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UNIDAD, VALORES Y SABIDURÍA

ANTOLOGÍA DE LA MATERIA

ALUMNO:
RAMON RAMOS ALFONSO

NOMBRE DE LA CARRERA
INGENIERÍA QUIMICA PETROLERA

NOMBRE DE LA MATERIA
GEOLOGIA II

TAREA:
UNIDAD II

CLAVE DE LA ASIGNATURA
IQP206

CATEDRATICO
MTRO. YSAURO RAMOS LEON

HUIMANGUILLO, TABASCO, MÉXICO.

MTRO. MARIO ANTONIO DE LA CRUZ HERNÁNDEZ.


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UNIDAD, VALORES Y SABIDURÍA

Contenido
2.1 CONCEPTOS FUNDAMENTALES. .............................................................................................................. 3
OBJETIVOS DE LA ESTRATIGRAFÍA ............................................................................................................... 3
2.2 REGISTRO ESTRATIGRAFICO DE LOS CUERPOS DE ROCA. ....................................................................... 4
MEDIO GENERADOR Y MEDIO RECEPTOR ..................................................................................................... 5
2.3 CLASIFICACION ESTRATIGRAFICA. .......................................................................................................... 8
TIPOS DE ESTRATIFICACIÓN ......................................................................................................................... 8
ASOCIACIONES DE ESTRATOS ...................................................................................................................... 9
2.4 SECUENCIA ESTRATIGRAFICA. .............................................................................................................. 10
2.5 LOS FOSILES Y LA ESTRATIGRAFICA...................................................................................................... 10
ORDENACIÓN TEMPORAL CON LOS FÓSILES .............................................................................................. 10
2.6 FUNDAMENTOS DE FACIES SÍSMICAS. ................................................................................................... 11
TIPOS DE FACIES ....................................................................................................................................... 11
LITOFACIES, BIOFACIES Y MICROFACIES .................................................................................................... 11
ELECTROFACIES Y FACIES SÍSMICAS ......................................................................................................... 12
CLASIFICACIONES DE LAS FACIES .............................................................................................................. 12
2.7 CAMBIOS RELATIVOS A NIVEL DE MAR. .................................................................................................. 13
EUSTATISMO .............................................................................................................................................. 14
2.8 CORRELACIÓN Y MEDIOS GRÁFICOS DE EXPRESION ESTRATIGRÁFICA. ................................................. 15
LOS MECANISMOS DE INVERSIÓN DEL CAMPO MAGNÉTICO ........................................................................ 16
LA ESCALA MAGNETOCRONOESTRATIGRAFICA .......................................................................................... 16

MTRO. MARIO ANTONIO DE LA CRUZ HERNÁNDEZ.


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2.1 CONCEPTOS FUNDAMENTALES.

La mayoría de los materiales que componen a nuestro planeta son rocosos y sedimentarios. Si los
observamos detenidamente, nos perca- taremos que se depositan en capas superpuestas, conocidas
formalmente como estratos. Su estudio corresponde a la Estratigrafía, palabra compuesta por dos raíces
distintas: el latín stratum y el griego graphia. La Estratigrafía puede definirse como el estudio de las
sucesiones de roca y la correlación de eventos y procesos geológicos en tiempo y espacio (Koutsoukos
2005).
A no ser que hayan sufrido alguna deformación posterior a su depósito, los estratos son horizontales y
pueden extenderse en grandes áreas geográficas. Es posible distinguir un estrato de otros superiores e
inferiores, así como de los que se encuentren a los lados. En la figura 1, podemos visualizar fácilmente
diversos estratos, los cuales son evidentes individualmente. De manera convencional, si el estrato mide
menos de un centímetro de ancho, se le conoce como lámina.
Un estrato se forma por el depósito de sedimento, es decir, de material acarreado por diversos agentes
(agua, viento o la misma gravedad) a lugares más bajos, en donde pueda acumularse. Con el tiempo, el material
puede compactarse y litificarse. Como veremos más adelante, las condiciones ambientales en que se forman
los estratos determinan sus características.
Los estratos pueden ocupar grandes áreas geográficas, ya que su depósito puede ser continuo por la
superficie de la Tierra, a menos que se interponga un cuerpo que interrumpa este proceso. En estos casos,
un mismo estrato puede estar “cortado” y separado geográficamente de otro equivalente. El procedimiento
para establecer la correspondencia entre partes de una unidad geológica es la correlación (Barragán et al.
2010). Esta correlación se demuestra con base en la similitud de la lito- logía, la posición estratigráfica y la
fauna fósil, entre otros criterios.
Tradicionalmente, la estratigrafía se divide en dos grandes áreas, aunque como veremos más adelante,
esta subdivisión no es suficiente para cubrir el conocimiento que se ha generado en los últimos años. Si se
describen los estratos con base en las características de las rocas y sedimentos que los conforman, se
utiliza la litoestratigrafía. En cambio, si se atienden las características de la fauna fósil que contienen los
estratos, así como sus relaciones cronológicas, se utiliza la bioestratigrafía.

OBJETIVOS DE LA ESTRATIGRAFÍA

De acuerdo con Brookfield (2004), existen cuatro fases básicas en los estudios estratigráficos. La primera
fase consiste en inferir cómo se formaron los estratos. Para ello, es necesario entender los procesos físicos,
químicos y biológicos que produjeron la variedad de sedimentos. Entre ellos podemos enumerar la
erosión, la disolución química, la fragmentación, los procesos gravitacionales o la bioturbación. Además
de ello, existen procesos externos que afectan la formación de los estratos, como cambios en el nivel del
mar, clima, movimientos tectónicos, actividad volcánica e incluso cambios a largo plazo en los movimientos
de rotación y traslación de la Tierra (ciclos de Milankovitch).

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La segunda fase consiste en describir e identificar las rocas. Las unidades litológicas pueden
describirse en función de su composición, textura, color, fauna fósil, propiedades geofísicas, relaciones de
edad, posición geo- gráfica y distribución. Para ello, existen criterios y procesos estándar para su
identificación.
La tercera consiste en reconocer los complejos ambientales en los cuales se formaron los
materiales rocosos. Un ambiente se distingue de otras partes de la Tierra física, química y biológicamente
(Brookfield 2004). Estas particularidades pueden reflejarse en los materia- les rocosos de cada uno de los
sitios.
La cuarta etapa es integrativa de la información obtenida en las fases anteriores; una vez que se han
reconocido y caracterizado los cuerpos estratificados, es posible clasificarlos de acuerdo a criterios
establecidos en el Código Estratigráfico Norteamericano. Para su reconocimiento formal, es necesario mapear
las unidades estratigráficas establecidas y publicar la información en publicaciones de alto impacto.

