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Para discretizar el problema es necesario bajar el orden de la segunda derivada, con el ánimo
de disminuir la exigencia (debilitación) del polinomio de aproximación (reducción del orden).
2.1 Familia de métodos de Newmark En 1959, Newmark presentó una familia de métodos de
integración de un paso, para la solución de problemas dinámicos estructurales (Newmark,
1959). Desde ese entonces, este método se ha empleado para el análisis dinámico de una gran
cantidad de problemas estructurales en ingeniería y se ha modificado, e incluso mejorado, en
muchas investigaciones al respecto (Daniel, 1997; Wood et al., 1981). Para ilustrar el uso de
esta familia de métodos de integración numérica se considera la solución de la ecuación lineal
de equilibrio dinámico:
ESPECTROS ATÓMICOS
Cuando un gas atómico es sometido a una excitación muy potente, como por ejemplo una gran
diferencia de potencial eléctrico entre dos electrodos, esa energía se consume en expeler
electrones de las capas asociadas a los núcleos en el gas.
La luz emitida en este proceso es casi siempre discontinua, con algunas longitudes de onda
permitidas y otras inexistentes, de acuerdo con la naturaleza del gas. Esta discontinuidad se
observa como rayas con longitudes de onda fijas en su espectro de difracción, en lugar de una
iluminación uniforme al cambiar la longitud de onda.
Los experimentos llevados a cabo por Newton sobre el análisis de la luz blanca pusieron de
manifiesto que estaba compuesta por la superposición de un conjunto de colores sucesivos que
van desde el violeta hasta el rojo. Esta gama de los colores del arco iris recibe el nombre de
espectro visible. Con cierta frecuencia el término espectro se toma como sinónimo de gama.
Así el espectro electromagnético constituye la gama o conjunto de radiaciones
electromagnéticas que comprende desde los rayos y hasta las ondas de radio y del cual el
espectro visible es sólo una pequeña fracción.
Espectros de emisión
Cuando un elemento químico en forma gaseosa o de vapor recibe energía, bien por
calentamiento a alta temperatura, bien por una descarga eléctrica de alta tensión, emite luz que
puede ser analizada mediante un espectroscopio.
La aplicación del estudio espectroscópico a la determinación de la composición de las
sustancias (análisis espectro químico) se desarrolló rápidamente. Así se consiguió determinar
la composición de los meteoritos, y analizando por este procedimiento el vapor de agua mineral
se llegó a descubrir la existencia de dos nuevos elementos, el rubidio y el cesio.
Espectros de absorción
Los espectros de emisión se caracterizan por una serie de líneas brillantes; los de absorción, por
el contrario, están formados por una secuencia de líneas oscuras que aparecen sobre el fondo
luminoso del espectro visible. Se producen cuando un haz de luz blanca se hace pasar por una
muestra gaseosa. Si se analiza mediante un espectroscopio el haz de luz que emerge de la
muestra, se observará ese conjunto de líneas oscuras que constituyen el espectro de absorción
de la sustancia considerada. La luz blanca contiene una gama continua de longitudes de onda,
pero sólo unas componentes definidas son sustraídas o absorbidas por los átomos que
constituyen la muestra gaseosa empleada.
La estructura interna del átomo la idea de átomo fue introducida por los filósofos de la antigua
Grecia (en griego a = no, tomos = división) como partícula a la que se llega por sucesivas
divisiones de la materia, pero que es en sí misma indivisible. El químico inglés John Dalton
(1766-1844) la empleó de nuevo para explicar un buen número de resultados experimentales
obtenidos en el estudio de las combinaciones químicas. Una sustancia simple o elemento estaría
formado por átomos iguales entre sí, pero a su vez diferentes de los de otro elemento químico.
Las sustancias compuestas resultarían de la combinación de átomos diferentes. Esta noción de
átomo, que produjo un avance notable en la química del siglo XIX, suponía que como
corpúsculo material el átomo carecía de estructura interna.
Sin embargo, los diferentes acontecimientos de la física de finales de siglo vinieron a señalar la
existencia de partículas aún más pequeñas que los átomos. En 1885 Henry Becquerel (1852-
1908) observó, de un modo fortuito, que unos minerales de uranio emitían radiaciones que eran
capaces de impresionar las placas fotográficas y de electrizar el aire convirtiéndolo en
conductor. Esta propiedad observada inicialmente para las sales de uranio y de torio recibió el
nombre de radiactividad. Este fue uno de los indicios del carácter complejo de los átomos.
Los experimentos de Crookes sobre descargas eléctricas a altas tensiones en tubos conteniendo
gases a una presión reducida habían puesto de manifiesto la existencia de unos rayos que salían
del cátodo o polo negativo del tubo y se dirigían al ánodo o polo positivo, como si se tratara de
partículas cargadas negativamente. Además, estos rayos catódicos eran desviados por el campo
magnético de un imán tal y como había sido observado con anterioridad para las corrientes
eléctricas en las experiencias de electromagnetismo.
Interesado por el fenómeno de la radiactividad, Ernest Rutherford (1871-1937) estudió los rayos
emitidos por los materiales radiactivos, determinó su naturaleza y estableció una clasificación
entre ellos denominándolos rayos α, rayos β y rayos γ. Los rayos α correspondían a partículas
cargadas positivamente, los rayos β eran chorros de electrones y los rayos γ consistían en ondas
electromagnéticas semejantes a la luz, pero mucho más energéticas.
