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LA F I i.o S O F lA.

ES PA N O L A -
y la polémica Fo n s e c e-Me n é'nd ez
(1881-82) *)

Menéndez tenía razón. Con los krausistas y afines había


que insistir en la fílosóña más original y menos estudiada,
en da de los 'pensadores independientes. Querían una fiso-
nomía nacional, por lo menos en cuanto los más autónomos
en unión de los aristótélicos nos dieran actitudes en la 'vi-
sión de la vida que afectasen a la peculiaridad del país.
Dentro del mundo'moderno, con las fronteras políticas ya
definidas y celosamente guardadas, la universidad, antes
una y supra-nacional, se diversífíca al ritmo' de las lenguas
vernáculas: y de los tres uuos xíe la Edad Media-una
Cruz, una ESpada, una' Universidad=-, para' los laicos al
menos, queda sólo vla primera,' habiendo' las otras dos ea-
e ducado 'para siempre. \ . ,,' ,
Pues cuando ven ellos, dichos krausistas, que ante los
intentos reivindicatorios surgen voces de "cariñosa díscre-
'1 pancía'v=asi se decía=-, pero de alcances tan reales y po-
e sitivos que' rehuyen la rehabilitación planeada, escamotean
la biblioteca: de fílósofospatríos o le buscan una suplanta-
ción, ne se cuidan de las cátedras y acadeniiás 00 proyec-
),
to, y amontonan reticenciasen-torno a Ios Vives, Pereyra,
n Fox y Huarte, siéntense vencedores.' Puesta lá alternativa
o entre escuelas, una de tipo supra-nacional y "eclesiástico"
1-
y otra laica inexistente si 'se quiere pero realizable y de lí-
~ neas hispánicas, quedaba el ponerse a hacerla' aunque fue-
)-
ra krausísticamente. Es lo que predican desde [os días de
Samz del Río, complaciéndose en ver ciertos individualis-
mos ídealizantes de la gran Mística como parte de la menta-
lidad libre y autóctona que quieren hacer germinar. Sus fra-
ses derrotistas en este sentido van a quedar corroboradas.

*) Continuación (VI) del estudio La Filosofía Bspuñola; S1t OO'/UJep-


to '!I su Valo'I", cf. Números: diciembre (1944), pp. 525 ss.: febrero (1945),
pp. 325 SS.; mayo, pp. 57 ss.; junio, PP. 117 ss; abril (19413), pp. 347 ss.
'¡101 .JOA('l\JIN 111IAI\TE, H. 1.
LA l<ILOSOl'ÍA ESPAÑOLA 445
Soh.·(: todo tras las intervenciones del Padre J. Fonsc-
en (O. P.) que niega a Menéndez la prioridad de los hís- bcr puesto a contrihución, e inmortalizando una obra que
pún icos en el método psicológico e inductivista, tesis que a su vez Ie inmortalizaba 2). El proyecto sin embargo no
hacen suya revistas y diarios de marcada mentalidad ca- madura, Perojo publica una biblioteca de. filósofos mo-
tólica. demos que no pasa del volumen tercero 3). Sin plan fijo
Verdad que los vivistas han exagerado la nota, o como que le sujete, vaga el pollgrafo por monografías sueltas, y
confiesa el propio Menéndez: t "encontrando tirante el arco estudia aquí a Vives, allí a Pereyra, a Lulio, Sánchez, etc,
por una parte, probé a doblarlo por la otra, tal vez con se mete por la historia de las Ideas estéticas, magnífica
exceso"; pero se les podía haber secundado. Yalproclamar contribución a la filosofía en una sección de esta disciplina,
la escolástica los escolastas, dejar proclamar a ~'os lai- y roza también el argumento en sus tres volúmenes sohne
cos su filosofía independiente, para, recogiendo el esfuerzo los Heterodoxos, '
pasado, todo él, aunque sólo fuera bajo el\ simple signo EIP. Zef'erino ysus dignas huestes: los Monescillo, F01~-
geográfico, estudíardo en su conjunto y ver la fisonomía seca, Pidal (primera época al menos), Polo, Pou, <í:omellas,
mental que arrojara. Y si como contenido nada diera, bus- Llanas, Caminero, Rubió y Ors, Isern, Tej ado, Orti y Lara
canla al menos corno actitud, como magnos gestos de pu- --este último con algunas preferencias suarezianas-tie-
gilismo mental Que definieran ante la España de la prime- nen sí fondo tradicional tomista, 'pero, aunque parezca pa-
ra república la España de los Austrias. ¿ Qué peligraba la radoja.éescaso sentido histórico. Están viendo una filosofía
ortodoxia? No podía ser mucho, cuando el P. Zeferino des- española, y no acaban de sacarla a luz' ni de aclarar sus
cribía la posición de los no-escolásticos favoritos de Me- notas, mucho menos de lanzarla al mercado con edíciones
néndez como "una marcha relativamente independiente, y bibltotecas modernas. Ensu noble campaña siéntense vi-
pero conservando el fondo esencial de aa Filosofía escolás- gorizados con Iaerícíclíca "Acterni Patris" (1879); y, a tenor
tico-cristiana, la cual lleva en su seno la 'perennís philo- dell folleto de V. La Fuente: "La Enseñanza Tomística en
sophia' de la humanidad" 1). España" (41 'pp.), repiten 'en discursos y actos académicos
frases triunfales como la de "nuestra tomista España", que
La reacción que sigue a la controversia cristaliza en los evidentemente deja entrever rasgos de la filosofía patria. Lo
siguientes grupos que vamos a ver actuar de manera a ve- que nose Ies'ucurre es elevar la restauración a obras de
ces dura, casi despiadada. perspectiva hispanista con análisis de lo que en la escolás-
En el grupo independiente e hispanizalIlie-más tarde tica .puso' el genio nacional, 'para seguir apropiándola cada
se darán los nombres: Hdnojosa, Gutiérrez, etc.~Menén- vez más,' Un P9cO de '-Í1~rvioyentonacióncomo -de filosofía
dez su jefe sigue indomable, aunque hay frases en sus de la historia- qué hubieran 'sabido dar a sus afirmaciones, y
escritos--Ias recogemos muy pronto-e, que denotan dolo- hubieraupódidó triunfar, enraizado como-estabael tomis-
rosa impresión. En ninguna parte surge la biblioteca. ni la mo 'en el alma de la nación. Pero se contentan con cultivar
academia, ni la cátedra propuestas. Nada de lo que busca la filosofía perenne hasta donde se pueda hablar de estan-
y entiende ser necesario para una rehabilitación, viene a camíeritos también perennes, sin atención apenas a 'esa fina
cuajar ; y Ias campañas que no alcanzan los resultados labor revalorizadora del pasado, bien llamada medievalis-
apetecidos, suélense llamar derrotas. Tiene que ir a Sevi- mo, que tan 'vigorosatapuntaba entonces por Europa. La
lla (febrero de 1878), Y en conversación con A. Fabié, quie- postura estacionaria, miríficamente estacionada, es su
re hacer valer la conveniencia de editar su querida biblio- fuerte; y moviendo dura guerra a los presentes-círmoouos
teca. Cuatro meses después, Perojo, su-contrincante un año algunos de ellos=-, se <cuidan bien de hacer las paces . con
antes, 1e habla de 'la bibliot.eca oue editará él y Menéndez Iosarohjvos ,Y sus preciosos \ffianuscritos y obras' raras.
dirigirá, bilingüe por ser el latín la lengua corriente de La censura que dicho párrafo envuelve-s-y que alcanza
aquellos autores, y haberse de dar sus obras traducidas a la a toda' la escolástica de la Regencia aunque ~pu~temos sólo
vez al castellano. Ilusionado y, casi vencedor, da cuenta de
la oferta a Laverde, el primer autor de la idea. Vese ya
metido en dura y amplia labor, con todo su portentoso
--.•..•..•.--,-- sa- 2) Para los que hemos notado la escasa versión de la labor menen-
deciana, creemos que esta obra, de haberse realizado, hubiera tenido bas-
tante mejor suerte. .
1) Tlistor'Í<¡ (le /", Filos¿fí(t, rr, ]1. 473 (1878). 3) Dos vol. consagrados a Descartes, autor Revílla, y /UllO a Spiuoza,
autor Reus Bahamonde, j eso fué todo!
1í1ll ./OAQlli N IIUAIITI':, ~. 1. LA FILOSOJ'iA ESPAÑOLA

