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EQUIPO DE INVESTIGACIÓN:
MEDELLÍN
ALCALDÍA DE MEDELLÍN
SECRETARÍA DE CULTURA CIUDADANA
SUBSECRETARÍA DE METROCULTURA
PROGRAMA MEMORIA Y PATRIMONIO CULTURAL
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 3
1. EL BARRIO MORAVIA EN LA CIUDAD................................................................... 6
2. ASPECTOS JURÍDICOS Y TENENCIA HISTÓRICA DE LAS TIERRAS
OCUPADAS.......................................................................................................................... 8
3. PROCESO DE POBLAMIENTO, CONSOLIDACIÓN BARRIAL E INCLUSIÓN
CIUDADANA ..................................................................................................................... 11
3.1 CONSOLIDACIÓN POR SECTORES....................................................................................................... 11
3.2 MOMENTOS FUNDAMENTALES.............................................................................. 15
3.2.1 Primer momento.......................................................................................................... 15
3.2.2 Segundo momento. ...................................................................................................... 27
3.2.3 Tercer momento. ......................................................................................................... 30
4. EL BASURERO: TODA UNA MONTAÑA DE REBUSQUE .................................... 38
5. ORGANIZACIÓN SOCIAL Y VIOLENCIA............................................................... 51
6. GRANDES MOMENTOS Y PROTAGONISTAS ....................................................... 94
7. ANOTACIONES FINALES ........................................................................................ 99
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS................................................................................ 104
INTRODUCCIÓN
Durante la segunda mitad del año 2005 la Secretaría de Cultura Ciudadana1 del
Municipio de Medellín, desarrolló el programa de Memoria y Patrimonio Cultural, con
el fin de recuperar y construir las memorias colectivas del barrio Moravia, a la luz de
los nuevos desarrollos que en este sector de la ciudad se vienen gestando mediante
la ejecución del Macroproyecto de Renovación Urbana y de la consolidación social
del proyecto de construcción y puesta en marcha del Centro de Desarrollo Cultural
para este céntrico barrio.
El presente texto sobre Moravia es el resultado académico del trabajo del equipo de
Memoria y Patrimonio de la Secretaría de Cultura Ciudadana, durante la segunda
mitad del año 2005, para lo cual fue necesario la aplicación de diferentes técnicas de
trabajo comunitario y la exploración sistemática de las diferentes fuentes
documentales y testimoniales que, de una u otra manera, representan una parte
fundamental de las memorias sociales y culturales de este importante barrio de la
ciudad.
1
El equipo de Memoria y Patrimonio Cultural estuvo conformado por: Coordinador: Herman Ferney Montoya
Gil, Antropólogo; Investigador: Eduardo Alberto Gómez Barrera, Antropólogo; Auxiliar de Investigación: Erika
Sierra Arias, Antropóloga.
Se dice que actualmente Moravia es habitado por unas 45 mil personas, agrupadas
en unas trece mil familias, distribuidas en siete mil viviendas, lo cual señala el
deficitario estado de la residencia en el barrio, donde el común denominador es el
hacinamiento y la baja calidad habitacional.
El índice actual del espacio público, de 0.37 m²/habitante, es alarmante. Esta, y las
cifras antes mencionadas, ponen de manera manifiesta que la problemática más
fuerte en este asentamiento es el hacinamiento y la carencia de espacio público. Sin
embargo, son evidentes las fortalezas en el sentido social y cultural, pero la
ausencia de equipamientos urbanos adecuados para su aprovechamiento y para el
desarrollo de las múltiples actividades sociales y culturales que allí se proponen, las
debilitan, desestimulan y
contrarrestan.
En ese estudio se dice que: Un tal Juan Uribe Lalinde otorgó en 1916 los terrenos
del ahora barrio Moravia a sus hijas Pastora Uribe de Vélez y Elena Uribe de
Restrepo, que además, por procesos sucesoriales, dichos terrenos llegaron a ser
propiedad del “Mocho” Emilio Restrepo Uribe3, cuyos herederos David y Marta
Restrepo aparecen en 1977 como los propietarios con derecho a negociar la
mayoría de la extensión del predio con el Municipio de Medellín.
En ese Acuerdo Municipal la Administración de Medellín declaró los terrenos del hoy
barrio Moravia como área de expansión del complejo recreativo del Parque Norte y
se aprobó la adquisición del lote en mención para ser entregado a las Empresas
Varias, por un período de cinco años, para depositar las basuras de la ciudad
mediante el sistema de relleno sanitario, hasta lograr conformar una topografía final
adecuada a las necesidades de la futura ampliación del parque vecino.
Mucho antes de esa negociación con el Municipio parte de estos terrenos, por no
decir que su totalidad, fueron arrendados por el mismo señor Restrepo a Ricardo
Hernández, el cual, a su vez, los subarrrendó a sus hijos: Ovidio, Arnulfo y Roberto.
2
HERRERA BUILES, Elkín. Memoria Crítica de la Historia. Medellín, 1989. p. 122-124.
3
Otras versiones dicen que Emilio Restrepo compró en el sector 503.864 metros cuadrados en 1917.
4
BETANCUR MONTOYA, Hernán Darío. Diagnóstico de la situación jurídica, urbanística y social del barrio
Moravia. Tesis de grado. Universidad de Antioquia, Facultad de ciencias Sociales, Departamento de Sociología.
Medellín, 2001. P. 55.
5
DECRETO MUNICIPAL Nº 102 de febrero 23 de 1984.
6
BETANCUR MONTOYA. Op. Cit., p. 56.
7
Por medio del cual el Concejo autoriza al Alcalde para que realice el ajuste de inventario de barrios de
Medellín.
Mapa del antiguo basurero. (Tomado de: Henao Pareja, Juan Guillermo 1997)
Sector Moravia:
Sector El Bosque:
Milán y La Playa:
El Morro:
El Oasis:
Este lote fue tradicionalmente utilizado por la Administración Municipal para asentar
temporalmente a personas damnificadas de la ciudad por los
desastres naturales. Allí se trasladaron, en 1988, un grupo de
familias afectadas por las inundaciones de la quebrada La
Iguaná, de las cuales veintiocho, en 1994, aún no habían sido
reubicadas. Según versiones de los propios moradores,
algunos funcionarios de Corvide autorizaron la invasión
masiva de este lote. Esta vez fueron familias del propio
Moravia y barrios aledaños que llevaban por lo menos dos
meses en una carpa adyacente a este terreno, sobre la
antigua vía a Machado, esperando e insistiendo en la
oportunidad de construir allí sus ranchos, y aprovechar la
infraestructura de servicios públicos que había instalado el Sector El Oasis.
Municipio de Medellín con el fin de atender a los damnificados.
En un principio los invasores pensaron reservar espacios para vías y para servicios
comunitarios, pero al final se decidió que lo prioritario eran las viviendas y las
familias. Aunque llegaron de todas partes de la ciudad, la mayoría de los que al final
lograron permanecer, provenían de Moravia. Es uno de los sectores que será
reubicado totalmente.
Con la llegada de Antonio Cardona, quien se instaló en la orilla del río Medellín cerca
al viejo puente metálico El Mico, ya eran seis familias asentadas en 1956. Durante
los años de 1957 y 1958 no se registraron invasiones, pero en el año de 1959 se
ubicaron en el lugar siete familias encabezadas por Javier Adolfo Alvarez, Julia Rosa
Ocampo y Mercedes Guzmán.
8
Las diferentes cifras que se presentarán, para los años de 1954 a 1981, son extraídas de las encuestas realizadas
en 1981 por el sociólogo Elkín Herrera como parte del estudio “Memoria crítica de la historia”, publicado en el
año de 1989.
Posteriormente en el año de 1962 llegaron ocho familias, entre las que estaban las
de Rosa López y Aurora Fernández.
9
IBÍD., p. 128.
10
BARRIOS IBARRA, María Nelda y Londoño Zapata, Luís Oscar. Recuperación de la historia de los barrios
Fidel Castro, El Bosque, Moravia, Milán y Los Llanos (sectores del antiguo basurero de Medellín). Tesis Master
en Educación. Universidad de Antioquia, Facultad de Educación. Medellín, 1986. p. 54.
En los primeros quince años del asentamiento, entre 1954 y 1969, la invasión fue
graneada, incrementándose a partir de la década de los setenta y su máximo
esplendor se presentó hacia finales de la misma.
