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Cara ventral o pelviana

En general es lisa, excavada, y presenta en la parte media del tercer cuerpo


vertebral una acodadura bastante pronunciada. En la parte media se observan
cuatro crestas sencillas o dobles, transversalmente colocadas a nivel de los sitios
de unión de los cinco cuerpos vertebrales. Por fuera de estos se encuentran a cada
lado, superpuestos en línea vertical, los cuatro agujeros sacros anteriores, los
cuales, en dirección dorsomedial, comunican con el conducto sacro, y en dirección
lateral o hacia fuera se continúan con sendos surcos excavados en la cara anterior
de la porción lateral del hueso. Los agujeros sacros anteriores decrecen algo de
tamaño en dirección caudal; por debajo del último de ellos se encuentra, junto al
vértice del sacro, una escotadura que, merced a la articulación con la apófisis
costiforme del cóccix y a la inserción del ligamento sacroccigeo lateral, se cierra
transformándose en un quinto agujero sacro. El vértice del sacro posee una
pequeña superficie plana, oval, que desprende únicamente del cuerpo de la quinta
vértebra sacra, y que se articula con la superficie craneal del cóccix, formando la
sínfisis sacrococcigea.

Vértebras sacras
Las denominadas vértebras sacras son cinco, algunas veces seis y raramente
cuatro; solamente durante la juventud se encuentran separadas entre si, pues en el
individuo adulto (aproximadamente 25 años) se soldan formando un solo hueso, el
sacro, que constituye la pieza ósea mayor y mas ancha de la columna vertebral y
esta situado en la región pelviana.

Cara dorsal del sacro


Es rugosa y convexa hacia atrás, tanto en la dirección del diámetro vertical cama en
la dirección horizontal. Cinco hileras de apófisis y tubérculos, aproximadamente
paralelos entre si, recorren esta cara del sacra en dirección caudal.

Línea media
Las situada en la línea media, cresta sacra, esta constituida por la soldadura de las
apófisis espinosas y es la mas ostensible de todas; representan a menudo una
cresta ininterrumpida prevista de cinco tubérculos alargados, que corresponden a la
apófisis espinosas de las cinco vértebras sacras; con alguna frecuencia esta cresta
es incompleta. Bilateralmente, por fuera de la cresta sacra se encuentra la línea de
los tubérculos sacros posterointeriores, (crista sacralis articularis) que procede a la
soldadura de las apófisis articulares entre si, sobresale escasamente de la superficie
y ocasiona a veces en la porción medial de los agujeros sacros un saliente oblongo
en forma de cresta. Por fuera de los agujeros sacros posteriores, que la separan de
la cresta anteriormente descrita, existe la línea de los tubérculos sacros
posteroexteriores, formada por la soldadura de las apófisis transversas o costales,
y que es a menudo mas claramente manifiesta que la crista sacralis articularis.

Agujeros sacros
Los cinco agujeros sacros posteriores convergen ligeramente entre si en dirección
caudal y son algo mas pequeños que los agujeros sacros anteriores; asimismo, su
bordes son mas agudos y están mejor delimitados; estos orificios conducen en
dirección ventromedial (hacia delante y adentro), al conducto sacro, y en sentido
directamente ventral o hacia delante, a los agujeros sacro anteriores. A nivel de
extremidad craneal de la cresta de los tubérculos sacros posterointeriores
ascienden, en dirección vertical y perfectamente conformadas, las dos apófisis
articulares superiores de la primera vértebra sacra, encontrándose en ellas bien
desarrollados, lo mismo que en las vértebras lumbares, los tubérculos mamilares;
sus superficies articulares se hayan orientadas hacia atrás y algo hacia adentro y
se unen con las apófisis articulares inferiores o caudales de la quinta vértebra
lumbar. A nivel de la extremidad caudal de la crista sacralis articularis se
desprenden, en dirección caudal, las dos pequeñas astas del sacro, que van en
busca de las aspas del cóccix; entre las dos astas sacras se encuentra la abertura
caudal del conducto sacro, (hiatus canalis sacralis) que es de forma triangular; su
tamaño es muy variable, ya que es posible la ausencia del fragmento posterior del
arco y de la apófisis espinosa de la quinta vértebra sacra.

Cara ventrocraneal o superior del sacro


Ofrece en su parte media una superficie oval con el eje mayor transversal, se
sobresale del resto del hueso, algo deprimida y ligeramente rugosa en su porción
central, superficie que no es otra cosa que la cara superior del cuerpo de la primera
vértebra sacra, con la cual se articula, mediante el disco intervertebral, la quinta
vértebra lumbar. Detrás de esta superficie se encuentra la abertura craneal o
superior del conducto sacro, de forma triangular, que atraviesa el hueso desde su
extremidad craneal a su extremidad caudal, terminando en la superficie dorsal, por
encima del vértice del sacro, a nivel del hiatus canalis sacralis; del conducto sacro
emergen bilateralmente cinco cortos conductos, situados en el interior del hueso,
junto al sitio de unión de las vertebras sacras, conductos que se dividen en forma
de T, para terminar en los agujeros sacros anteriores y en los posteriores.
Lateralmente o por fuera de la abertura lateral del conducto sacro se elevan las
apófisis articulares superiores de la primera vértebra sacra; en su parte ventral se
encuentra la escotadura superior del pedículo de la misma vértebra. Las porciones
laterales de la cara superior del sacro son lizas algo cóncavas y representan las
superficies limitantes ventrocraneales de las partes laterales del hueso. Al
conexionarse el sacro con el disco intervertebral situado por debajo de la quinta
vértebra lumbar, se origina en el sitio de unión una arista algo prominente hacia
delante, que se denomina promontorio.

Porciones laterales del sacro


Son las zonas de huesos situadas a cada lado, por fuera de los agujeros sacros;
están formados a expensas de las soldaduras de las apófisis laterales, y además,
en las tres vértebras superiores, por los rudimentos costales. Las porciones laterales
se estrechan notablemente en dirección caudal; en la superficie lateral de su parte
superior se encuentra una cara articular, arqueada en forma de oreja y rugosa, que
se denomina cara auricular, destinada a articularse con el hueso coxal; la cara
auricular esta formada en su mayor parte por la primera vértebra sacra, en menor
proporción por la segunda y menos aun por la tercera; la capa de cartílago que
recubre esta cara esta formada en la refundida por cartílago hialino y en su parte
superficial por fibrocartílago. Dorsal mente respecto a la cara auricular, se eleva un
recio tubérculo, cuya superficie esta provista de grandes orificios vasculares, que se
denomina tuberosidad sacra y en ella se fija el ligamento ínteróseo sacro iliaco. Por
detrás y por dentro de dicha tuberosidad se encuentra la cresta de los tubérculos
sacros posteroexteriores, que recorre la cara dorsal de hueso en dirección caudal.
La superficie ventral de las porciones laterales contribuye a formar la cara pelviana
o anterior del sacro. En ocasiones, la vértebra superior del sacro esta solo en una
mitad soldada lateralmente con la porción lateral, y la otra mitad ofrece en tales
casos una forma semejante a la de la quinta vértebra lumbar; esta forma intermedia
se denomina vértebra lumbosacra. El sacro muestra con frecuencia ciertas
diferencias sexuales. En el hombre es más largo, relativamente más estrecho y más
fuertemente incursado; en la mujer es mas corto, relativamente más ancho y menos
incursado.

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