que figura como grupo en nuestro problema, el tomis-


,,' ItI "¡ Qué hay de extraño en que la investigación científl-
/l'JOr1gido-, no va hecha a la ligera. La fundo en las pá- ea fuera un peligroso atrevimiento entre los españoles I
ginus finales de "La Enseñanza Tomística" de La Fuen- Cuando después del Terror., preguntaban a Sieyes en qué
le (1876) y de la Hisi. 'de la Filosofía <del P. :Z\e.ferinO' pensaba, él contestaba: no pienso. ¿ Cómo habían de pen-
(1.n y 2.n ed.), donde uno y otro aducen autores qué. aspiran sar nuestros antepasados en presencia del terror que duró
a poco más que a textos para uso de las escuelas, a ímpug- un siglo? Era absolutamente imposible. No se daba un
nar a Krause, desenmascara!' a Renán o rebatir a Draper, paso, no se enunciaba una novedad en la ciencia, sin que
punto este último en que a favor de un certamen patrocina- la teología presumiendo ser la depositaria de todo el saber
do por uur magnate, se prodigan media docena de preclaros humano, dejara de [anzar terribles anatemas contra los
talentos que se 'conquistan el laurocolectivo <de"los harmo- innovadores. Tal situación, en siglos de:profunda agitación
nistas" 4). Activísima Y. valiente es asimismola labor físcali- religiosa, condenaba inexorablemente el progreso de toda
zadora que desplieganalgunas redacciones de diarios y re- la ciencia de España. .[. ,',]. España murió en brazos de la
vastas, pero la investigación y la constructividad si il10 es nula Inquisición y del despotismo monárquico que- clavó sus
I