Con otras seis familias que llegaron en 1963, encabezadas por Orlando López y
Rubén Gómez, el terreno poblado iba creciendo significativamente y los pobladores
sintieron la necesidad de ir pensando en la creación de una especie de comité
popular para defender su estadía en este lugar, idea que se concretó más adelante
con la creación del Comité Fidel Castro.
Entre los espacios reservados podemos mencionar el lugar que hoy ocupa el colegio
“Fe y Alegría”, la parroquia “Nuestra Señora del Consuelo”, cuya construcción física
fue impulsada por el sacerdote Gonzalo Giraldo, y la cancha de fútbol; además, al
ritmo del “fusíl y el evangelio”, entre las fajas de terreno separadas por la comunidad
aparece la del parque infantil, el edificio donde actualmente funciona la Junta de
Acción Comunal de Moravia y hasta se reservó para el puesto de policía, es decir,
hace cuarenta años la comunidad logró prever la forma urbana de su futuro barrio.
Durante el espacio de tiempo que hay entre el 1966 a 1969 llegaron 32 familias,
entre las que sobresalían las de Antonio de Jesús Correa, Efraín Jiménez (quien
llevaba muchos años trabajando en el río pero pagando arriendo en otras partes),
Jorge de Jesús Oquendo, María Guzmán, Martha Espinosa, Frankelina Agudelo,
Sergio Arboleda y Maruja Jurado. En este período los promotores de la invasión se
preocupaban que la ubicación de las familias no fuera dispersa y que no se
ocuparan los terrenos “reservados” y los que fueran requeridos más adelante para
obras públicas y así prevenir desplazaminetos o reubicaciones potenciales.
11
IBÍD, p. 135.
“…es ahí cuando aparece el señor Cock, al que le decían El Mocho que
era una de los jefes al mando (...) Con la canalización tumbaron el
antiguo puente metálico del ferrocarril, construido al frente de la
asfaltadora y llamado El Mico, los trabajos de la canalización llegaron a
ese sitio en 1972”.
12
En el citado estudio de HERRERA BUILES, p. 190, se dice que este personaje nació en el Departamento de
Boyacá en 1915, que llegó a Medellín en 1941 y a Moravia en 1966. Desde su llegada a la ciudad trabajó en el
río, con $90 compró una pala, una zaranda y una parihuela. Le había resultado trabajo en el Municipio
ganándose $4 diarios y en la ESSO por $8, pero prefirió seguir en el río, donde se ganaba $25 diarios.
13
Ibid., p. 191.
En 1971 llegaron 36 familias, encabezadas entre otros por José Joaquín Escalante,
Efraín Malagón Hernández, Jair Ayala Jaramillo, Alba Irene Vasco, Víctor Naranjo.
En 1972 continúa en aumento el asentamiento. En alguna medida, por causa de la
aparición de la Unidad de poder Adquisitivo Constante – UPAC, que incrementó los
costos de la vivienda llamada popular. Para esta época se presentaron en Moravia
63 invasiones, entre las que sobresalen las de las familias de Octavio Tuberquia,
Jorge Orlando Gómez, Leonardo Restrepo, Manual Salvador Barrientos, Evangelina
Moreno, Magdalena Guisao y Carlos Enrique Patiño.
A falta de hospitales buenos eran Don Antonio y las parteras. Los habitantes de
estos primeros años, así como los posteriores, tenían en Don Antonio Cardona una
persona demasiado especial, además era visto como un verdadero conocedor de los
problemas de la salud. Había adquirido conocimientos médicos trabajando como
enfermero en un hospital de Ibagué y dicen que restablecía pacientes que ya habían
Por los años setenta aún la presencia del gobierno brillaba por su ausencia,
situación que era reforzada por las mismas posiciones políticas de los pobladores.
Por esta razón muchas de las soluciones a sus necesidades básicas, como la
educación, la vivienda y la salud, que en Moravia eran consideradas de subsistencia,
tenían que ser resueltas al interior de la misma comunidad, como aún ocurre en los
sitios más alejados de la geografía nacional. Afortunadamente, la medicina
tradicional suplía de alguna manera muchas de las necesidades en salud de los
moravitas.
Para finales del año de 1977 lo único que diferenciaba esta invasión de las demás
de la ciudad, fuera de su característica de centralidad, era la existencia del basurero.
En ese año, como consecuencia de la agudización de los problemas económicos y
sociales del país y la ciudad, el proceso de poblamiento de la zona se va tornando
masivo. Este fenómeno no daba tiempo a las personas que vendían derechos de
posesión para lotear los terrenos y proceder a su venta, lo cual agudizo los
problemas del crecimiento desordenado del barrio y los grandes índices de
hacinamiento que hoy caracterizan a Moravia.
Con el paso de los meses fue creciendo una montaña de basuras frente a los ojos
de los pobladores y en la misma forma crecían los habitantes. Producto de la
invasión masiva al sector de Casco de Mula, en 1978 llegaron 179 familias y al año
siguiente se asentaron 305, la mayor cifra hasta el momento. Esta invasión fue
planeada por las organizaciones comunitarias presentes en Moravia que al ver que
la montaña de basuras se aproximaba a la quebrada La Bermejala y, por lo tanto, a
sus viviendas del otro lado, optaron por la estrategia de promover una invasión a
esos predios y así formar una barrera humana ante semejante atentado por parte de
la Administración Municipal.
16
BARRIOS IBARRA. Op. Cit., p. 66.
A las tareas de adecuación de los terrenos por parte de los invasores, generalmente
inadecuados para la construcción de vivienda, por cenagosos e insalubres, se
sumaban las labores de defensa de sus ranchos de los operativos de desalojo
ejecutados por la fuerza pública. En este sentido, el relato de doña Aceneth
Restrepo es bastante esclarecedor:
17
IBÍD.
18
TESTIMONIO en uno de los Talleres de Memoria Cultural. Moravia, septiembre y octubre de 2005.
Los negociadores de lotes. También llegaron los especuladores y los que querían
hacer negocio con la necesidad de vivienda. Llegaron a la zona individuos que se
apoderaban de varios lotes y que no necesitaba un rancho. Luego los vendían y así
muchas familias fueron explotadas por esos oportunistas. Estos acontecimientos
hicieron que algunos funcionarios del gobierno identificaran y señalaran a los
pobladores de Moravia como especuladores de tierras, situación que fue rebatida a
lo largo del proceso de negociación a raíz del plan de habilitación de los años
ochenta.
19
Ibid.
“En esa época solo existían los ranchos hasta brisas, de ahí para arriba
botaban basuras (...) Había hierba, cebollas, coles con sus dueños,
nosotros no podíamos coger eso... También había maíz, pero uno no
podía meterse ahí”20.
20
Ibid.
Para los primeros años de la década de los ochenta la ciudad había expandido sus
fronteras y los terrenos del hoy Moravia se convirtieron en céntricos y por lo tanto
apetecidos. El barrio estaba rodeado de importantes centros de servicio público,
recreativo y de grandes proyectos de transportes.
El balance para 1984. El panorama de los planes adelantados por la Alcaldía para
el año de 1984 era desolador y esto generó más desconfianza en los pobladores. El
proyecto de convertir ese sitio en una extensión más del vecino Parque Norte
fracasó, así como la idea de manejar el control del depósito de basuras como relleno
sanitario para adecuar la topografía del terreno según las necesidades del parque
planeado.
Foto del mes de marzo del 84, meses después de cerrado el basurero. (Tomado de El Mundo Metropolitano, 12
marzo de 1984)
Esto coincide con la suspensión unilateral por parte de la Alcaldía, del Plan de
Mejoramiento Barrial en 1989 y con el surgimiento, entre 1988 y 1989, de una fase
fatal de violencia22 que mostraría a los anteriores momentos críticos del
asentamiento como un simple juego de niños y que establecería más diferencias y
grandes rupturas en el barrio.
22
El fenómeno de la violencia será tratado más a fondo en el capítulo de “Organización Social y Violencia”.
23
BETANCUR MONTOYA, Op. Cit., p. 55.
24
Por medio del cual el Concejo autoriza al Alcalde para que realice el ajuste de inventario de barrios de
Medellín.
“Pues uno de los sitios escogidos para acomodarnos para tal fin fue
este en donde ahora se encuentra El Oasis y que antes llamaban
Palermo. Todo esto era un manglar y el Gobierno, siempre teniendo
precaución de que el morro podría ser de alto riesgo, nos ubicó
alrededor de él, y ahí se construyó el frente, desde la carrera 89 hasta la
central. Todos los ranchos eran igualitos, y una pared servía para dos,
todos de madera y techos de cinc”25.
