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El Distrito de Tapairihua es uno de los 17 distritos de la Provincia de Aymaraes ubicada

en el departamento de Apurímac, bajo la administración del Gobierno regional de


Apurímac, en el sur del Perú.1
Desde el punto de vista jerárquico de la Iglesia Católica forma parte de la Diócesis de
Abancay la cual, a su vez, pertenece a la Arquidiócesis de Cusco.2
Durante la época prehispánica el territorio del actual distrito de Tapairihua fue ocupado por
los quechuas y los umasuyos, quienes formaron tribus como Utauta, Chucochuco y
Ayamachay; más tarde llegaron los aymaras que se establecieron en Añamarca.
Cuando llegaron las fuerzas del Inca Cápac Yupanqui, que comandaba su hermano Auqui
Titu, estos pueblos se sometieron voluntariamente a la autoridad del Inca y aceptaron ser
vasallos.
El nombre original, Tapayrihuac, se deriva de dos voces quechuas: Tapay, que significa
“ocultar” y rihuac, “anda” (del verbo andar), en consecuencia, su significado etimológico
sería “Anda a ocultar”. Una anécdota cuenta que, cuando arribaron los españoles a la
localidad, el curaca nativo ordenó a su gente diciéndoles “¡tapayrihuac!, ¡tapayrihuac!”, es
decir, que ocultaran el oro y la plata que tenían.
El pueblo de Tapairihua perteneció en los inicios de la Colonia a Ancobamba, centro de
mayor jerarquía en actividad política y minera. Hacia 1720 arribó el corregidor Juan Beytia,
enviado por el Rey de España, quien dispuso la separación de los dos pueblos para
constituirse en comunidades independientes. Al año siguiente visitó la zona Martín Zola de
Castillo, con el título de Juez y Visitador para venta, medida y composiciones de tierras
Bajo la época republicana, el distrito fue creado mediante Ley del 2 de enero de 1857, con
capital en el poblado de Tapairihua. Transcurridos 60 años, la capital distrital fue
trasladada al pueblo de Yanaca, por ley 2476 del 15 de octubre de 1917, en razón a que
tenía mayor importancia demográfica. Luego de 44 años se creó el distrito de Yanaca, por
ley 13793 del 28 de diciembre de 1961, por lo que Tapairihua fue restituida como capital
del distrito del mismo nombre
Su aspecto físico es muy accidentado, debido a la presencia de muchas quebradas
irregulares, algunas de ellas se prolongan hasta el río Antabamba. En sus punas existen
mesetas y picos notables como Roncuela, Achancelo, Suparaura y Huancaray.
Cuenta con el río Antabamba que surca de norte a sur, regando algunos fundos pequeños;
los riachuelos desempeñan un papel fundamental en la agricultura, como el de Chuichu,
Pallccora, Huachiña, Chuccho, Parancay, etc. Tiene dos lagunas de importancia, la
Ccallaccalla y Huashua-ccocha.

Apurímac: Enfrentamientos
entre comuneros de
Tapairihua y minera
Nuevos enfrentamientos ponen en alerta a las autoridades
Nuevamente los enfrentamientos surgieron entre comuneros de
Tapairihua y la empresa Southern Perú, luego de que ésta última
decidiera trasladar equipos y máquinaria pesada al campamento del
proyecto Los Chancas, ubicado en territorios de la referida comunidad.

Según información telefónica dada a conocer por pobladores de la


zona, desde las primeras horas de la mañana del último lunes
repentinamente comenzaron a llegar pesados camiones, originando la
reacción de los comuneros que sin dudarlo colocaron piedras y
troncos en el único acceso que conduce al campamento minero.

Los incidentes se producen un mes y medio después de la asamblea


multisectorial que tuvo lugar el pasado 7 de marzo en la misma
comunidad campesina presidida por Vladimiro Huaroc Portocarrero,
titular de la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad (ONDS) de la
PCM.

En la referida reunión -participaron representantes de Southern Perú-


tuvo como punto de agenda central, buscar una solución dialogada a
la crisis social y ambiental que enfrenta esta comunidad y su vecina
Tiaparo (en el distrito de Pocohuanca) con la empresa minera desde
hace 14 años.

PASO ATRÁS. Eulogio Perez, natural de Tapairihua y uno de los más


activos residentes en la ciudad de Abancay identificado con la
problemática que afronta su localidad, manifestó que la decisión
tomada por la empresa es un retroceso que limita la posibilidad de
encontrar soluciones al confflicto existente.