2.2 REGISTRO ESTRATIGRAFICO DE LOS CUERPOS DE ROCA.

La superficie de la Tierra está sometida a un proceso continuo cíclico de modificación permanente del
relieve, que implica la transferencia de material de los continentes a los océanos. Este proceso se conoce
con el nombre de ciclo geológico externo, el cual unido con el ciclo geológico interno (modificaciones en el
interior de la corteza terrestre), forman el ciclo geológico (fig. 3.1). En el contexto del ciclo geológico tiene
lugar la formación de los sedimentos y las rocas sedimentarias

Transporte en masa en el manto <

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MEDIO GENERADOR Y MEDIO RECEPTOR

Los procesos que constituyen el ciclo geológico externo se inician cuando una roca antigua (ígnea,
metamórfica o sedimentaria), que forma parte de un relieve, sufre procesos de destrucción (erosión) bien
por agentes físicos (meteorización física) que suministran partículas sólidas o agentes químicos
(meteorización química) que proporcionan partículas disueltas o coloides.
El área sometida a destrucción es la que recibe el nombre de "medio generador" ("área madre" o zona
de erosión), y se localiza preferentemente en los relieves continentales (fig. 3.1). La cantidad y calidad de
productos de meteorización obtenidos por unidad de tiempo están controladas por el clima y la altitud. El
clima regula el dominio de los agentes químicos o físicos; así en regiones muy húmedas y cálidas domina
la meteorización química y los productos resultantes mayoritarios son materiales disueltos, mientras que
en las regiones de climas áridos domina la meteorización física con lo que los productos resultantes son
esencialmente sólidos. La altitud juega también un papel notable de manera que la destrucción de los
materiales, y consecuentemente el volumen de material disponible, es mayor en los relieves más altos y
mínimo en los relieves próximos al nivel del mar. Las modificaciones del proceso erosivo por parte del
hombre (como la agricultura, desforestaciones, etc.) son (y han sido) muy considerables, aumentando la
acción erosiva de 2 a 10 veces, aunque localmente puede llegar a ser de 100 a 1000 veces mayor (Einsele,
1992). Los productos de la meteorización pueden seguir dos caminos muy diferentes. El primero de estos
caminos, el más simple, es que sean transportados y depositados en otra región. Mayoritariamente el
transporte llega hasta fuera del continente y los materiales son depositados en los mares y océanos
adyacentes. Minoritariamente tiene lugar también depósito dentro de los continentales, en áreas
subsidentes, en especial en lagos y ríos. El segundo camino es que pasen a formar, junto con la materia
orgánica en descomposición, una cubierta estable o producto residual final al que se conoce con el nombre
de suelo. Los suelos, de cuyo estudio se ocupa la Edafología, juegan un papel importante en la parte inicial
del ciclo geológico externo ya que tienden a frenar o disminuir la acción destructora de los agentes
meteorizantes. Sin embargo en muchos casos son los propios suelos los que son destruidos por dichos
agentes y los materiales que los formaban se mezclan con los productos de meteorización directa de las
rocas transportándose conjuntamente.
Los materiales producto de la meteorización de relieves anteriores, incluidos los de destrucción de
suelos, son transportados y transferidos hasta otra área, topográficamente más baja, a la que se llama
"medio receptor" o zona de sedimentación (fig. 3.1). Global-mente la masa de roca destruida por unidad
de tiempo en el medio generador es igual a la depositada en el medio receptor. Las únicas variaciones,
locales y/o temporales, entre ambas magnitudes se deben a etapas de formación de suelos (en la que el
volumen eliminado es inferior al depositado) o a etapas de concentración de elementos químicos en las
aguas de los océanos sin depositarse. Entre la masa destruida en los continentes y la que accede a los
océanos puede haber diferencias notables, al existir depósitos parciales de los materiales transportados
en los lagos y ríos, por tanto dentro de los continentes. Los embalses construidos por el hombre han
modificado el proceso ocasionando depósitos locales anómalos dentro de los continentes.
El principal agente de transporte es el agua de los ríos de manera que los materiales productos de la
meteorización de cada cuenca fluvial son drenados y desplazados hasta áreas de menor altitud. Cuando
se habla de aguas de ríos se incluye, también, el transporte de aguas de lluvia superficiales que acceden
a ríos y el de las aguas subterráneas. Garrels y MacKenzie (1971) estimaron que más del 90 % del material
transportado sobre la superficie de la Tierra tiene como agente el agua de los ríos.

El siguiente agente de transporte, en orden decreciente de importancia, es el hielo de los casquetes


glaciales (7%), mientras que el resto (menos del 3%) corresponde al transporte eólico y a la erosión marina
litoral. La entrada de material de origen extraterrestre, en especial polvo meteorítico, se valora (Garrels y
MacKenzie, 1977) en 36 xlO5 t/a cantidad alta en valores absolutos pero que porcentualmente significa el
0,01% del material sólido que es transportado en el proceso sedimentario.

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Los materiales sólidos transportados cuando se depositan forma rán los sedimentos detríticos, mientras
que los materiales disueltos (y los coloides), con la intervención de la biosfera, formarán los sedimentos (y
rocas) de precipitación química y las biogénicas. El depósito de estos materiales tiene lugar muy
minoritariamente dentro de los continentes, en los cauces de los ríos y en algunos lagos localizados en
relación con la red fluvial. La gran mayoría del material es transportado fuera de las cuencas fluviales y
llevado a los mares u océanos adyacentes, donde se depositarán.
En todos los casos durante la sedimentación ocurren interrupciones del proceso y/o cambios de las
condiciones, lo que queda reflejado en los sedimentos con la estratificación. Una vez formados unos
sedimentos concretos, y tras el depósito de nuevos sedimentos encima de ellos, se inicia el proceso de
diagénesis que implica la progresiva transformación de los mismos en rocas sedimentarias, por
compactación (reducción de volumen de poros), cementación, recristalización y/o alteraciones químicas.
Las rocas sedimentarias mantienen el dispositivo en capas (estratificación) de los sedimentos. A medida
que continúa el enterramiento la diagánesis se acentúa y en el caso de rocas sedimentarias que queden
profundas se pueden iniciar procesos de neoformación de minerales, debido al aumento de presión y
temperatura, con lo que se inicia la formación de rocas metamórficas, que igualmente mantienen la
estratificación.
Mediante la aplicación del principio de la superposición, con las debidas precauciones para evitar
errores, tales como la utilización de criterios de superposición (ver capítulo 9), los estratos y conjuntos de
estratos pueden ser agrupados en volúmenes con características afines (unidades estratigráficas) y
ordenados temporalmente.
Las secciones estratigráficas son precisamente las ordenaciones temporales de las unidades
estratigráficas, extendiéndose el nombre también a su representación gráfica, en la que se dibuja a escala
la ordenación de los materiales estratificados; su levantamiento constituye la técnica de trabajo más
importante en la Estratigrafía.
Se llama sección estratigráfica local a la ordenación temporal de la totalidad de estratos (o conjuntos
de estratos) que afloran en una localidad concreta colocados en la posición originaria de depósito, o sea,
los más antiguos debajo y los más modernos encima. El nombre se aplica también a su representación
gráfica (fig. 2.5).
SECCIÓN ESTRATIGRÁFICA

