NÚMERO 26

AGOSTO DE 2006 – VOL. III

ISSN 1696-7208

DEPOSITO LEGAL: SE – 3792 - 06

[ La motivación motor del aprendizaje ]

[ Por Miguel Vargas García.

Profesor de Enseñanza Secundaria.]

REVISTA I+E 1
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 _La motivación. Una palabra importante para nosotros los docentes. Una palabra que
surge continuamente en nuestras conversaciones, que nos hace reflexionar cada día, que está
centrando los debates en torno el rendimiento académico de los / las adolescentes... una palabra,
en fin, que parece ser clave en el buen funcionamiento de las clases y en el éxito escolar.

_La motivación, aquello que nos mueve a querer aprender, lo que nos mueve a
interesarnos vivamente por las cosas, el motor para el aprendizaje. Pero, ¿qué mueve a los
alumnos a ir al instituto?. Sabemos que a la mayoría de los / las adolescentes no les gusta ir a los
centros escolares. En general es una obligación para ellos.

_Sin embargo, algunos / as adolescentes toman una actitud distinta cuando afrontan la
inexorable tarea de levantarse temprano para ir a un lugar donde van a pasar gran parte de su
juventud, obligados por la ley y por sus padres.
Estos alumnos / as, que tienen una visión positiva de este hecho, en general están predispuestos
a aprender, sus mentes y su actitud es distinta a la de aquellos / as que sufren y que sienten esta
etapa de su vida como una obligación, como una pesada carga.

_En realidad, esta cuestión del punto de vista con que miramos la realidad, es vital para
todos nosotros, independientemente de la actividad o del momento en que nos encontremos. En
cualquier situación es clave para afrontar los hechos con una visión positiva, con una actitud
optimista.
_Porque, ¿no es verdad que muchos docentes van a su trabajo con la mirada enturbiada
por la negatividad, por las quejas, por la desgana?¿Y no es cierto también que muchos alumnos /
as llegan a clase con problemas, con situaciones emocionales muy complicadas en el seno
familiar?. Sin contar con los cambios, tanto físicos como emocionales y psicológicos, que sufren
propios de su edad; además está la presión del grupo, de sus compañeros / as, la presión de la
cultura, de los medios de comunicación, de la publicidad.
_Ante tales posiciones, el docente debe actuar como un mediador, un apaciguador,
tratando de comprender al adolescente y aceptando de entrada que esas variables van a
intervenir en el desarrollo diario de su actividad.
En realidad, un centro escolar es un microcosmos en el que sobre todo se tratan emociones,
sentimientos, sensaciones, que compartimos profesores / as y alumnos / as.

_Y todo esto es lo que nos mueve en última instancia. Un escritor famoso dijo: “escribo
para que me quieran”. ¿No es éste también el motor de la vida escolar?.
¿Qué buscan los alumnos / as cuando se enfrentan y afrontan la tarea de compartir un espacio
reducido, cerrado, con sus compañeros / as y en menor medida, aunque igual de importante, con
sus profesores / as?

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¿Y qué buscan los profesores / as cuando llegan al aula para compartir sus ideas, sus
conocimientos, sus experiencias con sus alumnos / as?
_¿No es un motivo de satisfacción sentir que tus alumnos / as te aprecian, que significas
algo par ellos?¿No es esto una de las claves de la buena relación entre ambos; compartir buenos
momentos fuera de las horas de clase, en el patio...?

_Es fundamental ese vínculo humano entre nosotros. El profesor / a ve al alumno / a como
una persona que se está formando, que tiene conflictos con todo lo que le rodea, consigo mismo,
con sus padres, con su mundo...
Y el alumno / a es capaz de ver al profesor / a como un ser humano normal, con sus sentimientos,
sus emociones, exactamente iguales a los de cualquier persona corriente.

_Esos vínculos son esenciales para el buen funcionamiento de la vida escolar. Pero todo
esto no se fomenta demasiado en los centros.
Y creo que son vitales para la mutua comprensión profesor / a- alumno / a.

_Entonces, la motivación... esa palabra tan interesante y tan importante para nosotros, se
fundamenta en múltiples factores y variables que apenas podemos controlar en todos sus
parámetros.
La vida que se desarrolla en un centro, en el aula, en cada sesión, es algo complejo, tan
extremadamente difícil de controlar que supone un aprendizaje diario, para lo cual apenas
estamos formados los docentes.

_Porque no hay que olvidar que tratamos con personas, con muchas y diferentes
personas que, como nosotros, están afectadas por tantas cosas, que hacen que cada clase sea
totalmente diferente a la anterior. Nada es previsible, todo cambia, todo se desarrolla y transcurre
al compás de la vida, misteriosamente, una energía que se intercambia y que llena esos
momentos que compartimos.

_El afecto une a las personas, y los alumnos / as buscan afecto, sobre todo a estas edades
tan complicadas.
El afecto. El vínculo entre iguales, entre el alumno / a y los adultos, juega un papel importantísimo
en la escuela. Es bueno que el profesor / a sea afectivo con sus alumnos / as, crear una unión que
permita que la comunicación fluya, que la energía circule positivamente de unos a otros.

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 _Porque en resumidas cuentas, lo que importa son las personas y cada una de ellas tiene
una historia personal. Y esa historia personal es la vida fluyendo a cada instante delante de
nuestros ojos, a borbotones, como un torrente imparable... y nosotros somos testigos de toda esa
fuerza vital.
Además somos parte activa en todas esas interrelaciones personales, en toda esa intrincada red
de afectos, emociones y sentimientos.

