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Lacan Seminario 3 Cap XI 2 El rechazo de un significante primordial

Obviamente, en un sujeto que por sí mismo no esta inclinado a la alienación, esto sólo podría
sostenerse en base a un malentendido, constituido por una especie de incorporación o devoración
imaginaria, que sólo puede ser, dado que la relación analítica es una relación de palabra, una
incorporación del discurso del analista. En esta Concepción desviada, el análisis sólo puede ser la
incorporación del discurso sugerido, incluso supuesto del analista, o sea todo lo contrario del
análisis. Los pongo al tanto diciendo les mi tesis.

En efecto, contrariamente a lo que dice Freud, que no hay represión propiamente dicha antes del
declinar del complejo de Edipo, la teoría kleiniana supone en cambio que la represión existe desde
las primeras etapas pre-edípicas. Mi tesis puede aclarar asimismo una contradicción que parece
insoluble en Freud mismo a propósito del autoerotismo. Por un lado, habla del objeto primitivo de
la primera relación niño- madre. Por otro, formula la noción del autoerotismo primordial; vale decir
de una etapa, por corta que la supongamos, donde no hay mundo exterior para el niño.

El carácter abierto y proliferante de su mundo no permite hacer de él su correlato biológico. Ahí es


donde intento distinguir, porque me parece coherente y práctico, los tres órdenes de lo simbólico, lo
imaginario y lo real. Todo indica que todo lo que muestra la experiencia analítica puede ubicarse
satisfactoriamente en estos tres órdenes de relaciones, siendo el asunto saber en qué momento se
establece cada una de estas relaciones. Mi tesis, que quizá dará a algunos la solución del enigma
que parece haber constituido para ellos mi golpe de efecto de la vez pasada sobre la paz del
atardecer, es la siguiente: la realidad está marcada de entrada por el anonadamiento simbólico.

El ser humano no esta sumergido sencillamente, como todo hace pensar que lo está el animal, en un
fenómeno como la alternancia del día y la noche. El ser humano postula el día en cuanto tal, y así el
día adviene a la presencia del día, sobre un fondo que no es un fondo de noche concreta, sino de
ausencia posible del día, donde la noche se aloja, e inversamente por cierto. El día y la noche son
muy tempranamente códigos significantes, y no experiencias. Son connotaciones, y el día empírico
y concreto sólo surge allí como correlato imaginario, desde el origen, muy tempranamente. Esta es
mi suposición, y a partir del momento en que hablo desde el punto de vista genético, no tengo por
que justificarla en la experiencia. Es estructuralmente necesario postular una etapa primitiva en la
cual aparecen en el mundo significantes en cuanto tales. Como este nivel los deja con cierto
desasosiego, les propongo las cosas de manera dogmatice, cosa que detesto, saben que mi
manera es dialéctica. Antes de que el niño aprenda a articular el lenguaje, debemos suponer que
hay significantes que aparecen, que ya son del orden simbólico. Cuando hablo de una aparición
primitiva del significante, esto ya implica el lenguaje. Equivale sencillamente a esa aparición de
un ser que no esta en ningún lado, el día. El día en tanto que día no es un fenómeno, el día en
tanto que día implica la connotación simbólica, la alternancia fundamental de la vocal que
connota la presencia y la ausencia, sobre la que Freud hace girar toda su noción de más allá del
principio del placer.

A propósito de la Verwerfung, Freud dice que el sujeto no quería saber nada de la castración, ni
siquiera en el sentido de la represión. En efecto, en el sentido de la represión, todavía sabe uno algo
sobre eso mismo sobre lo que nada quiere, de cierta manera, saber, y todo el análisis consiste en
mostrar que uno lo sabe muy bien. Si hay cosas sobre las que el paciente nada quiere saber, incluso
en el sentido de la represión, esto supone otro mecanismo. Y como la palabra Verwerfung aparece
en conexión directa con esta frase y también algunas páginas antes, echo mano de ella. No me
importa especialmente el termino, me importa lo que quiere decir, y creo que Freud quiso decir eso.

¿De que se trata cuando hablo de Verwerfung?. Se trata del rechazo, de la expulsión, de un
significante primordial a las tinieblas exteriores, significante que a partir de entonces faltará en
ese nivel. Este es el mecanismo fundamental que supongo está en la base de la paranoia. Se trata
de un proceso primordial de exclusión de un interior primitivo, que no es el interior del cuerpo,
sino el interior de un primer cuerpo de significante. Freud supone que es en el interior de ese
cuerpo primordial donde se constituye el mundo de la realidad, como ya puntuado, ya
estructurado en términos de significantes.

Freud describe entonces todo el juego de comparación de la representación con esos objetos ya
constituidos. La primera aprehensión de la realidad por el sujeto es el juicio de existencia, que
consiste en decir: esto no es mi sueño o mi alucinación o mi representación, sino un objeto. Se trata
—es Freud quien habla aquí, no yo—de una puesta a prueba del exterior por el interior, de la
constitución de la realidad del sujeto en un nuevo hallazgo del objeto. El objeto es vuelto a
encontrar en una búsqueda, y por cierto nunca se vuelve a encontrar el mismo objeto.

También les cuento un mito, porque no creo en modo alguno que haya en alguna parte un momento,
una etapa, en la que el sujeto adquiere primero el significante primitivo, introduciéndose luego el
juego de las significaciónes y después, habiéndose tomado de la mano significante y significado,
entramos en el dominio del discurso Hay allí empero una representación tan necesaria, que la
comunico con toda tranquilidad, para satisfacer vuestras exigencias, pero también porque Freud
mismo avanza en esa dirección, hay que ver como.

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