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ANTROPOLO~iA l'ILOSÓJilCA "\11)

NOTAS Y COMENTARIOS
En la primera parte se estudia ante todo (cap. 1.0) n Sun
Agustín con lo más típico de su "existencialismo": la no-
ción de mudable, propia de nuestro ser, que lleva a consi-
ANTROPOLOGIA ,FILOSOFICA derar al Inmutable, Dios; luego (cap. 2:°) se estudia a Sa11-
to Tomás.icon su aportación aristotélica al existencialismo:
la noción de potencial, tan propia también de npestro ser,
Acaba de publicar el P. Iturrioz un libro (*) de aparien- y que nos lleva a considerar al Acto Puro; el capítulo 3.° re-
cias sencillas, pero de un contenido muy interesante, en coge y compara de nuevo estos dos elementos, agustiniano y
que se estudia' la filosofía existencial. Puede parecer qui- tomista, para hacer notar que en el fondo' las dos expresio-
zás, a primera vista, que el título de la obra es un poco nes coinciden en descubrir la raíz de la contingencia huma-
rebuscado, y con todo expresa exactamente lo que es, por- na, es decir, la "nada" existencial que aparece en el hambre
que la moderna filosofía existencial (por lo menos tal como considerado en sí mismo, independientemente de Dios.
se encuentra en Heidegger, su representante más caracte- Con esto estamos preparados para entablar el estudio de
rístico) en sus líneas generales parte de las posiciones kan- los existencialistas modernos bajo tres aspectos sucesives
Han as en. cuanto al agnostisismo trascendental (y, por tan- mutuamente enlazados:
to, al tratar del ser se entiende por tal el hambre o lo que 1.'° Fenomenoloqia del contingente (cap. 4Jo)-Heidcg-
aparece en su actividad de conciencia) ; por esto se dice en ger en su fenomenología 'reduce el ser al tiempo (y, por
el título" An tropología"; a esto se reduce esta filosofía. Ade- tanto, a la "nada" cuando desaparezca el tiempo concreto
más, hay que tener presente que esta antropología preten- experimental); Bergson reduce el ser a la duración cam-
de ser "metafísica", como dice la segunda parte del sub- biante; en esto parece coincidir con Heidegger, aun cuando
título, porque Heidegger desarrolla su antropología a base su temporalidad no es "nihilista" (por lo menos en las pala-
del análisis fenomenológico de Husserl. Se dice también en bras explícitas de Bergson), sino "creacionista", y, par tan-
el título "ensayo escolástico" de antropología metafísica, to, su existencialismo es de signo contrario. Heidegger de-
porque lo más original del pensamiento del autor está pre- cía: "el ser es tiempo"; Bergson dice : "el ser es duración".
cisamente en' cotejar los filósofos existencialistas (Kierke- Los dos sistemas (aunque de signo contrario, uno positivo,
gaard, Bergson, Unamuno, Heidegger) con los grandes doc- el' otro negativo) coinciden con todo en notar la profunda
torés del escolasticismo, San Agustín (que tanta riqueza tie- insuficiencia del ser, ya que por "ser" entienden el ser mu-
ne en su estudio del hombre) y Santo Tomás; de este cotejo dable, concreto, que experimentamos en el incesante cam-
deduce el autor cuáles son las concordancias verdaderas eh- bio ,temporal. "¿ Qué hemos de pensar de estas conclusio-
tre estos doctores y los existencíalístas (aun.bajo una ter- nes ?", se pregunta el autor; "¿hemos de rechazarlas de pla-
minología a veces distinta y aun opuesta), cu'áles son las no? ¿Nada hay de verdad en ellas?" (pág. 191). Si por
discrepancias y, finalmente, cómo sería' una verdadera filo- unos instantes prescindimos de lo que niegan en estas filo-
sofía existencial, que sin dej arse llevar por prej uicios cri- , sofías y examinamos sólo que afirman, veremos (nos lo hace
teriológicos-adoptase los elementos aportados por la filoso- ver con maestría el P. lturrioz) que también San Agustín
fía escolástica, según nos los ofrecen sus dos máximos doc- y Santo Tomás hacían notar la profunda "nada" del hom-
tores.· ' ' bre (su profunda "contingencia", diríamos en frase esco-
La obra tiene dos partes: en la primera (ea ps. 1.'0, 2." lástica), con sus grandes concepciones sobre la mutabilidad
y 3.°) se' estudian las ideas de "filosofía existencial" conte- mundana y sobre su potencialidad. "Algunos trozos de
nidas en' San Agustín y Santo Tomás; en ,la segunda (capí- nuestro camino hemos podido recorrerlos 'en amena COl1-
tulos 4.°, 5.10 y 6. se coteja a estos autores con las existen-
Q
) versación con el existencialismo, y tal vez nos hemos com-
cialístas propiamente dichos: Kierkegaard, Bergson, Una- prendido más de lo que esperábamos" (pág. 204), porque
muno, Heidegger. ' de hecho lo que tienen de positivo estos sistemas no era
desconocido para el genio de Aurelio Agustín y para To-
(*) J. ITURRIOZ, S. 1. Bl hombre y S'u ,metat-~a ..'E1t8ayo escolontico de más de Aquino. Pero añade el autor a propósito del cxis-
ani1'opología 1n;etafísica. Estudios Onienses, serie IlI, vol. 1. Madrid, 1943.- tencialísmo moderno: "Ese es el defecto de estas fllosof'ías :
Tu volumen 16 X 25 CIDS., de 312 págs.,
:UH) J. ROIG GIRON¡ELLA, S. l. ANTROPOLOQ'iA F1LOSÓl'lCA 301

