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Libro Nuevos Medios, Nueva Comunicación

¿Por qué los jóvenes no leen periódicos? Análisis y propuestas


Profª. Dra. Dña. Sonia Parratt
Universidad Complutense de Madrid
Madrid, España
Curriculum Vitae
Sonia Parratt es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco
y tiene el Doctorado Europeo en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela.
Ha trabajado como periodista en prensa, televisión y gabinetes de comunicación
especializados en medio ambiente antes de dedicarse a la docencia universitaria.
Actualmente imparte asignaturas del perfil de redacción periodística en la Universidad
Complutense de Madrid y desarrolla su actividad investigadora en torno a los medios de
comunicación impresos, géneros periodísticos, periodismo y literatura, prensa gratuita y
periodismo ambiental.

ABSTRACT
Antes se pensaba que los adolescentes empezarían a leer periódicos a medida que aumentasen
su edad y su nivel educativo, una idea apoyada por estudios realizados en diversos países que
han demostrado la existencia de una correlación entre los índices de lectura de prensa y el
nivel de educación. Pero los jóvenes de hoy están más formados que nunca y sin embargo no
parece que estar al día de la actualidad esté dentro de sus prioridades. Prueba de ello es que las
estadísticas no indican que, al menos en el mundo occidental, los jóvenes vayan reemplazando
a los lectores mayores como sería de esperar. 1
Esta comunicación recoge algunas de las conclusiones de una investigación surgida de la
preocupación por el bajo consumo de diarios de información general por parte de los
universitarios. Este hecho, sumado a su escaso interés por la lectura en general, lleva a
preguntarse quién leerá periódicos en el futuro, ya que los jóvenes que cursan estudios
universitarios, es decir, los futuros ciudadanos adultos formados, son, al menos teóricamente,
los principales compradores potenciales de prensa en las próximas décadas.
Basado en encuestas realizadas a estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid, el
estudio tiene entre como principales objetivos conocer el lugar que ocupa la prensa dentro de
los hábitos de lectura de los estudiantes y los motivos del citado desinterés, así como
establecer algunas propuestas de cambios por parte de la prensa para atraer a este colectivo.

ABSTRACT
Years ago it was thought that teenagers would start reading paper dailies as they got older
and more educated, an idea supported by studies carried out in several countries which prove
that there is a correlation between newspaper readership and level of education. But although
today’s youngsters are better educated than ever, being up to date in current affairs does not
seem to be among their priorities. A prove of this is that statistics do not show that
youngsters are taking older reader’s place as it would be expected.
This paper shows some conclusions of a research originated from the concern for the low
dailies readership by university students. This fact, added to their scarce interest in reading in
general, leads to wonder who will read dailies in the future, as university students, that is to
say, future adult citizens, should be, at least in theory, the main newspaper buyers in the next
decades. Based on surveys given out to students from the University Complutense of
Madrid, the study aims to know what is the place of the press among the reading habits of
students, and the reasons for the lack of interest mentioned before, as well as to make some
proposals of changes the press could do to attract this collective.

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PALABRAS CLAVE
Universitarios; prensa de papel; índices de lectura; educación

KEY WORDS
University students; paper press; readership; education

Grupo temático 6: (X)


Comunicación y Educación, Nuevas Tecnologías, Medios de Comunicación y Procesos de
Enseñanza y Aprendizaje, Internet y Formación.