_Por ello creo que, como parte de este entramado, nos vemos también afectados por las
opiniones, comentarios y concepto que nuestros alumnos / as tengan de nosotros. Somos también
un elemento más que necesita motivación, y ésta, para nosotros, proviene en gran medida del
éxito de nuestro trabajo, de que se cumplan nuestros objetivos.

_Dicho todo esto ¡qué difícil resulta establecer normas, parámetros que puedan resolver
los problemas que diariamente aparecen en las aulas!.
Porque, ¿hasta que punto debemos obligar a un muchacho / a de 14 años a estudiar los polígonos
por ejemplo, si él no quiere aprenderlo, si no le interesa para nada?¿Existe alguna fórmula para
conseguir que éste adquiera los conocimientos que la programación prescribe? ¿Tenemos
nosotros derecho a obligar a este chico / a a estudiar, a aprender algo que no quiere?

_La motivación... Creo que la afectividad es trascendental para conseguir alumnos

motivados. El ser humano es un ser social que necesita relacionarse con los demás, interactuar
con ellos, sentirse parte de la comunidad en la que se mueve. Por tanto la afectividad es un pilar
fundamental para la motivación en las aulas.

_Creo que el profesor debe estar formado en estas cuestiones. Ahora está muy en boga “la
educación emocional”... Yo creo que el sistema necesita cambios, la sociedad los demanda y
quizás éste sea el camino a seguir. Una escuela donde se fomenten los valores esenciales, donde
se enseñe convivencia, una escuela socializadora y educadora más que formativa,
académicamente hablando.

_Tales cuestiones me hacen reflexionar mucho. Creo que la sociedad, la cultura occidental
ha tomado un rumbo que ha puesto en crisis el actual sistema educativo, que pone en evidencia
que se necesitan algunas reformas profundas.

_Educar. Es una palabra preciosa, que pensada como una de las tareas del docente,
resulta a la vez estimulante y una responsabilidad enorme. Pero ahí está el reto y este es nuestro
trabajo.

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 _Quizás uno de los aspectos más importantes de la actividad educativa sea el de la
autoridad. ¿Cómo manejar la autoridad en las aulas?. Creo que es una de las tareas más difíciles
de nuestro trabajo, puesto que hay
que compaginar autoritarismo, permisividad y democracia según las situaciones que se presenten.
Pero, ¿ no es muy difícil manejar la autoridad con alumnos / as cuya educación familiar es muy
diferente entre sí y sus respuestas a determinadas circunstancias tan heterogéneas?.

_Aprendemos a ser padres, con la experiencia de la paternidad, pero ¿cómo aprendemos

a manejar la autoridad en nuestra clase?. Actuamos según nuestro carácter y nuestra educación,
a partir de aquello que hemos aprendido. No podemos sustraernos a ello, por lo tanto ese va a ser
nuestro punto de partida y va a condicionar nuestras actuaciones.

_La autoridad, ¿cómo se gana?¿Qué experiencia tenemos nosotros acerca de esto?. Nos
manejamos por intuición y mediante reflejos inconscientes. ¡Y qué difícil manejar todas las
emociones que sentimos cuando un alumno / a se enfrenta a nosotros delante de todos sus
compañeros / as!

_La autoridad ¿cómo afrontar esta tarea, nosotros que hemos vivido una educación
absolutamente diferente a estos adolescentes de hoy?
_Pienso, como antes he comentado, que la autoridad tiene que ver con la relación que
establezcamos con nuestros alumnos / as. Es importante hacer ver al alumno / a que el profesor /
a es uno más dentro de este sistema educativo, que cumple una misión, pero que debe de haber
una conexión humana cercana y de respeto, que permita la convivencia fluida diariamente.
Y es fundamental para el manejo de la autoridad, el respeto mutuo entre todos los miembros de la
comunidad escolar. ¿No es más fácil el manejo de la autoridad si el respeto está firmemente
establecido entre todos?.

_Si hay unión, si hay sentimientos y afectos compartidos, es más posible la autorreflexión y
la autorregulación. Por ello debemos fomentarlos diariamente entre todos.

_En realidad el aula es un laboratorio experimental donde la práctica, las pruebas, el

tiempo, consiguen que llevemos a buen término nuestros objetivos. Y eso requiere de mucha
prueba y error.
¿Y al final debemos considerar que una actividad tiene éxito solo si ha servido para toda la clase
al completo?¿Debemos considerarlo en términos absolutos?

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 _Y con respecto a la disciplina, al respeto. ¿Qué hacer cuando un alumno / a se niega a
sentarse con otros compañeros / as que no son los habituales y que la asignatura no le interesa lo
mas mínimo y se niega a trabajar, y además se mantiene impasible e indiferente ante mi amenaza
de sancionarlo?.
¿Cómo manejar en esa circunstancia la autoridad?¿Tenemos derecho a obligarlo a estudiar, a
interesarse por la materia.¿Es posible motivar a un alumno con una predisposición tan
negativa?,¿ Hasta que punto merece la pena sacrificar el tiempo que le puedes dedicar a otro
alumno / a para luchar por recuperar a éste?.

_Todas estas cuestiones surgen diariamente en mi cabeza. Quizás es mi inexperiencia la

que me lleva a reflexionar sobre todo esto, buscando respuestas.
Puede ser que con el paso del tiempo las vaya encontrando y todas tengan una lógica
fundamentada en razones y causas mensurables.

_Hoy por hoy mi trabajo es un aprendizaje diario, continuo. Hay días de euforia, de alegría
y otros de decepción y tristeza... ¿pero no es así la vida misma?.

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