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ELVIRA NARVAJA DE ARNOUX MARIANA DI STEFANO CECILIA PEREIRA co Capitulo 4 % La identificacién del género discursivo 7 Uno de los aspectos que el lector identifica al leer es el génexo discursive al que pertene- ce el texto, La pertenencia a un género es lo que explica casi todo lo que ceurre en un texto:/el modo de plantear el comienzo y el cierre, el temaa tratar, los modos de ineluir la palabra de otros, |, ] registro mas o menos formal, y hasta. labia el léxico empleados, entre otros}, La nocidn de género discursivo, tal conie-ft6 definida por M. Bachtin, identifica una xegu- Igridad en el.uso del lenguaje: este no es azaroso ni esta librado a la voluntad del hablante, y por =" Io tanto no es imprevisible, sino que por el contrario esté pautado por la esfera de la actividad ~~ humana que éste esté desplegando. 7 Bachtin sostiene que “la voluntad discursiva de un hablante se plasma siempre en un género, el cual es producto de una praxis social especifica,”' Para él, las distintas esferas de la actividad humana producen enunciadas relativamente estables, a los que denomina géneros dis- 3 cursivos. Los géneras son infinitas —existen tantos como esferas de la actividad humana—e © 7 = historieas —existen, se transforman o dejan de existir de acuerdo a las transformaciones de la“ © prdctica social en que se sustentan. Son ejemplos de géneros discursivos la crénica periodistica, * el ensayo, la demanda judicial, la publicidad gréfica, 1a exposicién oral didéctica, la nota de divalgacién cientifica, la novela, ete. ‘Los elementos constitutives de los génoros son el tema, la estructura y of estilo, por lo que. el uso de un género determinado impone al hablante restricciones temaiticas, estilisticas y com- posicionales, a las que debe adecuarse para lograr un uso 'eficaz del lenguaje. {Cémo y cuando aprende el hablante las caracteristicas propias de cada género? Las aprende en Ja medida en que se enfrenta con ellos y necesita leerlos y producirlos. Pero mientras hay una gran cantidad de géneros que frecuentamos desde nuestra infancia, que aprendemos esponté- neamente a medida que aprendemos a hablar (como la conversacién familiar, por ejemplo), hay ‘otros que —o bien por su grado de complejidad, 0 bien por la falta de conocimiento y entrena- miento que tenemos en ellos—requieren a voces do una reflexicn y de un aprendizaje guiado. Es ‘el caso de los denominados géneros académicos, que son las produceiones discursivas propias del Ambito universitario (ensayos, articulos cientificas de especializaciénponencias.a congresas, parciales, monografias, informes. entre muchos otros) e El conocimiento de las caracteristicas propias de los géneros académicos es muy ttil para encarar con mayor preparacién las practicas de lectura y escritura universitarias. 1. Lea los siguientes textos e identifique el género diseursivo al que pertenece cada uno: * Ver Bachtin, M, (1997) “Bl problema de los géneros discursivos", en Hstétioa dela creacn verbal, Buonos Aires, ‘Siglo 300, pp. 248-298, 33 34 La Tectura y la escritura en la universidad ‘Texto k: La lucha por el monopotio de la competencia cientifica El campo cientiico come sistema de las rolaciones objativas entre las posiciones adquitidas (en las luchas anteriores) es el lugar (es decir, el espacio de juego) de una lucha de concurrencia, que tiene por apuesta especttica el monopolio de la autoridad cientilica, Inseparablemente definida como capacidac ‘técnica y como poder social, o, si se profiore, el monopolio de la competencia cientifica, entendida en ei sentido de capacidad de hablar y de actuar legitimamente (es decir de manera autorizada y con autori- dad) on materia de ciencia, que esta socialmente reconocida a un agente determinado os observaciones répidas, para descartar malentendidos posibles, En primer lugar, es necessrio culdarse de reduci las relaciones objetivas que son constitutivas del campo al conjunte de las interac- ciones, en el sentido del interaccionismo, es decir, al conjunto de las estrategias que en realidad é! etermina, como veremos mas adelante (cf. Bourdieu, “Une interpretation de la théorie do la réligion selon Max Weber", Archives europsennes de sociologie, 12, 1, 1971, pp. 3-21). Por otra parte, seré rnecesario precisar lo que quiere decir ‘socialmente reconocido": veremos que el grupo que otorga este reconccimianto tiendo siempre @ reducirse mas al conjunto de los sabios, es decir, de los concurren- tes, a medida que se incrementan los recursos cientificos acumulados y, correlativamente, la autono- mia del campo. Decir que el campo es un lugar de luchas, no 98 ¢olamente romper con la imagen pacitica de la comunidad cientifica’ tal como la describe la hagiografia cientifica —y frecuentemente después de ella la sociologia de la ciencia—, e2 decir, con la idea de una suerte de merase ‘que no conoceria, otras leyes que la de la concurrencia pura y perfecta de las ideas, infalbiemente sharcada por la fuerza intrinseca de la idea verdadera, Es, también, recordar que el funcionamientemisio del campo clentifico produce y supone una forma especitica de interés (las précticas cientificas no aparecen como “desinte- resadas' sino por relerencia a intereses diferentes, producidos y exigidos por otros campos). Fragments de Bourdieu, ,,itelecuales, politea y poder, Bs. As,, EUDEBA, 1999, ‘Texto Hh Pensar en el poder Una compilacién de atculos de Pierre Bourdieu donde se replantea el papel de ios intetectuales y do las ciencias scciales on un periodo al que ef soci6logo francés caifica como marcac por la moda y 12 complacencia politicas. Este libro de Pier Bourdieu constituye un manjar, de esos que hay que degustar y saborear poco a poco, Quiza la titima joys del siglo que cerré. Eni recopllacién de Intelectuales, polltica y poder, que ecité Eudeba, estan reunidos desde textos erudites sobre sus conceptos de "campo", “capital simb6iico’ y ‘habitus de clase” —ya cldsicos on las Ciencias sociales y en la sociologia del arte— hasta entrevistas periodisticas, pequefios articuls e inter- venciones politicas en coloquios. Abarcan desde 1971 hasta el posfacio de octubre de 1929. La mayoria de los trabajos resultan dificlles de ubicar para un lector argentino. TTados giran, de una u otra manera, en torno al debate sobre fas figuras asumidas hist6ricamente por los intelectuales y su relacién con la politica y el poder. Una cuestién casi tan antigua como la cultura occidental pero que en la dima década asumio ribetes inécitos, Porque cancelada ya el “compromiso” sartreano —al que Bourdieu critica en este libro— se insfalé no solo en Europa y Estados Unidos sino también en América latina la medorra intelectual, la mansedumbre politica, la ausencia compieta de critica y de cuestionamiento social. Elementas que hasta hace pocos aos habian constituido el alma ‘misma de todo intelectual, casi algo inherente a su condicin de tal ‘Sumamente molesto por esa situacién, Bourdieu ha empleado e! prestigio mundial que gan en et terrano de las ciencias sociales para impugnar esa complacencia con el poder. Fueron muchos los ttulos que dadicé vitimamente a esa faena. (.) En el renglén que atafe a la cultura y la ciencia, Intelectuales, politica y poder complementa et propdsito cuestionader de una época a la que el autor caracteriza como de “restauracién”.(..) Bourdieu

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