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VALE LA PENA EL ESFUERZO

Entonces Job respondió al Señor: Reconozco que


todo lo puedes, y que ningún plan tuyo puede ser
frustrado. Tú preguntaste: ¿Quién es ese que
oscurece el consejo sin ciencia? Es verdad, yo
hablé de lo que no entendía, cosas tan
maravillosas, que no las puedo comprender. Tú
dijiste: Yo te preguntaré, y tú me responderás. De
oídas te había conocido. Pero ahora mis ojos te
ven. Job 42:2-5

Cierta tarde, un hombre esperaba solo en su auto


mientras su esposa, estaba haciendo copas. Para
“matar el tiempo” tomó una caja de cereales de una
bolsa de supermercado y comenzó a comer mientras
escuchaba la radio. Entonces unos pensamientos
científicos que estaban impresos en la parte de atrás de
la caja de cereal le llamaron la atención. El panel de
atrás contenía una foto de la tierra y, en la distancia, la
luna y las estrellas. Las instrucciones decían: “Para ver
!
la imagen dentro de la imagen, mantenga los ojos fijos
en la foto y mírenla fijamente hasta que la figura oculta
emerja y la otra figura se disuelva en el fondo. Para
obtener mejores resultados, coloque el centro de la
figura en su nariz y aleje lentamente la caja”. Probó esta
instrucción durante 20 minutos y no vio nada. De
pronto escuchó risas, y mirando hacia el costado, vio a
unos niños en una camioneta estacionada al lado
apuntándolo con el dedo. Ignorando a los niños,
continuó mirando a la caja, y luego después de unos 45
minutos, la imagen dentro de la foto emergió. Cuanto
más tiempo le dedicas a mirar imágenes en 3-D, mejor
te sale. Quizá descubrir la voluntad de Dios también se
trata de aprender a ver, aprender a mirar con cuidado y
obedecer lo que ya está enfrente de ti mientras esperas
pacientemente que el plan de Dios emerja. Job lo dijo
muy bien luego de su dura prueba con Dios. ¿Cómo
mantenernos en la ruta de la fe aunque no
comprendamos del todo el plan exacto que Dios
tiene para nuestras vidas? ¿A qué conclusión llegó
Job en medio de su prueba?

Yo sé que mi Redentor vive, y que al fin se


levantará sobre la tierra. Y después, revestido de
mi piel, estando en mi cuerpo, veré a Dios. ¡Yo
mismo lo veré! ¡Mis propios ojos, y no otro!
¡Cómo lo anhela mi corazón dentro de mí! Job
19:25-27

Entonces su esposa le dijo: ¿Aún mantienes tu


integridad? Maldice a Dios, y muérete”. El replicó:
Has hablado como suele hablar una fatua
cualquiera. Recibimos el bien de Dios, ¿y no
recibimos el mal? En todo esto Job no pecó ni
aun con sus labios. Job 2: 9-10

Si hay algo que podemos decir en el tema de la


búsqueda de la voluntad de Dios para nuestras vidas
es que: Dios no está escondiendo su plan. No está
disfrazando su voluntad para nuestra vida; no hay
ningún juego en marcha. Dios ha extendido su mano
durante siglos, y muchos se han tomado de ella al
caminar. Pero aunque Dios no está jugando un juego, sí
nos guía por sus propias reglas, y a veces los caminos
por donde nos guía no son caminos que nosotros
elegiríamos. Si en este momento hay personas que nos
escuchan las cuales han confiado en su propio camino,
les incentivamos a intentar poner su vida entera en la
mano de Dios, porque él si tiene una voluntad con
respecto a cómo desea que vivamos. En el libro el
Deseado de todas las gentes, la autora Elena White
escribió: “Dios no conduce nunca a sus hijos de otra
manera que la que ellos elegirían si pudiesen ver el fin
desde el principio, y discernir la gloria del propósito que
están cumpliendo como colaboradores suyos”.
Pregúntale a esas personas que están en el crepúsculo
de su vida y que han encontrado la voluntad de Dios y
han caminado paso a paso con él, si se arrepienten de
haberlo hecho. En la vida podemos arrepentirnos de
muchas cosas, pero aquellos que han sido guiados por
la mano de Jesús saben que la voluntad de Dios es
buena. ¿Cuál es la petición sincera de las personas
que caminan en intimidad con Dios?

Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, en la tierra


como en el cielo. Mateo 6:10

En el Nuevo Testamento, con frecuencia representa el


termino “el mundo” representa a la la multitud impía,
ajena a Dios y hostil a él, o a los asuntos del mundo
que alejan a Dios. El apóstol Juan como escritor bíblico
usa kósmos mas de 100 veces en sus escritos y más
que ningún otro autor del NT. En la mayoría de los
casos presenta al mundo como ajeno y hostil a Dios y
en oposición a su reino. Y teniendo esto en mente–
¿Cuál es la realidad de aquel que pide que se haga la
voluntad de Dios en su vida?

