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VMIFMQKO DHLA *
ACADEMIA ROMANA DE SANTO TOMÁS DE AQ.UINO
SEGU.NDA EDICIÓN
corregida y aumentad».
V o lu m e n I .
metafísica g e n er a l u ontología
M A D R ID
SO CIEDAD E D IT O R IA L D E SA N FRANCISCO DE B ALES
c a lle ti? ¡a B o ls a , nútt*cro ÍO.
1897
INDICE
Págin j i .
O NTO LO G Í \
1 Es común sentencia de los tutores, que i los catorce libros que Aristóteles es
cribid acerca de esta materia, y i los cuales did ti nombre de fúo\ofia prima
(*rijv *pu)T7]v ^iX.030<plav), los escritores posteriores A tí les llamaron m tiafbicoi; y
que el origoi de e»te nombre fué haberlos colocado Andrdmco de Rodas en la oompí-
beidn que bisa de l o obras del Eatagirista, después ((Lfitá. poit, ultra) de los libros
fis ia t .
(O Ontologia.
I Eitos principios son, dí«e Ssnto Tomfc» de Aquino, semilla de lo* conocimien
to* subsiguientes y m ones tcrninalr» del saber (semina cmmmm teqttnilum cogmiiic-
mwm, ralúm s semtn&ies scituftanm ). Qq disp., De verit., q. XI, i . I.
ONTOLOGÍA
C A P Í T U L O PRIMERO
D el e s t o é s e r m m í b .
SI
Difinición y división del ente.
§ II
§ IU
§ IV
Dt la esencia y de la existencia.
P. ¿Qyé es esencia?
R. La noción de esencia no puede ser definida á causa
de su simplicidad; puede sí ser interpretada la palabra esen
Ontoloffto.
§ VI
§ »
D t hi unidad.
\
las partes de que consta, de forma que allí donde las partes
de la cantidad se unen mutuamente, hacen uno; pero si se
dividen, se hacen muchas unidades ó número cuantitativo, el
cual es una muchedumbre de unidades cuantitativas.
P. ¿En qué se distingue la unidad cuantitativa de la tras
cendental?
R. En que la unidad trascendental es el mismo ser indi
viso, y la unidad cuantitativa ó numérica sobre consistir en
indivisión conserva algo perteneciente al género ó predica
mento de la cantidad, á saber, aquello que resulta en ésta de
la unión de las partes de que consta. En otros términos: la
indivisión de la cosa en si constituye la unidad trascendental;
y la indivisión de la cosa en si en orden á la cantidad, la uni
dad numérica ó cuantitativa.
P. ¿A qué se opone la unidad trascendental?
R . La unidad trascendental se opone á la multitud ó nú
mero trascendental por modo de privación, como lo indiviso á
lo que esta dividido; multitud que no se distingue de las co
sas mismas divididas conjuntamente tomadas, según que
ninguna de ellas es la otra, no añadiéndoles por consiguiente
sino una relación de razón, ó sean dos negaciones, pues que
la multitud niega la indivisión de algo en si mismo y la niega
de otra cosa.
P. Y la unidad numérica ¿á qué se opone?
R. A la multitud cuantitativa ó número propiamente dicho,
respecto del cual tiene razón de principio, de parte y de medi
da. Es en efecto principio del número, porque éste resulta de
la división de la unidad cjantitativa ó sen del continuo, que
en si es uno, cada una de cuyas partes, hecha la división, es
una unidad numérica, y todas ellas forman en concepto de
partes la multitud cuantitativa ó sea el número, medido en
efecto por la unidad que en ¿1 se repite.
P. ¿Cómo se define, pues, el número ó cantidad discreta?
R. La multitud medida por la unidad: multitudo ntensu-
rata per unum'.
31 Ontologia.
i »
De la identidady de la distinción.
i lienH iai, dice Aristóteles, inufij t^uaeiam essm tí* est m i pbtriwm aui 4111um ut
pluribui ulatur, 111 puta quum áieoi, i/u m silri ipsi ídem, ut duobu im m i/u» u titr. M*-
t»ph., IV, 9.