es bien escasa 5). Y a salvar la tesis de la filosofía española, garras sobre este suelo al1 advenimiento de una dinastía
j que vengan medíevalistas de fuera 1Son ellos los que ma a- extranj era" 7). '
tienen en alto la bandera de los blasones hispanos 6). Este es el clima en que vive y se .,.desenvuelve la cues-
El tercer grupo, el de los heterodoxos, créese dueño del tión tras la campaña de' Revilla, Salmerón y Perojo, sin
campo y sigue en su actitud iconoclasta cada vez más des- olvidar al mentor hístórioo de todos ellos Modesto La Euen-
aforada. Si es que no empieza, se consuma por entonces el te. Nos lo dice-mejor que nadie eIlpropio Menéndez 'al de-
gesto de los intelectuales que, al revés de los literatos y en dicar a Valera sus comentarios de la "Antoríiana ~arga-
particular de los dramaturgos, se niegan a eslabonarse con rita" (1878),' qué empiezan con esta oonfesión: "Pasa por
el ·pasado por creerlo inexistente. En consecuencia vuelven- atrevimiento nefando toda palabra de paz y de justicia
se al futuro y con futurismos por demás exacerbados: por- hacia, la antigua España". Y líneas, más abajo tiene que
que la Controversia, cada vez peor llevada, les va quitan- anotar.idolorído que en su labor reivindicadora le han re-
do dudas sobre la realidad de una ciencia española, Em- cibido con silbidos y alharacas, 'por 10 que se acoge a la
piezan a .despreocuparse totalmente del pretéritoy de su sombra. de Valera, "respetado y bien quisto de todas las
mentalidad "eclesiástica", y tan lejos llevan su audacia banderías". Continúa la carta fuera de todo ambiente po-
que, en Una .revista de París, retando a Menéndez, anun- lemista, con un análisis de las ideas de Pereyra en favor
ciará uno de ellos en titulares insultantes: "Miseria filosó- de la' experiencia interna y del método psicológico, udtra
fica española". Ya iremos puntualizando más estos grupos de unautO'matismo de los brutos que anteriormente a Des-
y extremos. cartes fué afirmado por el médico metimnense. Ello con
otras "menudencias" más sobre las "especies inteligible s"
Escribe M. Pedregal en las postrimerías mismas dei pri- que también rechaza, y modos de conocer que se apartan
mer acto de la Controversia y bajoel asendereado rótulo de los del -sistema escolástico, van a hacer sentir al 'polí-
de Estudios sobre Ie.l Engrandecimiento y Decadencia de grafo todas las angustias de una guerra en doble frente,
España (1878) : el del tomismo rígido y el del progresismo desatenta do. He
aquí sus incidencias:
4) Queda corroborado lo de dichos autores con los finales de los He-
terodotcos de Menéndez, también de este período (1882). y ae la Hiet, de El 6.de marzo de 1881 es una fecha gloriosa para Me-
la Filosofía de J. de Castro, una decena de años posterior. La magnífica
labor extranjera que reseÍí.ltlMenéndez en Ids comienzos 00 su Discurso "De
néndez. Lo que tanto ha deseado, ser académico de la
los Orígenes 001 Cniticísmo' ,(1891). es nueva confirmación de lo mismo. I R. Academia Española, se ha cumplido 8). Tiene veinticua-
5) La Hist.de la UnlÍ'OOI'sidadde G1¡a~w4a.por Montells es de 1870: tro años, y en posesión de la silla L, ocupada antes por
de 1884-97 la Hist. de las Universidades Espafiolas de la Fuente, y en 1886
empieza la ed. de Lull por Rosselló (J.). Tres obras que reputarán algu-
nos como de la investigación qme aquí se busca, y que aun podrán tener 7) p. 48-9.
otras más a su lado. 8) Le había escrito a Laverde: "He de confesar a usted, iiC\á ¡lara
6) Se replicará que la injuria de los, tiempos tampoco permitía más. 'inter nos', que tengo ciertos deseos de que me hagan académico ('01'1'OspO\)-
Véase sin embargo la cantidad de polémica que se derrochaba entonces por diente de la Lengua, a pesar de lo desdichadamente que la manejo, "Alta
revistas y perlórñcos. ]l0tis', dirá usted".
R .1()¡\QlflN HUAllTI':, S. r. LA FILOSOFíA ESPAÑOLA I!l!)

l lurtzenbusch, está disertando sobre "La Poesía Mística en redujo a menudo polvo las especies inteligihles y la hipó-
EHJ)uña". Le contestará ','su dulce Valera", ',En ese discur- tesis de la representación en el conocimiento, levantando
so de bella emoción literaria busca confirmación amplísi- sobre sus ruinas el edificio que Hamilton ha llamado rea-
ma a sus ideas de un pensamiento nacional derramándose lismo natural".
copioso e íntimo por la reflexión psicológica en contra o Aquí está el núcleo de olacuestión, el nuevo punto en Ilti-
en- vez de Ios-afanes sílqgístícos p~ la Escuela.Corno ,otras gio, y origen de la tan enconada polémica Fonseca-Menén-
tantas veces, déjase llevar de sus fervores renacentistas y dez, continuación evidentemente de la que en términos
entona himnos a aquella generación prendada de los gran': cordiales llevaba el segundo con P1daI. Placerá conocer los
des valores humanos', Es ella la que nos trae la supremacía adjuntos de lugar y tiempo en que se recrudece ahora:
de laríntrospección .sobre los rodeos .del :frío formalismo
extrinsecista 'que 1'0 fiara todo al.ergotizar inútil. . , .. "Con ocasión del Patronato universal que le fuera ad-
'Que-tales expansíonesnpaganizantes .sólo son, gesto y judicado por el sabio Pontífice reinante sobre todas las es-
muy superficial en el neoacadémíco, se dej a entender, ya cuelas del orbe católico" al Angélico Doctor (1879), los
que por esa misma f'echa hacían' acto/de presencia los bra- Pf'. Dominicos del Colegio de Corias (Asturias) le tribu-
víos ultramontanismos del "petit Veuillot't-e-así se le dirá tan un Triduo de íntimos y devotos festejos, en los días
en Pai'ís-i-én los tres tomos de 'los H eterodoxos. (1880~82) , precisamente en que: Menéndez pronuncia su historiado
y'enel' Brindis de' 'las' -flestas calderonianas (30 de mayo, discurso: del 4 al 7 de marzo de 1881. Predica el P. Fon-
1881). A mayor abumdamierito en-cartas a su amigo Pidal seca, regente de estudios y lector de Sagrada Escritura en
tieneexpuesto Menéndez um muy reetosentir sobre la filo- él colegio; y su elocuente sermón con otras piezas litera-
sofía crístiama y escolástica. I ' "
rias, prosa y verso, latín y castellano, pasan a un volumen
El discurso. no obstante, va despertando oleadas de .re- de elegante impresión que lleva título de "Ramillete Espi-
celos, Un pequeño trozo del misma, dice el P. Fonseca. en- ritual", EJn el panegírico hay un párrafo (el antepenúlti-
cierra' "toda una impugnación de la filbsofía en una de las mo) en que se destaca cómo está contenido en el pensa-
cuestiones más trascendentales de la cien cia , "J aunque 'no miento del Aiquinate la solución de cuanto revuelven las'
filosofías modernas 9). Y si me mostráis dice el orador "un
se nombre expresamente a Santo' Tomás en esas líneas,
por no chocar' abiertamente ctm ni
Encíclica, 'ya es dema-
solo principio, un pensamiento, una verdad que no estu-
viese contenida virtualmente y de una manera eminencial
siado sabido, que, siendo' Santo Tomás el -Príncipe ide la
en sus doctrinas trascendentes, os concedo el derecho de
filosofía escolástica ('tanquam in 8110 solio consedisse' Prin-
combatir en 'buena lid sus títulos inmortales al :principado
cípem', dice' la
'~ncíclica), el que atribuye .a Lui,s Viv,es y
glorioso de la ciencia, que sólo puede negarle el que no
demás filósofos del Renacimiento la svpr'erimcia' psícoló-
ha estudiado o comprendido sus obras monumentales y
gica sobre el método ..escolástico, falta (a'la v.erdad hístóri- profundas".
C:;l y usurpa a Santo Tomás una supremacía que le es
propia'". . ' ,: " ' '
;,A qué frases se refiere e} Padre en este; choque, 'algo 9) Pensamiento es éste muy caro a los hombres de la restauracién es-
colástica. Recuérdese el tan repetido párrafo de Pidal (Sto. Tomás de
indirectamente y como p.o,r sorites, de Menéndez con :el Aqu4no): "Cuanto constituya la esencia de la polémica contemporánea en-
Angélico? A éstasdel medio del Discurso, y que no' son las cuentra decisión o respuesta, guía Y dirección, limitaciones o desarrollos en
la doctrina de Sto, Tomás .. ." (p. 175), Y que el mismo Fonseca en su
menos hispanízantes del mismo, Nos las da' acotadas el poema "Sto, Tom,ás de Aquino" nos tiene cantado al ordenar El Eterno la
propio Fonseca: , aparición entre los hombres del Aquinate:
. "Toda la filosofía española del siglo XVI, sobre todo y dije en mi Bondad': "Un genio sea
la no escolástica e independiente, está marcada con el sello Grande, inmenso, profundo,
Que absorba la verdad, que absorba el mundo
del psicologismo, desde que Luis ViVI~S, en su tratado De y las edades todas en su mente.
Anima el Vila, anticipándose a cartesianos y escoceses, Sea un hombre solo, que en su ciencia vea
volvió 'por los fueros de la silenciosa experiencia de cada Cuanto vieron los genios inmortales
De los pasados tiempos, Y en. su frente
cual dentro de sí mismos ('tacitacognitio, .. experientia cu- Puedan leer los siglos venideros
juslíbet intra se ipsum'), de la introspección o reflexión Cuanto de gran(!!e Y de saber precioso
Descubran los mortales '
Cmens in se Ipsam reflexa'), hasta que Gómez Pereyra En la verdad Y en sus eternos fueros",

