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Muchos hablan de éxito, pero ¿sabemos realmente qué es el éxito?

¿Será que el éxito


es tener una familia perfecta, un trabajo bien remunerado o un buen negocio, una casa,
un carro, ser admirado, ser una persona muy sociable? Para nada, solo es el concepto
generalizado que le ha dado la sociedad. Hay una frase conocida de Ralph Waldo Emerson
que dice “El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que
se obtiene.” No existe un concepto generalizado sobre el éxito, cada quien debe tener
su definición propia de “éxito”, la pregunta no es ¿qué es éxito? sino ¿qué es éxito para
mí?, ¿qué deseo?, ¿qué me va a hacer feliz? La mayoría de las personas tiene una idea
prefabricada de lo que es éxito, resultado de la influencia de sus padres y de la sociedad
a lo largo de toda su vida. Entonces es cuando vemos personas que han alcanzado el éxito
que aparentemente querían pero no son felices, o sienten que les falta algo, es porque se
esforzaron por el éxito que nos les pertenecía, que en verdad no era lo que querían.
Tampoco se puede medir el nivel de éxito, ya que cada quien tiene sueños y metas
distintas, por lo tanto, no existen personas más exitosas que otras, ya que no existen
sueños mejores que otros, cada quien se esfuerza por lo que quiere. Al cantautor y poeta
Facundo Cabral quien amaba la vida y se consideraba muy creyente de Dios, un día un
periodista le preguntó ¿por qué Dios no le daría tanta fama y tanto dinero como a otros
cantantes contemporáneos contigo? Él respondió “porque Dios sabe que yo no necesito
la fama, el poder y los millones para vivir, Él sabe que a mí me gusta ser libre sin que me
estén persiguiendo, Él sabe que yo no necesito mucho para ser feliz, quizás esos otros
cantantes sí lo necesitan, yo no”. Y tiene razón, cada quien debe saber lo que quiere, lo
que desea pues cuando lo logre ese será su éxito, y a lo largo de la vida no vamos a tener
solo un sueño sino muchos. Recuerdo a un conferencista que decía que su padre era un
hombre de éxito, no porque tuvo muchos estudios y dinero porque en realidad era un
hombre bastante humilde de recursos económicos, sino porque él nació con labio leporino
y su padre le prometió que lo ayudaría, que lo sacaría adelante y así fue, ya que él mismo
(su hijo) cuenta que a la edad de 8 años nadie entendía lo que hablaba, pero hoy es un
gran conferencista y puede hablar con gran claridad, por eso él considera a su padre
exitoso, porque su padre cumplió lo que se propuso y fue feliz. ¿Qué es lo que realmente
queremos? Pidámosle a Dios que nos enseñe qué es lo que nos hace felices y que nos dé
la sabiduría para encontrarnos a nosotros mismos. Nadie puede definir nuestro éxito,
solo nosotros mismos de la mano de nuestro amado Padre. Dios te Bendiga.

Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados (Proverbios 16:3).

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