1. Introducción
Antes se pensaba que los adolescentes empezarían a leer periódicos de papel a partir de cierto
momento pero las estadísticas no indican que los lectores mayores estén siendo reemplazados
por los jóvenes. Pero aun en el caso de que se consiga atraer hacia la lectura de diarios
tradicionales a la juventud, esta nunca será como las generaciones anteriores porque sus
expectativas y sus hábitos han cambiado definitivamente. David Mindich, autor del libro Tuned
Out: Why Americans Under 40 Don't Follow the News (Oxford University Press, 2004),
concluyó recientemente en una entrevista que los jóvenes de hoy “son tan atentos, inteligentes -
y yo diría que formados- como siempre. Lo que ha cambiado es que la gente joven ya no ve la 2
necesidad de estar al día”.
Sin embargo, también es cierto que durante muchas décadas los medios tradicionales “han
forjado un tejido de intereses con el poder político y los anunciantes, y esa dependencia ha
creado agendas que a veces se oponen a los intereses del público" (Martínez, 2005). En este
sentido, un estudio realizado en Estados Unidos por Danny Schechter (“Are we reaching da
Young”, Nieman Reports, Winter 2003, pp. 12-13) planteaba la posibilidad de que quizás el
rechazo de los jóvenes hacia los diarios esté relacionado con el rechazo de esta hacia ellos. Y lo
hacía partiendo de la convicción de que la mayoría de las noticias que publican los periódicos se
refieren a gente mayor, personas con poder y políticos, criminales y perdedores o bien víctimas
sociales de todo tipo de desgracias, todos ellos personajes ajenos al mundo que a los jóvenes les
es más próximo. El Readership Institute de la Northwestern University (2005, p. 11) llevó a
cabo dos investigaciones con 340 jóvenes adultos utilizando el diario estadounidense Star
Tribune para saber de qué manera podían los periódicos reinventarse para captar el interés de
estos jóvenes. Una de las conclusiones a las que llegó es que este segmento de la población
buscaba en la prensa sentir que atiende a sus intereses, y no necesariamente la inclusión de más
entretenimiento, deportes o noticias ligeras, además de obtener información de utilidad y hacer
que el periódico sea de fácil acceso (Curley, 2003).
Ahora se hace más necesario que nunca que la prensa tome medidas y para ello el primer paso
es ser consciente de la importancia que pueden llegar a tener los jóvenes porque ellos son los
lectores del futuro. La preocupación por este hecho es cada vez mayor, pero no parece que se
esté haciendo lo suficiente para solucionarlo y se echan en falta análisis que estudien las causas
de este fenómeno para tratar de poner remedio: es necesario conocer la opinión de nuestros
jóvenes y saber no solo a qué se debe su escaso interés por la prensa sino qué es lo que esperan
de ella para así poder ganar su atención.
Los trabajos que se han llevado a cabo en nuestro país relacionados con el análisis de los índices
de lectura han sido varios, pero en ningún caso se centran en el sector de la sociedad que ocupa
la investigación que aquí se presenta, como son los estudiantes universitarios, es decir, los

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futuros ciudadanos adultos formados y, al menos teóricamente, los principales compradores


potenciales de prensa en las próximas décadas. Esta idea viene apoyada por estudios realizados
en diversos países que han demostrado la existencia de una correlación entre los índices de
lectura de prensa y el nivel de educación. Según uno difundido por la Newspaper Association of
America (http://www.newspaperaudience.com) en 2007, los estadounidenses con niveles más
altos de formación también presentan índices de lectura más altos: el índice de lectura entre
quienes no finalizaron el bachillerato era del 35,6% y el 40,6% en días laborables y fines de
semana respectivamente, mientras que en titulados universitarios era del 55,6% y el 64,2%.

2. Objeto de estudio
Partiendo de la idea de que en los jóvenes formados están los futuros lectores de periódicos, el
trabajo que aquí se presenta persigue los siguientes objetivos:
I. Trazar un mapa del consumo que este sector de la población hace de los medios de
comunicación con fines informativos y observar dónde se sitúa en dicho mapa la prensa de
papel (diarios de pago de información general). Esto lleva a plantearse dos cuestiones: si el
tan aclamado auge de Internet entre los jóvenes se produce no solo para comunicarse y para
el entretenimiento, sino también para informarse sobre la actualidad (entendida como lectura
de noticias) y redundando en un menor interés por los periódicos impresos; y si el ritmo de
vida actual repercute realmente en la preferencia por medios de consumo rápido en
detrimento de la prensa tradicional, lo cual se confirmaría si se constata que los jóvenes leen
más prensa los fines de semana que los días laborables.
II. Conocer el tiempo que dedican los universitarios a la lectura en soportes de papel y ver el
lugar que ocupan los periódicos de pago dentro de dicho tiempo para comprobar si el bajo
interés por estos guarda relación con un desinterés por la lectura en general.
III. Conocer cuáles son las secciones de los diarios que más valoran, así como los motivos de
3
su desinterés por la prensa de papel, es decir, saber si aparte de los contenidos hay factores
que influyen, como el precio, el formato o la falta de credibilidad.
IV. Establecer algunas propuestas de medidas a tomar por parte de la prensa para atraer a los
universitarios tomando como punto de partida el conocimiento de los cambios que serían
más valorados por este colectivo.

