Está en la página 1de 5

TÍTULO: IGLESIA PERSEGUIDA

TEXTO: Mateo 5:11-12

EXORDIO: La llama de la fe, ardió mas que las llamas de los torturadores.

INTRODUCCIÓN: la expansión de la iglesia llego a tener cotas inverosímiles para la mentalidad


de la época, incluso a día de hoy no se ha visto algo parecido, el mundo antiguo fue puesto de
cabeza, por un pequeño grupo de creyentes.

DESARROLLO: Sin embargo, a pesar de este avivamiento, en los siglos segundo y tercero, se
desató una persecución del Impero hacia el cristianismo sin precedentes.

¿Por qué perseguir a un grupo tan loable y tan deseable como lo eran los cristianos? El cristianismo
estaba llamado a chocar de forma inevitable con el paganismo. No era un culto más que viniera
a sumarse a los ya existentes, sino que por sí mismo era excluyente. No admitía la legitimidad de
otras creencias porque negaba la existencia de otros dioses. Esta actitud negativa le llevo a tener
problemas. Con todo, esta es solo una de las causas, pero analizaremos algo que marcó la diferencia
en este periodo de tiempo.

El paganismo acogía las nuevas formas y objetos de adoración. Donde los dioses ya se contaban
por cientos, aún por miles, un dios mas no representaba diferencia alguna. Cuando la gente de una
ciudad o provincia deseaba desarrollar el comercio o la inmigración, construían templos a los dioses
que se adoraban en otros países para que los ciudadanos de estos otros países pudiesen tener un
lugar en la adoración. Sin embargo, el cristianismo excluía dichas formas y objetos de culto y se
oponía a toda adoración excepto a la de su propio Dios.

Como los cristianos no participaban en la adoración de los dioses del populacho, muy común en
toda Roma, eran considerados por la gente irreflexiva como seres insociables, sombríos, ateos
que no tenían dioses y como aborrecedores de sus compañeros. Los cristianos tampoco adoraban las
estatuas del emperador que estaban en cada ciudad, aún cuando era tan sencillo arrojar un poco de
incienso sobre el altar. Por el hecho de que cantaban himnos de alabanza y adoraban a otro rey, a
Jesús, eran considerados por la multitud como desleales y conspiradores de una revolución.

Se llegó a decir que en las reuniones de los cristianos se realizaban actos lascivos o criminales.
Además, el gobierno del imperio, tomaba al cristianismo como un culto o sociedad secreta, que
según ellos, tenía propósitos desleales.

El cristianismo consideraba a todos los hombres como iguales. No hacía distinciones entre sus
miembros ni en sus servicios. El esclavo era tratado igual que el noble. Un esclavo podía ser obispo,
mientras que su amo era un miembro regular. Esto era odioso para la mente de los nobles, para los
filósofos y para las clases gobernantes. Los cristianos eran considerados como "niveladores de la
sociedad", anarquistas y trastornadores del orden social; y enemigos del Estado.

El emperador Marco Aurelio (161-180), decretó que la propiedad de los cristianos debía ser
trasladada a sus acusadores. A partir de este momento, la persecución fue universal. se les busco en
todo lugar, los llevaron a juicio y a menudo fueron ejecutados con la mayor crueldad. Después de
haber sido condenados como culpables de ser cristianos, sus propiedades fueron confiscadas y
fueron dadas a sus acusadores.

Cuando por fin los perseguidores se convencieron de que ningún tipo de tortura podría hacer que
los cristianos negaran su fe, decapitaron a los cristianos que eran ciudadanos romanos, y arrojaron a
los demás a las fieras, en la arena del anfiteatro.