Lamentó que la ONDS no haya promulgado la resolución de la mesa


de trabajo para fines de marzo, compromiso que fue anunciado por el
mismo Vladimiro Huaroc antes de levantarse la asamblea.

"Los enfrentamientos ocurridos las últimas horas echan por tierra todo
el esfuerzo de dialogar en forma civilizada. No es la primera vez que la
empresa Southern Perú quiere imponer sus criterios. Hace 14 años
que estamos enfrentados por esa misma actitud, la cual rechazamos",
expresó.

FISCALÍA EN LA ZONA. Posteriormente se conoció que la fiscal de la


Fiscalía Mixta Provincial de Aymaraes, Julia Vargas Huamán, llegó al
mismo lugar acompañada de un contingente policial que procedió a
despejar la vía de acceso.

Extraoficialmente se habla de varios heridos, aunque esta información


no ha sido corroborada ni desmentida por las autoridades respectivas.

Pobladores del distrito de Tapairihua impidieron el paso de maquinaria


pesada de la Dirección Regional de Transportes destinada a la
construcción de una nueva carretera en la comunidad de Tiaparo
(distrito de Pocohuanca), ambas ubicadas en la provincia de
Aymaraes, en Apurímac.

Pese que este conflicto fue resuelto en el poder judicial, el grupo


de comuneros se opuso para que el equipo mecánico se dirija
hasta el sector de Huancaquica, donde se encuentra el frente de
trabajo, sin registrarse enfrentamientos.

Hace dos años el gobierno regional inició la ejecución de esta nueva


vía Huancapampa – Tiaparo de 12 kilómetros de longitud con la
inversión de un millón 700 mil soles habiéndose avanzando el 50%.

Después de varios meses de paralización por falta de presupuesto, en


junio del 2017 se retomaron los trabajos de habilitación faltando seis
kilómetros para culminarla.
De concretarse esta obra, el distrito de Pocohuanca tendrá una
salida directa hacía Abancay y no cruzará el territorio de su
vecina Tapairihua como sucede en la actualidad.

Otro factor que enfrenta a ambas comunidades es la presencia del


proyecto minero Los Chankas de Southern Perú, empresa que
mantiene un largo historial de conflictos y desencuentros en la zona y
que podría cambiar sustancialmente con esta nueva carretera.

CTC Local TIAPARO _ POCOHUANCA


Representante de la Municipalidad Distrital de
Jesús Sánchez Rivero
Pocohuanca
Representante de la Comunidad Campesina de Tiaparo
Mateo Palomino Álvarez
( Presidente)
Representante de la Comunidad Campesina de Tiaparo(
Nestor Quispitupa Machacca
Vicepresidente)
Carlos Adolfo Jiménez Carazas Representante del Gobierno Regional de Apurímac
Fernando Núñez Chávez Representante de SPCC
Paola Icaza Palma Representante de SPCC
Carlos Salcedo Valdivia Representante de SPCC
Raúl Alfredo Herrera Dávila Representante de SPCC
José Manuel Rodríguez Chávez Representante de SPCC

CTC Local TAPAYRIHUA

Fernando Núñez Chavez Representante de SPCC


Representante de la Comunidad Campesina de
Lucas Serrano Chacón
Tapayrihua
Carlos Salcedo Valdivia Representante de SPCC
Raúl Alfredo Herrera Dávila Representante de SPCC
José Manuel Rodríguez Chávez Representante de SPCC
Representante de la Municipalidad Distrital de
Nicolás Saavedra Román
Tapayrihua
Carlos Adolfo Jiménez Carazas Representante del Gobierno Regional de Apurímac