3. Metodología
En cuanto a la metodología utilizada para el estudio, se recurrió a la encuesta como método
fundamental de observación directa de un aspecto de la realidad social (las actitudes de los
universitarios hacia la prensa), cuya muestra en este caso estuvo formada por estudiantes de la
Universidad Complutense de Madrid. Previamente se utilizó otra técnica, la del grupo de
discusión, compuesto por seis universitarios de los cuales tres eran estudiantes de Periodismo,
uno de Estudios de Asia Oriental, otro de Arquitectura y otro de Ingeniería, de distintas edades
y con distintos hábitos de consumo de prensa. Los resultados de dicho grupo, que transcurrió de
manera libre con algunas preguntas por parte de la coordinadora, sirvieron para perfilar mejor
los contenidos de las encuestas.
Los cuestionarios se repartieron a estudiantes de entre 18 y 24 años matriculados en la
Universidad Complutense, que se escogió por ser la que cuenta con un mayor número de
matriculados de la geografía española (en el curso 2006/2007 había un total de 58.576
matriculados, cifra que en 2008/2009 ascendió a 86.159), con la única excepción de la UNED.
De las 25 licenciaturas que ofrecen estudios de primer y segundo ciclo de cinco años (se
eliminaron los 358 alumnos matriculados en 6º de Medicina y los 1.251 del curso de adaptación
para que existiera un equilibrio de edades), se buscó la equidad y se seleccionaron 10 que
cubriesen las cuatro áreas en que se distribuyen todas las licenciaturas: Ciencias Experimentales
y Enseñanzas Técnicas (Matemáticas y Biología), Humanidades (Filología Hispánica, Historia y
Bellas Artes), Ciencias de la Salud (Farmacia y Medicina) y Ciencias Sociales y
Jurídicas (Derecho, Economía, y Periodismo). Tanto la elección de licenciaturas como la

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inclusión en el cuestionario de variables como la edad o el sexo de los encuestados se hicieron


con el fin de poder examinar, una vez obtenidos los datos finales, si existían diferencias entre
los distintos grupos. En este artículo, y debido a las limitaciones espaciales, se analizan dichas
diferencias cuando son especialmente significativas.
Para definir el nivel de confianza deseado de un 95,5% con un margen de error de un ±5%, y
considerando que el universo constituye una población finita de 58.576 individuos, se concluyó
que era necesario analizar una muestra de 398 encuestas1, cerca de 40 por cada una de las 10
titulaciones seleccionadas. El cuestionario original se sometió a prueba en un grupo de 10
estudiantes seleccionados al azar y se modificó ligeramente después de que éstos señalasen
algunas carencias e inexactitudes en sus variables. Una vez distribuido entre todos los jóvenes,
los resultados se obtuvieron mediante el uso del programa informático SPSS, herramienta básica
de análisis estadístico especialmente útil para técnicas de investigación como la encuesta
(Humanes, 2005).
4. Resultados más significativos

4.1. Consumo de medios de comunicación2


Uno de los objetivos que se persiguen es conocer el consumo que hacen los universitarios de los
medios de comunicación con fines informativos y la situación en que se encuentran los diarios
de pago de información general dentro de dicho consumo. Para ello se preguntó a los
encuestados por el tiempo que dedican a informarse por televisión, radio, Internet y prensa,
tanto los días laborables como los fines de semana.
Los resultados indican que a pesar del auge que ha experimentado la Red en los últimos años
entre las generaciones jóvenes, la televisión sigue siendo el medio preferido por los estudiantes
para informarse sobre la actualidad, con una media de casi una hora diaria. Le sigue Internet con 4
poco más de media hora diaria, tiempo que en principio podría parecer escaso teniendo en
cuenta el citado auge y datos ofrecidos por la Newspaper Association of America, según los
cuales habría aumentado un 9% el acceso a versiones online de periódicos por parte de jóvenes
de entre 18 y 24 años (Burns, 2006). Esto lleva a pensar que quizás el interés de los jóvenes
españoles por Internet se dirige más a otro tipo de usos (como el entretenimiento, la
comunicación, o la búsqueda de otro tipo de información, entre otros) que a la lectura de
noticias por la que se preguntó en la encuesta. La radio se queda con media hora diaria de su
tiempo y la prensa ni siquiera llega a los 30 minutos (fig. 1).
Los estudiantes dedican más tiempo los días laborables a informarse por televisión y radio,
mientras que los fines de semana prefieren hacerlo por Internet o a través de la prensa. Pero las
diferencias entre días laborables y fines de semana son escasas: en el caso de la televisión e
Internet son ligeramente superiores (10% en ambos casos) que en la radio y la prensa (4% y 2%
respectivamente). De este último dato se deduce que la mayor disponibilidad de tiempo los fines
de semana no parece ser un factor tan decisivo para leer más prensa como cabría esperar (fig. 2).

