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Hay que tener presente que la explicación inicial sobre la crisis hipotecaria se
encuentra en el proceso de desregulación financiera que se dio en los Estados
Unidos durante los años 2007 y 2008. Por lo que, en el otoño de 2007 se presentó
el estallido de la burbuja hipotecaria norteamericana. Fue precisamente en agosto
de 2007 que se desata la crisis subprime o de las hipotecas basura, en marzo del
2008, se dio a conocer la reforma del sistema financiero estadounidense, esta fue
incapaz de detener la hecatombe bursátil, la contracción del crédito y la quiebra de
las más importantes hipotecarias estadounidenses que se presentaron medio año
más tarde, en septiembre de 2008. Por lo que los problemas continuaron a tal nivel
que los dos grandes hipotecarios del país, Fannie Mae y Freddie Mac, que poseían
o aseguraban la mitad de las hipotecas norteamericanas, tuvieron que ser
rescatadas en septiembre de 2008. Para ese momento,” el gobierno del presidente
Bush se comprometió a inyectar hasta un máximo de $200 000 millones de dólares
en nuevo capital y líneas de crédito para evitar la quiebra de las dos firmas”. Pero
la alarma financiera nuevamente se encendió, cuando la aseguradora más grande
del país y del mundo, American International Group (AIG), se declaró en quiebra.
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RESUMEN
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“CRISIS FINANCIERA MUNDIAL DEL 2008”
1. – ANTECEDENTES:
La crisis financiera tiene como epicentro a Estados Unidos, por ser la gran potencia
tiene una gran repercusión mundial y trae importantes consecuencias en la gran
mayoría de países del mundo. Según Greenspan, (2010) el detonador de la crisis
fue la proliferación global de hipotecas subprime tóxicas titularizadas de Estados
Unidos. Ahora bien, ¿cómo se maneja la sociedad en Estados Unidos? Según una
investigación sobre ese tema (Oxbridge Writers, 2009), coinciden en que los
estadounidenses son muy arraigados en cuanto al tema de endeudarse se refiere,
aquellos que tienen las posibilidades de ahorrar lo hacen invirtiendo en acciones o
fondos de inversión, la mayoría de la población se endeuda para adquirir bienes en
general, podrías decir que es una población consumista, endeudada, tanto que el
nivel de endeudamiento representa el 120% de sus ingresos y de estos el 75%
corresponde a deudas hipotecarias, las cuales son parte fundamental de ésta crisis.
Por lo tanto, el que financiaba estás deudas hipotecarias, es el alto déficit que
presenta gobierno de los Estados Unidos.
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Muchos ahorradores quienes no estaban advertidos, a través de los bancos, fondos
de inversión y empresas que cotizan bolsa ayudaron al crecimiento de la burbuja
sin saber cuál era la garantía final de su inversión, fue un gran negocio mientras las
propiedades aumentaban su valor y el pago de las cuotas era constante, pero como
todo, llegó a su fin, estallando una gran crisis económica.
Así pues, La Reserva Federal comenzó a aumentar las tasas hasta sobrepasar el
5% para contener la inflación, de igual forma los bancos aumentaron las tasas a los
créditos, ya adquiridos, lo que provoco que los endeudados con menos solvencia
no cumplieran con el pago de sus cuotas y su deuda aumentara hasta por el valor
de su vivienda, lo que los llevo a ponerla en venta, ocasionando que las
propiedades bajaran nuevamente su precio.
Cuando ésta crisis estallo en el 2007 se estima que había morosidad de 500.000
millones de dólares en el mercado de las hipotecas, muchos de los bancos
vinculados a este negocio no pudieron afrontar sus deudas, ya que no tenían con
que responder, debido principalmente a que sus activos se habían evaporado,
apalancado deudas incobrables y devaluadas. Esto conllevó a un efecto dómino
arrastrando a la quiebra a entidades financieras que participaron de este fenómeno.
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2. - ¿QUÉ ORIGINÓ LA CRISIS?
