes, y otras
disposiciones pero generalmente con la cooperación de los gobernados, lo que
implica que en este ejercicio aparecen instrumentos de comunicación y de
mediación como los partidos y movimientos políticos. Cabe en este campo
preguntarnos por las formas de organización social a través de las cuales se
manifiesta la legitimidad (voto) y la legalidad del poder; pero también las formas de
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Etimológicamente gobierno deriva de la palabra griega Kibernao que significa dirigir el timón,
indicando cómo la nave sigue la dirección dada por el timón. Es guiar y dirigir a seres
humanos para el cumplimiento de sus finalidades.
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acción que tiene la sociedad para manifestar y reclamar ante quien ostenta el
poder (organizaciones laborales, los gremios, las ONGs), diversas organizaciones
de la sociedad civil como los principales actores de la política. En este mismo
orden, la política tiene que ver con los sujetos políticos que no obedecen, es decir,
aquellos que no aceptan el poder instituido y a analizar las formas de acción
permitidas para canalizar la protesta, o las formas de manifestación que asumen
quienes no se someten al poder establecido. Es dentro de este campo que las
protestas sociales y las organizaciones al margen de la ley son vistas como
actores políticos, sujetos políticos que ponen en entredicho la misma legitimidad
del poder político, actores que afectan las relaciones de poder y que por tanto son
objeto del accionar del gobierno.
Finalmente, ratificar que Gobierno no es lo mismo que Estado. Los gobiernos son
coyunturales, son temporales, mientras los estados son de más larga duración.
Los gobiernos cambian sin necesidad que cambien los Estados. Esto permite que
las sociedades pasen de gobiernos de izquierda a gobiernos de derecha o
viceversa sin que haya cambios en la institucionalidad.
2.2.4 Ciudadano
Finalmente decir que sobre estos temas hay mucha literatura que permite ampliar
las discusiones y que en la medida que el gestor público o el administrador público
tenga claridad de estas categorías será mucho más enriquecedor su papel como
constructor de sociedad. Acá sólo hay unas líneas muy básicas que motivan su
profundización. Algunos otros elementos de reflexión están incluidos en las otras
lecturas que forman parte del módulo, sin que haya un agotamiento del tema. Son
sólo reflexiones provocadoras.
BIBLIOGRAFIA
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MILANI, Feizi. “Ciuaddanía proactiva, pactos de convivencia y paz”. En: Comprensiones sobre ciudadanía.
Colombia: Fondo editorial del Magisterio – MEN, 2005, p. 13.
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___________ Democracia PDF. [en línea]. Disponible en:
http://sociologiapolitica.sociales.uba.ar/files/2013/09/Dahl-POstdata.pdf. (Octubre
28 de 2015).
Sánchez Garrido, Pablo. (editor). Historia del Análisis Político. España: Tecnos,
2011.
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