Figura 2.5.-Sección estratigráfica local elaborada


mediante la aplicación del principio de la
superposición. La sección estratigráfica es la
expresión gráfica, a escala, de las unidades
litoestratigráficas presentes en una región
concreta, la ilustrada en el bloque diagrama.

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Los datos de diferentes secciones estratigráficas locales de una misma cuenca sedimentaria permiten
elaborar una sección estratigráfica compuesta, sintética de todos los materiales que forman el relleno de
la cuenca, que constituye uno de los registros más completos de la historia sedimentaria de una cuenca
desde su individualización hasta el final del relleno.
Mediante la correlación los datos de las secciones estratigráficas locales y regionales pueden ser
integrados en una sección estratigráfica idealizada a escala global, válida para toda la superficie de la
Tierra. La ordenación de los diferentes intervalos de tiempo sucesivos que se pueden reconocer en la
sección estratigráfica global constituye la escala cronoestratigráfica universal de referencia (GEI, 1980) y
sirve de columna patrón con la que se comparan los datos obtenidos en nuevas secciones estratigráficas
levantadas. Esta escala del tiempo geológico integra los datos de todas las secciones estratigráficas y, por
tanto, se puede perfeccionar y mejorar al aumentar la cantidad y calidad de los datos disponibles. En la
Guía Estratigráfica Internacional (GEI, 1980) se detalla la rígida normativa establecida, mediante convenios
científicos internacionales, para introducir posibles modificaciones de esta escala. Esta normativa pretende
que la escala sea lo más completa y fiable posible, pero a la vez intenta evitar cambios no justificados o
no aceptados de manera general.
El registro estratigráfico es el conjunto de fenómenos geológicos, ordenados temporalmente, deducidos a
partir de la interpretación de una sección estratigráfica. El registro estratigráfico local se refiere a los datos
deducidos de una sección estratigráfica local, mientras que el registro estratigráfico regional se refiere a
una región amplia y se elabora a partir de la interpretación de una sección estratigráfica compuesta. El
registro estratigráfico regional representa el registro más completo posible de los fenómenos acaecidos a
lo largo del tiempo geológico, basado en, y deducido del, estudio de las secciones estratigráficas de
diferentes sectores de la región de referencia y correspondientes a diferentes edades. El término registro
estratigráfico global podría aplicarse al conjunto de fenómenos acaecidos en la superficie de la Tierra a
través del tiempo geológico, ordenados cronológicamente, deducidos a partir de la correlación de multitud
de secciones estratigráficas de muy diferentes edades y localidades. La elaboración de este registro
estratigráfico global es precisamente el objetivo de la Geología Histórica, ciencia íntimamente relacionada
con la Estratigrafía.

La sección estratigráfica global será aquella en la que se representen todos los intervalos de tiempo
reconocibles a nivel mundial, ordenados desde el más antiguo al más moderno. Los distintos segmentos
de la misma se seleccionan a partir de la sección local o regional del sector que se considere más
significativo. Se trata de una sección estratigráfica compuesta, formada por la superposición de los
fragmentos de las secciones estratigráficas correspondientes a los intervalos de tiempo consecutivos, de
procedencias muy diversas, incluso de diferente continente, seleccionados cada uno de ellos del área del
mundo donde mejor quede expuesto y puedan ser considerados como más significativos. A cada uno de
estos fragmentos se les llama estratotipos simples.

Como se dijo en la introducción del capítulo se trata de un concepto abstracto ya que se refiere a una
sucesión ideal, que no existe en ningún punto de la Tierra, pero que sirve de escala de referencia general
del tiempo geológico. A la sección estratigráfica global se le denomina también registro estratigráfico. Hay
por tanto un cambio conceptual notable entre la sección estratigráfica local y la global. En efecto la local
es la ordenación de las unidades litoestratigráficas (y su expresión gráfica) que sirve para estudiar
posteriormente la posición en ella de las unidades bioestratigráficas y cronoestratigráficas. Por su parte la
sección estratigráfica global es simplemente una ordenación de unidades cronoestratigráficas a nivel
mundial.

En la bibliografía geológica se le conoce igualmente con la "Clasificación Cronoestratigráfica Global


estándar" (Schoch, 1989; o simplemente "Escala de Tiempo Geológico" (Harland et al., 1990).

Para elaborar esta sección estratigráfica global se tiene que recurrir a criterios de correlación
homologables a escala mundial que fundamentalmente son los basados en los fósiles presentes, los
radiométricos y, de manera subordinada, los datos magnetoestratigráficos.

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La Geología Histórica ciencia muy cercana a la Estratigrafía, es la ciencia encargada realmente de la


recopilación de los datos suministrados por las secciones estratigráficas compuestas regional y de nivel
de cuenca. La comparación de lo ocurrido en las distintas partes del mundo en cada intervalo de tiempo,
deducido de la comparación de las secciones estratigráficas regionales con la sección estratigráfica global
constituye el principal cuerpo de doctrina de la Geología Histórica. De acuerdo con el criterio anterior los
límites entre ambas ciencias (Estratigrafía y Geología Histórica) se pueden precisar. La Estratigrafía se
ocupa de la búsqueda de nuevos datos, levantamiento de nuevas secciones estratigráficas, su correlación
e interpretación y en análisis de cuencas, mientras que la Geología Histórica se ocupa de la recopilación,
selección y síntesis de los datos suministrados por la Estratigrafía (junto con los que suministren otras
ciencias geológicas, como: Tectónica, Petrología, etc.) y la exposición ordenada temporalmente de los
fenómenos acaecidos en las diferentes partes de la superficie de la Tierra.

