Según Ruiz (2004), los residuos sólidos “son los restos de actividades
humanas, considerados por sus generadores como inútiles, indeseables o
desechables, pero que pueden tener utilidad para otras personas” Por su parte, Tchobanglous, Theisen y Vigil (1994) opinan que los residuos sólidos comprenden: Todos los residuos que provienen de actividades de animales y humanas, que normalmente son sólidos y que son desechados como inútiles o súper flojos. Para estos autores, residuo sólido comprende tanto la masa heterogénea de los desechos de la comunidad urbana como la acumulación más homogénea de los residuos agrícolas, industriales y minerales. (p.16) Es importante tomar en cuenta las definiciones anteriores, para poder identificar y clasificar a los residuos, luego de este paso entonces estaremos listos para saber cómo podemos manejarlos y colaborar con el ambiente.
Existen varias formas de caracterizar los residuos sólidos, Almeida y
Camestrini (1989) los clasifican en orgánicos y en inorgánicos. Los primeros pueden ser descompuestos por la acción natural de organismos vivos, mientras que el segundo no puede ser degradado naturalmente. Sin embargo, hay otras clasificaciones (a) por su naturaleza física: seca o mojada, (b) por su composición química: orgánica e inorgánica, (c) por los riesgos potenciales: peligrosos y no peligrosos. (d) por su origen de generación: domicilios, comerciales, industriales, de escuelas, de mercados.
Una vez que se conoce la clasificación de estos residuos el ser humano
debe concienciar las acciones que debe tomar para solventar el problema, las cuales se puede englobar en el contexto de: (a) reducir, consiste en realizar cambios en la conducta cotidiana para generar una menos cantidad de residuos; (b) reutilizar, es darle la máxima utilidad a las cosas sin necesidad de destruirlas o desecharlas y (c) reciclar, es usar el mismo material una y otra vez para transformarlo (industrial o artesanalmente) al mismo producto o uno parecido que pueda volverse a usar. (Ruiz, 2004). Residuo Sólido Un residuo sólido se define como cualquier objeto o material de desecho que se produce tras la fabricación, transformación o utilización de bienes de consumo y que se abandona después de ser utilizado. En síntesis es la basura generada diariamente: papel (libretas, documentos o periódicos); hojas sueltas (flyers); vasos, platos y cubiertos sanitarios; bolsas plásticas; latas o botellas de refrescos; cartones de jugo; desechos de comida y equipos electrónicos. Basura Como basura denominamos a cualquier desperdicio o desecho, residuo o material no deseado o inservible. La palabra proviene del latín vulgar “versūra”, que es la ‘acción de barrer’, que a su vez deriva del verbo verrĕre, que significa ‘barrer’. La basura es generada por el hombre como consecuencia de sus múltiples actividades relacionadas fundamentalmente con la producción y el consumo. Está constituida por todos aquellos residuos o materiales que ya no son aprovechables o que han perdido su utilidad. Dependiendo de su origen, la basura puede clasificarse como doméstica, comercial, industrial, hospitalaria, o resultado de actividades de construcción y demolición, o de exploración espacial. En función de esto, cada tipo de desperdicio requiere una forma de tratamiento especial para su eliminación, disposición o reciclaje, dependiendo de aspectos como su biodegradabilidad, peligrosidad o toxicidad.