t1HIIlhn bien escogido el campo de investigación cuando es- tal cual aparece en Les deux Sourccs, entonces ya se va
cudrtñaban en los cambios del ser. Pero no han sabido apro- al Dios trascendente, es decir, ya dejamos propiamente el
vccharse de los hallazgos logrados; no han sabido remontar mero existencialismo para dar la prioridad al Acto Puro
t'I cerco de la experiencia siguiendo la pista que bajo la sobre la ,potencialidad lemporal del "devenir". Por tanto,
hojarasca se dibujaba precisa. Se han entretenido con las el existencialisrno de Bcrgson, si se toma consecuentemen-
ti pariencias y no han sabido penetrar hasta las interiorida- te con su sistema primitivo, no está muy lejano de la "nada"
(les" (págs. 204-205). Esta conclusión le dará pie para re- como término fmal. El resultado del existencialismo en Hei-
tocar después la filosofía existencial, añadiéndole el com- degger es también trágico: el hombre viene de la nada y
plemento que le falta, y que nos ofrecen San Agustín y va a la nada; y ante este terrible fin lo más heroico, lo de
Santo Tomás: de la consideración del mudable y del po- mejor gusto, seria aceptar con elegancia el estacazo final
tencial no llegan a una "nada" absoluta, ni se quedan en con la sonrisa en los labios, como los gladiadores de anta-
un perpetuo contingente inexplicado e inexplicable; suben ño. Heidegger no tiene más sabiduría ni mejor consuelo
al Inmutable, al Acto Puro. Con estas perspectivas termi- que darnos. Nada digamos de Unamuno, que no sólo cae
na el estudio sobre la fenomenología del contingente. " en el abismo del sentimiento trágico, sino que de él quiere
2." Psicología del contingente (cap. 5.o)-El existencia- hacer el sentido de la vida.
lismo que corno análisis f'enomenológico resuelve 'el ser hu- Fren te a estas metafísicas desarrolla el P. Iturrioz am-
mano en la temporalidad, consecuentemente encuentra la pliamente el sentido de la vida en lo que pudiera llamarse
raíz psicológica de este ser en la "angustia", tanto si ésta "existencialismo escolástico"; para San .Agustin, la vida es
se produce ante la visión de la posibilidad-libertad (Kierke- una "participación" progresiva de Dios; para Santo To-
gaard), como si proviene de la trágica lucha entre la ra- más, todas las cosas tienden "assimilari Deo". "La vida es
zón y el corazón (Unamuno), como si procede de la pers- mucho más luminosa. Est'á mucho más llena de realidad.
pectiva nada tranquilizadora que aguarda al ser temporal, No es un islote en aguas de la nada, ni un oasis en los de-
la nada (Heidegger). En los tres casos la interpretación de siertos estériles y tórridos, sino un continuo caminar de
la angustia es la contingencia: "el ser contingente es ser y , Dios hacia Dios, de la luz a la luz, de lo infinito a lo infi-
no ser, mezcla de nada y todo. En cuanto que no es, tiende nito" (pág. 294). '
a la nada; en cuanto qué es, tiende a ser" (pág. 237). La He aquí en brevísima sin tesis el luminoso pensamiento
"angustia" es, pues, una consecuencia lógica de la existen- del P. Iturrioz sobre la filosofía existencíal. Quizás podría
cia contingente, 'que es "ser", pero "ser imperfecto", "poco censurársele que llevado de su entusiasmo prodiga dema-
ser", que alberga en sí la aspiración a ser más, junta con siado en el texto las citas largas de autores, lo cual dismi-
una gran deficiencia al intentar lograrlo. Aquí también se nuye la fluidez de la lectura (podrían reservarse estos tex-
encuentran en San Agustín unos análisís psicológicos finí- tos para las notas), y que en algunos puntos (tal vez en
simos sobre la angustia que atormentaba su alma, "el va- las síntesis) se podría intentar más el trabajo de integra-
cío del espíritu contingente", como dice el P. Iturrioz. Pero ción de los elementos filosóficos de los sistemas. Pero no me-
en' él esta psicologia no queda truncada, y, por tanto, no rece la pena entretenerse en estas menudencias de crítico
está falseada como en Heidegger o en Unamuno, sino que cuando nos encontramos ante una obra de pensamiento pro-
desemboca finalmente en la quietud de la posesión, que fundo y original, bien documentada, y en la cual se va va-
no tiene nada que ver con la inercia del que no posee nada, lorando desapasionadamente lo bueno que contiene el exis-
y que por esto no aspira a .nada. En una palabra, el exis- tencialismo moderno y se señalan también sus graves defi-
tencialismo sólo es aceptable si termina en Dios. ciencias, junto con el camino que habría que seguir para
3." Metafísica y sentido del ,contingenf'e.-.Esta parte es un perfeccionamiento ulterior. Por esto el mayor defecto d
consecuencia de las anteriores. Para Bergson el sentido del la obra del P. Iturrioz es indudablemente que su autor la
contingente (según la obra l'Euolution Créatrice) habría de llame sólo un "ensayo".
tener un resultado descorazonador, porque vendría a dar
en la nada que aguarda al progresivo desgaste del "élan J. ROIG GIRONELLA, S. 1.
vital" en su desarrollo creador; y si tomamos esta filosofía

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