2.3 CLASIFICACION ESTRATIGRAFICA.

Clasificación de roca es organizada de acuerdo a diferentes esquemas el cual no posee


correspondencia uno a uno; es decir, subdivisiones litoestratigráficas, geocronológicas o
cronoestratigráficas a veces se cruzan entre ellas. Subdivisiones Litoestratigráficas (basados en caracteres
litológicos, también llamados facies, véase) son (de más grande a más pequeño) Grupo, Formación,
Miembro, y Capa. Subdivisiones Geocronológicas (basado en relaciones de edad) son Eon, Era, Período,
Época, Edad, y Crono; éstas corresponden a las subdivisiones Cronoestratigráficas Eonotema, Eratema,
Systema, Series, Etapa, y Cronozona.

También existen subdivisiones bioestratigráficas (basados en contenido fósil), clasificación por


magnetismo residual (véase magnetoestratigrafía), propiedades químicas (quimioestratigrafía), etc. La
terminología es estandarizada por la subcomisión internacional en clasificación estratigráfica de la IUGS
(Hedburg, 1976).

TIPOS DE ESTRATIFICACIÓN

Los criterios que pueden servir para tipificar la estratificación son diversos, aunque esencialmente se
basan en dos aspectos fundamentales: la geometría de los estratos individuales y los rasgos distintivos de
las asociaciones de estratos sucesivos.

Geometría de los estratos

Considerando los estratos individualmente se puede establecer una clasificación de tipos geométricos
a partir de la geometría del techo y del muro (fig. 2.3).

a.- Estratos tabulares.- Cuando las dos superficies de estratificación (techo y muro) son planas y
paralelas entre sí.

b.- Estratos irregulares, con muro erosivo.- Son estratos con gran extensión lateral, con un muro
irregular y un techo plano, por lo que su espesor varía.

c- Estratos acanalados.- Con escasa extensión lateral y espesor muy variable, con una geometría
interna semejante a la de la sección de un canal.

d.- Estratos en forma de cuña. - Se trata de estratos limitados por superficies planas no paralelas entre
si, que terminan lateralmente por pérdida progresiva de espesor.

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e.- Estratos lenticulares.- Son discontinuos con el muro plano y el techo convexo. Una variante de estos
son los estratos con forma biconvexa.

f.- Estratos ondulados.- Se caracterizan por ser continuos con muro plano y techo ondulado, con
estructuras de ripples de corrientes o de olas.

ASOCIACIONES DE ESTRATOS

Cuando se analizan conjuntos de estratos superpuestos se puede realizar diversas clasificaciones


basadas en criterios de tipo descriptivo, que en gran parte representan diferentes tipos genéticos.

Un primer aspecto a considerar es la ordenación de espesores de los estratos individuales en los


conjuntos de estratos sucesivos. En la figura 2.4 se esquematizan las diversas posibilidades de ordenación
de espesores y se dan los siguientes nombres:

Uniforme.- Los espesores de los estratos sucesivos tienen todos ellos unos valores análogos, con un
valor real muy cercano a la media estadística de todos los espesores.

Figura 2.4.- Tipos de asociaciones de estratos de acuerdo con la distribución de los espesores y de las
litologías presentes (explicación en el texto). Los términos a,b y c corresponden a tres tipos litológicos, en
los que a sería el término de mayor tamaño de grano (en rocas detríticas) o de mayor energía (en rocas
carbonatadas).

Aleatoria o de espesor variable.- Los espesores de los diferentes estratos superpuestos son muy
variables y no presentan ninguna ordenación definida.

Estratocreciente. - Los espesores tienen una ordenación en lotes de estratos con valores de espesores
crecientes hacia el techo, dentro de cada lote. Este tipo de ordenamiento también se le conoce con el nombre
de secuencia negativa (Lombard, 1956).

Estratodecreciente. - Es el contrario del anterior, o sea, con disminución de los espesores de los estratos
hacia el techo en cada lote. Este tipo de ordenamiento también se le conoce con el nombre de secuencia
positiva (Lombard, 1956).

En haces.- Los espesores de los estratos se distribuyen por lotes de estratos de espesores uniformes
dentro de cada lote y diferentes entre lotes.

A estas modalidades de asociaciones geométricas de estratos hay que añadir la estratificación masiva,
nombre que se utiliza para denominar intervalos de rocas sedimentarias en los que la estratificación no es
distinguible a simple vista.

Un segundo tipo de clasificación estaría basado en la litología de los estratos que se superponen. Se
pueden diferenciar los siguientes tipos: homogénea cuando los estratos sucesivos tienen la misma
naturaleza, heterogénea cuanto estos cambian de manera desordenada, rítmica cuando alternan
ordenadamente dos tipos de litología y cíclica cuando el módulo que se repite es de más de dos litologías.

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Un aspecto complementario, de gran interés, es la interrelación entre la geometría de los estratos y los
tipos litológicos que la componen. Concretamente tienen importancia para la interpretación genética las
asociaciones de estratos en los que hay un dispositivo de espesor creciente hacia el techo al mismo tiempo
que hay un aumento del tamaño medio de grano, de manera que hacia el techo dominan los niveles de
grano más grueso. Igualmente en la naturaleza son abundantes las ordenaciones en las que hacia el techo
disminuyen simultáneamente el espesor de los estratos y el tamaño medio del grano de las rocas detríticas
que los componen.

Otro aspecto complementario, pero también interesante en la interpretación genética, es el de la


distribución de litologías y espesores en el caso de estratificaciones rítmicas y cíclicas (fig. 2.4). En el caso
de estratificación rítmica, en la que alternan dos clases de litologías (a y b) se diferencias dos subtipos (a>b
y b>a) que generalmente pasan lateralmente uno al otro. En el caso de la estratificación cíclica, en la que
alternan tres clases de litologías (a, b y c) con cambios laterales desde secciones donde a>b>c a otras
donde a<b<c. En ambos casos el estudio de la abundancia relativa de los diferentes tipos de estratos y su
variación lateral informa sobre las condiciones del depósito y sus variaciones laterales.

2.4 SECUENCIA ESTRATIGRAFICA.

Clasificación de roca es organizada de acuerdo a diferentes esquemas el cual no posee correspondencia


uno a uno; es decir, subdivisiones litoestratigráficas, geocronológicas o cronoestratigráficas a veces se
cruzan entre ellas. Subdivisiones Litoestratigráficas (basados en caracteres litológicos, también llamados
facies, véase) son (de más grande a más pequeño) Grupo, Formación, Miembro, y Capa. Subdivisiones
Geocronológicas (basado en relaciones de edad) son Eon, Era, Período, Época, Edad, y Crono; éstas
corresponden a las subdivisiones Cronoestratigráficas Eonotema, Eratema, Systema, Series, Etapa, y
Cronozona.