25
TESTIMONIO registrado en uno de los Talleres de Memoria Cultural. Moravia, Secretaría de Cultura
Ciudadana, septiembre y octubre de 2005.
“Se construyó una carpa donde ahora está el kiosco y en ese invierno
eso era un pantanero y adentro la gente dormía como cerdos, todo el
mundo tirado en cartones y se ponía lazos por la mañana en la carretera
para parar los carros y pedir para el sustento ...27”
“En medio de todo eso se formó un presidente, Don Jaime, era un líder,
y empezó a realizar visitas a las oficinas, a emisoras, y a jalonar cosas
con representantes del gobierno, también concejales, consiguiendo sus
votos y a pescar en río revuelto”29.
26
IBÍD.
27
IBÍD.
28
IBÍD.
29
IBÍD.
“Un día antes de la Santa Cruz, el dos de mayo me recuerdo muy bien,
dijeron que iban a censar y cuando amaneció el tres de mayo estaba
todo conformado, por todas partes se colocó la cruz, porque teníamos la
vivienda y gracias a Dios no cayó el aguacero (...) entonces llegó la
delegación de CORVIDE y empezaron a numerar los ranchos y a anotar
las familias ubicadas. El morro de escombros ya estaba cubierto por
vegetación, un indial, y ya no botaban los escombros provenientes de
las construcciones levantadas por los narcotraficantes y los de la
construcción del Metro”31.
“Las relaciones son tan estrechas porque nos hemos dado cuenta que
todos venimos de la misma situación, que vivimos la misma historia, que
somos pobres y que si entre nosotros los pobres no nos damos la mano,
además por el poco apoyo recibido por la Administración, entonces que
será de esta humanidad” 32.
La invasión a la cima de El Morro. Esta invasión fue promovida por uno de los
grupos armados que tenía presencia en el sector en el año 2000, mediante la venta
de lotes. Esta eventualidad le ocasionó a estas nuevas familias invasoras quedar por
fuera del censo elaborado en 1999, condición esta necesaria para optar a los
beneficios totales ofrecidos dentro del Macroproyecto.
32
IBÍD.
“En la época de la reinserción de las milicias, por 1994, la cima era como
un parque natural. Se veían las laderas, no era poblado y arriba hubo
una base militar. Después que se fue la base quedó convertido en un
parque recreativo… Alrededor de El Casco estaba la huerta comunitaria
de Mary Rojas, en esta huerta cultivaban tomates, frijoles, maíz, hasta a
mi me tocó comer habas de ahí.
Los siete programas. Dentro del Plan Parcial se establecieron varios programas,
cada uno de los cuales pretende aportar desde los diferentes enfoques
(sociocultural, lo físico-urbanístico y lo financiero), en la inclusión ciudadana de
Moravia. Según lo expone la Gerencia del Macroproyecto, esos siete programas
son:
35
LUZ VERDE. Boletín Nº 6, junio de 2004, p. 10.
Uno de los beneficiarios de los programas nos comenta con respecto a los posibles
desalojos y reubicaciones:
Macroproyecto Integral barrio Moravia, muestra las espacialidades significativas y representativas de los sectores
de Moravia, El Bosque, El Morro, La Herradura y El Oasis
36
TESTIMONIO registrado en uno de los Talleres de Memoria Cultural. Moravia, Secretaría de Cultura
Ciudadana, septiembre y octubre de 2005.
Oscar Caballero37
Uno de los métodos más utilizados para eliminar los desechos de los hogares de la
ciudad de entonces era el de disponer de las tripas de los animales consumidos y
arrojarlas a los techos para que así se acercaran los gallinazos para que estos,
además, se comieran las basuras y los desperdicios.
Una sucia ‘tacita de plata’. Desde la década de los años cincuenta los primeros
pobladores del Fidel Castro, sector del actual barrio Moravia, veían con cierta
preocupación y asombro como era posible que a instancias de la Administración
Municipal, de la llamada ciudad de la Tacita de Plata, en los terrenos del otro lado de
la quebrada La Bermejala y del entonces indomable río Medellín, se procedía día por
día a depositar y arrojar sin ningún tipo de escrúpulos los residuos o “sobrados” de
tal tacita.
Esos domadores de ciudad, pensaban que, tal vez y a lo mejor, por llevar varios
años asentados en el lugar y por aún compartir ese espacio con la carrilera del
37
Citado por Jaramillo Villegas, Germán. Los Doctores de la Basura. Edición Cooperativa de Trabajo Asociado
RECUPERAR. Coimpresores. Medellín. Octubre de 2003. P. 3.
38
ENTREVISTA a Armando Olaya, en Jaramillo Villegas, Op. Cit., p. 4.
Antes era una zona muy desolada. Desde los años sesenta comenzaron a arrojar
las basuras en el sector de El Bosque. Una semblanza de lo que pasaba y se
encontraba en los alrededores del lugar en el cual se encontraba ese basurero:
39
ENTREVISTA a Hernestina Herrera, en Jaramillo Villegas, Op. Cit., p. 7.
40
ENTREVISTA a Armando Olaya. Ibid, p. 5.
41
ENTREVISTA a Hernestina Herrera. Ibíd., p. 5.
El chute era el pan de cada día. La primera función del basurero fue proveer de lo
necesario para la alimentación diaria a las numerosas familias de desposeídos que,
en sus entrañas, buscaban lo que la ciudad les arrojaba.
42
ENTREVISTA a Elkín Bedoya. Ibíd.., p. 5.
43
TESTIMONIO de uno de los asistentes a los talleres de Memoria y Patrimonio Cultural. Secretaría de Cultura
Ciudadana. Septiembre y octubre de 2005.
44
ENTREVISTA a Armando Olaya. En Jaramillo Villegas, Op. Cit., p. 14.
45
TESTIMONIO de Jorge Saldarriaga. Ibíd., p. 14.
46
ENTREVISTA a Hernestina Herrera Ibíd., p. 8.
47
ENTREVISTA a Armando Olaya. Ibíd., p. 10.
Un señor me dijo: ‘Me compra plástico sucio, Nena?’ ¡Listo! don señor
(...) Le compré plástico sucio y tierra y de lo que le vendían a uno ahí (...)
Unos tacos de plástico de mantequilla que llegaban y la gente le
limpiaba bien la mantequilla y quedaban dos, tres libras de mantequilla,
y eso se lo llevaban para la casa y me dejaban eso a mi, como yo no
pensaba que eso había que revisarlo, vi que todo eso era plástico.
Nosotros vinimos a conocer verdaderamente la pasta cuando empezaron
a recogerla, el hermano mío empezó a recogerla...“48 .
48
ENTREVISTA con Mª Elena Restrepo. Ibíd., p. 12.
49
ENTREVISTA a Elkín Beltrán, Ibíd. p. 15.
El oficio más frecuente en las mujeres era el de chutera, alejada de los “guerreros”,
y oficio mencionado como ofensa, demostrando que la consecución de alimentos en
este lugar era considerada como función discriminatoria. También trabajaban en el
lavado de plásticos, recogiendo leña y mechas y muy pocas llegaron a
desempeñarse como “guerreras”.
Como puede imaginarse la estructura social era muy compleja, los roles bien
definidos y los estatus construidos con sangre y por el influjo de apellidos o las
parentelas, muchos espacios también fueron obtenidos con malicia o por la
presencia del dinero.
El asentamiento como tal. Después de los ranchos como bodega de los productos
del reciclaje fue simple pensar en construir ranchos para la vivienda. Comenzó la
invasión de las partes bajas de la montaña. Las razones eran obvias y la necesidad
la misma. Solucionar el problema de techo, ahorrarse unos pesos del arriendo,
poder estar más cerca de “la minita de plata” y así cuidar mejor el fruto del trabajo,
poder dormir y descansar cerca del sitio de trabajo y así madrugarle más a los carros
recolectores de basura. Todo iba dirigido al ahorro del tiempo y de recursos
monetarios y humanos.
En 1990 el SENA realizó una completa investigación sobre la historia del sector,
pero lamentablemente todos los documentos se quemaron en uno de los tantos
incendios ocurridos. Cuentan los actuales pobladores que la primera familia que
llegó a establecerse en El Morro fue en 1978 y para 1982 la invasión ya era un
hecho. Los siguientes son testimonios al respecto de varios de los habitantes del
sector53:
“En esa época solo existían los ranchos hasta brisas, de ahí para arriba
botaban basuras (...) Había hierba, cebollas, coles con sus dueños,
nosotros no podíamos coger eso... También había maíz, pero uno no
podía meterse ahí”54.