Pero, ¿En qué consiste una inadecuada administración? uno encuentra que se
refieren a la forma en que el consejo de administración (y/o las autoridades)
monitoreó y estableció límites a la exposición de riesgo. También se puede acusar
a las autoridades de lo mismo, de hecho en Estados Unidos al representante del
FED se le pidió que explicara por qué se generó la crisis y por qué no se hizo nada.
En este último caso se puede decir que sabían perfectamente del problema, de los
riesgos que se avecinaban, de los productos nuevos que se estaban desarrollando,
e incluso organizaron conferencias para discutir de los riesgos, los problemas y
cómo resolverlos, pero no hicieron nada y la crisis estalló. Por lo tanto, fue una
inadecuada administración en los intermediarios y en las autoridades. Como
resultado, se encontró que tres fenómenos incidieron notablemente en la crisis: la
mala administración, la irracionalidad financiera, y la inadecuada supervisión de las
autoridades financieras.
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Según (Blackburn, 2008) la cadena de irresponsabilidades que desencadenaron
esta situación de riesgo son no solo el déficit de Estados Unidos y su política de
dinero fácil de la Reserva Federal, sino también se encuentra en la cadena de
incentivos desastrosos y en conflicto de intereses entre acreedores y gestores que
han acribillado a un sistema superentendido de intermediación financiera.
Resumen:
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3. – CAUSAS:
Una segunda causa según Arenas Rosales, (2009) de la crisis hipotecaria fue la
excesiva liberalización financiera. Un hito financiero innegable que contribuyó al
proceso de liberalización fue la abolición, (en 1999, después de 12 intentos en 25
años) por parte del congreso norteamericano (con el apoyo del presidente Clinton)
del acta Glass-Steagall (Arenas Rosales, 2009). Continúa Arenas Rosales, (2009)
sugiere que, “la derogación de la Glass-Steagall, permitió acabar con los
impedimentos legales que existían entre el origen de los créditos y las actividades
financieras”. A su vez, la fuerte liberalización financiera, aunado a la fuerte
competencia en los mercados, hicieron que las instituciones hipotecarias, para
ganar mayores clientes, tomaran muchos riesgos, entre ellos los excesivos créditos
hipotecarios. Según los estudios acerca de las causas-efectos de la crisis del 2008
de (Oxbridge Writers, 2009) encontró que los créditos hipotecarios que se hicieron
durante todo el año de 2005, los cuales mantuvieron la venta de casas por encima
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de las ocho mil unidades; tres años después, su venta se había desplomado por
debajo de las 6 mil casas, aumentando considerablemente el inventario de casas
sin vender a más de 5 mil inmuebles.
En suma, bajo el contexto y la combinación de: una política monetaria mala y débil,
y una pobre regulación en los mercados de las hipotecas, los seguros y los bancos
de inversión, y la ausencia de un supervisor/regulador, se permitió el fuerte
endeudamiento inmobiliario estadounidense, el cual fue financiado a través de un
castillo de papeles (instrumentos financieros derivados) de proporciones enormes.
Resumen:
• Las tasas tan bajas dieron lugar a que los bancos puedan ofrecer créditos
hipotecarios, entre los cuales figuran: Cliente PRIME (Solvencia económica)
Cliente SUB-PRIME ( Malos pagadores)
• En sus inicios, el rasgo distintivo fue una burbuja inmobiliaria alimentada por un
boom crediticio. El sistema financiero otorgó créditos hipotecarios a un segmento
de alto riesgo, denominado subprime, que antes no tenía acceso al crédito. El
sistema financiero fue el motor de la burbuja.
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4. - PASO A PASO: ¿CÓMO SUCEDIERON LOS HECHOS? - “CRONOLOGÍA”
Entre 1993 y el año 2000 la economía de Estados Unidos parecía ir viento en popa
con un crecimiento medio anual del PIB de un 4,8%, basado en el alto nivel de
consumo de los hogares y en la fuerte inversión de las empresas, esto provocó
grandes entradas de capital en la bolsa, se había desatado otra burbuja, ahora bajo
la forma de las empresas Puntocom. Su valor subía vertiginosamente a partir de la
expectativa de que tal valor subiría y seguiría subiendo indefinidamente, tal como
se cree siempre en medio de éste tipo de burbujas.