También existen subdivisiones bioestratigráficas (basados en contenido fósil), clasificación por magnetismo
residual (véase magnetoestratigrafía), propiedades químicas (quimioestratigrafía), etc. La terminología es
estandarizada por la subcomisión internacional en clasificación estratigráfica de la IUGS (Hedburg, 1976).

2.5 LOS FOSILES Y LA ESTRATIGRAFICA.

ORDENACIÓN TEMPORAL CON LOS FÓSILES

El "principio de la sucesión faunística o de la correlación" de Smith estableció un interesante criterio de


ordenación temporal (tiempo relativo) de amplia escala mediante los fósiles. El fenómeno de la evolución
biológica es un proceso no repetible, ya quecada especie ha vivido en el pasado durante un intervalo de
tiempo concreto y nunca vuelve a aparecer. A partir de la distribución de las diferentes especies de fósiles
en el registro estratigráñco y delimitan unidades (volúmenes de estratos) con características propias
(unidades bioestratigráficas) que representan intervalos de tiempo sucesivos, reconocibles en otras
secciones estratigráficas.

ORDENACIÓN TEMPORAL HEDÍANTE FÓSILES


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Figura 4.1.- Gráfico en el que se muestra la aplicación de criterios de edades relativas en materiales estratificados que afloran en un corte
concreto. Leyenda: A, B, C, D, E, F y G: unidades formadas por conjuntos de estratos con características afines (unidades litoestratigráficas);
a, b,..,.p, intervalo de presencia de diferentes fósiles; T, V, W, X, Y y Conjuntos de estratos caracterizados por su contenido fósil (Unidades
bioestratigráficas) diferenciables en la sección estratigrafía. Bl, B2, B3, B4 y B5.-Unidades bioestratigráfica con referencia temporal a nivel
mundial.

En la escala de tiempo geológico, en la que raramente se delimitan intervalos de tiempo inferiores a los
100.000 años (Kauff -man, 1988), la aparición de una especie es considerada como isócrona a nivel mundial.
Por tanto la presencia de un fósil en unos materiales concretos constituye un criterio de correlación
(comparación en tiempo) a grandes distancias que permite establecer divisiones de tiempo relativo de
extensión mundial. Las unidades bioestratigráficas seleccionadas constituyen unidades de valor de tiempo
relativo reconocibles a nivel regional y en muchos casos, además, global.

2.6 FUNDAMENTOS DE FACIES SÍSMICAS.

TIPOS DE FACIES

Dado que son diversos los aspectos monográficos que se pueden observar en las rocas (o conjuntos de
rocas) se puede hablar de varios tipos de facies. Se usan términos restrictivos del tipo de propiedades
(litofacies y biofacies) o de la escala de observación (microfacies). Modernamente el uso del término facies
se ha extendido también a los conjuntos de rocas diferenciables por sus propiedades medidas en diagrafías
(electrofacies) o en perfiles sísmicos (facies sísmicas).

LITOFACIES, BIOFACIES Y MICROFACIES

El término litofacies se usa para aludir exclusivamente a los aspectos litológicos (no los paleontológicos)
de un conjunto de estratos y correlativamente para las condiciones físico-químicas (no biológicas) que
reinaron durante el depósito. Así, por ejemplo, se puede hablar de una litofacies de "calizas oolíticas", o de
"areniscas glauconíticas", etc. El término biofacies es el complementario ya que se refiere a los aspectos
paleontológicos (no los litológicos) y a las condiciones biológicas reinantes durante el depósito. Ejemplos de
biofacies pueden ser "facies de gasterópodos", "facies de carófi-tas", "facies de radiolarios", etc. Obviamente
la suma de la litofacies y la biofacies de unos materiales es simplemente la facies de los mismos. Hallam
(1981) considera innecesario hacer la división de facies en lito- y bio-facies, ya que los fósiles forman parte
de la roca, hasta el punto de considerar sinónimos los términos facies y litofacies, y no usar el de biofacies.

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El término microfacies es un término introducido en la nomenclatura estratigráfica desde el mundo de la


Geología del Petróleo para denominar al conjunto de características litológicas y paleontológicas
observables al microscopio en lámina delgada y, correlativamente, a las condiciones genéticas que
controlaron su depósito. Usualmente el concepto se hace extensivo a las características observadas en
superficies pulidas mediante lupa o a las observadas en réplicas de acetato. El estudio de las microfacies
ha alcanzado una gran importancia (p.ej. ver Flügel, 1982) ya que de una parte facilita la comparación entre
los materiales atravesados en un sondeo y los que afloran en superficie y de otra parte permite tener una
visión de algunos aspectos no visibles sin el microscopio (o lupa) que facilitan el reconocimiento e
interpretación genética, tales como elementos texturales de escala pequeña (p.ej. pellels) o microfósiles (p.
ej. algas dasycladáceas). En numerosas ocasiones las microfa- cies permiten diferenciaciones de materiales
más interesantes desde el punto de vista genético que las que se pueden establecer mediante la
observación directa en el campo (facies), con lo que es muy interesante el estudio coordinado de las facies
y las microfacies.

El término nannofacies se usa para denominar el conjunto de características observables mediante el


microscopio electrónico de barrido. Esta escala de observación en la mayoría de los casos resulta de menos
interés que la del microscopio óptico por lo que su uso en Estratigrafía es bastante menos interesante que
el de la microfacies. Otro término que ha sido utilizado en la nomenclatura de facies es el de tectofacies, con
el que se han denominado a conjuntos de materiales depositados bajo unas mismas condiciones tectónicas
(preorogénicas, sinorogénicas, postorogénicas). Este término apenas se usa actualmente ya que es poco
práctico, puesto que su reconocimiento implica un estudio y una interpretación previas muy detalladas.

ELECTROFACIES Y FACIES SÍSMICAS

En los materiales del subsuelo pueden igualmente reconocerse sus características, aunque en este caso
se base en los datos obtenidos por las diagrafías o en los perfiles sísmicos.

El término electrofacies ha sido introducido por Serra (1972) y matizado por Serra y Abbott (1980) quienes
lo define como "el conjunto de las respuestas de las diagrafías que caracterizan un estrato y permiten que
este pueda ser diferenciado de los otros que le rodean". Para la caracterización de las electrofacies se han
desarrollado gráficos que consisten en representaciones combinadas de los valores de las diferentes
diagrafías. Uno de los más usuales es el de la "tela de araña" que consiste en una representación radial de
los valores de cada una de las técnicas de diagrafías (figura 6.4), que usándose con la misma disposición y
escala gráfica permite comparaciones conjuntas de los valores entre materiales de diferentes sondeos
dentro de una misma cuenca. Las electrofacies facilitan el reconocimiento de materiales de diferentes
litofacies y que se depositaron bajo condiciones sedimentarias diferentes, aunque en muchos casos las
alteraciones diagenéticas dificulten esta interpretación.