La noticia del cierre del basurero. Las razones para el cierre del basurero fueron
muchas, pero veamos este panorama de los aspectos generales del sector en
198355:
54
IBÍD.
55
TORO, GLADIS; Restrepo, Rafael Darío; Morales, Mª Elena y Melguizo, Jorge H. Programa de
Rehabilitación Social Urbana del basurero de Moravia. Informe de Comunicaciones. Medellín, 1985.
56
Recorte de prensa, s. f., anexo al trabajo referenciado en la cita anterior.
En el cerro de basuras eran directamente 250 familias las que dependían del
reciclaje y explotación de las basuras, a las cuales, con el cierre, había que
buscarles empleo. Luego de una serie de discusiones, “con lógica elemental, como
ilustrados por una sabiduría natural, se concluyó que había que buscarles trabajo en
lo que sabían hacer: trabajar con basuras”57. No había otra opción.
“Todo cambió cuando sacaron el basurero del barrio, fue un cambio muy
brusco. Se mejoró la vida en cuanto a los olores, animales y plagas con
las que se convivía, pero se perjudicaron con el trabajo, pues muchos se
quedaron sin nada que hacer, y además no podían entrar a trabajar a la
Curva de Rodas. La gente había aprendido a trabajar en el basurero, con
el cierre la facilidad del sustento de muchas familias se vio afectada; una
parte se colocaron en RECUPERAR, y los que no se quedaron sin
empleo... eso fue como un sorteo, no era para todo el mundo, pero en
57
JARAMILLO VILLEGAS. Op. Cit., p. 39.
58
CODESARROLLO. Estudio socioeconómico de la población basuriega y del relleno sanitario piloto en la
Granja Tulio Ospina. Medellín, 1982, p. 30.
La relación especial del basuriego con la basura. La decisión para muchos de los
basuriegos, de asociarse en una precooperativa, no fue fácil. Adicional a la
desconfianza natural, para el basuriego la basura es mucho más de lo que el común
de la gente piensa o se imagina:
“Allá era más bueno por lo que uno ganaba más plata, pero muy maluco
al mismo tiempo porque usted veía el humero que se encerraba allá,
59
IBÍD.
60
IBÍD.
61
IBID.
62
JARAMILLO VILLEGAS. Op. Cit., p.40.
63
ENTREVISTA a Mª Elena Restrepo en Jaramillo Villegas. Ibíd., p. 78.
64
GILBERTO SUAZA, asociado fundador de la Cooperativa Recuperar.
65
ALIRIO ARCILA Solano, Director del programa de Microempresas de Antioquia en 1983.
Los diferentes sectores del actual barrio Moravia nacen como procesos ilegales de
urbanización que desencadenaron una lucha contra el desalojo y unos lazos de
solidaridad que, aunque difusos por el carácter heterogéneo de su composición
social, se fortalecieron ante las distintas formas de agresión externa, en un contexto
de continua tensión y provocación ejercida por las presiones del mercado
inmobiliario y por la funesta evolución del conflicto social de la ciudad.
El vecino barrio de cartón. Pero es bueno recordar que antes, en el año de 1958,
existía un barrio de ranchos recostados a los muros que rodean al Cementerio
Universal y según Don Antonio Cardona, uno de los fundadores del barrio Moravia,
ocurrió un suceso importante que desencadenó el primer movimiento o
desplazamiento urbano de pobladores en Medellín por el derecho de posesión de
una vivienda.
66
HERRERA BUILES, Elkín. Op. Cit., p. 131.
La presencia del padre Vicente Mejía. En el año de 1965 aparece la que tal vez
fue la figura más representativa y reconocida por la comunidad en las primeras
décadas del asentamiento: el Padre Vicente Mejía. Este sacerdote inició la
organización de los pobladores apoyado por estudiantes de la universidad de
Antioquia, quienes, en compañía de los pobladores, defendían las posesiones “a
punta de piedra” contra los desalojos de la policía. En estos años el fenómeno
consistía “en contar ante los continuos enfrentamientos, con los habitantes de los
barrios vecinos – todos populares -, organizados también por grupos de extrema
izquierda. Levantaron empalizadas temporales de lucha, pero no organizaron ni
construyeron ranchos con el ánimo de establecerse allí, sino con el propósito de
apoyar a los habitantes radicados”69.
67
Renombrado apellido de una familia considerada la más grande urbanizadora pirata de la ciudad.
68
Se trata de Pío V Rengifo Santamaría, Gobernador de Antioquia del año 1953 a 1956 y de 1957 a 1958.
69
HERRERA BUILES, op. Cit., p. 138.
popular”70.
conformación del barrio.
70
BARRIOS IBARRA, María y Londoño Zapata, Luis Oscar. Op. Cit., p. 65.
“al padre Vicente hay que agradecerle bastante en este barrio, nadie
sabe qué pasó con él, lo cierto es que parte de la comunidad lo sacó
como a un ladrón. Lo que es falso (...) nos ayudó mucho, no fue un
explotador, lo cierto es que apareció una mujer de otras tierras y que era
la encargada de llevar las cuentas de la Cooperativa de Recolectores y
parece – no lo puedo asegurar – que fue quien hizo perder al padre y ella
de haberse quedado con la plata que mandaron los suecos, era mucha
plata, esa si fue una estafota y al perderse el padre se acabó la
Cooperativa” 72.
“A partir de 1976, se inicia una gran ola de violencia (...) habían unas
cinco bandas de pandilleros que se unían a otras de Castilla, el Pedregal,
12 de Octubre, Santa Cruz, Aranjuez Anillo, inclusive jóvenes de aquí se
fueron a militar a esas bandas. Venían al barrio y originaban estragos y
enfrentamientos donde a cada rato habían muertos. Aquí entraba el
carro de la leche y le robaban la plata y la leche, así mismo con los
carros con víveres que se los llevaban y los dejaban en la Curva del
Diablo, donde a veces les echaban candela. Se violaban los derechos
humanos, también la propiedad, la integridad personal.
71
Ibíd., p. 182.
72
IBÍD., 1986
En esta década de los setenta, por la agudización de la lucha por la defensa de las
tierras, también se conforma una red organizativa de carácter viviendista. Estas
fueron las organizaciones que hicieron resistencia a las políticas gubernamentales,
como las emanadas por el Concejo de Medellín, en el mencionado Acuerdo
Municipal 03 del 9 de abril de 1977.
73
TESTIMONIO de un asistente a un Taller de Memoria Cultural. Moravia, octubre de 2005.
74
TESTIMONIO de José Augusto Ramírez, Presidente Junta de Acción Comunal barrio Moravia, Secretaría de
Cultura Ciudadana, Medellín, 10 de noviembre de 2005.
75
IBÍD.
“Me tocó afrontar esa situación y sin contar con algún tipo de
conocimiento, me decían: vea que puede hacer con eso. Entonces fue
cuando busque formas de asesorarme con algunas universidades. Con
la ayuda de estudiantes y profesionales se empezaron los contactos con
la Administración, todo en contravía con los Comités populares, o mejor
dicho, en contra de las ideas o las ideologías. Con ellos discutíamos
mucho: Qué cómo era posible que fueran a entorpecer el desarrollo de la
generación que venía, que eso era castrarle la oportunidad a los hijos y a
las familias de superarse, tanto a nivel personal como comunitario, les
decíamos... y es que ellos no querían, si era de parte del Estado, que
entraran los servicios públicos y mejor querían seguir viviendo como en
un monte, ya que para uno tener una comunicación, todavía en 1981, se
tenía que dar una dirección por Carabobo o la de otra parte, por aquí no
entraba ni un cartero, no había nomenclatura, no había nada (...)
“El M-19, con Gloria Quiceno, levantó un campamento como para cien
personas, a un lado de la quebrada La Bermejala, ahí hacían unos
tremendos sancochos... la cosa era reclutar seguidores entre los
jóvenes. Parte de los que más tarde formaron la banda de La Salida
aprendieron ahí todo”77.
76
IBÍD.
77
TESTIMONIO Taller de Memoria Cultural, Secretaría de Cultura Ciudadana, Moravia. Septiembre de 2005.
barrio.
78
En febrero de 1982 se inician los trabajos de habilitación por parte del Municipio, consistentes en el
levantamiento topográfico del sector y en la aparición en escena de los encuestadores oficiales y un grupo de
trabajadores sociales.
