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El aborto: destrucción del milagro de la vida

En nuestros tiempos es muy común escuchar sobre este tema tan controversial y polémico
dentro de las sociedades a nivel mundial. El aborto no es más que la muerte de un niño o
niña dentro del vientre de la madre por distintas causas, entre ellas está la causa natural en
donde el propio organismo de la mujer lo provoca y la otra causa es la inducida donde se
provoca la muerte del feto para su posterior extracción.

Las causas por las cuales la mujer (muchas de ellas en edad adolescente) se practica un
aborto son diversas, entre ellas podemos nombrar las condiciones socioeconómicas,
violación o incesto, inestabilidad de pareja, mal uso de métodos anticonceptivos, falta de
educación sexual, entre otros.

La mujer puede llegar a padecer los efectos físicos luego del aborto, como por ejemplo el
cáncer, perforación de útero, hemorragias, entre otros.

En Venezuela el aborto es ilegal, excepto cuando se amenace la vida o salud de la mujer.

Según lo establecido en el Código Penal en su artículo N° 85 establece que quien causare


un aborto sin consentimiento de la madre será recluido en una prisión de tres a diez años,
quien lo causare con consentimiento de la madre pagara una condena de uno a cuatro años.
Al mismo tiempo el articulo N° 86 aclara que, esta práctica no es punible si se realiza con
el fin de evitar un peligro para la vida o salud de la madre ó cuando se trate de un embarazo
producto de una violación o incesto.

En la mayoría de países Europeos la práctica del aborto es legal siempre y cuando se realice
con el consentimiento de la mujer hasta cierto periodo de gestación, pero en países de
África, Asia, Latinoamérica, Medio Oriente es totalmente ilegal y está penalizado.

En conclusión el aborto destruye el milagro de la vida, cuando es provocado se está en


presencia de un crimen donde muere un inocente indefenso. La vida humana es sagrada
desde su fecundación y se debe proteger esa vida que Dios nos da ya que todo ser humano
es inocente debe ser protegido antes y después de nacer.

Gary Mata Rodríguez

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