"
Jr10 ,JOAQuiN lIUAllTE, s. 1. LA FILOSOFíA ESPAÑOLA t151

A lu llumada :3;~que cierra este párrafo, corresponde, rador del pemeamiento, que creó en cierta manera la ñlo-
desde la p. ;)7 a la 74, una Nota de menuda letra, que es sofía católica, al purificar de sus errores la filosofla aris-
lodo un artículo. y va escrito contra Menéndez, que-e-lo he- totélica, que venía imperando en las escuelas más o menos
mos de oír en el transcurso de la contienda-e-llevaba "¡ diez modificada por el pensamiento de Averroes. Este servicio
años de estocadas al tomismo, sin que ningún dominico le trascendental, 'prestado por -el Salomón del siglo XlII a lu
echase el .alto' o le aplastase con los textos del Angélico 1" filosofía cristiana, jamás debiera olvidarlo ningún pensa-
Publicada, queda dicho, en el Florilegio a mediados del dor católico, puesto que todos hemos participado más o
1881, merece ser reproducida en "El Siglo Futuro", agosto menos de tan inmenso beneficio".
de 1882, días 5-9, entre encomios y encarecimientos que lle- Dando de mano a partes muy personalistas de la dispu-
gan a presentada como uma "Defensa de la doctrina de ta, muy frecuentes por desgracia, observaremos sin más
Sto. Tomás", rótulo que ostenta la transcripción, periodís- que son verdades muy vulgares estas de Fonseca sobre la
tica 10). Sin que podamos decir por obra de quién, el he- universalidad de las ideas y de los genios :para decírselas
cho es que, después de turbar la paz de los claustros, des- a Menéndez. La huella del Aquinate por otra parte es vi-
ciende la disputa a la: calle, y con tan audaces modos que sible en el pensamiento nacional; pero puede y debe in-
el autor de los Heterodoxos aparece 'casi convertido. en uno vestigarse dónde termina ella y dónde empieza 10 .de casa;
cualquiera de estas últimos. que el Angélico aquí como en otros países habrá: sido faro
Entrando en materia Fonseca, se queja de quienes sin pero no tope, según frase de Lacordaire. Bien está el hacer
haber estudiado a Sto. Tomás "pronuncian magistralmen- remontar las ciencias y artes a sus principios y a sus ilus-
te, y 'quasi ex tripode', sobre la bondad o no bondad de tres iniciadores; es empresa de la gran crítica sintetista.
sus doctrinas, constituyéndose a sí ,mismos jueces del más Mentes más analíticas y más sagaces gustarán sim embar-
grande de los genios que han señalado su paso por el mun- go de estudiarlas en sus derivaciones y variedades geográ:-
do en toda la 'prolongación de las edades". A los pocos ren- ficas y nacionales, porque, [a verdad, suele haber mucho
glones surge Ia silueta de Menéndez "puesto en frente de de arriesgado 'en esas síntesis, buenas p-ara los bomhásticos
.la palabra del Pontífice", pues ha osado hablar en su dis- eualtecedores de los grandes ídolos a expensas de Ia tota-
curso de filosofías mayores que la de Sto. Tomás. Hay una lidad humana restantevconrvertida para el 'caso en mera
sola y verdadera 'filosofía, repone el dominico; y para el masa amorfa. Prosigue Fonseca:
cristiano, según León XIII, la más sólida, segura y confor- " ... esos mismos españoles que fundaron 'su ;escuela in-
me al magisterio de la Iglesia es la del Aquinate. Sigue dependiente; aun el mismo Ludovico y sus adictos, ¿dón-
disertando Fonseca ; pero de su larga rectificación y duras de bebieron ros, principios de su ciencia en la parte 'sana
reconvenciones nos interesa ahora lo que afecta a nuestro y aceptable de su doctrina filosófica? Su independeñcia
tema, esto es a Menéndez en cuanto hispanizante. Dice así en esta parte se Iimita casi a prescindir de la forma silo-
en el punto concreto: gística; pues, aun en la cuestión del método, hemos dejado
Vives y Pereyra iban precedidos en sus métodos expe- establecido con textos originales que el método de obser-
rimentales por Sto. Tomás, y Vives además debe al Santo vación y el procedimiento psicológico no se debieron ori-
no poco de su filosofía. i Que Vives es español, yel Angé- ginalmente, ni a la escuela cartesiana, ni a la escocesa, ni
lico no! La patria de éste es el mundo, "y su atmósfera aun a la escuela española llamada independiente, sino que
natal el universo. Los genios son de todas partes; pues su lo hallaron practicado y pre-existente algunas centurias
misión providencial no- reconoce fronteras ni en el espacio antes en las obras filosóficas de Sto. Tomás y de su escue-
ni en el tiempo, sobreviviéndose a sí mismos por eternidad la, 'si bien no en escalas tan extensas como en épocas poste-
de eternidades. Desengáñese el Sr. Pelayo; la ciencia es- riores, porque tampoco .]0, exigía la direccióri intelectual
pañola, como toda ciencia digna de este nombre, que se ha que había tomado el pensamiento en la Edad Media, ni lo
cultivado entre los sabios de seis siglos a esta parte, tiene consentía la índole y la naturaleza de las ciencias que fue-
su noble abolengo en los principios de aquel gran resta u- r.on objeto de su estudio y de sus escritos inmortales".