De tai propiedadtt trateendentalei del ente. 38
i «Dtitincu cnlm aunt, quorum unum non est alhid.» (S. T h ., Contra ge*t.k
I. 7>0
36 Ontologia.
§ III
De ¡d verdad.
siendo ella verdadera por ninguna otra cosa sino por si mis
ma. No es la verdad trascendental sino la entidad de la cosa
en cuanto dice relación al entendimiento.
P. ¿Cuáles son las propiedades de la verdad ontológica?
R. Tres son las propiedades de la verdad ontológica:
unidad, eternidad e inmutabilidad.
P. ¿Bajo qué respectos atribuimos estas dotes á la
verdad? \
Dtl bún.
§ v
Del mal.
como ¿I, sino sólo quita el bien que se opone al mismo mal:
v. gr. , el vicio no quita al vicioso el bien que consiste en su
propio ser actual de hombre, sino lo que quita en él, es el bien
moral de la virtud; la enfermedad coexiste con el ser del en
fermo, y sólo excluye á su contrario la salud, etc.— Otro
bien hay en el sujeto, que no lo quita el mal, sino sólo lo
disminuye, y es la habilidad del sujeto para el acto; por
ejemplo, el abuso de los deleites sensibles disminuye y embota
la fuerza y penetración del entendimiento, aunque no las des
truya enteramente.
P. ¿Cuál es la causa agente del mal?
R . La causa agente del mal no puede convenir sino á
algún sujeto ó principio bueno, porque ninguna cosa puede
ser causa sino en cuanto tiene ser, y todo lo que tiene ser,
considerado como tal, es bueno. Importa afkadlr que el
agente que es causa del mal, no puede causarlo per se, sino
sólo per acctdens, conviene á saber: ó por deficiencia del agente,
en razón de la cual no es eficiente, ó por la del instrumento que
emplea, ó por defecto de la materia ó de la forma del efecto.
P. ¿De qué modo acaece este último defecto?
R. Por parte de la forma del efecto ocurre accidental
mente el mal , cuando con alguna forma va necesariamente
unida la privación de otra form a; v . g r. , cuando el león de
vora ai ciervo, esto es bien para el león, pero bien á que se
junta el sufrimiento y la muerte del ciervo, que es mal para
el ciervo.
P. ¿En qué se divide el mal?
R. Divídese, primero, en absoluto y relativo; segundo ,
en físico y moral, y tercero, en mal de culpa y mal de pena.
P. ¿Qye entendéis por mal absoluto, y qué por mal re?
lalivót
R. Por mal absoluto ó simpliciter se entiende lo que en si
mismo (secundum se) es malo, v. gr., la falta de salud; y por
mal relativo (malum alteri) lo que no es malo en si mismo, ó
sea en el sujeto donde se considera, sino sólo es mal deálgu-
u OnMogia.
J> e 1
l I, j Phync., lect. V.
De las categorías. *7
%I
D e la s u b s ta n c ia .
l I, 3 Pyhtic , leet. V.
De la* categorías.
§ li
§ 111
§ IV
D¿ la
I v
De la cualidad.
P . ¿Qyé es cualidadt
R . Cualidad, según Santo Tomás de Aquino, es «la
determinación de la substancia á algún ser accidental, con
58 Ontologia.
S vi
De ¡o categoría de relación.
I Q .f, d á t. Pot. q. 7, t, 10 »d I
| VII
De la acciÓHy de la pasión.
§1
Principio y principiado.
cosas criad as), ah ora seg ú n los princip ios que co n stitu yen su
esencia, ahora según q u e una cosa influye ó da á otra el ser
de la existencia. De aquí tres m an eras de princip io, á sa b er:
de conocim iento, de esencia y d e e x isten cia, cognoscendi,
essendi, existendi, el p rim ero de los cu ales e s d e orden lógico,
los otros dos de orden real, y los tres están contenidos en
aquella célebre definición del principio q u e dió A ristóteles:
Primum unde aliquid aut est, autfit, aut cognoscitur '.
§ H
P. ¿Q yé se entiende p or causa?
R . Causa es el princip io q u e influye per se el ser en
otra cosa.
