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MAGDALENA: Buenas tardes amigos y amigas oyentes, hoy miércoles 1 de junio con una nueva
experiencia para compartir junto a ustedes, les tenemos un programa muy interesante soy
Magdalena Maldonado, su fiel servidora bienvenidos a entrenos.
DIEGO: Bienvenidos a “Entre nos”, amigos y amigas oyentes Diego Robles los saluda y les desea
los mejores éxitos a todos ustedes, recordándole que los sacramentos son signos del
amor que Jesús nos tiene, desde hace algunos programas estamos hablando de ellos.
MAGDALENA: Gracias por su sintonía y por estar junto a nosotros cada miércoles, el día de hoy como lo
habíamos anunciado trataremos sobre el sacramento de la confesión, reconciliación o
penitencia.
DIEGO: El sacramento de la confesión fue instituido por Jesucristo para todos los cristianos, por
estas palabras de Cristo y sus legítimos sucesores recibieron la potestad de perdonar y
retener los pecados, por eso en el segmento de experiencias de vida escucharemos al tío
Juan con el capítulo el ídolo roto.
MAGDALENA: Y en el segmento tones estaremos despejando sus dudas acerca de su fe con respecto al
sacramento de la confesión. Pero antes de empezar con la programación quiero
recordarles que pueden hacernos llegar sus mensajes de texto con sus, dudas,
comentarios, o consejos al número 081784945.
DIEGO: Y con esto amigos nos vamos a nuestra primera pausa no se mueva de nuestra sintonía
enseguida regresamos.
DIEGO: Y nuevamente con ustedes amigos y amigas en este su programa “Entre nos” a
continuación les vamos a presentar su segmento “Experiencias de vida” con la serie del
tío Juan hoy con el capítulo el ídolo roto
MAGDALENA: El tío Juan pasa una temporada enfermo. Lo despiden del trabajo y el día en que lo sabe,
en un momento de precipitación y violencia, trata mal a su sobrino. Federico se pone
muy triste y el tío Juan le pide que le perdone. El, como cualquier otro hombre, está
lleno de defectos y de fallos.
DIEGO: Bien amigos hemos escuchado este capítulo que nos lleva a la reflexión…
- ¿Te cuesta pedir perdón? ¿Por qué? ¿Lo haces cuando es necesario?
(Reflexión)
DIEGO: Y con esta hermosa reflexión damos por terminado el segmento experiencias de vida, y
nos vamos a nuestra siguiente pausa ya volvemos
MAGDALENA: Entonces en agradecimiento a Dios, por el tiempo que él nos dedica, tómese unos
minutos para compartir este mensaje con sus amigos y amigas.
Nuevamente con ustedes amigos oyentes en este su programa “Entre nos, conociendo su
fe” continuando con la programación les presentamos su segmento “Tones, para los que
DIEGO: Ya que estamos en el segmento tones sin duda nos hemos encontrado con muchas
dificultades al momento de realizar la confesión y es que. El sacramento de la
Reconciliación (llamado también de la "Penitencia" o "Confesión") es un problema para
muchos cristianos.
Son frases que hoy se oyen y expresan una realidad:
"Yo sólo me confieso con Dios",
MAGDALENA: "¿Por qué tengo que decir mis pecados a otro hombre, que es humano como yo, aunque
sea sacerdote?"
"Si decimos que no tenemos pecado nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no
está en nosotros" (1 Jn 1, 8).
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Libreto del programa “Entre nos, conociendo su fe”
MAGDALENA: ¿Podrá pedir siquiera perdón quien se engaña a sí mismo no queriendo reconocer su
pecado? "Lo que sale del hombre, eso lo hace impuro.
DIEGO: Al reconocer que todos somos pecadores como obtendremos el perdón de nuestros
pecados. Dios me ayuda a convertirme y Cristo que es Dios, perdona mis pecados. Pero
tengo que ser yo quien libremente reconozca que soy pecador, me convierta a Dios
alejándome del pecado, tenga un comportamiento nuevo y bueno, viva con los demás
como un buen hermano.
Dios, pues, me perdona si me convierto. Y está dispuesto a perdonarme todas las veces
que sea necesario: siempre con ayuda de su gracia.
MAGDALENA: "Los sanos no necesitan médico, sino los enfermos. En este caso los pecadores.
Aprendan lo que significa esta palabra de Dios: “pues vine a llamar a los pecadores y
no a los justos" (Mt 9, 12-13).
DIEGO: Cierto que Jesús resucitado sigue siendo el Salvador, el que quita los pecados del mundo
Pero muchos se dirán ¿Cómo sabremos qué Dios nos perdona? ¿Cómo podremos estar
seguros del perdón, de sentir la alegría de ser perdonados?
