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Poder legislativo
El Artículo I de la Constitución asigna todos los poderes legislativos del Estado federal al Congreso, que está
dividido en dos cámaras, el Senado y la Cámara de Representantes. El Senado está compuesto de dos miembros
por cada Estado. Su número de miembros actual es de 100. Los miembros de la Cámara de Representantes están
basados en la población de cada Estado. El total de miembros está fijado por su estatuto en 435. Los miembros de
la Cámara de Representantes y del Senado son elegidos por votación a una sola vuelta (first-past-the-post) en
cada Estado, excepto en Luisiana y Washington, que lo hacen a dos vueltas (runoff).
La Constitución no exige específicamente el establecimiento de Comités del Congreso de los Estados Unidos. No
obstante, a medida que la nación fue creciendo, también lo hizo la necesidad de investigar más profundamente la
legislación pendiente. El 108 Congreso (2003-2004) tenía 19 comités activos en la Cámara de Representantes y 17
en el Senado, además de cuatro comités adjuntos permanentes con miembros de ambas Cámaras supervisando la
Biblioteca del Congreso, la prensa, los impuestos y la economía. Además, cada Cámara puede nombrar, o
seleccionar, comités especiales para el estudio de problemas específicos. Debido al incremento de la carga de
trabajo, los comités establecidos se han distribuido en alrededor de 150 subcomités.
El Congreso tiene la responsabilidad de controlar e influir en aspectos de la rama ejecutiva. La supervisión del
Congreso evita el despilfarro y el fraude, protege las libertades civiles y los derechos individuales, asegura el
cumplimento de la ley por el ejecutivo, rastrea informaciones para formular leyes y educar a la población, y evalúa
la actuación del ejecutivo. Esto se aplica a los departamentos ministeriales, agencias del ejecutivo, comisiones
reguladoras, y a la presidencia. La supervisión del Congreso adopta muchas formas:
Poder ejecutivo
El artículo II de la Constitución establece la rama ejecutiva del Estado, que es en sí misma el gobierno federal del
país.
Presidente y vicepresidente[editar]
Artículo principal: Presidente de los Estados Unidos
El Presidente de los Estados Unidos es a la vez jefe de estado y jefe de gobierno, así como
también comandante en jefe de las fuerzas armadas, y jefe de la diplomacia. La oficina del Presidente de los
Estados Unidos es una de las más poderosas del mundo. El Presidente, como dice la Constitución, debe "tener a
su cuidado el que se cumplan fielmente las leyes." Para llevar a cabo esta responsabilidad, él o ella presiden la
rama ejecutiva del gobierno federal, una extensa organización con 4 millones de funcionarios, incluido el millón del
personal militar en activo. Además el Presidente tiene importantes facultades legislativas y judiciales. Dentro de la
propia rama ejecutiva, el Presidente tiene amplios poderes constitucionales para gestionar asuntos nacionales y los
trabajos del gobierno, y puede emitir órdenes ejecutivas que afecten a políticas internas.
El Presidente puede vetar la legislación promulgada por el Congreso; puede ser censurado por una mayoría de la
Cámara de Representantes y cesado de sus funciones por una mayoría de dos tercios en el Senado por "traición,
cohecho, u otros grandes crímenes o desmanes." El presidente no puede disolver el Congreso ni convocar
elecciones especiales, pero tiene la facultad de indultar a criminales convictos de delitos federales (aunque no de
crímenes contra un Estado), promulgar órdenes ejecutivas, y, con el consentimiento del Senado designar jueces de
la Corte Suprema y jueces federales.
Artículo principal: Vicepresidente de los Estados Unidos
El Vicepresidente de los Estados Unidos es el segundo más alto cargo del ejecutivo del gobierno. Como primero en
la línea de sucesión al Presidente, el Vicepresidente accede a Presidente de los Estados Unidos (lo que ha
sucedido nueve veces) al fallecimiento, dimisión o destitución del Presidente. Su único otro deber constitucional es
servir como Presidente del Senado y desempatar votaciones en esa Cámara, pero, con el transcurso de los años la
oficina del Vicepresidente ha pasado a ser un consejero senior del Presidente.
El cumplimiento del día a día y la administración de leyes federales están en manos de varios departamentos
ejecutivos federales o Secretarías de Estado de Estados Unidos, creados por el Congreso para gestionar áreas
específicas de asuntos nacionales e internacionales. Los jefes de los 15 departamentos, elegidos por el Presidente
y aprobados con el “asesoramiento y consentimiento” del Senado conforman un consejo de asesores generalmente
conocido como el Gabinete del Presidente. Los departamentos son:
Jefe de Gabinete
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
Departamento de Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos.
Departamento de Comercio de los Estados Unidos.
Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Departamento de Educación de los Estados Unidos.
Departamento de Energía de los Estados Unidos.
Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Departamento de Interior de los Estados Unidos.
Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos.
Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Departamento de Trabajo de los Estados Unidos.
Departamento de Transporte de los Estados Unidos.
Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos.