Lo que la minera Southern


Copper Corporation
oculta: “Tiaparo: 11 años
de silencio y división”
Tuvo que transcurrir más de once años para que los comuneros de Tiaparo, comunidad
campesina ubicada en el distrito de Pocohuanca, en Aymaraes, comprendan que su
territorio ocupado ancestralmente será devorado por la mina de cobre y molibdeno que
pronto será explotada, si ellos – los comuneros – se lo permiten.
Once años que la empresa Southern Copper Corporation, de capitales mexicanos, en vez
de generar el desarrollo fomentando el fortalecimiento productivo o capacitando a los
campesinos para que estén en mejores condiciones de enfrentar en forma compartida las
riquezas generadas por la extracción del mineral: ha sembrado la discordia, el enfrentamiento y
la división entre hermanos comuneros.
El territorio de Pocohuanca donde se encuentra la comunidad campesina de Tiaparo está
concesionado en un 80.5%, convirtiéndolo en el cuarto distrito a nivel regional después de su
vecina Tapayrihua (90.4%). Encabezan la lista el distrito de El Oro (99.3%) y Pachaconas
(86.8%), ambos ubicados en Antabamba.
Lo más anecdótico de esta historia de silencios y manipulaciones, fue cuando el actual
presidente de la comunidad, Demetrio Peña Machacca, recién tomó conocimiento que la
totalidad del territorio que representa, estaba concesionado a favor de Southern Copper
Corporation.
Durante todo ese tiempo, la quinta empresa más poderosa del mundo, propietaria del proyecto
minero “Los Chankas” no ha construido una sola obra que exprese la voluntad de
impulsar el cambio y se diferencie de la ausencia crónica del Estado. Tampoco ha sido
capaz de construir la carretera que una a la comunidad con el resto de la región, a pesar de ser
una antigua demanda local.
Sin embargo, utilizan las vitrinas que el gobierno les facilita para anunciar que en el 2013,
iniciarán actividades extractivas con una producción de 80 mil toneladas anuales y una inversión
de 1,200 millones de dólares. En su discurso, las propuestas para el fortalecimiento y desarrollo
de la organización campesina simplemente no existen.

Los “ingenieros” de la mina han trabajado para que las 250 familias de Tiaparo y anexos
estén aisladas y no se relacionen con el resto de comunidades con el objetivo de
facilitarles la disgregación y extinción de la comunidad. Esos señores, utilizan a los
jóvenes tiapareños para endulzarlos con el cuento del falso desarrollo.
Claro, en una zona donde el trabajo escasea, ganar 20 soles diarios levantando piedras, pintando
carteles o hacerles el amén a los “ingenieros”, es una oportunidad que no se puede dejar pasar.
Southern Copper Corporation, aprovechándose de su poder económico, compró y compra
conciencias de autoridades, continua alquilando funcionarios y persigue a dirigentes
comuneros que han levantado su voz de protesta.

El dirigente Lucas Serrano, pronto será sentenciado y de seguro que la justicia -ciega y muda
pero con una billetera muy grande- inclinará la balanza al todopoderoso nuevo amo del país.
Para negociar y comprar tierras a bajos precios, persuaden a pequeños grupos de comuneros
con el propósito de reunirse a puertas cerradas, fuera de sus tierras, los ceban como pavos y
encima le regalan baratijas adquiridas en Gamarra (Lima) con la finalidad de convencerlos. El fin
justifica los medios para estos señores, sacando ventaja del hablar bonito, los cuentos chinos y
los elogios de oropel.
O sino, que lo digan los comuneros de Quisque que han sido engañados y manipulados,
regalando sus tierras a cambio de nada. Rompieron un acuerdo para negociar en forma
conjunta, porque la ambición personal les hizo perder la perspectiva; aunque en el anexo de Flor
de Huarancca, los pobladores les han negado el ingreso a explorar en sus territorios comunales
porque primero tendrán que negociar. La idea no les gustó a los señores de la empresa.
Sin duda, esa nueva minería que dicen los de Southern Copper respetar, mantiene las
mismas prácticas de la minería del siglo pasado, nada ha cambiado bajo el cielo de
Apurimac.
El “zorro de arriba y el zorro de abajo” del escritor apurimeño José María Arguedas, continua tan
vigente como su propia muerte.
El 19 de julio pasado, la Comunidad Campesina de Tiaparo conjuntamente con la Municipalidad
Distrital de Pocohuanca y con el apoyo de la Mesa de Minería y Desarrollo Regional de Apurimac,
organizaron el I Foro: Impactos y beneficios de la minería en Tiaparo.
Al encuentro asistieron, la totalidad de instituciones invitadas así como comuneros de los distintos
anexos de Tiaparo y Tapayrihua, y dirigentes de otras localidades ubicadas en la cuenca del río
Antabamba. La reunión por su carácter informativa, fue un éxito total.
Muchos campesinos, recién entendieron porque los funcionarios de la empresa nunca
decían las cosas claras, hablaban a media voz y mandaban a sus “trabajadores” a romper
las asambleas cuando les resultaban adversas. Esta vez no pudieron.
Cabe precisar que la empresa Southern Copper Corporation fue invitada al encuentro pero
a pesar de ello no asistió. La razón de su ausencia se debió porque el tiempo que le dieron
para su exposición era muy corto (40 minutos). Los señores de la mina querían como mínimo 3
horas.
Tiaparo, donde se encuentra el campamento del proyecto “Los Chankas” y uno de los
yacimientos de cobre más grandes de la región Apurimac, no está en contra de la actividad
minera. Lo que quieren sus pobladores es una negociación justa y razonable. No van a
regalar sus tierras, como tampoco van ha permitir que los sigan manipulando y
enfrentando para hacer prevalecer sus intereses empresariales.
*Nota de redacción Marcona Protesta:
Este artículo fue enviado a nuestra redacción por Paul Pilco Dorregaray, un defensor del
derecho de las comunidades campesinas, a las que Southern Peru o Grupo México a
empezado afectar… Y pensar que la “promoción” del proyecto de cobre “Los Chankas” en la
región Apurimac, es parte de la “propuesta de crecimiento económico” del actual gobierno
alanista… ¿Y el desarrollo humano?…¿Y el mediomabiente?…¿Y los derechos comunales
protegidos por el Convenio 169 d ela ONU?…