79
Este plan se llamó Plan Piloto que Presenta el barrio Fidel Castro y/o Moravia Oriente a los Concejales del
Municipio de Medellín.
En ese grupo de estudio y de trabajo sobresalían los señores Augusto Ramírez O.,
Efraín Jiménez, Darío Castrillón, Eduardo Hoyos, Oscar Ortega, Pablo Emilio Luján,
Manuel Gallego, Antonio Cardona, la señora Aceneth Restrepo, entre otros. Los
inconformes, los que querían llenarse los bolsillos, formaron un grupo que fue
acallado en las diferentes asambleas, pero que más adelante aparecerán en las
negociaciones con el Municipio con el ánimo de entorpecerlas.
80
TESTIMONIO de un líder del sector de Moravia, Medellín, Octubre de 2005.
81
HERRERA BUILES, op. Cit., p. 211.
La Junta de acción Comunal del barrio Moravia Oriente y/o Fidel Castro
(que desde este momento seguiría apareciendo como Moravia Oriente, porque a
muchos les aterraba el anterior nombre, asunto que a los primeros pobladores no
les agradó), presidida por Augusto Ramírez, y contaba con un Fondo Rotatorio
y un Grupo Juvenil Los Llanos, y además esta Junta apoyaba al grupo de
autoprotección existente en el asentamiento.
El Comité Popular de La Divisa, orientado por Pedro Pablo Gil, persona que
más tarde, en compañía de gran parte de los moradores del cerro de basuras,
invadirían una urbanización en construcción en el barrio La Milagrosa Loreto.
De la reunión solo quedó la división. Esa reunión, como todo este proceso, fue
saboteada por el Comité de La Divisa, que unidos al grupo de Lupo, lograron dilatar
el acercamiento con la Administración, creando una seria división en la comunidad.
Es de anotar que este comité fue creado para efectos de las negociaciones por el
recordado programa “Medellín sin tugurios”, abanderado por Pablo Escobar Gaviria
y por varios sacerdotes y profesionales, quienes con fines netamente electorales se
hacían llamar la solución habitacional de Medellín.
El cierre del basurero. En 1984 Moravia recibió con relativa calma el cierre del
basurero. Este es uno de los acontecimientos más grandes de su historia. Pero este
hecho levantó otra montaña, esta vez de dudas e interrogantes. Las dudas quedaron
resueltas al pasar los meses después del cierre, cuando se dio comienzo a un
período de violencia sin antecedentes en el barrio con la aparición del fenómeno de
las bandas.
Por iniciativa de la Acción Comunal de Moravia se citó a una gran asamblea para el
día 1 de abril de 1984, con el objetivo de lograr unificar objetivos en un pliego
unificado, pero los Comités Populares, que se habían creado por doquier, lograron
imponer sus mayorías y vetaron el programa presentado por la Acción Comunal y lo
mostraron como un brazo más del Gobierno. Esta situación es analizada de la
siguiente manera:
Los Comités Populares por sectores. Como se puede apreciar la presencia de los
Comités Populares en el proceso organizativo de Moravia aun no había terminado.
Frente al Plan de Mejoramiento Barrial, emprendido por la Alcaldía y la participación
activa de esos partidos políticos y movimientos de izquierda, en la conformación de
un tipo de liderazgo comunitario con formación política y capacidad de organización,
se consolidó la experiencia organizativa de los Comités Populares por sectores86.
85
HERRERA BUILES, op. Cit., p. 396.
86
INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POPULAR –IPC. Op. Cit., p. 28.
En el documento expuesto, podía observarse a simple vista la gran división que por
sectores presentaba El Bosque, prácticamente se nombraron comisiones o comités
casi por manzana, lo que mostraba el poco nivel de convocatoria de su Junta y el
grado de desconfianza hacía la Administración, situación que no ocurría con Moravia
y Fidel Castro, cuyo ya legendario Comité Popular depuso su propio pliego y
firmaron el unificado.
87
IBÍD., p. 29.
El cabildo se realizó el día 27 de abril, al cual sólo asistieron cinco concejales, parte
de la comunidad y los sociólogos del Municipio con sus adeptos, portando pancartas
de respaldo al programa para mostrarle a los ediles una falsa imagen de aceptación
comunitaria. La comunidad ante el atropello de parte de ese grupo asesor del
Municipio decidió abandonar el recinto y en compañía de los que siempre esperaron
afuera, organizaron una marcha de protesta que recorrió la avenida Bolívar, pasando
frente a la Gobernación y terminando en Moravia, en donde fue convocada una
asamblea general para el día siguiente. Todos estos acontecimientos fueron creando
conciencia y llamaron la atención de la ciudadanía:
Más reuniones y el problema del pago de los lotes. Pero con esta nueva
administración la ruptura ideológica entre las comunidades de Moravia Oriente y El
Bosque no terminaron y en una asamblea realizada en Moravia el día 16 de junio se
88
HERRERA BUILES, Op. Cit., p. 418.
89
HERRERA BUILES, Op. Cit., p. 452.
Como respuesta al gran acuerdo firmado por la comunidad y por los representantes
legítimos del Municipio, entró en funcionamiento, el 9 de octubre de 1984, aunque a
media máquina, la Cooperativa Industrial Femenina con el objetivo de buscar
empleo para las mujeres cabeza de hogar y habilitar socialmente a las familias al
lado del programa urbano, a través de la autogestión de sus habitantes.
Los bonos de ayuda mutua. Para 1986 los habitantes de Moravia habían
acumulado más de 25 mil días de trabajo comunitario y el Municipio había entregado
más de 90 escrituras. El programa del trabajo comunitario comenzó con el
ordenamiento urbanístico. En los predios y en la adecuación de vías se organizaron
en cuadrillas dirigidas por un líder, que era el encargado de controlar el tiempo de
trabajo en unos libros y expedía el bono de ayuda mutua correspondiente, como
constancia de participación en el programa o forma de cancelar el valor de la
respectiva propiedad y obtener la respectiva escritura pública.
90
INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POPULAR –IPC. Op. Cit., p. 30.
91
HERRERA BUILES. Op. Cit., p. 489.
El nuevo Alcalde llegado, William Jaramillo Gómez, por medio de decretos desalojó
masivamente a los moradores que ocupaban la paralela, considerada como de uso
público, y paso de la futura vía que comunicaría con la vía a Acevedo. Un total de
560 familias fueron sacadas a la fuerza y trasladadas al sector de Vallejuelos. Es
decir los desalojos eran continuos y las obras estancadas o a paso de tortuga.
Esto coincide con la suspensión unilateral por parte de la Alcaldía, del plan de
habilitación o Plan de Mejoramiento Barrial en 1989 y con el surgimiento, entre 1988
y 1989, de un cruento período de violencia que, por sus características, mostraría a
los anteriores momentos críticos del asentamiento como un simple juego de niños y
que establecería mas diferencias y grandes rupturas en el barrio, tanto en el
imaginario colectivo como en las prácticas y sentidos de los diferentes pobladores.
92
Moravia sigue siendo un basurero. En : EL MUNDO, Medellín 7 de enero de 1987.
Miranda el buen vecino. Es bueno anotar que el barrio Miranda siempre ha sido
considerado por los Moravitas como su buen vecino. Nunca en los relatos fue
relacionado con el fenómeno de la violencia ni mucho menos con agresiones ni
disputas, a pesar de compartir con Moravia todo el sector de Carabobo. Por esto es
considerado como el buen vecino, un hermano mayor, muy solidario con los
desastres naturales. Por tal razón, a muchos moravitas no les importa vivir en él a
diferencia de otros sectores vecinos.
“Entre Moravia y Miranda siempre las relaciones han sido buenas (...)
con otros sectores no, porque, por ejemplo, El Oasis ha tenido
problemas con sus vecinos de Palermo, Los Álamos, con Puerto Nuevo,
enseguida de La Herradura y hasta con otros sectores del mismo
Moravia”93.
“La Banda de Los Burreros se armó como en 1988, eran unos niños que
manejaban unos burros para pasear niños en el Jardín Botánico o para
cargar materiales y arena (...) pasaron a ser ladrones, asesinos,
estafadores, violadores, de todo... operaban por todo Moravia.
93
TESTIMONIOS de los asistentes a los talleres de Memoria Cultural. Secretaría de Cultura Ciudadana,
Moravia, octubre de 2005.