MAGDALENA: Por estas palabras de Cristo los apóstoles y sus legítimos sucesores recibieron la
potestad de perdonar y retener los pecados. Por eso dice San Pablo: “que el señor nos
confió el ministerio de la reconciliación, es un mandato de Jesucristo por lo tanto la
iglesia deberá administrar este y todos los sacramentos que también fueron instituidos
por nuestro señor hasta el final de los tiempos.
DIEGO: Existen algunos hermanos separados, por ejemplo los protestantes; para no admitir la
confesión sostienen que esta se estableció en el concilio de Letrán, pero esta
históricamente demostrado que lo que el citado concilio mando fue la obligación de
confesarse una vez al año
MAGDALENA: El sacramento de la penitencia es el medio para reconciliar al hombre con la justicia que
proviene del mismo redentor (Juan Pablo II)
DIEGO: Nuestro Dios, nuestro padre está dispuesto a perdonar a sus hijos que de corazón se
convierten en él, nos ha dejado por medio de esto medio que nos permite estar seguros
del perdón, que nos da y confirma el perdón de Dios, que nos ayuda a sentir la alegría de
ser perdonados.
Todo pecado del cristiano es también pecado contra la Iglesia, contra la comunidad a la
que pertenece aquí seria que si me corto la mano le afecta a todo mi cuerpo y si yo soy
parte de esa iglesia el pecado que yo cometa por mas escondido que este les afecta a toda
la iglesia y no solo de Loja sino del mundo y lo mismo los pecados de otros nos afecta a
nosotros, todos somos parte de la iglesia y por eso es necesario que nos convirtamos.
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Libreto del programa “Entre nos, conociendo su fe”
DIEGO: Porque el pecado mío es un pecado social y con esto nos vamos a nuestra siguiente pausa
enseguida volvemos.
MAGDALENA: 3a. Tener voluntad decidida —que busca los medios para ser eficaz— de separarme de
las actitudes y obras malas, y comenzar un comportamiento nuevo y bueno es decir un
Propósito de enmienda.
4a. Confesar, decir los pecados que mi conciencia me acusa, al sacerdote, que es en la
comunidad cristiana, en la Iglesia, el ministro autorizado para perdonar en nombre de
Cristo (Confesión).
La confesión debe ser una de las cosas más comprometedoras de nuestra vida; si no
estamos dispuestos a dejar de hacer lo que nos separa de Dios y de los demás, más vale
que no nos confesemos.
DIEGO: Y más vale que no nos confesemos si no estamos dispuestos a cambiar si no nos
comprometemos
Algunos preguntan qué obligación de pecados se debe confesar Hay obligación de
confesar los pecados realizados con plena advertencia y con plena libertad, que en
conciencia considero gravemente perjudiciales a mis relaciones con Dios y con el
prójimo.
Normalmente se confiesan actos aislados. Pero mucho más serias y profundas que los
actos aislados son las actitudes de pecado, el pecado como ruptura y muerte de la
amistad con Dios; es lo que llamamos pecado mortal; hay que confesar pecados
auténticos, no complejos o comportamientos enfermizos. Hay que confesar pecados que
mi conciencia me acusa. Tengo que tener presente el aspecto social, la repercusión de mi
pecado
Por lo tanto solo hay obligación de confesar los pecados (o actitudes de vida)
verdaderamente mortales, realizados con plena advertencia y con plena libertad. La
verdadera finalidad del Sacramento de la Penitencia es la situación de pecado mortal.
Pero no es la única. Es también conveniente confesar de vez en cuando las otras faltas de
menor importancia. Porque de repetir las faltas pequeñas se forman las grandes.
MAGDALENA: 5a. Recibir del Sacerdote la Absolución. Esta absolución que me da el sacerdote (cuando
me dice: "Yo te absuelvo de tus pecados...") en nombre de Cristo, es el signo, la
demostración visible de que Dios me ha perdonado y que la Comunidad —la Iglesia—
me recibe con alegría.
Dios perdona, reconcilia por medio del sacerdote, aunque éste sea indigno. Pero es
preciso, también, que la absolución tenga calidad humana de una acogida real
DIEGO: En otras palabras aunque el sacerdote sea pecador como nosotros, Dios lo ha revestido
de ese poder de perdonarnos nuestros pecados y es que cuando nos confesamos vamos a
exponer nuestros pecados, mi pecado personal, no el pecado del sacerdote, además la
absolución tiene que tener una calidad humana y una acogida real
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Libreto del programa “Entre nos, conociendo su fe”
Tengo también que demostrar con mis obras con el cumplimiento de la "penitencia" que
el sacerdote confesor me señala y, SOBRE TODO, CON MI COMPORTAMIENTO
NUEVO) que mi conversión es verdadera (Satisfacción de Obras). No solo basta que
nosotros recemos un padrenuestro y con eso ya es suficiente lo que tenemos que cambiar
es sobre todo el comportamiento.
