en todo proceso de ense�anza-aprendizaje es importante crear espacios de discusi�n
y de reflexi�n, es decir, de trabajo en grupo y cooperativo, porque la oportunidad que tienen los alumnos de ayudarse mutuamente en la resoluci�n de una tarea, de negociar nuevos significados, de desarrollar nuevas estrategias y de construir nuevo conocimiento, puede repercutir positivamente en su aprendizaje. El aprendizaje cooperativo promueve la comunicaci�n entre los estudiantes, consolida el propio conocimiento al ense��rselo a los compa�eros y compa�eras de grupo, implica compromiso, hace que el alumno se responsabilice del conocimiento de los dem�s y no compiten entre ellos, sino que se ayudan unos a los otros. Pero como bien expone Domingo Pe�a (2010), no hay que entender el aprendizaje cooperativo como una forma que permite a los docentes tener menos trabajo
En el aprendizaje cooperativo el docente es quien planifica la interacci�n,
pero adem�s interviene en mayor o menor medida en el desarrollo del trabajo, orientando, evitando situaciones conflictivas y evaluando por una parte, las capacidades de los estudiantes, sus progresos, y por otra, la experiencia en s� misma, con el fin de mejorar futuras propuestas. (Doroteo Petit et al., 2007b, p. 5)
As� mismo, el trabajo cooperativo, por su propia naturaleza, fomenta el desarrollo
de las competencias b�sicas, sin tener que dise�ar sesiones espec�ficas orientadas a su consecuci�n. Por otro lado, respecto a los alumnos, Hodgson & McConnell (1995) sugieren la necesidad de:Que los estudiantes tengan buena voluntad a la hora de participar en el aprendizaje