Otra banda fue la de Los Cuervo... tenía hasta putiaderos, y uno de sus
hombres fuertes fue años antes un líder comunitario... tenía formación
de izquierda”94.
Antes de Los Burreros, existieron otras bandas, que aunque más pequeñas no
dejaron de asolar con sus actuaciones la tranquilidad de los diferentes sectores de
Moravia:
La muerte del papá de Nacho. Esas bandas eran conformadas por cerca de veinte
jóvenes que con sus fechorías hicieron famosa en la ciudad la Curva del Diablo, por
la cantidad de cadáveres que arrojaban en ese sitio. Pero un acontecimiento marcó
el desarrollo de este período de violencia en el barrio y la división histórica, entre El
Bosque y Moravia Centro, volvía a aparecer:
94
IBÍD.
95
IBÍD.
Hay que tener en cuenta que las bandas más sobresalientes en la ciudad eran las
conformadas por pistoleros a sueldo, llamados popularmente como sicarios, las
cuales conformaban ejércitos privados al servicio del mejor postor, que en ese
momento era “el Doctor”, como era conocido Pablo Escobar. Se hablaba de vínculos
de la banda de El Bosque con este señor y con la Oficina.
La comunidad no sabia que hacer. Era una época en que después de las seis de
la tarde nadie se veía en las calles y el silencio en las viviendas era lo normal para
no alarmar a los ladrones, porque si escuchaban algo, así fuera un radio encendido
entraban por él armados, aún en la presencia de los dueños. Los habitantes
pasaban por muchas penurias o situaciones peligrosas para poder entrar o salir de
sus casas.
“En vista de la violencia los líderes no sabían que hacer y varios de ellos
pidieron ayuda, era un tiempo en el que no se oían menos de diez
disparos por noche (...) un día un antisocial, que atracaba a todo el
mundo, se metió con la mujer de un policía que vivía, cosa extraña, en
un rancho y éste lo mató (...) lo cierto era que la misma policía era la que
repartía revólveres y munición barata para armar el desorden”.
96
IBÍD.
El llamado de ayuda a Las Milicias Populares del Valle de Aburra98. Las MPVA,
fueron fundadas a principios de 1989 por el grupo subversivo Ejército de Liberación
Nacional –ELN, y se separaron de su orientación en el marco de la ruptura política
protagonizada por la Corriente de Renovación Socialista –CRS, a finales de 1991.
Desde entonces, se desarrollaron como un destacamento urbano de dicha
organización insurgente, centrando su accionar en los Barrio Moravia y El Bosque.
97
IBÍD.
98
Con el objeto de recrear nuevamente los procesos de organización social que se han desarrollado en Moravia y
el fenómeno de la violencia, que ha jugado un papel preponderante en su historia y en general de la ciudad,
retomaremos la sistematización que sobre el período de movilización comunitaria en tiempos de las MPVA
hiciera el Instituto Popular de Capacitación IPC, en el año de 1997.
99
TESTIMONIO de un ex-miembro de la MPVA. En : INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POPULAR – IPC.
Op. Cit p. 32.
100
TESTIMONIO de un asistente a los Talleres de Memoria Cultural. Secretaría de Cultura Ciudadana,
Moravia, octubre de 2005.
Como consecuencia del poder armado de las milicias, en esta etapa prevalece una
relación de subordinación y dependencia de las organizaciones y líderes comunales
con respecto a un liderazgo caudillista de las milicias, que en muchas oportunidades
afectó la autonomía comunitaria y la pérdida en los ritmos de trabajo social y limitó
enormemente las posibilidades de un debate político102.
101
TESTIMONIO de Hernando Roldán, abogado asesor del Centro Comunitario de Resolución de Conflictos.
En INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POPULAR – IPC. Op. Cit., p. 32.
102
INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POPULAR – IPC. Op. Cit., p. 33.
Pero las milicias asumieron el mismo papel que desempeñaban las bandas
desplazadas y lo que en algún momento se vio como una solución empezó a
generar un conflicto de mayores consecuencias.
El viraje político de las milicias. Pero esa lucha social por el territorio tomó ribetes
comunitarios y dejando a un lado el compromiso por el derrocamiento del orden
social. Las MPVA rompieron con la dirección guerrillera y decidieron asumir la
decisión propuesta por las mismas organizaciones sociales. “Lucho”, un fundador del
grupo miliciano, contaba la experiencia de la siguiente manera:
103
GÓMEZ OCHOA, Gloria Luz. Conflicto, una huella con varios rostros. En : El Colombiano, Medellín, 18 de
octubre de 2005. p. 1d.
104
GÓMEZ OCHOA, Gloria Luz. Treinta años con ansias de tranquilidad. En : El Colombiano, Medellín, 19 de
octubre de 2005. p. 1d.
105
TESTIMONIO de “Lucho” fundador y máximo comandante de la MPVA. En : INSTITUTO DE
CAPACITACIÓN POPULAR – IPC. Op. Cit., p. 39.
Otras versiones señalan que el arribo de las MPVA al proceso de paz fue producto
de su crisis y descomposición interna y que la decisión de desmovilización nunca fue
discutida ni analizada con la base miliciana. Dentro de la misma organización
armada, surgieron versiones en las cuales señalan que la negociación fue fruto del
personalismo del máximo comandante, “Lucho”, quien al verse recluido, desde
mediados de 1993, en la cárcel de máxima seguridad de Itaguí, utilizó la figura de la
negociación para beneficio personal. Un desmovilizado de las MPVA plantea su
versión en este sentido:
La Minorista siempre ha sido lugar de trabajo para los moravitas, es como una
extensión del barrio, donde se sienten como en su casa y muchos ven en este lugar
la única oportunidad de conseguir algo para el diario, así sea de las sobras de
verduras, pero en esos momentos la visita fue vetada. Este enfrentamiento provocó
nuevamente la separación de los dos sectores de Moravia y sus comunidades,
llegando a llamar a la quebrada La Bermejala con el apelativo de “El Muro de Berlín”:
Eso fue una guerra y la gente para poder movilizarse tenía que conocer
la distinción o clave (...) esos grupos tenían su contraseña por cuadras,
por ejemplo un tipo de silbido. Esto ocasionaba que mucha gente no
dormía porque no escuchaba la distinción de los de su casa o la de
algún vecino”107.
El desgaste de las milicias. En las relaciones con las milicias, es claro que en una
primera etapa, en la lucha contra las bandas, la comunidad las acogió y las legitimó,
pero posteriormente, ante las actuaciones muchas veces arbitrarias, fue la misma
comunidad quien les quitó el respaldo. Esto reafirma la hipótesis de la llegada a la
negociación, no a partir de un viraje político sino de un desgaste sufrido producto de
su autoritarismo, la corrupción y el consecuente alejamiento de la población. El
siguiente relato es testimonio de lo que en ese momento estaba sucediendo:
“Aquí la milicia vino a nosotros con la orden de que quien mandaba era
por la limpieza de los grupos malos y luego nos dijeron que vamos a
trabajar en la parte social y económica. Se ayudaba a las personas de
escasos recursos y se recogía una colaboración para los que estaban
106
TESTIMONIO concedido por un ex-miliciano quien vivió muy cerca de “Lucho” en el tiempo de la guerra.
En : INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POPULAR – IPC. Op. Cit., p. 41.
107
TESTIMONIOS de los asistentes a los Talleres de Memoria Cultural. Moravia, Secretaría de Cultura
Ciudadana, octubre de 2005.
“Lucho terminó en la cárcel. Dos meses más tarde cayó igualmente Martín y su lugar
lo retomaron los segundones. Alvarado, otro miliciano, ocupó el lugar de Lucho”.
Ante el recrudecimiento de la guerra, desde la prisión, los dos líderes realizan una
negociación. “Habían muerto más de cincuenta personas y a muchos de los de La
Minorista les habían matado la mamá o los hermanos”. Posteriormente, Alvarado
desierta con un grupo y conforma en el barrio Santa Cruz las Milicias Populares
Independientes del Valle de Aburrá –MPIVA. “Se llevó todo lo que tenían las MPVA,
hasta el mismo armamento”, asegura un ex-miliciano109.
El debate de tan candente tema tuvo lugar entre octubre y diciembre de 1993. Para
enero de 1994, apareció la orden del Gobierno Nacional del cierre definitivo de todo
tipo de diálogos regionales, a raíz de la aparición de una nueva Ley de Orden
Público. Pero el proceso no se estancó y fue vinculado a la negociación que
sostenía el Gobierno Nacional y la Corriente de Renovación Socialista –CRS.