Además de los departamentos, hay un número de organizaciones administrativas, agrupadas en la Oficina
Ejecutiva del Presidente. Incluyen:
Poder Judicial
El artículo III de la Constitución establece las bases para el sistema de tribunales federales: "El poder judicial de los
Estados Unidos radicará en una Corte Suprema, y aquellos tribunales inferiores que el Congreso en el transcurso
del tiempo pueda ordenar y establecer." La judicatura federal se compone de la Corte Suprema de los Estados
Unidos, cuyos nueve jueces son designados con carácter vitalicio por el Presidente y confirmados por el Senado, y
varios "tribunales más bajos o inferiores", entre los cuales están las Cortes de Apelaciones de los Estados Unidos y
los tribunales de distrito.
Con esta guía, el primer Congreso dividió la nación en distritos judiciales y creó tribunales federales para cada
distrito. De este inicio se ha evolucionado a la estructura actual: la Corte Suprema, 13 tribunales de apelación, 94
tribunales de distrito, y dos tribunales de jurisdicción especial. El Congreso sigue reteniendo la facultad para crear o
eliminar tribunales federales, así como para determinar el número de jueces en el sistema judicial federal. No
obstante, no puede abolir la Corte Suprema.
Hay tres niveles de tribunales federales con jurisdicción general, en el sentido de que estos tribunales son
competentes para casos criminales y para procesos legales civiles entre particulares. Los otros tribunales, como los
tribunales de quiebras y el tribunal de impuestos, son tribunales especializados que solo atienden determinados
tipos de casos. Los tribunales de quiebras son ramas de los de distrito, pero técnicamente no son considerados
como para del Artículo III porque sus jueces no son designados para servir mientras observen buena conducta. De
modo similar, el tribunal de impuesto no lo es de los recogidos por el Artículo III.
Los tribunales de distrito de los Estados Unidos, son los "tribunales de juicios" donde los casos quedan registrados
y decididos. Los tribunales de apelación, son tribunales de recurso que oyen los recursos decididos por los
tribunales de distrito, y determinadas apelaciones directas de las agencias administrativas. La Corte Suprema de
los Estados Unidos, atiende apelaciones sobre las decisiones de las sentencias recurridas ante los tribunales de
apelación o sobre los tribunales supremos de un estado (en temas constitucionales) en un muy reducido número de
casos.
El poder judicial se extiende a casos que surgen de la Constitución, actos del Congreso, o tratados de los Estados
Unidos; casos que afectan a embajadores, ministros, y cónsules de países extranjeros en los Estados Unidos;
controversias en las que el gobierno de Estados Unidos es parte; controversias entre estados americanos (o sus
ciudadanos) y naciones extranjeras (o sus ciudadanos o sujetos); y casos de quiebra. La 11ª enmienda anuló la
jurisdicción federal sobre casos en los que ciudadanos de un estado (de EE. UU.) fueran los demandantes y el
gobierno de otro estado (también de EE. UU.) fuera el demandado. Esto no alteraba la jurisdicción federal en casos
en los que el gobierno de un estado (siempre de EE. UU.) fuera el demandante y el ciudadano de otro estado, el
demandado.
Las facultades de los tribunales federales alcanzan a acciones tanto civiles por daños y otros conceptos, como
criminales, sujetas a la ley federal. El artículo III ha dado como resultado un juego completo de relaciones entre los
tribunales de los estados y los federales. Normalmente, los tribunales federales no atienden casos que tienen que
ver con las leyes de un estado. No obstante, algunos casos para los que los tribunales federales tienen jurisdicción
pueden ser también seguidos y decididos por los tribunales del estado.
Por tanto, ambos sistemas de tribunales tienen jurisdicción exclusiva en algunas áreas y jurisdicción concurrente en
otras.
La Constitución salvaguarda la independencia judicial mediante la provisión de que los jueces federales
mantendrán su cargo “mientras observen buen comportamiento”. Normalmente, ostentan el cargo hasta que
fallecen, se retiran o renuncian. Un juez que comete un delito mientras ejerce puede ser censurado en la misma
forma que lo pueden ser el Presidente y otros secretarios del gobierno federal. Los jueces de Estados Unidos son
designados por el Presidente y confirmados por el Senado. Otra provisión constitucional prohíbe que el Congreso
reduzca el sueldo de un juez: el Congreso puede decretar un nuevo salario más bajo que se aplicaría a los jueces a
nombrar en el futuro, pero no aquellos que ya estuvieran en el cargo.
A partir de eso ya no hubo marcha atrás. Los americanos dejaron la resistencia y pasaron a la
revolución.
Para empezar, en Estados Unidos los votos de cada habitante sirven para elegir el candidato que su
estado va a apoyar, ese candidato recibe todos los sufragios electorales de ese estado (excepto
Nebraska y Maine), los cuales se cuentan por el numero de distritos que tiene el estado, +2, que es el
numero de senadores y todos tienen 2, por ejemplo, Kansas tiene solo 4 distritos, +2 de los senadores =
6 sufregios
El candidato que junte la mayoria de los sufragios, o mas de 270 gana la eleccion.
En Nebraska y Maine los sufragios se reparten proporcionalmente entre los candidatos.
Estados Unidos tienen un mecanismo indirecto: lo que cuenta son los votos electorales de cada estado
de la Unión y no el conteo voto por voto de los ciudadanos. el ganador debe reunir cuando menos 270 de
un total de 538 sufragios electorales.