4.2. Dedicación a la lectura3


Con el fin de analizar el grado de interés de los jóvenes por la prensa y descubrir posibles
diferencias en función de las características de los encuestados, se cruzaron los datos obtenidos
de la dedicación a lectura de periódicos con los referidos a la edad. Los resultados señalan que
los jóvenes de 18 años invierten una media de 21 minutos diarios en leer el periódico, tiempo
que va subiendo ligeramente en las siguientes franjas de edad hasta llegar a los 40 minutos de

1
Según modelo de GARCÍA DE CORTÁZAR, Marisa et al. (1992). Estadística aplicada a las Ciencias Sociales. Ejercicios
prácticos. Madrid: Cuadernos de la UNED, p. 32.
2
Algunos resultados que se muestran en este apartado aparecen publicados en Parratt Fernández, Sonia: “Consumo de medios de
comunicación y actitudes hacia la prensa por parte de los universitarios”, Zer, vol. 15, núm. 28, 2010, pp. 133-149.
3
Algunos resultados que se muestran en este apartado aparecen publicados en Parratt Fernández, Sonia: “Consumo de medios de
comunicación y actitudes hacia la prensa por parte de los universitarios”, Zer, vol. 15, núm. 28, 2010, pp. 133-149.

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los de 24 años (fig. 3). Esta circunstancia podría verse como un indicativo esperanzador de que
el interés por las noticias va creciendo con la edad.
Por otra parte, se preguntó a los encuestados por el tiempo que dedican a leer prensa, revistas,
libros de entretenimiento y material de estudio, con una doble intención: conocer el tiempo que
invierten en la lectura en soporte papel y ver el lugar que ocupan los periódicos dentro de esta
tarea para comprobar si el bajo interés por ellos podría estar vinculado al desinterés por la
lectura en general. Los resultados revelan que los universitarios dedican una media diaria de
casi dos horas (111 minutos) a la lectura de material de estudio, mientras que los libros de
entretenimiento ocupan algo más de media hora (39 minutos), seguidos en tercer lugar por casi
media hora (29 minutos) dedicada a leer el periódico y, finalmente, 10 minutos a las revistas
(fig. 4).
Estos datos indican que leen sobre todo material de estudio, como era de esperar dada su
condición de estudiantes. Cuando optan por una lectura más ociosa eligen como primera
elección libros de entretenimiento y prensa, mientras que apenas leen revistas, probablemente
debido en parte a su bajo poder adquisitivo. Estas cifras apenas varían de los días laborables a
los fines de semana, lo cual permite afirmar que dedican muy poco tiempo a la lectura como
actividad para el tiempo libre. De hecho, el que invierten en leer periódicos, que como se ha
visto antes es bastante inferior al de otros medios de comunicación, difiere poco del dedicado a
libros de entretenimiento, de lo que se deduce que existe un claro desinterés por la lectura en
general y no solo por los diarios.

4.3. Valoración de los contenidos


El análisis que se hace a continuación se refiere a cómo valoran los estudiantes los contenidos
de la prensa. Dada la magnitud de la muestra, nos limitamos a hacer una valoración general
obviando las diferencias por sexo, edad y licenciaturas, así como algunos resultados poco
5
significativos. Esto es lo que se desprende (fig. 5):
- Las noticias de economía interesan poco a los jóvenes: casi la mitad (44,5%) declara no tener
ningún interés por ella y a mayor interés menor número de respuestas.
- La información política suscita un interés medio: las cifras más altas referidas a la política se
reparten entre “bastante” (29,3%) y “algo” (24,3%) de interés. El resto de las respuestas se
reparten casi a partes iguales entre “bastante”, “mucho” y “nada”.
- El interés por las noticias de sociedad es alto si se tiene en cuenta que un 37% y un 28%
declaran tener bastante y algo de interés por ellas respectivamente.
- La información cultural es la preferida por los universitarios, ya que le corresponden los
porcentajes más altos en las respuestas de “mucho” (20,3%) y “bastante” (39,3%) interés.
- Los deportes reparten sus porcentajes de manera bastante equilibrada entre los diferentes
grados de interés, aunque se percibe que a menor interés mayor porcentaje de respuesta, que
en el caso de “nada” alcanza el 33,3%. Esto choca con el hecho de que los periódicos
deportivos están a la cabeza en ventas, lo que hace pensar que quienes leen prensa de
información general lo hacen mayoritariamente por sus otros contenidos, mientras que
quienes tienen gran interés por los deportes optan por leer prensa deportiva.
- Las páginas de opinión suscitan un interés desigual en los universitarios, de lo que se
desprende un interés medio.
- Las cartas al director son sin duda las que menos interés suscitan, ya que la mitad de los
encuestados (49%) no tiene ningún interés por ellas y a mayor interés menor porcentaje de
respuesta.