No sólo los grandes inversores sino incluso muchos hogares participaban del
fiestón bursátil, viendo así incrementarse su riqueza que, al añadirse además a un
endeudamiento al que nadie temía en ese entorno de ebullición financiera, permitió
mantener el consumo estadounidense en niveles muy altos que empujaron el
crecimiento económico.
La Reserva Federal (2000) salió al paso de las dificultades y rebajó los tipos de
interés hasta un mínimo histórico y así los mantuvo durante meses. Desde mayo
de 2000 hasta diciembre de 2001 bajó los tipos de interés en once ocasiones,
pasando desde 6,55% a un mínimo histórico de 1,0%. Esa decisión tuvo como
consecuencia la creación de una burbuja inmobiliaria que, teniendo como motor a
la especulación, empujó los precios de las viviendas al alza de forma constante. El
endeudamiento no sólo salía barato, como consecuencia de los bajos tipos de
interés, sino que además podía servir para especular en un mercado en alza y
obtener altos beneficios. Con ese panorama, la demanda de préstamos se
incrementó. Entre 1997 y 2006, los precios de las viviendas en Estados Unidos se
incrementaron un 130%.
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Cuando se reducían los tipos de interés, los bancos obtenían menos rentabilidad
de sus créditos y para compensar esa pérdida tenían dos posibilidades, o tratar de
aumentar el número de créditos que concedían, o conceder una parte lo más
grande posible de ellos a tipos más elevados. Mientras la burbuja inmobiliaria se
mantenía creciente, eran muchos los hogares que buscaban endeudarse para la
compra de viviendas, con la expectativa puesta en que pronto podrían venderlas a
un precio mucho más alto. Así, el interés de las familias más pudientes por obtener
préstamos y la necesidad de los bancos por darlos se encontraron felizmente.
Pero eso no era suficiente para los bancos, y para lograr mayores rendimientos
multiplicaron su oferta de préstamos hipotecarios y llegaron a concederlos de modo
muy arriesgado a familias que si cambiaba a peor su situación financiera, no
podrían pagarlos.
Así se extendieron las llamadas "hipotecas subprime", que tenían mucho más
riesgo de impago porque se concedían a personas con pocos recursos
económicos. Además, muchas de estas hipotecas eran suscritas a través de
"brokers" o mediadores, es decir, personas contratas por el banco para buscar
posibles clientes y que son remunerados por comisiones. Esto significa que sus
honorarios dependían positivamente del número de hipotecas contratadas, por lo
que su interés personal no era otro que el de conceder tantas hipotecas como fuera
posible, aunque para ello hubiera que utilizar todo tipo de estrategias.
Lógicamente, para compensar el alto riesgo que conllevaban dichos préstamos, los
bancos impusieron tipos de interés más altos a los prestatarios, de modo que las
amortizaciones mensuales que tenían que soportar éstos eran mucho más duras
de lo normal.
Tampoco era suficiente para los bancos y necesitaban seguir prestando, crean un
nuevo producto financiero, así recurrieron a un nuevo producto financiero: La
Titulización. Los bancos venden estos contratos. Esa es una actividad llamada
"titulización" que les permite cambiar papel por dinero líquido. Gracias a ella nacen
los "productos derivados", llamados así porque van naciendo, derivándose, unos
de otros. Debido a que para que el banco pueda conceder préstamos necesita
primero disponer de dinero en forma de depósitos. Pero puede ocurrir que el dinero
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líquido del que disponga el banco procedente de depósitos le resulte insuficiente
para atender la demanda de préstamos. En ese caso, el banco tiene dos opciones
fundamentales: endeudarse con terceros o "titulizar" algunos activos disponibles.
Es la forma preferida por los bancos para disponer de cada vez más dinero para
aumentar su negocio de concesión de préstamos. Mediante este proceso el banco
vende los derechos de cobro del préstamo a una entidad, denominada "vehículo”,
que a su vez emite unos títulos que posteriormente venderá a otros inversores. El
banco transfiere así los riesgos, y con el dinero recibido en la venta de los derechos
de cobro puede continuar concediendo préstamos y volviéndolos a vender. Según
Warren Buffet, advirtió ya en 2002, de que los derivados eran “armas financieras
de destrucción masiva”.