10) La volvió a reproducir "La Ciencia Cristiana" (1882-83), también Menéndez responde al fin-Ja semana que tarda en ha-
011 rótulo injurioso para .Menéndez : "Defensa de la Filosofía Cristiana", cerlo (10-16 agosto), 'se le hostiga sin' piedad, pues habien-
y prenotandos muy vhirtentes. La réplica (fe Menéndez y la eoutra-réplíca
1)(\ '[i'ol\seclI merecieron. nueva reproducción en la Rr-vist'a de Orti " Lara.
do indicado iba a replicar en 'Seguida, se víó impedido ('11
Ir,' .JOAQuiN J\UARTE, S. 1.
45:~
LA FILOSOFÍA ESPAÑOLA
1'1 cum plimieu to de sus propósitos=-: responde, digo, en
olro periódico de lucha y antagónico del 'precedente que finalmente, que, antes de silogizar, era precisó observar
('S "La Unión" (16 agosto, 1882), Y con título de "Contesta- mucho .'con conocimientÚ\ tácito', encerrándose cada cual
ción a un Filósofo Tomista". Nada de sus 'protestas de dentro de sí mismo. De ésta escuela buena o mala, que es
respeto a Sto. Tomás y Ia encíclica "Aeterni Patris" hemos (con vacilaciones e'clécticas) la del gran f~,lóso{o de Valen-
de recoger aquí, aunque habría mucho que aprender y ad- cia (a quien el P. Fonseca llama insolente y grosero 12),
mirar en ellas, inspiradas como están' en santa indepen- sin duda porque no' 'adoraba como dogmas todas las opi-
dencia y noble defensa de la mente, algo en contraste con niones de losperipatéticos, y porque aconsej aha ~l estudio
su contricante que, exegeta más bien, detallista y sin vue- de la naturaleza en sí misma, 'me~or que en Arístóteles y
lo cultural, escribe 'pegado a la letra y a impulsos de un en Sto." Tomás, y es 'de um modo más resuelto la de Gómcz
espíritu simpático como de familia pero bastante angosto. Pereyra, Ia de los escoceses y la (fe los psicólogos irrgleses
Respecto a Ios méritos hispánicos, objeto de nuestro estu- modernos: de esta filosofía, 'en siuna, "de 10 relativo, de lo
dio.. dice así a Fonseca.en tonos. vivos y repeliendo lo que 'condicionado', como la llamaba Hamílton, yo no soy. par-
llama él dura agresión de la Comunidad de Corias 11), tidario ni enemigo ciego". "Pero esta ciencia, que fué la
"El que Sto. Tomás sea también psicólogo, verdad que de Reid, la de Dugald-Stewart Y lá de Hamilton, no tiene
yo no niego, y para demostrarme la cual gasta el P. Fon- precedentes en Sto. Tomás, no puede tenerlos; y los tiene,
seca diez o doce folios muy colmados, ¿,en qué obsta a que por el contrario, evidentes, clarísimos en varios filósofos
lo fuesen también los españoles del siglo XVI? Lo único que españoles e italianos del siglo XVI". "Mi discurso acadé-
digo es que los tratados De Anima constituyen una de las mico nada tenía que 'ver con Sto. 'Tomás. Tuve que expli-
secciones más ricas de nuestra literatura filosófica. Si esto car, de 'paso; el fenómeno de la grande importancia que
es así, como yo lo creo, y lo demostraré cuando sea pre- suelen conceder a la observación interna los místicos a
ciso; si además conviene todo el mundo, así creyentes co- diferencia, vgr., del carácter ontológico a quepropende
mo racionalistas, en que puede sacarse inagotable venero la mística alemana del siglo XIV,'y creí encontrarle en el
de ciencia psicológica de nuestros místicos, bien puedo carácter psicológico que' tienen otras producciones filosó-
afirmar y,o el carácter predominantemente psicológico de
nuestra ciencia del siglo XVI sin incurrir en las iras del
ficas de españoles
. independientes de aquellos días". ,.
P. Fonseca ni de ningún otro idólatra de Sto. Tomás". Fonseca se encuentra ahora con la cuestión tan recor-
Precisado así el alcance de sus afirmaciones, pasa, una tada, que Sto. Tomás no tiene, no puede tener cabida en
página más adelante, a la cuestión, de'! método psicológi- los párrafos del impugnado Discurso, toda vez que el psí-
co como ciencia aparte, lo que daría a .aquéllas una ver- cologismo como aquí se torna es de origen moderno y con-
dad incontestable en la prioridad que se ventila. Dice pues tradice además 'a la filosofía tradicional. Pero como a po-
Menéndez: lemista le bastará probar que tampoco Vives la tiene, y
"La psicología de que yo hablo, y
que aquí no apruebo a ello va el Padre, Los días 14-23 de set. y en "El Siglo
ni repruebo, pero que desde luego me parece incompleta, Futuro" de nuevo, aparece su escrito titulado: "Réplica
existe desde el siglo XVI, con plena y absoluta indepen- de un Filósofo' Tomista a
un Filósofo del Benacímien-
dencia, como ciencia aparte, que comenzó (el P. Fonseca to". Está firmado: "Corias, 11 de septiembre" . Es un do-
lo confiesa) por dar de mano al procedimiento silogístíco, cumento extenso, no menos de 40 columnas de periódi-
y continuó -declarando que la experiencia interna era, no, co 13). Diversas repulsas y reconvenciones forman parte
uno de tantos criterios, sino el único criterio encuestiones de una introducción, larga y "acerba nimis", al ver que
psicológicas; que poco importaba discurrir sobre la esen- Menéndez quiere pasar por víctima en la .ruidosa contien-
cia del alma; cuando no se conocían sus operaciones, y,
12) Fonsoca rechaza esta imputación, diciendo que no hizo más Que
transcribir unas frases de Melchor Cano donde se le dice así a Vives. Dí rri
11) Dicha Comunidad, rej.rcscntada en Sil superior R. P. M. Ugarte, nro- tal vez Menénd'ez que hay modos de trnnscríbir que son un suscribir; mal
testó (22 agosto), en carta que por motivos más (j menos justificables publi- ~~ cierto des~e luego, que una conjetura más o menos objetiva resultant
có la prensa algo después (4 y 5 set.) , de la calumniosa. afirmación de que de la transcripción no da derecho a afirmaciones como la presente.
durante el Triduo se hubieran ocupado para nada de Menéndez, y mucho 13) Se hizo tirada aparte en forma de folleto que hubo do 81~t· lnlly
menos se hubieran entretenido .en "jugarle a las cañas". La Nota 83 te- nnuuctado. No lit) logrudo vorlo. 'rampo!,:!) el otro Iíbro, complementnrío dl'¡
\ill\ PII('S carácter de apéndice en el "Ramillete". JIl'Nlcn1c follcto, ClUO annncínhn FO,lIHr('1'I n Mcn ('11 (kv., y qnr lH'ohllhll'lol'IIL
lIi ll •./{ú n publíenrao.
JOAQviN llUAR'l'E, S. l. LA FILOSOFÍA ESPAÑOLA ;).

