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Desarrollo histórico del dinero

Definición de dinero
La palabra Dinero es derivada del latín denarium, el cual era una moneda que
utilizaron los romanos para realizar sus actividades comerciales. La aparición del
dinero constituye uno de los grandes avances de la civilización humana en toda su
historia.
¿Qué es el dinero?
Llamamos dinero a todo activo o bien aceptado como medio de pago o medición del
valor por los agentes económicos para sus intercambios y además cumple con la
función de ser unidad de cuenta y depósito de valor. Las monedas y billetes en
circulación son la forma final adoptada por las economías como dinero
Funciones del dinero:

1. MEDIO DE PAGO O DE CAMBIO: Básicamente, consiste en el uso del dinero


para realizar cualquier tipo de transacción, facilitando así el intercambio de bienes,
productos y servicios. Esta función trata de “inculcar que se recibe una cosa a
cambio de otra”.

Ejemplo: cuando una persona se acerca a una tienda para comprar un producto y
se acerca a la caja para pagar por él. Tan pronto se gestione el pago se está
poniendo en marcha esta función debido a que se está haciendo un intercambio, en
este caso de dinero, para obtener algo.

2. UNIDAD DE CUENTA: Esta cumple la función de determinar las unidades de


valor, o los precios, que tienen los bienes, productos y servicios.

“Tiene mucha relación con los precios relativos, por qué, de dónde y cómo sale el
dinero. Por ejemplo, probablemente una manzana que cueste 100 pesos hoy en
Managua puede costar mañana 80 o 120 pesos. Esto dependerá de la oferta y
demanda que tenga el producto”. La unidad de cuenta facilita hacer los cálculos
económicos, fraccionar el dinero y saber cuánto cuesta cada una de las cosas que
deseamos adquirir.

Ejemplo: cuando iniciamos un negocio tenemos que dar un valor a los productos
para así poderlos comercializar. La mercancía tiene un costo cuando lo adquirimos
del proveedor, de esta cantidad se puede calcular el precio de venta y las ganancias
que debemos obtener. El precio final será la unidad de cuenta que tendrá el
producto.

3. DEPÓSITO DE VALOR: Básicamente consiste en poder comprar algo a futuro.


El dinero tiene la capacidad de mantenerse estable a lo largo del tiempo, lo que
permite que una persona que cuenta con un capital hoy lo pueda invertir en los
meses siguientes, o incluso en años.
De igual manera, para el Banco de la República “el dinero, dado que es fácilmente
gastable, se puede utilizar en cualquier momento o situación. Con él se pueden
hacer un gran número de transacciones de forma fácil y rápida”.

Ejemplo: familias y empresas suelen guardar parte de su patrimonio en forma de


terreno o dinero para mantener su capital. Así, si una persona mantiene su riqueza
en un terreno o bien inmueble, deberá venderlo para convertirlo en dinero; y, por el
contrario, si mantiene su riqueza en dinero, podrá disponer de él en cualquier
momento.

Historia

Desde su origen, el ser humano ha tenido la necesidad de adquirir alimentos y


herramientas, pero ¿te has puesto a pensar en cómo compraban antes de que
existieran las monedas y los billetes? Y, además, ¿con qué función fue creado el
dinero como ahora lo conocemos?

Lo primero que surgió fue el trueque. Este era la acción de entregar una cosa y
recibir otra a cambio. Se utilizaba entre pueblos, familias y personas. La primera
condición para que se produjera el trueque era el excedente, o sea, ‘doy lo que
tengo o que me sobra, a cambio de lo que necesito’.

Este tipo de transacción comercial era totalmente válida, pero adolecía de varios
defectos. En primer lugar, se debía encontrar a otra persona interesada en cambiar
el producto de la que se era excedentario y que a la vez quisiera cambiarlo por el
que se le ofrecía. Este método de cambio, que se producía en sociedades primitivas
donde los recursos eran escasos, resultaba factible, pero en sociedades con
excedentes apreciables de bienes ya era un problema.