La entidad vehículo, por su parte, emite unos títulos que generan unos intereses
fijos, compuestos por las amortizaciones del préstamo, en beneficio de los
inversores que los compran. Dicho de otra forma, cuando una persona solicita un
préstamo en una entidad financiera, el flujo de dinero que va suponiendo la
amortización periódica del préstamo, se va repartiendo a través de una pirámide de
entidades con las que la persona no tiene nada que ver. Como por lo general el
banco mantiene la gestión de los préstamos, el cliente no suele llegar a percibir
este proceso directamente.
Los inversores que compran los bonos emitidos por los vehículos suelen ser
inversores institucionales y no inversores particulares por dos razones
fundamentales: porque la complejidad de los bonos los convierte en el objetivo de
únicamente agentes profesionales, y porque las ingentes cantidades de dinero
necesarias para realizar la operación. Los inversores institucionales incluyen
bancos, compañías de seguros, fondos de pensiones, fondos de inversiones,
hedge funds, entre otros y se caracterizan porque buscan permanentemente
especular con las variaciones en el precio de los activos en los que in- vierten.
Compran un producto financiero a un determinado precio y lo venden cuando éste
sube. Con los beneficios compran otros activos y vuelven a venderlos, y así
sucesivamente. Y, por supuesto, todo eso lo hacen sin mantener vinculación directa
con la economía real o productiva.
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Precisamente porque los bancos sabían que una vez suscritos podrían vender esos
préstamos hipotecarios en el mercado financiero, traspasando de esta forma el
riesgo a las entidades compradoras, no se preocuparon lo suficiente por las
consecuencias de posibles impagos. No analizaron adecuadamente la calidad de
los contratos suscritos, Además, la mayoría de las hipotecas eran suscritas a través
de los brokers, o comisionistas, quienes únicamente estaban preocupados en la
cantidad y no en la calidad.
Aplicando estas nuevas fórmulas financieras los bancos ven incrementadas sus
cifras de negocio. De esta forma consiguen mayores beneficios, con lo cual sus
accionistas se muestran más contentos y mantienen la inversión financiera. Y para
no ser barridos del mercado por los competidores, todos los bancos tienen que
adaptarse a los nuevos límites reglamentarios, y situarse de nuevo en las fronteras
de los mismos, en muchos casos la actividad financiera se instala en ubicaciones
geográficas concretas para eludir todo tipo de leyes. Así, los bancos crean sus
vehículos fuera del alcance de las autoridades, de tal forma que puede hacer todos
los negocios de forma absolutamente opaca.
Tanto los hedge fund, un tipo de inversores institucionales, como los vehículos de
titulización suelen instalar sus sedes en "Offshore Financial Centers" (OFC),
llamados paraísos fiscales.
Esos fondos de inversión vendían a su vez esos contratos a otros fondos, y estos
a otros, y así esos contratos se fueron difundiendo por el sistema bancario
internacional. Permitiendo y dejando plena libertad para que los agentes financieros
llevaran a cabo las operaciones de empaquetamiento y maquillaje que fueran
necesarias para llenar los mercados de todo este tipo de productos financieros
especulativos. Gracias a ello, una vez los títulos financieros se iban emitiendo por
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los vehículos proporcionando altas rentabilidades, los agentes financieros e
inversores de todo tipo se volcaron sobre ellos. La interdependencia financiera y
las nuevas tecnologías hicieron que todos estos productos se distribuyeran a través
de todos los sistemas financieros desarrollados del mundo.
La consecuencia de todo ello fue que millones de trabajadores quedaron sin empleo
y que empezaron a dejar de pagar las hipotecas o préstamos que tenían suscritos
con los bancos. Los títulos financieros en posesión de los bancos perdieron
rápidamente su valor puesto que sus activos subyacentes (las hipotecas que se
encontraban en la base de la pirámide) dejaban de proporcionar los flujos de dinero
esperados. Los bancos tuvieron que registrar esas disminuciones de valor y
comenzaron a sufrir pérdidas millonarias.