El término de facies sísmica se utiliza para denominar al conjunto de propiedades observables en un


perfil sísmico para un estrato o conjunto de estratos. Estas propiedades son: configuración, amplitud,
frecuencia, continuidad, velocidad del intervalo, etc. y permiten delimitar diferentes tipos de materiales. Las
facies sísmicas vienen controladas por las litofacies de los materiales y especialmente por las geometrías
de las superficies de estratificación, espesor de estratos y por la litología. El volumen ocupado por los
materiales de una misma facies sísmica es lo que se llama unidad Utosísmica. La delimitación de las
unidades litosísmicas es uno de los objetivos inmediatos de cualquier interpretación de un perfil sísmico,
desde el punto de vista estratigráfico.

CLASIFICACIONES DE LAS FACIES

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La delimitación de las facies y el estudio de sus asociaciones (sobre las que se tratará en el capítulo
siguiente) constituyen dos aspectos fundamentales del análisis sedimentológico y del estratigráfico, ya que
son una herramienta fundamental para la interpretación genética de materiales antiguos por comparación
con los actuales, aplicando el principio del uniformismo y el método actualista. Las facies se pueden clasificar
estableciendo lotes con características (litológicas y estratigráficas) diferentes, que lógicamente tendrán un
significado genético distinto. No es una clasificación de rocas ya que en ella se tiene en cuenta, además de
la litología (composición, textura, color) otros rasgos como: las estructuras sedimentarias, la geometría y
espesor de los estratos, el contenido fosilífero e incluso las tendencias de evolución vertical de ciertos
caracteres (p.ej. aumento de tamaño de grano hacia el techo) . Cada tipo de facies vendrá caracterizado
por un conjunto de propiedades de los materiales, de las cuales se puede deducir su significado genético.
En estas clasificaciones usualmente cada tipo de facies se denomina con una letra o una sigla. Existen
algunas propuestas de clasificación de facies normalizadas, algunas de ellas bastante usadas, mientras que
otras lo son menos, que constituyen, o pueden constituir, una herramienta de trabajo muy útil.

Las clasificaciones más utilizadas son, lógicamente, las de las facies más abundantes: las detríticas
(tanto en materiales fluviales como en turbidíticos) y las carbonatadas, sobre las que se trata a continuación.

2.7 CAMBIOS RELATIVOS A NIVEL DE MAR.

Las transgresiones y las regresiones son expresiones estratigráficas de cambios del nivel del mar. Para
hablar con corrección de estos cambios es necesario definir los conceptos de cambio relativo del nivel del
mar y de cambio absoluto del nivel del mar (o cambio eustático).

Un cambio relativo del nivel del mar es un fenómeno (alocíclico o autocíclico) de levantamiento o
hundimiento del fondo marino y/o del nivel del mar, que puede quedar reflejado en las secciones
estratigráficas con secuencias transgresivas y regresivas (de escala decamétrica o hectométrica) o
secuencias de somerización o de profundación (de escala métrica).

Un cambio eustático es una modificación de la posición del nivel del mar que afecta a todos los océanos,
inducida por fenómenos alocíclicos de gran escala. Es, como anteriormente se ha dicho, un cambio absoluto
del nivel del mar. Un descenso eustático es un fenómeno de bajada generalizada del nivel del mar a escala
global, mientras que un ascenso eustático es un fenómeno de subida de dicho nivel. Se llama ciclo eustático
al intervalo de tiempo durante el cual tuvo lugar una subida y un descenso del nivel del mar. Los cambios
eustáticos, usualmente, se expresan como cambios del nivel global con respecto al centro de la Tierra.

Cuando se habla de un cambio relativo del nivel del mar se alude a una variación de la profundidad del
mar en un punto determinado de un medio marino durante un intervalo de tiempo concreto. En la línea de
costas un descenso relativo del nivel del mar implica una regresión y un aumento una transgresión, de
manera que se pueden reconocer a partir del estudio de las secciones transgresivas y regresivas. En
secciones estratigráficas de sedimentos continentales, obviamente, no se detectan cambios del nivel del
mar, aunque si se pueden detectar algunos cambios del nivel de base de los ríos que pudieran ser
coincidentes con cambios relativos del nivel del mar de áreas adyacentes. Igualmente en secciones
estratigráficas de sedimentos pelágicos tampoco se detectan los cambios relativos del nivel del mar, salvo
que se puedan disponer de datos fiables de paleobatimetría que los justifiquen. En algunos casos los
cambios relativos del nivel del mar, en especial los des - censos rápidos, quedan reflejados en
discontinuidades, que implican la erosión parcial de los materiales previos.

Un descenso relativo del nivel del mar se produce por una de elevación del fondo marino por factores
tectónicos o por la bajada del nivel del mar debido a cambios eustáticos o por la acción combinada de
ambos. Un ascenso relativo del nivel del mar se produce por el hundimiento del fondo marino ocasionado
por un incremento de la subsidencia, por el levantamiento del nivel del mar o por la acción conjunta de

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ambos. Se denomina estabilización relativa del nivel del mar a un episodio de estabilidad del nivel del mar
con res-pecto al fondo.

Un cambio relativo del nivel del mar se deduce y se mide a partir de las modificaciones de la distancia
del nivel del mar con respecto al fondo marino, mientras que un cambio eustático se constata con medida
de altitud del nivel del mar, referida a un punto fijo. Los cambios eustáticos implican, generalmente, cambios
relativos del nivel del mar. La única excepción la constituyen los cambios eustáticos que en algunos sectores
concretos queden compensados con movimientos iguales, en sentido y magnitud, del fondo marino, lo que
ocurre muy raramente.

Al analizar secciones estratigráficas y deducir en ellas cambios de batimetría lo que se reconoce siempre
son cambios relativos del nivel del mar. La consideración de que estos pueden haber sido, además, cambios
eustáticos, hay que hacerla a partir de la interpretación de diversas secciones estratigráficas, de la
correlación estratigráfica detallada entre las mismas y de la constatación de que se trata de un fenómeno
generalizado reconocible en áreas geográficas muy distantes.

