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FORMAS DEL TEÍSMO:

a) Teísmo filosófico
El teísmo filosófico intenta legitimarse desde la razón, no desde la revelación, y
estructura su doctrina en torno a contenidos básicos que adquieren diferentes
matices, pero que incluyen en todo caso estos dos aspectos:
 La creencia en un Dios personal y libre, creador y gobernador del mundo.
 Posibilidad de, supuesta tal creencia, conferir sentido a la vida mediante el
seguimiento de normas éticas racionales, coherentes con las creencias
religiosas. Con el tiempo, el teísmo filosófico va a adquirir un significado
prioritariamente ético, debido sobre todo a la influencia de Kant.
b) Teísmo Religioso:
Presupone por lo general, aunque no siempre ni necesariamente, la revelación, y se
configura por consiguiente desde la convicción de que Dios ha hablado y comunica sus
dones. A partir de aquí el teísmo religioso encuentra su expresión más propia en la
intensificación del sentimiento de religación a Dios y de las vivencias correspondientes
de dependencia por una parte y de unión con la divinidad por otra.
c) Teísmo Cristiano:
Asume las dos anteriores en cuanto que afirma tanto que los contenidos de la
verdadera religión, siendo sobrenaturales, están sin embargo en armonía con la razón,
como que estos contenidos se actualizan en el hombre, muy especialmente mediante
la voluntad y el sentimiento. Pero el teísmo cristiano tiene rasgos específicos como
son, en primer lugar, la conciencia del pecado y de la consiguiente necesidad de
redención la mayor o menor acentuación de este aspecto señala una de las diferencias
entre las dos confesiones, la católica y la protestante; en segundo lugar, la confianza
en la gracia como principio posibilitador de que la acción humana sea
espontáneamente conforme a la voluntad de Dios; en tercer lugar, la creencia en
Cristo como manifestación suprema y absoluta del Padre y como principio, junto con
El, de la acción del Espíritu. Con lo cual, el teísmo cristiano es esencialmente trinitario.

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