«Lo que es la iglesia en el reino»

Para comprender, pues, lo que es la iglesia, es necesario comprender

previamente lo que es el reino de Dios. La iglesia tiene que ajustarse al
reino de Dios y hacerlo presente entre los hombres. Por lo tanto, la iglesia
es lo que tiene que ser, en la medida en que ella misma vive la realidad
del reino y así hacerlo presente en el mundo y en la sociedad. Y, por el
contrario, una iglesia que no viva el reino de Dios no puede ser la
verdadera iglesia que Jesús quiso.

Sin conocer la verdadera naturaleza de la iglesia, es imposible vivirla

según el diseño y propósito para el cual Cristo dijo que iba a edificarla. El
ministerio que no tenga un fundamento eclesiológico sólido, carecerá de
objetivos trascendentes y cultivará una generación desorientada que
terminará produciendo una iglesia irrelevante para el mundo.

Sin entrar en vericuetos teológicos, me gustaría aportar al tema,

definiendo la iglesia como una comunidad de personas que, unidas por la
fe en Jesús y el amor mutuo, abrazan la misión de Cristo y de esa manera
comprometen toda su vida para establecer, expresar y extender el reino
de Dios en la tierra, para transformar así la sociedad e impactar las vidas
con el Evangelio del reino, a través del amor práctico y el discipulado
apostólico.

La iglesia es una comunidad de personas unidas y apartadas por Cristo y

para Cristo, que han sido redimidas por medio de la gracia y el sacrificio
de Cristo; restauradas a la imagen de Dios por la obra transformadora del
Espíritu Santo. Se convierten así en el cuerpo visible de Cristo y en
pueblo de Dios, para traer salvación, sanidad y restauración al mundo por
medio de la vivencia del mensaje del Evangelio del reino.

La iglesia es la esperanza de Dios para el mundo. Es un grupo de

personas comprometidas en obediencia con los principios, valores y
enseñanza de Cristo para la extensión de su reino, de manera que su
estilo de vida refleje el amor y la justicia de Dios. Es una comunidad que
promueve, acepta y genera, la unidad en la diversidad.

La iglesia practica el sacerdocio de todos los creyentes. Todos y cada uno

de los que somos parte de ella, somos convocados para aportar en la
misión con los dones, talentos y habilidades que Dios reparte a cada uno,
conforme a su gracia. La iglesia es el agente promotor del reino. Es una
comunidad Cristocéntrica, que responde al llamado de Dios en el contexto
de la sociedad, pero responde con más que palabras.