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Tradición Marxista
Guía 2
Se identifica como la vía de escape ante la crisis de acumulación feudal con la cual se
expropian los medios de subsistencia de los cuales dependían los campesinos europeos
como base de su sistema de organización social, también se aumentan las rentas y se
incrementan los impuestos por parte del Estado, lo que obliga a la venta de éstas. Este
proceso trae consigo una profunda fragmentación social, desaparece la vida comunal de los
campesinos, y da paso a la transformación del trabajo en una actividad estrictamente
individual de la cual nacería un sector obrero sumamente desposeido. Es lo que se conoce
como el proceso de acumulación originaria y parte de la expropiación de trabajo muerto:
bienes robados; y trabajo vivo: seres humanos, ambos conseguidos por medios violentos
físicos –guerra- y simbólicos –religiosos-.
Las tierras comunes representaban para la mujer un espacio en el que, si bien no estaban
exentas de cierto nivel de exclusión, sí tenían cierto grado de desenvolvimiento y
socialización que no dependía exclusivamente de la perspectiva masculina. El proceso de
acumulación originaria provocó que la mujer se ubicara en un segundo plano que la excluía
de las ocupaciones asalariadas y le arrebataba tareas y labores que en algún momento
habían sido de su dominio. Su poder político decreció y se les asumió como seres
predestinados a satisfacer las necesidades masculinas (ama de casa), del Estado y del
capital (procreación “forzada”). Las sanciones sociales y jurídicas aplicadas a las mujeres
que no correspondieran a estas “obligaciones” serían penadas fuertemente como con las
llamadas cacerías de brujas. La expropiación de tierras trae consigo un proceso degradación
social de la mujer.
¿Qué consecuencias trajo para las mujeres la separación entre la producción y la
reproducción?