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Los seres humanos necesitamos sentir que estamos bien, para ser sanos y eso se nos nota, no
sólo en lo físico por las enfermedades, sino en lo espiritual, emotivo, sentimental y lo expresamos
en las conductas, en las actitudes y sentimientos.
Una persona que se siente bien, es sana, alegre, optimista, creativa, laboriosa, su rostro feliz regala
alegría y optimismo a su entorno.
En cambio, una persona que no se siente bien, que la aquejan molestias y dolores, que está
limitada por deficiencias mentales, físicas o psíquicas, expresa en su rostro cansado un pesimismo y
apatía que contagia a los que lo rodea, causando pena, dolor, tristeza y dejadez. Esa persona sufre y
hace sufrir, no produce y si consume des-balanceado el equilibrio de su entorno, desde lo emotivo,
lo económico y desde lo ecológico.
Mucha gente cree ser sana aunque su vida no lo demuestra…
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Para comer bien, es necesario conocer nuestra naturaleza primero, para poder identificar qué
alimento nos corresponde según nuestra característica biológica. Porque el ser humano se diferencia
de los otros seres vivos, por tener además del cuerpo biológico físico, el cuerpo o sistema que no se
ve pero que contiene nuestros sentimientos, inteligencia, pensamientos, conducta, y ese sistema
incluido en nuestro cuerpo físico se ve influenciado directamente porque depende de él. Así es, que
son como dos cuerpos en uno (uno se ve y el otro solo se siente).
Por eso, la alimentación debe elegirse considerando que se va a nutrir, no sólo el cuerpo físico
sino también el otro. El cuerpo físico es más rústico y resistente, puede sufrir agresiones y
superarlas, pero otro, el cuerpo que no se ve, es muy sensible y ante las agresiones se expresa
enseguida, en la conducta, en el sentir y la baja energía positiva. En cambio, el cuerpo físico ante
una agresión se expresa con dolor y enfermedad, fácilmente detectable y tratable.
En cambio, las expresiones del otro sistema son, muy difíciles de detectar y tratar, porque no se
consideran afecciones. Es allí donde está la gravedad, porque al no reconocer estas expresiones
como enfermedad real del ser, los humanos las llevan sin ser comprendidos y tratados y lo expresan
sus rostros afligidos, las conductas irritables, violentas o las adicciones y las personas negativas que
no dejan desarrollar el avance de la vida en el Planeta en paz.
Todo esto mezclado en dos cuerpos o dos sistemas (el que se ve y el que no se ve), pero
dependiendo uno del otro. Por eso los alimentos deben contener los elementos que necesitan los
dos.
Entonces necesitamos incorporar en nuestra comida diaria los elementos que el cuerpo físico
necesita, pero pensando en que de allí va a pasar al otro sistema, ya metabolizado y transformado,
para que pueda ser utilizado correctamente por este sistema que no se ve, pero que a su vez se
relaciona con el físico vitalmente.
COCINA BIOINTELIGENTE
Reglas generales del sistema:
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1) Utilizar sólo productos libres de sustancias químicas (agroquímicas, aditivos).
2) Consumir productos frescos de estación, cosechados maduros por lo menos en un 80% de la
comida diaria.
3) Preferir el fuego o el gas tradicional para elaborar la comida, al vapor o asada, hirviendo
lento.
4) Preferir los productos conservados por medio del deshidratado natural al sol, el envasado
casero tradicional, al vacío del baño maría (no al freezer o conservantes).
5) Utilizar en la batería de cocina, recipientes y elementos de materiales naturales y no tóxicos,
como madera, barro vidrio, loza inoxidable, etc. (no al aluminio, teflón, cobre, etc.).
6) Utilizar agua natural, no tratada con cloro o modificada como las de venta masiva, se
pueden purificar en casa con métodos naturales, o aguas de vertientes, deshielo o
subterráneas de zonas no contaminadas.
7) Cocinar a fuego lento al vapor, asado al horno, rescoldo o parrilla.
8) Utilizar aceites vegetales extraídos a presión (no grasas, mantecas o mezclas).
9) Si consume sal que sea pura, marina o sin tratamiento, agregarla al final sobre el plato a
consumir.
10) Evitar freír, si se hace a fuego fuerte en aceite vegetal (a presión) y rápidamente.
11) Cocinar muy bien cereales, granos y pastas. poco las verduras, frutas y hortalizas (preferible
al vapor).
12) En épocas calurosas, elaborar abundantes ensaladas y platos fríos y rápidos (tartas, pizzas,
croquetas, etc.). En épocas frías, prepara sopas, caldos, cereales, granos, guisos y compotas
de frutas con abundantes jugos de frutas, infusiones, ensaladas verdes, purés, asados, etc.
13) Utilizar limón de preferencia o un buen vinagre de manzana, biológico hecho artesanal.
14) No ingerir líquidos durante la comida. Si lo desea preferir limonada, jugo de manzana
natural, infusión o caldo de compotas o verduras.
15) No consumir postres hasta dos horas después de la comida.
16) Ordenar la mesa de forma armoniosa, colorida y sencilla, que permita servirse la variedad de
platos con facilidad.
17) No condimentar o aderezar la comida en la cocina, servir natural y disponer en la mesa los
elementos para que cada uno aderece a gusto en su plato.
18) Disponer en envases pequeños en la mesa aromáticas picadas: ajo, cebolla, albahaca,
cibulette, orégano, aceitunas, pestos, salsitas, aceite, vinagre, sal y todo lo que guste y sirva
para realzar los platos y que cada uno se sirva a gusto.
19) El primer plato, conviene que sea crudo de frutas u hortalizas que cubrirá en un 60% las
necesidades biológicas de la nutrición. El segundo plato, será dividiendo en un 10% de
productos animales (si no es vegetariano), y un 10% de oleaginosos y lácteos, si es
vegetariano.
20) Se debe masticar y ensalivar muy bien los alimentos, manteniéndolos con agrado y gustando
el placer de comer en forma tranquila, disponiendo el tiempo suficiente, por lo menos una
hora para dedicarlo al importante proceso de la alimentación, del que dependerá nuestra
buena disponibilidad posterior en nuestras actividades con un aspecto saludable, todo resulta
más fácil de realizar y se recupera el tiempo que se usó para comen con un mejor
rendimiento posterior.
21) La temperatura de los alimentos no debe ser extrema, ni muy fría ni muy caliente…natural.
22) Preferir los consumos de las verduras y frutos con piel, bien cepillados y limpios.
23) Guardar las aromáticas en envases oscuros y bien tapados, con etiquetas que diga nombre y
fecha de corte o preparación.
24) Evitar alimentos muy dulces, ácidos, picantes, salados, ser moderados en el consumo de
ellos.
25) El ambiente donde se come debe ser agradable, con asientos confortables que permitan
sentirse natural y sencillo, sin artificios y reglas, costumbristas que obligan a una conducta
superflua que no deja disfrutar naturalmente de la buena pero simple bio-alimentación.
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ALIMENTOS DE BASE
En una familia, todos comparten los alimentos de base. El alimento de base es el que cubre en
un 60% la nutrición total de todo individuo y contiene las bases de los nutrientes de la pirámide
nutricional, en las proporciones adecuadas, que necesitan todos los organismos para el sostén de
la vida; en este sentido, todos los organismos son iguales biológicamente.
Después de los alimentos de base, hay una diversificación específica que individualiza, según
sexo, edad, actividad, cultura y estado saludable de cada ser.
Por ejemplo, una familia tipo hay abuelos, adultos, jóvenes, niños, bebés y embarazadas….y
cada uno tiene distintos requerimientos y gustos, que es necesario satisfacer. Por eso, que la
cocina bio-inteligente dispone una diferenciación determinada que permite la buena nutrición de
todos, con gusto y placer, que conduce a una buena digestión.
Estos productos elaborados en platos de base, como pastas, tartas, empanadas, sopas, purés,
budines, mayonesas, pates, guisos, asados, etc., componen en un 80% cada plato de la familia o
grupo de consumo; y el 20% restante se individualiza, conociendo, el requerimiento personal
del individuo según su clasificación por edad, sexo, actividad o caso patológico o por gusto.
DIFERENCIACIÓN
Los padres, como adultos, viven una etapa de madurez física y emocional donde su organismo
ya formado sólo requiere elementos energéticos y equilibradores de su sistema, para realizar sus
actividades de trabajo, deporte, intelectual, etc. Entonces, su alimentación será para cubrir esas
necesidades.
Los abuelos, en su etapa de lentitud metabólica, donde los procesos vitales se estabilizan, sin
actividad regenerativa, y sin la intensidad de desgaste físico de antes, su requerimiento vital está
en la capacidad de eliminar tejidos de desgaste celular y de un metabolismo más lento que
exige, una alimentación más ligera, simple y a la vez energética, que les conserve la energía
vital, sin someter el organismo al esfuerzo de metabolizar alimentos y sustancias para su pronta
eliminación, porque si se acumulan residuos en sus sistemas se verán afectados por bloqueos y
su salud se perderá.
Su alimentación debe ser en un 80% jugos, caldos, compotas, licuados, salsas, mayonesas,
sopas, purés, tartas, verduras, frutas y hortalizas en todas sus formas, infusiones, agua pura y
limonadas.
Los jóvenes (20 a 30 años), ya formado su organismo físico, no necesita elementos químicos
en los alimentos para la construcción de sus órganos y sistemas; y aún no está madurado del
todo su sistema psíquico emotivo. Por eso, su alimentación debe contener productos de base en
un 60%, y el 40% restante de alimentos energéticos y equilibradores. Cereales, frutas, verduras,
infusiones, jugos, pastas, limonadas, preparados en formas apetitosas y muy bien combinadas
aportaran nutrientes energéticos y de reposición para el intenso trabajo del metabolismo de esa
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edad. Miel, polen, oleaginosas, algas, levadura, completaran el requerimiento nutricional de esta
etapa.
En los adolescentes (14 a 20 años), su organismo se encuentra en terminación completando
sistemas. Su actividad general es muy intensa, pero es muy variable por la inmadurez orgánica.
Son muy propensos a los vicios alimentarios con excitantes energéticos que los hace sentir más
maduros.
En esta etapa, el 80% de los alimentos deben ser plásticos, formadores, regenerativos y a la vez
energéticos, vitales y de fácil asimilación; que permita a un organismo inmaduro, lograr su
terminación y madurez a la vez que satisfaga la necesidad del adolescente ansioso por crecer.
Cereales, granos, pastas, tartas, pizzas, empanadas, budines, jugos, sopas, frutas, miel, polen,
levadura, algas, quesos, frutos secos, nueces, almendras, avellanas, maníes, acompañarán
ensaladas abundantes de frutas y hortalizas, infusiones, yogurt natural, limonadas, huevos y
carnes si no es vegetariano.
Estos productos combinados con sabia bio-inteligencia, aportarán a los adolescentes lo
necesario para el desarrollo equilibrado que necesitan.
En los púberes (8 a 14 años), el organismo está en plena formación y con mucha actividad
física, mental y emotiva. Crecen descubriendo el mundo, entre juego, deporte, estudio y
disciplina todo esto juega en su equilibrio energético un importante factor que le exige un orden
y equilibrio en su alimentación.
Con un 40% de alimento de base y un 60% especial a sus necesidades, con miel, polen, jugo
de frutas, nueces, almendras, compotas, purés, budines, tartas, panes, yogures, cereales, sopas,
levadura, algas, ensaladas, mayonesas, verduras asadas, al vapor, bien sazonadas con
aromáticas, cereales inflados, jaleas, arrope, completarían en esta etapa los requerimientos que,
acompañados con un orden, disciplina y un horario específico, le permitirá disfrutar las
comidas y darle tiempo al proceso y tiempo de digestión, sin la ingestión de nuevos alimentos
que entorpecerían el metabolismo y la asimilación correcta, dejando residuos acumulativos que
harán un apetito caprichoso. Es por ello, que en esta edad deberá haber horarios concretos y
metódicos para cada comida y bebida.