Historia de tres comunidades


afectadas por la minería de
Apurímac
En el editorial anterior señalamos que se viene en el país un nuevo boom minero, con
énfasis en la sierra sur peruana (Ayacucho y Apurímac, además de Arequipa), lo cual
implicará una serie de impactos socioambientales, que difícilmente serán todos positivos, a
contracorriente del discurso oficial y empresarial.
Uno de los protagonistas de ese boom es la empresa Southern Copper Corporation-SCC
(antes Southern Perú Copper Corporation), perteneciente al Grupo México. Dicha minera
tiene, en realidad, una larga historia en el Perú, habiendo sido creada en 1952 como
subsidiaria del consorcio estadounidense ASARCO, que tenía el 52% de las acciones,
siendo los otros socios Phelps Dodge Overseas Capital Corporation (16%), Marmon Group
Inc (20.7%) y Newmont Mining Corporation (10.7%).

Si bien el nombre de la SCC sonó en los últimos meses en los medios nacionales y otras
esferas públicas y privadas a causa del conflicto social, consulta vecina incluida, que
despertó su proyecto Tía María en el distrito de Cocachacra, provincia de Islay, región de
Arequipa, su historia está indesligablemente unida a sus operaciones mineras en Cuajone
(Moquegua) y Toquepala (Tacna), así como metalúrgicas en Ilo (Moquegua). Sin embargo,
en los últimos 15 años la SCC ha ido dejando un legado no menos polémico también en el
distrito de Tapairihua, provincia de Aymaraes, Apurímac, a raíz de su proyecto Los
Chancas.

Proyecto de exploración que desde 1996 viene generando una serie de impactos en el
anexo de Quichque y las comunidades vecinas de Tapairihua y Tiaparo. En principio, la
empresa construyó carreteras de acceso, destruyendo tierras de cultivo y debilitando los
suelos, lo cual provocó, durante las lluvias, derrumbes y deslizamientos que sepultaron al
colegio primario, la capilla y viviendas de pobladores de Quichque. Ante los daños sufridos
a su infraestructura, los pobladores del anexo le pidieron a la empresa una compensación,
obteniendo sólo ofrecimientos de parte de aquella. Otro elemento de conflicto es que la
empresa sólo empleaba a unos pocos lugareños, a los que hacía trabajar 12 horas, sin
pagarles el salario completo, según denuncias locales.

En agosto del 2000, la empresa respondió negándose a indemnizar a Quichque por los
daños, ofreciendo que le restituiría el agua recién en noviembre, pues esta era muy
necesaria para su proyecto. A fines de setiembre, representantes de Quichque le informan
a la empresa que sólo negociarían una compensación económica con ella por separado de
las comunidades de Tapairihua y Tiaparo, con las que tenían un antiguo juicio de linderos.
Entonces, la Asociación Centro Unión de Quichque, ubicada en Lima, pidió a la empresa, a
nombre de su comunidad, lo siguiente: un pago global por daños de 500,000 dólares; la
suspensión del proyecto minero Oso 4; la restitución del agua potable y de regadío del
anexo, reparando o construyendo un nuevo reservorio; la interrupción de cualquier ruta de
comunicación del asiento minero con el distrito de Tapairihua y el retiro del proceso judicial
iniciado contra el representante de Quichque.

