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Cartel: “El goce en la época de la tecnociencia”

Cartelizantes: Laura Karabin, Cristian Tambini y Marco Balzarini.


Más-uno: Florencia Menseguez

Marco Balzarini (Practicante de psicoanálisis en Córdoba)


Rasgo: La incidencia del discurso de la ciencia en el pasaje del sujeto al parlêtre en la enseñanza de
Lacan

Resumen
Este trabajo tiene el propósito de analizar la condición de existencia del psicoanálisis a partir del
discurso de la ciencia. Se toma el texto Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista
de la Escuela para situar el análisis personal como la condición esencial en la formación del analista
en tanto la propuesta del pase que propone Lacan con la Escuela articulada a la formulación de lo
singular y al fin de análisis, va a contrapelo de la universalización del sujeto. Se concluye que la tarea
de la Escuela pasa por el rescate de lo particular de cada ser hablante que lo protege de que no se
pierda en las identificaciones sociales.

Tres puntos de referencia para el psicoanálisis


La lectura de la Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela me dio la
oportunidad de formular el rasgo que iba a comandar mi trabajo. Lacan ubica tres puntos de referencia
para el psicoanálisis que no se extraen de fácil lectura. En el comienzo de este recorrido me propuse
situar estos puntos.
El primer punto es la participación del saber analítico en ese mito privilegiado que es el Edipo. El
psicoanálisis debe apegarse a las familias de la sociedad para interrogar la función de la sexualidad.
En este sentido el Edipo aparece como el punto de referencia del pensamiento normativo del psicoa-
nálisis, sin el cual su teoría quedaría como equivalente a la estructura del delirio de Schreber. Lacan
intenta decir que el Nombre del Padre es tan importante que da derecho a dar un seminario que no le
permitieron darlo, porque las identificaciones quieren reducir el análisis a su terminación.
Desde este primer punto la propuesta de Lacan es novedosa. La tendencia a agruparse en torno a un
sentido que sea común al colectivo está en todas las instituciones. Por más psicoanalíticas que sean,
no va de suyo que no se edifiquen sobre un ideal. Sin embargo, Lacan propone un contrasentido, un
cuestionamiento al Padre. Propone que las autoridades vayan rotando para que no se centralice en
una sola identificación. El cartel y el pase evidencian lo más heterogéneo o lo menos homogéneo.
El segundo punto es el cuestionamiento a las identificaciones. Lacan ubica a IPA en ese campo de
extraterritorialidad del psicoanálisis que se ocupa de la universalización del sujeto. Lo compara con
la ciencia y el nazismo. La psicología de las masas avanza, progresa, para estar bien. Acerca de esto
se expresa Lacan (1976): “El psicoanálisis particularmente no es un progreso. Es un sesgo práctico
para sentirse mejor” (p. 8). El psicoanálisis no busca el progreso, no sabemos de éxito ni de normali-
dad, no es para estar bien, no hay manuales para ello. El psicoanálisis es para sentirse mejor.
Este segundo punto enfatiza la formación del psicoanalizante que implica situar el análisis personal
como la condición esencial para el analista en tanto se haga sabedor de aquello particular que lo
habita. Podemos decir que el espíritu de este texto es que Lacan propone la Escuela del Pase. En
cambio, en la ciencia se trata simplemente del ejercicio profesional que se autoriza con alguna acre-
ditación otorgada por una comisión de expertos a los que se supone poseedores del conocimiento y
que el mismo es universal. Lacan les recuerda a los practicantes que la Escuela los va a proteger del
ascenso de este mundo organizado sobre todas las formas de masificación.
Acerca del tercer punto Lacan advierte la exclusión profunda de lo real a consecuencia de los movi-
mientos de masa. En efecto, el sujeto sobre el que operamos en psicoanálisis es el sujeto de la ciencia
(Lacan, 2009), es decir, el sujeto del experimentador que queda involucrado en el experimento porque
su inconsciente no es sabido por el científico y por ello es ignorado, excluido. De modo que, sin la
ciencia no habría sujeto sobre el cual operar. Así, la Escuela rescata al practicante, a la causa de su
deseo, para impedir que se pierda en identificaciones que constituyen a la sociedad. Cito a Lacan
(1967): “Pues bien: tal es el resorte de la segregación particular en que el psicoanálisis se sostiene
[…]” (p. 3). Hasta aquí llega el estado de mi trabajo.

LACAN, J. (2009). La ciencia y la verdad. En Escritos 2. Buenos Aires: Sigloveintiuno.


LACAN, J. (1967). Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela. Recu-
perado el 5/3/2019 de http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_pase&SubSec=articu-
los&File=articulos/lacan_proposicion.html
LACAN, J. (1976). Seminario 24. Lo no sabido que sabe de la una-equivocación. Traducción Ricardo
Rodriguez Ponte.

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