El modelo de trabajo quedó definido: las MPVA reunirían sus integrantes en el lugar
donde la CRS había concentrado a todos sus hombres, es decir, el campamento de
“Flor del Monte”, Departamento de Sucre. Allí negociarían con el gobierno nacional
beneficios jurídicos y económicos para sus militantes y se tratarían los temas
referidos a los barrios Moravia y El Bosque, en especial la problemática de
seguridad.
Entre los hechos más recordados de esos meses figura la marcha por la paz y una
misa celebrada entre tres sacerdotes de distinta confesión religiosa, como símbolo
de reconciliación y rematando en una asamblea realizada en la cancha de fútbol de
Moravia.
111
TESTIMONIO de un asistente a uno de los Talleres de Memoria. Moravia, Secretaría de Cultura Ciudadana,
octubre de 2005.
112
Esta Mesa después adquiriría el nombre de Mesa de Trabajo por la Paz y la Convivencia “José Hernán
Ramírez”.
“La despedida a los que viajaron a Flor del Monte fue muy triste...
Muchas personas creían que no iban a volver a ver a los muchachos,
que el gobierno los iba a engañar o que les ocurriría lo que a Pizarro, el
del M-19 (...) Un señor se vino apenas a dar cuenta que su hijo era
miliciano cuando lo vio subirse a uno de los helicópteros”114.
Las cifras de los desmovilizados en ese momento dejó mucho que desear, por eso
se consideró como parcial y vulnerable este proceso, ya que tan sólo 15 milicianos,
de cerca de 200 que se estima habían en todo el barrio, fueron llevados a Flor del
Monte, en compañía de diez de Andalucía y 43 de otros departamentos.
113
TESTIMONIO recogido en el texto : INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POPULAR -IPC. Proyecto de
seguimiento, asesoría y acompañamiento a la convivencia en Moravia, El Bosque y El Oasis. Citado por:
INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POPULAR –IPC. Op. Cit. p. 48.
114
TESTIMONIO de un asistente a los Talleres de Memoria Cultural. Moravia, Secretaría de Cultura Ciudadana,
octubre de 2005.
115
Aunque estos proyectos se discutieron en la Mesa de Trabajo, hubo un común acuerdo sobre que la decisión
acerca de estas propuestas. Ellas debían provenir del otro escenario de negociación entre la CRS y el gobierno
Nacional que se desarrollan en “Flor del Monte”.
116
La propuesta consistía en la reubicación de estos pobladores en los alrededores del barrio, pues se cuestionaba
las rupturas culturales ocurridas con la experiencia de El Limonar (reubicación urbana adelantada por el
municipio de Medellín, en la cual se traslado a los pobladores de zonas de alto riesgo hacia un conjunto
residencial construido al sur de la ciudad. Este modelo ha sido criticado por las rupturas culturales que ha
generado en las comunidades, así como por la baja calidad habitacional.
Entre las dificultades de esta etapa, el estudio del IPC, resalta: “la no-voluntad
del gobierno municipal para formular una solución al conflicto de estos barrios
por medio de la financiación del Plan de Desarrollo, a pesar de tener las
condiciones de vincularlo al recién creado Programa Integral de Mejoramiento
de Barrios Subnormales de Medellín –PRIMED, o la posibilidad de canalizar la
adición presupuestal de mayo de 1994. También, la falta de claridad en las
necesidades de los dos barrios por parte de los negociadores en Flor del
Monte, por lo cual los temas de verdadero interés comunitario no se
abordaron con profundidad”.
Los logros del Plan de Desarrollo. De ese Pan de Desarrollo para Moravia
podemos resaltar los siguientes logros:
Después del regreso de Flor del Monte, los exmilicianos, bajo la figura de Gestores
de Paz, mantuvieron las tareas de ejercer la justicia comunitaria, pero esta vez sin
armas, supuestamente, porque testigos del momento aducen que “ellos nunca se
separaron de las armas, pues prácticamente los únicos desarmados eran el
abogado y la secretaria”117. No se superaron en parte las arbitrariedades pues los
gestores carecían de formación para ejercer tales tareas de conciliación y
tratamiento de conflictos.
Es así como se decidió por parte de la Mesa de Trabajo asumir desde el CCRCC
todo lo concerniente al tratamiento de conflictos comunitarios y el desarrollo de
propuestas culturales que recrearan las formas de relación social predominantes.
117
TESTIMONIO de un líder comunitario. Entrevista personal. Programa de Memoria Cultural. Secretaría de
Cultura Ciudadana, Moravia, octubre de 2005.
“Se inmiscuían en actos que sólo eran para solucionarlos entre vecinos
y que eran cosas que se podían decidir entre las mismas personas
interesadas”.
La relación con las milicias siempre estuvo presente. Y es que la imagen que
identificaba el CCRCC en muchos sectores era la de las Milicias y a éstas con la
guerrilla. Además, subsistían amenazas armadas externas al proceso que no
permitieron que las relaciones barriales fueran totales. El Centro se convirtió en un
punto de referencia comunitario en la búsqueda de solución a sus problemas, tanto
cotidianos como de otro orden social, y se suponía que era un mecanismo propio de
la comunidad y que reconocía sus prácticas y expresiones culturales.
118
TESTIMONIOS de asistentes a los Talleres de Memoria Cultural. Moravia, Secretaría de Cultura Ciudadana,
octubre de 2005.
119
IBÍD.
El diálogo con grupos armados externos. A pesar de las dificultades por las que
atravesó la Mesa de Trabajo, en términos de paz y convivencia, adelantó los
120
IBÍD.
121
IBÍD.
122
Líder de las desmovilizadas MPVA, hoy desaparecido. Estuvo preso en la cárcel de máxima seguridad de
Itagüí durante el tiempo en el que se constituyó la Mesa de Trabajo. Hay que reconocer que en el sector de
Moravia y El Bosque contaba con un gran nivel de reconocimiento por parte de los habitantes, sin embargo se
destacaba por sus prácticas autoritarias y de centralización de todas las decisiones, conducta que causó
nuevamente el alejamiento de muchos líderes de la Mesa de Trabajo.
Con los grupos armados del barrio La Milagrosa, específicamente del sector de
“Medellín sin Tugurios” (construido por el extinto narcotraficante Pablo Escobar),
lugar donde residen antiguos pobladores de Moravia, hubo un acercamiento
definitivo que permitió a los pobladores de ambos barrios circular libremente y
frecuentar sus familias; los jóvenes antes enfrentados en contiendas armadas, se
estrecharon la mano y se comprometieron con el pacto de no agresión.
El IPC y su balance del proceso. Según el estudio del IPC, el proceso iniciado con
las MPVA a finales de 1993 se destaca porque significa un cambio en las lógicas de
construcción de ciudad presentes hasta entonces, relacionadas con el clientelismo
de los partidos tradicionales, el asistencialismo propio de sectores religiosos, lo
contestatario de las luchas cívicas o el militarismo y caudillismo de los actores
milicianos. A partir de este año, los pobladores de Moravia y El Bosque intentaron
iniciar un proceso de autoestructuración donde los liderazgos, conformados en la
lucha por el territorio urbano, jugaron un papel fundamental. El estudio presenta dos
situaciones de tránsito:
La permanencia de las milicias. Pero las milicias seguían existiendo, con los dos
grupos comandados por Lucho y por Martín y el de las MPIVA por Alvarado.
“Nos dieron 170.000 pesos mensuales y cuatro millones a cada uno para
hacer un proyecto productivo. Pero con ese dinero muchos se
compraron una moto y un revólver amparado. Los comandantes nos
dejaron solos, las promesas de universidad nunca se vieron, aunque yo
si terminé el bachillerato”124.
Nuevos grupos armados entran en escena. Esos jóvenes sin ningún tipo de
capacitación formal, pero armados, entrenados en la guerra, y con un gran apetito
por el dinero, no vieron otra oportunidad que la de conformar nuevos grupos de
delincuencia y así la mayoría de ellos fueron asesinados. Igual destino tuvieron la
gran mayoría de los jóvenes que no se desmovilizaron y el ciclo de violencia se
volvió a repetir:
“Esas fuerzas que reemplazaron a las milicias, pero que eran milicias, ya
a lo último se transformaron en algo nocivo, y estaban vacunando a
Raimundo y todo el mundo, casa por casa y comercio por comercio, era
la plata de la vigilancia (...) lo que comienza por un bien, como un
remedio, termina como un cáncer que no lo soporta nadie y eso fue lo
que sucedió”127.