El Ministerio de Energía y Minas (MEM) informó en setiembre del 2000 al Congreso de la


República que carecía de información respecto a si la construcción de la carretera
Huayllao-Quichque “que efectúa una empresa minera en Apurímac con fines de
exploración y explotación de minerales, viene causando daños ecológicos” (Oficio No 434-
2000-EM-SG-ST). Y acusó recibo de la carta del 25 de octubre de los dirigentes de la
comunidad sobre su conflicto con la empresa minera. A fines de octubre del 2000,
representantes de la comunidad se dirigen al director general de minería del MEM para
denunciar los daños y abusos sufridos por parte de la empresa.

Agregaron que ésta no les presentó un Estudio de Impacto Ambiental respecto al


yacimiento en cuestión, que la carretera construida no contaba con la autorización
correspondiente y que el verdadero titular del yacimiento no es una persona natural, como
se consigna en el petitorio, sino la minera. Un representante comunal tramitó en febrero
del 2001 la certificación por parte del destacamento de seguridad policial del Puente
Antarumi-Aymaraes de los efectos adversos de la construcción de la carretera hacia la
zona del proyecto minero, ocurridos en mayo del 2000. Poco después, representantes de
la comunidad en Lima exigieron ante el MEM, el Ministerio de la Mujer y Promoción del
Desarrollo, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Agricultura el inmediato retiro de la
empresa de las tierras de la comunidad.
Por su parte, también en febrero, la presidenta de la comunidad de Tiaparo le escribió al
coordinador regional del CORECAMI-Apurímac para denunciar las irregularidades
cometidas en su zona por la empresa minera Southern Perú Cooper Corporation “Los
Chancas de Apurímac”, afectando en especial a sus anexos Quichque y Flor de
Huarancca.

Precisó que la empresa instaló motobombas en los puquiales para llevar agua a las
maquinarias de perforación, contaminando el agua que riega los pastos naturales, lo que
causó la muerte de animales. Agregó que la empresa pretendía comprar a su antojo las
tierras de los pobladores, bajo amenaza de acogerse a la Ley de servidumbre. El 12 de
marzo del 2001, el alcalde de Tapairihua, solicitó ante el Juzgado Mixto de Abancay una
medida cautelar que disponga la suspensión de los trabajos de exploración minera de la
Southern en la zona del Huipani. Pidió eso “en tanto se resuelva el proceso de cancelación
de la concesión e indemnización por daños y perjuicios y el cobro de frutos civiles que
pretende interponer en forma y plazo de ley”. El 3 de abril se dictó la medida cautelar
excepcional solicitada.

Sin embargo, un hecho que alteró por entonces la marcha de las cosas fue la extraña
muerte de una comunera, durante la gresca entre las dos comunidades del 10 de abril, en
la zona de Cruz Ccasa. Esa persona era casualmente una de las pocas que se oponía
abiertamente a los abusos de la minera. Por si fuera poco, ambas comunidades se
culparon entre sí de haber iniciado la agresión a la otra. La minera, según pobladores de
Tiaparo, le habría proporcionado “hombres y conductores” a los de Tapairihua, a los que
dejó pasar en vehículos por su control policial. Las autoridades de Tiaparo también se
dirigieron al prefecto de Apurímac para pedirle garantías personales y comunales a favor
de los tiaparinos, acusando a los de Tapairihua de querer invadir sus tierras, en el contexto
de un juicio de linderos. Por su parte, ese mismo mes, el presidente de Tapairihua le
comunicó a la Asociación de Residentes Tapairihuinos de Lima que ellos actuaron a fin de
recuperar una cosecha de papas robada por los de Tiaparo, cuya respuesta fue el ataque
con piedras y balas.