duo A continuación discute eJ punto del psícologismo para Pues bien-continúa el Padre-; dada la inteligenctu
continuar largo y tendido con las especies inteligibles, con natural y estrictamente exegética de sus palabras textuu-
la naturaleza de la mística y una defensa de Donoso Cor- les, yo debía combatidas sosteniendo que esos fueros de lu
tés tildado de "escéptico tradicionalista". Límitándonos a conciencia psicológica y de la: mente refleja ('mens rcf'le-
nuestro campo que es el ,psicologismo, replica el Padre: xa') que nuestro joven filósofo supone violados u olvida-
"Es cierto que considera el polemista en su discurso y dos rpor la filosofía escolástica (representada en todo tiem-
en varias partes de sus obras al filósofo valenciano como po por Sto. Tomás de Aquino) existían íntegros e incólu-
precursor de los cartesianos y escoceses que escribieron mes en la filosofía angélica como creo haber demostrado
más tarde esa tendencia vivista al procedimiento 'Psicoló- a toda luz con los textos y citas "de mi' Nota". "Las distin-
gico. Mas aun cu and o yo admitiera que Descartes, y Reid, ciones _y evasivas que el Sr. Menéndez ' Pelayo ha estado
y Dugald-Stewart y Hamilton, aspiraran a formar y aun discurriendo un año entero 15), para ver de buscar Una
formasen realmente del método psicológico una ciencia salida en un callejón que no la tiene; no tengo, para qu
aparte, no puede deducirse en buena lógica que Vives fue- ocuparmé' en contestarlas, porque se contestan por sí mis'
se el verdadero creador de la psicología moderna como or- mas. [... ]. Mas ya sea que se considere la psicología como
ganismo científico aparte, sino a lo más un simple pre- ciencia aparte, ya' como simple procedimiento filosófico,
cursor de esa ciencia" 14). ' siempre es cierto que los gérmenes y principios de esa
y; continúa Fonseca un poco más abajo: "Eso de la ciencia, en lo que tiene de sano, racional 'y aceptable, se
psicología vivista, como ciencia aparte, se le ha debido encuentran antes que en Luis Vives, en las obras de San-
ocurrir a nuestro joven como una válvula de salvación, to Tomás". . •
para desenredarse de los textos luminosos decisivos y ter- Aquí la polémica vira, y por los 'campos de-Jas espe-
minantes que tuvo delante de sus ojos 'por espacio de un des inteligibles, punto ya antes tocado, toma hacia la mís-
año 15) sin resolverse a combatirlos. Cualquiera que co- tica tras evoluciones las más peregrinas, Pues si las opi-
nozca las obras filosóficas del Sr. Menéndez Pelayo y ha- niones psicológicas de Menéndez se' 'a.igcuten 'en un Dis-
ya leído el período literal que yo he tomado de su discur- curso sobre los poetas místicos, para díscufír' sus ideas so-
so académico, habrá visto en sus palabras ese mismo con- bre la mística, se dej a este Discurso y se ya ~{unas cartas
tenido. sin ocurrírsele siquiera que nuestro literato habla- a Pidal donde muy 'de pasada' se tocara el 'argumento. Ha-
se de la 'Psicología vivista como ciencia aparte, sino como bíale 'pues escrito desde Florencia, 13 de abril de 1877, que
una tendencia filosófica a la introspección del pensa- no creía', que el tomismo hubiese dado dirección a nues-
miento ,en la investigación y en 'el estudio de los hechos tros místicos, Y acompañaba ila afirmación- de breves con-
inmanentes que se realizan ,en el seno de nuestra concien- sidéracícures suasorÍ'as." .' ¡.
cia. '
En este simple-pasa] e epistolar s~ fija ~Fonseca, y lo
hace objeto de' muy dura rectificación, diciendo entre
14) Exactamente como' le decía Revilla: "Podrán ser Vives y Gómez otras cosas: "Es' una cadena de dislates", "que se rompe
Pereira precursores de Bacon y Descartes; enhorabuena; también lo fué San y se destruye por sí misma" . .Y prosigue: En la mística
JlUan Bautista de Jesucristo, y sin embargo, existe un cristianismo, que es
la religión más perfecta que han conocido los siglos y una de las más re- doctrinal, la corriente tanto germana como 'española, de-
nombradas y extendídas ; pero, ¿ y el "iuanísmo", dónde está? ¿ Pues qué riva del tomismo. Y respecto a ciertas relaciones de la mís-
le parecería al Sr. M:enéndez del que intentara propagar y defender el tica pagana' con la cristiana presupuestas 'por Menéndcz,
;iuanismo?"-AJgunos años después hemos' de ver a Menéndez aceptar este
punto de! vista. Advierto, con todo, que en la presente controversia no es amenaza catoníano: "yo he de .probarle algúri día, con rnás
~ste 1 estado de la cuestión.
p
extensión que aquí, la imposibilidad de ese monstruoso
15), Lamentable cosa es-en esta polémica dondo tanto que lamentar hu-
ha-la apuesta que a través de ella se sostiene, y con modos verdaderamente contubernio entre una ciencia' divina, sobrenatural e infu-
infantiles, sobre quien tarda menos en contestar, Así por ejemplo Fonseca se
había tomado para su réplica tres semanas largas, tiempo no muy excesivo da-
sa, Y' la ciencia pagana de Platón' y sus congéneres, por
da la extensión que díó al escrito. Sin embargo hará notar en sus primeros p,á-
más que nuestro literato pretenda robustecer y consagrar
rrafos para ayudar al lector a cortar plazos en la redacción de sus notas, este consorcio nefando con 'Ias inspiraciones vergonzosas
que "pensé por muchos días no contestar". y a principios de set., día 4, de los poetas exóticos".
está ya adviltiendo su periódico, como para dar imp"esión, de rapidez.
que la réplica debe de, estar en camino. j Nada más divertido ni menos
científico! Huelga decir que Menéudes aceptó la lucha en ese terreno, y de- "La Unión" del 2 de oct. trae en primera plana esto
volvió los golpes con denued'o y 'con usura.' ,1 '
titulares: "Réplica al R. P. Fonscca de la Orden de Pt'('(li-
Híl ,1~)A(,)U iN lJ\ lA 1\'l'I~, s. ,J. LA FILOSOFíA ESPAÑOJl..A 45