“La entrada del Bloque Metro fue con un combate a muerte, vivíamos
aterrados, porque tarde en la noche oímos esos fusiles trinar parejo y
qué ráfagas! Y uno sólo creía que le iban a tumbar la casa, eran
explosiones como bombas y petardos, eso sonaba muy fuerte y se
sentía como en la puerta de la casa.
126
GÓMEZ OCHOA. Op. Cit., p. 1d.
127
TESTIMONIOS de los asistentes a los Talleres de Memoria Cultura. Moravia, Secretaría de Cultura
Ciudadana, octubre de 2005.
128
GÓMEZ OCHOA. Op. Cit., p. 1d.
129
IBÍD.
Las AUC en Moravia cambian de bloque. Este Bloque de las AUC, al mando del
joven Rosco o Rosquete, según la comunidad, comenzó a extorsionar y a cometer
una serie de acciones que les recordaron a las milicias. Y tan fácil y como un simple
cambio de razón social, un nuevo actor armado entró a Moravia. Fue el 18 de
febrero de 1991. El Bloque Cacique Nutibara –BCN, llegó a la zona de El Oasis, de
nuevo por petición de algunas personas y ante la incompetencia de las autoridades,
dicen algunos.
“Han sido las mismas personas las que aceptan y reclaman la presencia
como una forma de defenderse (...) Desde El Oasis el BCN marcó su
territorio, poco a poco fuimos ganando terreno y los del Bloque Metro
tuvieron que salir y algunos de ellos se nos unen. Los enfrentamientos
duraron cerca de seis meses”131.
“El bloque Metro quedó comandando aquí algo más de un año, dirigido
por Rosco. Luego no supimos como llegó el Bloque Nutibara, el cual era
comandado por Plomo, porque lo que oímos fue una balacera por El
Oasis, pero en el momento no sabíamos lo que estaba pasando (...) La
guerra dura se sintió por unos dos meses”.
130
IBÍD.
131
IBÍD.
“...después de todas esas balaceras nos dimos cuenta que muchos del
Bloque Metro aceptaron reunirse y entrar en diálogo con el otro Bloque,
otros no aceptaron, otros se fueron”.
132
IBID.
Desde la década de los ochenta los habitantes de Moravia han convivido con
diversos grupos armados delincuenciales. Si bien muchos de estos grupos fueron
despedazados por los más fuertes, en la actualidad no es tan cierto que el fenómeno
haya desaparecido, ya que simplemente “han cambiado sus composiciones,
alineándose frente a la propuesta imperante del momento, aunque sus estructuras
logísticas, financieras, de apoyo y de fortalecimiento organizativo son hoy
diferentes133”.
Si la presencia al comienzo del decenio del noventa era de los grupos de izquierda,
hoy la tendencia es hacia los de ultraderecha. En sentido es mucho el camino que
hay para recorrer para quienes trabajan y analizan este tipo de situaciones, para los
que formulan políticas públicas en este tipo de temáticas y para quienes piensan en
propuestas integrales y sostenibles en términos de violencia, seguridad, convivencia
y cultura ciudadana.
“Deserté del Frente María Cano, del ELN, al que fundamos en el 88. Por
esta razón mi primera esposa fue acribillada en la Comuna 13, porque
querían que yo apareciera para acabar conmigo. Mi madre también sufrió
las consecuencias de la guerra y la secuestraron, entonces yo también
le secuestré la mamá al que me perseguía, y esa fue la única manera de
133
INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POPULAR –IPC. Breve recuento de los actores armados en Medellín.
Medellín, 17 de junio de 2004. (internet).
134
GÓMEZ OCHOA. Op. Cit., p. 1d.
En los distintos sectores del barrio Moravia, originados por las invasiones que se
relataron anteriormente, encontramos que sus habitantes expresan y se identifican
con unos procesos puntuales de lucha por la inclusión social y el reconocimiento
legal del barrio. Los pobladores manifestaron en las sesiones de talleres, en las
diferentes entrevistas realizadas y en las conversaciones informales, algunos
momentos señalados como definitivos para alcanzar sus objetivos de conformación
y consolidación barrial:
7. ANOTACIONES FINALES
Los diferentes sectores que hoy conforman la geografía física del barrio Moravia
nacieron a partir de procesos ilegales de urbanización que desencadenaron una
lucha contra el desalojo y unos lazos de solidaridad que, aunque difusos por el
carácter heterogéneo de su composición social, se fortalecieron ante las distintas
formas de agresión externa, en un contexto de continúa tensión y provocación
ejercida por las presiones del mercado inmobiliario y por la funesta evolución del
conflicto social de la ciudad.
Esa lucha por el derecho a un espacio, a una vivienda, así fuera un tugurio, fue la
base principal para la construcción de la organización social en Moravia, la cual se
consolidó como una forma específica de resistencia política y cultural ante las
distintas avanzadas de la municipalidad por desalojar estos terrenos.
Por esta razón, no es extraño que allí encontremos un sector nombrado Chocó
Chiquito, haciendo alusión a la procedencia de un importante número de familias
negras provenientes del departamento del Chocó. Pero Moravia no fue solamente
poblado por comunidades negras, en él edificaron sus vidas muchas familias del
oriente antioqueño, otros de la misma zona nororiental de la ciudad y, en general,
personas de todos los departamentos de Colombia, especialmente de los que han
sido más afectados por la violencia.
Como consecuencia del poder armado de las milicias, en esta etapa prevalece una
relación de subordinación y dependencia de las organizaciones y líderes comunales
con respecto a un liderazgo caudillista de las milicias, que en muchas oportunidades
afectó la autonomía comunitaria y la pérdida en los ritmos de trabajo social y limitó
enormemente las posibilidades de un debate político.
En las relaciones con las milicias, es claro que en una primera etapa, en la lucha
contra las bandas, la comunidad las acogió y las legitimó, pero posteriormente, ante
las actuaciones muchas veces arbitrarias, fue la misma comunidad quien les quitó el
respaldo. Esto reafirma la hipótesis de la llegada a la negociación, no a partir de un
viraje político sino de un desgaste sufrido producto de su autoritarismo, la corrupción
y el consecuente alejamiento y desaprobación por parte de la población.
Desde la década de los ochenta los habitantes de Moravia han convivido con
diversos grupos armados delincuenciales. Si bien muchos de estos grupos fueron
literalmente despedazados por los más fuertes, en la actualidad no es tan cierto que
el fenómeno haya desaparecido. Lo que ha sucedido es simplemente una
De otro lado, podemos observar que los pobladores de los barrios populares están
abocados, en medio de su exclusión social, a cohabitar a la vez con las presiones
sicológicas de los grupos armados y con la represión directa por parte del Estado.
De esta forma, la exclusión, la marginalidad y el sometimiento agudizan aún más las
precarias condiciones de subsistencia y de satisfacción de las necesidades
colectivas básicas. En los diferentes talleres desarrollados fue evidente la
permanencia de esas formas de violencia que algunos llaman “violencia simbólica”,
la cual se refleja en la amenaza, la inseguridad, el incumplimiento a los acuerdos, la
manipulación política, la falta de claridad en los diferentes procesos y programas
oficiales, manteniendo a los pobladores en preocupantes umbrales de incertidumbre
frente a su presente y a su futuro.
Por último, y para terminar este recorrido por los variopintos afluentes de la memoria
de los moravitas, es necesario destacar el papel decisivo que han jugado las
mujeres en la construcción de cada una de las historias que esculpieron el territorio
físico y cultural que hoy conocemos como Moravia. Su participación fue decisiva en
los momentos más críticos de la lucha por la consolidación barrial. Sólo como un
ejemplo, podemos reseñar como en los primeros años de la invasión se conformó un
comité de 17 mujeres que tomó el nombre de William Sánchez, joven asesinado en
uno de los enfrentamientos con las fuerzas del orden público que intentaban, a toda
costa, su desalojo. Dicho Comité se consolidó como una fuerza estratégica para
enfrentar todos los proyectos de expulsión implementados por la municipalidad.
Además, fueron las promotoras del nombre de Fidel Castro para uno de los sectores
que hoy hacen parte del barrio Moravia, como una forma simbólica de representar su
incesante lucha por el derecho a la vivienda.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
GÓMEZ OCHOA, Gloria Luz. Conflicto, una huella con varios rostros. En : El
Colombiano, Medellín, 18 de octubre de 2005.