4.4. Motivos del desinterés


Otra de las interrogantes que se planteó se refiere a los motivos de la falta de interés por la
prensa. Los resultados (fig. 6) indican que para el 40% la principal causa de desinterés es la
convicción de que los contenidos de los periódicos están excesivamente politizados y carecen de
objetividad, un hecho que se suma a las advertencias que se están lanzando desde diversos

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frentes a los responsables de los medios de comunicación sobre la necesidad de ser más
imparciales si desean recuperar la credibilidad perdida.
La falta de tiempo, motivo alegado por un 33%, parece una consecuencia directa del ritmo de
vida cada vez más acelerado que llevan los jóvenes. Pero también cabe plantearse que quizás
prefieran dedicar sus ratos libres a otros medios de comunicación que les resultan más
atractivos, teniendo en cuenta que un 12,5% cree que los periódicos deberían contener más
información que sea de interés para la juventud.
El hecho de que un 14% de los estudiantes declare que su principal razón para no leer prensa es
el precio, parece comprensible dado el bajo poder adquisitivo de este colectivo, y también
podría explicar en gran medida el éxito que está teniendo la prensa gratuita entre ellos. Sin
embargo, la necesidad de más profundidad y explicación de los acontecimientos figura como
uno de los cambios en la prensa que los encuestados valorarían más, algo que aparentemente se
contradice con la supuesta preferencia de los jóvenes por formatos más visuales y de lectura
rápida propios de los gratuitos. Esto hace pensar que ambos tipos de prensa no son
necesariamente incompatibles para los universitarios, sino que la de pago tendría la función de
complementar a la gratuita. Tampoco parece que el éxito que está teniendo entre los jóvenes la
prensa deportiva suponga una competencia para la de información general. Un 33,3% de los
universitarios declara que no tiene interés por la sección de deportes de los diarios generalistas,
de lo que se desprende que quienes leen prensa de información general lo hacen
mayoritariamente por sus otros contenidos, mientras que los que tienen un interés especial por
los deportes optan por leer prensa deportiva.

5. Conclusiones
Las cifras hablan por sí mismas: los índices de lectura de prensa se están reduciendo y lo hacen
de manera especialmente significativa entre los lectores más jóvenes. El consumo de medios por
6
parte de este sector de la población difiere mucho del de generaciones anteriores y es de prever
que seguirá por ese camino en las generaciones futuras, cuyo acceso a la información de
actualidad estará cada vez más mediatizado por las innovaciones tecnológicas. Pero aunque las
alternativas del ciudadano para obtener información son mucho más amplias que hace una
década, el periódico tradicional de papel ayuda a dar sentido y profundidad a las imágenes y la
información que llegan a toda prisa desde la pantalla del televisor.
En el libro Tendencias’06. Medios de Comunicación. El año de la televisión se señalan algunas
actuaciones prioritarias que la prensa española debería emprender si desea mantenerse como un
sector próspero durante la próxima década, entre las que figura “recuperar los niveles de
difusión alcanzados a mediados de los noventa. Esto pasa por ofrecer un producto que, sin
devaluar la calidad de los contenidos, atraiga a grupos de lectores hasta ahora poco o nada
interesados en la prensa diaria, especialmente a los jóvenes” (Calderón, 2006, p. 75). Para ello
es fundamental conocer sus opiniones respecto a este medio, es decir, tener en cuenta los
resultados de investigaciones como la que aquí se presenta y extraer de ellos algunas propuestas:
- Asumir que tanto Internet como la falta de tiempo obligan más que nunca a la prensa de
papel a compartir el espacio mediático.
- Los estudiantes apenas dedican más tiempo a la lectura de libros que a la prensa. De hecho,
un porcentaje mínimo de ellos adquirieron el hábito de leer el periódico en el hogar familiar
y en el colegio, lo que lleva a concluir que podría hacerse mucho más desde dos ámbitos
para incentivar la lectura. Durante la presentación del Libro Blanco de la Prensa Diaria
2008, los editores de diarios pidieron a los poderes públicos y agentes sociales la puesta en
marcha de un plan específico para fomentar la lectura escolar de prensa
(www.aede.es/documentos/notaprensa2008.doc). A este respecto señala Calderón (2006, pp.
73-74) que el sistema educativo español contempla como obligatorio el seguimiento
continuado de los medios de comunicación en clase, así como su manejo por parte de los
alumnos a partir de los diez años, el uso de sus contenidos como material de refuerzo en las
explicaciones del profesor, e incluso, en ciclos superiores, el análisis del discurso