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¿Qué es una pirámide? Según Pérez Salazar (2008) describe el funcionamiento de
una pirámide económica así:
Tal y como lo vimos descrito con anterioridad en el modelo de Minsky. Por lo tanto,
lo que se puede deducir de lo anterior, es que el pánico de 2008, es a su manera
una pirámide en gran escala.
Ya que tenemos claro que es una burbuja inmobiliaria, continuemos con los hechos
describiendo, cómo pasaron. Por lo que, seguidamente a la explosión de la burbuja,
la cual es la segunda fase de las etapas de Minsky y corresponde a la premisa de
según Minsky “todo el mundo lo está haciendo” como se citó en (Pérez Salazar,
2008, pág. 23). La cartera inmobiliaria de los bancos comenzó a perder valor, así
como todos los derivados que tenían. Sin embargo, no ocurría lo mismo con las
deudas que había contraído, que permanecían intactas. Así, los bancos tuvieron
que comenzar a registrar pérdidas y a buscar formas de salir del aprieto que
suponía ver de repente disminuidas sus posibilidades de hacer frente a las deudas,
los bancos se vieron obligados a asumir las obligaciones de las "entidades
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vehículo" que ellos mismos habían creado para financiarse, con el objetivo de evitar
que quebrasen. Estos vehículos ya no eran capaces de vender los títulos de los
que disponían, puesto que los inversores cuestionaban la calidad de los mismos, y
empezaban a tener serias dificultades para afrontar sus deudas, los bancos
tuvieron que incorporar a su balance gran cantidad de pérdidas.
Con el colapso de los "vehículos", los cuales son los actores fundamentales en el
proceso de titulización, pues son ellos quienes captan los derechos de cobro de los
préstamos y los revenden convertidos en títulos de deuda, bonos o cualquier
instrumento financiero aceptado por los inversores. Entramos en la tercera etapa,
según Pérez Salazar “la de salida de inversionistas del mercado” (pág. 23). Aunque
al principio vendan pocos, los precios dejan de subir y luego empiezan a bajar.
Cuando un número cada vez mayor de inversionistas se percata de que la
valorización del activo (lo que los atrajo al mercado) se ha revertido, la salida se
convierte en fuga, y luego en desbandada. La salida se manifiesta en una reducción
de los precios que genera otra profecía que se cumple a sí misma: la caída seguirá
irremisiblemente.
Hay dos agravantes después del estallido. No sólo caen los precios, tampoco hay
mercado, es decir, no hay compradores. La falta de liquidez extrema acelera la
caída de los precios, en especial cuando hay vendedores involuntarios:
inversionistas obligados a vender por la presión de sus acreedores. El otro
problema es el cambio en la percepción del riesgo y en la actitud de los agentes
hacia el riesgo. En la última etapa de las burbujas la transformación es radical.
Quienes eran propensos o incluso neutrales al riesgo se vuelven muy adversos al
riesgo; se hacen irracionalmente temerosos. De ahí que la palabra "pánico" se
pueda aplicar en sentido literal a las crisis financieras producto del estallido de una
burbuja. El cambio de actitud suele ser duradero y dificulta la recuperación.
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riesgo por parte del sector privado y una laxa reglamentación de los mercados
financieros durante la fase de auge”, como se citó en (Pérez Salazar, 2008,)
La falta de confianza entre los bancos supuso el incremento del tipo de interés del
mercado interbancario, que es el tipo al que se prestan entre sí los bancos, y
aquellos que acudían allí a endeudarse vieron cómo ahora les resultaba más
costoso hacerlo. En Washington y Wall Street había personas muy poderosas e
interesadas en el desplome de varias de las empresas, que mediante la utilización
del lanzamiento de campañas de rumores, insistiendo en una falta de liquidez de
las empresas, atemorizaban a los grandes inversores empujándoles a retirar de
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inmediato sus fondos. Se estaba consolidando un auténtico capitalismo de
carroñeros, caracterizado por la agresividad de los agentes implicados en la
búsqueda de rentabilidades cada vez mayores y en menos tiempo.