P. ¿Q yé diferencia h ay, p u es, entre causa y principio?
R. La diferencia q ue h a y , es la de la especie con el g é -
ñero: el principio, que es aqui el g é n e ro , significa sim p le
m ente aquello de q u e procede alguna cosa; y la c a u sa , q ue
es aq u i la esp ecie, añade al principio esta d iferencia: q u e la
cosa q u e procede del p rincipio, es distinta y dependiente del
m ism o.
P. ¿En qué se d istin gu e la causa de la condición y de la
ocasión?
R. En q ue ni la condición ni la ocasión influyen per se el
ser, p ues la prim era de ellas es sólo un requisito, algu n as
ve c es necesario (conditio sine qtia ñor), para la acción de la
c a u sa ; y la segunda se reduce á la oportunidad que ofrece
para el ejercicio de la m ism a.
P. ¿En cuántos g én ero s ha sid o d ividida la causa?
De la causa eficiente.
' i iv
l MdMft., lee. 3.
Del principio y de (a cauta. 73
§ V
l Coni. Cení., 1. c.
5 VI
i Pbysic., c. 9.
Del principio y de la cauta. 83
cosa, form a llam ada intrínseca, porq u e por la m ism a n atu ra
leza se ordena á d eterm in ar intrínsecam ente al su jeto , el cual
es den om inado por ella.
P. ¿En q u é se d ivide la form a intrínseca?
R. En form a metafísica, im prop iam en te llam ad a forma,
q u e es form a del tod o, y eq u iva le á la esen cia, no teniend o,
por ta n to , causalidad p rop iam enle d ic h a; y form a física, ó
p ropiam ente dich a, que es form a de la parte, ó sea de la
m ateria, y parte del com pu esto q u e hace con ella. La.form a
física se d ivide en substancial y accidental. La prim era es la
substancia incom pleta que ju n to con la m ateria con stitu ye
la esencia de la substancia com pu esta; y la se g u n d a , la que
sobreviene al su je to y a com pleto en el ser de su b stan cia.
A m b a s convienen en ser acto ó perfección, y en conferir á la
cosa el ser de tal co sa ; pero de la form a substancial se d ice,
que da el ser simpliciter, ó sea el ser p rim ero, que no tien e
otro su jeto , y de la accid ental, q u e da cierto ser secundario:
la blancura, v . g r ., no da á la nieve el ser denieve, sino sólo
el ser de blanca.
P . ¿En q ué consiste la causalidad de la m ateria y d e la
orm a?
R. La razón por la cual así la m ateria com o la (brir<a
influyen en su efecto, ó son constitu id as en razón de cau
sas, ó, lo q ue es lo m ism o , la causalidad de la m ateria y de
la form a, no consiste en acción algu n a de ninguna d e ellas
en la otra, sino en la m utua com unicación de la propia rea
lidad por su unión inm ediata para constituir el com pu esto
su bstancial ó el accidental.
P. ¿Cóm o se llam a el efecto causado p or la form a, y en
qué se divide?
R. L lám ase efecto formal, y se d ivide en primario y se
cundario. Efecto form al prim ario es el com pu esto con creto:
asi la estatua es efecto form al respecto d e la form a que h a y
en e lla ; y el hambre, efecto form al respecto del alma q ue
inform a al cuerpo. El efecto form al se d istin gu e inadecuada -
84 Ontologia.
S VII
De la causa final.
i Algunos entienden por fin «I* Idea de un efecto futuro previsto, la cual determi
na la «cci¿n ó l i excelencia d«l mismo efecto» (P . Jan ct), ó «una idea que, poseída por
el espíritu, p re erste i su rro pú realización y sirve de centro de eraden am ien to á
tos diversos medios conducentes i su realización» (L iard ), Pero co o tn esta idea de la
finalidad, observa muy atinadamente el P . Delm ás en su excelente Ontoiogij (París,
* R c ta u i, 189 6), que sus autores: l . ° , confunden la causa final con la causa ejemplar;
2 > , restringen el fin »ólo al tffciendus, no lo distinguen suficientemente de loí
m cdioi, y 4.0, parecen atender «ntcamer.te & lo que acontece en las obras artificiales.
Del principio y déla cauta. 83
S VIII
1 « l$¿a graecfl, latine fvrm* diciturj undt p«r id u s int«lliguntar formae iHanim
rerum pnctcr ¡psas res existente».» ( S T h., i p , q. 15 , • . I.)