Al aumentar el número de transacciones surgió la necesidad de una mercancía que


sirviera para realizar los tratos, que fuera fácilmente reconocible y generalmente
aceptada. Se trataba de conseguir un bien intermedio que acabara con el trueque.

Luego del trueque vino el sistema de intercambio. Se generaron patrones de valor.


Por ejemplo, el trigo y el ganado fueron una referencia de costo y pago, pero fue
cambiando por opciones más pequeñas. Las conchas marinas, las semillas de
cacao, los clavos, la sal, el ganado sirvieron alguna vez como instrumento de
intercambio en distintos lugares del mundo. Por ejemplo, en el Imperio Romano, era
usual pagar a los soldados con sal. La sal era muy importante porque permitía
conservar en buen estado los alimentos. De ahí viene el término salario.

En la antigua China, el comercio se hacía con granos de arroz. África, India y


Oceanía usaron conchas, mientras que, en América, el patrón fue el cacao.

Otra forma eran que los objetos se intercambiaban por metales preciosos oro y
plata, ya que estos no se deterioraban con el tiempo. Tenían las ventajas de poder
transportarse fácilmente y poder dividirse en trozos de distinto peso para facilitar los
pagos.
Alrededor de los años 1.100 A.C., los chinos incorporan réplicas en miniatura
fundidas en bronce de las herramientas y armas reales de combate como un medio
de intercambio en sus negociaciones. Sin embargo, estas pequeñas dagas,
espadas y azadones fueron abandonados para dar paso a una forma menos filosa
y de menos peligro como un círculo de metal que figuró como una de las primeras
monedas.

Origen de las Monedas.

Los primeros bienes usados como dinero (trueque e intercambio), de gran variedad
y origen, no perduraron por las escasas facilidades y beneficios que generaron.

Hasta este momento se habían utilizado diversos


bienes como dinero, consolidándose el uso de metales
como oro, plata y cobre por las ventajas que ofrecían
frente a otro tipo de bienes, utilizándose estos metales
por su peso.
Sin embargo, se produce una novedad significativa
que supone el nacimiento de las monedas. Entonces,
surgieron las primeras acuñaciones de monedas.
Las primeras acuñaciones de moneda se produjeron
alrededor del año 600 a. C. en tres lugares del planeta
de manera independiente, en Lidia (Asia menor), en
China y en India. El metal se trocea en pequeñas
porciones y se marca con una señal identificativa y se
crea la moneda que tiene como función específica servir como dinero.

La acuñación suponía una certificación de la pureza del metal, de su peso, unificaba


las valoraciones como un múltiplo de la unidad y agilizaba el comercio. Las primeras
formas monetarias se vincularon a los metales preciosos que, debido a su escasez,
durabilidad y a que podían dividirse fácilmente, eran susceptibles de ser acuñados.
Los metales utilizados fueron el oro, la plata, la aleación electro y el cobre,
disponiendo de un uso generalizado en la Grecia clásica. El problema principal de
las monedas era la reducción de valor porque las aleaciones cada vez tenían menos
metal precioso o bien porque eran raspadas para obtener un beneficio
extraordinario. Esta circunstancia fue una preocupación importante en Grecia, que
intentó mantener el valor de sus monedas constante para evitar problemas
monetarios.
La posibilidad de engaño falseando los metales con aleaciones de oro y plata con
otros metales de peor calidad era el mayor inconveniente. Para evitar el falseado de
los metales las autoridades acuñaron monedas de oro y plata a las que imprimen
un sello garantizando así su peso y legalidad (monedas de diferentes pesos). Este
fue el origen de las monedas.
Origen de los Billetes

En los siglos XV y XVI ya se usaban monedas de oro y plata en las grandes


transacciones, pero ni las calles ni las casas eran seguras. Los orfebres tenían cajas
fuertes y guardias para mantenerlo seguro y comenzaron a ofrecer este servicio a
otros. La gente llevaba su oro a los orfebres para que los guardara y después lo
retiraba cuando lo necesitaba para efectuar pagos.
El oro se volvió muy escaso y las monedas debían ser muy pequeñas; y por otro
lado implicaba también un problema de seguridad asociado a que llevar monedas
de oro era evidente: además de ser pesadas, eran un botín fácil para los ladrones,
razón por la cual se buscó reemplazar las monedas por algo más fácil de cargar que
no implicara tanto peso y peligro, siendo así como se llegó al papel moneda, llamado
comúnmente “billetes”, los cuales, en un principio, podían ser cambiados por oro.
Los orfebres se dedicaron a guardar las monedas de oro y de plata entregando a
cambio certificados nominales que acreditaban su posesión. Con el paso del tiempo
estos certificados fueron empleándose progresivamente para efectuar pagos sin
necesidad de utilizar el metal que lo respaldaba, lo cual dio origen al movimiento
del papel moneda. Lo que hoy conocemos como billetes.
El papel moneda tiene su origen en China en el siglo VII, pero su uso no fue oficial
hasta el año 812 (siglo IX). La importancia de un medio de cambio, que facilitase el
comercio entre los habitantes de una población estimuló la aparición de la moneda
como medio de cambio.
En el siglo XIII, un ciudadano veneciano llamado Marco Polo emprendió un largo
viaje a China, empresa asombrosa para la época. Este hecho peculiar le hizo
famoso. Las anotaciones que hizo durante este viaje contienen las primeras
referencias que existen en Occidente acerca de la producción y uso del papel
moneda, forma de pago incomprensible para las condiciones imperantes en Europa
por entonces.
Para los contemporáneos de Marco Polo, esta información parecía fantasiosa e
indigna de credibilidad. Las aseveraciones del famoso explorador solamente
pudieron ser verificadas años más tarde, con los billetes emitidos durante el siglo
XIV por la dinastía Ming. Los chinos llamaron a los billetes dinero volante, debido al
escaso peso de estos y a la facilidad con que circulaban en un área relativamente
grande. Hacia el siglo X ya tenían un sistema de circulación muy bien estructurado.
Poco después de que el papel moneda comenzara a existir, aparecieron los
inevitables falsificadores de este medio de pago. Existen archivos que describen la
lucha que libraron las autoridades chinas contra este problema. Las penas aplicadas
no eran poca cosa y el delito de falsificación se castigaba con la sentencia a muerte
del implicado.
En Europa, los primeros billetes de los que hay constancia aparecen en Suecia en
el año 1661 (siglo XVII) de la mano del cambista Johan Palmstruch, quien los
entregaba como "recibo" para quien depositaba oro u otro metal precioso en el
Banco de Estocolmo, que había fundado él mismo. A España llegaron en 1780,
durante el reinado de Carlos III, y su uso se popularizó rápidamente por ser mucho
más cómodo de llevar. Así no hacía falta cargar con la famosa bolsa llena de
monedas, mucho más llamativa y pesada.
Hasta no hace mucho, los billetes estaban respaldados por el patrón oro, es decir,
cada emisión de dinero que hacían las autoridades de un país debía estar
respaldada por determinada cantidad de oro. Esto fue así hasta la década de 1970
aproximadamente, cuando se dejó de utilizar el oro como respaldo de la moneda.
El Dinero Bancario
Hoy día vivimos bajo el régimen monetario de curso legal, o curso «forzoso»,
donde la ley reconoce un solo tipo de dinero: el emitido por el monopolio de la Banca
Central. Es decir, el dinero de curso legal es aquel tipo de dinero emitido por la
autoridad gobernante que un acreedor o un vendedor no puede rehusar aceptar
como medio de pago.
El sistema opuesto al presente régimen es el de curso voluntario, o «libre», donde
es potestad de cada acreedor o vendedor aceptar, o no, determinado medio de
intercambio como pago. Esto implica que el individuo tiene la libertad de escoger el
dinero del emisor que considere más conveniente.

El dinero de banco tuvo su apogeo durante el siglo XIX. Los bancos trabajaban bajo
un patrón metálico como respaldo de su dinero, redimiendo sus billetes por
determinada cantidad de oro, plata, cobre o una combinación de éstos. La emisión
de dinero de banco se suspendió en el momento en que surgieron los Bancos
Centrales arrogándose el privilegio monopólico de emitir dinero.