-udorcs", la que continúa luego, los días 3 y 4. Está firma- ver, no sólo en la extraordinaria pulcritud y elegancia del
<111 sil} Iugar, aunque no hay razón para dudar que sea estilo de los más de ellos, sino en la tendencia psicológica
6Hl,c. Santander-c-, "septiembre de 1882". Es una disertación y en las aficiones) platónicas de que dan testimonio en
sobre los cuatro ,puntos que, ha tocado Fonseca sin dej al' cada página 10s libros de León y de Malón de Chaide".
los muy secundarios y más personalistas que constituyen Sincerado Menéndezen -Io más, la cuestión de fondo,
el exordio o la- introducción. En lo directamente relacio- en la otra menas sustancíal (y, menos atingente a nues-
nado con nuestro tema, dice: tro problema) de la relación entre los místicos cristianos
''-;-1. No existe.ien Sto, Tomás el psicologismo exclu- y gentiles, le fué f'ácid contestar, que, ampliando concep-
sivo de la escuela escocesa, ni el menos el resuelto de al- tos, hay algo en la mística que es común a Ul'lOS y otros, y
gunos españoles ,e italianos del siglo XVI. -2..No predo- que bien :pudo unir bajo aspectos más humanos del f'euó-
mina en Sto. Tomás el método 'psicológico de modo tal que rneno, a Platón y Sta. Teresa, a Plotino y a ciertos poetas
pueda decirse que éste es' uno de los caracteres de su doc- eróticos con S. Juan de- la Cruz.
trina. [... [. Yo hubiera querido gu,e el P. Fonseca, hacién-
dose cargo de estas proposiciones mías, me hubiera mos- . La polémica-una polémica que en e,l punto concreto
trado una por una todas esas novedades psicológicas de nuestro ha ganado bien poca altura-ha hecho punto fi-
Sto. Tomás. Pero nada de eso; ha encontrado más cómodo nal. "No proseguiré esta discusión por ahora", había anun-
remitirme a otra" docena .ge.textos" empezando'por confe- ciado Fonseca. Y "yo también he dicho la última palabra",
sar que el exclusivismo psicológico (única cosa a que yo repite a continuación Menéndez. Uno y otro se retiran pero
me refería en el pasaje que ha movido toda esta alharaca) después de haber agotado las flechas de su alj abas, los
no está en Sto. Tomás, ni puede deducirse razonablemen- recursos y armas todas, fuesen o no incisivas y cortantes,
te de sus principios. ¿ Y entonces, a qué la N:ota--y a qué la que figuran en las panoplias y preceptivas literarias.
Réplica?" Unas palabras mesuradas del P. Zeferino que hubo de
Asentada como ínconcusa esta verdad, en lo refereu- seguirles muy de cerca, nos excusan de añadir nada :por
fe a la mística, el segundo de los puntos híspanizantes aquí nuestra parte. Levantóse pues el ilustre historiador, Pur-
debatidos, repone: purado ya y arzobispo de Toledo, sobre las luchas de los
"Al negar allí que el tomismo diese luz y guía a nues- diarios y revistas en que la pasión política, muy activa en-
tros místicos, no se pretende afirmar en manera alguna tonces, iba poniendo lo süyo--hasta el extremo de que una
que la, teología de las escuelas, representada de un modo muy conocida libreriacatólica, anunciándose en un diario
especial, aunque no exclusiva en Sto. Tomás, dej a de en- de significación anti-menendeziana (1886), ostentaba titu-
trar por algo, y aun por mucho, en. el misticismo católico. lares que decían "La Verdadera Ciencia Española", mien-
Lo que se pretende es reivindicar el valor .propio y pecu- daba listas de autores, extranj e110Stanto o más que na-
liar de esa manifestación del pensamiento cristiano en la cionales 16)-, y dijo comedido (segunda ed. de su Hisi. de
España del siglo XVI, y mostrar que no' puede confundir- .La FUosofi:a, IV., 1886) :
se con la teología de las escuelas: -1) porque así lo de- "Vislúmbrase en Menéndez Pelayo cierta tendencia,
claran a cada paso sus mismos doctores; -2) pOl~ue (y natural y patriótica sin duda, a sobreponer la filosofía de
esta es confesión del P. Fonseca) la mística experimental, Vives, Pereyra y otros españoles a la escolástico-tomista ;
considerada por parte de su origen, y principio, que es pero excepción hecha de algunas inexactitudes en orden
.sobrenatural e infuso, no se aprende en la "Summa Theo- a ésta, que puso de inaníf'iesto" el dominico P. Fonseca, es
logica" ni en ningún otro libro conocido; -3) porque en preciso reconocer que el autor de los H eterodoxos conoce
lo que tiene de doctrinal- y didáctico la mística 'nf.Iuyen en a fondo y juzga con criterio exacto los diferentes sistemas
ella más acentuadamente que Sto. Tomás, el Areopagita, filosóficos que aparecen en el campo de la historia en lo
S. Agustín, S. Bernardo, S. Buenaventura y Gerson; -4)
porque no hay cosa más lej ana en la forma y estilo de
I
16) Me refiero ú1~icamvente a la modalidad que adopta el anuncio des-
nuestros libros de devoción; -5) porque nadie,aun el) las de la fecha indicada, diciéndose Ciencia Espa!'[ola y la verdadera mientrns
almas más remotas y más sumergidas en la contempla- da listas de autores, a veces, 'casi exclusivamente extranjeros. pel·O... I'R-
tólicos o no anti-católieos. Una tan manifiesta "contradictío in tCll'minll'l"
ción, deja de respirar la atmósfera de su ..tiempo. Y los no puede darse sin una mmy fuerte razón suñcionrc. No CI'I'I) qUQ 1'1 ~(\I'
rntsticos españoles la respiraron . ampliamente,
. , como es de católicos sea suficiente razón 'para ranra 6nfaRiR.
458 JOAQUÍN IRIARTE; S. 1.