EUSTATISMO

Se refiere a los cambios absolutos del nivel del mar, que afecten al conjunto de la Tierra. Donovan y
Jones (1979) consideraron que estos cambios globales del nivel del mar (cambios eustáticos) se deben a
dos grandes conjuntos de procesos:

Cambios en el volumen del agua de los océanos.- Partiendo de la hipótesis de que el agua total de la
hidrosfera haya sido constante, los cambios se deben esencialmente a cambios en la extensión de los
casquetes glaciales sobre continentes. Otros factores de orden menor son la desecación de algunas
cuencas oceánicas (p.ej. el Mediterráneo durante el Messiniense) y a cambios de la temperatura del agua.

Cambios en el volumen de las cuencas oceánicas.- Están provocados por: variaciones en el volumen de
la crestas oceánicas, por la inundación de nuevos océanos, por cambios notables en el volumen de
sedimentos depositados y por cambios en el geoide. Todos estos procesos a su vez vienen controlados por
dos factores funda-mentales: el clima y la tectónica.

Con el nombre de eustatismo se conoce a la teoría que explica el régimen de fluctuaciones del nivel del
mar inducidos por fenómenos climáticos (glacioeustatismo) o tectónicos globales (tectonoeus-tatismo). El
término eustasia es un sinónimo de eustatismo.

El glacioeustatismo es el régimen de fluctuaciones del nivel del mar en el conjunto de los océanos por
efecto del crecimiento o de la fusión parcial de los casquetes glaciales. Los cambios en el tamaño de los
casquetes de hielo polares situados sobre continentes (como la Antártida) producen cambios en el volumen
de agua de los océanos de manera que un crecimiento de los casquetes implica un descenso generalizado
del nivel del mar, mientras que la fusión de dichos casquetes produce una subida de dicho nivel. Ciclos
transgresivo regresivos periódicos se producen por fenómenos glacio eustáticos dentro de la banda de
frecuencia de Milankovitch (ver capítulo 16). Los valores absolutos de cambio del nivel del mar por estos
fenómenos glacioeustáticos periódicos son muy variables según se trata de intervalos de tiempo de gran
desarrollo de los casquetes (p.ej. Carbonífero, Cuaternario) en los que se superan los 100 m y los intervalos
de tiempo de escaso desarrollo de los casquetes (p.ej. Jurásico, Cretácico) en los que normalmente no llega
a los 10 m.

En todos los casos los procesos de cambio del nivel del mar son rápidos a la escala de tiempo geológico
(del orden del cm/año).

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En las regiones continentales en las que crecen los casquetes polares se produce, además, la
glacioisostasia, que consiste en el ajuste de la corteza terrestre, con movimientos verticales, inducidos por
el cambio del volumen de los casquetes glaciales.

El tectonoeustatismo es el régimen de fluctuaciones globales del nivel del mar producidas por factores
de índole tectónica. En el capítulo 16 (apartado 16.4.1) se analizaban los factores tectónicos que pueden
causar cambios globales del nivel del mar. Aquí tan sólo se van a recordar algunos datos numéricos que
aportan Pitman y Golovchenko (1983) que indican la tasa de cambio del nivel del mar y permite
comparaciones con los glacioeustáticos. Para estos autores los cambios en el volumen de las dorsales
pueden producir cambios del nivel del mar de hasta 350 m, pero con una tasa del orden de 1 cm/ka, por
tanto 1.000 veces más lenta que los cambios glacioeustáticos. Los cambios tectonoeustáticos producidos
los pro-cesos orogénicos pueden causar modificaciones del nivel del mar de unos 70 m, con una tasa de
cambio diez veces inferior (0,1 cm/ka), valor similar al de los cambios ocasionados por procesos
relacionados con los puntos calientes y por levantamientos tectóni - cos de continentes con el consiguiente
incremento de los aportes. De los procesos tectonoeustáticos solamente hay uno que puede producir
cambios instantáneos (a nivel de tiempo geológico) y es la inundación de nuevas cuencas oceánicas que
pueden ocasionar des-censos generalizados del nivel del mar, que quedan reflejados en regresiones
isócronas en áreas costeras muy distantes entre sí.

Los ciclos de primero y segundo orden se deben a cambios mayores en la posición de las líneas de
costas. Los de primer orden se consideran como debidos a la fragmentación de los grandes continentes que
producen inundaciones continentales (transgresiones) amplias y el consiguiente reajuste del nivel del mar
de los océanos. Por su parte los ciclos de segundo orden se interpretan como liga - dos a cambios de la
tasa de subsidencia tectónica, que ocasionan notables transgresiones y regresiones en diferentes márgenes
continentales.

Una mayor dificultad se tiene para explicar ciclos tectonoeustá - ticos de tercer orden. Las teorías clásicas
admiten que se deban a fases de estiramiento cortical. Cloetingh (1991) ha desarrollado una teoría
alternativa según la cual los ciclos de tercer orden pueden deberse a fluctuaciones en el grado de esfuerzo
al que están sometidas áreas extensas dentro de una placa. Estos cambios en la intensidad de la
compresión intraplaca producen, de acuerdo con este autor, dispositivos de solapamientos costeros en los
bordes de las cuencas sedimentarias, similares a los que se observan en perfiles sísmicos.

2.8 CORRELACIÓN Y MEDIOS GRÁFICOS DE EXPRESION ESTRATIGRÁFICA.

El estudio paleomagnético de materiales de diferentes localidades, incluso muy distantes entre si, pero
correspondientes a un mismo intervalo de tiempo, pone de manifiesto la isocronía de las zonas de polaridad
magnética que en ellos se pueden diferenciar. El hecho de que las inversiones magnéticas sean
geológicamente instantáneas y que puedan quedar reflejadas en todas la superficie de la Tierra, tanto en
materiales ígneos como sedimentarios, y en estos últimos tanto en marinos como continentales, aporta un
excelente criterio de correlación que debe utilizarse coordinadamente con otros (bioestratigráfico y datación
radiométrica).

Para las secciones estratigráficas de materiales posteriores al Jurásico medio se tiene una escala de
referencia bastante precisa, la elaborada esencialmente a partir de los datos de los fondos oceánicos. Los
datos obtenidos en diferentes secciones estratigráficas sirven de una parte para precisar dicha escala y de
otra como criterio de correlación entre secciones estratigráficas muy distantes. Para ello es necesario
establecer una equivalencia entre los límites de alguna de las zonas de polaridad magnética con criterios
precisos de datación relativa (biozonaciones) y/o de datación radiométrica, que permita saber en cual de las
zonas sucesivas de polaridad, normal o inversa, se inicia la numeración en cada sección estratigráfica.