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periodístico y el estudio de los mecanismos de producción de los medios de comunicación.


Son medidas que parecen ser insuficientes, ya que sería deseable familiarizar a los menores
con el periódico hasta el punto de que se genere en ellos el interés necesario para crear
hábitos de lectura que continúen en la edad adulta.
- Abrir más cauces de diálogo con el lector para conocer sus intereses, tanto a través de las
tradicionales cartas al director como mediante el uso de nuevas tecnologías para difundir
encuestas y sondeos. Conocidos sus intereses, como los revelados en este estudio, tomar
medidas como impulsar las secciones más valoradas, como sociedad y cultura. Si esto
entrase en conflicto con los intereses del resto de la audiencia podría estudiarse la posibilidad
de crear una sección propia para jóvenes.
- Otro aspecto que podría mejorarse es la credibilidad, ya que los jóvenes parecen coincidir
con el público en general en la necesidad de contar con una prensa menos politizada y más
objetiva.
- Finalmente, dada la importancia que los estudiantes parecen dar al precio de los periódicos,
cabría la posibilidad de ofrecer a este colectivo un precio especial, una medida que lleva
tiempo llevándose a cabo en universidades norteamericanas como la Pennsylvania State
University, o de forma gratuita durante un tiempo determinado, como hace la Universidad de
Denver.

6. Referencias bibliográficas
Burns, E. (2006, abril). Newspaper sites gain audience. ClickZ. Consultada el 13 de febrero de
2010, http://www.clickz.com/stats/sectors/traffic_patterns/article.php/3596391
Calderón, B. J (2006). Bonanza económica frente a estancamiento de la difusión. En VVAA,
Tendencias’06. Medios de Comunicación. El año de la televisión (p. 75). Madrid: Fundación
Telefónica.
7
Curley, T. (2003). Lessons worth learning about young readers. Nieman Reports, Winter 2003,
16-17.
García de Cortázar, M, Arribas, J. M., Del Val, C. Camarero, L. A., Vallejos, A. F. (1992).
Estadística aplicada a las Ciencias Sociales. Ejercicios prácticos. Madrid: UNED.
Humanes, M. (2005). Herramientas informáticas para el análisis de datos. En R. Berganza y J.
A. Ruiz (Eds.), Investigar en comunicación (pp. 149-176). Madrid: MacGraw Hill.
Libro Blanco de la Prensa Diaria 2008 (2008) www.aede.es/documentos/notaprensa2008.doc
Martínez, T. E. (2005, Noviembre). Los titulares de mañana. La Nación. Consultado el 20 de
enero de 2010, http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=737489
Mindich, D. (2004). Tuned Out: Why Americans Under 40 Don't Follow the News. Oxford:
Oxford University Press.
Parratt, S. (2010). Consumo de medios de comunicación y actitudes hacia la prensa por parte de
los universitarios. Zer, 15 (28), 133-149.
Reinventing the Newspaper for Young Adults. (2005). Consultado el 20 de diciembre de 2009:
http://www.readership.org/experience/startrib_overview.pdf
Schechter, D. (2003). Are we reaching da Young. Nieman Reports, Winter 2003, 12-13.
Newspaper Association of America: http://www.newspaperaudience.com. Consultado el 4 de
diciembre de 2009.

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