antiguo como en los tiempos modernos". Y líneas más


arriba dej aba estampado esto que debió resarcir a Menén-
dez de tanto como se le había ofendido, pintándole, entre
frases. de lástima y cruel conmiseración, destituí do casi de
sentido doctrinal cristiano 17) : "No es díf'ícrl reconocer que
su competencia en cuestión de Filosofía cristiana no es
inferior a la que tan merecida fama le ha conquistado en
el terreno histórico, crítico y literario".

Magnífico enjuiciamiento--siquiera olvide decir a "su"


P. Fonseca el ilustre Purpurado, que también en él se vis-
Iumbran tendencias a sobreponer su sistema, "creador"
casi, a todo lo existente desde Aristóteles hasta los días de
la polémica "inclusive"-. Porque efectivamente Menén-
.dez a los 25 años era eso: competencia en los varios pro-
blemas ~' movimientos filosóficos, sentido cristiano y ele-
vación de miras, noble independencia, amplitud de crite-
rio y no menos de horizontes, saber abordar una cuestión
en gran visión ideológica y culturalista. .
Cualquiera dirá que para una discusión de la índole de
Ia presente, no se podía pedir más. Pues además de eso
fué Menéndez en su prosa-erasmiana y montaltiana es
cierto a ratos---rozagancia y profundidad, perfección lite-
raria y discursiva, digan lo que quieran los que, apeándo-
le el tratamiento, le llamaban sólo literato.
Una y otra perfección le van a hacer buena falta, por-
que le queda aún bastante que afirmar y rebatir. Hemos
de oír pronto al más duro de nuestros adversarios, el que
desde una importante revista parisiense rompe lanzas en
un tercer choque con el mantenedor de "La Filosofía Es-
pañola".

JOAQuíN IRIARTE, S. 1.

17) Llegó a escribir Menéndez en respuesta a ciertos ataqmes : "Como yo,


hasta ahora, por misericordia de Dios y ae su bendita Madre, no he dado
motivo a que He cIude de la pureza xie mi Fe, la caridad exigía .... ".

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