Los líderes post-apostólicos más prominentes, que sucedieron a los apóstoles, fueron Hermas,
Clemente de Roma, Policarpo, e Ignacio. 90 a 140 D.C. En sus escritos, ellos se refieren a un solo
Dios y a Jesús como ese Dios. Ellos también enseñaban que el bautismo en el nombre de Jesús
era solamente para quienes creían al evangelio, y que el arrepentimiento era necesario para que
el bautismo fuera válido. Ellos afirmaron su creencia en la Unicidad (monoteísmo) del A.T. y
reconocieron la Deidad y la humanidad de Jesús.

Ireneo, un prominente líder cristiano que murió alrededor de 200 d.C., tenía una teología
intensamente Cristo céntrica y una creencia firme que Jesús era Dios manifestado en carne. Él
sostenía que el Verbo que se encarnó como Jesucristo era el plan de Dios para el hombre, y era el
Padre mismo.

Un poco más adelante, pero dentro del mismo periodo, se destacaron otros lideres, tales como
Noeto de Esmirna, Epígono, Práxeas, Cleómenes y Sabelio.

Noeto (por los años 180-200 d.C.) expuso, Cristo si es Dios, es Padre también, porque de lo
contrario no sería Dios, ya que no hay más Dios que el Padre. Práxeas, quien predicó en Roma y
Cartago alrededor del 190 d.C., afirmó que el Único Dios es el Padre, y por consiguiente, Espíritu
Santo es un titulo de Dios que hace referencia a que él es Espíritu y es Santo. Práxeas también
indicó que el título de Hijo hacía referencia a la manifestación de Dios en carne.

Cleómenes, enseñó que solo hay un Dios, que ha actuado de diversos modos o funciones para
darse a conocer al hombre para poder salvarlo. Sabelio fue un destacado predicador y escritor
(que predicó en Roma alrededor de 199-217 y de quien no sobreviven sus escritos). Tras su
predicación muchas personas se convirtieron al cristianismo.

Sabelio concebía que toda la plenitud de la Deidad moraba en Cristo, y mantenía que los términos
Padre e Hijo, eran solamente designaciones diferentes del único Dios, quién por causa de ser el
origen de todo es conocido como el Padre, pero referente a su apariencia en medio de la
humanidad es conocido como el Hijo.

A su vez, aparecieron por aquel tiempo algunas sectas (o herejías), provenientes principalmente del
neoplatonismo. El cual fue el resultado de mezclar las ideas filosóficas de Platón, con las diferentes
concepciones religiosas.

Se infiltraron en ella griegos místicos y desequilibrados de Asia Menor, de esta mezcla surgieron
toda clase de opiniones y teorías las cuales crecieron con fuerza. Los cristianos del segundo y tercer
siglo, luchaban no solo en contra de un mundo pagano y adverso, sino también en contra de herejías
y doctrinas corruptas que se querían meter dentro de su propio redil.

Los eruditos llaman al periodo comprendido entre los años 130 d.C. al 180 d.C. la edad de los
apologistas griegos. Aparentemente estos apologistas se habían convertido al cristianismo, pero la
revisión de sus escritos, demuestra que ellos no eran cristianos sino neoplatónicos de tendencia
“cristiana”. Estos hombres estuvieron afectados por todo el pensamiento filosófico desarrollado
hasta su época, y por las tendencias neoplatónicas judías de Filón de Alejandría y las neoplatónicas
“cristianas” de los gnósticos. El personaje más influyente de todos estos apologistas, fue Justino
Mártir (c. 100-165 d.C.).

La mayoría de estos apologistas no defendieron el cristianismo, sino que defendieron lo que hoy se
conoce como el “gnosticismo cristiano”. Estos, basados en las ideas de Filón de Alejandría,
cometieron el grave error de igualar el concepto bíblico de “Hijo de Dios” con el logos de la
filosofía neoplatónica judía. Ellos (en contravía de la enseñanza de Juan) afirmaron que el logos de
Juan 1:1 era un ser diferente a Dios, que vivió con Dios desde el principio (preparando así el
camino para las falsas doctrinas del arrianismo y el trinitarismo). Ellos negaron la enseñanza
bíblica de que Jesús es el único Dios manifestado en carne, que para lograr nuestra salvación se
manifestó simultáneamente como Padre y como Hijo.

Alrededor de 190-200 d.C., Teodoro el curtidor, apelando que, ya que Jesús fue un humano, no
tenía entonces el derecho de ser llamado Dios. Su sucesor, otro Teodoro, continuó defendiendo una
opinión de Jesús como un hombre concebido sobrenaturalmente. En esa misma línea de
pensamiento.

Pablo de Samosata (200-275 d.C.) desarrolló una doctrina conocida como el adopcionismo, por
medio de la cual declaraba que Jesús fue un hombre que llegó a ser El Hijo de Dios, al momento de
su bautismo, como resultado de un acto adoptivo de Dios.

De igual forma, basado en las especulaciones de los apologistas griegos, un hombre llamado
Tertuliano (c. 160-220 d.C.), que se había separado de la Iglesia Cristiana, y se había acogido a
una rama de los montanistas (de la cual fue el líder), realizó muchos escritos en los que atacó a la
iglesia del nombre de Jesús. Tertuliano desarrolló un concepto que presentaba, un dios como la
unidad de tres personas, y llamó a ese nuevo dios con el nombre de trinidad.

Sin embargo, la Unicidad de Dios es el cristianismo sencillo y originario, que tuvo que enfrentarse
contra el dogma eclesiástico posterior, elaborado por filósofos, políticos e “intelectuales”.

Un poco más adelante, otro hombre llamado Orígenes (c. 185-c. 254), fue nombrado presbítero por
los obispos de Jerusalén y Cesárea, que hicieron esto sin tomar consentimiento de Demetrio quien
era el líder cristiano de esa región. Demetrio se opuso a este nombramiento. Para resolver la
disputa se celebraron dos sínodos en Alejandría: en el primero se prohibió a Orígenes enseñar,
mientras que en el segundo se le privó de su sacerdocio.

Orígenes, basado en el neoplatonismo cristiano, le agregó un nuevo componente, al enseñar la


doctrina del Hijo eterno. La doctrina del Hijo eterno no había sido propuesta hasta su tiempo, y fue
fundamental para el desarrollo que más adelante tuvo el dogma de la trinidad tal y como lo
conocemos el día de hoy.

Así, Orígenes enseñó que el logos era una persona distinta al Padre desde toda la eternidad. Sin
embargo aún conservaba la subordinación del Hijo para con el Padre, y por ende, no creía que
fueran iguales en majestad y atributos como lo enseña la doctrina moderna de la trinidad.

Así, de esta manera, en muchos lugares, muchos pensamientos heréticos se identificaban como si
fueran la iglesia de Cristo, y confundían a la gente. Finalizando el siglo tercero, parece que la
mayoría de los líderes de la iglesia había rechazado la Unicidad de Dios, y se habían adherido a las
distintas corrientes, que presentaban a Dios y a Jesús siendo distintos.

El destino del texto: La iglesia comenzó a reconocer la necesidad de asegurar el uso


apropiado de la literatura para la instrucción doctrinal, para luchar contra las falsas doctrinas, y para
la evangelización.

Sin embargo, en tiempos de persecución, las autoridades paganas se esforzaron por confiscar y
destruir la Escritura. En aquellos tiempos, los libros eran supremamente apreciados, porque tenían
que ser copiados a mano, y en una congregación local, a menudo sólo había un ejemplar de la
Biblia. Incluso, los cristianos viajaron hasta lugares lejanos, aun arriesgando sus vidas, para
proteger las copias de la Escritura. De este modo, los primeros cristianos necesitaban saber sin
ninguna duda, cuáles libros tenían el valor de Palabra de Dios, para preservarlos a toda costa.
En la gran comisión, el Señor Jesucristo ordenó a sus discípulos a ir por todo el mundo a predicar el
evangelio. Para facilitar el trabajo misionero, desde muy temprano, los cristianos sintieron la
necesidad de traducir la Biblia a los idiomas de los diferentes pueblos y regiones a los que ellos
evangelizaban, a fin de que la gente comprendiera más fácil el mensaje de Dios.