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los gastos se ven afectadas de forma adversa. El consumo privado disminuye y las
inversiones colapsan. Lo que comenzó como contracción del sector financiero
alcanza a toda la economía. En suma, “la crisis financiera conduce a una crisis
sistémica” (Frenkel & Rapetti, 2009).
Resumen:
• Los 'hedge funds', instrumentos de alto riesgo, muy sofisticados, son los que
más expuestos están a la crisis ya que han destinado gran parte de su capital a
paquetes de deuda emitidos por los propios bancos.
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5.- IMPACTO EN EL SECTOR REAL.
La tasa de desempleo llegó a 8.5% en marzo de 2009, lo que implica que en los
últimos doce meses el número de desempleados aumentó en casi 5.3 millones.
Por lo que, según Zurita et al. (2009) “la crisis financiera se transformó en una crisis
de la producción y de empleo, el sistema bancario suspendió de manera súbita los
flujos de crédito, y toda la actividad económica que depende del crédito para operar
tuvo que detenerse” (p.24). Además, agrega Zurita et al. (2009) la crisis financiera
“generó una gran volatilidad en los mercados de valores, en los precios de los
commodities y en los tipos de cambio, el dólar se fortaleció fuertemente frente a
casi todas las monedas del mundo, el precio del petróleo cayó fuertemente desde
mediados del 2008 y los precios de la mayoría de los commodities siguieron la
misma dirección con la consecuente baja en los ingresos de los países
exportadores de estos bienes, pero reduciendo al mismo tiempo las presiones
inflacionarias en el resto del mundo”.
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LOS PLAN DE RESCATE FINANCIERO.
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fueron Argentina y México, con contracciones de sus PIB de -5,9% y -5,3%
respectivamente en 2009.
Quizás más importante aún, las reservas de divisas de los Bancos Centrales
latinoamericanos habían mejorado y los países reducido sus déficits fiscales
gracias al auge de los precios de las materias primas, que incrementó los ingresos
por exportaciones. Eso permitió a la mayoría de los gobiernos reaccionar a la crisis
con medidas económicas anticíclicas como nunca antes, con desembolsos en
infraestructura, estímulos al consumo y transferencias de dinero a los más
necesitados. Mientras en EE.UU. y Europa la crisis provocó cambios de gobiernos,
en varios países latinoamericanos los electores reeligieron a los presidentes o a las
fuerzas políticas en el poder.
La crisis puso sobre el tapete una antigua lección: si un gobierno gasta por
encima de sus ingresos, genera un déficit fiscal; el exceso de gasto público
puede ser cubierto durante un tiempo con deuda, pero si la tendencia persiste, llega
un momento en que ya no es posible endeudarse más. En esa circunstancia solo
queda reducir el gasto. Dicho de otro modo, al igual que en una familia, no se puede
gastar por encima de los ingresos de manera indefinida. Más aún, en Estados
Unidos y varios países europeos no solo se trata de un problema de los gobiernos,
sino también de las familias en sí, es decir, todas se han acostumbrado a gastar
más de lo que pueden pagar. Esto ha ocurrido desde hace un par de décadas, pero
con mayor profundidad en los primeros diez años del siglo XXI. El crecimiento alto
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y sostenido de la economía mundial en medio de una ola de innovaciones en las
tecnologías de la información había generado la “muerte del riesgo”. El resultado
fue el boom crediticio y el sobreendeudamiento de las familias y el gobierno de
Estados Unidos que acompañó la burbuja inmobiliaria ocurrida entre los años 2002
y 2007. Desde esa óptica. El mundo transitó del crecimiento y la confianza a la
depresión y el pánico.
Ante ese panorama sólo quedaba ajustar, es decir, disminuir el gasto y aumentar
los ingresos públicos para reequilibrar las finanzas públicas. Como consecuencia,
las familias compran menos, las empresas venden menos y la economía se
contrae.
¿Y por qué afecta esta situación al resto del mundo? Porque Estados Unidos y
Europa son los principales demandantes de bienes y servicios del resto de países,
entre ellos China. Si Estados Unidos y Europa compran menos al resto del mundo,
China producirá menos, pues observa cómo se reducen sus principales mercados;
los tres motores de la economía mundial se frenan y con ellos la economía mundial.