2 «/dea. dice Santo Tomfe, conforme con Sao Agustín (De eivit. D ei, 1. su,
c. ix v ) , estforma, quam aliquid tmifaiur ex tnUntivne a g etía , qui dítermmat sibi fitu n *
(De verít,, q. y a. l) . El mismo Santo Doctor observa que lo que imita a alguna for
ma acaso, no se dice qcc es formado conforme • «Ha (ad iOém), porque d conforme
( l f ad) parece implica orden al fin; y así cuando la forma ejemplar 6 la idea es «.ad
quam aliquid forma tur, *porU 1t quod form an exemplartm w / ideam aliquid imiietur per
se, non per acciiens».
3 «Ratiorei inidligeotia percepta, qua re» efficiatur.» (Ap. Limb., Q uaeJ. metapb.,
thes. 167.)
93 Ontdo&a.
I l
§ »
Dt lo simple y de ¡o compunta.
§ III
i Bien n añadir que c! todo, como ta l, es cosa perfecta; y que la* partes, como per-
tes, aoo im perfectas, puesto que ea tal coooepto tienen su rasdo de ter <n el todo, 7 j e
d m d , d o de si mismas.
a «Inflaitian dicitar aliquid ex eo, qaed oan e*t flaitum . (I p ., q . 7 , 1 .)
Oiitotofto.
§ IV
§ V
S VI
Del ser mutable y del ser inmutable.
§ V il
Del orden.
1 Dt Civil. D o , u i , i ).
2 L xm, te toma aquí metafóricamente.
y Dispotiriia, tomada o l í palab n .cn sentido m u ; lato, u el oníe i de le que ti roe
p i r t « , ordo babtnlis parles.
Ití • Ontologia.
) Esta proposición puede también confirmarse diciendo que el signo en que cono
cemos naturalmente q a c los h om b ro son racionales, y que tknco el uso de la rauki,
es el orden que te echa de ver en üux discursos y operaciones, consideradas en último
análisis con relación al fin que se proponen. No es preciso, pues, ser uno «alienista»
para discernir i estes sujetos de los locos 6 dementes: bastá atender á lo q je dice y hace
cada cual, f ver si habla y obra ordenando ó no sus obras y palabras conforme al Iq
que se propone,
9
m Ontologia.
| VIH
De la belleza.
llam ada tam bién sensible, por darse en cosas percibidas por
lo s sen tid o s, bien que ella sea ob jeto d e la apreh ensión in te
lectual, es la q u e definió San A g u stín : «La co n gru en cia ó
conform idad de las p artes, acom pañ ad a d e cierta su avid ad de
c o l o r L a belleza espiritual ó inteligible es la que resplandece
en las su b stan cias in m ateriales, en las cuales se consideran
perfecciones esen ciales, q ue pueden ser com parad as c o n j a s
partes de los cuerpo s, y perfecciones accidentales q u e hacen
las veces del color con q u e é sto s se nos m uestran, pudiéndose
así ve r el orden q ue reina en todas ellas. Por últim o, la b e
lleza moral es la q u e se h alla en las acciones q u e hacen los
h om bres de conform idad con las reglas eternas é in m u tab les
de las c o stu m b res.
P. ¿Es lo m ism o bello q u e su blim e?
R . Lo sublime no se distingue esencialm ente de lo bello,
sino antes es la belleza que en grad o su p e rio r tienen las co
sas cu ya perfección es tanta, que exced e sobrem anera á nu es
tra capacidad, y causa en nuestro ánim o, ju n tam en te con el
deleite espiritual, cierto com o estu p or y reverencia.
P. ¿S e da asim ism o belleza en Dios?
R. Sobre toda belleza criada, está con infinita ven taja la
belleza del C riador, causa de toda la perfección, consonancia
y clarid ad , así física com o esp iritu al, q u e se contem plan en
cada cosa según su propia especie ó n ú m ero, y seg ú n su ten
dencia ú ordenación al fin últim o de todas ellas, q u e es ta m
bién D ios, y de todo el orden q u e resplandece en el u n iverso: