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Año 2014
sino de una decidida acción de la elite política que emergió en la década de 1870
y que alcanzó el control de la República en 1880.
sino también teórico de la empresa rural. En varios casos estaban formados por
instituciones extranjeras o eran curiosos autodidactas. Es decir, reunían destrezas
intelectuales y empresariales. No todos los grandes terratenientes estaban entre
ellos, precisamente algunos de los más grandes eran ajenos a este movimiento,
como ejemplo se citan: los Anchorena o los Unzué.
reforzar el poder y prestigio de las clases terratenientes. Este era el centro del
programa y no el mantenimiento del statu quo.
Al final de este periodo, el control del Estado sobre las clases populares era
más sólido. Sin embargo, la derrota del rosismo perturbó el equilibrio político
interno. Buenos Aires como Estado independiente choco con la Confederación,
que representaba al resto de las provincias argentinas, repetidas veces. Tras la
reunificación, durante las décadas 1860 y 1870 el ejército nacional se concentro
en librar la sangrienta Guerra del Paraguay, al mismo tiempo que combatía
disidencias internas.
Pero esta no era una tarea sencilla. Dos casos lo demuestran. El fracaso de
la revista Anales de la Sociedad Rural Argentina. Recibía la apatía de los mismos
hacendados. Para comienzos de 1880 tenía apenas 140 suscriptos, mientras sus
creadores pretendían emular a la prestigiosa American Agriculturist que alcanzaba
en Estado Unidos los 190.000 ejemplares anuales.
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Por otra parte, no existía una seria amenaza de conflicto social porque la
expansión constante de la frontera y los altos salarios no enemistaron ni
enfrentaron a los pobres con los ricos. Las bases políticas, como venimos
analizando, de los terratenientes en la población rural eran débiles y frágiles y esto
no estimulaba a los terratenientes a aproximarse a la campaña sino más bien a
alejarse de la misma. Un caso ejemplar es en Buenos Aires, el hogar natural de
los propietarios más ricos de la república, y de la elite política entre 1810 y 1880.
Allí se encontraban los mayores señores de la pampa y las elites políticas. El
poder de los principales empresario s rurales se vinculaba con el lugar central que
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clases aborrecían la actividad rural y era mal vista, consideraban que si iban al
campo se embrutecerían. Nicolás Anchorena al morir dejó 200.000 ha que
constituían un tercio de su patrimonio que nunca conoció. Incluso Gregorio
Lezama, tenía una estancia de 125.000 ha que tampoco nunca visito. Hacia 1870,
todavía la actividad rural era vista como inferior por los miembros de estas elites
que rehuían de ir al campo.
Buenos Aires perdió poder e influencia cuando Roca llegó al gobierno. Las
grandes familias vieron declinar su influencia sobre el gobierno. En estos años
Roca en reconocimiento de su conquista recibió tierras, donde más tarde
establecería una estancia conocida como La Larga. Los Unzué también regalaron
al hijo de Roca mil ovejas Lincoln y dos manadas de yeguas. Por su parte,
Cambacères le regaló a Roca un caballo de pedigree. Presentes que nos hablan
de la continuidad de una vieja tradición de vinculación personal con el poder,
componente de la relación entre gobernantes y elite socio económica.
Por su parte los ruralistas tampoco estaban satisfechos con esta elección,
debido a que Roca no había asistido a sus exposiciones ni se había dedicado a
contactarlos, ya que había ocupado su tiempo visitando a personas influyentes del
interior. Hacía 1880 y con posterioridad hacia 1882, los presidentes de la Sociedad
Rural, fueron claramente opositores al presidente. Enrique Sundbland y Leonardo
Pereyra habían sido ambos fieles seguidores del mitrismo y, en particular, Pereyra
se volvería más tarde entusiasta de la Unión Cívica Radical.
Todos estos logros comenzaron a ser reconocidos por los ruralistas que
entendieron que una nueva relación entre el Estado y los empresarios rurales
estaba tomando forma. El orden político nacido en 1880 daba forma a una nueva
relación entre elites socioeconómicas y Estado. En definitiva, consensuaban que
la mejor política que podía hacer era no mezclarse en nada y ocuparse de los
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