Sus investigaciones sobre las partículas α le llevaron a identificarlas como átomos de helio que
habían perdido sus electrones. Esta idea de relacionar partículas positivas con fracciones de
átomos le permitiría más tarde descubrir el protón como la parte positiva (núcleo) del átomo
más sencillo, el de hidrógeno.
El átomo de Bohr
En 1911 el joven físico danés Niels Bohr se había desplazado a Inglaterra como investigador
visitante, incorporándose finalmente al equipo de Rutherford, en donde tuvo oportunidad de
estudiar de cerca el modelo atómico planetario. Sólo unos años más tarde Bohr propondría un
nuevo modelo que permitía superar las dificultades del anterior y explicaba, con una excelente
precisión, el origen de los espectros atómicos y sus características.
Por aquel entonces los trabajos de Planck y de Einstein, habían introducido en la física la idea
de cuantificación. En los fenómenos relacionados con la absorción o la emisión de radiación
por la materia la energía variaba de una forma discontinua, como a «saltos» o cuantos. Bohr fue
capaz de efectuar la síntesis de ambos esquemas, el modelo planetario de Rutherford y la
cuantificación de la energía de Planck-Einstein, construyendo de este modo su teoría del átomo.
El modelo de Bohr fue desarrollado esencialmente para el átomo más sencillo, el de hidrógeno,
que consta de un protón y un solo electrón. Sobre la base de sus postulados es posible determinar
el radio de las órbitas permitidas, deducir la expresión de la energía que posee el electrón en
ellas y explicar la fórmula de Rydberg de los espectros de líneas.
De acuerdo con el tercer postulado, el movimiento del electrón en una órbita definida debe ser
explicado según la física clásica. Así la fuerza de atracción electrostática que el protón ejerce
sobre el electrón curvará su trayectoria, dando lugar a una aceleración normal an o centrípeta
que, en virtud de la segunda ley de Newton, estará relacionada con la magnitud de la fuerza en
la forma:
𝑉2
𝐹𝑒 = 𝑚𝑒 𝑎𝑛 = 𝑚𝑒 .
𝑟
EFECTO FOTOELÉCTRICO
Cuando un fotón incide sobre un cátodo de material fotosensible, éste emite un electrón con
una energía cinética que depende de la frecuencia del fotón y del material del cátodo. Este
proceso se denomina emisión fotoeléctrica y montando el experimento que se esquematiza en
la siguiente figura es posible estudiarlo.
El efecto fotoeléctrico es una de las formas de interacción entre la radiación y la materia. Según
la teoría cuántica enunciada por Einstein en 1905 sobre este efecto cuando un fotón con energía
hv interactúa con un electrón, el primero impartiría al electrón una energía igual a la que posee.
Este enunciado implica la consideración de la luz como un chorro de partículas cada una con
energía hv. De esta manera el fenómeno no dependería de la intensidad de la luz. o sea que sin
importar la potencia de la fuente lumínica, si los fotones que emite no tienen la energía necesaria
para liberar electrones individualmente, no se observará corriente alguna entre los electrodos.
Si la energía del fotón es mayor que el trabajo necesario para llevar al electrón hasta la superficie
del cátodo, el electrón puede escapar con energía cinética no nula y trasladarse hasta el ánodo.
La energía del electrón satisface:
Donde T es la energía cinética del electrón y φ es el trabajo necesario para llevar el electrón
hasta la superficie del cátodo. Como la energía cinética que adquiere el electrón es proporcional
a la diferencia de potencial entre los dos electrodos, entonces podemos expresar la ecuación (1)
de esta otra forma:
2 2. . Arreglo experimental
En 1913, Niels Bohr ideó un modelo atómico que explica perfectamente los espectros
determinados experimentalmente para ´átomos hidrogenoides. Estos son sistemas formados
solamente por dos cargas, una positiva y una negativa, y ejemplos de ellos son el ´átomo de
hidrogeno, H, los iones He+, Li+2, Be+3,
Postulado I Un átomo hidrogenoide consta de un nucleo central con carga +Ze (donde Z es
el número atómico) y de un electrón de carga −e girando alrededor del núcleo en una ´orbita
circular de radio r con velocidad v constante.
Un electrón que gira alrededor de un núcleo en una ´orbita de radio r y con velocidad v se
encuentra sujeto a la fuerza de atracción electrostática que el núcleo de carga +Ze ejerce sobre
el:
Postulado II
El segundo postulado implica que el momento angular del electrón esta cuantizado, es decir,
que solo puede adquirir determinados valores caracterizados por el número cuántico n. La
ecuación 2 se puede explicar utilizando una simple analogía entre el movimiento de la partícula
y una onda estacionaria montada sobre la ´orbita, como se explica a continuación.
Para que se establezca una onda estacionaria sobre el perímetro 2πr de la órbita circular, ´esta
debe ser tal que quepan un número entero de longitudes de onda:
Si n no fuera un número entero, las posiciones de los nodos cambiarían en cada vuelta y la onda
no sería estacionaria. Aplicando la relación de Broglie a la ec. 3 se tiene que:
Osea:
Resolviendo el sistema formado por las ecuaciones 1 y 2 se pueden obtener expresiones para
las incógnitas rn y vn correspondientes al radio y a la velocidad del electrón cuando ocupa la
´orbita n:
Se observa que la energía total es la mitad de la energía potencial. Esta propiedad, llamada
teorema del virial, es válida para todos los sistemas en los cuales el potencial es una función
homogénea de grado (-1) en las coordenadas.
UNIDADES ATOMICAS