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Con un nuevo ejemplo se puede entender mejor lo que aquí se indica. Ogg et al. (1984) estudiaron el
paleomagnetismo del Jurásico superior de dos cortes en la Zona Subbética (Cordillera Bética, sur de
España). En cada uno de ellos se parte del conocimiento previo de la bioestratigrafía de manera que las
muestras tomadas están distribuidas entre las diferentes biozonas. Conocida la bioestratigrafía y la
calibración de escala se pueden dar valores de edades absolutas (fig. 13.12), lo que permitirá a su vez
comparar los resultados con las anomalías magnéticas de los fondos oceánicos.

Los datos de dichos autores son integrados por Lowrie y Ogg (1986) y Lowrie (1989) con los
correspondientes a diferentes secciones estratigraficas de localidades italianas y españolas. Lo primero que
destaca en el gráfico (fig. 13.13) es la isocronía de los cambios paleomagnéticos en todas las secciones, lo
que era de esperar partiendo de una hipótesis según la cual los cambios de polaridad han sido simultáneos
en todo el mundo. En segundo lugar se deduce que se dispone de una nueva herramienta para poder
correlacionar secciones estratigráficas de muy diferentes localidades comparando materiales marinos con
continentales, aunque se necesita disponer de dataciones que controlen la zonación magneto-estratigráfica.
Finalmente los datos obtenidos se pueden comparar con las sucesiones de anomalías magnéticas
reconocidas y datadas de los fondos oceánicos.

LOS MECANISMOS DE INVERSIÓN DEL CAMPO MAGNÉTICO

Las causas y la posible periodicidad de las inversiones magnéticas son temas sobre los que no se tienen,
por el momento, ideas muy claras. En cuanto a las causas se han barajado, por diferentes autores (ver
revisión en Creer y Pal, 1989), hipótesis muy diversas desde las que proponen un origen interno
(modificaciones de la dinamo autoinducida), tales como desgasificaciones en el manto, a un origen externo,
entre los que se han considerado como posibles desde cambios climáticos hasta impactos de cuerpos
celestes (asteroides, grandes meteoritos o cometas) sobre la Tierra.

Es excepcional que en las rocas quede fosilizada la transición entre un tipo de polaridad y otro, debido a
la corta duración del tiempo de la inversión (algunos miles de años) y a la disminución de la intensidad del
campo magnético durante el proceso de la inversión. En gran parte se trata de un problema de velocidad de
enfriamiento para una roca ígnea y de tasa de sedimentación para rocas terrígenas.

Por esta razón es difícil seguir con detalle lo que sucede en el corto intervalo de tiempo, a escala
geológica, que dura la inversión del campo magnético, aunque los datos que recientemente van
suministrando los estudios sobre materiales lacustres de tasa de sedimentación elevada, se induce que los
polos magnéticos siguen aparentemente una trayectoria sinuosa en la superficie de la Tierra.

En cuanto se refiere a la posible periodicidad, también hay disparidad de opiniones, desde quienes
afirman que no hay periodicidad ninguna, a quienes a partir del análisis espectral de las duraciones de los
crones quieren ver un cierta periodicidad de 15 y 30 Ma.

En definitiva, se puede afirmar que los cambios de polaridad del campo magnético terrestre en tiempo
pasado son hechos indiscutibles, aunque por el momento no se conozcan sus causas y la posible
periodicidad de los mismos.

LA ESCALA MAGNETOCRONOESTRATIGRAFICA

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Cuando en el capítulo 4 se trataba del tiempo se manejaba una escala de tiempo relativo basada en los
fósiles y otra de tiempo absoluto que se obtenía con dataciones radiométricas, y se planteaba como se
podría hacer la "calibración". El estudio del paleomag-netismo amplía sustancialmente el campo ya que
suministra una nueva metodología, que se suma (no se contrapone) a las anteriores. En efecto con los datos
paleomagnéticos se dispone de un nuevo criterio de subdivisión de las rocas de una sección estratigráfica,
ya que se pueden delimitar intervalos de magnetismo normal o inverso, considerando isócronos los
momentos de cambio.

Hay sin embargo una diferencia sustancial, ya que mientras que en los cambios bioestratigráficos los
fenómenos son irreversibles (de acuerdo con la evolución) con lo que se puede establecer una escala
relativa completa, en el registro magnetoestratigráfico lo único que se tiene es una sucesión de intervalos
con magnetismo normal e inverso, siendo semejantes entre si todos los normales y todos los inversos. Por
ello es necesario utilizar una escala magne-toestratigráfica que tenga controles de edades absolutas, bien
por datación radiométrica directa sobre materiales de la sección estratigráfica, bien por dataciones relativas
mediante fósiles y el uso del valor numérico calculado mediante la calibración de escalas.

En la actualidad se dispone de una escala magnetocronoestratigráfica muy detallada para los últimos
160 Ma, desde el Bathonien -se hasta la actualidad. En dicha escala se numeran las anomalías magnéticas
reconocibles en los fondos oceánicos desde la 1 (límite entre las épocas de Brunhes y Matuyama, 0,73 Ma)
a la 34 (Campaniense inferior, 83 Ma). Después de una amplia zona de calma magnética que comprende el
Santoniense-Coniaciense -Turo-niense -Cenomaniense-Albiense (29 Ma) se empieza una nueva
numeración desde M0, MI...hasta M29. Algunas cronozonas se han subdividido en unidades de rango
menor, como por ejemplo la cro-nozona de polaridad 5, que comprende las unidades 5A, 5B, 5C, 5D y 5E
(subcronozonas).

En la citada escala se establece una división de cronozonas de polaridad que se numeran desde la Cl a
la C34 aquellas que son correlacionables con las anomalías magnéticas de la misma numeración. En
numerosos casos se establecen subdivisiones con letras (p.ej. C5, C5A, C5B, C5C, C5D, C5E). Para los
últimos 83 Ma, la duración de las cronozonas es muy variable desde 3 Ma (p. ej. C20 y C26) a otras con
valor cercano o ligeramente inferior a 1 Ma (p.ej. C2, C5E, Cl y C7A). Un valor anómalo destaca: los 7 Ma
de la C33 (Campaniense), precursor de gran intervalo de calma magnética antes citado (Aptiense hasta
Santoniense) de una duración de 29 Ma.

Para el intervalo Calloviense-Aptiense se han definido una treintena de cronozonas de polaridad desde
la CMO y CM1 a la CM29, con una duración media de 1 Ma, en algunos casos muy inferior (p.ej. CM6 y

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CM8) mientras que en otros supera los 2 Ma (CM24 y CM11), con la excepción de la cronozona de polaridad
más antigua de la escala (CM29) en la que se superan los 15 Ma.

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