El primer idioma en el que se encontró la totalidad de la Escritura, fue el idioma griego, que era
el idioma dominante de aquella época. El A.T. fue escrito originalmente en hebreo, y algunas pocas
porciones en Arameo. Sin embargo, por el año 250 a.C., el rey egipcio Ptolomeo Filadelfo (quien
era amante de las ciencias y las artes), patrocinó la traducción de la Biblia al idioma griego, que
era la lengua dominante de aquella época. El trabajo de traducción se atribuye a 72 sabios judíos,
y por eso recibe el nombre de Septuaginta LXX o versión de los Setenta, pero también es conocida
como la versión Alejandrina, pues fue en la ciudad de Alejandría donde se realizó el trabajo de
traducción.

La Septuaginta fue bien recibida por los judíos de Alejandría que hablaban el griego, y cuando fue
establecida la iglesia, ella utilizó esta versión. La mayoría de los textos del A.T. citados por los
evangelistas y los Apóstoles en el N.T. pertenecen a la versión LXX. El N.T. fue escrito en griego,
aunque algunos opinan que algunos libros, como el evangelio de Mateo y el libro a los hebreos,
fueron escritos originalmente en idioma hebreo.

Pero como la fe cristiana es una fe misionera, pronto aparecieron otras traducciones a otros idiomas
importantes de ese tiempo, tales como el sirio, el latín y el copto.

La versión Siriaca (o Aramea), también llamada Peshitta o traducción simple, fue terminada por el
año 150 d.C. y la copia más antigua que existe de esta versión, data del año 400 d.C. Los monarcas
sirio-helénicos de Adiabene, se habían convertido al judaísmo por el 40 d.C. y por esta razón, ellos
promovieron la traducción del A.T. al idioma sirio. Los cristianos se valieron de esa traducción, y
complementaron la Biblia, al traducir también el N.T. al idioma sirio. Por eso, se cree que el sirio
fue el segundo idioma en el que se tradujo la totalidad de la Santa Escritura. Para el año 160 d.C. la
Biblia ya había sido traducida al idioma latín.

A pesar de las oleadas de persecuciones en su contra, los cristianos aumentaron su fuerza y


continuaron en su campaña de hacer mas discípulos, siendo su número cada vez mayor. Al final de
este periodo y por el año 313, Constantino, el hijo de Constancio, como co-emperador, expidió el
Edicto de Tolerancia (o Edicto de Milán), en el cual, el cristianismo era aprobado por el imperio,
que su adoración era legal y que cesaba toda persecución contra el mismo. Vale aclarar, que el
Edicto de Milán, consideraba como cristianos, a todas aquellas personas que se identificaran como
tal, sin prestar atención a su profesión de fe.

APLICACIÓN: La biblia declara que en los postreros tiempos el ministerio de la iniquidad se


levantará contra la iglesia, y hombres corruptos, impíos y amadores de sí mismos aborrecerán y
perseguirán la iglesia, pero el ejemplo de fe y convicción de los hermanos del S. II y III debe
impulsarnos y estimularnos a no retroceder sino a seguir predicando las verdades eternas del
EVANGELIO.

CONCLUSIÓN: La fe inquebrantable de los cristianos de esta época, debe estar registrado con
letras de oro en las paginas de la historia de la iglesia, por sus convicciones para defender la fe
cristiana y no negar a su Señor a pesar de las persecuciones y de las torturas y muertes que sufrieron
por el nombre de JESÚS.

Fecha: 16/06/19
Exponente: pastor carlos mesa
Lugar: Figueres
Participantes:
Resultados de la enseñanza: siguiendo con el tema anterior pudimos avanzar un poco en esta
tremenda historia y los creyentes que se mostraron muy interesados en seguir con estos temas.
Fotos:

También podría gustarte