Un ejemplo sobresaliente de dinero privado de banco fue en Suecia, entre 1831 a


1902, donde se experimentó un sistema de libertad bancaria casi total. Al final de
este período, existían 26 bancos privados y un total de 157 agencias que emitían
su propio dinero. Estos billetes compitieron exitosamente con aquellos del Banco
del Parlamento Sueco —Riksbank—, y a pesar de los impuestos y algunas otros
restricciones que caían sobre los billetes de bancos privados, estos últimos eran
predominantemente demandados por los usuarios.

Estas experiencias nos demuestran que el factor de mayor peso para el surgimiento
de los Bancos Centrales fue el deseo, del gobierno en determinado momento, de
obtener dinero fácil obteniendo «préstamos» bajo condiciones privilegiadas.
El manejo de dinero con tarjetas de crédito
Hoy en día, las tarjetas de crédito hacen posible la compra de bienes sin el uso de
dinero en efectivo. Es muy conveniente para las transacciones en línea. Además, la
apariencia física de las monedas y las facturas están cambiando. Un ejemplo de ello
es el nuevo billete de $100, cuyas características muestran al inventor Benjamín
Franklin.
Las tarjetas de crédito pueden ser una forma conveniente de pedir dinero prestado.
Muchas instituciones financieras, como Westpac, emiten tarjetas de crédito
asociándose con compañías como MasterCard, Visa o American Express. Todas
estas empresas proporcionan una red de pago global que hace de las tarjetas de
crédito una opción conveniente para pagar por artículos en los comercios
participantes en la mayoría de los lugares de todo el mundo.
Las tarjetas de crédito pueden ayudarnos a manejar un flujo de efectivo a corto plazo
permitiendo hacer compras sin usar nuestro propio dinero.

Uso novedoso del dinero con pagos electrónicos


Los avances tecnológicos del siglo XXI trajeron consigo formas novedosas e
innovadoras de utilizar las divisas. Estamos hablando de transacciones electrónicas
como los pagos móviles y el pago biométrico o biopago.
Un pago móvil es dinero prestado para un producto o servicio a través de un
dispositivo electrónico portátil como un teléfono celular, smartphone o PDA. La
tecnología de pago móvil también puede ser usada para enviar dinero a amigos o
familiares. Cada vez más, los servicios como Apple Pay y Samsung Pay están
compitiendo para que los comerciantes acepten sus plataformas para los pagos en
puntos de venta.
El pago biométrico es un servicio único en el mundo que protege la seguridad de
las operaciones de compra mediante el uso de las huellas digitales. Esta
herramienta permite que los usuarios cancelen sus consumos a través de la
tecnología biométrica sin la necesidad de usar sus tarjetas, ya que el registro dactilar
de cada persona es el que autoriza la transacción.
El auge actual del dinero virtual
El Bitcoin es un proyecto innovador en constante evolución y cambio. Tiene su
origen en el año 2009 cuando Satoshi Nakamoto, seudónimo de una persona o
compañía, decide promover una nueva moneda electrónica que sirviera como
referente para realizar operaciones dentro de internet. Es una moneda digital no
tangible, que no se puede tocar ni ver como ocurre con las monedas o billetes, pero
se puede utilizar como medio de pago de la misma forma que éstos.
El atractivo de la moneda virtual es que ofrece la promesa de tasas de transacción
más bajas que los mecanismos tradicionales de pago en línea y es operado por una
autoridad descentralizada, a diferencia de las monedas emitidas por el gobierno.
Para todo aquel que le apasione los negocios por internet estará familiarizado con
esta moneda digital y podría asegurar que el Bitcoin es el futuro de las divisas. Esta
interesante propuesta ha concentrado todos los ingredientes necesarios para calar
entre los internautas. Y en los actuales momentos donde la crisis económica ha
estado haciendo estragos en casi todos los sistemas financieros, ideas como estas
podrían convertirse en los mejores aliados.

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