Este año, algunos hechos actualizaron los hechos relatados arriba. En primer lugar, el 17
de enero Tapairihua convocó a un paro de 24 horas, acatado por todos los pueblos de la
cuenca media y baja del río Antabamba, obligando a la empresa a dialogar con las
autoridades y dirigentes comunales. Sin embargo, en marzo, justo cuando Tiaparo y
Tapairihua trataban de resolver sus antiguas diferencias y enfrentar juntas a la minera, la
justicia apurimeña resolvió el derecho de posesión de tierras a favor de Tiaparo, reviviendo
las viejas rencillas entre ambos pueblos. Debido a que Tapairihua apeló, actualmente el
caso está en la Corte Suprema. Por ello, no fue aprovechada la publicación, en abril, de un
estudio de calidad hídrica efectuado por la Dirección de Ecología y Protección Ambiental
de la Dirección Regional de Salud de Apurímac. Estudio que halló metales como hierro,
cobre, plomo y cadmio en los principales afluentes y cuerpos de agua de las comunidades
de Tiaparo y Tapairihua, contiguos a la zona del proyecto Los Chancas.

Más bien, la empresa modificó su estrategia de relacionamiento comunitario, con un nuevo


equipo de profesionales, que tienen ascendencia en la zona por haber sido funcionarios de
la desaparecida Corporación de Desarrollo (CORDE). Por último, a principios de mes, a
través de algunos medios capitalinos, se conoció que la SCC terminará el estudio de
factibilidad o viabilidad para su proyecto de cobre y molibdeno Los Chancas a principios de
2011, y que desarrollarlo representará una inversión de 1,200 millones de dólares, estando
programado su inicio en el 2013. Sin olvidar que el año pasado la empresa anunció que
está evaluando dos proyectos de centrales hidroeléctricas, uno en Arequipa y otro en
Apurímac. De modo que mientras las comunidades afectadas se enfrentan entre sí, la
empresa sigue avanzando, con estrategias y metas claras, además de un entorno político
regional favorable, tras la victoria del nuevo presidente regional, Elías Segovia, un hombre
proveniente del círculo fujimorista. Esperemos que la Mesa de Minería y Desarrollo
Regional de Apurimac, a través de su intervención empoderante en la zona, logre revertir
paulatinamente la división intercomunal.

Raúl Chacón Pagán, con la colaboración de Paul Pilco

Absuelven a comuneros que


encabezaron paro contra
minera Southern Perú
Fueron acusados por bloquear vía que conduce a campamento
durante protestas el 2013

El Juzgado Mixto de Aymaraes absolvió en primera instancia a seis


comuneros del distrito de Tapairihua acusados de haber bloqueado la
vía que conduce al campamento del proyecto minero “Los Chancas”
de la empresa Southern Perú años atrás.

Esteban Zamalloa, Arístides Apolino Quispe, Jorge Tapia,


Filomena Soria, Santos Pérez y Waldimiro Humpire fueron
acusados por el delito de entorpecimiento al normal
funcionamiento del transporte durante el paro comunal
convocado el 29 y 30 de abril del 2013.

Inicialmente fueron once los acusados por este delito, sin embargo, a
medida que las investigaciones avanzaban solo quedaron seis de ellos
por definir su situación legal.

En su momento el Ministerio Público solicitó cuatro años de pena


privativa de libertad y al pago de una reparación civil de 6 mil soles en
forma solidaria.

Se conoció que la razón de peso de esta absolución fue porque


durante las diligencias policiales no se contó con presencia del
fiscal y tampoco se presentó pruebas a lo largo del proceso que
acrediten la participación de los comuneros en el bloqueo de la
vía vecinal.

Desde hace 20 años Southern Perú mantiene un dilatado


enfrentamiento con la comunidad de Tapairihua por derechos
territoriales y sociales, además de mantener distancias con su vecina
Tiaparo.

En los últimos años se produjeron algunos acercamientos entre la


empresa y comunidad de Tapairihua sin mucho éxito, aunque
últimamente a través de una mesa de diálogo promovida por la
municipalidad se han restablecido las conversaciones.

Problemas con la Southern Perú


Otros de los conflictos sociambientales, registrado por la Defensoría del Pueblo
son causados por la empresa minera Southern Perú Copper Corporation.
La comunidad campesinad de Tiaparo, del distrito de Pocohuanca, provincia de
Aymará, teme por la contaminación ambiental de la empresa minera Southern.
Además, exigen información a la empresa sobre las actividades de exploración
minera que vienen realizando en sus territorios.
De igual modo, pobladores de la Comunidad Campesina de Tapayrihua
rechazan la actividad minera realizada por la empresa Southern, porque no
contaría con el acuerdo de uso de terrenos comunales y se oponen al uso
irracional del agua para el proyecto minero Los Chankas.

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