En los niños (3 a 8 años), nos encontramos en una etapa difícil. Todos los órganos están
inmaduros y la capacidad de comer completa. Además es una etapa de conductas variables y de
asimilación por imitación de los gustos y deseos, y son fácilmente influenciados por colores,
músicas dibujitos e imágenes de los medios que promueven sus productos. Es un poco difícil,
conducir al niño por una bio-alimentación, ante lo que tiene en su medio y produce en él
tentación por el sólo hecho de ser atractivo. Entonces, hay que ser creativos y elaborar sus
alimentos gustosos, coloridos y originales, atractivos, cautivando su apetito, y satisfaciendo sus
gustos y requerimientos.
Cereales inflados, galletas, turrones, miel, jaleas, arropes, jugos naturales, compotas, quesos
frescos, sándwiches, panes enriquecidos, tartas, budines, polenta, quinoa, verduras rellenas,
asadas, y combinadas, levaduras, algas, aromáticas y sal marina, darán realce a los platos que
deben ser sabrosos y decorados.
También se debe cuidar los horarios y tiempos para un disfrute total del acto de comer con
gusto y placer.
Bebés (hasta los 2 años). En esta etapa, durante el primer año de vida, el 95% debe ser la leche
materna y el 5% jugo de manzana, agua de avena y miel o leche de almendras.
En el segundo año de vida, el 50% de leche materna, el 30% de jugo de manzana, agua de
avena, y leche de almendra, y el 20% purés, sopas, frutas y verduras al vapor o asadas. Avena,
quinoa, polenta, pan o fideos integrales e infusiones, limonadas o agua pura.
En esta etapa, se forman los sistemas, que después funcionan interrelacionados. Se completa la
formación ósea y se maduran los sistemas psico-emocionales. Por eso, es importante que el
afecto acompañe el acto de alimentarse fijando en su ser la asociación del comer con el gusto, el
placer y el sentirse pleno y satisfecho.
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Dejo para lo último, lo primero: el embarazo. Donde es de vital importancia conocer el
proceso que se está produciendo en esa gestación. Porque hay un organismo adulto que nutrir y
a su vez, un bebé en plena formación desde su principio, o sea, la célula.
Es muy importante visualizar lo que se produce en cada tiempo y etapa dentro de la
embarazada y su capacidad para aportar lo necesario y a la vez cumplir con los requerimientos
de su organismo modificado por la gestación.
Cada mes marca, etapas de desarrollo del feto y cambios físicos y psíquicos en las
embarazadas. Por eso, cada mes, se deberá cambiar los alimentos especiales, manteniendo las
bases.
En general, serán abundantes ensaladas crudas, frutas de estación, compotas, jugos, miel,
polen, algas, aromáticas, formarán el 80% de los alimentos diarios, el 20% será de cereales y
verduras, combinadas y cocinadas con simpleza. Poca sal o nada.
Bajo estas previsiones y la práctica en corto tiempo, la tarea se simplifica, se facilita y se hace
posible, desplazando naturalmente la anterior forma de organización.
El aprendizaje de este sistema de cocina lleva varias etapas, porque lo que buscamos es
desarrollar la natural capacidad que todos tenemos para hacerlo pero olvidamos en el tiempo.
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LIMPIEZA DE LOS PRODUCTOS:
Si disponemos de productos de la agroecología, nuestra tarea de limpieza es muy simple: sólo
abundante agua para eliminar la tierra que moleste y listo. Cuidando en las hojas con más
detención, por el reverso y los rulos y dobleces cepillando tubérculos y raíces.
Eliminar partes amarillentas o posiblemente picadas de bichos y no hay necesidad de nada
más.
SELECCIÓN:
Separar en recipientes, por un lado las hojas, por otro las raíces, los tubérculos, las aromáticas,
las frutas, los de cáscara frágil, los de cáscara resistente (cebolla, ajo, etc).
Todos por separado, nos permitirán disponer de ellos fácilmente.
También es importante separar los muy maduros de los menos maduros, para darle el tiempo y
evitar que se pudran todos juntos.