En el 2009, la economía mundial experimentó una recesión sincronizada, es decir,
una caída de la producción de –0.5%. En Estados Unidos fue de –2.6% y en la
Eurozona la recesión fue de –4.1%. El Perú, luego de crecer en 9.8% en el 2008,
lo hizo solo en 0.9% en el 2009. Como consecuencia, en América Latina el
resultado de la evolución del PBI fue de –1.7%. China, gracias al tamaño de su
mercado interno, creció en 9.2%.
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6. ¿QUÉ CONSECUENCIAS TRAJO A LAS EMPRESAS LA CRISIS DEL 2008?
Por lo que, debido a este problema, según los estudios de (Oxbridge Writers, 2009)
coinciden en que la tasa de desempleo aumentó notoriamente llegando en el 2008
a más de 450, 000 desempleados. Y concluyen que el impacto sobre la clase
trabajadora del sector de la construcción es más severo si tomamos en
consideración que los salarios crecieron por debajo de la inflación.
Por lo que según Pierre (2010) “terminar con la crisis dependerá entonces de la
capacidad de poner en marcha nuevos regímenes de crecimiento”.
Pero existen otro tipo de consecuencias derivadas de las crisis financieras que no
se eliminan con el descenso y recuperación de los índices económicos, estos
poseen un sentido descivilatorio, generando un debilitamiento de la cohesión y la
integración social. Donde estos comportamientos priman el interés individual y la
desatención por la dimensión pública de la conducta, con la consiguiente falta de
consideración de las consecuencias de la conducta propia sobre la ajena.
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En consecuencia, según (Ampudia de Haro, 2012) “el comportamiento pierde
sentido colectivo, empatía e identificación con el otro, instalándose como principio
de sociabilidad la satisfacción y maximización del interés individual”
Atenuar sus consecuencias parece ser lo mejor a lo que podamos aspirar (…) las
políticas, privadas y públicas, se deberían centrar en atenuar la extensión de la
pobreza y la adversidad causada por las crisis deflacionarias (…) pero si se
descubriera un medio efectivo para desactivar las burbujas apalancadas, sin un
impacto grave sobre el crecimiento económico, sería un gran paso adelante en la
organización de nuestras economías de mercado.
Como vemos Greenspan (2010) asocia a las crisis como algo que es inevitable si
es que se quiere seguir con un crecimiento económico, curiosamente la crisis
económica trajo a colación el pensamiento de Kondratiev, en donde el afirma que
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el sistema capitalista es así, y que debemos acostumbrarnos a despegues y
aterrizajes, dando a entender que la crisis es mala para todos y los momentos de
auge buenos para todos.
Afirma que, las crisis son un momento excepcional del desarrollo capitalista, como
una enfermedad dentro de su evolución normal, o bien como un simple desajuste
monetario que puede corregirse. Si bien para salir de la crisis, según Marx, “es
necesario aumentar la productividad en relación a las condiciones medias del
sector, obteniendo así una ganancia media superior, donde la competencia es la
presión y la ganancia el acicate para la innovación tecnológica”, como se citó en
(Foladori & Invernizzi, 2009)
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agendas a la nanotecnología como instrumento de desarrollo, estas posibilidades
se verán reducidas por la crisis, ya que con la reducción de la producción y del
empleo, implicará recaudaciones menores y consecuentemente una reducción de
los presupuestos para educación, investigación y desarrollo. No obstante después
de la crisis viene la calma y las oportunidades.
Por lo que, según el análisis de Foladori & Invernizzi (2009) los elementos clave de
la revolución tecnológica son: “las características técnicas (ventajas sobre otras
tecnologías), el papel en la acumulación de capital (versatilidad para ser aplicada
en diferentes sectores industriales) y el impacto sobre las clases sociales
(crecimiento desempleo)”. (Foladori & Invernizzi, 2009, págs. 282-283)
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CONCLUSIONES:
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BIBLIOGRAFIA
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2009). Redalyc.org.
Recuperado el 25 de Marzo de 2013, de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=165013651004
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http://www.nuso.org/upload/articulos/3654_1.pdf
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