Y el mundo y sus deseos se pasan. En cambio, el


que hace la voluntad de Dios, permanece para
siempre. 1 Juan 2:17

Los verdaderos creyentes en Dios se esfuerzan en


hacer la voluntad del Señor; verdaderamente anhelan
complacerlo, al igual que una novia enamorada de su
novio. Y está escrito: Pero sin fe es imposible agradar a
Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan. ” Heb. 11: 6. Ha llegado el tiempo cuando
hemos de esperar abundantes bendiciones del Señor.
Debemos ascender a una norma más elevada en lo que
concierne a la fe. Tenemos demasiada poca fe. La
Palabra de Dios es nuestra garantía. Debemos recibirla
creyendo con sencillez cada palabra. Con esta
seguridad podemos pedir cosas grandes, y se nos
concederán según sea nuestra fe… La obra de la fe
significa más de lo que nos imaginamos. Significa una
confianza genuina en la Palabra de Dios tal como es.
Por nuestras acciones debemos mostrar que creemos
que Dios hará lo que ha dicho. Las ruedas de la
naturaleza y de la providencia no pueden retroceder ni
estarse quietas. Debemos tener una fe progresiva y
eficaz, una fe que obre por amor y purifique el alma de
todo vestigio de egoísmo… Ahora bien, las preguntas
obvias que surgen son éstas: ¿Qué pasa si no deseo
hacer la voluntad de Dios? ¿Qué pasa si no deseo
agradarlo? ¿Qué pasa si sus mandamientos son
considerados una carga porque van en contra de mi
inclinación o mis gustos? Si nuestra inclinación no es
hacer la voluntad de Dios, ¿qué debiéramos de hacer?
¿Qué promesa deberíamos pedir?

Y les daré un corazón para que conozcan que yo


soy el Señor. Y serán mi pueblo, y yo seré su
Dios, porque se volverán a mí de todo su
corazón. Jeremías 24:7

Pero el hombre natural no percibe las cosas del


Espíritu de Dios, porque le son necedad; y no las
puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente. En cambio, el hombre espiritual
discierne todas las cosas, y él no es enjuiciado
por nadie. 1 Corintios 2:14-15

En la importante búsqueda de la voluntad de Dios para


nuestra vida, nunca debiéramos buscar ser obedientes
sólo exteriormente, porque lo que necesitamos no es la
obediencia externa sino el gozo de la obediencia. ¿Y
cómo se obtiene esto? Al igual que todas las otras
cosas en la vida de fe, pidiéndolas a nuestro Salvador
Jesús. Lo que descubriremos cuando pidamos este
gozo en Cristo es que el Señor nos elevará hasta ese
gozo. Y este gozo se convertirá , como dice la Biblia en
tu fortaleza ( Nehemías 8:10) Entonces descubriremos
que ya no necesitamos obligarnos a hacer la voluntad
del Señor; por el contrario, cumplir sus mandatos
llegará a ser nuestra comida y bebida. Se transformará
en aquello que nos nutre y sostiene, y no pensaremos
en dejar de involucrarnos en los planes que Dios tiene
para nuestra vida, así como no dejarías de comer o
beber. También encontraremos reposo en hacer la
voluntad de Dios, y este reposo será el más dulce que
hayas conocido, un descanso que continuamente
refresca y renueva.

Aquel que fielmente obedece los mandamientos de


Dios, está permanentemente deleitándose en la bendita
voluntad de Dios. Puede efectivamente hacer cosas
que el mundo consideraría duras o arduas, pero se
siente motivado a hacerlas. Está movido por el mismo
poder de la Omnipotencia, y no pensaría en dejar de
hacer la voluntad del Señor, así como no pensaría en
dejar de salvar a su amado cónyuge o a un hijo de la
embestida de un tren… Considera por un momento a
un hombre que se encuentra en la encrucijada de tener
que salvar a su amada esposa ( o hijo) de la embestida
de un tren. Tal persona puede efectivamente tener que
esforzarse. Tal vez tenga que extremar el esfuerzo. Tal
vez hasta tenga que arriesgar su propia vida. Sin
embargo, cuando un acontecimiento tal ocurre, no se
detiene a medir las consecuencias; por el contrario,
simplemente responde ante las circunstancias con
determinación y energía. Cuando Cristo reina en ti por
la fe, responderás a los impulsos divinos de la misma
manera.

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