No es suficiente
DIEGO: En la caridad con los hermanos sobre todo cuando supone renuncia a mi comodidad y
bienes.
MAGDALENA: Todos estos son momentos en los que expresamos nuestro amor obediente a Dios,
nuestro dolor por el pecado; momentos en los que nos entregamos libremente a Dios. El
perdón no nos viene de nosotros mismos, sino de Dios que ha tocado nuestros corazones.
DIEGO: Algo que nada ni nadie puede cambiar, suplir, eliminar es la confesión. Dios solamente
perdona al hombre que se arrepiente sinceramente, al que se convierte de corazón. El
comprender y aceptar que Dios le sigue ofreciendo su amistad, el arrepentirse de su
actitud pasada, voltearse a él, confesarse, reconciliarse con él, es lo que ante todo y
sobre todo vale para obtener el perdón de Dios.
Sin ese arrepentimiento interior, de nada vale ningún rito.
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Libreto del programa “Entre nos, conociendo su fe”
Antes de pedir perdón a Dios hay que reconciliarse con el hermano , así que a pedir
perdón, perdonémonos, perdonémonos nosotros mismos, que muchas veces no nos
queremos perdonar, perdonemos a los demás y sobre todo pidámosle ese perdón a Dios
DIEGO: El concilio vaticano II dice que la confesión sacramental frecuentemente preparada por
el examen de conciencia cotidiano ayuda a la necesaria conversión del corazón, así que
no tengamos miedo confesarnos.
Quien vive en pecado grave es fácil que se condene por tres razones: ¿Cuáles son
compañera?
MAGDALENA: Porque es muy probable que después le falten las ganas de confesarse como tampoco las
tiene ahora
MAGDALENA: Porque aun teniendo la decisión de confesarse próximamente es probable que la muerte
sorprenda a esta persona y no llegue a tiempo al sacramento.
DIEGO: Tercero
MAGDALENA: Quien descuida la confesión acumula cada vez más pecados y cada vez tendrá más
dificultad para vencer tanta debilidad espiritual
DIEGO: Muchas personas tienen miedo de confesarse, porque tienen miedo dicen – es que ese
padre es muy bravo y me habla se enoja, por eso mejor no me confieso-
Hay otros que tienen miedo dicen por el padre puede ir a contar a los demás lo que le he
dicho, pero existe lo que se llama el sigilo sacramental, que es un silencio hermético que
guarda el sacerdote con respecto a los pecados que los penitentes le confiamos después
de cada confesión, por ninguna circunstancia, bajo ninguna amenaza, por ningún motivo
el sacerdote puede contar absolutamente nada de lo que ha escuchado en la confesión,
Por eso es absurdo callar nuestros pecados por vergüenza, porque no nos puede estar
después criticando, mirándonos o señalándonos con el dedo.
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Libreto del programa “Entre nos, conociendo su fe”
DIEGO: El aborto es un pecado que solamente el obispo o un delegado suyo lo puede perdonar.
DIEGO: Si o como dije un delegado, los obispos normalmente designan en sus diócesis
sacerdotes que pueden perdonar estos pecados llamados especiales, porque el niño
muerto no puede perdonar, un sacerdote normal no podría hacerlo.
MAGDALENA: ¿Qué pasa cuando una persona ya está muerta y uno quiere pedirle perdón? ¿Qué hacer?
DIEGO: La oración sobre todo, lo más importante es ARREPENTIRSE, que nos duela haber
cometido ese pecado. La cosa muy importante y que nunca debemos hacer es de
simplemente de confesarnos por compromiso, o porque me vean, o simplemente para
que no me hablen, sin un verdadero arrepentimiento, eso nunca se debe hacer es
preferible aguardar a hacerlo por compromiso.
MAGDALENA: Y bien queridos oyentes hemos llegado al final de nuestro programa, agradeciéndoles
por habernos sintonizado Soy magdalena Maldonado nos encontraremos el próximo
miércoles, a las 14 horas en su Radio Reina del Cisne 89.3
DIEGO: Así es querida compañera y como el tiempo apremia no me queda más que agradecerles
por su sintonía su tiempo Diego Robles hasta el próximo miércoles Dios los bendiga